Las huellas de un consejo de guerra…

 

Para cerrar este capítulo del cuadro „Jaque Mate“ debemos remontarnos nuevamente a la cárcel de Concepción Chacabuco 70, a los días en que se desata la represión en contra de la población en la región del BioBio. Gracias al testimonio entregado por Vasili Carrillo, Ex Consejal de Lota, hijo de uno de los 4 asesinados que permanecieron en ese lugar sus últimas horas, hemos logrado reconstruir y personificar el lugar de quién fue la víctima que ocupó la celda Nr. 1 antes de su ejecución, hasta el día de hoy sin aclarar y que diera origen al cuadro que pintara Patricio Cordero Cedraschi, quien observa en el piso las colillas al regresar a su celda cuando ya los „Elegidos“ habían sido ejecutados…

Isidoro Carrillo, Danilo Gonzalez, Bernabé Cabrera, Vladimir Araneda.

Celdas de incomunicación para los condenados a muerte por el consejo de guerra. Lugar de aislamiento para la marinería antigolpista.

Celdas de incomunicación para los condenados a muerte por el consejo de guerra. Lugar de aislamiento para la marinería antigolpista.

General Washington Carrasco y director regional de prisiones, capitán Rodolfo Schmidling inspeccionan a los marinos antigolpistas después de acontecido el golpe de Estado.

Testimonio de Vasili Carrillo 10 de Septiembre 2023 donde se establece que el Alcalde de Lota a la fecha de los acontecimientos, Danilo González es el que fue incomunicado en la celda donde Patricio Cordero encuentra las colillas.

 

Historias Cruzadas

Mauricio Redolés regresa de su exilio en Londres y  con sus composiciones en esta sociedad, hambrienta de justicia, azotada por las violaciones a los DDHH, se gana  un status de poeta, escritor, compositor y músico justiciero que ha dejado grandes huellas en nuestra cultura postdictadura.

Patricio Cordero Cedraschi

 

„Cuando me trasladaron a la Cárcel de Valparaíso conocí a Mauricio, joven delgadito que caminaba por los pasillos de la Cárcel siempre con un librito debajo del brazo…  serio y con aire literario…de música…nada, pero algo en común tuvimos. Ambos fuimos infectados por los acordes musicales del prisionero músico Alvaro Vidal y nos sumergimos en el universo de la música.

Foto: Alvaro VIdal Pérez, exilio Alemania 1975

Una de las composiciones de Mauricio Redolés relacionada con el dolor personal y colectivo en la sociedad chilena , ha sido „Triste Funcionario Policial“.

Por cosas del destino, hace pocos días el músico Pancho Relámpago contacta a Patricio y le solicita usar el cuadro “Jaque Mate” para la portada de este Caver, según él, aún vigente en nuestra sociedad debido a la impunidad existente para muchos violadores de DDHH. Es aquí donde estas historias se cruzan y se van enriqueciendo en el camino encontrando verdades ocultas que le van dando contexto y sentido a todo.

 

Esta historia que estaba adormecida vuelve a revivir,  para mantener y ampliar la memoria histórica de aquellos crueles momentos que azotaron la región  y al país. Con este primer consejo de guerra continuaron su plan en afán  de  legitimar el „Plan Z“, falacia, iniciada con el acto montado por los y la prensa golpista en contra de la marinería constitucionalista y así justificar los muertos, la tortura, las violaciones, vejaciones a mujeres, desapariciones, terrorismo de Estado…

Para entender el Contexto de todo…ahora visto desde el dolor de su región y familiares.

Marinos antigolpistas conmemoran los 50 años de su detención

 

A 50 años de la detención de la marinería antigolpista

En Chile, 50 años se sienten como ayer, como si los años, décadas y hechos se convirtiesen en horas extensas que nos alejan del pasado. La memoria en este país se fragmenta en el olvido, entre narrativas que niegan el dolor de nuestro presente.

Paula Rojas Contreras, Bastián Urzúa Fierro, Martín Silva Valenzuela. Estudiantes de periodismo, Universidad Católica de Valparaíso, Chile

Encuentro con los Marinos Antigolpistas

El jueves 7 de septiembre de 2023 se desarrolló en la sala de Lectura del Parque Cultural de Valparaíso, un encuentro con los Marinos Antigolpistas y connotadas personalidades de la región y del país, como el Ex Ministro de Salvador Allende Pedro Felipe Ramírez y el historiador Jorge Magasich. Actividad en marcada en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado de 1973.

Pinchar acá:  https://www.youtube.com/watch?v=iFbSirct_V8

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  Post A Comment

Al cumplirse 50 años de la detención y tortura de los marinos antigolpistas, quienes con el objeto de defender el gobierno democrático y constitucional de la Unidad Popular se opusieron y denunciaron el golpe de Estado que fraguaba la oficialidad de la Armada el año 73, , el martes 29 de agosto del 2023 se realizó un acto en el Parque Cultural de Valparaíso (ex Cárcel Pública) donde se entregaron antecedentes y testimonios respecto a estos hechos. En esta ocasión estuvieron presentes como expositores los ex marinos antigolpistas Luis Aguirre, Luis Jorquera y Mariano Ramírez. También participaron en esta actividad de memoria y resistencia el académico Mario Sobarzo y el abogado de derechos humanos Hugo Gutiérrez. La conducción y moderación de este evento estuvo a cargo del dirigente sindical de los trabajadores portuarios Pablo Klimpel.

Durante la introducción de esta actividad, Erick Fuentes, Director Ejecutivo del Parque Cultural expresó que “como institución estamos dando una lucha para recuperar la memoria de este lugar, por eso es muy importante este hito que se está realizando acá, toda vez que los marinos antigolpistas son los primeros presos políticos que llegan a este sitio antes que se inicie la dictadura (…) en este contexto, el 11 de septiembre, en esta misma ex cárcel, a las 9 de la mañana sacan a los marinos presos delas celdas a culatazos, los ponen contra la pared de un patio de la cárcel, frente a un pelotón de fusilamiento. La verdad es que la historia de este lugar está incompleta sin el testimonio de estos compañeros que hoy están acá y es un acto de justicia que esto sea reconocido públicamente”.

Con posterioridad a la intervención de Erick Fuentes, se proyectó un video en homenaje a los marinos antigolpistas, y Pablo Klimpel, dirigente sindical, presidente del Sindicato de Estibadores  Portuarios de Valparaíso, hizo un relato en donde expresó que “haciendo un contexto de lo que pasaba con los trabajadores marítimo portuarios cuando fue el golpe de Estado, después del 11 de septiembre, el día 13 de septiembre los infantes de marina estaban afuera del Sindicato de Estibadores que está en el barrio puerto y enviaron a todos los estibadores a la casa, tomaron detenidos a varios, los golpearon en las inmediaciones del puerto y la gobernación marítima. En el molo de abrigo que está acá en Valparaíso los buques Lebu, el Maipo, de la Compañía Sudamericana de Vapores, recibían presos políticos, muchos de ellos torturados y/o desaparecidos. El ex presidente del Sindicato de Profesionales Estibadores Marítimos, Wenceslao Moreno, quedó de agregado laboral en Estados Unidos y la FEMACH, l Federación de Estibadores Marítimos de Chile, que agrupaba a todos los sindicatos de estibadores a nivel nacional, regalaron sus trasmisores a la Junta Militar, ya que hicieron un pacto con la dictadura de Pinochet, para que Pinochet no les quitara sus derechos laborales y este pacto duró hasta el año 81. El presidente de la federación, Martín Bustos, viajó a Ginebra, el año 74, para desmentir el golpe de Estado en Chile, así como la prisión política y la tortura. Pinochet estaba muy complicado porque había un boicot de las naves chilenas en el extranjero y para evitar ese boicot el presidente de la federación viajó a Ginebra a desmentir lo que ocurría acá en Chile, bajo un pacto con Pinochet (…) Esta es una historia que para nosotros como sindicato no es agradable contarla, pero es parte de la memoria histórica …”

Luego se dio paso a los testimonios de los marinos antigolpistas presentes en este Foro. En primer lugar, intervino Luis Aguirre manifestando lo siguiente:

“El movimiento de la marinería antigolpista fue un movimiento bien heterogéneo que se desarrolló en diferentes tiempos, en diferentes reparticiones, con diferentes niveles de preparación y sin ninguna orgánica prácticamente. El motivo principal que nos llevó a defender el gobierno de la Unidad Popular fue que tuvimos un profundo sentido de clase en una institución que es la más clasista de todas las Fuerzas Armadas. Al ver nosotros a la oficialidad reaccionando negativamente al triunfo de Allende nos hizo, instintivamente, ponernos al lado de la clase trabajadora. Eso es lo que nos ha guiado a tomar las decisiones que tomamos a esa corta edad. Yo en ese tiempo tenía 21 años. Y eso fue, como les digo, por un instinto de clase. No teníamos mayor preparación política, sino que tuvimos el deber, instintivo de nuevo, de denunciar los preparativos del golpe de Estado. Nosotros le llamamos gente de mar a los que no son oficiales en la marina y provenimos de los estratos más humildes de la sociedad chilena. Eso es lo que quisiera resaltar en este momento.”

 

Después de esta intervención, se proyectaron una serie de pequeños videos, con saludos enviados desde el extranjero por varios marinos antigolpistas, entre ellos Víctor Martínez y Jaime Salazar (Estados Unidos); Roberto Fuentes (Suecia); Rodolfo Claros (Bélgica) y Óscar Carvajal.

Luego se ofreció la palabra al ex marino antigolpista Luis Jorquera, quien entregó el siguiente testimonio:

“Me gustaría referirme al origen, de dónde salió este movimiento antigolpista, cómo se formó, cuáles fueron los motivos. Hay aspectos muy desconocidos, que no los menciona la historia oficial, menos se hace referencia en la Armada acerca de esto. El golpe de Estado, a mi modo de ver, comenzó antes de que Allende asumiera el poder. En el año 70, en octubre, el crucero Prat estaba amarrado al molo y ahí se efectuó una reunión de los altos oficiales, que ya venían planeando cómo deshacerse de Allende, que había obtenido la primera mayoría, pero que ellos no lo querían para nada, por motivos que todos conocemos, o por lo menos presentimos. El tema fue resuelto de la siguiente manera: ellos en esa reunión, en la cual participó un señor que fue locutor de una radio de acá de la zona, Gustavo Lorca Valenzuela, él estuvo presente en esa reunión y decidieron que para provocar un iterregno, es decir, un caos social, político, económico y de todo tipo, lo más favorable para ellos, o mejor dicho la línea que trazaron, fue secuestrar al Comandante en Jefe del Ejército, al general Schneider. Todos sabemos que el resultado no fue el esperado, porque Schneider murió. El plan original consistía en tomarlo prisionero y llevarlo a un lugar inaccesible, que queda en el fondo de Limache con Colliguay, que es el fundo de la familia Matte Alessandri. Ese mismo terreno se le fue concedido a la Armada para que ahí pusieran su Campo de Prisioneros, que fue llamado Melinka o Isla Riesco, donde muchos de nosotros estuvimos. Una vez perpetrado el crimen de Schneider, desde la Base Aeronaval El Belloto, esto lo cuento porque yo estaba en El Belloto, salió un avión, un piper navajo me acuerdo, bimotor, con uno de los imputados del crimen del general, un señor de apellido Bulnes, Bulnes Cerda si no me equivoco, y se lo llevaron al Perú sin dejar ningún registro. Si se buscan los registros de vuelo de esa época ese avión no aparece por ningún lado.

Dentro de la marinería empezamos a ver la actuación, que ya no era solamente retórica, sino que eran efectivamente acciones deliberadas de terrorismo la considerábamos, porque no hay terrorismo, porque fue un magnicidio el crimen del general. Cuando empezamos a ver toda la colusión que existía con la intención de que Allende no asumiera como presidente, el resultado fue totalmente diferente, Allende fue designado como Presidente de la República, pero los golpistas de la Armada no se quedaron tranquilos. En esa época, a nosotros nos empezaron a hacer instrucción especial. Una por el Capellán Opus Dei que teníamos, quien nos explicaba que teníamos que tener una obediencia ciega hacia el alto mando, sin deliberar, sin cuestionar, solamente actuar de acuerdo a lo que los jefes nos iban a decir, nadie hizo referencia al juramento que habíamos hecho cuando recibimos las armas que consistía en que iban a ser utilizadas para defender la patria, y la patria la entendíamos como un territorio con gente, con la nación entera, con sus recursos, etcétera, sino que era obedecer ciegamente al jefe, dijera lo que dijera. Además, teníamos un capitán, que era el Jefe de Inteligencia, que semanalmente nos hacía una conferencia donde nos hablaba de los horrores de la economía socialista, nos hablaba de la aberración que era la ENU, que era el sistema educacional que había propuesto Allende, nos hablaba de los extremistas, que estaba apareciendo aquí poco menos una patota de castristas  que pretendían convertir a Chile en una Sierra Maestra, entonces, que era muy necesario efectuar, y aquí viene lo terrible de todo, efectuar el Plan Yakarta. Nosotros, de 20 años, 22 años, no teníamos idea qué era el Plan Yakarta. Nos enteramos que eso consistía justamente en eliminar todo lo que fuera o tuviera una tendencia de izquierda. Por el solo hecho de ser partidarios del gobierno iban a ser considerados como enemigos internos, por lo tanto, nos comenzaron a aleccionar contra el enemigo interno.

Con nuestros compañeros comentábamos estos casos, naturalmente que teníamos que hacerlo en un ambiente muy acotado. Yo hablaba esto solamente con mis amigos, con los que yo tenía una gran confianza, que eran 4 o 5. Lo mismo sucedía con otros y nos dimos cuenta que existían grupos afines, es decir, probablemente muchos tenían diversas razones para actuar contra el golpe, unos era por adhesión al juramente que habían hecho de defender la Constitución y las leyes, otros era porque estaban entusiasmados con el desarrollo político, económico, que llevaba el presidente Allende y otros, no sé cuántos serían, sencillamente por bronca con los oficiales.

Esa es más o menos la trayectoria nuestra, hasta que nos dimos cuenta que nuestros grupos, que eran tipo células, éramos 4 o 5 nada más, supimos que en las unidades a flote y en las escuelas de la Armada, también había sucedido un fenómeno semejante y vino el momento en que nos empezamos a comunicar unos con otros, hasta la reunión conocida como la “reunión de los pingüinos”. Se llama “los pingüinos”, porque había un bar por aquí que se llamaba “Los Pingüinos” y un día decidimos que del Belloto va a ir uno a la reunión, del Prat va a ir otro, de los otros buques también, de los destructores y de las escuelas. Ahí se efectuó la reunión de “los pingüinos” donde se iba a decidir qué actitud íbamos a tomar nosotros los marineros antigolpistas, sí íbamos a actuar antes del golpe de Estado, o en el momento mismo del golpe, Estábamos en eso cuando fuimos detectados y nos hicieron prisioneros. Por ejemplo, yo fui preso el día 16 de junio del 73, los otros compañeros de la escuadra fueron en julio, por ahí por el 6 de julio. En ese momento pasamos de ser los marineros antigolpistas, que estábamos proponiendo un modo de salvar la institución del gobierno, pasamos a ser prisioneros políticos, porque nos acusaron de sedición y de ahí viene toda la historia conocida, pero quise relatarles el inicio, para que ustedes vean de dónde viene todo este cuento.”

Continuando con la actividad, Elizabeth Moraga, documentalista, presentó el tráiler de su trabajo audiovisual titulado “La Defensa”, centrado en los marinos antigolpistas, en el cual ha trabajado durante 10 años para, según nos dice, “contar la historia de unos héroes anónimos que intentaron hacer lo imposible enfrentando al poder, siendo muy jóvenes, lo perdieron todo, sobrevivieron y que, a pesar del acto de hoy día, suelen ser bastante olvidados e invisibilizados. De eso se trata mi película”.

Luego intervino a nombre de la Editorial Quimantú el académico Mario Sobarzo para presentar el libro “Naufragio”, escrito por el ex marino antigolpista Carlos Tortín García, exponiendo que “el momento actual es un momento de urgencia, nos encontramos en un momento en que un reformismo se ha ido instalando y una de las formas en que ha abordado los 50 años es desde las perspectivas de las víctimas, que no es una perspectiva que esté equivocada ni que esté mala, pero que es insuficiente, porque si bien las víctimas son una parte de lo que fue el proceso de la dictadura, también está el proceso de la resistencia, el proceso de la construcción, del compañerismo, de la solidaridad, la camaradería, lo que fue la construcción de los 50 años, porque los mil días de la Unidad popular no tendrían sentido si durante estos 50 años no hubiera habido resistencia de muchas formas (…) Por eso un libro como este no es solo con respecto al pasado, sino con respecto al presente, un libro para recordarnos que todavía tenemos la posibilidad de construir (…) las luchas no se han terminado, la experiencia, la unidad de clase, la construcción y la reivindicación de las luchas populares no se terminó el año 73, sino que hoy día sigue viva y si seguimos acá después de 50 años es porque todavía tenemos esperanza.”

Carlos García, también un ex marino antigolpista, se conectó en forma directa a través de video conferencia para enviar un saludo y “rendir un homenaje a los compañeros ex marinos que se quedaron en Chile a luchar y dos de ellos murieron en combate, que son Ernesto Zúñiga y Alberto Salazar; también recordar al compañero Víctor López”. Respecto del libro “Naufragio”, de su autoría, agregó que “la historia de los marinos tiene mucho que ver con la proyección que tenía el proceso de emancipación de aquella época de la Unidad Popular y el libro abarca una parte de aquella historia. La decisión de contar una historia tiene mucho más valor cuando la escriben los mismos protagonistas. Algunos ex marinos hemos asumido esa tarea y como protagonistas de aquella historia decidimos relatarla y también participar junto a historiadores en la reconstitución de aquella historia. El libro “Naufragio” se relaciona con el proceso político que se vivió en aquel período, para desembocar después en la detención de los marinos y su paso por cuarteles de la Infantería de Marina, Campos de Concentración, la cárcel, dejando un paréntesis, un espacio de suspenso, porque después la lucha continúa contra la dictadura. Hay marinos que se fueron al exilio, hubo un grupo de marinos que nos quedamos en Chile, hubo otros marinos que después del exilio volvieron, hay todo un entramado de experiencias que no están escritas en este libro, pero sí forman parte de aquella historia (…) Este libro es una novela, es una historia novelada que tiene que ver con la memoria del grupo de marinos antigolpistas y que cuenta principalmente la historia de Talcahuano, la experiencia que vivimos un grupo de marinos en Talcahuano y menciono de pasada lo que ocurrió en Valparaíso (…) hemos sido protagonistas de aquella historia y la contamos desde el punto de vista del protagonista.”

Por otra parte, hizo uso de la palabra Hugo Gutiérrez, como abogado de derechos humanos y representante legal del ex marino antigolpista Carlos García, quien manifestó “aquí estamos para homenajear a los marineros antigolpistas, a héroes anónimos, jóvenes valientes que se atrevieron a hacer algo que era muy difícil poder hacerlo, atreverse a denunciar que venía un golpe de Estado, con todos los riesgos que significó para sus vidas (…) Carlos García me llama el 21 de mayo de este año y me pide que sea su abogado, para que me hiciera cargo de su causa, una querella que él presentó, junto con otros marinos, en la Corte de Apelaciones de acá de Valparaíso (…) Después de leer el expediente me atiborré de datos que no conocía (…) los marinos antigolpistas fueron condenados por sedición, los marinos antigolpistas que le avisaron al gobierno del presidente Salvador Allende que venía un golpe de Estado y no les creyeron, pero no solo no les creyeron, sino que además presentaron un requerimiento en contra de ellos por  Ley de Seguridad Interior del Estado y ese requerimiento lo presentó el gobierno del presidente Allende. El requerimiento lo presentó, en ese tiempo, el Intendente Provincial de Valparaíso, a instancias del Ministro del Interior, que en ese entonces era Carlos Briones. La Marina no podía juzgarlos a ellos por sedición, la Armada no podía juzgar a los marinos antigolpistas por sedición, solo podía hacerlo por el delito de incumplimiento de deberes militares, cuya penalidad era muy baja y ellos tenían necesidad de condenarlos a penas altas y para condenarlos a penas altas necesitaban el requerimiento del gobierno; así se presentó el requerimiento y fueron juzgados por sedición (…) Aunque parezca extraño que una sentencia ejecutoriada pueda quedar sin efecto, la misma autoridad que presentó el requerimiento puede desistirse de ella, porque esto es posible cuando se trata de la Ley de Seguridad del Estado, porque en el Artículo 27, letra Ñ dice que en cualquier tiempo se puede desistir la autoridad que presentó el requerimiento, no importa que las personas se encuentren condenadas. Esa es la idea que estoy desarrollando y eso es lo que he solicitado (…) Carlos está fuera del país porque está con una pena de extrañamiento por 40 años, porque él es de los marinos que se quedó en Chile y combatió a la dictadura fascista. Carlos fue encarcelado, pasó más de 10 años privado de libertad y durante el gobierno de Aylwin le conmutaron la pena por 40 años de extrañamiento…”

Con la intervención del abogado Gutiérrez se dio por finalizada esta actividad conmemorativa, sin que las personas que acudieron al acto pudieran realizar preguntas o establecer un debate para profundizar los temas, como estaba programado originalmente, debido a que el estricto horario institucional del Parque Cultural no lo permitió.

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 29 agosto 2023

#Acto Conmemorativo en homenaje a los marinos abatidos por agentes del Estado en dictadura.

Programa de actividades a realizarce en el marco de los 50 años del golpe de Estado.
Parque Cultural de Valparaíso.
7 de Septiembre a las 17.00 horas en el “Salón de Lectura”.
Conmemoración en homenaje a los marinos abatidos por agentes del Estado en dictadura.
“50 años de injusticia”.
10 de septiembre 10:30 hrs Homenaje al Cro. Ernesto Zuñiga Vergara en el Cementerio General de Santiago. Q.E.P.D.
12:00 hrs. Honores al Presidente Mártir Dr. Salvador Allende Gossens. Q.E.P.D.
2 de octubre 18:00 hrs. Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Acto por parte de partidos políticos con la finalidad de llevar a cabo un acto de reconopcimiento a los miembros de las FFAA que asumieron una posición antagónica al golpe de Estado. Para este evento están invitadas las autoridades de gobierno tanto como parlamentarios, organizaciones civiles y de DDHH.

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MARINOS ANTIGOLPISTAS CONMEMORAN LOS 50 AÑOS DE SU DETENCIÓN

Más de un centenar de marinos denunciaron el golpe de estado que promovía la oficialidad, antes del 11 de septiembre del año 73, fueron detenidos, torturados y encarcelados en la Armada de Chile.

Nota de MARIO AGUIRRE MONTALDO.

Martes 29 de agosto 2023. Se realizó un acto de conmemoración de los 50 años en Valparaíso. Luis Aguirre, Mariano Ramirez y Luis Jorquera, ex marinos, fueron los encargados de recordar las condiciones de la Armada en aquellos años y explicar las razones de tantos uniformados para defender la Constitución y las leyes, en pleno acuerdo con los compromisos institucionales. El evento fue organizado en conjunto con los Sindicatos de Estibadores de Valparaíso, uno de cuyos dirigentes condujo el debate. En la oportunidad se realizó el lanzamiento del libro “Naufragio” de Editorial Quimantú, cuyo representante habló de la importancia de aquel testimonio novelado del ex marino Carlos García que se encuentra en extrañamiento en el extranjero (en plena “democracia”). Expuso, además, el abogado de este marino, el defensor de DDHH, Hugo Gutiérrez. Se presentó un video y hubo

saludos grabados desde diversos lugares al encuentro.

Por otra parte se anunció la entrega de una carta al Comandante en Jefe de la Armada. Documento que exponemos a continuación:

Señor Almirante:

Recientemente, en el mes de junio de este año 2023, usted protagonizó  una visita a Isla Dawson, organizando un acto denominado de reconciliación con los ex prisioneros políticos que allí estuvieron después del golpe de Estado.

Estamos conscientes que todo acto de una autoridad del Estado de reconocer, aunque sea de manera parcial, actuaciones contrarias al Estado de Derecho y a la convivencia democrática, puede ser considerado un paso positivo. Sobre todo si se menciona la intención de que nunca más ocurrirán esos hechos que rompieron el régimen democrático imperante, y dieron paso a sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos.

Usted menciona que en la Armada se estudia el tema Derechos Humanos, agregando que es necesario que los crímenes de lesa humanidad sean investigados por los tribunales de justicia. Precisamente quisiéramos convocarlo a que, consecuente con esos conceptos, avance unos pasos más, sobrepasando el gesto simbólico manifestado en el encuentro de Isla Dawson.

Desde el año 2008 estamos abocados a materializar un proceso judicial que permita procesar y condenar a personal de la Armada que secuestró y torturó a personal de la tropa naval, antes y después del golpe de Estado. Estos hechos ocurrieron principalmente entre los meses de junio y agosto de 1973, cuando fueron detenidos más de un centenar de marinos, los cuales de una u otra forma se habían manifestado contrarios al golpe de Estado organizado por los mandos navales, en coordinación con otras ramas armadas. Fuimos tomados prisioneros por la inteligencia naval durante esos meses y trasladados a diferentes recintos de detención, en donde en forma sistemática se aplicaron torturas para obtener las confesiones que posteriormente fueron la base para acusarnos de sedición.

En el curso de la querella mencionada, hemos constatado una voluntad permanente de la Armada de no colaborar con la justicia. Los mandos navales desconocen hechos que fueron de conocimiento público, eliminan registros, esconden las bitácoras y los nombres de los oficiales encargados de distintas misiones ordenadas por el mando institucional. Cuando un grupo de marinos detenidos es trasladado desde el Cuartel Silva Palma a la Base Aeronaval El Belloto, no hay bitácora disponible para saber quiénes eran los responsables del traslado de prisioneros. Cuando luego son trasladados en un avión naval hacia el aeropuerto Carriel Sur, en Concepción, no hay registro disponible sobre quiénes formaban la tripulación del avión. Luego, en Carriel Sur fueron entregados a un pelotón de la Infantería de Marina, para ser embarcados en un camión y trasladados al cuartel Borgoño, en la Base Naval de Talcahuano, para ser interrogados y sometidos a torturas. Al solicitar judicialmente que se informe sobre quién o quiénes estuvieron al mando de dicho pelotón de Infantes de Marina, no hay respuesta, o se responde que no hay registro. Todos sabemos que ese pelotón estuvo al mando del capitán I.M. Luis Kohler Herrera, hay testimonios contundentes. Sin embargo, dicho oficial, ahora en retiro, se da el lujo de negar todo ante un Ministro en Visita, consciente de que no hay registro disponible sobre ese  y otros procedimientos. Y podríamos continuar con este relato, mencionar que luego se utilizó un buque de la Escuadra para trasladar a los prisioneros de regreso a Valparaíso. Tampoco hay registro disponible. Este es solamente un ejemplo de los hechos que ocurrieron y no son reconocidos oficialmente.

Señor almirante, además del campo de concentración en Isla Dawson, la Armada construyó campos de prisioneros en Colliguay, denominado Isla Riesco; en Puchuncaví, denominado Melinka, y otro en Ritoque. En los dos primeros, junto a un centenar de prisioneros civiles, fueron confinados los marinos que estaban prisioneros en la Cárcel de Valparaíso, a partir del 14 de diciembre de 1973 hasta fines de abril de 1974. Cuando intentamos obtener información para allegar a la causa judicial, la Armada responde que no hay registro. Los marinos ingresados en dichos campos fueron declarados prisioneros de guerra y sometidos a trabajos forzados y otros malos tratos.

Los dichos expresados públicamente por Ud. en Isla Dawson en junio de este año, relacionados con que los crímenes de lesa humanidad deben ser investigados por los tribunales de justicia, debieran tener continuidad en los hechos. Para que se haga justicia, es necesario cooperar y no obstruir los procedimientos judiciales. Tenemos la convicción que Ud., en calidad de jefe máximo de la institución, tiene la autoridad y los recursos necesarios para obtener la información requerida y ponerla a disposición de los tribunales de justicia cada vez que sea solicitada.

Quisiéramos hacerle presente, que durante los años de gobierno del presidente Salvador Allende, en reparticiones de tierra y en los buques de guerra, hubo centenares de marinos de tropa simpatizantes del proceso político-social en marcha. Muchas de esas simpatías eran expresadas abiertamente, al igual que muchos se manifestaban contrarios a los planes golpistas que estaban en marcha. Después del golpe de Estado, es lógico que nadie se atreviera a manifestarse. De ahí que es comprensible vuestra aseveración de que nunca ha escuchado en la Armada que alguien se manifieste en contra del 11 de septiembre. La detención de un centenar de marinos sirvió seguramente de escarmiento.

Si el actual Comandante en Jefe de la Armada, a cincuenta años del golpe de Estado, desea mostrar una nueva visión política institucional, consideramos que es siempre positivo dar pasos de integración dentro de la sociedad, para ayudarla a ser sistemáticamente más democrática y respetuosa de los Derechos Humanos.

Le saludan atentamente.

Ex marinos defensores del régimen democrático y contrarios al golpe de Estado.

Bernardo Flores Valdebenito Mro.1º

Luis Ayala Herrera Mro.1º

Carlos García Herrera Mro.1º

Mariano Ramirez Ramirez cabo 1º

Jaime Salazar Jeldres Mro.1º

Maximiliano Domínguez Moreno Cabo 1º

José Jara Troncoso Cabo 2º

Oscar Carvajal Gallardo Mro.1º

José  Velásquez Muñoz Mro.1º

Sergio Fuentes Paredes Mro.1º

Juan Segovia Arrué Mro.1º

Rodolfo Claros Córdova Mro.1º

Luis Aguirre Rojas Mro.2º

Roberto Fuentes Fuentes Mro.1º

Luis Rojo Gaete Mro.1º

Tomas Alonso Molinet Mro.1º

Luis Jorquera Silva Cabo 2º

Victor Martinez Cangana Operario 3º

Los marinos antigolpistas haciendo entrega del documento en la Primera Zona Naval:

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http://www.ojoconellente.cl/?p=8982

 

 


En el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado rendimos homenaje póstumo a los compañeros de armas y operarios de ASMAR fallecidos a la fecha. Expusieron sus vidas al oponerse al golpe de Estado, por la mantención de la vida democrática y el Estado de Derecho. Brindaron resistencia a la dictadura en cárceles y campos de concentración. Posterior a su liberación, dos de ellos fueron ejecutados por agentes del Estado.

En la Ruta de la Verdad.

Reconocimiento histórico por parte del Estado

Reparación Integral y Justicia.

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Memoria: Documental «Marinos contra el Golpe: Presos por lealtad»

Un homenaje a aquellos que se opusieron y denunciaron el golpe de Estado y que hoy están en la memoria viva

Por Alfredo Seguel

Hace 24 días

Publicado en

1973ChileMemoria / Actualidad / Chile / Justicia y DD.HH / Memoria50Años

Imagen portada: Marinos Constitucionalistas Chile

Marinos contra el Golpe: Presos por lealtad / A 50 años del Golpe

Una carta, todavía poco conocida públicamente, le dirige al presidente Salvador Allende un grupo de marinos encarcelados por supuesta sedición. “Nosotros, los marineros antigolpistas”, decía la epístola leída a través del dial de Radio Magallanes el 11 de septiembre de 1973, “somos los hijos del pueblo. Por lo tanto, jamás haríamos fuego contra él”.

Ver también / Chile, Archivo fotográfico 1973-1974: A 50 años del golpe de Estado

Meses antes, habían intentado informar al gobierno de los planes que la oficialidad de la Marinería tenía de participar en el derrocamiento de la Unidad Popular y la estrategia del horror que pronto se establecería como política de Estado.

El documental, Marinos contra el Golpe: Presos por lealtad, es un  trabajo audiovisual, creado conjuntamente con el Parque Cultural de Valparaíso, el que visita la historia de esos marinos que estuvieron dispuestos a sacrificar sus vidas por los principios que juraron defender y que aportan otros lugares para la interpretación y praxis en el Chile de hoy.

“Nosotros los marinos, antigolpistas de tropa, buscamos por todos los medios comunicarle al pueblo y al Gobierno de este golpe de Estado que planificaba la oficialidad golpista de la Armada. Para nosotros era vital evitar esa gran masacre contra el pueblo, que estaba ya planificada con fecha definida entre el 8 y el 10 de agosto, por datos e informaciones concretas, sumando a éstos las diferencias de nuestros jefes para con nosotros, la tropa, donde nos explicaban que por tales o cuales razones el Gobierno marxista debía ser derrocado y limpiado el pueblo de dirigentes marxistas”, señalaba parte de la carta.

Mira el documental: “Marinos contra el Golpe: Presos por lealtad” (uplatelevision)

Ver también registro de imágenes de marineros constitucionalistas. Aquí.

 

A 50 años del Golpe

A 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

Chacabuco 70: De centro de la dictadura a centro comercial

En el centro de Concepción, especificamente en la dirección Chacabuco 70, funcionó entre 1973 y 1988 uno de los mayores centros de detención de la dictadura en la ciudad.
Hoy el espacio, convertido en un supermercado de la cadena Unimarc, esconde historias de lo que fueron las violaciones a los derechos humanos en Chile.
El corto documental ´Chacabuco 70: de centro de la dictadura a centro comercial`, realizado por la plataforma creativa Cuxé, el cantautor Pancho Relámpago y el periodista Alejandro Baeza, rescata de primera fuente los testimonios de algunos de los casos más emblemáticos de prisioneros que pasaron por el recinto como Mario Patricio Cordero, parte del grupo de marinos constitucionalistas presos por intentar de evitar el golpe al interior de la Armada; la despedida de Vasili Carrillo con su padre, Isidoro Carrillo, antes de ser fusilado en octubre de 1973; el duelo de galo Acevedo, hijo de Sebastián Acevedo, al interior de Chacabuco 70 tras la inmolación de su padre; la solidaridad con los presos, relatada por María Angélica Fuica, visitante habitual de esta prisión en los ochenta; la publicación de un libro del periodista y entonces encarcelado, Ignazio Vidaurrázaga, el cual contaba con dibujos de su hermano Fernando, quien fue ejecutado en septiembre de 1986 como represalia de los militares tras el intento fallido de asesinato a Augusto Pinochet.
Otro antecedente revelado por este trabajo es que en diciembre de 1988, el Ministerio de Justicia de la dictadura encabezado por Hugo Rosende Subiabre, vende la cárcel a una Inmobiliaria representada por Antonio Manzur Apara y Felipe Larraín Aspillaga. Este último, en 2023, es presidente del directorio de Aguas Andinas.

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por Prof. Dr. Haroldo Quinteros Bugueño (Iquique, Chile)

Relatos, reflexiones y otros aportes para rescatar la Memoria, a 50 años del golpe de Estado en Chile

El golpe de estado de 1973, en términos técnicos, fue una acción militar, llevada a cabo por las Fuerzas Armadas de Chile (FF AA), conformadas por la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército, más la policía uniformada y civil, que también tienen características militares, tanto en el plano logístico como profesional.

Desde el punto de vista político, fue una acción que recuerda la famosa frase de Carl von Clausewitz “la guerra es la continuidad de la política por otros medios”. Así fue. El golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 vino a dar fin a un enfrentamiento político, que se desenvolvía sola y exclusivamente en el ámbito civil, i.e., en los marcos de la organización constitucional del país vigente desde 1925 hasta 1973. Por lo tanto, era una confrontación entre dos bloques políticos, a saber:

1- La izquierda socialista, representada por el gobierno del presidente constitucional de Chile Salvador Allende y sus mayores sostenedores políticos, el Partido Socialista -del cual Allende era militante- y el Partido Comunista. Estos dos entes políticos integraban la coalición de gobierno, la Unidad Popular (UP), en la que también participaban otros partidos menores de izquierda. El partido más radical de izquierda era el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), agrupación extra-parlamentaria y minoritaria en el país, que no tenía participación alguna en el gobierno.

2- La derecha opositora al gobierno de la UP, representada por el Partido Nacional (PN) , defensor del sistema capitalista vigente entonces; es decir, de los intereses económicos del empresariado chileno y extranjero. A la derecha se sumó el Partido Demócrata Cristiano, o Democracia Cristiana (DC), formando una coalición de oposición que llamaron “Confederación de la Democracia” o “Frente Democrático” (FD).

Los beneficiados del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 fueron los posesores del gran capital nacional y los intereses económicos de Estados Unidos (EE UU). En cuanto EE UU, el derrocamiento del presidente Allende, no pudo ser más beneficioso, porque desde el triunfo electoral de la UP en 1970, la mayor potencia capitalista del mundo veía cómo nuestro país, que se declaraba abiertamente anti-imperialista y desarrollándose hacia el socialismo, había alcanzado tal condición por la vía pacífica y las reglas constitucionales vigentes. En fin, las FF AA abandonaron su rol mandatado constitucionalmente, en cuanto observar una conducta neutral ante las controversias políticas de la civilidad.

Es de destacar que luego de usurpar el poder, amparadas por el monopolio de las armas que les entregaba, pusieron el país a la más absoluta disposición política y económica de los intereses de EE UU; vale decir, abandonaron su deber de defender nuestra soberanía como nación independiente. Las FF AA, en suma, que debían atenerse a respetar la constitución entonces vigente, hicieron lo contrario. Desobedeciendo las leyes, actuaron como el brazo armado de un sector político nacional muy específico, la derecha civil y de los intereses de una potencia extranjera, Estados Unidos de Norte América.

Desde el punto de vista ético-político, el rol de la DC fue tan vil como grotesco. Sirvió de caja de resonancia a la acción sediciosa contra el gobierno constitucional de Chile, organizada clandestinamente por la derecha nacional y el imperialismo norteamericano a la espera que, una vez producido el golpe, como ha sido ampliamente acreditado, los golpistas le entregaran de manera transitoria la administración del país hasta lo que sería “la restauración democrática.”

En las postrimerías de nuestro antiguo orden democrático, la dirección de la DC participó activamente en el sabotaje político y económico contra el gobierno, sumándose a la campaña de la derecha y del imperialismo norteamericano destinada a hacerlo fracasar, organizando huelgas donde les era posible, guardando silencio ante los actos terroristas abiertamente auto – adjudicados por el grupo de ultra-derecha y neo-fascista “Patria y Libertad,” y colaborando de modo oculto en el desabastecimiento de los productos de consumo diario.

Este suceso se hizo evidente cuando hasta el mismo día del golpe de estado, conocidos militantes y personeros políticos de la DC participaron en el paro de los camioneros que solo unas semanas antes del cuartelazo dañaba ostensiblemente la distribución y el consumo de alimentos, infamante acto que financió íntegramente el gobierno de Estados Unidos, como lo han revelado muchos archivos desclasificados de la propia CIA norteamericana.

La derecha política y la DC, al boicotear el transporte de bienes de consumo y mercancías, luego, además, de impulsar el más generalizado desabastecimiento, se habían propuesto crear un falso clima de baja producción en el país, lo que no consiguió convencer a toda la ciudadanía porque las objetivas cifras de entes independientes del Estado en materia productiva revelaban que, por el contrario, la producción de bienes de consumo se había incrementado durante el mandato de la UP. En el escaso tiempo que duró la falsa espera por aquella promesa de recibir en una bandeja de plata el gobierno, la mayor parte de la dirigencia de la Democracia Cristiana colaboró con la dictadura en ministerios, subsecretarías, reparticiones burocráticas del Estado, rectorías universitarias, etc., etc.

Es más, aplaudió y justificó el sangriento golpe de estado ante el país y el mundo como retribución de lo que sería la entrega del gobierno a su máximo líder, Eduardo Frei Montalva, quien hasta el 11 de septiembre de 1973 era presidente del Senado de la República.

Un año después del golpe, la DC se separó completamente de los golpistas. Veamos:

La derecha política, agrupada en el Partido Nacional (PN), era ostensiblemente minoritaria en Chile. En las elecciones del Parlamento de marzo de 1973, las últimas realizadas en democracia antes del golpe de estado, la ciudadanía había superado en participación a todas las elecciones antes realizadas en el país hasta esa fecha, alcanzando el récord de un 81%. La derecha política pura, el PN, obtuvo el 16% de los votos, menos de la quinta parte del total. El partido mayoritario en Chile era su aliada, la centrista DC, que obtuvo el 40% de la votación. Por lo tanto, la mayor fuerza política de orientación única (socialista y anti-imperialista) era la izquierda, que obtuvo con el gobierno de la UP el 44% de los votos, a pesar del agudo clima social en Chile creado por el sabotaje económico al gobierno, desde dentro y fuera del país. Además del desabastecimiento y los actos terroristas de la ultra – derecha destinados a dañar la economía, el gobierno estadounidense había cerrado sus instituciones bancarias bajo su control a cualesquiera solicitudes de créditos del gobierno de Chile. Además, frenó el flujo de las importaciones de maquinarias y repuestos para nuestras industrias, sobre todo la del cobre, como también para el parque automotriz.

Además de asesinar al presidente de la República, al igual que selectivamente a los mejores dirigentes de los partidos de la Unidad Popular a lo largo del país, y lanzar a la cárcel y al exilio a miles de sus dirigentes, la dictadura que advino con el golpe de estado humilló a su aliada golpista, la DC, deshaciéndose de ella. Obviamente, fue entonces cuando se conoció a cabalidad cuál sería la orientación ideológica que tendría el gobierno dictatorial.

Conviene, sobre todo para que lo sepan bien las generaciones jóvenes de hoy, referirse a qué fue lo que gatilló la alianza de la DC con la derecha. Fueron tres situaciones:

Primero, siempre hubo en la testera de la DC una corriente anti-izquierdista y pro-capitalista, lo que sirvió admirablemente a la dictadura, puesto que entonces la derecha no contaba con cuadros técnicos suficientes para manejar sola los estratos administrativos de todo el país.  Así fue como la dictadura que encabezó Augusto Pinochet (comandante en jefe del Ejército al momento del golpe de  estado) se ayudó en sus inicios de la DC. Tuvo algunos ministros democratacristianos como Jorge Cauas, además de consejeros, funcionarios administrativos y trabajadores que ocuparon cargos directivos en todas las reparticiones públicas, como asimismo en universidades, institutos y escuelas, los que vinieron a ocupar las vacancias dejadas por los profesionales, funcionarios, trabajadores  y académicos que fueron exonerados, encarcelados, exiliados y asesinados, por el solo hecho de haber sido militantes de los partidos de la UP.

Segundo, si bien en 1970 el sector conservador de la DC era minoritario en la testera del partido, el continuo boicot de la poderosa derecha económica, tanto industrial como comercial contra el gobierno de la Unidad Popular, tuvo su efecto. A ello se sumó el asesinato de Edmundo Pérez Zujovic, un ex – ministro de Frei Montalva, en un atentado perpetrado por un comando de una pequeña agrupación extra-parlamentaria de ultra-izquierda, la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), decididamente contraria al gobierno de la UP. Allende ordenó de inmediato perseguir a la VOP. Sus líderes y militantes principales se resistieron en armas, y varios fueron muertos y otros tantos encarcelados. Así fue el fin de esta organización. Por cierto, al asesinar a Pérez, la VOP le había hecho un espectacular favor a la derecha, puesto que el asesinato facilitó la hegemonía política del sector conservador en la dirección de la DC. El retroceso de este sector se hizo evidente en la DC a fines del gobierno de Frei Montalva.

En las elecciones presidenciales de 1970 se impuso Radomiro Tomic como su candidato a las elecciones presidenciales de 1970. Tomic era un antiguo político de definición progresista que, incluso, llegó a plantear la necesidad de llegar a un acuerdo con el gobierno de la UP poco antes del golpe de estado, lo que, por supuesto, lo frenaría. En fin, aunque la VOP fue aniquilada por el gobierno de Salvador Allende, la DC, con los conservadores Frei Montalva, Zaldívar y Aylwin a la cabeza, se alió con la derecha y contra el gobierno de la UP, y con ello se sumó al golpe de estado, conjura planeada e iniciada por la derecha y el imperialismo norteamericano inmediatamente después de la asunción de Allende al gobierno.  Todo ello ocurría a contrapelo de lo que era oficialmente el origen y programa de la DC.

En teoría, la DC era un partido promotor de un Estado semejante al gobierno del presidente Allende; es decir, de economía mixta y contrario al modelo socialista de partido único. A ello la DC llamaba “la sociedad comunitaria;” es decir, igualitaria. La DC llegó, incluso, a llamar “revolucionario” a su proyecto, en cuanto proponía la sustitución del sistema capitalista entonces vigente por aquella sociedad “comunitaria.” Eso era la teoría, nada más, como así lo demostraron los hechos.

La derecha nacional y también algunos dirigentes de la DC hasta hoy alegan que el golpe de estado fue legítimo porque, primero, la derecha y la Democracia Cristiana tenían en 1973 mayoría parlamentaria; y segundo, porque la Corte Suprema también avaló el cuartelazo. Por supuesto, ambos argumentos sostenían una ilegalidad, y, sobre todo, falaces. Primero, el golpe se produjo en la mitad del período presidencial de Allende y, como es bien sabido, en todos los países democráticos del mundo la democracia se basa en el principio de la realización de elecciones generales parlamentarias en la mitad de una administración presidencial, y que cualquiera sea el resultado de la elección, el presidente debe terminar su mandato solo si la oposición parlamentaria lo acusa constitucionalmente, para lo cual necesita dos tercios en el Congreso.

Pues bien, la dupla derecha-DC no obtuvo el tercio de los votos en las elecciones de marzo de 1973, lo que hizo imposible la destitución legal del presidente Allende. Además, nunca un gobierno en toda la historia de Chile había llegado a un apoyo tan alto como el que obtuvo el gobierno de la UP en aquellas elecciones parlamentarias, con un 44% de los votos. En consecuencia, el segundo argumento (el apoyo de la Corte Suprema al golpe) solo puede calificarse de políticamente sesgado, lo que envilece a la mayor institución jurídica del país, la Corte Suprema, la que, en lugar de atenerse a la Ley y a su obligado rol de garante mayor de la correcta aplicación de la justicia, se sumó al golpe de estado.

Desde entonces, la Corte Suprema carga sobre sí el estigma de no solo haber justificado el sangriento fin que tuvo la democracia chilena en 1973, sino no haber alzado la voz, como le correspondía legalmente hacerlo, frente a las flagrantes y sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos que se cometían en Chile ante los ojos de todo el país y la comunidad internacional. Por cierto, la Corte Suprema, además, fue indiferente a la barbarie de neto corte fascista que tenía lugar en Chile y a la larga suspensión de las garantías constitucionales decretadas por la dictadura a lo largo de los 17 años que gobernó el país. De manera que no solo la derecha, el imperialismo norteamericano y los militares fascistas quedaron manchados de sangre ante los ojos de todo el mundo, sino también la DC y la Corte Suprema.

A la pregunta, ¿qué hizo el gobierno de la UP para ser derrocado de modo tan brutal? Veamos:

Salvador Allende asumió en 1970 como presidente de la República, siendo el primer político de orientación socialista revolucionaria, declarándose explícitamente así ante Chile y el mundo. Era el líder de un programa de gobierno anti-imperialista, que accedió al gobierno por primera vez en el mundo como resultado de su triunfo en comicios establecidos en las leyes vigentes. Nacionalizó el cobre a través de una ley referida al principio de las «ganancias excesivas,» que lo hizo internacionalmente famoso, modelo aplicado en otros países.

Nacionalizó todas las riquezas mineras del país y estatizó bajo un sistema legal de indemnización  las mayores industrias estratégicas; aplicó a fondo la reforma agraria que había sido aprobada bajo el gobierno demócrata cristiano de Eduardo Frei Montalva, pero que había sido interrumpida en abril de 1970 luego del asesinato de Hernán Mery, un funcionario de gobierno de la Corporación de Reforma Agraria (fundada por Frei en 1965), perpetrado por sicarios ligados a la ultra-derecha y a terratenientes de la región en que Mery se desempeñaba. Allende también apoyó la revolución cubana ante las agresiones del gobierno de EE UU y realizó importantes reformas sociales, en la Salud, el sistema bancario, el empleo, la vivienda y la Educación.

Antes de ganar las elecciones, el gobierno de EE UU y la derecha política nacional ya habían empezado a actuar: En 1969, un grupo de militares protagonizó el asalto y toma al regimiento “Tacna” en Santiago (el “tacnazo”), para evitar el posible triunfo de la izquierda en 1970. Con ese mismo objetivo, ese mismo año, la empresa norteamericana ITT inició su conspiración en Chile, entrevistándose con civiles y con la más alta esfera del gobierno, con el propio presidente de la república. Agentes de la ITT sostuvieron una entrevista secreta con Frei Montalva, al que le pidieron derechamente colaborar en su plan de impedir el triunfo de la izquierda en 1970. Frei, si bien no aceptó la propuesta, no la denunció como una inaceptable injerencia extranjera en nuestros asuntos internos. El presidente, en suma, guardó el secreto de este atentado a nuestra soberanía.

Luego del triunfo de la UP, y antes de asumir Allende, un comando terrorista de derecha asesinó al comandante en Jefe del Ejército René Schneider Chereau, y en 1972, la conspiración ya estaba organizada y preparada para asestar el golpe final. La oposición civil al gobierno no trepidó en provocar desabastecimiento en el país. Se trataba de acaparar alimentos y bienes básicos de consumo, e incluso, en sacarlos de Chile de manera clandestina. La DC también hizo lo suyo. El dirigente demócrata-cristiano Guillermo Medina lideró una huelga del cobre en el mineral de Sewell, y el gremio de dueños de camiones, adictos tanto a la derecha como a la DC, intentaron paralizar el país en el mes de octubre de 1972. Todo eso ocurría sólo a cuatro meses de las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, con el obvio fin de ganar el apoyo ciudadano que permitiera a la coalición de oposición derecha-DC obtener los dos tercios en el Parlamento que necesitaba para destituir a Allende.

Personeros de la derecha y la DC aducen hasta hoy que Allende cayó por su fracaso en la economía. A estas alturas de nuestra historia nacional, cuando ya todo se sabe, afirmar eso sólo llamarse falacia, o en el mejor de los casos, ignorancia o soberana estupidez. Es indiscutible hoy, luego de la desclasificación de muchos documentos secretos de la CIA con respecto al golpe de estado de 1973, que su preparación empezó a gestarse desde antes del triunfo de la UP en la elección presidencial de 1970. El gobierno de Estados Unidos, a cuya cabeza estaba el presidente Richard Nixon (destituido en 1975 por el espionaje que ordenó contra el Partido Demócrata), y su secretario de Estado Henry Kissinger, fueron decisivos en el derrocamiento manu militari del gobierno de Salvador Allende.

Está totalmente acreditado que el gobierno de EE UU financió directamente la preparación de muchas de las acciones que llevaron al país a un clima social de descontento, cuyo fin era terminar con el legítimo gobierno de Chile. Las pruebas documentadas de la intervención norteamericana sobran. Personajes muy conocidos del gran empresariado nacional y de la derecha política viajaban frecuentemente a reunirse en Estados Unidos con los jefes del Departamento de Estado de ese país. Nixon, apenas asumido en la presidencia, decidió participar activamente en el derrocamiento de Allende mediante el Proyecto FUBELT, más conocido como Track 2.  Un documento desclasificado de la CIA publicado en 2009 revela que Nixon, durante su gestión, ofreció dinero y ayuda secreta al dictador brasileño Emilio Garrastazú Médici, que se ocuparía de convencer a las FF AA chilenas de derrocar a Allende, dinero que, obviamente, se invertiría en Chile, lo que conlleva la presunta dación de sobornos a la oficialidad militar nacional. Hay más todavía:

De acuerdo con documentación oficial norteamericana, por mucho tiempo secreta, y que ahora es de conocimiento público, divulgada por la organización no gubernamental de EE UU llamada “National Secret Archives” (Archivos Secretos Nacionales), Garrastazú Médici, en un encuentro con Nixon en la Casa Blanca el 9 de diciembre de 1971, dijo a viva voz a Nixon: “Brasil estaba trabajando con el objetivo de derrocar a Allende.”

También está acreditada la falsedad del “Plan Z,” un invento propagandístico difundido por la dictadura durante varios años, tanto en Chile como en el extranjero. Este falso plan, cuya autoría el régimen achacaba al gobierno presidido por Salvador Allende, hablaba de la presencia de miles de guerrilleros cubanos en Chile (unos 14.000); como también de la existencia de un plan de auto – golpe liderado por Allende que contemplaba entre otras acciones el fusilamiento de toda la oficialidad de las FF AA. Fue la propia CIA que, luego de desclasificar la documentación pertinente, desmintió la veracidad del plan.

También están acreditados los continuos encuentros secretos, tanto en Chile como en EE UU, de conspicuos empresarios y políticos de derecha chilenos, como Agustín Edwards (el dueño de “El Mercurio”), Sergio Onofre Jarpa y Sergio Diez, con agentes de la CIA y personeros del Departamento de Estado de EE UU. Según “Wikipedia”, dentro de estas acciones de financiamiento e intervención de EE UU en Chile se encuentran, entre otras conjuras, el asesinato del general René Schneider, el “tanquetazo,” la fracasada sublevación militar del 29 de junio de 1973, la huelga de los camioneros de octubre-noviembre de 1972 y la huelga del cobre en Sewell. Todos estos actos planeados por la derecha nacional y agentes de la CIA fracasaron. Al fin y al cabo, fracasaron porque Allende tenía un fuerte y activo apoyo popular y de la clase trabajadora, y porque, en el caso de la huelga de los dueños de camiones, había trenes estatales en Chile.

También está totalmente probado que varias flotas norteamericanas, ya terminada la tradicional “Operación Unitas,” se quedaron en alerta frente a Valparaíso, en caso, obviamente, que el golpe, en su forma netamente militar, fracasara. ¡Vaya militares patrióticos que teníamos!

Hasta aquí, es preciso detenerse en algo muy importante. Se trata de la figura legal conocida como “Traición a la Patria”, contemplada en todas las legislaciones del mundo. Esta figura se da especialmente en situación de guerra civil; es decir, de confrontación militar interna. De partida, en Chile no teníamos tal confrontación militar, por lo tanto, no podía surgir de la izquierda tal traición a la Patria, la que se da cuando uno de los bandos pide y obtiene la intervención de un país extranjero en su favor. Es evidente que si hubo tal figura jurídica, ésta vino de la derecha nacional. En efecto, el golpismo chileno, tanto civil como militar, tuvo el apoyo de una potencia extranjera en su plan de derrocar un gobierno legalmente constituido.

Esto, lisa y llanamente, tanto jurídica como lógicamente, ilustra bien lo que es Traición a la Patria. El apoyo al golpe, reconocido oficialmente por EE. UU., nunca lo ha sido por la dupla derecha-DC en Chile. Hay muchos ejemplos históricos que configuran este delito. Por ejemplo, en el siglo XVII, el rey Carlos I de Inglaterra fue decapitado porque en la guerra civil entre la monarquía y el Parlamento encabezado por Oliver Cromwell, pidió secretamente ayuda a Irlanda. Lo mismo sucedió con Luis XVI en Francia, que se la pidió a Austria, durante la Revolución Francesa. En las sentencias de ambos reyes ejecutados consta su alianza con un país extranjero.

En realidad, es imposible negar que el golpe de estado fue tanto una acción chilena como norteamericana.  El gobierno de Nixon declaró muchas veces que no toleraría un solo gobierno más socialista en América Latina, como Cuba, aunque fuese elegido democráticamente. La intervención norteamericana en Chile empezó, incluso, un año antes del triunfo de Allende; por ejemplo, con la intervención de la empresa transnacional ITT en Chile, que vino a conocerse gracias a la investigación y denuncia pública del periodista norteamericano del diario Washington Post, Jack Anderson. No está de más insistir en la infamante actitud de Frei en este suceso. Si bien no se plegó entonces al golpe, lo hizo tres años después, teniendo conciencia plena que el derrocamiento del gobierno constitucional de Chile era un plan estadounidense que venía gestándose desde hacía mucho tiempo.  Transcribo informes norteamericanos oficiales desclasificados hace unos años, sobre el golpe:

El 15 de septiembre de 1970 (sólo unos días después del triunfo de la Unidad Popular), en una reunión en la Casa Blanca a la que asistió Kissinger, el presidente Nixon declaró al director de la CIA, Richard Helms, que la elección de Allende era inaceptable, ordenando a la agencia actuar, con la frase «haremos chillar a la economía chilena.»

La CIA lanzó una campaña masiva de operaciones encubiertas –primero para impedir que Allende asumiera el gobierno, y segundo, si esa estrategia fracasaba, minar su gobernabilidad. Nixon dijo lo siguiente ante su Consejo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1970, dos días después de que Allende asumiera al gobierno:

Nuestra principal preocupación en Chile es la posibilidad de que Allende se consolide, y que su imagen ante el mundo aparezca como un éxito.

Llevando a cabo la orden de Nixon, en los años siguientes el gobierno de EE UU decidió “estrangular la economía de Chile,” según palabras textuales de Henry Kissinger, el Secretario de Estado norteamericano. Los bancos norteamericanos congelaron créditos, el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales dominadas por Estados Unidos cancelaron préstamos; en 1969 la ITT formó un comité de representantes de corporaciones estadounidenses para impedir el triunfo de Allende un año después y, en general, el gobierno norteamericano financió un movimiento nacional de oposición contra el gobierno,  como la huelga de camioneros que consiguió paralizar una gran parte del sistema de transporte.

Terminada la dictadura, en un acto de celebración del triunfo presidencial del ex – presidente Aylwin, éste, con lágrimas en los ojos, pidió perdón al país por las violaciones a los Derechos Humanos que se cometieron en dictadura. Sin embargo, solo lo hizo a nombre del Estado. Debió también haber pedido perdón como demócrata cristiano, porque él y su partido, del cual él era su presidente en esa época, se alió con la derecha y el imperio norteamericano para el derrocamiento del gobierno legalmente constituido. El fiasco demócrata-cristiano quedará para siempre en nuestra historia como un acto bochornoso.

La dictadura no le entregó el gobierno a la DC, aunque que ella fue su cómplice en el golpe de estado. Además, la tiranía de Pinochet persiguió a sus mayores dirigentes, y algunos terminaron en el exilio. Es más, Bernardo Leighton, uno de los más importantes líderes de la DC, que no apoyó el golpe, sino que se sumó a la denuncia de los crímenes de lesa humanidad de la dictadura, sufrió un atentado terrorista en Italia, perpetrado por agentes chilenos de la dictadura, que causaron poco después la muerte tanto de él como de su esposa. En 1982, la dictadura acabó con la vida de su primer líder y ex – presidente de la república Eduardo Frei Montalva, al cual se le había prometido el gobierno del país luego del golpe. El asesinato de Frei se selló cuando éste inició en 1980 una campaña contra la dictadura abogando por una Asamblea Constituyente para la redacción de una nueva Constitución. Los que todavía no lo creen, lean el libro de su hija Carmen, hasta hace poco presidente de la DC, aparecido hace sólo unos años, que lleva el nombre “Magnicidio. La Historia del Crimen de mi Padre” (Editorial Aguilar, 2017).

Hasta ahora los militares alegan que siempre fueron neutrales en política. Por lo tanto, la Junta Militar que derrocó a Allende en 1973 no habría tenido ninguna orientación política.  Por supuesto, eso es una ridícula mentira. La oficialidad de los militares chilenos ha probado desde hace mucho tiempo que tiene una orientación política conservadora, es decir, de derecha. Por supuesto, los militares por sí solos no saben ni pueden gobernar, porque eso no condice con su formación profesional; de modo que cuando tomaron el poder desde septiembre de 1973, entregaron la administración del gobierno a los políticos más conocidos de la derecha, sus mentores ideológicos, como asimismo a varios de sus aliados, militantes de la DC.

Probablemente, el conservadurismo de derecha de la oficialidad militar puede ser hoy muy acendrado, puesto que, durante la dictadura, la derecha civil, con Jaime Guzmán a la cabeza, envió a varios de sus intelectuales a dictar clases y charlas a cadetes de la Escuela Militar y otras academias castrenses hasta el fin de la dictadura, con el obvio fin de adiestrarlos ideológicamente. Por supuesto, éstos son hoy generales y oficiales mayores del Ejército y demás ramas de las FF AA.

Una falsedad de proporciones es la “obediencia” que debe todo militar a sus superiores. Este principio es sagrado en todos los ejércitos del mundo, que se sella en solemnes juramentos ante Dios y los emblemas patrios. Sin embargo, en Chile, todo militar que piense, como corresponde a todo ser humano, antes de jurar debe preguntarse quién es el superior de sus superiores. Esta es la respuesta: en toda democracia, el superior de la más alta oficialidad de las Fuerzas Armadas es el Presidente o el Primer Ministro Constitucional de la República, según el antiguo principio milites sub civibus (los militares están bajo el poder civil).

Epílogo:

En este 11 de septiembre, es preciso que el pueblo chileno no ceje en su lucha por acabar con las injusticias reinantes, traídas a nuestra Patria por la dictadura.

Finalmente, en el caso del golpe de estado en Chile en 1973, ¿son justos los términos “golpe militar” y “dictadura militar”? No, rotundamente no.  Al respecto, veamos lo que dice Wikipedia, un ente informativo estadounidense que, obviamente, no tiene nada de comunista ni socialista:

Chile, que en 1973 se mantenía como una de las democracias más estables en América Latina, entró en una dictadura cívico-militar que se extendió hasta 1990. Durante este período, fueron cometidas sistemáticas violaciones a los derechos humanos.

Nótese la definición “cívico-militar” del golpe de estado de 1973. Por cierto, lo único que fue militar fue el cuartelazo del 11 de septiembre. La dictadura, por supuesto, no fue militar, sino civil. En realidad, los militares participaron en ella solo como sus garantes armados, para que los verdaderos gobernantes manejaran el Estado a su más absoluta discreción, bajo un clima de terror de estado. Dicho, entonces, con toda propiedad, hoy en Punta Peuco deberían también estar encarcelados los que boicotearon la economía nacional durante el gobierno de la UP; los que acapararon y ocultaron nuestros productos industriales para hacer creer al pueblo que el país no producía, sabiendo que la producción nunca bajó, y que, por el contrario, se mantuvo en alza durante el gobierno de Salvador Allende; los que sacaron los productos y bienes diarios de consumo hacia fuera del país en forma de contrabando; los que viajaron a diario a Washington para planear con el Departamento de Estado norteamericano el derrocamiento del gobierno constitucional de Chile;

…los  fiscales, jueces y miembros civiles de los consejos de guerra de los juicios-farsas que terminaron con la cárcel, las torturas,  la muerte y el exilio de cientos de miles de chilenos; los soplones de la derecha y la DC que no faltaron durante los meses y varios años que siguieron al golpe; los encubridores de miles de crímenes; los médicos que participaron en las torturas; los periodistas y la prensa que ocultaba a diario lo que ocurría en Chile; los ministros de la Corte Suprema que no solo callaron ante las atrocidades que la dictadura cometía en materia de derechos humanos, sino que nunca acogieron las demandas por asesinatos, desapariciones y torturas, que presentaron ante ella familiares de las víctimas y la Vicaría de la Solidaridad fundada por el cardenal Raúl Silva Henríquez,  sabiendo que tenían la obligación de hacerlo durante los 17 años de la dictadura; etc., etc.

El 11 de septiembre es una fecha de connotación histórica, que no sólo incumbe recordar a la izquierda chilena.  Es una fecha que terminó con la línea histórica, sociocultural y política que el pueblo de Chile venía dándose desde los inicios de la República. Teníamos una economía mixta, en la que progresivamente se hacía más y más fuerte la intervención del Estado.  Sin el traicionero golpe de estado de 1973, esa línea hubiese continuado, porque todo indicaba que el gobierno de Salvador Allende resolvería los problemas que tenía en el plano económico, y, sobre todo, porque cada vez más, muchos militares se alejaban del golpismo.

Hasta 1973, vivíamos una democracia con características de las cuales la que tenemos hoy carece. Todavía nos rige una constitución política tan espuria como ilegítima, que desde 1980 hasta nuestros días sigue vigente. Nada indica seriamente que será definitivamente cambiada por una nueva y realmente democrática. Ya no tuvimos una Asamblea Constituyente que podía asegurar una constitución popular. En este 11 de septiembre, es preciso que el pueblo chileno no ceje en su lucha por acabar con las injusticias reinantes, traídas a nuestra Patria por la dictadura. La dignidad nacional que se alzó el 18 de octubre de 2019 no puede seguir debilitándose hasta su fin. Ella es la única forma de recuperar la nación para el pueblo de Chile, dejar atrás la traición y el crimen, y democratizar nuestras FF AA, empezando por exigirles que reconozcan y pidan perdón por haber usurpado al pueblo en 1973 el legítimo poder del gobierno nacional y popular que presidía el doctor Salvador Allende Gossens.

*Fuente: Edición Cero

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Hace 50 años

Los marinos de Talcahuano en defensa del gobierno de Allende

Danny Monsálvez Araneda

26/08/2023 – 06:00

Sede base naval de Talcahuano

Este texto fue tomado del libro Proa al golpe en la Armada. El caso Asmar-Talcahuano, (Ediciones Al Aire Libre) cuyo autor es académico e investigador en el Departamento de Historia de la Universidad de Concepción.

Una de las principales inquietudes que rondaban en los altos mandos de la Armada, era la certeza del trabajo de infiltración política-ideológica que estaban desarrollando los partidos de la Unidad Popular con las Fuerzas Armadas. Aquellas apreciaciones eran reafirmadas por los discursos de algunos partidos y movimientos a través de constantes llamados a la desobediencia de la tropa con sus altos mandos.

Por ejemplo, el secretario general del Partido Socialista manifestaba que “los soldados, marinos, aviadores y carabineros no pueden prestarse, en ningún momento y bajo ningunas circunstancias, para asesinar trabajadores. Y llegado el caso en que nuevamente algunos oficiales se alzaran, los oficiales, suboficiales, clases, soldados no tienen la obligación de obediencia. Aún más claro: no sólo tienen el deber de negarse a acatar órdenes que signifiquen disparar contra el pueblo […], sino de oponerse activamente”.

La Armada sostenía que el trabajo de penetración de la izquierda lo que perseguía era producir una insurrección en sus filas. Hecho que para ellos quedó demostrado la primera semana de agosto, específicamente el lunes 6, en la madrugada, cuando comenzaron a ser detenidos algunos miembros de la institución, entre ellos cabos, marineros y suboficiales tanto en Valparaíso como en Talcahuano.

Mientras que Miguel Enríquez a mediados de julio en un discurso en el teatro Caupolicán manifestaba que “los suboficiales, soldados y carabineros deben desobedecer las órdenes de los oficiales golpistas y, en ese caso, todas las formas de lucha se harán legítimas. Entonces, sí que será cierto que los trabajadores con los soldados, marineros, aviadores y carabineros, los suboficiales y oficiales antigolpistas, tendrán el legítimo derecho a construir su propio ejército, el Ejército del Pueblo”.

La Armada sostenía que el trabajo de penetración de la izquierda lo que perseguía era producir una insurrección en sus filas. Hecho que para ellos quedó demostrado la primera semana de agosto, específicamente el lunes 6, en la madrugada, cuando comenzaron a ser detenidos algunos miembros de la institución, entre ellos, cabos, marineros y suboficiales, tanto en Valparaíso como en Talcahuano. Los oficiales del Servicio de Inteligencia Naval habían detectado aquellos elementos de algunas instalaciones navales vinculados a activistas de la Unidad Popular, afines a las ideas de izquierda, partidarios del Gobierno y dispuestos a su defensa.

A los días de la detención del personal de la institución, algunos medios de prensa, especialmente de oposición, daban a conocer la noticia de una “infiltración o intento de subversión en la Armada”. Al mismo tiempo se señalaba que: “En el cuartel Silva Palma, prisión que posee la Armada en este puerto dependiente de la Infantería de Marina ubicada en el Cerro Artillería, se encontraban detenidos ayer alrededor de 50 oficiales y tripulantes de las naves ‘Almirante Latorre’ y ‘Blanco Encalada’. Los detenidos fueron sorprendidos realizando actividades de orden subversivo de acuerdo con investigaciones realizadas por el Servicio de Inteligencia Naval”. En opinión de la institución, esta acción era consecuencia de la sostenida campaña de grupos de izquierda, destinados a quebrar la disciplina interna, a través de distintos llamados a la desobediencia al interior de la institución.

Pero aquello no era todo, paralelamente a lo que ocurría en algunas unidades de la Escuadra; en la Planta de Astilleros y Maestranza de la Armada (Asmar) de Talcahuano, la institución y su Servicio de Inteligencia habían detectado otro movimiento de similares características a los denunciados en Valparaíso. Al respecto el comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval, contralmirante Jorge Paredes Wetzel, daba a conocer un comunicado público el cual decía: “Se ha detectado irrefutablemente que, en esta Zona Naval, elementos civiles de extrema izquierda intentaron infiltrarse en algunas Unidades y en la Planta ASMAR de Talcahuano, logrando que un muy reducido número de personal naval infringiera gravemente sus obligaciones miIitares […] al respecto, se han tomado todas las medidas necesarias y la situación está totalmente controlada y neutralizada. Los oficiales y personal dependientes de esta Zona Naval, al igual que los trabajadores de los Astilleros y Maestranzas de la Armada, han reaccionado con absoluta indignación, virilidad y firmeza, frente a una situación como la antes señalada, expresando por su conducto regular su total adhesión a la institución”.

Sin embargo, un grupo de trabajadores de Asmar objetando las opiniones del contralmirante Paredes, manifestaron su malestar ante las agresiones de las cuales habían sido víctimas en los últimos días, durante la revisión de la planta industrial que ha hecho el personal de la institución en busca de posibles conexiones de algunos trabajadores con los detenidos o con elementos de izquierda ajenos a la institución.

Al respecto, la institución naval emitió un comunicado señalando que se había detectado un “movimiento subversivo en dos unidades de la Armada apoyado por elementos extremistas ajenos a la institución”. 

El comunicado de los trabajadores de los astilleros señalaba que “… estamos en total desacuerdo con todo acto de atropello que vaya contra el respeto y la dignidad laboral […] como trabajadores conscientes de nuestro papel en la empresa en que laboramos, estamos siempre dispuestos a defender la Constitución y el orden”. Firmaban la declaración los dirigentes Ramón Carrasco, Sergio Ceballos, Francisco Cabrera, Jesús Bustos, Humberto Carrasco y Francisco Aranda.

En esta misma línea la CUT, más los cordones industriales de Talcahuano, Centro y Pesquero San Vicente hacían un llamado a todos los dirigentes y organismos de base a solidarizar y exigir la libertad de los trabajadores detenidos de Asmar, los cuales habían sido violentamente vejados y atropellados en sus derechos.

A Salvador Allende se le sumaba otro problema más. A las ya conocidas dificultades que estaba enfrentando el Gobierno, ahora tenía que explicar cuál sería su posición ante este complejo acontecimiento, especialmente cuando la institución había apuntado las acusaciones a dos connotados dirigentes de la Unidad Popular, como el senador socialista Carlos Altamirano y al diputado mapucista Oscar Guillermo Garretón.

En una declaración el presidente Salvador Allende manifestó que el Gobierno en su política de respeto al Estado de Derecho, no emite juicios sobre acontecimientos que se están investigando. Al mismo tiempo criticó la política de algunos sectores que pretenden producir un antagonismo entre el pueblo y las Fuerzas Armadas. “El Gobierno ha insistido en que no puede deformarse la realidad chilena con un falso antagonismo entre el pueblo y las Fuerzas Armadas. Instituciones éstas que deben mantener su integridad y profesionalismo para cumplir con las elevadas responsabilidades que imponen la defensa y seguridad nacional”. Estas opiniones fueron reafirmadas por el ministro de Defensa, Orlando Letelier del Solar, al señalar que con preocupación se ha constatado en los últimos días cómo algunos órganos de prensa y publicaciones han pretendido dañar el prestigio e institucionalidad de las Fuerzas Armadas.

Con respecto a las acusaciones de tortura a las cuales se les estaría sometiendo a los detenidos, el presidente Allende manifestó que “si hay culpables de torturas, serán sancionados; en caso contrario, serán castigados los que se hayan hecho responsables de imputaciones sin fundamentos”. Más enérgicos y comprometidos fueron el Comité Político y el Comité Ejecutivo Nacional de la Unidad Popular. A través de dos declaraciones expresaron su solidaridad y apoyo a Carlos Altamirano, secretario general del Partido Socialista, y Oscar Guillermo Garretón, secretario general del Partido MAPU; además, descartaron absolutamente que estos dirigentes tuvieran comprometidos en algún acto que signifique subversión o alterar el orden interno en la Armada o del país.

“… el Comité Político de la UP reafirma su solidaridad con el secretario general del PS, senador Carlos Altamirano, y con el secretario general del MAPU, diputado Oscar Guillermo Garretón. Está fuera de toda lógica que pudieran participar en actividades subversivas personeros de partidos integrantes de Gobierno y de una coalición que ha expresado reiteradamente su posición de respeto irrestricto al carácter profesional y constitucionalista de los institutos armados”.

“El 7 de agosto hubo en la Escuadra un intento de infiltración comunista en los buques; se detuvo inmediatamente a los que aparecían responsables y se inició el sumario judicial correspondiente, que quedó dentro de la jurisdicción del comandante en jefe de la Primera Zona Naval y juez naval […] es importante destacar que los que promovieron y trataron de destruir la disciplina institucional fueron los parlamentarios nombrados [Carlos Altamirano y el diputado Oscar Guillermo Garretón], además del secretario general del MIR, Miguel Enríquez, que habían logrado penetrar y establecer relaciones con un sargento que era suficientemente hábil como para convencer a otros”. 

Al respecto, la institución naval emitió un comunicado señalando que se había detectado un “movimiento subversivo en dos unidades de la Armada apoyado por elementos extremistas ajenos a la institución”.

Por su parte el entonces jefe de la Primera Zona y juez naval, almirante José Toribio Merino, no tenía dudas de quienes estaban moviendo los hilos de la infiltración y subversión en la Marina. De esta manera recuerda el hecho:

“El 7 de agosto hubo en la Escuadra un intento de infiltración comunista en los buques; se detuvo inmediatamente a los que aparecían responsables y se inició el sumario judicial correspondiente, que quedó dentro de la jurisdicción del comandante en jefe de la Primera Zona Naval y juez naval. Debí hacerme cargo de este proceso, que era de singular importancia tanto en lo institucional como en lo nacional, ya que desde un comienzo aparecían como instigadores el senador Carlos Altamirano y el diputado Oscar Guillermo Garretón […] es importante destacar que los que promovieron y trataron de destruir la disciplina institucional fueron los parlamentarios nombrados, además del secretario general del MIR, Miguel Enríquez, que había logrado penetrar. y establecer relaciones con un sargento que era suficientemente hábil como para convencer a otros”.

Para otros uniformados los planes de estos marinos relacionados con políticos eran muy claros. Se trataba de un trabajo de infiltración de los partidos de izquierda en las filas institucionales, para producir una subversión en algunas unidades. Por ejemplo, Patricio Carvajal ha señalado que “… en agosto del 73 hubo un intento de sedición en la Armada impulsado por Garretón y otros socialistas […] al comienzo hubo ciertas personas que fueron seducidas por ellos porque les ofrecían sueldos varias veces superiores en la vida particular. Luego comenzaron a planear lo que había que hacer. El plan era bastante sencillo: matar a todos los oficiales en la noche, luego bombardear Las Salinas donde está la población naval”.

Lista de marinos detenidos en Talcahuano.

Mientras que para el contralmirante Sergio Huidobro Justiniano, “la Unidad Popular, conocedora de que su adversario más difícil dentro de ella era la marina, había decidido centrar allí sus esfuerzos […] a fines de 1973 esta misión había producido sus primeros resultados positivos. En diversas unidades de la Armada y en los astilleros de Asmar en Talcahuano existían ya cerca de un centenar de infiltrados marxistas, dispuestos a todo. Eran en su mayoría, marineros jóvenes, menores de 25 años, sin arraigo en la institución naval y por ende, fáciles presas del adoctrinamiento marxista”.

Ante las acusaciones que realizó la Armada, el secretariado nacional del MIR, respondía que: “El único delito de los marinos antigolpistas de la Armada fue el de prepararse para resistir y desobedecer las incitaciones golpistas que han venido realizando en forma cada vez más frecuente y abierta hacia sus subordinados este sector de la oficialidad naval reaccionaria.

Estas denuncias de la superioridad naval también han servido a la oficialidad naval reaccionaria para justificar el desencadenamiento de persecuciones y detenciones sobre los marineros antigolpistas y trabajadores civiles de la Armada que ya han significado brutales torturas a manos de los detenidos”.

La Brigada Parlamentaria socialista, a través de su secretario coordinador, Francisco Padín, dio a conocer una declaración pública ante la detención del personal de la Armada. En uno de sus pasajes expresa la preocupación por el personal que se encuentra detenido, debido a que los interrogatorios estarían siendo efectuados por oficiales de menor graduación, sin el conocimiento del Alto Mando Naval. “La Brigada Parlamentaría Socialista solicita al respecto, la publicación de los nombres y grados de los detenidos, con especificación de los cargos que se les hacen… “.

Ante las acusaciones que realizó la Armada, el secretariado nacional del MIR, respondía que: “El único delito de los marinos antigolpistas de la Armada fue el de prepararse para resistir y desobedecer las incitaciones golpistas que han venido realizando en forma cada vez más frecuente y abierta hacia sus subordinados este sector de la oficialidad naval reaccionaria”. 

Con el transcurrir de los días, el senador Carlos Altamirano, el diputado Óscar Guillermo Garretón, más el líder del MIR, Miguel Enríquez, serán sindicados como los autores de planificar el complot contra la Armada. Mientras tanto, la institución tenía detenidas a más de doscientas personas entre marineros y civiles. Los mencionados políticos nunca han negado las reuniones que mantuvieron con estos marineros, específicamente con el grupo que encabezaba el sargento Juan Cárdenas.

Por ejemplo, Carlos Altamirano ha reconocido públicamente en más de una ocasión que él asistió a una sola reunión solicitada por estos marineros a través de Miguel Enríquez, en la cual le expusieron el complot en marcha de la Armada para dar un golpe de Estado los últimos días de agosto, y que ellos tenían un plan para anticiparse al golpe de los oficiales, a lo cual Altamirano les manifestó una gran desconfianza en su accionar. Además, el senador manifestó que los planes de los marinos de tomarse los dormitorios de los barcos, maniatando a los oficiales para luego salir a la mar era simplemente demencial, de acuerdo con la cantidad de hombres con los cuales se contaba para aquella acción. Por lo tanto “el plan me parecía absolutamente irreal y que no era mucho lo que la izquierda podía hacer, que sólo imaginaba una posible huelga general de apoyo…”.

A su vez el diputado Oscar Guillermo Garretón también reconoce una reunión con estos marinos, pero su respuesta fue de inmediato rechazo a los planes de Cárdenas y compañía. De hecho el año 1993 recuerda Garretón que “la Corte Suprema […] por seis votos contra cero, falló que yo no había hecho ninguna sedición. y entre esos seis votos estaba también el del fiscal militar Fernando Torres Silva”.

Por su parte, Andrés Pascal Allende recuerda que “como encargado del MIR para el trabajo democrático hacia las FF.AA, me correspondió organizar en una vieja quinta cercana a Puente Alto una reunión de Miguel, Carlos Altamirano y Oscar Guillermo Garretón con una delegación de suboficiales y marineros democráticos. Ellos se habían organizado en oposición a los oficiales golpistas de la Armada. Confirmaron lo que ya sabíamos: la activación sediciosa de la oficialidad golpista era creciente en todas las instituciones armadas, pero también había oficiales y, sobre todo, suboficiales, clases y soldados que se oponían al golpismo y simpatizaban con el gobierno popular”.

Lo que sí estaba claro era que el auditor general de la Armada, Rodolfo Vio Valdivieso había presentado la petición de desafuero contra Altamirano Y Garretón bajo el cargo de incitación a la sublevación en la institución.

Por aquellos días de agosto, dos eran las informaciones que circulaban en torno a aquel hecho: la oposición, amparada en este acontecimiento, reafirmaba su postura de que la izquierda pretendía infiltrar y dividir las Fuerzas Armadas, con el propósito de dar un golpe de Estado comunista para la toma del poder total. La otra información era la denuncia realizada por algunos sectores, abogados y familiares de los detenidos, de que a estos prisioneros se les estaba sometiendo a torturas. Al respecto, el Gobierno a través del aquel entonces ministro de Defensa, Orlando Letelier, solicitó al comandante en jefe de la Armada, Raúl Montero Cornejo, que aclarara la versión de los apremios físicos y torturas. Esto a los días fue desmentido por el propio Montero al señalarle a Letelier que: “Yo le aseguro que esto no puede ser así. Toda la información que yo he recogido me dice que se están cumpliendo las normas del procedimiento de la Justicia Militar. Quizá ha habido acciones en cuanto a expresiones fuertes, pero no creo que haya habido violencia física en contra de estas personas”.

“Es más -agregaría Montero- la Armada no usa las flagelaciones, eso lo pueden descartar”.

La situación de Montero era de absoluta complejidad, encontrándose prácticamente aislado y neutralizado, ya había perdido toda ascendencia y mando sobre un importante número de uniformados, ya que éstos consideraban a Montero un almirante con simpatías por la izquierda, y un comandante sin poder de decisión, que canalizaba las inquietudes del alto mando ante el Ejecutivo, especialmente referidas al clima de violencia y desorden imperante en el país y de la cual responsabilizaban en gran parte a los partidos de la Unidad Popular.

Andrés Pascal Allende recuerda que “como encargado del MIR para el trabajo democrático hacia las FF.AA, me correspondió organizar en una vieja quinta cercana a Puente Alto una reunión de Miguel, Carlos Altamirano y Oscar Guillermo Garretón con una delegación de suboficiales y marineros democráticos. Ellos se habían organizado en oposición a los oficiales golpistas de la Armada. Confirmaron lo que ya sabíamos: la activación sediciosa de la oficialidad golpista era creciente en todas las instituciones armadas, pero también había oficiales y, sobre todo, suboficiales, clases y soldados que se oponían al golpismo y simpatizaban con el gobierno popular”.  

Volviendo a Talcahuano, el comandante en jefe de la segunda Zona Naval, Jorge Paredes Wetzel, emitió un nuevo comunicado donde reafirmaba los conceptos expuestos por la institución con motivo de los hechos denunciados el 9 del presente mes. En el comunicado público la institución señaló, entre otras cosas, que “… las detenciones que han debido cumplirse se han ajustado absolutamente a la legalidad y las investigaciones se han realizado acorde con la gravedad que los hechos evidenciados exigían. Cualquier otra interpretación que se quiera dar, escapa a la verdad y es responsabilidad de quien la emita. La sola duda que se pretendiera sembrar en estos aspectos, agravia el honor de la institución. La Armada es fiel cumplidora y guardiana del imperio de la Constitución y la Ley. No acepta la infiltración de elementos políticos de cualquier orden dentro de sus filas. Tampoco el que se pretenda debilitar su cohesión y disciplina bajo cualquier medio o presión…”.

Entretanto, los detenidos permanecían en diferentes unidades de la institución, como en el Cuartel Silva Palma de Valparaíso y otros tantos en el Cuartel Borgoño de Talcahuano.

No obstante, las declaraciones y comunicados institucionales, la idea de que los detenidos habían y estaban siendo sometidos a flagelaciones adquiría mayor fuerza en la opinión pública y en los familiares y amigos de éstos. En visita a la ciudad, por expresa invitación de los familiares de los detenidos, la senadora socialista María Elena Carrera se entrevistó con el jefe de la Segunda Zona Naval, contralmirante Jorge Paredes, quien, en palabras de la senadora, una vez más negó rotundamente las aseveraciones y rumores que circulaban en torno a eventuales torturas. Es más, agregó que “… si hubiera habido flagelaciones esos hechos quedarían consignados en el sumario que se instruye al respecto y, en tal caso, se procedería a efectuar las investigaciones pertinentes”.

Al mismo tiempo me manifestó el Almirante Paredes que él personalmente no estimaba que eso fuera efectivo.

Finalmente, a fines de agosto la Armada, a través del comandante en jefe de la Primera Zona Naval, contralmirante Daniel Arellano, dio a conocer la nómina de los detenidos, reos y procesados en Valparaíso y Talcahuano “relacionados con el complot subversivo descubierto en algunas secciones de la Armada Nacional”.

https://interferencia.cl/articulos/los-marinos-de-talcahuano-en-defensa-del-gobierno-de-allende

La preparación del Golpe de Estado en la Armada: Así lo narró la Revista Chile HOY en agosto de 1973

La revista semanal «Chile HOY» dirigida por la intelectual Marta Harnecker realizó un agudo seguimiento a la preparación del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973

Por Amauta

Publicado en

1973ChileMemoria / Memoria50Años

La revista semanal «Chile HOY» dirigida por la intelectual Marta Harnecker realizó un agudo seguimiento a la preparación del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. En sus últimas ediciones tras el derrocamiento del Gobierno de la Unidad Popular y Salvador Allende, de hecho, le dedica la mayor parte de las portadas y un significativo número de reportajes a los acontecimientos al interior de las Fuerzas Armadas, representando documentos histórico invaluables como tantos otros de la experiencia de la «vía chilena al socialismo», a pesar de lo cual han permanecido ignorados u ocultos para buena parte de la ciudadanía.

En esta nueva nota de nuestra sección de «Memoria 50 años», hemos transcrito de manera íntegra algunos de los reportajes de la revista número 63 de «Chile HOY», semana del 24 al 30 de agosto (la antepenúltima antes de ser interrumpida por el Golpe de Estado), en la que se aborda en detalle las operaciones de preparación golpista en la Armada de Chile, con especial foco en la detención y tortura de los muchos marinos que percatándose de los inicios del plan de derrocamiento del Gobierno de Allende y la UP, se oponen a él e intentan denunciarlo, siendo injusta e ilegalmente violentados por parte de la institución armada y una abierta violación a sus derechos humanos más básicos.

Portadas de los últimos números del semanario «Chile HOY» antes del Golpe de Estado. Disponibles en web «Biblioteca Clodomiro Almeyda».

PLAN GOLPISTA EN LA ARMADA

(Revista Chile HOY nº63, 24 al 30 de agosto de 1973).

En medio de indicios cada vez más claros del grado de hostilidad contra el Gobierno y la izquierda a que están llegando sectores de las Fuerzas Armadas, la Marina vive una gravísima situación, en que un grupo de marineros y suboficiales, acusados de subversión, son víctimas de brutal represión de parte de oficiales abiertamente sediciosos. En estas páginas se denuncias sus planes, sobre la base de informaciones entregadas por los Comités de Defensa y Solidaridad de la marinería antigolpista, constituidos en Santiago y Concepción, el aparato de informaciones del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el corresponsal de Chile HOY en Concepción, Álvaro Rojas.

Desde el martes 7 de agosto, en que la Armada emitió una declaración denunciando “la gestación de un movimiento subversivo en dos unidades de la escuadra, apoyados por elementos ajenos a la institución…”, esa rama de las Fuerzas Armadas quedó en el centro del episodio político-militar más controvertido de todos los que ya se están haciendo habituales en la información y el acontecer del país. El 29 de junio el levantamiento de un grupo de oficiales del Regimiento Blindado Nº2 de Santiago demostró que el Ejército no estaba ni mucho menos al margen de la polarización política que puede advertirse en todas las instituciones chilenas, a tres años escasos del Gobierno de la Unidad Popular. La crisis provocada en el seno de la Fuerza Aérea por la renuncia de su ex Comandante en Jefe (ver pág. 5) hizo saber que algo parecido ocurría entre los aviadores militares. Pero todo esto resulta de un significado muy reducido cuando se examina lo que viene ocurriendo desde hace por lo menos dos meses en la Marina.

En ese cuerpo armado se han estado produciendo incidentes de una gravedad tal, que han obligado a parlamentarios de izquierda, a la Central Única de Trabajadores y a los propios partidos populares a denunciar los excesos contra suboficiales y soldados que sólo han manifestado su lealtad al Gobierno.

Esos excesos aparecen claramente detallados por el abogado Pedro Enríquez, en la entrevista que concedió a Chile HOY (ver págs. 32 y 29) y todo lleva a concluir que son el resultado del enfrentamiento dentro de la Armada, entre oficiales que han mantenido desde hace meses una actitud abiertamente golpista y suboficiales y marineros que se negaron a secundar sus planes.

Según la información reunida por este semanario, aquellos oficiales habían elaborado todo un plan destinado a derrocar al Gobierno de Salvador Allende, que básicamente se apoyaba en dos puntos: 1º) utilización de la escuadra para controlar desde la costa todos los sistemas de abastecimientos del país que utilizan las vías marítimas o las carreteras cercanas al mar y 2º) contactos conspirativos con elementos derechistas de la Fuerza Aérea y el Ejército. La idea consistía en actuar ante alzamientos parciales de esas otras dos armas, como, por ejemplo, la que estalló el 29 de junio en el Blindado Nº2.

PLANES FRUSTRADOS

Estos planes, sin embargo, se vieron amenazados y de hecho frustrados, por la situación dentro de la marinería y la suboficialidad naval, donde hace meses también puede advertirse un mayoritario sentimiento antigolpista y de lealtad hacia el Gobierno constitucional. Prácticamente en todas las unidades de las tres zonas navales en que la Marina tiene dividido el territorio y la costa chilenos -Valparaíso, Talcahuano y Punta Arenas- se han estado produciendo hechos insólitos en un país donde tanto la derecha como la izquierda han cultivado una concepción “apolítica” y netamente “profesional” de la actividad militar. Oficiales derechistas han estado lanzando arengas, especialmente ante la suboficialidad, en las que se utiliza exactamente el mismo lenguaje de políticos como Onofre Jarpa y Eduardo Frei: el Gobierno no se propone rectificar su política: ya ni siquiera los más enérgicos emplazamientos dan resultados y la única “solución” consiste en derrocarlo.

En esas mismas arengas, que fueron particularmente frecuentes durante el mes de julio, se planteaba que un primer paso fundamental consistía en destruir las organizaciones de masas de izquierdas, muy especialmente los cordones industriales y comandos comunales, utilizando la Ley de Control de Armas.

Para ir creando un clima de descontento contra el Gobierno en los cuadros navales de extracción social proletaria, los oficiales derechistas se propusieron entorpecer el abastecimiento de suboficiales y tropa. Esto fue visible en la base de Talcahuano, por ejemplo: los oficiales de la segunda zona, Ferrada, Agüero, Ramírez y Tagle y los capitanes de fragata, Minoletti y Novoa (ex segundo comandante de Crucero Lattore) se coludieron con el comerciante y dueño de supermercados Elías Saka, para negar a marineros y suboficiales el abastecimiento que en cambio recibían normalmente los oficiales. Todo era justificado por el jefe de abastecimientos de la base, capitán de fragata Martiniano Parra, quien fue el autor de una de las más violentas arengas a los suboficiales, en la base de Talcahuano, el 23 de julio: sostuvo que la situación política en el país era gravísima y que era posible que la Marina tuviese que participar en un golpe de Estado, para lo cual era esencial que se mantuviese firmemente unida. Llamó a su auditorio a no tener miedo a los civiles armados, pues éstos nada podrían hacer ante las poderosas unidades de combate de las Fuerzas Armadas.

Esta actividad, no ya deliberante, sino abiertamente sediciosa, se hizo cruda y desembozada a partir del “Tancazo” del 29 de junio. La oficialidad lucía gran seguridad en sus capacidades de mando y en sus recursos propiamente militares, muy especialmente en la capacidad para el combate y la calidad del armamento de los Infantes de Marina, los cosacos” del cuerpo, cuyo papel consistía en participar en los combates en tierra. Sin embargo, cuando se detectó la actitud leal al Gobierno constitucional en las tripulaciones, los “cosacos” pasaron a desempeñar un papel fundamental en los planes golpistas: debían incorporarse a los barcos de guerra para neutralizar a la marinería.

Todo el plan, desde la agitación golpista por la vía de las arengas hasta la creación de descontento a través de las dificultades en el abastecimiento, parecía listo para implementarse a comienzos de agosto. Los buques, dotados normalmente de pertrechos suficientes para permanecer en el mar durante 30 días, recibieron un sobreabastecimiento capaz de mantenerlos sin tocar tierra durante otros 60 días. De las unidades mayores, el Prat, el O`Higgins y el Almirante Latorre, había antes de agosto, dos en malas condiciones: el Prat y el O`Higgins. El segundo tenía prioridad en los planes de Asmar (Astilleros y Materiales de la Armada), pero fue postergado para acondicionar el Prat, más poderoso y útil para el papel de patrullaje o ataque, junto al Latorre, desde cualquier punto de la costa. El O´Higgins quedaría apostado frente a Talcahuano, dispuesto a controlar la situación en la importante bahía que cobija algunos de los centros industriales más importantes de Chile. En esta operación de cambio de planes de reparación le cupo un importante papel al contralmirante Ismael Huerta (ex Ministro de Obras Públicas y Transporte en el gabinete cívico-militar posterior al paro de octubre, muy citado por la derecha como violento opositor a los planes de reforma educacional del Gobierno para crear la Escuela Nacional Unificada, que renucnió a su cargo en una actitud muy similar a la reciente del ex Comandante en Jefe de la FACH, César Ruiz Danyau), quien se trasladó a Talcahuano para discutir el operativo con el almirante Wood, jefe de ASMAR.

Sin embargo, ya a fines de junio resultaba evidente la falta de confianza de la oficialidad en sus subordinados y muy especialmente en la marinería. Después del 29, una circular interna dispuso que sólo los oficiales se mantuvieran armados. En ASMAR de Talcahuano se cambió el régimen del casino, disponiéndose que los uniformados no comieran junto a los civiles contratados especialmente para trabajos técnicos o administrativos, sino separados por talleres. Los “armerillos” o compartimentos donde se guardan las armas livianas, fueron cambiados de lugar, a emplazamientos conocidos por los oficiales.

Marinos antigolpistas, fotos de la página «Marinos Constitucionalistas».

BASE REAL

Toda esta desconfianza tenía una base muy real: como consecuencias de las arengas golpistas de los oficiales reaccionarios, suboficiales y marinos comenzaron cada vez con mayor frecuencia a reunirse en corrillos para comentar las proposiciones sediciosas de sus superiores. Esto tuvo un doble efecto: por una parte frenó la puesta en marcha del plan general sedicioso. Pero , por otra, desencadenó la represión contra los elementos no dispuestos a participar en aventuras golpistas. Esto fue visible tanto en Valparaíso como en Talcahuano y Concepción y comenzó bastante antes del 7 de agosto, cuando la superioridad naval emitió su comunicado denunciando el “movimiento subversivo”. Ya a partir del frustrado “tancazo” comenzaron a practicarse arrestos en la suboficialidad y la marinería. Se trataba por una parte de amedrentar a los antigolpistas y, por otra, de investigar exactamente quiénes y cuántos eran.

Aquel fue el comienzo de todas una etapa de franca represión: en la base aeronaval de El Belloto, el mismo 29 de junio hubo gran agitación: los oficiales, encabezados por el jefe de la base, el capitán de fragata Vásquez, discutían abiertamente la necesidad de apoyar el golpe del coronel Souper. Ante esto, la suboficialidad designó a un grupo de delegados que manifestaron a Vásquez que ellos no estaban de acuerdo con el golpe y defendían al Gobierno constitucional. A raíz de ello, fueron detenidos cinco suboficiales, a los que se acusó de insubordinación. Era comprensible tan airada reacción, pues la actitud constitucionalista de ellos había frustrado el plan de apoyo a Souper, que consistía en hacer funcionar un puente aéreo, El Belloto-Santiago, para trasladar a la capital a un contingente de los temibles “cosacos” o infantes de marina, que apoyarían a los militares sublevados en la capital. Tras los arrestos, la base fue reforzada con tropas de “cosacos”.

Aquel mismo día, en la Escuela de Ingeniería Naval de Las Salinas, un grupo de marineros y suboficiales comentaban en la sala de guardia una de las arengas golpistas. Un oficial que pasó por allí y escuchó la discusión, hizo arrestar a los doce que estaban informalmente reunidos, acusándoles de “deliberación”. Luego, él mismo los interrogó por separado y los acusó de subversión. El grupo fue flagelado, golpeado y todo se difundió profusamente en la base, para que sirviera de lección al resto de los constitucionalistas y naturalmente a todo elemento simpatizante de izquierda.

En la Segunda Zona, la situación era muy similar. A partir del 29 de junio, el jefe del Servicio de Inteligencia Naval, capitán de fragata Gajardo Alarcón, dirigió arrestos y allanamientos en Talcahuano y Concepción. En el puerto militar, el capitán de Infantería de Marina Koeller, junto al capitán Acuña, de la Inteligencia Naval, llevaron a cabo una verdadera razzia contra la marinería. Allí se cometieron distintas irregularidades con los detenidos: el capitán Koeller estaba presente cuando el Fiscal Naval interrogó a los marinos que habían sido detenidos y les apremiaba y amenazaba con nuevos interrogatorios si negaban las declaraciones prestadas bajo apremio. Después, los detenidos fueron nuevamente interrogados y flagelados por los tenientes Jaeger, Letelier y Luna. Otros, les golpeaban: los tenientes Alarcón, Tapia, Maldonado y el subteniente Boetsch, de la Infantería de Marina.

En Valparaíso la situación para los marineros se hizo crítica a partir de los primeros días de agosto. El lunes 6 a las ocho de la noche, la Armada dispuso acuartelamiento en primer grado para la Escuadra, alegando que el personal debía participar en la requisición de camiones. Los efectivos que habían salido de franco debieron regresar al puerto. A los que iban retornando y a los que habían permanecido en el puerto o en las unidades en la escuadra se les revisó e interrogó. Como resultado de esta investigación, fue detenido un número no precisado, al que se condujo al fuerte Silva Palma. De allí se había retirado a todos los presos “comunes”, para destinar el recinto exclusivamente a los “políticos”. Entre éstos se encontraban el sargento segundo Cárdenas y el cabo electricista Blaset. Junto a otros siete, fueron sacados de la prisión la noche del martes 7, engrillados y con los ojos vendados. Los llevaron hacia el acantilado Puertas Negras, en Valparaíso, y allí les golpearon y los torturaron, sumergiéndolos desnudos en el mar. El miércoles 8, por la mañana, los llevaron de regreso al cuartel Silva Palma, donde siguieron torturándolos. Luego, les llevaron a Talcahuano, en avión. En esta ciudad se habían realizado arrestos masivos en los cruceros Prat y O`Higgins y en el recinto de ASMAR.

De todos los detenidos y torturados, el que parece más duramente afectado es el sargento Cárdenas. Aunque los abogados no han podido verlo (ver entrevista), por testimonios de sus compañeros dse sabe que luce en su rostro huellas de los golpes recibidos y que incluso da muestras de trastornos mentales.

Con todos estos antecedentes no resulta difícil comprender la actitud que muestran los oficiales de la Marina en aquellos centros en que han ocurrido los hechos: permanecen fuertemente armados y entre los golpistas se mantiene una actitud agresiva, destinada a crear una sensación de pánico en sus compañeros, contra la reacción que podría tener la marinería,m con el fin de neutralizar a los no partidarios del golpe o incluso ganarlos para sus planes

Vista aérea actual de la Base Naval de Talcahuano y la planta de ASMAR Chile. Fuente: AllFlightMods.

OTRAS DENUNCIAS

Presentamos aquí otras denuncias formuladas por los trabajadores de los cordones industriales, comandos comunales y organizaciones sindicales y políticas de Concepción.

  • Allanamiento a las pesqueras Marcos y Sarquis en Talcahuano, realizado sin justificación alguna. Se llevó a cabo con gran brutalidad y violencia contra los trabajadores. Lo único que pudieron llevarse como elementos prohibidos por la Ley de Control de Armas, fueron cuchillos con los que los obreros trabajan los pescados, es decir, sus herramientas de trabajo.
  • Secuestro, vejamen y torturas de los tres estudiantes que hacían propaganda antigolpista por grupo de oficiales del Regimiento de Chacabuco. Se les cortó el pelo al rape y se les golpeó brutalmente, por haber expresado públicamente sus posiciones antigolpistas.
  • Secuestro, vejamen y tortura del funcionario del Instituto de Arte de la Universidad de Concepción, Leonardo Adhiles, por el hecho de portar propaganda política mientras caminaba por las calles céntricas de Concepción. Fue llevado al Regimiento Guías por un grupo de oficiales y golpeado allí hasta quebrarlo dos dientes. Hasta el día de hoy se encuentra en reposo, en estado grave, por el efecto del traumatismo encefanocraneáno sufrido como consecuencia de los golpes recibidos.
  • Intento de allanamiento del Hospital de Niños Leonor Mascayano, por parte de un grupo de oficiales del Ejército, bajo el pretexto de aplicar allí la Ley de Control de Armas, que fue frustrado a último minuto.
  • Intentos permanentes de destruir la organización laboral de los trabajadores de ASMAR por parte de la oficialidad de la Armada. Se ha planteado durante más de un año, por parte de la jefatura de la II Zona Naval, la decisión de que los trabajadores de ASMAR se sometan al régimen militar, para que así no puedan organizarse en sindicatos ni en asociaciones de trbaajdores independientes. Se han realizado una serie de acciones de amedrentamiento, registros y vejaciones a los trabajadores..
  • Allanamientos por parte de los oficiales de la Marina, de las industrias COSAP y Elextroquímica Penco y Talcahuano, bajo el pretexto de búsqueda de arsenales inexistentes. Los trabajadores de estas industrias fueron golpeados sin contemplaciones por las fuerzas de Infantería de Marina.
  • Incitaciones golpistas: Desde el 29 de junio el teniente segundo Jaime Olavarrieta se ha dedicado a arengar a la tropa y a hacer agitación pro fascista all interior de la Escuela de Grumetes de la Isla Quiriquina.
  • También desde el Tancazo, el teniente Julio Meneses, enfermero jefe del Hospital Naval, arenga casi diariamente al personal del hospital, llamando al golpe de Estado. Además, persigue al personal de izquierda del hospital tratando de que se les expulse del trabajo, acusándolos ante el almirante “por hacer política en el hospital”.
  • Detención del innumerables trabajadores de ASMAR y marineros de la Escuadra, que desde sus lugares de trabajo fueron llevados a los cuarteles de la Base Naval. Allí, en absoluta impunidad, han sido torturados durante días enteros para obligarlos a reconocer su participación en un complot que los oficiales han inventado. Estarían detenidos Víctor Estar, Carlos González, Luis Jaramillo, Daniel Rayman, Luis González, Henry Gómez, Daniel Marinao, Cruces Opazo, y las compañeras Doris López, Lucy Rebolledo y Janet Peñailillo.

(Hay muchos otros civiles y militares, cuya situación nadie conoce.)

Esposa de Cárdenas. “No querían disparar al pueblo”

Chile HOY conversó con Regina Muñoz Vera, esposa del sargento Juan Cárdenas, detenido hace algunas semanas por personal de la Armada.

– ¿Cómo se siente usted con todo lo que está pasando?

– En forma moral totalmente destrozada, porque no puedo concebir que esta gente sea tan injutamente detenida y tan fuertemente mortificada. Han sido flagelados hasta lo más íntimo. Por eso estamos tratando de hacer claridad en las masas y tratando de hacernos oír por las autoridades a fin de que se haga justicia y no ocurran más estas situaciones.

– ¿Qué opina usted de las palabras del Presidente Allende cuando se refirió a estos hechos en el discurso introductorio al nuevo Gabinete?

– Yo mucho no sé de política. A mi modo de ver, parece que le Presidente condenó a la gente de “ultraizquierda”, diciendo que había que reprimirlos. Me parece que él está muy mal informado, que las cosas no le llegan bien claras…

– Usted dice que no entiende mucho de política, ¿Cree que ha aprendido algo con lo que está pasando?

– Ya lo creo. Estoy aprendiendo, esto me ha enseñado muchísimo: veo que las injusticias no se han terminado. Pensaba yo que en el Gobierno Popular no se iban a presentar estas situaciones, pero parece que siguen habiendo tantas injusticias… Hay que terminar con esto. Yo quiero llamar a que el pueblo preste su solidaridad, porque lo único que ellos pensaban era que no querían enfrentarse en contra de ellos; no ser utilizados en un golpe de Estado. Y creo que es necesario que les devuelvan la mano en estos momentos, porque yo creo que ellos no habrían actuado disparando contra los trabajadores en caso de un golpe.

– Cuando su marido iba a su casa, ¿comentaba esta posibilidad de tener que enfrentarse al pueblo?

– Él estaba preocupado de que ocurriera un Jakarta, porque los planes de la ultraderecha, que está en la oficialidad son terribles, piensan eliminar mucha gente. No podemos aceptar que nuestros hermanos caigan en forma tan injusta.

Abogado Pedro Enríquez denuncia

TORTURAS EN LA ARMADA

Por MARTA HARNECKER y FARIDE ZERÁN

La opinión pública está informada de la llamada “subversión” en la armada, denunciada pocos días antes de que asumiera el nuevo Gabinete. Por los detalles que rodean este caso y por los antecedentes que no han sido lo suficientemente difundidos por la prensa, Chile HOY decidió entrevistar a uno de los abogados que defiende a los trabajadores y a la marinería acusada por el alto mando de la Armada.

Pedro Enríquez Barra, casado, dos hijos, 37 años, militante del Movimiento de Izquierda Regolucionaria, ha ejercido su profesión en la ciudad de Concepción. Actuó como abogado dela Federación de Estudiantes de esa ciudad durante todo el período de represión al pueblo por parte del Gobierno de Frei.

En el año 1967 tuvo a su cargo la defensa ante la Fiscalía Militar de Concepción en el proceso seguido en contra de Luciano Cruz, el desaparecido líder del MIR. Durante el año 1969 y parte del 70, junto a un equipo de abogados de izquierda, tuvo la defensa del juicio por presunta comisiń de delitos contra la Seguridad del Estado que ordenó la Intendencia de Concepción por resolución del Gobierno de Frei en contra de Neléson Gutirrez, actual miembro de la Comisión Política del MIR, y de Manuel Rodríguez, ahora diputado del Partido Socialista.

Es además, primer director del Sindicato Provincial de Abogados y Procuradores de la Provincia de Concepción, organismo gremial creado por abogados y estudiantes de Derecho para agrupar a los profesionales de la izquierda. Forma parte en representación del Sindicato de Abogados, de la Comisión de Derechos Humanos creada en Concepción para denunciar los actos de flagelaciones y vejámenes en que han incurrido algunos sectores reaccionarios de uniformados en contra de estudiantes y obreros de esa ciudad a partir del 29 de junio.

Ch. H.: La Armada ha lanzado una persecución en contra de un grupo de marineros, acusándoles de subversión y extremismo, ¿Cuál es su versión de los hechos?

P.E.: El cargo de subversión y extremismo era contra de marinos y trabajadores dado a conocer por las autoridades de la Armada no resiste el menor análisis. Bástenos señalar que a partir del 5 de agosto de 1973 fueron detenidos e incomunicados y salvajemente torturados, para recién con fecha 14 del mismo mes, terminar el Fiscal Naval de Talcahuano, don Fernando Jiménez Larraín, encargándolos reos por el delito de incumplimiento de deberes militares previsto en el numerando 3.º del artículo 299 del Código de Justicia Militar, figura delictual que surge precisamente por exclusión de cualquier otro delito específico. Por así decirlo, cuando no hay delito que achacar, se encarga reo por incumplimiento de deberes militares, desde faltas como no cortarse el pelo hasta el quebrantamiento de un reglamento.

La verdad es muy otra. Desde que se supo que Allende había ganado la elección presidencial, sectores reaccionarios de la Armada comenzaron a prepararse para concretar en momento oportuno un golpe de Estado contra el Gobierno Constitucional. Estas manifestaciones golpistas fueron ampliamente detectadas por marinos y trabajadores, tanto de los buques principales de la Armada, como el “Blanco Encalada”, el “O`Higgins” o el “Prat”, como por trabajadores de las distintas plantas de ASMAR. Ello motivó que entre algunos suboficiales y marinos y algunos trabajadores de ASMAR, se hablase de no prestarse para un golpe en contra del Gobierno legal y -en caso de llegar a concretarse-, oponerse a él. Estas conversaciones llegaron a oídos de implicados en las maniobras golpistas, los que movieron sus influencias en los mandos y en la oficialidad reaccionaria, lo que han llevado a montar esta monstruosa farsa de la subversión y del extremismo en las filas de la Armada. El único delito cometido por los marinos y trabajadores flagelados y procesados es profesar ideas de izquierda y estar dispuestos a oponerse a un golpe en contra del Gobierno constitucional. Así lo han declarado en el proceso y por ello no se les ha podido imputar, hasta el momento, más que algo tan vago como “incumplimiento de deberes militares”.

Ch.H.: Según declaraciones a “El Siglo” del diputado comunista Manuel Cantero, “los marinos acusados no han tenido defensa legal que corresponde a todos los ciudadanos”.

P.E.: Es del todo efctiva esa afirmación que hace Canteros. La experiencia del equipo de abogados que estamos actuando en la defensa de los trabajadores y marinos detenidos..

Ch.H.: ¿Qué equipo de abogados?

P.E.: Hemos conformado un equipo de tres abogados: los compañeros Hernán Mege y Marcelo Burgos, que en conjunto con el suscrito y por expreso encargo del Sindicato y de la Comisión de Derechos Humanos, nos hemos puesto a disposición de los familiares de los inculpados. Hago presente que esto no ha sido del agrado de las autoridades del Apostadero Naval, quienes conminaron a los trabajadores y marinos a no hacerse defender por “abogados políticos”, y que la propia Armada les pondría a quienes les harían su defensa. De más está decir el recelo que a los afectados les produjo esa sibilina y singular oferta de defensa que ahora se les hacía parte de sus verdugos.

Ch. H.: Volviendo a la pregunta anterior, donde usted hablaba de la defensa de los detenidos…

P.E.: Sí, decía que la experiencia del equipo de abogados que estamos actuando en la defensa de los trabajadores y marinos detenidos puede resumirse en el hecho tan simple como absurdo de que se  nos impidió físicamente el acceso a la Fiscalía Naval de Talcahuano. Concurrimos allí los días 11, 13 y 14 de agosto, a las más diversas horas. Aprovechando que las oficinas de la Fiscalía están ubicadas dentro del Apostadero Naval, se nos impidió la entrada por órdenes directas de las autoridades de la Base Naval, órdenes que no pudimos quebrar, toda vez que la guardia había sido especialmente conminada a no permitir el acceso en particular a los abogados que nos interesábamos por este caso. Denunciamos por declaraciones de prensa y recurrimos al Colegio de Abogados para, finalmente, y después de enojosas incidencias en los accesos del Apostadero, pudimos entrevistarnos con el Fiscal instructor del proceso. Ello recién el 16 de agosto. En esa entrevista, el Fiscal Fernándo Jiménez se descargó de toda responsabilidad por los impedimentos que en nuestro ejercicio profesional habíamos sufrido, diciendo que el Apostadero Naval era recinto militar y que no dependía de él, sino de las autoridades de la base, el ingreso de personas a la Fiscalía ya que sus oficinas quedaban dentro del apostadero.

Ante el señor Jiménez Larraín insistimos en la urgente necesidad de entrevista con los detenidos. En particular nos interesaba conversar con Juan Cárdenas Villablanca, Sargento 2.º de Máquinas, que había sido trasladado desde Valparaíso y quien, según todas las evidencias que habíamos logrado renoir, había sido bárbaramente torturado. El Discal se comprometió a permitirnos una entrevista con los detenidos al día siguiente, y llamó para darle a conocer su decisión a un capitán de apellido Gajardo, que hace las veces de encargado del Apostadero Naval en cuanto dice relación con el régimen de los detenidos. Al día siguiente, cuando concurrimos a las 16 horas -que era la que el mismo Capitán Gajardo nos había señalado para la entrevista-, nos encontramos con que todos los deternidos de Valparaíso que estaban en la Quiriquina habían sido despachados a esa ciudad al mediodía. “Lamentablemente -nos dijo el Capitán Gajardo- esas personas ya no están en la zona”. Así se burló la posibilidad de no diremos prestar auxilio legal a los marinos enujuiciados, sino simplemente de poder verlos un instante.

Ch. H:: ¿Y a los detenidos de Talcahuano pudieron verlos ese día?

P.E.: Ese día no. Sólo el sábado por la tarde pudimos entrevistarnos con cuatro de esos detenidos; en cuanto a los restantes, el Capitán Gajardo sostuvo que no habían pedido nuestra defensa. Este hecho es absolutamente falso, como pudimos comprobarlo el domingo al conversar con ellos, luego de insistentes demandas ante Gajardo. Lo primero que nos manifestaron esos inculpados fue, precisamente, que habían pedido la asesoría de nuestro equipo de abogados.

ChH:: ¿Qué características tiene el régimen de justicia militar que debería ser aplicado en estos casos?

P.E.: Por ser delitos del fuero militar los que se investigan,, los procesados están sujetos a la jurisdicción de los tribunales especiales que actúan en estos casos. La justicia militar en tiempos de paz, está entregada al conocimiento de Fiscales en su parte de instrucción del sumario; en el caso concreto, del Fiscal Naval. Se caracteriza el procedimiento por ser, normalmente, más rápido y concentrado que el procedimiento ordinario. La sentencia de primera instancia es pronunciada por el oficial naval de más alto grado de la jurisdicción de la Fiscalía respectiva, y la sentencia de segunda instancia es pronunciada por la Corte Marcial Naval con asiento en el puerto de Valparaíso,compuesta de dos Ministros de la Corte de Apelaciones de esa ciudad, un Oficial de Marina del grado de Almirante o Capitán de Navío en servicio activo o retiro y del Auditor General de Marina.

Ch.H.: ¿Y cuál es la defensa con que pueden contar los inculpados?

P.E.: Como en todo juicio, el afectado tiene el elemental derecho de hacerse asesorar por abogados si así lo desea.

Ch.H.: ¿Quiere decir entonces que al habérseles negado la asesoría legal se ha atentado en contra de los derechos humanos?

P.E.: Evidentemente.

Ch.H.: Se dice que los detenidos han sido torturados y flagelados. ¿Es efectivo?¿Qué antecedentes tiene usted?¿Cuáles fueron sus fuentes de información?

P.E.: Las torturas y flagelaciones a que han sido sometidos todos y cada uno de los trabajadores de ASMAR y marinos detenidos constituyen la parte más siniestra de la farsa montada en contra de ellos. Estamos en condiciones de afirmar, sin sombra alguna de dudas, que tales personas fueron sometidas a bárbaras e ignominiosas torturas. De tales hechos tomamos conocimiento primero, por comentarios de trabajadores de ASMAR que presenciaron la forma en que fueron detenidos algunos de los inculpados, con un despliegue de violencia inusitado y con un despliegue de armamento más bien propio de un país ocupado por fuerzas enemigas. Posteriormente, con fecha 13 de agosto por la noche fueron detenidos los hermanos Vergara, en un aparatoso allanamiento efectuado en su domicilio. Uno es estudiante del Liceo y otro del primer año de la universidad local. Estos muchachos, en el curso de su detención a manos del Servicio de Inteligencia de la Armada, fueron careados con el detenido Juan Cárdenas y allí pudieron darse cuenta de claras señales de maltrato que tenía en el rostro y en la cabeza, fuera de que apenas podía sostenerse en pie. Agreguemos a lo anterior que los propios muchachos, no obstante su corta edad, 16 y 17 años respectivamente, fueron flagelados sin tener ninguna relación con los hechos investigados. Tan es así que el Fiscal se vio obligado a dejarlos en libertad por falta de méritos. El detalle completo de las flagelaciones lo tuvimos, por último, cuando logramos ya entrevistarnos con ocho de los detenidos quienes nos dieron la siguiente versión de este aspecto de la represión:

“Se nos condujo, individualmente, al llamado Cuartel Borgoño, donde violentamente y bajo amenaza de las armas, se nos obligó a desnudarnos completamente. Como no tuviéramos la suficiente premura, a juicio de los aprehensores, se nos propinaban puntapiés y golpes con el armamento. En seguida se nos introdujo a un lugar en que había un charco o “piscina” como ellos lo denominaban, formado por barro, excremento, cascajos y mugres. Allí se nos obligó a chapotear. En seguida, se nos hizo pasar arrastrándonos por sobre cascajos en condiciones tales que estábamos obligados a restregar brazos y piernas en los cascajos. En seguida de un largo período de esta suerte de ablandamiento, a algunos nos sujetaban de manos y piernas apoyados contra una pared, mientras otro individuo nos golpeaba con sus puños, especialmente en la región del estómago. A otros, este mismo “tratamiento” fue aplicado obligándolos a permanecer con las manos y brazos apoyados en una pared y en el suelo, respectivamente, inclinados y con los miembros abiertos, posición que era aprovechada para darles de puntapiés en la boca del estómago, hasta que no soportaban más y se caían, hecho que era castigado con puntapiés donde tocara. Finalmente, éramos sumergidos en un tambor aceitero lleno de agua con barro y excrementos, inmersión que se hacía metiéndonos de cabeza y sujetándonos de los pies. Cuando estos individuos calculaban que era peligroso para nuestra vida continuar la flagelación, nos retiraban. Por último, cuando estimaban que nuestra capacidad moral y física estaba quebrada, recién se nos hacían preguntas o interrogatorios. Si algo de lo contestado no les parecía suficiente o no les parecía verdadero de acuerdo con las pautas que dirigían unos oficiales, éramos nuevamente introducidos en los tarros de agua y barro para “ablandarnos” otro poco”.

Algunas de estas personas, que naturalmente por respeto a su dignidad no queremos individualizar, fueron obligados a comer excrementos humanos. De estos mismos detenidos, hay quienes fueron careados con el Sargento Cárdenas, que confirman en todas sus partes lo que ya habían comprobado los hermanos Vergara, esto es, que el hombre presentaba lesiones en la cara, que estaba muy deshecho físicamente y que incluso uno de sus brazos estaba en cabestrillo y con vendas. Se explica así los obstáculos que encontramos con el Fiscal y con el Capitán Gajardo para poderlo entrevistar.

Ch.H.: ¿Es efectivo que en los últimos días se han realizado numerosos allanamientos en casas de simpatizantes y militantes de izquierda?

P.E.: Efectivamente, con el pretexto de la investigación abierta en contra de los trabajadores de ASMAR y en contra de los marinos, se han producido allanamientos como el que ya mencioné de los hermanos Vergara. Fuera de ello han sido allanadas casas de familiares de los inculpados, donde nada se ha encontrado, salvo en algunos domicilios en que los allanadores se han incautado de libros sobre socialismo o marxismo o publicaciones de la Universidad relativas a problemas sociales. Hay un caso tragicómico de un allanamiento en la ciudad de Concepción, en que se encontraron planos de distintos lugares de la zona y medidas técnicas de superficies que satisfizo de extremada manera el celo represivo de los allanadores que creyeron, al fin, encontrar “pruebas” de subversión y extremismo. Se trata, sin embargo, del material de estudio de uno de los detenidos que es estudiante de topografía de la Universidad de Concepción y que, naturalmente, ignoraba que tales elementos son de alta peligrosidad para ciertos sectores de la Armada.

Ch.H.: ¿Quiénes están efectuando estos allanamientos?

P.E.: Han sido realizados, en general, por infantes de marina.

Ch.H.:¿Por qué, según usted se tomaron medidas tan severas contra la marinería antigolpista y se han tolerado sin problemas estas actitudes sediciosas y golpistas de sectores de la oficialidad?

P.E:: A nuestro juicio, hay en este momento dentro de la oficialidad de las Fuerzas Armadas y, en particular, en la Marina una correlación de fuerzas desfavorables a la izquierda. Claramente, la gran mayoría de la oficialidad de esta rama de las Fuerzas Armadas es contraria al Gobierno y a la izquierda. Pensamos que hay responsabilidad en la política que oficialmente se ha impulsado por parte del Gobierno hacia las Fuerzas Armadas, en que se las ha ubicado como instituciones asépticas desde el punto de vista de la lucha de clases, en circunstancias que con ello sólo se ha favorecido el desarrollo de sectores reaccionarios que han podido, con tranquilidad, ejecutar sus planes casi sin encontrar oposición. Se ha elevado prácticamente a la calidad de tabú en los partidos de la izquierda tradicional el trabajo con una orientación correcta hacia las Fuerzas Armadas y, especialmente, hacia lo que en ellas es pueblo uniformado. Baste un ejemplo: mientras trabajadores de ASMAR y marinos sufrían y siguen sufriendo la represión más bestial de que haya memoria por identificarse con la izquierda, el Dr. Allende con ocasión del juramento del llamado “Gabinete de Seguridad Nacional”, descalificaba a esos trabajadores usando la metáfora de que eran elementos de ultraizquierda, dándose la mano con la ultraderecha. Plantearse así las cosas respecto de trabajadores y marinos que estaban dispuestos a oponerse a un golpe en contra del Gobierno, nos parece grave y equivocado, por decir lo menos. Dentro de tal contexto vemos la explicación de lo que ocurre en este problema con las Fuerzas Armadas.

Ch.H.: ¿Por qué se ha presentado esta situación en la Marina y no en otras ramas de las Fuerzas Armadas?

OP.E.: Es difícil entrar en precisiones en un tema como que usted proponer. Creemos que la explicación hay que buscarla en lo que ha sido la historia de la Armada, en su traición. En efecto, allí es donde las contradicciones sociales, los prejuicios y las desigualdades entre los diversos sectores se dan con mayor fuerza. No olvidemos que fue precisamente esta rama de las Fuerzas Armadas la que ójug un papel preponderante en la Guerra Civil del 91 en contra del Presidente Balmaceda. En su eno se matienen ls añekas tradiciones de istemas diciplinarios vejatorios con los subboficiales y marinos, lo que ha generado como contraparte una gran sensibilidad a las injusticias de parte de los afectados. Ello ha dado origen a movimientos como lo fue, por ejemplo, la rebelión de la Escuadra en 1931. Asimismo, resulta que la metodología de la formación de cuadros militares desarraigados que preconiza el imperialismo, dispuestos a luchar por igual en su país que contra los vietnamitas con métodos sanguinarios, es precisamente en algunos cuadros navales donde desarrollan su especialidad a través de los llamados comandos. Todos estos elementos determinan, seguramente, la polarización de marinos dispuestos a impedir un golpe de Estado, como su contrapartida, de oficiales dispuestos a una represión fascista.

Ch.H.: ¿Cómo ha reaccionado la población frente a esto?¿Qué debería hacerse para defender los derechos de estas personas?

P.E.: La clase trabajadora de la zona ha reaccionado espontáneamente, entregando la solidaridad hacia los reprimidos. Usted no debe olvidar que parte importante de los flagelados y torturados son trabajadores que difieren del resto de la clase obrera sólo en que laboran en lso Astilleros Marítimos de la Armada con el menoscabo de derechos gremiales que ello irroga. De tal suerte que desde la CUT de Talcahuano hasta el Cordón de Servicios del Centro de Concepción, pasando por el Comando Comunal de Talcahuano y los cordones industriales de toda la zona, los estudiantes y pobladores, han hecho suyo el problema de los perseguidos. Parte de los esfuerzos se está canalizando a través de la Comisión de Derechos Humanos, una de cuyas tareas principales es la denuncia y desenmascaramiento de los responsables de estos indignos atentados en contra de los trabajadores y marinos.

Esta reacción social de repudio a la persecución fue claramente percibida por los autores de esta farsa maligna, que determinó que el proceso se traslade, por problemas de competencia, a la Fiscalía de Valparaíso, seguramente con la esperanza que se acalle la protesta pública en una provincia como la nuestra, que tiene muy claros sus deberes para con los flagelados. Es fundamental, entonces, que los trabajadores de Valparaíso, los pobladores y estudiantes de ese puerto, demuestren el mismo calor humano en apoyo a estos obreros y marinos tan duramente perseguidos. Asimismo es importante la campaña de denuncia de los bárbaros procedimientos que se han empleado contra ellos y la exigencia de que los responsables sean destituidos de sus cargos y sancionados como corresponde.

Ch.H.: ¿Qué experiencia cree usted que obtuvieron los marinos de este episodio?

P.E.: Hay algo que nos dijeron los trabajadores flagelados y que deja muy en evidencia la indigencia mental de quienes cometieron los vejámenes que le relaté: en una etapa de las torturas obligaban a los detenidos a bailar y cantar y en la letra de las canciones, con ritmo de cueca o cualquier otro a que esas mentes perturbadas se les ocurría ordenar, se hablaba de “Abajo el MIR”, “Muera Miguel Enríquez” y otros “versos” con agregados de groserías que, por elemental decencia, no le voy a repetir.

Cuando los trabajadores nos contaban este detalle, menor, si se quiere, ellos mismos calificaban tal actitud como infantil y estúpida de parte de sus aprehensores. A nosotros nos pareció una clara manifestación de bajo coeficiente intelectual de indudable histeria de los oficiales que dirigían tan macabra faena. Frente a esa conducta de oficiales de marina que deshonraban de manera tan vil su uniforme, tratamos de imaginarnos cómo habría sido la reacción de un Arturo Prat, abogado y marino, de quien hay constancia que puso su inteligencia de tal y su prestigio en defensa de compañeros suyos a quienes otros antecesores de los torturadores de ahora persiguieron y trataron de expulsar de la Armada por móviles pequeños, o cuál habría sido la reacción de un Almirante Grau que frente a los restos de nuestro héroe nacional, Arturo Prat, no tuvo sino honrosos gestos de hombría y caballerosidad, no obstante tratarse de marinos de países en guerra.

Pensamos, finalmente, que las autoridades del Gobierno tendrán que decir más de una palabra ante estas denuncias que presentamos, palabra que si bien ya no podrá impedir las humillaciones y el dolor sufrido por trabajadores y marinos, por lo menos tendrá la virtud de hacerles saber que el sacrificio de su dignidad humana y de su integridad física no ha sido en vano y que ese sacrificio es un escalón más donde se levante la barrera que impida la repetición de conductas tan vergonzosas y los hagan esperar en el futuro la sanción histórica que se merecen los culpables. Dejamos abierta esta interrogante aa quienes tienen el deber de solidarizar con quienes se han jugado por la estabilidad del Gobierno del doctor Allende.

Materiales recomendados:

Página web «Marinos Constitucionalistas de Chile».

Revista «Chile HOY», en Biblioteca Clodomiro Almeyda.

Video recomendado: «Marinos Contra el Golpe» (Universidad de Playa Ancha y Parque Cultural de Valparaíso):

Libro recomendado: «Los que dijeron que «No». Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973″, de Jorge Magasich A.

«Testimonios de los Militares Antigolpistas», Jorge Magasich.

La preparación del Golpe de Estado en la Armada: Así lo narró la Revista Chile HOY en agosto de 1973

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Adelanto de libro

‘El golpe en Valparaíso’, Memorias 1965 – 1975

Interferencia

El golpe en Valparaíso es el resultado de una extensa investigación de los periodistas Nelson Muñoz Mera y Manuel Salazar Salvo, ambos con más de 30 años de experiencia profesional y numerosos trabajos publicados en Chile y en el extranjero.

La obra pretende revelar los hasta ahora ocultos orígenes del golpe en la Armada, en Carabineros y en las principales unidades del Ejército y de la Fuerza Aérea con asiento en diversas ciudades de lo que hoy conocemos como Quinta Región.

También explora las raíces de la conjura en instituciones como la iglesia católica, el empresariado, los partidos políticos, los colegios profesionales y las universidades locales.

Los autores revisaron archivos judiciales, investigaciones académicas y la prensa de los años 60’ y de los tres años de la Unidad Popular, además de efectuar decenas de entrevistas a los principales protagonistas que aún sobreviven, cinco décadas después de los acontecimientos que se relatan.

¿Cuáles fueron los contactos de la oficialidad de la Armada con sus similares estadounidenses?

¿Qué horrores se vivieron en el cuartel Silva Palma y en la Academia de Guerra Naval? ¿Quiénes dirigieron los interrogatorios y las torturas?

¿Quiénes fueron los civiles que les pidieron a los marinos que derrocaran al presidente Allende?

¿Qué papel cumplió la iglesia católica local en el complot?

¿Qué pasó en el plan y en los cerros de Valparaíso en las horas y días siguientes al levantamiento de la Armada del 11 de septiembre de 1973?

¿Qué ocurrió en la Esmeralda, en el Lebu y en el Maipo?

¿Qué horrores se vivieron en el cuartel Silva Palma y en la Academia de Guerra Naval? ¿Quiénes dirigieron los interrogatorios y las torturas?

¿Cómo fue la persecución de los dirigentes de la Unidad Popular y de los partidos que integraban el gobierno popular en la zona?

¿Quiénes fueron los que intentaron oponerse con las armas y empezaron a organizar la resistencia?

Todas estas preguntas y otras diversas interrogantes tratan de responder y explicar los autores en la extensa tarea que emprendieron. A continuación, un extracto de algunas de las más de 50 entrevistas contenidas en el libro.

Un grupo de entrevistados para el libro.

Un grupo de entrevistados para el libro.

Preguntaron por las tumbas disponibles

Yo para el golpe tenía 33 años. Era profesor de la Universidad Federico Santa María y militaba en el MAPU.

“Hubo alguien que me dijo que venía el golpe el 7 o el 8. No puedo decir quién fue. Me aseguró que iban a volar la radio de la universidad. Ese tipo tenía vínculos con la Armada”.

Después del tanquetazo algunos oficiales de la Armada me dijeron que ellos no iban a hacer lo que hizo el Ejército. Nosotros sabemos hacer las cosas bien, me insistieron.

Una semana antes del golpe llegó hasta el comité regional del partido un compañero nuestro que se apellidaba Navarrete y que había asumido la dirección del cementerio. Nos dijo que había sido contactado por el doctor Kunstman, médico del Coraceros, quien le había preguntado por el número de tumbas disponibles, la capacidad de sepultación y la de la morgue. El doctor le comentó que la consulta era por si se presentaba una catástrofe.

Hubo alguien que me dijo que venía el golpe el 7 o el 8. No puedo decir quién fue. Me aseguró que iban a volar la radio de la universidad. Ese tipo tenía vínculos con la Armada. Lo conté a un dirigente del partido, pero no pasó el dato.

El lunes 10 en la UCV Raúl Allard permitió el ingreso de la fuerza pública para desalojar a los gremialistas. El Senado universitario sesionó el 10 en calle Brasil, en la Escuela de Ingeniería, para destituir al rector. Ganó Allard. Un tal Velasco –secretario del Consejo del rector- se fue con aire de triunfo. La gente de derecha quería destituirlo. Velasco se fue a la pensión La Rosa, restaurante típico que abría a las 10 todas las noches. Velasco cuenta que en un momento determinado se paró al baño y tropezó con un casco militar. ¡Qué hace esta mierda aquí!, dijo y lo meó. Se fue más tarde al hotel Condell y se quedó dormido. Despertó a las diez de la mañana del otro día escuchando marchas.

Como directiva local del MAPU tuvimos una reunión el día 10 en la noche que duró hasta las 12 de la noche. Mi padre, mi esposa y mi hija me fueron a buscar. Yo vivía en Quilpué, en la población Valencia. Nos enteramos tres horas después que habían empezado a desplegarse los marinos en la universidad con la colaboración de algunos dirigentes de la JDC.

Adolfo Tannenbaum, profesor de la Universidad Federico Santa María, militante del MAPU.

Una deuda con el rector

Yo tenía una ventaja y una desventaja. Había sido designado en el cupo comunista por el Gobierno, pero yo tenía merecimientos. Había sido inspector general y tenido otros cargos. Yo fui el primer rector del Eduardo de la Barra que era ex alumno del liceo. También fui el primer rector que no era masón, porque los anteriores eran todos designados por la logia desde Santiago.

“Se contaba que Guastavino, Vúskovic y Andrade andaban por los cerros. Después supe que parece que era verdad porque la Cecilia Espinoza, que es la nuera de Vúskovic, cuenta eso. El ambiente en el barrio era muy de oposición”.

Desperté en la mañana del martes 11 y mi mujer me dijo que parecía que había un golpe de Estado, porque había escuchado a una vecina conversar sobre eso. Vivíamos en el cerro Bellavista, en la punta, al lado de donde termina la escala, y bajamos a Ecuador. Ese día yo me iba a celebrar el Día del Maestro con los profesores.

Los marinos estaban atajando a la gente de los cerros y nos devolvieron. La mayoría de los porteños vive en los cerros y era más fácil neutralizarlos impidiendo que llegaran al plan.

Tipo 9 o 9:30 los vecinos empezaron a bajar de los boliches de arriba llenos de bolsas con arroz, con leche, con todos los productos que escaseaban, porque los bolicheros se asustaron y empezaron a entregar todo lo que no se encontraba. Eso demostró que el desabastecimiento era provocado. Fue una cuestión increíble ver bajar y subir a los vecinos aprovisionándose.

Se contaba que Guastavino, Vúskovic y Andrade andaban por los cerros. Después supe que parece que era verdad porque la Cecilia Espinoza, que es la nuera de Vúskovic, cuenta eso. El ambiente en el barrio era muy de oposición. Al frente mío vivía un jefe de obra que era comunista, jefe de obra de la vía elevada, con el que conversaba. Todavía están los tetrápodos de esa avenida, iba a conectar con Viña y Reñaca. Quitándole terreno al mar, iba a pasar también por la casa de yates. Otro vecino trabajaba en una cooperativa, que se fue a Suecia. El resto todos eran opositores.

Estuve un tiempo escondido y cuando salí me llevaron preso en la primera detención. Y le dije al oficial que me detuvo: a usted lo denunciaron los vecinos.

Sacamos a mi hijo que tenía nueve años y yo me escondí los cinco primeros días en la casa de un cuñado. Mi hermano me fue a buscar y me dijo que no podía seguir ahí porque allanaban todos los días mi casa, a distintas horas. Mi mujer estaba desesperada. He contado que allanaron unas 22 veces mi casa. Cuando salí y llegué a mi casa, me detuvieron y nos tuvieron tres horas con los rifles apuntados y de ahí me llevaron a la calle Buenos Aires, donde está la Prefectura. Alcancé a decirle a un vecino que por favor cuidara a mi mujer porque me llevaban preso. Hicieron pedazos la casa buscando armas. Encontraron un alfabeto Morse que había hecho mi hijo, copiado de una revista. El capitán dijo: con esto se comunicaban para la Unión Soviética.

Aníbal Vivaceta López, rector del Liceo 1 Eduardo de la Barra, militante del Partido Comunista

“No había nada que hacer”

Durante la básica vivía en el cerro Esperanza y quería ser marino. La escuela quedaba encima de Portales; abajo estaba el matadero, el olor ni te digo. Un profesor me influyó para que me metiera a la Escuela de Artes y Oficios de la Santa María. Di un examen y quedé. Estuve ahí toda mi juventud. Entré al pensionado y viví en la universidad. Nos daban el título de sub técnico electricista. Hablo del 67 o 68.

“Estábamos en una reunión y nos dijeron que afuera estaban llegando los milicos del regimiento de Ingenieros de Quillota, el “Aconcagua”. Salimos como diez por el río, por la parte de atrás”.

Nos enteramos a través de la radio del golpe. De ahí nos fuimos a meter a la industria Rayon Said, tomada por el MIR. Entramos y empezamos a tratar de armar la defensa. Hicimos un recuento de elementos: había dos revólveres, uno oxidado, y como cuatro balas. Mi compañero era el Roberto Castro, que también venía de la Santa María.

Estábamos en una reunión y nos dijeron que afuera estaban llegando los milicos del regimiento de Ingenieros de Quillota, el “Aconcagua”. Salimos como diez por el río, por la parte de atrás.

Me quedé unos días en Quillota. Esa noche nos quedamos en la casa de una señora que no conocía. Nos juntamos con algunos compañeros pero nos dimos cuenta de que era una derrota completa; no había nada que hacer.

En diciembre retomamos contactos en Quillota. En la casa donde yo me quedaba empecé una relación sentimental con la niña que vivía allí, que era la que le prestaba apoyo al cura. La bicicleta la usaba el cura y ella la pasó mal. Fui a Santiago a tratar de ubicar gente y varios ya se habían asilado.

Armamos una organización que funcionaba independiente de Valparaíso.

Cayó gente. Mataron al Jean Rojas, lo detuvieron y llevaron a la línea férrea. Al Chico Manzano, que era dirigente en la Rayon, lo llevaron a Pisagua y después murió en la “patrulla fantasma”. La represión empezó a trabajar en la gobernación. Me mantuve en la zona hasta que me tomaron preso en abril del 74.

Los marinos agarraron una hebra acá en Valparaíso y la represión llegó allá. Tenía que juntarme con una compañera y me fui a hacer un punto que me estaba esperando. Ella está viva -no te voy a decir el nombre-. Ahí cayó todo un grupo en Quillota, después de la segunda semana de abril. Un lote como de ocho que luego expulsaron del país.

Silvio Pardo era mi jefe en la red de Quillota. Después que me sacaron la cresta un rato, trajeron al Silvio, quien me dijo:

-Oiga compadre ya lo saben todo así que diles todo no más.

“Cuando caí me llevaron al Silva Palma. Me dieron unas tremenda golpiza y me pusieron electricidad. Me tuvieron tres meses incomunicado en una celda de castigo. Había celdas en dos pisos. Arriba estábamos los incomunicados, en celdas individuales”.

No sabemos dónde y cómo cayó el Silvio y por qué lo hicieron desaparecer. Era como el encargado militar, posiblemente a nivel regional. Nos detuvieron los navales. Ellos operaron desde antes. En la universidad discutíamos en los patios y estos huevones aparecieron trabajando para ellos: Guillermo Harding, que hoy algo tiene que ver con las farmacias Cruz Verde; el otro es Morera, que ahora está encausado. Ellos eran gremialistas y lo asumían.

Cuando caí me llevaron al Silva Palma. Me dieron unas tremenda golpiza y me pusieron electricidad. Me tuvieron tres meses incomunicado en una celda de castigo. Había celdas en dos pisos. Arriba estábamos los incomunicados, en celdas individuales. Abajo había otras dos piezas con detenidos. Éramos unos 30 o 40. Ahí estaban Carlos González, el Lucho Vargas, el Silvio Pardo, el Alejandro Romero -el TQ, que era el jefe del MIR para el golpe, el René Arriagada, Carlos Riveros, Enrique Núñez y unos ocho de Quillota.

Carlos Otazo Román, técnico eléctrico, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario.

“Nos hacían orinar sobre un busto del Che Guevara”

El 5 de octubre me detuvieron en mi casa en Quilpué. Llegaron detectives cuando empezaba el toque de queda, como a las diez de la noche, y rodearon el sector. Me llevaron al cuartel de Investigaciones en Quilpué y allí me interrogó el jefe, a quien yo conocía. Fue largo, como de dos horas, pero correcto. Todo lo que dije lo escribieron a máquina, me lo dieron a leer y tuve que firmarlo. Tuve que confesar que era marxista. Después supe que para ellos era un gran pecado.

Cuando terminó el interrogatorio, el jefe me dijo que tenía que entregarme a los marinos de El Belloto, pero que lo haría al día siguiente por la mañana. Él era quien me había entregado la autorización para permanecer de forma definitiva en Chile.

A las siete me sacaron y me llevaron a El Belloto. Ahí cambió todo.

-Tú eres el cura Pancho; y métale golpes, patadas, culatazos… y luego al hoyo hecho con excavadora. Ahí había muchos presos, unos 50, y el campo estaba minado. Explotaban perros y gatos. Estuve todo el día hasta la noche. Levantábamos las manos y cuando había varias en alto nos llevaban en fila hacia un extremo de la cancha donde había un busto del che Guevara, que lo habían decapitado, y nos hacían orinar sobre él.

“Ahí se repitió la paliza. Bajando del camión me pusieron una capucha encima. Yo primero en la fila y un marino me tomó la mano. El marino me dijo: padre Pancho, usted me casó a mí. Voy a ir a Quilpué. Dígales que estoy bien, le respondí”.

Como a la una de la madrugada nos subieron en un camión en varios pisos, unos sobre otros, cruzados como en parrilla. No sabíamos dónde nos llevaban. Cuando salimos adiviné que íbamos a Valparaíso. Llegamos a Playa Ancha, primero a un edificio con un patio que no supe qué era. Ahí nos bajaron y nos llevaron –supe después- a la Academia de Guerra.

Ahí se repitió la paliza. Bajando del camión me pusieron una capucha encima. Yo primero en la fila y un marino me tomó la mano. El marino me dijo: padre Pancho, usted me casó a mí. Voy a ir a Quilpué. Dígales que estoy bien, le respondí. No supe quién era. Estuve tres o cuatro días, tumbado en un piso de madera por las palizas. Las ventanas estaban tapadas con unos lienzos. Cada interrogatorio siempre era precedido por una paliza.

Se escuchaban muchos gritos. A mi no me dieron tan fuerte como a los demás. En mi caso fue sin corriente ni submarino. Nos interrogaban desnudos. Siempre de pie. No veía a los interrogadores. Eran preguntas absurdas como dónde estaban las armas y cómo ubicar a ciertas personas que yo ni conocía. Me pillaron una libreta con citas, reuniones, nombres y teléfonos. Me preguntaban sobre todo eso. También querían que les diera los nombres de los Cristianos por el Socialismo. Les dí los nombres de dos muertos: Miguel Woodward y Juan Alsina, también el de algunos sacerdotes que habían vuelto a España.

Llegué al Lebu. Me quitaron el cinturón, los cordones y a la bodega. Antes de bajar me dieron otra paliza. Abajo habíamos unos 120. Supe que había mujeres en los camarotes.

Me encontré con el jefe de los scouts de Quilpué, Mario Bruna, y con José Filippi, que fueron a encontrarme y me acogieron. Yo iba muy mal y ellos me llevaron a un rinconcito y me consolaron.

Una vez al día nos subían a cubierta. Había cuatro agujeros por donde subir y las cuatro bodegas con escalerillas de gato. Los marinos se asomaban arriba y los veíamos de abajo. Reconocí a uno, que era el hijo de un administrador que tenía don Emilio Tagle en el Obispado. No era marino, era de complemento. Él me conocía. En otra bodega estaba Alfredo Hudson, otro sacerdote.

Francisco Puig Busquet, sacerdote español, nacido en Barcelona en 1937,

Trabajando con los rusos

El 73 vivía en Quilpué, aunque siempre fui viñamarina. Trabajaba en la KPD, industria que regaló la URSS a Chile en 1971 y donde se construían edificios prefabricados de departamentos. Trabajaban sobre mil personas. Los rusos deben haber sido unos 60 o 70. Yo era secretaria del Departamento de Personal y dirigente sindical. Había sacado la segunda mayoría pero me quedé con el cargo de secretaria.

“Toda la noche del 10 hubo mucho movimiento vehicular; creo que no dormí. Me levanté un poquito más arreglada. Tenía 24 o 25 años, militaba en el MAPU”.

Laboraban menos del diez por ciento de mujeres. Yo también estudiaba en la noche en la promoción superior del trabajador en la Universidad de Chile, sede Playa Ancha. Vivía con mi madre y mi hermana, a cinco cuadras del centro y a diez de la empresa, que estaba en el Parque Industrial.

El día 11 el sindicato tenía una entrevista con Daniel Vergara, el subsecretario del Interior, en Santiago. Teníamos que juntarnos con el resto de los dirigentes a las seis de la mañana para viajar a la capital.

Toda la noche del 10 hubo mucho movimiento vehicular; creo que no dormí. Me levanté un poquito más arreglada. Tenía 24 o 25 años, militaba en el MAPU.

En la mañana pasaban puros camiones con marinos y milicos. Cerca de mí vivía Gabriel Aldoney. No había movilización. Tuve que irme a la empresa a pie. Los marinos tenían puesta una barrera en el paso del tren.

De lejos vi muchos vehículos alrededor de la empresa, incluso unos que les decían vinchuca, que eran rusos, con una ametralladora inmensamente grande arriba del techo. En eso siento a alguien que me llama: compañera Correa, me dice. Yo miraba para todos lados y era el compañero Ibacache, que estaba escondido en un matorral. Compañera no vaya que está la escoba, me advirtió.

Hubo una reunión en la industria. Yo caminé hacia el cerro, hacia el cementerio y había un funeral de gitanos con mucho llanto y mucho grito. Tratamos de subir para mirar la empresa desde el cerro. Un dirigente de apellido Sánchez fue detenido. De puro choro que era.

La gente que entraba la tiraban al suelo y de ahí al camión o a la micro. Los tenían tendidos en el piso unos arriba de otros.

Arrancamos y nos juntamos en una fábrica de brochas. Qué hacemos, hubo locuras que se dijeron que no sé si se hicieron. Pero había que hacer cosas. Yo era la única mujer y me mandaron a Belloto Sur a ver qué pasaba con los compañeros de la construcción que estaban levantando la población Máximo Gorki.

“Lloramos con mi hija de diez años cuando escuchamos en la radio que el presidente Allende estaba muerto, como a las cinco de la tarde”.

Me vine a mi casa, al departamento en un tercer piso; me cambié ropa, me puse ropa más deportiva y comí porotos. Mi hermana trabajaba en la Universidad Católica y también tenía su militancia política. Tomé la bicicleta y me fui de nuevo a la empresa, pero obviamente tomando las precauciones del caso. Ahí me dijeron: compañera usted tiene que seguir en la casa. Esa noche la pasé no me he podido acordar dónde; parece que en la casa de dos compañeros que eran mellizos, comimos pescado frito y ahí hubo una reunión con dirigentes del PC. Ahí se decidió hacer algunas cosas.

Gabriela Correa, funcionaria de la KPD, militante del MAPU.

En el salón de oficiales de la Esmeralda

Profesora en una escuela del cerro Bellavista, con dos niños pequeños, separada.

Militante socialista desde el 70, vivía en el cerro Alegre donde también tenía su núcleo partidario con otras tres personas. Antes del golpe trabajó, además, en diversas obras de teatro. Jugaba basquetbol y había sido seleccionada de Valparaíso.

El lunes 10 me junté con unos compañeros en conversación informal. Estábamos preparando las actividades del día siguiente, el día del profesor. El martes 11 sentí aviones como a la seis de la mañana. Llamé a Carlos Camus, un compañero que vivía más arriba y el teléfono estaba cortado. Yo vivía con una señora muy de edad que era la empleada. Un vecino del lado, que era comunista, salió de su casa y algo conversamos. Ambos estábamos muy preocupados.

Bajé a comprar pan y había una cadena de marinos que impedía llegar hasta el plan.

Lloramos con mi hija de diez años cuando escuchamos en la radio que el presidente Allende estaba muerto, como a las cinco de la tarde.

“El oficial que nos conducía me dijo hasta luego. A los hombres se los llevaron al Maipo. A mí me agarraron y me tiraron para abajo, unos tres metros. Alguien gritó: ¡Otra perra para…!”.

Al día siguiente, en la noche, como a la una de la madrugada, sentí golpes en la puerta y me percaté que había un tremendo operativo. Todos andaban con las caras pintadas y tenían una lista de diez hombres y una mujer. Allanaron la casa, destrozaron todo. Yo pensaba que se habían confundido.

Tenían que llevarme a la Intendencia, hoy la Primera Zona Naval. Dejaron que me vistiera. Me subieron a un camión de la perrera. Estaban subiendo a Jorge Barahona, un profesor comunista; dos cabros que eran miristas, a Carlos Camus. Me subieron adelante.

Cuando llegamos me bajaron y me dejaron en sala sola, parada. Todos los compañeros los tenían parados y los llamaban de a uno.

En la mañana nos sacaron de la Intendencia, nos subieron al camión y se dirigieron al molo. Vi la Esmeralda y a unos tipos corpulentos que eran infantes de marina o submarinistas. El oficial que nos conducía me dijo hasta luego. A los hombres se los llevaron al Maipo. A mí me agarraron y me tiraron para abajo, unos tres metros. Alguien gritó: ¡Otra perra para…!

Abajo me subieron a una litera. Había una alemana, una señora de edad que era inspectora del liceo de Viña y yo. Pusieron un foco apuntándome. Eran como las bodegas. Yo estaba aterrada.

Una frazada hacía las veces de cortina. Se corrió un poco y pude ver a Sergio Vuskovic, con un boxer lila. Estaba también el alcalde de Viña; el director de Aduana, que era muy caballero; y el abogado de la intendencia, Luis Vega.

De repente empezó la fiesta. Los tenían de guata y les empezaron a pegar. Se ensañaban con los que habían sido marinos. Al más viejo le pegaban debajo de una ducha y gritaba ni te digo. A todos los tenían en ropa interior.

De repente dijeron la número tres y me tomaron y me pusieron una capucha que tenía sangre seca. Me colocaron esposas y me puse histérica. Me llevaron al salón de oficiales, un lugar alfombrado, donde había tres tipos sentados. Me sacaron la capucha y las esposas. Me sentaron al centro.

“Me llevaron a otra sala, me hicieron desnudarme la parte superior, después toda la ropa. Yo gritaba como loca. Tenía la capucha puesta. Yo me resistí y ellos me sujetaban. De repente sentí el perfume de Jaime Román”.

Estaba el capitán de navío Jaime Román Figueroa; otro que se llama Cristián Ganstel, que hace poco iba a reemplazar a Gonzáles, el máximo de la Armada ahora. Sacaron una carpeta que tenía una bitácora mía. Todos estaban con jersey de cachemira y de civil. El del medio, Román, era el más grande, tenía un perfume muy especial. Dijo: Esta es la hija del Tala (de talabartero), refiriéndose a mi papá a quien le habían dado la concesión del casino de la Escuela Naval nueva. Mi papá era como un mensajero y amigo de los cadetes. Por eso, esos tres tipos sabían hasta de mi abuelita. Jaime Román era imperturbable, duro. Él era el principal interrogador.

Me sacaron de allí los carceleros, me pusieron la capucha y de nuevo para abajo.

Las mujeres llegaron entre el jueves y viernes. El viernes también llegaron los de la Aduana; Arnaldo Toro, Juan y otros. Los tiraban a todos por la escala.

Llegaron unas niñas comunistas: la Mónica Moreno con la hermana; la Claudina, que lloraba mucho. Son las que hoy están en el Bolivariano. En total llegaron unas 15 mujeres.

Me fueron a buscar de nuevo. Me llevaron a otra sala, me hicieron desnudarme la parte superior, después toda la ropa. Yo gritaba como loca. Tenía la capucha puesta. Yo me resistí y ellos me sujetaban. De repente sentí el perfume de Jaime Román.

María Teresa Ríos, profesora, militante del Partido Socialista.

La parvularia de Caleta Abarca

En 1973 yo era estudiante de tercer año de Parvularia, el último, en el Pedagógico en Valparaíso. Trabajamos en verano con familias jóvenes de las poblaciones. Les explicábamos lo más fácil para cocinar con poca plata pero equilibrado. Éramos un grupo. Higiene para los niños. Cómo usar bien el agua. Lo hacíamos los miércoles en la tarde y los fines de semana. Yo era simpatizante del PS.

“El 11 me levanté y me vestí para ir a la U. No había radio ni nada. Yo vivía en Caleta Abarca, en Viña. Cuando bajé los marinos no dejaban pasar a nadie. Me ordenaron que volviera a casa”.

Las alumnas de la carrera eran en su mayoría muchachas de clase social alta y de derecha; éramos pocas las de izquierda. Nos juntábamos con estudiantes de Castellano, Historia y Sociología.

El Peda era bien politizado, había mucha lucha entre izquierda y derecha. Mucho debate.

Se conocían los dirigentes. La FECh era controlada por el PC, Patricio.

El 11 me levanté y me vestí para ir a la U. No había radio ni nada. Yo vivía en Caleta Abarca, en Viña. Cuando bajé los marinos no dejaban pasar a nadie. Me ordenaron que volviera a casa.

No había teléfonos y no pude hablar con nadie en una semana. No podíamos salir. Pasaron varios días.

La mañana del 11 escuché la arenga de Allende. Me dio mucha rabia. Nos están robando nuestro Gobierno, me decía yo misma. Mi papá me dijo que las cosas eran así y que había que aceptarlo.

Una semana después yo salí. Vino mi amigo Gabriel y me dijo que no se atrevía a salir por las patrullas. Me contacté con la Alicia Olea, amiga del Peda, y me dijo que había presos y que parecía que habían matado a otros. El Peda estaba cerrado y estaban los militares.

Un día me habla Abner Salazar, estudiante de Arquitectura, y me pregunta si quiero participar en algo. Me cuenta que trabaja para el MIR y que está tratando de rearmar un grupo. Yo acepto y me pide que encuentre una imprenta para poder imprimir panfletos y que busque casas de seguridad para compañeros que necesitan esconderse. Había que crear una sección en Caleta Abarca para ayudar y hacer panfletos. Empecé a buscar gente que quisiera hacer algo. Trabajamos con los cuidadores del Colegio Alemán, hoy Universidad de Viña del Mar. Ellos nos prestaron la imprenta y empezamos a hacer panfletos, que pegábamos o dejábamos por ahí.

Buscamos casas de seguridad con algunos vecinos y transportamos a algunos compañeros a Santiago para que los asilaran. En la capital los acogía una casa religiosa donde los estaban esperando. Varios de ellos se asilaron en las embajadas de Bélgica, de Suecia y de Francia. Nos íbamos en buses y los llevábamos disfrazados. Hacíamos de parejas. Incluso llevamos a Abner Salazar que también se asiló. Él era el enlace entre nosotros y otros grupos.

Milena Castro Neumann, parvularia, ayudista del MIR.

La muchacha que sólo servía para estudiar moda

Estudié hasta sexta preparatoria. La profesora habló con mi mamá y le dijo que yo no servía para nada, que sólo servía para estudiar moda y con 12 años fui a una escuela a eso. Después empecé a militar en la Jota, a los 17.

“Yo no era política, no entendía nada. En mi casa funcionaba una célula del partido, en la que estaba mi papá. Yo era una obrera ignorante”.

En el séptimo congreso de la Jota, después del 70, la consigna fue “Estudiar, trabajar y luchar por la patria y la revolución”. Entré al Eduardo de la Barra a estudiar la media, pero quedó truncada por el golpe.

Los mejores años de mi vida fueron en la Jota. En mi población teníamos un comité juvenil por la campaña de Allende, que fue muy hermosa. Yo tenía una alegría tan grande. Pensaba que cuando saliera Allende mi papá siempre iba a tener trabajo. Era el compañero presidente el que iba a salir. Para el pueblo, las 40 medidas, era lo soñado.

Yo no era política, no entendía nada. En mi casa funcionaba una célula del partido, en la que estaba mi papá. Yo era una obrera ignorante.

Hacíamos convivencias. Lo más importante eran los trabajos voluntarios. Participábamos en brigadas. Después fui encargada de finanzas de la Jota en la Tercera Comuna.

Yo decía: estoy de acuerdo con lo que dice el compañero.

Aprendí mucho allí. Los valores de un joven comunista. Lo más hermoso es tener una ideal. Cuando te desviai ya no soy nada. Aprendí a expresarme y vencer mi timidez.

Era una muchacha alegre, con muchos ideales y sueños.

Casi ni me percaté de que podía venir un golpe. Nadie sabía qué era un golpe, nadie sabía de las torturas.

El día 11 yo estaba acostada. Se había quedado a dormir una compañera de la Jota, que era de la dirección. Mi papá volvió del trabajo. Levántense, hay golpe de Estado, derrocaron al compañero Allende, nos dijo.

“Sacaron a mi papá, después a mi hermana. Yo les decía por qué hacen eso. Tenía 18 años y me puse insolente. Encontraron debajo de un colchón el Manifiesto del partido, que había salido hacía poco”.

Me dio una angustia enorme. Esa noche, con otra gente del partido en la casa, nos pusimos a quemar cosas.. La camisa y el carnet los enterré. Mi mamá quemó todo el resto: libros, revistas, afiches, mis estímulos, un anillo que hacían los vietnamitas con los aviones que derribaban. Se quemó Así se templó el acero, un disco de Neruda.

El 12 llegaron los marinos echando abajo todo. Hicieron tira el techo, como si fuera de cartón piedra. Sacaron a mi papá, después a mi hermana. Yo les decía por qué hacen eso. Tenía 18 años y me puse insolente. Encontraron debajo de un colchón el Manifiesto del partido, que había salido hacía poco. La niña de al lado lloraba porque le estaban pegando a don Polito, mi papá.

Me llevaron a la Escuela Naval y luego a la Esmeralda.

Mónica Moreno, pobladora, militante de las Juventudes Comunistas.

Una red secreta para los asilos

Al momento del golpe yo era estudiante del último año de Derecho en la Universidad de Chile y militante del Partido Demócrata Cristiano. También era dirigente de la Democracia Cristiana Universitaria, DCU. Trabajaba, además, en la Vicerrectoría de Comunicación de la UCV. El rector era Raúl Allard; el vicerrector de Comunicación, Juan Orellana Peralta. Yo estaba a cargo de la Secretaría Ejecutiva del programa Televisión Educativa del Pacto Andino.

El contexto que se daba era de profunda radicalización. La Vicerrectoría de Comunicación estaba en la calle Yungay, perpendicular a la UCV, que estaba tomada por el movimiento gremialista, y en una reunión en la oficina de Juan Orella Peralta recibimos impactos de bala que no nos dieron y que venían de la Casa Central. Quiero poner esta imagen para ubicarnos en lo que se estaba viviendo. En la Universidad de Chile y en la UCV el proceso político estaba muy radicalizado. No había diálogo entre la UP y los sectores opositores. Habíamos algunos dirigentes universitarios que tratábamos de construir el diálogo porque creíamos que el país lo necesitaba y que los mecanismos de la democracia debían ponerse en movimiento.

“Los gremialistas tuvieron una participación en diversas instancias del régimen militar. Ocuparon cargos de responsabilidad política. Muchos de ellos también en las fiscalías navales.”

Éramos nosotros los que creíamos en la doctrina del cardenal Raúl Silva Henríquez, de que el diálogo era el único camino posible. Éramos un grupo reducido, no la mayoría, y quiero reflejarlo en un hecho. La DCU en Valparaíso tenía su sede en la calle Pedro Montt 2080 y para ingresar a ella había que hacer unos cursos. Yo me acuerdo que estaba haciendo un curso con unos 25 jóvenes y que estábamos hablando del personalismo. Sentíamos mucha bulla, era una casa vieja. Voy a ver y hay unos 25 alumnos escuchando una charla sobre Emmanuel Mounier mientras en la sala de al lado había otros cien jóvenes haciendo karate y defensa personal. Dos realidades absolutamente distintas.

Esto motivó que cuando se vino el golpe también las opciones fueron distintas.

Los gremialistas tuvieron una participación en diversas instancias del régimen militar. Ocuparon cargos de responsabilidad política. Muchos de ellos también en las fiscalías navales.

A partir del 11 en el caso mío lo único que pude aportar fue en el Derecho. Aquí en Valparaíso no hubo Vicaría de la Solidaridad, no hubo un grupo -a diferencia de Santiago- que tuviera un liderazgo muy fuerte de la iglesia católica. En el primer tiempo, estuvimos absolutamente desorganizados, pero optamos por la defensa de los derechos humanos. Era un acto de confianza pues había muchas dudas y sospechas sobre con quien uno se relacionaba. Aquí hubo muchas personas que estuvimos en eso pero que no estábamos comunicados entre nosotros. Cada cual hacía lo que estimaba posible para cooperar.

Debido a mi vinculación con algunos funcionarios de Naciones Unidas, hicimos una red para ayudar a algunas personas a salir del país. Yo los trasladaba de alguna manera a Santiago, y ellos a su vez los ingresaban a las embajadas.

Luis Bork Vega, abogado, militante del Partido Demócrata Cristiano

Escabulléndose por los cerros

Había dejado una semana antes mi cargo de presidente nacional del Sindicato de Aduanas. Era secretario de Control y Cuadros del Regional Valparaíso del PS y estaba muy al tanto de la situación nacional.

“Como a las siete de la mañana ya se escuchaba el ruido de los helicópteros. Tenía la mala costumbre de no escuchar radio en la mañana, sólo me vestía y salía. Cuando bajé de más arriba de la fábrica Costa, por ahí vivía, desemboqué en la avenida Argentina y me topé con un batallón de marinos”.

El partido no había dado ninguna instrucción. La noche del lunes 10 estábamos con varios compañeros en una comida y llegó el “Magnesio”, un fotógrafo amigo del diario El Mercurio, que nos dijo que iba a estar todo tranquilo porque la Escuadra había zarpado para reunirse con las naves estadounidenses de la Unitas.

Nos separamos como a las 12 de la noche. Yo tenía un Fiat 600 que tenía estacionado por ahí por el Parque Italia y Francia. Yo vivía en Santa Helena. No pasaba nada, pero minutos después se produjo el asalto a la sede del Partido Comunista que estaba frente al Parque Italia.

Como a las siete de la mañana ya se escuchaba el ruido de los helicópteros. Tenía la mala costumbre de no escuchar radio en la mañana, sólo me vestía y salía. Cuando bajé de más arriba de la fábrica Costa, por ahí vivía, desemboqué en la avenida Argentina y me topé con un batallón de marinos que tenía apuntada una ametralladora punto 30 hacia el cerro.

Traté de llegar a la Aduana, pero ya no se podía pasar. Recogí a algunos compañeros, pasamos por la torre de Aduanas y estaba llena de marinos. Me devolví a la casa. No tenía garaje y le pedí a un vecino que me guardara el auto.

Mis dos hijos estaban en la casa de mi suegra. Le dije a mi mujer que se fuera a la casa de mi suegra. Había perdido el carnet en Pucón y decidí subir porque si bajaba me iban a controlar. Subí al cerro La Virgen hasta la avenida Alemania y fui a la casa de Guillermo Hansen Calderón, que era el segundo jefe de mi departamento. Nos montamos en su auto y fuimos a dar una vuelta larga.

A las dos o tres de la tarde supimos de la muerte de Allende, vimos por la televisión a los cuatro miembros de la Junta y el discurso de Leigh sobre la eliminación del cáncer marxista. Esa noche dormí en la casa de Hansen.

“En la puerta estaba un abogado que era el fiscal del servicio de Aduanas, Carlos Anabalón, que era hijo de un ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, un hombre muy cercano al PS, con quien éramos amigos. El estaba cumpliendo la misión de identificar a los funcionarios de Aduanas frente a los marinos”.

Al día siguiente, el miércoles 12, me fui a la casa de mi suegro a encontrarme con mi mujer. Volvimos a la casa de Guillermo que vivía en una población de la marina mercante, en avenida Alemania. Andábamos en una citroneta y cuando estábamos ahí llegó una patrulla de la Armada. Se llevaron para un lado a Guillermo y le dijeron que él tenía unas armas a su cargo, una pistola PPK y una metralleta Walter, y que se las debía entregar. Se las llevaron y no pasó nada más. Posteriormente, alguien nos contó que vio el operativo con tiradores apuntando a la casa por lo que pudiera ocurrir.

Luego nos fuimos a mi casa en la citroneta de mi amigo. Tenía hartos documentos que opté por destruir y quemar.

El 13 en la mañana empezó a salir por las radios el bando que llamaba a todos los empleados públicos a presentarse a su trabajo. Llegué a la puerta de la Superintendencia de Aduanas, donde había una patrulla de la Armada. En la puerta estaba un abogado que era el fiscal del servicio de Aduanas, Carlos Anabalón, que era hijo de un ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, un hombre muy cercano al PS, con quien éramos amigos. El estaba cumpliendo la misión de identificar a los funcionarios de Aduanas frente a los marinos.

Luis Azua Torres, funcionario de Aduanas, militante del Partido Socialista.

Nixon sabía que Armada preparaba golpe contra Allende

Estados Unidos desclasifica informes de Nixon sobre Chile: Sabía que Armada preparaba golpe contra Allende

“Se han recibido en Chile varios informes que indican la posibilidad de un intento de golpe de estado militar”, señala uno de los archivos de Nixon.

Por Leonardo Buitrago

Hace 10 horas

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1973ChileMemoria / Actualidad / Chile / Estados Unidos / Mundo / Política / Portada

Este viernes, el Gobierno de Estados Unidos hizo públicos dos informes diarios del presidente Richard Nixon referentes a Chile, previos al golpe militar perpetrado por el dictador Augusto Pinochet. Los archivos corresponden a los días 8 y 11 de septiembre de 1973.

«Conforme con nuestro compromiso de aumentar la transparencia, el gobierno de los Estados Unidos ha desclasificado y publicado partes de los Informes Diarios del Presidente relacionados con Chile, del 8 de septiembre de 1973 y el 11 de septiembre de 1973», indicó la Oficina del Portavoz del Departamento de Estado de la nación norteamericana.

Ambos archivos se encuentran disponibles en los siguientes links:

THE PRESIDENT’S DAILY BRIEF 08 SEPTEMBER 1973 (CHILE ARTICLE ONLY) | CIA FOIA (foia.cia.gov)

THE PRESIDENT’S DAILY BRIEF 11 SEPTEMBER 1973 (CHILE ARTICLE ONLY) | CIA FOIA (foia.cia.gov)

«Junto con los miles de documentos desclasificados con anterioridad, la publicación de hoy demuestra nuestro compromiso duradero con la asociación entre Estados Unidos y Chile, que es consistente con nuestros esfuerzos por promover la democracia y los derechos humanos en nuestros propios países y alrededor del mundo», señlaron en un comunciado publicado en el portal web de la Embajada de Estados Unidos En Chile.

Desde la Oficina del Portavoz del Departamento de Estado destacaron que desclasificación de documentos es un proceso complejo en el que participan múltiples agencias, en el cual el gobierno de los Estados Unidos toma en cuenta numerosos factores, entre los que se incluyen la seguridad nacional, la protección de las fuentes y la metodología, y otros riesgos y beneficios que conllevan la divulgación de información específica.

«Teniendo en cuenta estos factores, el gobierno de los Estados Unidos completó esta revisión de desclasificación en respuesta a una solicitud del gobierno de Chile y para permitir una comprensión más profunda de la historia que compartimos. Nos mantenemos comprometidos en trabajar con nuestros socios chilenos para intentar e identificar fuentes de información adicionales de modo de aumentar nuestra conciencia sobre eventos de alto impacto ocurridos a lo largo de la historia que compartimos y fortalecer aún más la importante relación entre nuestros dos países», plantearon.

La embajadora de Estados Unidos en Chile, Bernadette Meehan, también informó que su gobierno desclasificó los informes diarios del Presidente Nixon, referentes a Chile,

¿Que revelan los informes desclasificados de Nixon?

En el primero de los informes, fechado el 8 de septiembre de 1973 se revela que , los asesores del entonces presidente estadounidense, Richard Nixon (1969-1974), le avisan sobre un “posible intento de golpe” en Chile.

En concreto, el mandatario estaba al tanto de que había «planes de algunos oficiales de la marina para poner en acción sus fuerzas militares contra el gobierno de Allende”.

“Se han recibido en Chile varios informes que indican la posibilidad de un intento de golpe de estado militar”, señala el archivo consignado por Radio Biobío.

“Los disturbios se centran en la marina, cuyos miembros han estado nerviosos ante el inminente nombramiento de un nuevo jefe de servicio”, agrega.

En el segundo documento desclasificado, correspondiente al 11 de septiembre, se comprueba que Nixon tenía conocimiento que varias “unidades militares clave” apoyaban la intentona.

“Los hombres de la marina que conspiran para derrocar al gobierno reclaman ahora el apoyo del ejército y la fuerza aérea. Aún no hay pruebas de un plan de golpe de Estado coordinado entre los tres servicios. Los generales del ejército han estado hablando de (…) aumentar la influencia de los militares en el gobierno”, plantea el documento.

“Si los exaltados de la marina actúan creyendo que recibirán automáticamente el apoyo de los demás servicios, podrían verse aislados”, reza en el archivo de la administración Nixon previo golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra Allende.

Participación de Washington en el golpe de Estado

Cabe recordar que hace una semana, la representante federal estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez, indicó que era imperativo que la administración de Joe Biden desclasificara aquellos documentos que podrían aclarar la participación de Washington en el golpe de Estado de 1973 en Chile,

«Queremos enfatizar que éste es un momento en que la transparencia de los Estados Unidos puede ser una oportunidad para un nuevo ciclo en nuestra relación entre los Estados Unidos y Chile», dijo la representante Ocasio-Cortez en perfecto español en un video en Instagram en el que estuvo acompañada de la Ministra Vocera del Gobierno Camila Vallejo,

La representante demócrata por Nueva York formó parte de una delegación de legisladores estadounidenses que viajó hasta Santiago con motivo de la próxima conmemoración del 50 aniversario del golpe militar contra Allende.

«Es muy importante enmarcar la historia en lo que pasó aquí en Chile con la dictadura de Pinochet. Y también a reconocer y reflejar en el papel de los Estados Unidos en esos eventos», aseguró la legisladora estadounidense.

EE.UU. desclasificó informes de Nixon sobre Chile: Sabía que Armada preparaba golpe contra Allende

 

Jorge Magasich sobre la Unidad Popular

50 AÑOS DEL GOLPE NACIONAL POLÍTICA

Jorge Magasich sobre la Unidad Popular: “Es el momento donde las clases populares han tenido más poder adquisitivo”

El historiador presentó esta semana los volúmenes III y IV de la Historia de la Unidad Popular. En su contenido aborda las medidas más trascendentales del gobierno de la UP, el rol de la Democracia Cristiana y la intervención de Estados Unidos.

Diario UChile

Viernes 25 de agosto 2023 20:06 hrs.

Como el momento donde las clases populares han tenido mayor poder adquisitivo calificó el doctor en historia y profesor en el Institut des Hautes Etudes des Communications Sociales de Bruselas, Jorge Magasich, al período que denomina como “la primavera de la Unidad Popular”.

En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el autor de los volúmenes III y IV de la Historia de la Unidad Popular, que presentó esta semana, detalló que a partir de 1971 se decretaron una serie de medidas, entre ellas indultos a 50 militantes del MIR y el VOP que estaban presos o en clandestinidad, se disolvió el grupo móvil de Carabineros que cargaba contra las manifestaciones y los “guanacos” de la época fueron destinados a repartir agua en poblaciones, además se dio prioridad a la construcción de la Línea 2 del Metro.

Sin embargo, las medidas económicas Magasich las destacó como las más cruciales. “Los salarios más bajos, los que ganaban menos de un vital fueron aumentados, todo el mundo fue aumentado según la inflación de 1970 que fue un 35 por ciento, pero los que ganaban menos de un vital mínimo fue 45 por ciento y los que ganaban entre uno y dos 38 por ciento, aumentaron también las asignaciones familiares”, declaró.

“Con todos estos beneficios en conjunto, el ministro de Hacienda, Américo Zorrilla, calcula que un trabajador casado, padre de tres hijos, sus ingresos pasaron de 540 a 960 escudos, es una cifra que él dio en la época. Entonces, el año 71 fue efectivamente la primavera porque los desposeídos viven mucho mejor”, aseguró.

Con una inversión del 59 por ciento del Producto Nacional en los sectores populares, el historiador definió que “es el momento donde han tenido más poder adquisitivo efectivamente”.

Paralelo a esas iniciativas, Magasich destacó la nacionalización del cobre como “la medida económica más trascendente del siglo XX, trascendente por lo que aportó al país, aportó 115,000 millones de dólares de 1971 a 2020, son cifras de Codelco”.

Chile sin eso sería un país pero mucho más empobrecido, otra cosa es cómo se gastaron, pero llegó ese dinero al Estado chileno”, añadió.

En cuanto a la relación de la Democracia Cristiana con el gobierno de la Unidad Popular, el doctor en historia dio cuenta que “los roces comienzan a fines de diciembre de 1970 cuando Allende presenta el proyecto de nacionalización de los bancos, que los bancos se hicieran por compra de acciones a través de la Corfo. La Democracia Cristiana quiere que sean empresas de trabajadores, después en ese período llega a la directiva Narciso Irureta que ya era más duro y, hay algo que hay que decirlo, en enero de 1971 Estados Unidos destina a la oposición chilena, pero eso era sobre toda a la Democracia Cristiana, un millón 240 mil dólares“.

En relación al destino de ese monto de dinero, el historiador lo calificó como “un hoyo negro de la historia de Chile porque está el documento desclasificado, que lo consulté, todo dice sí mandamos este dinero a la Democracia Cristiana, pero ¿quién lo recibió en la Democracia Cristiana? Bueno, Sergio Ossa que fue el ministro de Defensa de Frei después en otros documentos desclasificados aparece agradeciendo la ayuda”.

“Pero yo creo que era imposible que la directiva no se enterara que estaban circulando sumas colosales de dinero y que eso se destinaron a una campaña electoral en aquellas elecciones municipales extremadamente agresivas contra el gobierno de Allende”, agregó Magasich.

En relación a la incidencia de Estados Unidos en nuestro país, precisamente por ese financiamiento, el doctor en historia aseguró que las primeras intervenciones comienzan el 64′ en apoyo a la candidatura de Eduardo Frei y luego en las parlamentarios del 69‘, según documentos no solo de la CIA sino otras instituciones como las embajadas.

“En las elecciones del ’70 no apoyan a ningún candidato pese que Agustín Edwards quería, pero disciplinadamente acató, pero sí financian una campaña anti Allende, una campaña del terror donde estaban esos afiches donde aparecían tanques soviéticos frente a La Moneda y que no tuvo el mismo efecto que el 64″, declaró.

En cuanto a las instrucciones que da Nixon sobre el golpe de Estado, el historiador anunció que “fue inducido por dos influencias, una fue Agustín Edwards que aterrizó en Estados Unidos dos días antes y dio un informe a la CIA que es conocido porque la CIA tomó nota y después lo depositó, y otro fue una reunión de Frei, el presidente, con un viceministro de Educación de Estados Unidos en Viña del Mar, donde le pide que lleve un mensaje a Nixon y le dice mira, ‘dígale, por favor, que hay 98 posibilidades sobre 100 que en menos de 2 años Chile va a ser una nueva Cuba’”.

Consultado sobre cómo interpreta que hayamos llegado a un momento donde la democracia no sea un consenso mínimo, Magasich declaró que circulan dos afirmaciones. “La primera es que todavía estamos metidos en esto después de 50 años pero la respuesta es clara, lo que pasa es que estamos viviendo en la sociedad que estructuró el golpe de Estado, estamos en la sociedad que resultó de esto, entonces los resultados del golpe de Estado lo están viviendo todos los chilenos todos los días porque se impuso un proyecto a través de la violencia”, señaló.

“Ahora otra cosa que me gustaría decir es que dicen que Allende no se decidió a llegar a un acuerdo con la Democracia Cristiana. La DC estaba controlada por un grupo que estaba siendo financiado y varias veces desde Estados Unidos, ese grupo no iba a hacer una política contraria a la que quería Estados Unidos, ese acuerdo era imposible”, señaló.

En ese sentido, el historiador afirmó que “lo que Aylwin exigía era que todos los ministerios o casi todos los subsecretarios, las altas funciones de la administración pública, o sea la Corfo, el Banco Central, etcétera, pasaran a manos de militares y ellos hicieron una política y esa política tenía que ser tomar medidas contra el ala izquierda, o sea, contra el Partido Socialista y el MIR, o sea, le estaba pidiendo a Allende que quebrará la Unidad Popular, traicionar a su partido y se transformara en una especie de monigote, una figura decorativa rodeado de militares”.

Sin embargo, para Magasich “Allende sí se decidió, Allende decidió que no iba a hacer esto, decidió no renegar de los proyectos sociales que encarnó durante dos épocas y que es necesario preservar la unidad del movimiento popular. Ahora tomó la decisión que probablemente sus críticos de hoy día no querían, pero yo creo que tienen que reconocer que sí tomó una decisión”.

Revisa la entrevista completa acá:

 

Homenaje póstumo a los Marineros Constitucionalistas y Operarios de ASMAR fallecidos a la fecha.

En el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado rendimos homenaje póstumo a los compañeros de armas y operarios de ASMAR fallecidos a la fecha. Expusieron sus vidas al oponerse al golpe de Estado, por la mantención de la vida democrática y el Estado de Derecho. Brindaron resistencia a la dictadura en cárceles y campos de concentración. Posterior a su liberación, dos de ellos fueron ejecutados por agentes del Estado.

En la Ruta de la Verdad.

Reconocimiento histórico por parte del Estado, Reparación Integral y Justicia.

 

12 agosto, 2023

El legado de los militares que respetaron la Constitución en 1973

Por : Jorge Magasich AirolaAutor de “Los que dijeron ‘No’” (LOM, 2008) y de “Testimonios de militares antigolpistas” (Centro Barros Arana, 2019).

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Los intentos de los militares legalistas por impedir que las Fuerzas Armadas transgredieran la ey en 1973, plantean la cuestión del reconocimiento histórico: ¿Quiénes actuaron correctamente en 1973? ¿los golpistas o los legalistas? Hasta ahora los gobiernos electos a partir de 1990 se han inclinado ante el hecho consumado que las Fuerzas Armadas son la continuidad de las que perpetraron el golpe, ignorando a los militares que –sacrificando mucho– se mantuvieron apegados a la Constitución. Ha llegado tal vez el momento de que los gobernantes reconozcan su gesto como un ejemplo de apego a la democracia, al humanismo, y al deber militar. Que debe inspirar las futuras Fuerzas Armadas.

La historiografía ha establecido que el asalto armado a las instituciones republicanas en 1973 no fue perpetrado por todas las Fuerzas Armadas, sino por una fracción de ellas. Probablemente, los militares golpistas eran mayoritarios, pero no hay manera de saber cuántos actuaron creyendo que estaban combatiendo al “enemigo interno” y cuantos obedecieron soportando en silencio, a menudo paralizados por el miedo.

Lo que sí se sabe es que un número significativo de militares se negó a participar en el golpe de Estado, manteniéndose fiel a su juramento y a la Constitución. Y su gesta sigue formulando punzantes preguntas sobre las Fuerzas Armadas actuales, herederas directas de la fracción que perpetró el golpe de Estado.

¿Cuántos militares dijeron “No”?

La oposición al golpe en las Fuerzas Armadas abarca una gama de comportamientos que va de los que se las arreglaron para evitar misiones inhumanas lo que a muchos les costará su carrera, o más que eso, hasta los que intentaron asumir la defensa del Gobierno constitucional. Con un denominador común: todos los militares antigolpistas actuaron ateniéndose a la ley, lo que permite designarlos como “legalistas” o “constitucionalistas”.

Una indicación sobre su importancia la proporciona la cantidad de demandas de reparación introducidas por militares al Programa de reconocimiento de la exoneración política que, en su segunda versión entre 1998 y 2004, admitió solicitudes de uniformados: 452 detectives; 486 aviadores; 1.231 militares; 1.430 carabineros; y 2.471 marinos. En total 6.070 casos. De ellos 1.319 fueron calificados. Considerando que en 1973 había en Chile unos 80.000 militares (incluyendo carabineros y detectives), se puede establecer que el 7,52% de ellos consideran que fueron expulsados por motivos políticos y que 1,64% fue calificado. Estas cifras no incluyen a los que prosiguieron la carrera, estando en desacuerdo con el golpe.

Algunos casos son conocidos. El día del golpe renuncia el coronel José Ramos, jefe del Estado Mayor de Inteligencia, así como el mayor Osvaldo Zavala, edecán del general Prats y luego de Pinochet. En Talca, el capitán Jaque se niega a participar en el golpe. Una semana después solicita su baja el teniente Carlos Pérez Tobar, expresando que no está dispuesto a participar en la represión, lo que le costará torturas y años de prisión y de exilio.

En 2001, varios militares emprenden acciones jurídicas contra los golpistas, por secuestro, asociación ilícita y torturas. Entre otros, los coroneles Efraín Jaña, comandante del regimiento de Montaña, y Fernando Reveco, comandante del regimiento de Calama; el capitán Carlos Vergara detenido el día del golpe en el regimiento Rancagua en Arica; los oficiales Florencio Fuentealba, Héctor González, Rudy Alvarado, Jaime Mires (representado por su hijo), Patricio Carmona y Manuel Fernández.

Sin olvidar que el Ejército excluyó a varios oficiales por negarse a ejecutar prisioneros, como al general Joaquín Lagos, comandante de la primera división, y al mayor Iván Lavanderos, cuyo cuerpo fue encontrado muerto. El coronel Renato Cantuarias, comandante de la Escuela de alta montaña fue detenido y “se suicida” en la Escuela Militar, en circunstancias sospechosas (familiares piensan que la causa no fue política, pero los hechos aportados por Patricia Verdugo en “Los Zarpazos del Puma” indican que lo fue). Hay, cuando menos, 36 oficiales exonerados.

En la Armada la oposición al golpe fue aún mayor. Los meses que lo preceden cientos de marineros, cabos y sargentos, advierten la conjura y buscan alertar al Gobierno y reflexionan sobre cómo defenderlo. Son descubiertos por los servicios de inteligencia, ya controlados por golpistas. La primera detención se efectúa el 15 de junio de 1973 en la base de Belloto; las siguientes a fines de julio en la Escuela de Ingeniería Naval y, a partir del 5 de agosto, se desata una verdadera razzia. La Armada arresta unos 250 marinos, tal vez más. Son los primeros torturados en recintos que ya escapaban a la autoridad del Gobierno, por infantes de marina comandados por el capitán Luis Kohler Herrera, hasta hoy impune. De ellos, 92 serán condenados a penas de prisión.

El día del golpe, el comandante en Jefe de la Armada, almirante Raúl Montero intenta mantener a su institución dentro de la ley. Es secuestrado en su domicilio por personal amotinado. Son excluidos, entre otros, los almirantes Daniel Arellano y Hugo Poblete Mery, el capitán René Durandot y el teniente Horacio Larraín. El capitán Gerardo Hiriart envía su dimisión lo cual le vale una condena en ausencia.

En agosto de 1973, la justicia naval abre varias causas contra los marinos antigolpistas, pero solo los puede acusar por “incumplimiento de deberes militares”, ya que la ley de seguridad del Estado se aplica a requerimiento del Poder Ejecutivo. El almirante Merino consigue arrancar la firma del intendente de Valparaíso, lo que le permite acusar a los marinos por “sedición y motín”.

Este paradójico cargo –los que están a punto de dar el golpe acusan de sedición a los que intentan evitarlo– apunta a los marinos y, particularmente, a los jefes de partidos que se habían reunido con ellos para escuchar la denuncia: Altamirano (PS), Enríquez (MIR) y Garretón (MAPU), acusados también de “infiltrar” la Marina y de proyectar siniestros bombardeos a los puertos.

Quince años más tarde, en 1988, Oscar Garretón se presenta voluntariamente ante la fiscalía naval. Esta ordena su encarcelamiento durante seis meses, pero no consigue probar nada. Pese a eso, un tribunal naval condena a Garretón utilizando como prueba un discurso pronunciado en agosto de 1973 –lo es muy discutible– pero lo más grave es que el otrora jefe del MAPU no dijo aquel discurso. Ante tal aberración jurídica, Garretón introduce en 1991 un recurso de queja ante la Corte Suprema que gana por 6 a 0. Es absuelto y queda jurídicamente establecido que no hubo “sedición y motín”, ni “infiltración”, ni planes de bombardeos siniestros.

En la Aviación, los primeros días de dictadura son detenidos 16 oficiales, entre ellos los generales Sergio Poblete y Alberto Bachelet, el capitán Jorge Silva (quien en 1970 había denunciado un proyecto para asesinar a Salvador Allende), 18 suboficiales y sargentos; 36 cabos (dos de ellos asesinados en prisión); dos conscriptos y 13 civiles. Serán brutalmente torturados y un Consejo de Guerra los condena en 1974 y 1975 por “traición a la patria” (el general Bachelet muere en prisión antes de que fuera pronunciada la condena).

Décadas más tarde, algunos de los condenados introducen un recurso de revisión para anular la aberrante sentencia. Al no conseguirlo ante la justicia chilena, recurren a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esta les da razón y condena al Estado de Chile. Solo en 2016 la Corte Suprema acoge el recurso de revisión y anula las sentencias dictatoriales, por haber transgredido la Constitución de 1925 que regía al Consejo de Guerra y por no haber respetado el debido proceso (Diario Constitucional, 4/10/2016).

En Carabineros, por último, los cinco primeros en su jerarquía se niegan a participar en el golpe: el director general José María Sepúlveda acompaña al Presidente en el palacio asediado; el subdirector, Jorge Urrutia, intenta imponer la lealtad al Gobierno junto a los generales Rubén Álvarez y Orestes Salinas. Horas antes los generales Alfonso Yáñez y Martín Cádiz se habían negado a adherir al golpe. Y se conoce el caso del carabinero Guillermo Schmidt quien, en Antofagasta, tornó su arma contra los jefes que le ordenaron matar a tres trabajadores detenidos.

El legado

La causa 3926 de la Armada contra los marinos antigolpistas contiene un esclarecedor debate jurídico efectuado en 1975 y 1976. Esos años son defendidos por abogados de oficio que se limitan a pedir rebajas de penas. Con la notable excepción de Lidia Hogtert, abogada del sargento Juan Cárdenas y del cabo Teodosio Cifuentes, quien será la primera que osa plantear –brillantemente– los elementos fundamentales del caso.

La abogada reclama, primero, la nulidad de las “confesiones” arrancadas bajo tortura y pide a la corte naval que se añada al proceso un ejemplar de la revista Chile Hoy N°62, de agosto 1973, que describe las torturas y flagelaciones de los marinos detenidos.

Luego aborda la cuestión de fondo: sus defendidos “han entendido que el deber de ‘obediencia’, ‘respeto’, ‘disciplina’, acatamiento a la autoridad legítimamente constituida, y al orden establecido, les obliga a defender su permanencia, considerando que, desde el momento en que tales autoridades habían llegado al gobierno por vías constitucionales y legales, era esa autoridad la que debían defender y a la cual estaban obligados a servir”.

Concluye que fue legal la actuación de los marinos que se proponían evitar un levantamiento porque “es deber de todo miembro de un cuerpo armado defender en primer término al Gobierno legalmente constituido”.

El fallo de respuesta es redactado por la jueza Iris González en septiembre de 1976. Apoyándose en varios autores y en el Código de justicia militar de la España franquista, afirma que “no puede aceptarse como excusa absolutoria o como causal de justificación el subterfugio más que disculpa de defender al Estado Político ante otras posibles agrupaciones militares símiles, pues se arribaría a un total caos en la disciplina y orden militar”. En resumen, los subordinados están para obedecer y siempre que intenten oponerse a una acción de sus superiores, aunque ésta sea ilegal, están infringiendo el orden y merecen castigos.

Sin sorpresa, la corte naval rechaza la argumentación y la apelación de Lidia Hogtert arguyendo que es “temerario y aventurado” afirmar que hubo tortura, y en el proceso se lee un gran “No ha lugar” como respuesta al pedido de anexar la revista “Chile Hoy”.

Pero ese debate deja planteada una cuestión fundamental: ¿quién tiene la preminencia, la orden de un superior o la ley? En efecto, el comportamiento de los militares antigolpistas en 1973 plantea la relación entre legalidad y disciplina militar. Los golpistas reivindican el principio de la obediencia debida que considera a un soldado irresponsable de sus actos y lo obliga a obedecer siempre a su superior. Los legalistas, en cambio, postulan la responsabilidad de cada cual, y la preeminencia de la ley sobre las ordenes, así como el derecho de los soldados a incumplirlas cuando estas violan la ley o lo derechos humanos.

Los intentos de los militares legalistas por impedir que las Fuerzas Armadas transgredieran ley en 1973, plantean la cuestión del reconocimiento histórico: ¿Quiénes actuaron correctamente en 1973, los golpistas o los legalistas? Hasta ahora los gobiernos electos a partir de 1990 se han inclinado ante el hecho consumado que las Fuerzas Armadas son la continuidad de las que perpetraron el golpe, ignorando a los militares que –sacrificando mucho– se mantuvieron apegados a la Constitución.

Ha llegado tal vez el momento de que los gobernantes reconozcan su gesto como un ejemplo de apego a la democracia, al humanismo, y al deber militar. Que debe inspirar las futuras Fuerzas Armadas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
  • https://www.elmostrador.cl/cultura/critica-opinion/2023/08/12/el-legado-de-los-militares-que-respetaron-la-constitucion-en-1973/

 

 

SILVA PALMA: DE CENTRO DE DETENCIÓN Y TORTURA A CENTRO CULTURAL Y DE MEMORIA

El Colectivo Cine Fórum junto a integrantes de organizaciones sociales, de derechos humanos y marinos antigolpistas de la región, realizaron a mediodía del martes 08 de agosto del 2023 una acción de memoria y resistencia en las afueras del Cuartel Silva Palma, un centro de detención y tortura de la Armada de Chile que fue declarado como Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico por parte del Consejo de Monumentos Nacionales el 09 de agosto del año 2017, gestión realizada por el Cine Fórum y la Agrupación de Marinos Antigolpistas que permitió proteger así este patrimonio y evitar su demolición, como sí ocurrió con el centro de detención y tortura de la Academia de Guerra Naval, ubicado un poco más arriba del Cuartel Silva Palma, edificio que fue demolido subrepticiamente de un día para otro por la Armada, a principios del mes de febrero del 2017. Esta declaratoria fue ratificada posteriormente por el Ministerio de Educación en enero del 2018, y oficializado por el Decreto N°14 del 15 de febrero del 2018, cuando fue publicado en el Diario Oficial. Posteriormente, el Colectivo Cine Fórum ha realizado otras iniciativas orientadas a solicitar el comodato del Cuartel Silva Palma para las organizaciones y la ciudadanía porteña, entregando en forma oficial una solicitud en la Oficina de Partes de la Seremi de Bienes Nacionales, con fecha 10 de diciembre del 2020 y, más adelante, el 12 de julio del 2021 hizo entrega de un documento dirigido al Comandante en Jefe de Armada Juan Andrés de la Maza Larraín, como un nuevo paso para lograr el objetivo de que el Cuartel Silva Palma se transforme en un Centro Cultural y de Memoria. El Cuartel Silva Palma forma parte de los lugares emblemáticos de la prisión y tortura de la Marina en la V Región, y la prisión política en este lugar comenzó antes del golpe, durante el gobierno de la Unidad Popular, ya que hasta ese recinto fueron trasladados a principios de agosto del año 73 los Marinos Antigolpistas que denunciaron las maniobras llevadas a cabo por la oficialidad de la Marina en la organización y planificación del golpe de Estado que se concretó el 11 de septiembre de 1973. Hoy, al cumplirse seis años desde la declaratoria del Cuartel Silva Palma como Monumento Histórico, decenas de porteños y porteños acudieron hasta las puertas de dicho recinto naval, ubicado en la calle Villaseca del Cerro Playa Ancha, para seguir exigiendo a la Armada que entregue este sitio de detención y tortura a los ciudadanos y ciudadanas porteñas, para que se pueda transformar en un centro cultural y un sitio de memoria viva que esté en manos de organizaciones sociales y de derechos humanos. Durante esta actividad hicieron uso de la palabra diversos compañeros y compañeras, integrantes del Cine Fórum, de organizaciones de derechos humanos, ex prisioneras y prisioneros políticos, como también marinos antigolpistas.

Transcribo a continuación parte de las distintas intervenciones realizadas en esta ceremonia de memoria y resistencia popular:

“Este lugar, un recinto del horror, albergó detenidos, torturados, y la Armada nunca se ha hecho cargo de esto. En junio de este año, el Comandante en Jefe de la Armada, en un acto que se hizo en Isla Dawson, con ex prisioneros y familiares, por primera vez hizo un gesto y habló de un “nunca más”, pero para nosotros los integrantes del Cine Fórum es un nunca más bastante ambiguo e insuficiente, porque no reconoce las atrocidades que se cometieron, no reconoce el rol que le cupo a la Armada en la génesis del golpe de Estado. Este recinto, el Silva Palma, aparte de detenidos y detenidos, torturados y torturadas, también menores de edad, también desde aquí desaparecieron dos personas, Silvio Pardo y Alberto Salazar. Nada sabemos de su destino, porque hay un pacto de silencio y la Armada no entrega la información. Por eso, como Colectivo Cine Fórum hemos llamado hoy a este encuentro, para hacerle en primer lugar un homenaje a estos dos compañeros detenidos desaparecidos, a todos las compañeras y compañeros que estuvieron acá detenidos y torturados. En segundo lugar, queremos rendir un homenaje a nuestro querido compañero, ex director y presidente de Cine Fórum, Nelson Cabrera, el compañero Neco, quién partió hace poco de este mundo y que fue el que siempre impulsó todas estas iniciativas por la memoria, la verdad y la justicia. Fue de él la idea de pedir a Bienes Nacionales la declaratoria de este lugar como monumento histórico, y fue de él la idea de que este lugar se convierta en un centro cultural para la comunidad, un sitio de memoria y una sala museo. Queremos interpelar al Estado de Chile para que esto se concrete y este sitio sea entregado a las organizaciones, para eso hacemos un llamado a la unidad y a la coordinación, para llevar adelante esta lucha y posteriormente poder administrar este lugar.”

“Como representante de la marinería hay que precisar que todas las gestiones que se impulsaron para que este cuartel pasara a ser definido como un monumento histórico, no podemos olvidar a nuestro presidente, el compañero Víctor López, el presidente de los marineros que nos opusimos al golpe de Estado. Algunos nos llaman marinos antigolpistas, otros nos llaman marinos constitucionalistas. El motivo principal de resguardar este monumento es para que no se borre la memoria, que sabemos que es algo que están constantemente de borrar. Víctor López tuvo una activa participación para evitar que este sitio fuera demolido. Desafortunadamente, el otro edificio donde se torturaba, que quedaba un poco más arriba, la Academia de Guerra Naval, lo demolieron de un día a otro y para callado, por lo que no tuvimos opción para evitar su demolición (…) Por aquí, en este edificio, pasamos todos los marinos que nos opusimos al golpe de Estado. Ahora, por qué nos oponíamos a eso, yo diría que había básicamente tres motivos: el primero era el apoyo que se le estaba entregando al presidente Allende; en segundo lugar, estaba relacionado con los marinos que defendían la Constitución; y el tercer motivo era porque algunos marinos se habían sentido atropellados en sus derechos como personas mientras ejercían sus funciones como marinos…”

“Aquí en el cuartel Silva Palma también hubo compañeras mujeres presas políticas. También hay que reconocer que quienes estuvieron acá, algunos y algunas ya no están porque fueron asesinados, asesinadas, quienes han sobrevivido, ha sido por amor y resistencia, y lo que los trajo a estar detenidas acá no fue porque eran malas personas, delincuente, ni terroristas, fue el terrorismo de Estado que con todas sus fuerzas s fue en contra de ideales como la solidaridad, la generosidad, el compromiso por construir el buen vivir para todos y para todas. Tenemos que recordar que no somos solo la tristeza que nos embarga, sino recordar con felicidad los ideales por los que lucharon, que luchamos, y que aún mantenemos. Hay que agregar también que esta lucha es un continuo, el estallido no fue un simple estallido, fue una revuelta que tiene que ver con lo que anteriormente pasó y con la impunidad que ha existido en este país, con la injusticia y con la falta de reparación real, y tenemos que seguir luchando para obtener esos objetivos, no solo para ustedes sobrevivientes, sino también para las generaciones que continuamos en esta lucha.”

“Soy uno de los marinos que se declara primero antigolpista y después constitucionalista. El constitucionalismo dentro de las Fuerzas Armadas es lo que se denomina la doctrina Schnaider, donde el alto mando de las Fuerzas Armadas que prometieron condicionalmente respetar la Constitución, entonces yo me desmarco un poco de eso y me declaro marino antigolpista, porque estaba en contra del golpe de Estado, y, sobre todo, estábamos apoyando el gobierno del presidente Salvador Allende (…) El cuartel Silva Palma era la cárcel de los marinos antes del golpe de Estado y por eso llegamos acá prisioneros antes del golpe, hace 50 años atrás, exactamente un día como hoy, pero era miércoles; 50 años atrás la marina me estaba dando de baja aquí en este mismo lugar, porque ya se había llenado este lugar con la mayor parte de marinos antigolpistas que venían cayendo de la escuadra, vi a estos compañeros, a estos marinos, prácticamente siendo llevados en anda después de las torturas que les hicieron en Talcahuano y en Las Salinas. Cincuenta años atrás, exactamente como hoy, pero un día miércoles.”

“Quiero hacer un recuerdo a nuestro grupo, nosotros también fuimos marinos, pero nosotros caímos presos después del golpe y como caímos después del golpe, nosotros quedamos prácticamente en el olvido. Estuvimos meses aquí en el Silva Palma a contar del mes de abril del 74. Como decía el compañero, antes del golpe este sitio era la cárcel de los marinos, pero después pasó a ser la cárcel de los civiles, y nosotros llegamos acá, siendo marinos, en calidad de civiles. La Barcaza Morera fue la que siguió funcionando como prisión de marinos y de allí nos trajeron al Silva Palma (…) Nosotros hicimos el Juramento a la Bandera y ahí se dice que “juro por Dios y por esta bandera servir fielmente a mi patria, defender la Constitución y las leyes vigentes”, y eso era lo que nosotros defendíamos; quién era el presidente, Allende pues, por lo tanto él estaba dentro de la Constitución y de lo que había que defender (…) Acá también hubo compañeras presas, pero nosotros no las veíamos, porque andábamos totalmente vendados …”

“Me llamo Viviana y yo integro la Agrupación de Ex Menores, hubo compañeros y compañeras que siendo menores de edad también pasaron por este lugar, de hecho, yo tenía 14 años cuando me trajeron, también estuvo mi hermana y mi mamá. Como decía Antonio, hubo muchas mujeres detenidas acá. Quiero resaltar el trabajo que desarrollo Neco, es constancia, esa perseverancia por la verdad y la memoria, por dar a conocer lo que ocurrió acá. Este trabajo no debe morir acá y se debe continuar impulsando. Nosotras como ex menores tenemos programado para el mes de septiembre poner una placa específicamente diciendo que aquí hubo niños detenidos, menores de edad, adolescentes, llegaron mamitas con sus bebés en los vientres, muchas mamitas fueron violadas acá, y nosotras queremos hablar de estos temas…

” Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 08 agosto 2023

Entrevista al historiador Jorge Magasich. Agosto 2023

Entrevista al Historiador Jorge Magasich en análisis histórico sobre la conducta digna de la Marinería antigolpista en el periodo de la Unidad Popular hace 50 años.

LANZAN LIBRO DE EX PRESAS POLÍTICAS MUJERES EN VALPARAÍSO

En la ex cárcel se realizó el lanzamiento del libro “LOLITA LOLA”. Memorias Sonoras de Ex Prisioneras Políticas. Libro basado en la Tesis para optar al grado de Licenciatura en Antropología Social de Francisca Cornejo Ulloa, donde se sumaron nuevas entrevistas y narrativas poéticas.

Se trata, sin duda, de un enfoque novedoso de abordar un tema de suyo dramático, pues posee una mirada multi temporal y se muestra la asociación de hechos poco reconocidos y novedosos como la música que les evoca los días domingo en prisión.

Son co-autoras un puñado de presas: Gioconda Aguilera Altamirano, María Cristina Fuentealba Herrera, Sylvia Lillo Robles, Alicia Olea Salinas, Leslie Olivares Bustamante, Patricia Pulgar Martínez, Elisa Serey Serey, Alicia Zúñiga Valencia y Rosa Zúñiga Anton.

Y RECUERDA EL PRÓXIMO MARTES:

 

 

 

Memorias sobre las detenciones en la Escuela de Ingeniería Naval. Proceso 3941

Las detenciones en la Escuela de Ingeniería*

Es muy probable que en junio y julio de  1973, los servicios de inteligencia que preparan el golpe hayan puesto en marcha una operación para detectar y alejar de la Armada a los marinos predispuestos a resistir órdenes de derrocar al gobierno. Esos meses los controles internos recrudecen. Antes, la regla de apuntar el nombre de las visitas a las unidades no se aplicaba a la letra. Ahora, toda persona que ingresa es rigurosamente anotada. Por esos meses, el grupo de la Escuela de Ingeniería se entera de que varios marinos reciben su desahucio, algunos recién llegados a las unidades, y se da cuenta de que los despedidos son los que tienen antecedentes de haber protestado alguna vez, explica Mariano Ramírez:

“ nos dimos cuenta que la Marina estaba sacando gente de diferentes reparticiones, que por sus antecedentes hubieran hecho reclamos que tenían que ver con las comidas, o que se hubieran enfrentado verbalmente con un oficial, que normalmente era un castigo de 15 a 20 días, ¿me entiendes? Pero como quedaba en la hoja de vida, todos aquellos que tenían una roja, fueron saliendo de la Marina” ([E] Ramírez, 2001).

Por su parte, Miguel González, instructor de electrónica, en varias ocasiones es seguido a la salida de la Universidad Católica, “ descaradamente”. Èsta da cuenta de que hay un trabajo sistemático para detectar al personal con ideas de izquierda; “hacían una labor de exploración para ir trazando un mapa de aquellos posibles líderes dentro de la tropa, y especialmente en las escuelas” ([E] Ramírez, 2001).

El 28 de julio, un día después del asesinato del edecán, el suboficial Triviño, conocido también por sus opiniones de izquierda, es alejado de su trabajo y de las tropas que comanda. El comandante Pinto lo llama para informarle de su traslado a Santiago. Mientras se despide de sus colegas, es vigilado por un teniente y además encuentra a otro oficial revisando sus archivadores. En Santiago, dice “no hacía nada, no me daban trabajo. Reclamé por eso” ( Fajardo, 2000, 190).

El día antes de su detención, José Jara es asignado a una patrulla como tirador escogido. Durante la ronda, el teniente que va detrás lo amenaza, recordándole que marcha con una pistola en mano ([E] Jara, 2002). Su nombre ya está en la lista de los que serán detenidos el día siguiente.

Sábado 28 de Julio: ocho detenciones en la Escuela de Ingeniería

El viernes 27 de julio, el director de la Escuela de Ingeniería, Homero Salinas, envía una nota al comandante de la Primera Zona Naval, Toribio Merino, comunicándole que, “por información del servicio de inteligencia militar [no del naval] se ha tenido conocimiento que el siguiente personal ha tenido contactos o pertenece a grupos extremistas, por lo que se procede a detenerlos o a incomunicarlos”.

Siguen ocho nombres:

  • cabo 2°José Jara (cursos electricidad en el 2° año, 29 alumnos)
  • cabo 1° Carlos Alvarado (curso de perfeccionamiento de cabos mecánicos, 200 alumnos)
  • cabo 2° Abdón Villouta (cursos de perfeccionamiento en electricidad)
  • sargento 2° Ernesto Suenzen (instructor de electricidad y de intercomunicación)
  • marinero 2° Tomás Alonso (alumno de electricidad)
  • marinero 1° Nelson Córdova ( sigue el curso de combustión interna)
  • cabo 2° José Polanco (encargado de la sala de armas)
  • marinero 2° Miguel Muñoz (sigue el curso de electricidad).

El 30 de julio se agrega:

el cabo de la infantería de marina Rubén Bustos (Causa 3941, fojas 1 y 2).

Las detenciones en la Escuela de Ingeniería se inician el sábado 28 de julio, hacia las 11 horas, cuando se escucha por los parlantes: “Cabo Jara, tráigale el tráfico al comandante de la Escuela”. José Jara es conocido como hombre de izquierda, su actividad es demasiado abierta y tiene mucha confianza en sí mismo ([E] Ramírez, 2002), comenta Ramírez. Cuando Jara se acerca a la comandancia, advierte un camión de Infantería de Marina con varios infantes, y luego ve un infante armado en la secretaría del comandante. Jara lo saluda: “Buenos días mi comandante, le entrego el tráfico”. A lo que Homero Salinas responde: “ Jara, tengo información de los servicios de inteligencia de que Ud. es el representante de MIR en la Escuela de Ingeniería”. Sorprendido responde; “ No, realmente creo que está equivocado, no soy representante de ningún partido, nunca he militado en nigún partido, no tengo nada que ver con eso”. Intercambian algunas palabras y el comandante le dice: “ Bueno, para salir de la duda queda detenido. Yo lo voy a mandar al cuartel de seguridad Silva Palma para que sea interrogado y después veremos”.

Lo llevan al camión de la Infantería de Marina donde, bajo la lona, descubre a los miembros del grupo antigolpista más conocidos, detenidos como él. Jara piensa inmediatamente en los documentos políticos que tiene en su cajón. Mientras lo revisan, el cabo consigue deslizar las llaves del cajón y un colega jóven y le murmura: “anda y saca”. Al parecer el jóven marino algo retira, pero, pese a la limpieza, queda en su cajón su maletín donde guarda una agenda con tres números de teléfonos. Jara recuerda ahora los documentos políticos que tiene en su casa. Nada ilegal – precisa – son libros, como la Revolución de la Escuadra o Camino de Victoria , algunos ejemplares de El Rebelde y de Punto Final, “pero para ellos era un crímen”. Entre sus aprehensores hay un sargento de la Escuela que conoce a su suegro. Jara le da la llave de su casa pidiéndole que se la entregue a su suegro y le diga que saque todo.

El sargento cumple. En casa de Jara, en el cerro Los Placeres, se ejecuta quizá por primera vez la escena desesperada –que se repetirá miles de veces – de destruir diarios y libros que pueden ser utilizados como “pruebas” de tener ideas de izquierda. El suegro los hace desaparecer en un pozo séptico.

En realidad, los 10 detenidos son los marinos más activos del grupo y los más conocidos; toda la célula central del grupo y miembros de otras dos células: Cuando nosotros fuimos golpeados, fue golpeada la base mía, cayó completa, y otra base cayó la mitad y una tercera base que se cortó el vínculo. Pero se consigue mantener un cierto nivel de seguridad” ([E] Jara, 2002). Los detenidos son llevados al cuartel Silva Palma e incomunicados. Ahí comienzan los interrogatorios.

Los arrestos son conocidos rapidamente gracias a una red de solidaridad que se crea en torno a los detenidos. Para los marinos organizados urge informar de las detenciones a los partidos de izquierda. El MIR había organizado un dispositivo de emergencia: cuatro marinos (“Moair”, Guillermo Vergara, José Jara y Mariano Ramírez) conocen un número de teléfono donde comunicar informaciones urgentes. El teléfono pertenece a un conocido de Félix Vidal, próximo a las Juventudes Comunistas y colaborador del MIR. Por esa vía, el cabo Mariano Ramírez consigue informar de las detenciones.(Anexo 19). Pide a un “héroe incógnito” que llame al teléfono convenido e informe de las detenciones mediante la contraseña acordada, gesto que salva “vidas y materiales” ([E] Ramírez, 2005), afirma Ramírez, que muy prionto será detenido.

El MAPU también se entera de las detenciones. La noche del día 29, Leopoldo Luna va a casa del cabo Carlos Alvarado, con quien mantiene contactos regulares, y encuentra a su mujer afligida porque alguien la ha llamado para informarle que “pasó algo”  y su marido no ha llegado ([E] Luna, 2003). En el MAPU se inquietan, pues saben que hay algunos nexos entre los marinos detenidos de la Escuela de Ingeniería y los de los buques. Durante esa semana los mapucistas preguntan a los marinos de la escuadra si notan algún cambio de tono. Responden que no hay nada nuevo.

La causa criminal 3941 por sedición o motín en las escuelas

La desición de abrir una causa es tomada por el almirante Toribio Merino, el 30 de julio,en su calidad de comandante en jefe de la Primera Zona Naval: “En relación de vinculaciones que personal de la institución haya tenido con elementos de tendencia política extremista y lo dispuesto en el reglamento 7-38/1 y 9-10/1” y designa fiscal a Samuel Ginsberg (Causa 3941, foja 3).

La acusación de relacionarse con políticos extremistas describe exactamente lo que el propio Merino y otros oficiales de su fracción están haciendo esos días, aunque con una diferencia mayor: los marinos han establecido contactos con civiles de los partidos de izquierda para defender al gobierno legítimo; en cambio, Merino y otros están en contacto con civiles de extrema derecha y con agentes de una gran potencia extranjera, para amotinarse contra él.

La lectura de la causa revela que los antecedentes proporcionados por el Servicio de Inteligencia Militar y el subdirector de la Escuela capitán de corbeta Edgardo Musso, son irrisorios. han detenido a los marinos conocidos por sus ideas de izquierda, pero de su organización no saben casi nada.

La primera acusación la formula el capitán Antonio Costa, jefe del sector oriental. Informa el 30 de julio, que desde hace 10 días, la inteligencia militar se enteró de que un grupo de gente de mar participa de un movimiento llamado Comité de Izquierda revolucionaria de la Marinería (CIREMA) “con finalidad de quebrar la disciplina institucional”, y que mantiene contactos con el MIR. El informe explica que han vigilado a los cabos Jara, Alvarado y al sargento Suenzen, y apuntaron los nombre  de los que hablaron con ellos (Causa 3941, foja 5).

El cabo Jara es acusado de haber hecho contactos políticos con dos infantes de marina y…de estudiar en la Universidad Católica. Al cabo Alvarado se le echa en cara que “ se le ha visto en muchas oportunidades con Jara “ y “ al parecer trató de ingresar a INACAP (Instituto de Capacitación Profesional) en donde inquirió datos para ingresar al MIR “. Al cabo Villouta “ se le ha visto con Jara “. El sargento Suenzen “ha tenido contactos con el cabo Jara y existen presunciones que forma parte del mismo grupo”. Tomás Alonso “ha sido visto en numerosas ocasiones conversando y paseando con Jara y ha sido visto en varias ocasiones en grupos de tres o cuatro marineros fuera de la Escuela”. Córdova “ha sido visto con el marinero Alonso y el cabo Jara”. Polanco “hasido visto con Jara, Córdova y Alonso”. Muňoz ha sido visto con Jara en forma reiterada. Bustos “ha sido visto en repetidas ocasiones con esta gente”. Igual que Maldonado. Eso es lo que comunican los servicios de inteligencia. (Causa 3941, fojas 4 y 5).

Es bastante poco. Los cargos contra Jara son endebles y los cargos contra otros marinos son haber conversado co Jara, lo que no puede ser utilizado como prueba ante ningún tribunal medianamente imparcial.

A partir de ahí, la causa 3941 contiene una sucesión de declaraciones, principalmente de oficiales, que buscan criminalizar las opiniones de izquierda de los detenidos. La declaración principal la hace el capitán Edgardo Musso Gutiérrez (Subdirector de la escuela), quien , dice tener dos fuentes: las informaciones transmitidas por un oficial alumno de la Escuela y las del teniente Faunes, del departamento A-2 de la Primera Zona Naval.

Durante la primera semana del proceso, las acusaciones tornan sobre elementos que se aproximan al ridículo, y a veces lo alcanzan. El capitán Musso informa que “observó” a Jara entre el 8 y el de julio aproximadamente, aunque con un resultado muy relativo. Sus sabuesos lo vieron ir a la Escuela de Infantería de Marina, pero “no se pudo establecer con quien conversó”; luego se reunió con gente en la Plaza Aduana pero “no  se logró reconocer a las personas”; y el viernes 20, se le vió en la Plaza de Viña  “en compañía de personal no identificado”. En la Escuela se le ve “conversando o en parejas o en grupos de hasta cuatro personas”. Además , fue “sorprendido en una ocasión a puertas cerradas con llave dentro de la sala de armas, aproximadamente a las 10 de la noche, en compañía de Polanco, Villouta y Alonso, quienes al abrir la puerta jugaban a las cartas” (Causa 3941, fojas 7 y 8)

Jara explica su visita a la Escuela de Infantería de Marina y su conversación con el cabo Olmos, diciendo que fue a buscar una encomienda y un colchón. Le preguntan con insistencia si son una estrucrura del MIR y si han participado en reuniones, pero Jara siente que acusan con poca convicción y comprende que no están en condiciones de probar nada.

El capitán Musso acusa luego a Carlos Alvarado, de “haber manifestado que deseaba ingresar al MIR” durante su inscripción en INACAP;  de ser  “una persona difícil en el trato con los oficiales, habiendo llegado en una ocasión a la justicia […] donde tuvo expresiones para con el jefe de brigada teniente Schmidt, en el sentido que era prepotente e inhumano para tratar al personal”.

Declara luego el teniente Carlos Rivas quien describe al cabo Alvarado como una persona “no confiable”, ya que  “le gustaba leer de todo tipo de literatura y prensa y que seguramente lo marcaban como de izquierda por esta razón. Dijo [Alvarado] haber leído la Revolución Rusa y textos similares”. El teniente reconoce que  “a pesar de todo” la posición de Alvarado es de constitucionalidad y que, accesoriamente, es casi campeón de ajedrez de Valparaíso (Causa 3941, foja 7). Aparece luego un teniente Jorge Salinas, quien “tuvo conocimiento que Alvarado pretendió ingresar al MIR de Inacap y comenzó a seguirle (Causa 3941, foja 14).                                Carlos Alvarado, en su declaración, reconoce que trató al teniente Schmidt de prepotente e inhumano, ya que éste le había negado un día de franco para atender a su hijo que había sido mordido por un perro, diciéndole que la Escuela no era una guardería infantil. Y efectivamente le gusta leer de todo (Causa 3941, foja 16).

Luego las emprenden contra el cabo Abdón Villouta. El teniente Jorge Bosaans descubre que, ni más ni menos: “la supuesta esposa del cabo Villouta estaría perteneciendo a un estanco de lanas, ubicado en la vecindad de una sede del PC”. De pasada, acusa a los otros detenidos de conversar con Jara y añade que Alonso asiste a curso de kárate (Causa 3941, foja 10). El teniente Raúl Pinto ha visto a “Villouta entregar un papel al cabo de guardia, que se lo pasó a otro marinero que iba saliendo” (Causa 3941, foja 10). Otro oficial, Jorge Guerra Genskwsky acusa a Villouta de recibir “un llamado exterior de una señorita Ana” (Causa 3941, foja 11) y mientras hablaba, el teniente Juan Gaete cree haber escuchado “no, ese tipo de info no te la puedo dar” y “los chiquillos están de franco, mañana les informo”. Además, Villouta es acusado de fotografiar a los cabos Ulloa y Olivares en “posiciones militares” (Causa 3941, foja 12).                                                                                                                                               La réplica del cabo Villouta es contundente. La misteriosa “Ana”, insinuada como una especie de Mata Hari, que se comunica con él en códigos secretos, resulta ser la señora Ana Bernal, la mujer del sargento Lagos y vicepresidenta de un estanco de lanas. La señora informa a menudo a las esposa de algunos oficiales – a pedido de sus maridos – de las ofertas interesantes. Las fotografías que el cabo hizo a dos colegas en “posiciones militares”, sospechosas de revelar altos secretos, son similares a miles de fotografías que los militares suelen enviar a sus familias, y las pone a disposición del tribunal. Por su parte, Alonso “acusado” de asistir a cursos de kárate, había dejado de asistir a ellos. Otro acusado había conservado un revólver durante una noche en su cajón y sólo el día siguiente lo había entregado al armero. El control de armamento y munición confirma que todo está conforme (Causa 3941, foja 35).

Al ser interrogados, los alumnos que siguen cursos impartidos por los instructores arrestados, son extremadamente elogiosos con los detenidos, y sin duda solidarios. Los califican de “personas tranquilas”, “buenos compañeros”, que no realizan labor proselitista y que tienen una formación superior  a la media, aunque hablan de la “sutuación actual” y de “temas económicos” (Causa 3941, foja 40). Por último, las hojas de vida de los acusados confirman que se trata de marinos destacados: en los últimos cinco años, tres de ellos han sido calificados en lista 2, cuatro en lista 1 y lista 2, y dos en lista 1 (Causa 3941, fojas 57 a 137).

¿Quié ganó la partida de brisca?

Queda un cargo en pié: ¿qué hacía el grupo que sorprenden encerrado jugando a los naipes? Días antes, en efecto, el jueves 19 de julio a las 22 horas Jorge Guerra y el teniente Juan Gaete irrumpen en la sala de armas, donde descubren a Jara, Polanco, Alonso y al operario González, jugando a la brisca.                                                                                          Los interrogadores exigen a cada uno que describa la partida. Tomás Alonso dice que había ganado una pata de cuatro juegos. El 7 de agosto los llevan a reconstruir la partida y ¡ay¡ González y Alonso se atribuyen la victoria (Causa 3941, foja 52). Hasta entonces es la única contradicción que consiguen establecer.                                                                  En tiempos Normales, “en cualquier proceso nosotros habríamos quedado libres, cuando mucho una amonestación por indisciplina, falta a la disciplina militar solamente, leve”, afirma Jara ([E] Jara, 2002).

Pero la causa 3941 es eminentemente política y el fiscal vuelve a la carga. Consigue una declaración contra Alvarado por parte de Gloria Gómez, mujer de un oficial y secretaria de INACAP. Ésta declara que, en marzo, el cabo Alvarado se había presentado en INACAP y le había comentado que algunos oficiales lo llamaban para interpretar un circuito electrónico, y que había demasiada diferencia entre la tropa y la oficialidad, lo que no ocurría en Suecia, añadiendo que, si pudiera, ingresaría al MIR. Doña Gloria afirma haberle respondido que el chileno no está preparado para eso porque cuando le dan la mano se toma el codo (Causa 3941, foja 51).

Ahora el fiscal interroga a Alvarado sobre las “inquietudes personales”. Éste responde que en la Marina las peticiones del personal no pasan el nivel de oficial de división; que se dan pocas facilidades para estudiar, que hay dificultades en los ascensos y el mando es, a veces, injusto y humillante, pues suele utilizar la expresión “la gallada” o “los indios” cuando se refiere a la tropa (Causa 3941, foja 156).

La situación se pone más dura para los detenidos cuando los acusadores consiguen declaraciones  de marinos que habían intentado reclutar. Jara recuerda su dfícil careo con el cabo Gutiérrez, con quien solía comentar la prensa durante algunos minutos, cuando le entregaba una guardia. Gutiérrez recuerda que Jara había afimado que, si había golpe, las fuerzas armadas se dividirían de forma horizontal, y también sus comentarios sobre las declaraciones golpistas del general Canales, aparecidas en La Tercera. En realidad, Jara no había hecho más que emitir, ante Gutiérrez, opiniones contrarias al golpe, “pero eso, para la Marina, era pecado” ([E] Jara, 2002)….

En total, hay algo más de 20 marinos detenidos en las escuelas de especialidades. Aunque casi todos son parte del grupo, en la mitad de los casos no consiguen probarlo. Finalmente procesan a 10, uno de ellos casi sin relación con el grupo. Los detenidos de la Escuela de Ingeniería son, a veces, golpeados durante los allanamientos a sus casas, pero no serán torturados como los detenidos de la escuadra. Más tarde, a partir del de agosto, comienzan a llegar al Silva Palma los detenidos de la escuadra ([E] Jara, 2002), lo que modifica la situación.

Pese a su importancia política, estas detenciones no son anunciadas en la prensa, ni de gobierno ni de oposición. Sólo serán mencionadas 11 días más tarde, después de las detenciones en la escuadra. ¿Por qué? Talvez porque el Alto Mando está poniendo a prueba la capacidad de reacción del gobierno y de la izquierda. No ha coseguido acusar a los detenidos de nada serio y la clara naturaleza política de los arrestos abre un flanco a la crítica.

Pese al silencio de los medios de comunicación, las detenciones son conocidas por los militantes. Ahora la represión deja de ser una eventualidad para transformarse en una realidad próxima y probable…

. El jueves 9 de agosto, 12 días después de las detenciones en la escuela de Ingeniería, el Servicio de Inteligencia allana prolijamente los cajones de los detenidos y da con una lista que contiene dos otres números de teléfono (Causa 3941, foja 56), entre los que figura el de Juana, la mujer de Miguel González                            [E] González, 2003. Al día siguiente después del cambio de guardia, seis marinos son detenidos y encerrados en el Silva Palma, en las celdas húmedas, cavadas en el cerro, donde sólo hay un catre (sin colchón) y una frazada. Alejandro Retamales, Miguel González, Mariano ramírez, Luis Fernández, Bernardino Fariña y Víctor Martínez. En este caso, a diferencia de los marinos de la escuadra, no son sometidos a torturas sistemáticas [E] González, 2003.

*  ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich  Tomo II, 68 – 75 y 184 )

La continuación del proceso contra los detenidos de la Escuela de Ingeniería*.

Los detenidos por la causa 3941 son dados de baja de la Armada el 30 de octubre de 1973, sin que los pedidos de excarcelación o de pronto cumplimiento de las diligencias surtan algún efecto (Causa 3941, foja 216).

El fiscal pide 15 años de presidio contra José Jara, acusándolo de sedición o motín y cinco años contra los otros acusados* por “conspiraciónpara cometer el delito de sedición o motín”.                                                                                                                                                Argumenta diciendo que estos marinos deben ser condenados por “organizar un grupo de ideología marxista” y por reunirse “con sujetos civiles ajenos a la Armada, que resultaron ser miembros de partidos marxistas, y a quienes no fue posible de identificar”. La idea básica del grupo, dice el fiscal, era “evitar un golpe de Estado por parte de las FF.AA., o que al menos lo neutralizara, y, si se daban las condiciones, hacer una revolución ( Causa 3941[R], 53.                                                                                                             La sentencia, firmada por el juez naval de Valparaíso contralmirante Antonio Costa Badilla, condena a José Jara Troncoso a siete años por “sedición y promotor de ella”, ya que promovió la insubordinación (Causa 3941 [R], 61); los otros detenidos son condenados a tres años. Y todos son condenados a la “inhabilitación absoluta y perpetua para derechos políticos”. En segunda instancia, la pena de Jara se rebaja a cinco años (Causa 3941[R], 67) mientras que la apelación de Eugenio Neira resulta denegada (Causa 3941, foja 340).

* Carlos Alvarado, Tomás Alonso, Nelson Córdova, Bernardino Fariña, Luis Fernández, Marianos Ramírez y Alejandro Retamales.

*  ( Extracto del Libro, Los que dijeron “ NO “, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich  Tomo II, 336-337)

 


 Mariano Ramírez R.

 Nació en Tomé, 1944. Realizó sus estudios en la Escuela Carlos Mahns y Liceo de Tomé. El año 1960 fue aceptado en la Armada y como Grumete Afecto a Máquina, fue embarcado en el Crucero Prat.

En la Escuela de Ingeniería Naval (Las Salinas de Viña del Mar) realizó cursos para Electricista de Poder. Fue embarcado en el Crucero O’Higgins y varios otros buques: Colo Colo, Lientur y Covadonga. En 1973 se incorporó a la Escuela de Ingeniería Naval para ascender a Sargento.

El 11 de agosto de 1973 fue arrestado y enviado al Cuartel Silva Palma. Posteriormente estuvo en la Cárcel de Valparaíso, en Isla Riesco (Colliguay V Región) y Puchuncavi. Desde allí es trasladado de nuevo a la Cárcel Pública de Valparaíso y en 1976, a la Penitenciaría de Santiago desde donde es ex pulsado del país.

En Noruega, como militante del MIR, participó en tareas y trabajos de solidaridad con Chile. Par ticipó en la Agrupación Latinoamericana ASELA y FRESIA en Drammen y en el Comité de Retor no. En los años 1983 y 1984 cursó como Técnico Electricista en la Escuela Técnica de Drammen, Noruega.

Retorna a Chile en 1999, radicándose en Villa Alemana.

Actualmente es miembro de la Organización de Marinería Anti golpista y en ella participa como miembro de la Comisión de Memoria Histórica.

Memoria Colectiva de los marinos antigolpistas de la Escuela de Ingeniería de la Armada de Chile 1973

 Proceso 3941

 Ediciones Al Aire Libro

Memoria Colectiva de los Marinos Anti Golpistas

Escuela de Ingeniería de la Armada de Chile 1973 Proceso 3941

Mariano Ramírez

“Puede ser reproducido sin fines comerciales, mencionando la fuente”

Registro de Propiedad Intelectual: 1.999.333

Ediciones Al Aire Libro, Colección Rafael Miranda Maquetación:El tallercito digital

Digitación: Maryann Ramírez Calisto

Diseño y diagramación (original): Patricio Guerrero C.

Memoria Colectiva de los Marinos Anti Golpistas Escuela de Ingeniería de la Armada de Chile 1973

 Proceso 3941

 Mariano Ramírez

 Testimonios y Colaboración de:

 

Cabo 1° de la Armada (r), Mariano Lautaro Ramírez Ramírez. Operario 3° de la Armada (r), Víctor Abelardo Martínez Cangana. Marinero 1° de la Armada (r), Tomás Segundo Alonso Molinet.

Cabo 2° de la Armada (r), José Angel Jara Troncoso. Marinero 1° de la Armada (r), Nelson Luis Córdova Pino. Cabo 1° de la Armada (r), Carlos Alvarado González.

PALABRAS PRELIMINARES Y AGRADECIMIENTOS

 Escribir una memoria colectiva de un grupo de hombres que vio el horror en forma anticipada y que no quiso ser solo testigos de los acontecimientos que se avecinaban, fue una tarea que ha requerido esfuerzo y paciencia, las razones emocionales, juegan en contra en este tipo de proyectos, problema agregado es que cada uno de los protagonistas de esta memoria esta radicado en diferentes lugares del mundo.

En suma decidimos que debíamos hacer el esfuerzo por nosotros. Por nuestros compañeros que no fueron detenidos, que eran constitucionalistas y siguieron en la institución, donde tuvieron que acatar órdenes de los oficiales golpistas en contra de su voluntad, situación difícil para ellos, siempre los tenemos presentes. Por la mucha gente que quiso ayudarnos y rescatarnos de las garras de los oficiales golpistas.

Al Profesor de Historia Danny Monsalvez por su disposición, apoyo y colaboración al trabajo realizado, también a la estudiante de historia Karina Ponce de la UPLA quien nos asistió permanentemente con mucha dedicación en las correcciones necesarias a este trabajo. A Maryann Ramírez Calisto por su apoyo en la digitación del texto, a Félix Vidal por su aporte y colaboración, a Guillermo Vergara y al Sargento (r) Diomedes Victoriano por los aportes en información, a todas ellas y ellos mil gracias.

Nuestro trabajo es la necesidad de buscar justicia como ex funcionarios de la Armada, pretendemos que le sirva a las autoridades Gobernantes, a la clase política y a la Armada para que aquilaten correctamente nuestra actitud frente a los acontecimientos de aquella época, optamos por la vía constitucional, por la democracia  y generosamente estuvimos dispuestos a defender con nuestras vidas la esperanza de un pueblo que después de muchas décadas veía claramente que era por la oportunidad de realizar sus sueños con un gobierno legítimamente elegido y preocupado de sus intereses. Además mantuvimos nuestra lealtad con el Presidente de Chile Sr. Salvador Allende G.

Fuimos duramente tratados en nuestro cautiverio y además estigmatizados en forma severa por habernos atrevido a disentir, denunciar e intentar organizarnos para evitar la masacre. Para la Institución y la oficialidad golpista pasamos a ser los traidores.

Las mentiras y estigmatización de la que fuimos objeto no tiene validez, moral ni jurídica, no existe documento alguno ni es parte de ningún artículo en la ordenanza de la Armada que manifestara que estuviéramos obligados a desconocer la constitución y transformarnos en golpistas.

Hemos sostenido en el tiempo que el Golpe Militar fue inconstitucional pero, ello paso a ser parte del olvido, la agenda de los partidos políticos en general poco a poco fue cambiando, los que ayer condenaron nuestra detención y tortura posteriormente en democracia olvidaron nuestro papel como anti golpistas, así como también de hacer los esfuerzos necesarios para sentar en los tribunales a los responsables de tanta barbarie desatada en contra de tantos y tantos chilenas y chilenos. No debiera sorprendernos tanto, pues históricamente las intervenciones militares terminan en acuerdos y reconciliaciones con la clase política del momento. Los gobernantes en democracia son quienes en definitiva tendrán la tarea de administrar el nuevo orden político, jurídico, social y económico y hacerse cargo de las victimas del proceso represivo en la medida de lo posible.

No hace mucho el Dr. Jorge Magasich, historiador y profesor de la Universidad de Bruselas en Bélgica escribió un libro testimonio “Los que dijeron No”, posteriormente el Profesor de la Universidad de Concepción Danny Monsalvez Araneda escribió un libro titulado

“Proa al Golpe”, ambos historiadores reconocen que los marinos anti golpistas fueron injustamente detenidos y condenados. A ellos le agradecemos y reconocemos sentirnos identificados con su trabajo y aporte para esclarecer nuestra situación, creemos que estos trabajos altamente valorados por nosotros refleja que la nueva generación de historiadores seguirán en esa senda hasta romper con la verdad oficial impuesta por intelectuales cómplices de quienes instigaron y protagonizaron el Golpe Militar como es el caso de la oficialidad dela Armada.

Queremos agradecer las manifestaciones publicas, donde muchos al grito de“Marino amigo, el pueblo esta contigo” demostraban su apoyo a todos los marinos detenidos tanto en Valparaíso como en Concepción.

Las declaraciones de muchas autoridades y sacerdotes las más relevantes de Rodomiro Tomic, las del sacerdote Hernán Larraín Acuña el Director de la Revista Mensaje, las del Senador Socialista Adonis Sepúlveda quienes condenaban abiertamente nuestra detención y la tortura. A los políticos que junto a nuestros familiares conformaron el Comité de defensa de los DDHH de los Marinos Detenidos entre ellas, la Senadora Socialista de la época María Elena Carrera. A los abogados que lo intentaron todo jurídicamente para, conseguir nuestra libertad, entre ellos el compañero Emilio Contardo Hogtert1, Olga Morris, y tantos otros en Valparaíso, Pedro Enríquez Barra, Hernán Mege Navarrete y Marcelo Burgos de Concepción. A los compañeros de la CUT de la época, entre ellos destacar al dirigente nacional Juan Olivares quien en cadena nacional se refirió a nosotros como el “Pueblo Uniformado”, al apoyo de todos los partidos de izquierda de aquel entonces y a tantas otras organizaciones sociales.

En esto de reconocer y agradecer hemos dejado para el final a nuestros familiares, quienes desde el primer momento intentaron buscarnos y saber sobre nosotros en nuestra repartición naval en este caso en la Escuela de Ingeniería. Otros por métodos distintos dieron aviso de lo que ocurría.

La verdad sea dicha es gracia a ellos que hoy podamos a dar a conocer nuestra memoria, nos salvaron la vida, estuvieron en todo momento allí cerca, acompañadas con su preocupación y angustia por lo que sucedía con nosotros.

La experiencia era única y nueva, se trataba de tener nuevamente a su hijo, a su esposo en la casa, donde diariamente compartía con ellos y para ello se armaron de paciencia y coraje pues sabían que estábamos pasando un muy mal momento, nos arroparon y en cada uno de sus visitas, cuando pudieron, nos llevaron alimentación, abrigo, muchas veces sacrificando sus propias necesidades, eso es difícil de olvidar, cada minuto de atención, cada escrito enviado a los campamentos de prisioneros fue y era un bálsamo de confianza en nosotros. Sabemos que algunos de nuestros familiares han fallecidos y por ello no podrán leer este párrafo de agradecimientos pero, a los que aun viven desde aquí queremos decirles que es un honor tenerlas y tenerlos como familiares. A nuestros padres, esposas, hermanas y hermanos. Así nuestras descendientes hijas e hijos sabrán que no somos solo padres sino que también personas agradecidas de por vida por aquellos que nos protegieron.

Asimismo queremos agradecer a los países que nos acogieron y donde por muchos años estuvimos exiliados, aún gran parte de los nuestros no pueden regresar al país. En esto queremos destacar la labor de Froden Nilsen embajador de Noruega en Chile en aquella época.

Para terminar queremos decir que gratifica el hecho de que pese a todo lo que fuimos expuestos hoy aún estamos de pie con la frente en alto y de cara al pueblo con la satisfacción del deber cumplido.

PRÓLOGO

Memoria Colectiva de los Marinos Anti Golpistas Escuela Ingeniería de la Armada de Chile 1973. Proceso 3941

Entrado el siglo XXI, con los progresos y avances teóricos y metodológicos que ha tenido nuestra disciplina histórica, un buen historiador posee las herramientas para observar e interrogar acuciosamente la sociedad y establecer el porqué y como de los hechos y procesos que e viven. Es más, un historiador critico es capaz de asumir los sesgos que pueden tener sus trabajos, resultados y al mismo tiempo los riesgos académicos y personales que acarrea ese compromiso y mirada crítica de la sociedad. En ese sentido, el historiador no puede vivir limitado a un periodo lejano, sin comprometerse con los problemas del presente, es decir, debe tener reflexión y opinión crítica respecto de los problemas de nuestro tiempo.

Durante los últimos años, ha surgido un importante y significativo número de historiadores e investigadores-principalmente jóvenes- que se han esforzado sistemáticamente por ir superando la caracterización y generalización en que cayó y ha caído la historia, especialmente la historia política, de concentrarse netamente en la narración y delineamiento de los hechos relevantes del pasado humano, o bien privilegiar la historia de los vencedores y grandes personajes de la historia, peor aún, seguir insistiendo que la historia es objetiva. En esa línea de trabajo, el historiador de la historia política, seria, en el fondo, un asesino de la memoria porque dejaba de lado aquello que para algunos es el sustrato fundamental de la historia, los procesos colectivos o bien como señala el historiador Carlos Aguirre Rojas, una especie de anticuario y coleccionista de antigüedades que se ocupa solo del pasado.

Sin embargo, el contacto de la historia con otras disciplinas, con las ciencias sociales, significo una renovación metodológica y teórica de la historia política; de esta forma, se fueron incorporando aspectos de la historia social, cultural y de las mentalidades. En ese sentido, el estudio de una (nueva) historia política, no se circunscribirá meramente al juego institucional, partidario, la suma de votos o la cantidad de diputados o senadores que obtiene algún partido político. El estudio y prospección de la política ira mas allá de aquello y tendrá relación con “… la forma más alta de la ‘vida activa’ en la cual se movilizan las facultades del pensar (colectivo) y del hacer (colectivo)..” o bien aquella practica política, entendida como “..Un juego de espejos donde una sociedad busca mirarse a sí misma y se duda, se sospecha, se hace preguntas, pero no sobre lo por-venir, sino mas bien sobre lo por-construir”2. Asimismo, esta (nueva) historia política se sumerge en campos de estudio como las subjetividades, formas de vida, mentalidad de la subcultura, redes sociales y obviamente el estudio de la memoria histórica. Será en este contexto donde el tema de la memoria cumpla un papel fundamental. Al respecto el historiador Pedro Milos plantea que “la memoria es la práctica social que elabora recuerdos a partir de vivencias individuales y colectivas”, incluso “perder nuestra memoria es perder la posibilidad de imaginar, por nosotros mismos, un futuro diferente. Guardar, mantener, conservar, transmitir y difundir la memoria, no son actos puramente conservadores- en el sentido profundo de la palabra-, por el contrario, son actos necesarios para pensar el cambio y hacerlo posible”3.

De esta forma, la relación (tema) memoria y olvido sigue estando muy presente en la historia del tiempo presente (corriente historiográfica) y en nuestra sociedad (realidad socio-política). Para algunos sectores y sujetos, lo mejor es olvidar, dejar que transcurran los años ya que el “tiempo todo lo sana”; sin embargo, existe la oposición a dejar pasar el tiempo, especialmente los dolorosos y repudiables hechos de la sistemática violación a los derechos humanos ocurridos durante la dictadura de Augusto Pinochet si nada hubiese ocurrido. Esta resistencias se manifiestan de una u otra manera en los medios de comunicación, arte, literatura, ensayos, testimonios personales, memorias colectivas, accionar y perseverancias de las agrupaciones de derechos humanos y obviamente en nuestra disciplina, la historia.

En este último caso, y como dice el citado Carlos Aguirre Rojas, se trata de reivindicar que la historia no es ya, ni será nunca más,

¡la ciencia que estudia el pasado”, alejada y hasta atemorizada preventivamente frente a los hechos y procesos del presente. La historia no es una herramienta de diagnostico y análisis del presente, que permite a la sociedad actual la auto comprensión y explicación; asimismo, recuperar y mantener viva la memoria de su propia historia; es decir, la memoria de luchas y reclamos de los vencidos, incorporando dentro de los estudios e investigaciones a los grupos y clases subalternas: mujeres, obreros, campesinos, estudiantes, prisioneros, perseguidos, homosexuales, grupos étnicos, etc.

En este contexto se enmarca el libro intitulado“Memoria colectica de los marinos antigolpistas de la Escuela Ingeniería de la Armada de Chile 1973. Proceso 3941”, el cual recoge las experiencias y vivencias de un grupo de marinos que desde sus particularidades realidades, se organizaron para oponerse al golpe de estado de 1973.

Después de 37 años y de haber sido detenidos, torturados, pasar por la cárcel, campos de detención y exilio, hoy han logrado plasmar en este escrito parte de esa historia que los transformo en protagonistas directos de aquellos convulsionados años, al organizarse y denunciar oportunamente los planes golpistas de sus superiores.

Respecto al texto propiamente tal, este comienza describiendo lo ocurrido aquel 4 de septiembre de 1970, específicamente lo que se desarrollo al interior de algunas reparticiones navales, en las cuales ellos se encontraban. En una primera parte, esta memoria colectiva centra la atención en la elección de 1970, la reacción de la oficialidad y como la tropa manifestó su “conformidad con el triunfo de Allende”; es decir, desde aquel 4 de septiembre, estos marinos exteriorizaron su identificación con el gobierno de la Unidad Popular; posición absolutamente contraria a la expuesta por la oficialidad de la Armada.

En las siguientes líneas, el relato muestra cómo se van entrecruzando y relacionando los problemas nacionales con lo que pasa al interior de la escuela de Ingenierita Naval. Es decir, como los acontecimientos del país, son “utilizados” por algunos oficiales para indisponer a la tropa con el gobierno. De esta forma la tensionalidad entre la oficialidad y la tropa se narra con bastantes detalles.

Uno de los puntos significativos del relato, lo constituye aquella parte en la cual se abordan los primeros contactos que realizaron estos marinos con partidos o movimientos políticos de izquierda, específicamente con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Al respecto, se añade “nosotros buscamos ese contacto y no como se ha mentido hasta ahora”, aludiendo al famoso tema de la “infiltración” de la izquierda en las Fuerzas Armadas, específicamente en la Armada. ¿Por qué y para que de aquellos contactos con el MIR?, sus protagonistas lo describen muy bien en esta parte del libro.

Posteriormente, el texto avanza en algunos planes y acciones que desplego la oficialidad previo al golpe de estado de 1973; ante aquello, estos marinos siguen desarrollando uno de los aspectos más interesantes dentro de la dinámica que tomaba el proceso, como era el llamado “trabajo político” en la Escuela Ingeniería; el cual dice relación (entre otras cosas) con la difusión entre los marinos de libros, diarios y material de propaganda de izquierda. Trabajo político que al mismo tiempo se estaba desarrollando en otras reparticiones militares como por ejemplo en la “Escuela de Caballería del Ejército de Quillota”.

Las últimas partes del libro, centran su relato en las detenciones, torturas y cárcel que les toco vivir. Siendo uno de los episodios más recordados de dicha experiencia, la famosa carta que se redacto y firmaron los marinos detenidos. La cual posteriormente fue enviada al Presidente Salvador Allende, en la cual se denunciaba lo que estaba ocurriendo con ellos.

“Memoria colectiva de los marinos antigolpistas de la escuela Ingeniería de la Armada de Chile 1973. Proceso 3941”, es un trabajo de historia y memoria, en el cual se cruzan vivencias, aventuras personales y colectivas, riesgos, compromisos, deseos, malestares, en el fondo, como dice el Cientista social y político Norbert Lechner, dar cavidad a la subjetividad para que de esa forma los sujetos puedan tener la oportunidad de reconocer su experiencia cotidiana come parte de la vida en sociedad.

En resumen, estos marinos, al igual que muchos de sus compañeros de ruta, identificados con el proceso que encabezó el presidente Salvador Allende, estaban construyendo su propia historia, pero sobre todo constituyéndose en actores fundamentales de nuestra historia y memoria mas. Es ahí donde reside uno de los valores más importantes de esta “Memoria Colectiva “, que hoy se presenta, especialmente a las nuevas generaciones.

Prof. Danny Gonzalo Monsálvez Araneda

Doctor Historial

Concepción, diciembre 2010.

Memoria Colectiva Marinos Anti Golpistas Escuela de Ingeniería de la Armada de Chile 1973

Proceso 3941

INTRODUCCION

Esta es una memoria de los marinos que fueron detenidos en la Escuela Ingeniería Naval, en los meses de julio-agosto de 1973. Somos parte los suboficiales y clase antigolpista de la Armada que se organizaron y denunciaron los planes golpistas de algunos sectores de la oficialidad, quienes usaron la institución en beneficio de sus propios intereses políticos. Desafortunadamente, nuestra voz en la vorágine de los acontecimientos políticos de la época no fue capaz de detener el golpe.

La oficialidad golpista de la Armada usó la inteligencia naval para sus propios fines anti constitucionalistas. Comandos de tropa que están determinados para usos militares fueron destinados a realizar acciones en contra del gobierno, en contra suboficiales y clases de la marina y también en contra del pueblo de chileno.

Denunciar y organizarnos para impedir el Golpe Militar a riesgo de nuestras vidas, fue en definitiva una postura digna y parte de nuestro deber. Conocíamos de cerca la masacre concebida por los oficiales golpistas de la época, lastima que nuestro gesto no haya sido evaluado con altura política ni menos reconocida oficialmente. El no hacerlo, ha sido y será un precedente negativo e importante para las futuras generaciones de oficiales y suboficiales de la Marina.

Estamos orgullosos y seguros de que, si las circunstancias se repitieran haríamos lo mismo obviamente que de mejor manera, para defender lo que creemos fue de plena justicia y que hoy se ratifica, en cuanto a que la estabilidad del país descansa en la lealtad de las FF.AA. al poder ejecutivo elegido por el pueblo democráticamente.

Una reflexión intima de los hechos: No somos ni fueron culpables quienes denunciamos y nos opusimos al Golpe Militar. Aspirábamos a un país con justicia social, con derechos laborales, con una distribución económica justa, con mayor equidad. Se eligió un gobierno que ofrecía a los ciudadanos de esta República lo que les correspondía. El pueblo, la gente más modesta y trabajadora históricamente había recibido represión como respuesta a sus justos requerimientos sociales. Para nosotros, no habría sido necesario denunciar y disponer en forma generosa nuestras vidas para defender un Gobierno legítimamente elegido, si hubiésemos tenido unas FF.AA. respetuosas y subordinadas al mandato del pueblo.

Situación en la Armada periodo 1970-1973 y 1973-1976

2.1       Situación política de Chile en 1973 y los sucesos al interior de la Armada.

El resultado de las elecciones presidenciales de 1970 golpeo fuertemente a la oficialidad anti constitucionalista de la Armada, fundamentalmente en los mandos medios, representados por tenientes y capitanes. Por una parte, desconocían la orientación que el Gobierno de Allende impondría a las FF. AA., incertidumbre que provoca y desata entre ellos comentarios de todo tipo. Por otra parte, su formación anticomunista no les permitía aceptar la legalidad vigente y el hecho de que Allende fuera el futuro presidente de la República. Sentían que este hecho ponía en peligro el ya aceptado clasismo al interior de la Armada, lo que evidentemente se tradujo en un fuerte descontento dentro de la oficialidad. Momentáneamente no podían hacer nada para impedirlo debían esperar el curso de los acontecimientos.

La mayoría de la tropa estaba feliz e identificada con el nuevo presidente de Chile. Creemos y tendemos a pensar que fue algo que se manifestó en forma natural, gran parte de la tropa era de procedencia obrera y campesina. Así entonces y después de muchos años y por primera vez, la tropa en la Armada daba señales claras de su conformidad y alegría por el resultado de las nuevas elecciones y del nuevo presidente. Un fenómeno nuevo, una señal que no se había manifestado en otros periodos de elecciones ni con ningún otro presidente electo.

A partir de ese momento y en los acontecimientos previos a la investidura del presidente, se empezaron a percibir a través de la Prensa, potentes y claras señales tanto de la derecha política como de la oficialidad en el sentido de que al Gobierno de Allende no se le dejaría gobernar. Ante esta situación no podríamos dejar de mencionar la odiosidad que manifestaba el Gobierno de Nixon en los Estados Unidos quien a partir del primer día manifestó su desagrado con el resultado de la elección y su estricto apoyo a quienes quisieran conspirar en contra del Gobierno de Salvador Allende. Al respecto y después de algunos años, el informe de la Comisión Church del Senado norteamericano reconoce la intervención del Gobierno de Nixon en Chile, para la destrucción del Gobierno Constitucional del presidente Allende.

Esta elección no tenía nada de normal, por primera vez en la historia se había elegido democráticamente a un candidato de izquierda marxista y eso era algo que a la Derecha política y a sectores de la Democracia Cristiana no les era fácil digerir. Hasta el último momento existieron serias dudas de que el Congreso ratificara el resultado del voto popular que otorgo el triunfo al candidato de izquierda.

Una cosa era que Salvador Allende ganara las elecciones presidenciales y fuera elegido presidente de la República, pero otra muy distinta, que el Congreso aprobara y ratificara esa elección. Los dos meses de espera no fueron desaprovechados, las fuerzas políticas de oposición hicieron lo suyo para empezar a movilizar sus fuerzas e impedir por todos los medios que fuese Salvador Allende, a quien se ratificara en el Congreso, allí debería elegirse entre los candidatos que habían obtenido las dos más altas mayorías en la elección. La práctica institucional había determinado como norma desde 1946 la ratificación del candidato triunfante en la primera fase de la elección.

El complot contra el gobierno, que aun no asumía, se puso en marcha. En forma despectiva la prensa derechista escribió que seguramente Allende sería el candidato electo, pero por otra parte buscaban crear un ambiente de opinión para salvar a Chile de un gobierno marxista. Argumento encaminado a lograr polarizar la opinión publica en los dos sectores políticos extremos.

Al mismo tiempo, las alusiones veladas y abiertas de la prensa de derecha para que las FF. AA. hicieran algo para evitar el resultado de las elecciones hacían declarar al comandante en jefe del Ejercito, general Schneider, “que los militares respetarían, ante todo, el veredicto del congreso”.

Entre la elección y la toma de mando del gobierno de Allende, los intentos por detenerlo y la vigilancia de la izquierda adelanta la tensión política que viviríamos en los próximos tres años.

Afortunadamente y como correspondía, Radomiro Tomic candidato presidencial de la Democracia Cristiana reconoció a Allende como vencedor el 5 de septiembre, eso ayudo a que no se originara un complot mayor por parte de la Democracia Cristiana. Quien en definitiva seria quien, dirimiera la contienda en el congreso donde 80 parlamentarios eran de la U P, 75 de la DC y 45 de la Derecha.

La derecha y sectores de la D C, conociendo la disposición de fuerzas en el congreso se dispusieron a desarrollar el plan para sembrar el pánico financiero. “Así fue como en días no laborables del 5 y 6 de septiembre se retiraron de los bancos tanto dineros, como joyas. Al mismo tiempo los bancos cancelaban los créditos, el público retiraba el dinero de las asociaciones de ahorro. Se cierran empresas con el natural aumento de la cesantía. Se detiene la producción en las fábricas. Con estas dos últimas medidas buscaban crear cesantía y temor en los obreros y familias.4

Este temor financiero contagio sobretodo a la clase media, huyen capitales, medianos empresarios sacan sus dineros fuera del país pagando precios altos por el dólar en el mercado negro. Lo curioso de este plan es que nunca se supo si hicieron lo mismo los altos empresarios o dirigentes políticos de la derecha, quienes al fin y al cabo fueron quienes organizaron la idea del pánico financiero. La guinda de la torta sería el informe del Ministro de Hacienda Andrés Zaldívar, conocido e identificado por muchos como el enano maldito, quien proclamo por radio y televisión un catastrófico informe sobre la situación financiera del país, aclarando que todo era normal hasta el 4 de septiembre.

En septiembre el Comandante en Jefe de la Armada Almirante Fernando Porta Angulo era reemplazado por el Almirante Hugo Tirado Barrios conocido oficial golpista. Nosotros como tropa no le dimos importancia, pero hoy es evidente que a la luz de los hechos cobra una dimensión diferente, es un hecho a destacar en la historia Institucional de la Armada.

Al respecto, Mónica González en su libro “Chile. La Conjura. Los mil y un días del Golpe” escribe de una entrevista que la periodista María Olivia Monckeberg le realizó al Almirante Montero, quien con sus respuestas nos cuenta del marco en que se desarrolló este hecho importante. El Almirante Montero relata lo siguiente:

Yo no sufro de amnesia. Y las únicas personas que estábamos presentes éramos don Salvador Allende al frente y el Almirante Merino y yo. Cumplí una orden militar dada por la autoridad competente, el Comandante en Jefe de la Armada Almirante Fernando Porta Angulo, el Almirante Merino era el director de los Servicios de la Armada, dirigía el abastecimiento global de la institución y yo, comandante en jefe de la Escuadra, nos llevaron a la cita en Concón, Osvaldo Puccio, secretario privado del entonces senador de la República Salvador Allende y el senador Erik Schnacke

Para avalar la veracidad de sus dichos se paró y sacó un escrito de aquellos días y de los mil que siguieron, destinado a sus hijos y que tiene en el sobre la siguiente leyenda“Para abrir después de muerto”, en cuyo interior la primera hoja lleva escrita la frase siguiente“Nada más enfermo en este momento preciso de nuestro tiempo que la inteligencia. Nada menos amado que la verdad” Buscó con parsimonia el trozo en que relato aquel encuentro y le leyó a la periodista”.

Era yo, en 1970, el comandante en jefe de la Escuadra, desde el 23 de enero de 1970. Un día de septiembre, recibí un llamado telefónico del entonces Contraalmirante José Merino, quien me expreso que el senador Allende deseaba hablar con nosotros para informarse de los principales problemas de la Armada. El doctor Allende a la fecha no era aún presidente electo, más ya era un hecho que triunfaría en el Congreso Pleno con el apoyo de la Democracia Cristiana. Creí que Merino bromeaba y que la razón de su llamada seria algo relacionado con el servicio. Le conteste en chanza, pero ante su vehemente insistencia, le pregunte si de estas gestiones estaba impuesto el Comandante en Jefe de la Armada, a lo que me respondió que evidentemente conocía estas iniciativas y las aprobaba. Le exprese que esto me causaba sorpresa y que de inmediato llamaría por teléfono al Almirante Porta para que me ilustrase sobre las razones que tenia para aceptar estos enlaces que me parecían prematuros, pues el proceso electoral legalmente no estaba terminado. Además, me parecía sorprendente que, si el Comandante en Jefe de la Armada estimaba conveniente esta entrevista, no fuese él quien fijara las normas y dictase una doctrina sobre los temas a tratar. No podía el Comandante en Jefe, según mi criterio, que sus Almirantes fueran tan libres aceptando una entrevista que no podríamos sospechar a donde apuntaba. El Almirante Porta me expreso que, como lo había dicho Merino, él autorizaba esta entrevista que estimaba muy conveniente, que a su juicio el senador Salvador Allende ya era de hecho el presidente electo y que al sentir esta responsabilidad quería conocer los problemas más inmediatos de la Defensa Nacional. Añadió que en el conjunto de asesores del doctor Allende no había ni un solo marino en retiro de cierta jerarquía que pudiese asesorarlo, lo que era cierto y este antecedente lo preocupaba pues podía, por ausencia de consejeros idóneos, tomar medidas a la ligera y que fuesen peligrosos y deficientes sus asesores. Categóricamente le pregunte si esas gestiones eran conocidas y aceptadas por el Gobierno, vale decir por el presidente Frei y por el Ministro de Defensa Sergio Ossa Pretot. Me respondió que ambos la conocían y aprobaban. Le pregunte si tenia alguna directiva que darme y me respondió que confiaba en mi buen criterio y que solo pedía ser informado de lo que se tratase en la entrevista a la brevedad”.

Al llegar a ese punto el Almirante Montero hizo un alto en la lectura y dijo; “Estos hechos no terminan de ser esclarecidos. El Gobierno del presidente Frei dijo que no había sido informado. El Almirante Porta reiteradamente expreso que lo había hecho”.

Y continúo la lectura de su manuscrito.

La entrevista con el doctor Allende se celebro el 12 de septiembre en una casa de veraneo de Concón, previamente, y siguiendo la pauta del Almirante Merino, que tenia los contactos, fuimos a la avenida Marina y nos reunimos con un señor que se presento como el diputado Schnacke, a quien acompañaba el Señor Puccio. En una habitación casi sin muebles, una sola mesa y algunas sillas, se desarrollo esta reunión que debe haber tenido una duración de una hora y media. Tal vez desde las 10.45 a 12.15 horas.”

Montero interrumpió nuevamente la lectura “Pero fue el 12 de septiembre y no el 11, como dice el Almirante Merino, que parece que la quiso hacer coincidir con el 11 de septiembre de 1973” Luego continúo leyendo.

Yo casi no conocía al doctor Allende, al punto que nos presentaron formalmente. La media hora inicial la dedico a recordar sus relaciones con la Armada ycon sus hombres. Evoco sus estudios en el Liceo Eduardo de la Barra en Valparaíso, su afición a los deportes náuticos, su casa en Algarrobo, su pequeño yate, conto que su padre había sido muy amigo del Almirante Gómez Carreño… A continuación, me pidió que le expusiera los problemas mayores que apreciaba en la Escuadra en el plano político-militar. Le exprese que me preocupaba que pudiera desahuciar el pacto de Ayuda con Estados Unidos porque eso traería como consecuencia la pérdida inmediata de valiosas unidades navales entregadas en préstamo. Le di detalles de lo que significaba para nuestro poder naval tan débil las pérdidas de nuestros dos únicos submarinos, de los destructores (eran dos el Blanco, y el Cochrane), del dique flotante de Talcahuano, de los helicópteros antisubmarinos. De las becas que tenían nuestros alumnos para estudiar en Estados Unidos: en Pensacola, los aviadores; en el MIT, algunos ingenieros.

Después, el presidente dijo que no le agradaban las Operaciones Unitas. Y yo le expuse el valor que tenían para el entrenamiento a flote esas prácticas y el entrenamiento anual que se hacían con un escuadrón norteamericano, que traía las unidades más refinadas y además todo el progreso que había tenido la táctica naval antiaérea, antisubmarina, llegaba a nosotros por esos contactos. El Almirante Merino dijo “que la idea era que, ante la elección en el Congreso Pleno que aún no se efectuaba, el presidente Allende pudiera decir que contaba con el apoyo de la Marina”.

El Almirante Sr. Raúl Montero desconocía entonces, que la conjura se había iniciado casi desde la misma noche del 4 de septiembre, y que una de sus piezas claves sería el hombre que le iría ha “despojar de la comandancia en jefe de la Armada el 11 de septiembre de 1973; el Almirante Toribio Merino.5

En definitiva, el Almirante Fernando Porta Angulo había sido victima también de los planes conspirativos. Su postura constitucionalista era muy conocida tanto por el gobierno de la época y los oficiales golpistas de la Armada.

La posición aparentemente moderada de la Democracia Cristiana quiso también hacerse presente en el escenario político presentando el conocido “Estatuto de Garantías Constitucionales” a Salvador Allende, según ellos para asegurar la democracia, poniendo como condición de que, si no se aceptaba, no votarían, por ratificar a Salvador Allende como presidente, en el Congreso. Posteriormente esas garantías se transformaron en reformas constitucionales.6

El Estatuto de Garantías fue en definitiva una severa limitante al programa de gobierno de la Unidad Popular. Según el sector moderado de la DC, de esta manera estaba asegurando la supervivencia del régimen democrático. Pero en la práctica significo que, con ello, redujeron en forma determinante la posibilidad de maniobra en aspectos vitales y estratégicos del gobierno de Allende.

Para cubrir los intereses de los grandes propietarios de periódicos y radios de la derecha, se enunciaba en el estatuto de garantías que “solo por ley podrá modificarse el régimen de propiedad y el funcionamiento de los medios de comunicación”7. Sin ser un experto era posible deducir que lo que estaba en juego era la libertad de propiedad y no la libertad de expresión. En definitiva, quedaba en manos de la reacción un arma importante e indispensable para la campaña de obstrucción y sedición, contra el gobierno legalmente constituido.

Sectores estratégicos de la economía chilena no podrían ser objeto de cambio, como por ejemplo el mejoramiento del estándar de vida de los campesinos a través de la reforma agraria, sin poder intervenir en la propiedad de latifundios.

Para lograr la protección del esquema institucional se anuncio de la siguiente manera “nos interesa la plena vigencia del estado de derecho”8.Es decir la autoridad era ejercida exclusivamente por los tres poderes del Estado; Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Con esto quedaban hipotecadas todas las transformaciones sociales que habrían culminado en la creación de una sociedad más justa, y bajo un poder dirigido por los trabajadores.

No menos importante, era el tema que se relacionaba directamente con la violencia y empleo de las FF. AA. en su papel como guardianes del orden establecido. Se hicieron dos exigencias; Una “mantener el sistema de promociones o ascensos dentro del Ejercito9, así se cerraba el paso a la clase de suboficiales para ascender más allá de ser Suboficial Mayor. La segunda “La prohibición expresa de formar todo tipo de milicias o destacamentos armados, sean civiles o vinculados a institutos militares por mecanismos que no fueran las tradicionales pautas de ingreso a cualquiera de las tres ramas de las FF. AA.10

En definitiva, se dejaba en manos de las FF. AA. un escudo legal que sofocase el más mínimo intento de constituir milicias que tanto se necesitarían para enfrentar a los golpistas civiles y militares. Lo extraño y contradictorio era que la izquierda nunca se planteo reemplazar a las FF. AA. con un ejército paralelo en la medida que éste respetara el gobierno elegido por el pueblo.

Como resultado, el 15 de octubre se firmo el Estatuto de Garantías entre las partes a solo nueve días de realizarse la elección en el Congreso Pleno.

Ahora solo restaba esperar con optimismo los acontecimientos a desarrollarse en el Congreso, la obstrucción legal había llegado a su fin con las firmas tanto de la DC como la de Allende. Mientras tanto la derecha, el sector Freista y el Partido Nacional, elaboraban un plan más acorde con sus características, el plan violento que remecería a Chile.

Desde el cinco de septiembre políticos y facciones derechistas efectuaban contactos con el general retirado Roberto Viaux, que había sido el protagonista en un frustrado y confuso Golpe de Estado el año 1969, más conocido como el Tacnazo, en contra del Gobierno de Frei. Este personaje desde que lo expulsaron del Ejercito junto a Arturo Marshall su ayudante y compañero de conspiración, tenían contacto con organizaciones paramilitares de latifundistas de derecha y fracciones ultraístas del Alessandrismo.

A nivel de dirección los contactos se establecieron en la propia casa de Viaux con altos oficiales de marina, ejército y carabineros, según informo el servicio de inteligencia del MIR, de gran eficacia de rastreo e infiltración en los grupos de ultraderecha.11

Se estaba planeando el secuestro del general Schneider y de esa forma presionar a las FF. AA. hacia un pronunciamiento que suspendiera temporalmente el estado de derecho. Todo esto, fracaso dramáticamente el 22 de octubre al efectuarse la primera acción. El General Schneider fue asesinado en plena calle, cuando intento defenderse con su arma de servicio, al ser atrapado en una encerrona mientras viajaba en un automóvil rumbo al Ministerio de Defensa.12

A principio de noviembre de 1970 los resultados de la investigación del asesinato del General Schneider son informados al Comandante en Jefe del Ejercito Carlos Prats. En el libro de Mónica González se puede leer con relación a la investigación lo siguiente:

Tanto el general Orlando Urbina, juez militar que investigaba el asesinato de Schneider, como el fiscal Fernando Lyon le informaron a Prats que en el complot estaban implicados altos jefes en servicio activo de las Fuerzas Armadas. No fue una novedad, ya que, al finalizar el mes de octubre, el director de investigaciones, el general

(r) Emilio Cheyre, secundado por los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas, ya tenia identificados a los autores del grupo de extrema derecha que habían organizado el atentado terrorista. Entre ellos figuraban Viaux, el general Camilo Valenzuela, el general del aire Joaquín García, el hasta hace poco comandante en jefe de la Armada, Almirante Hugo Tirado Barrios; y el general Vicente Huerta, ex Director General de Carabineros. Entre los civiles implicados se encontraba el abogado Guillermo Carey, quien había escapado a los Estados Unidos. Lo mismo hicieron otros civiles, del grupo sedicioso, como Luis Enrique Arancibia Clavel y Jaime Melgoza.13

Acontecimientos todos, que difícilmente pueden olvidarse. Los que al interior de la Armada seguíamos estos acontecimientos, teníamos con ellos, pruebas suficientes para pensar que independientemente de que Allende fuese ratificado como presidente por el Congreso, no lo dejarían gobernar. La suerte estaba echada y los acontecimientos se desarrollarían en consecuencia a desestabilizar al futuro gobierno como fuera, si es que el Congreso lo ratificaba.

Finalmente, Allende fue ratificado como presidente de la República por el Congreso. A esas alturas teníamos el convencimiento que de alguna manera debíamos continuar con nuestras conversaciones y mantenernos atentos a los acontecimientos. Fue en este momento cuando nació la idea de intentar organizarnos. La experiencia de la historia y la constitución de clase de La Armada, junto a la declaración abiertamente golpista de los mandos de la Armada nos llevo naturalmente a concluir de que la organización debería tener carácter clandestino, porque por nuestra condición de pertenecer a la Armada, nos estaba prohibido conforme a los reglamentos, el participar o deliberar sobre asuntos políticos, como también por razones de seguridad pues estábamos expuestos a las represalias y abusos de poder por parte de los oficiales, si fuésemos descubiertos. Lo que hiciéramos en cuanto a organización había que hacerlo con exagerado cuidado, era lo que nos aconsejaba nuestra experiencia de varios años en la Armada.

Qué nos hizo tomar una decisión de esa naturaleza en una sociedad tan convulsionada. Entendemos que fue nuestro origen de clase, nuestro testimonio de tanta injusticia al interior de la institución, nuestras visiones en busca de cambios al interior de la Institución, como también porque nos sentíamos identificados con los planes y programa del Gobierno de Allende. Y finalmente, porque había que Además crear conciencia de que este Gobierno como cualquiera de los anteriores tenía pleno derecho a gobernar el país, por haber sido elegido democráticamente.

Una vez que Allende fue ratificado y inicio su periodo de gobierno, nuestras conversaciones giraron en torno a los comentarios de la prensa de derecha y con ello la claridad y decisión en no transformarnos en cómplices de los planes de la oficialidad golpista apareció más nítida. Nuestro compromiso, consistió en defender al Gobierno y a su presidente.

Los años en la Institución nos habían dado un grado de experiencia, en el cómo movernos en su interior, pues conocíamos de los lugares que no eran frecuentados por los oficiales. Todo lo que sirviera para ocultar nuestro quehacer había que utilizarlo, además pensábamos, que de la misma manera como nosotros conversábamos seguramente lo estaban haciendo otros grupos antigolpistas de la tropa. Lo otro que estaba claro, era que debíamos buscar asesoramiento, por carecer de elementos para abordar esta nueva situación. Además, la falta de información y la desinformación con que se nos mantenía con respecto a la vida social y política del país era un tema ha investigar, si queríamos ser útiles.

El ambiente en la Armada a nuestro nivel tampoco ayudaba mucho, lo único que percibíamos en ese momento, era que existía una gran simpatía por Allende y por el proceso que se estaba viviendo sobre todo en el primer año, pero también había un porcentaje minoritario que estaba a favor de los sediciosos y otros que no opinaban y se mantenían aparte. Difícilmente se podría precisar o hablar de grupos en ese entonces, nos interesaba enfocarnos en avanzar y seguir desarrollando un mejor ambiente para nuestros propósitos de parar a la oficialidad en su acción de complotar.

La Armada y su inteligencia, bajo la dirección de los que hacen mal uso del mando entregado por el pueblo, se habían encargado de ocultar hechos relevantes de nuestra historia, y no muchos en esos años, conocían lo que había ocurrido en la Escuela Ingeniería Naval, donde el reclamo por las malas comidas había tenido nefastas consecuencias para muchos de los marinos que se atrevieron en el año 1961 a realizar esta acción de reclamo. Cursos enteros fueron expulsados de la Armada y aquellos que habían tenido el atrevimiento de ser los dirigentes de ese movimiento, fueron encarcelados. Menos lo iban a conocer los jóvenes marineros que ingresaron a la Armada alrededor de los setenta. Muchos Sargentos y Suboficiales lo desconocían o simplemente no lo comentaban.

De alguna manera nosotros conocíamos estos hechos por relatos de gente que se había salvado de la represión desatada el año 1961 en la Escuela Ingeniería y seguro podrían aportar bastante, era gente probada y decidida. Llegar a saber quienes eran y contactarlos fue cosa de tiempo, pero, finalmente se logro.

De este acontecimiento se sabe que algunos de sus protagonistas, en el tiempo se conocieron como los rebeldes de la antigua guardia, eran personas que se salvaron de ser exonerados de la Armada y siguieron en servicio, todos ellos en ese entonces eran marineros. Uno de ellos, un Cabo primero, quien, en 1969, marca un hito importante en la Escuela, al impulsar la idea de crear una “cámara de cabos”, cuestión que permitiría mejorar las condiciones del rancho para los cabos, operarios y personal civil que trabajaba en la Escuela.14

Menos idea sé tenia de los acontecimientos de la Sublevación de la escuadra que había ocurrido en el año 1931. Al final de la Memoria el compañero Félix Vidal a través de un resumen de lo hechos de 1931 nos muestra en parte lo que ocurrió,15 eso lo vinimos a conocer a partir de los contactos políticos que se hicieron posteriormente, en otra etapa, de lo que era nuestra incipiente idea de organización.

Muchos habían olvidado lo que había ocurrido un año anterior con Viaux en el gobierno de Frei.

En esas condiciones, solo había que esperar que el desarrollo de los acontecimientos y que nuestra capacidad para organizarnos nos fuera favorable en el tiempo. Lo que estaba claro era que debíamos intentar tener algún grado de organización para poder responder el día que la oficialidad intentara dar el golpe militar. Antes de eso nada.

Sabíamos que otro elemento a capitalizar, era el sentimiento de anti- oficialidad que existía en la tropa, no cabía duda de que, como consecuencia de la injusticia en el trato y otras medidas disciplinarias, lo que era fácil percibir. Se entiende que ese sentimiento nació el día en que tuvimos conciencia de la diferencia entre oficiales y tropa con respecto a la Institución. Lo que se acentúa cada vez más en la medida que pasaban los años y de ver la injusticia del día a día, de la gran distancia en derechos entre la oficialidad y la tropa y el uso indiscriminado de toda la infraestructura de la Institución para sus fines particulares, tantos otros.

La vida de suboficiales y clases en la Armada, de verdad estaba regida por el Reglamento de la Armada. Allí aparecían las restricciones y prohibiciones, respecto de la deliberación política, cuestión que en ese periodo nunca fue respetada por la oficialidad, seguramente por ser los únicos que tenían derecho a voto y por lo tanto eran reconocidos como los ciudadanos que tenían las armas a su disposición. Al respecto véase “Aproximaciones Respecto Al Derecho a Voto de los Miembros de las FF. AA. en el siglo XIX16

Una prohibición importante para el personal de tropa consistía en no poder vestirse de civil en sus tiempos libres, como tampoco teníamos permiso para educarnos fuera de la institución. Eran numerosos los casos en que gente de la tropa por esos años había dado la prueba de Bachillerato y habían obtenido notas sobresalientes para entrar a estudiar a la Universidad. Desgraciadamente nunca obtuvieron el permiso de la Institución para hacerlo. El único camino para intentarlo era conseguir licencia o retirarse, las respuestas a tal solicitud era un no. Razón, falta de personal. La única posibilidad para otros fue cometer muchas faltas a la disciplina y así conseguir se otorgará la baja por mala conducta. Para contraer matrimonio debía solicitar autorización para realizarlo.

Los castigos por indisciplina o por no cumplir con lo establecido en los reglamentos quedaban a merced de la interpretación de los oficiales y siempre estaban pensados para dar escarmientos y hacer prevalecer quien era el jefe, más que para hacer justicia ante la falta. Largos periodos embarcados carentes de contacto con la civilidad y con los sucesos sociales, trajo como resultado que se iniciara la búsqueda de una mejor situación habitacional para la tropa. Iniciativa, que logra materializarse con las iniciativas impulsadas por la marinería, siendo la mayoría de ellos marineros antigolpistas. Por ejemplo, el caso Población Wilson en Peñablanca, en donde el Sargento Segundo Luis Lara QEPD, quien era un dirigente notable y de claras posiciones antigolpistas, quien fuera licenciado de la Armada por razones de servicio el año 1973. Allí se tuvo un dirigente notable y de posiciones antigolpista el Sargento Segundo Luis Lara QEPD, quien fue licenciado de la Armada por razones de servicio el año 1973. En dicha Población se construyo una Escuela que fue inaugurada por el presidente Allende, iniciativa y gestión de estos marinos dirigentes. Fueron duramente reprimidos después del Golpe.

Después del primer año de gobierno las cosas iban bien, el repunte económico era palpable y la gran mayoría de la gente estaba contenta con los pasos políticos que daba el Gobierno. Con ello las expectativas nuestras con respecto al Gobierno también aumentaron, las confianzas aumentaron, quizás por ello la gran mayoría se sentía con ganas de hacer las transformaciones necesarias en el país y nosotros de hacer los cambios en la Institución. La idea central era lograr una democratización al interior de la Armada, para evitar que el poder de opinión siguiera radicado solamente en manos de la oficialidad.

La derecha política seguía empeñada en sumar fuerzas que fueran capaces de derrocar a Salvador Allende, la Armada y sus aliados sintiéndose más confiados insistían en la elaboración de argumentos que se basaban en consignas de carácter panfletario, buscando con ello convencer a la tropa de sus ideas.

Los que habíamos empezado a conversar sobre nuestras preocupaciones por el destino del Gobierno, nos encontrábamos en diferentes reparticiones lo que impidió encontrarnos antes del Golpe. Pero, la tarea estaba ahí y dependía fundamentalmente de nosotros. Corría ya el año 1971.

En el segundo semestre de 1971 uno de los nuestros, el Cabo Ramírez fue trasladado a la Escuela de Operaciones en las Salinas en Viña del Mar, desempeñándose en la sección de personal de planta, en espera de transbordo.

Allí se entero por personal de la administración de la repartición, que se iba a realizar un curso para entrar al departamento del servicio de inteligencia de la Armada, habían decidido aumentar la cantidad de personal en ese servicio. La información era buena y una oportunidad para conocer de cerca los planes futuros de la oficialidad, no menos importante era conocer los candidatos al curso. Se inscribió y fue llamado a la primera entrevista en la misma repartición. No fue llamado posteriormente, pero la iniciativa le permitió conocer a los candidatos, uno de ellos conocido y residía en el mismo barrio de su población, su apellido era Loyola.

El Cabo Ramírez posteriormente fue transbordado al Crucero O`Higgins a principios del 72.

Ese año en el Crucero O’Higgins se pudo apreciar claramente que gran cantidad de personal de tropa, de todos lo rangos, simpatizaba con el Gobierno, eso se veía a diario. Si los oficiales se hubieran decididos a detener personal, habrían tenido que detener casi a la totalidad de la tripulación. La oficialidad sabía que los comentarios de los acontecimientos eran incontrolables, pero esta situación les ayudo a crear un ambiente de confianzas con la tropa y aprovechándose de esta situación lograr descubrir las posibles cabezas pensantes que podrían organizar algo en contra de sus planes golpistas. Las periódicas reuniones divisionales les servirían para ello. Todo esto sucedía cuando ya se empezaba a sentir el desabastecimiento provocado por la derecha y aparecían las JAP para intentar paliar el problema.

Así y todo, lo que estaba claro, era que muchos simpatizaban, pero, a la pregunta de organizarse no muchos se atrevían. Algunos de ellos pensaban que las cosas no iban a llegar tan lejos, y especialmente que la oficialidad tampoco podría llegar a tanto. Otros pensaban que no podían actuar en contra de la Institución porque le debían todo, preparación, estudios, aunque reconocían que la oficialidad estaba llegando a extremos casi inaceptables Había otros marineros que se planteaba el hecho de que si llegaba el momento de actuar solo entonces deberían tomar una decisión para defender al Gobierno. Otro, los denominados rojos, que hablaban a favor del gobierno en todas partes, muchos de ellos quedaron como rojos hasta el día que cumplieron treinta años de servicio, porque nunca hicieron nada ni menos intentaron organizar a nadie.

La experiencia indicaba que era importante, tener planes de organización claros para conseguir tener una vanguardia de marinos que pudieran tomar las riendas en un momento determinado. Estimábamos que había que insertarse en este periodo de efervescencia y clandestinamente empezar a encontrar las personas indicadas, es decir, desarrollar algún tipo de reclutamiento seguro. Había que seguir trabajando para relacionarnos y tomar contacto con algún partido al nivel de base para intercambiar información y lograr coordinar esfuerzos de tal manera que pudiéramos tener alguna oportunidad en parar los planes golpistas de la oficialidad.

No era fácil, sabíamos que existían protagonistas de los hechos que se habían desarrollado en la Escuela Ingeniería el año 1961 y estábamos interesados en poder contactarlos.

De alguna manera se lograron las dos cosas al mismo tiempo. El contacto con uno de los que vivieron los hechos de 1961 el Sargento Oscar Inostroza, hoy radicado en Francia, fue quien arreglo un contacto con el MIR y nosotros. Además, nos facilitó el contacto con un par de marinos con graduación de cabos primeros que también habían sido protagonistas y testigos de los hechos del 1961, contacto que concretamos recién en el año 1973 cuando ya estábamos en la Escuela Ingeniería.

Los planes de viajes de la escuadra, cada año, en forma natural era realizar una navegación al Norte y Sur del país. Nuestra división era la encargada de hacer funcionar y distribuir la energía eléctrica del Crucero Las reuniones divisionales recurrentemente fueron utilizadas por el oficial de división para preguntar sobre problemas políticos coyunturales, la gran mayoría del personal que integraba la división era gente con grados de experiencia Cabos, Sargentos y Suboficiales, normalmente nunca hicieron comentarios ni intentaron hacerle el juego al oficial de división. Este entendió que tenia apoyo absoluto y se le ocurrió la brillante idea de empezar a orientarnos en la parte económica tanto así, que hizo un curso para que estuviéramos preparados, la Marina necesitaba de gente hábil, ese fue el reto, cualquier consulta al respecto él las aclararía, nunca le consultamos estábamos claritos.

Nadie se pronunciaba en las reuniones divisionales, pero, en ausencia del oficial de división, no perdíamos oportunidad de conversar entre nosotros, era edificante ir viendo como la gente reaccionaba ante los hechos políticos de la época y las movidas de los oficiales.

En ese periodo estimamos que era importante relacionarse con los civiles en cada uno de los puertos que iríamos visitando ese año, formamos un grupo de confiables, lo que más nos llamo la atención fue Puerto Montt, antiguamente pasar por ese puerto era una odisea, peleas callejeras, en los bares, en cualquier establecimiento público se producían grescas entre marinos y civiles. Era la experiencia de varios que pasaron por Puerto Montt el año 1961. Lo que ocurrió en 1972 nos llamo mucho la atención. Con el tiempo pensamos que quizás era el efecto de la masacre en Pampa Irigoien en 1969, lugar ubicado al sur de Puerto Montt.

De alguna manera pudimos transitar tranquilamente por el puerto, visitar bares y como nunca nos quedamos hasta la madrugada, estuvimos en un bar, donde varios nos invitaron a sentarnos con ellos, decidimos hacerlo en una mesa donde había algunos parroquianos bien vestidos, se notaba a la legua que era gente de derecha, por la simpatía con que nos recibieron, estaban interesados en conversar con nosotros. La historia era simple, nos comunicaron toda la admiración que sentían por la Armada, manifestando que con nosotros se sentían seguros. Nosotros le seguimos la corriente de su conversa y ya en confianza, nos relataron lo estúpido que era el Gobierno con su campaña del litro de leche para los niños, se apretaban la guata riendo, ellos habían adquirido un buen numero de vacas Hereford importadas por el Gobierno y con diferentes triquiñuelas empezaron a matarlas como una forma de boicotear. Esa noche, contaron a rienda suelta todos sus planes locales que tenían para enfrentar en su momento al Gobierno. Esa experiencia de 1972 fue de verdad un aporte más a nuestra decisión que habíamos asumido hace ya tiempo, estábamos en la posición correcta, pero, faltaba mucho que hacer. Confiábamos que, así como esos parroquianos, confiados nos contaban sus cosas, podríamos sorprender a la oficialidad golpista.

A finales de 1972 uno de los nuestros, fue notificado que sería trasbordado a la Escuela Ingeniería, las razones del servicio, curso de recalificación para ascender a Sargento. El resumen de ese año o la percepción con la sumatoria de hechos políticos y siendo testigos de diferentes manifestaciones de parte de nuestros pares, entendimos que había ambiente y ganas de defender al Gobierno. La derecha y la oficialidad no ocultaban demasiado los fines perseguidos y con ello la gran mayoría y sin querer significar que estuvieran de acuerdo o no con la oficialidad, se dieron cuenta que la oficialidad estaba comprometida y participando desde hace mucho tiempo en un plan de conspiración para derrocar al Gobierno legalmente constituido. Esta situación posibilitaba el surgimiento de embriones de organización dentro de la marina.

Las diferentes corrientes de organización tanto en la escuadra como en personal de tierra tenían como objetivo común defender el gobierno de Allende. La precipitación de los hechos, desarrollados por la derecha política y la oficialidad golpista, hizo necesario buscar el apoyo de la izquierda, para en conjunto evitar la masacre y el asesinato de obreros, y la destrucción de sus organizaciones tanto políticas como gremiales.

En ese marco decidimos y fuimos capaces de organizarnos y contactarnos con militancia de base del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria. Es decir, nosotros buscamos ese contacto y no como se ha mentido hasta ahora. La mentira, fue la estrategia de la oficialidad que apoyada por las redes de prensa de la derecha intentaban justificar los planes golpistas y de ahí su interés de hablar reiteradamente de infiltración en las FF. AA., por parte de la izquierda.

La relación de la oficialidad con los partidos de derecha nunca se llamó infiltración y de hecho existió abiertamente. Desde el punto legal son ellos los que debieran ser acusados de sedición en la Marina y no nosotros.

Desgraciadamente la detención de tantos de los nuestros, la utilización de la tortura y la intención de hacer de nosotros un ejemplo para quienes tuvieran aún intenciones de rebelarse en contra de la oficialidad, surtió efecto, la prensa de derecha de la época fue fundamental en esta campaña para nuestro desprestigio.

2.2     Los planes de la oficialidad antes del Golpe Militar.

La oficialidad nítidamente recordaba, las expresiones de alegría y satisfacción de la tropa en algunas reparticiones de la Armada, cuando Allende saco la primera mayoría en las elecciones. Ese antecedente fue asumido como una consideración importante para sus planes. Nos necesitaban e iban a intentar de forzarnos a cualquier precio. Necesitaban además al resto de las FF. AA., todos debíamos estar juntos en el plan, necesitaban aliados políticos hábiles para lograr su fin, lograr desestabilizar y debilitar el Gobierno, por ello y es así que desde un principio decidieron y empezaron a desarrollar una conspiración, encubierta contra el Gobierno legalmente constituido.

La oficialidad es un núcleo conservador y anti reformista, profundamente influenciados por los valores recibidos en centros de instrucción de Estados Unidos, esto como producto de la orfandad y lejanía que vivieron las FF. AA. de los respectivos Gobiernos y sus políticos. Su carente relación social y política, aparte de sus sueldos paupérrimos les hizo presa fácil de los norteamericanos. Les ofrecieron negociaciones ventajosas, aparte de infraestructura y elementos para poder desarrollarse técnicamente. En esas condiciones abrazaron la bandera “anticomunista”, su ideología, los recursos y todo lo que estaba a su disposición. Ahora había llegado el momento en que tendrían que desarrollar lo aprendido.

Su táctica para conseguir el objetivo estratégico, en principio no era aplicable si la tropa se restaba, o lograba organizarse para oponerse a sus planes. Aunque contaban con el apoyo irrestricto de la administración Nixon para desarrollar sus planes.

El que hacer era sensibilizar y ganar a la tropa para sus posiciones. Con la participación abierta de la oficialidad se desarrollaron conferencias, y charlas a todos los niveles de la Institución, a través de ellas en un intento de conocer la situación de la tropa y sus necesidades, pero, simultáneamente y usando la critica a cada una de las propuestas gubernamentales. Como ejemplo el proyecto de la Escuela Nacional

Unificada, fue utilizado para denunciar que la educación y la enseñanza estaban siendo implementada en contra de Chile, por lo tanto, había que estar atentos a lo que el gobierno de Salvador Allende estaba propiciando con el futuro de los niños en esta materia

A nivel Institucional, los comandantes en jefe de las diferentes zonas se prestaron para trasladarse sistemáticamente a diferentes reparticiones de su zona, con el objeto de explicar y reforzar la idea del caos y el horror que podría causar ese tipo de propuestas para el país. Nunca informaron que la Escuela Nacional Unificado era una propuesta que había nacido en las Naciones Unidas para países que estaban luchando para salir de su subdesarrollo. Conseguir su aprobación era un claro aporte a la calidad y por ende una mejor enseñanza. Al mismo tiempo un sector de la Iglesia Católica se suma a los clamores de muchos que desde su posición privilegiada, veían con malos ojos y asustados que se impusiera un proyecto de esta naturaleza y así sostenidamente recurrieron al conveniente histórico,” es malo para el país, es malo para la patria”.

Paralelamente con las medidas anteriores, había que realizar un acercamiento con la tropa. Se empezaron a mostrarse más afectuosos y comprensivos, porque sabían fehacientemente que, sin nosotros, no tenían ninguna posibilidad de lograr concretar sus planes golpistas.

Estas actividades realizadas a bordo de los buques y otras reparticiones también se realizaban en la Escuela Ingeniería. Las reuniones de sección o de cursos seguían siendo cada vez más utilizadas para complementar en forma disimulada al principio, pero posteriormente cada vez más directa, para exagerar lo mal que lo estábamos pasando en el país con el gobierno. Pero eso no era todo, también pensaron en la necesidad de dar mayor seguridad a las poblaciones donde residía personal de la Armada, preocupándose solamente de las poblaciones de oficiales. Nosotros en nuestras intervenciones, en forma disimulada poníamos el énfasis a este problema en la mesa, aduciendo que ningún terrorista haría diferencia entre oficiales y tropa, que lo fundamental era que se proporcionara la seguridad a todos. Así la evidencia de estos planes poco a poco salía a la luz y todos empezaban a darse cuenta de que no éramos ni seríamos parte de la familia naval, que realmente eso era un mito. La lealtad y compañerismo dentro de la Institución valía solo para la oficialidad y eran ellos y solo ellos, quienes conformaban la familia naval, nosotros no estábamos considerados en esa familia. Poco a poco estas reuniones nos sirvieron para crear conciencia sobre la situación, ganar adeptos y neutralizar a otros.

En estas reuniones con el oficial a cargo de la sección también se entregaban instrucciones relacionadas con el desabastecimiento en el país. Se nos instruía para que nosotros en el tiempo de franco y a propósito del reabastecimiento existente, debiéramos abstenernos de ponernos en las colas, como ejemplo para comprar cigarrillos y usar nuestro uniforme para romper la cola de gente esperando. En la práctica romper la cola, esta instrucción claramente buscaba aumentar la odiosidad que se producía entre civiles y uniformados.

Se manifestaba que las colas para comprar eran algo vergonzoso, pues era inconcebible que la señora de un comandante ocupara medio día en el auto, con el chofer de la Escuela, buscando en diferentes supermercados, para encontrar lo que necesitaba para su familia, esto para ellos era un inconveniente. Al respecto uno de los nuestros el cabo José Jara les dijo a los oficiales en una oportunidad “debe ser un inconveniente bastante grande que la señora de unoficial, como la del comandante de la Escuela, gaste medio día con el chofer de la escuela para comprar, se imagina como será para mi mujer que no tenemos ni auto ni chofer”

Para acentuar la presión y que la tropa percibiera lo peligroso de la situación y el caos que se estaba viviendo en el país e insistiendo que en verdad éramos el blanco de la izquierda, empezaron con falsas alarmas mientras dormíamos, despertarnos en forma repentina y haciéndonos formar en el patio para mostrarnos a los Miristas que habían atacado nuestra unidad durante la noche. En esas oportunidades tenían dos o tres personas detenidas, amarradas y había que castigarlas a patadas, porque habían sido sorprendidas entrando al cuartel. La verdad, eran unos cuantos oficiales infantes de marina vestidos de civil. Eso fue lo que se llamo “Simulacros de ataques terroristas a las reparticiones navales”.

Las manifestaciones se hacían sentir y había que reprimir, pero, los mandos sabían que estos marinos especializados en electricidad, mecánica y otras especialidades, por tener una educación superior, eran diferentes a los infantes de marina, inferiores en ese aspecto. Entonces desarrollaron el plan para adiestrarnos convenientemente para su objetivo, bajo el titulo Nuevas Técnicas de Represión Urbana fuimos entrenados para el manejo y enfrentar situaciones de combate. La verdad era, que la tropa especializada profesional había sido preparada para la mantención de maquinaria, equipos de los buques y no precisamente para lo que en ese momento la Institución los requería, reprimir y asesinar.

En el periodo en que el comandante Sazo fue el director de la Escuela, el entrenamiento militar se intensifico, es decir, además de nuestros estudios profesionales debíamos entrenarnos para contrarrestar una guerra de guerrillas, con enfrentamientos armados en zonas urbanas y rurales. Todo esto se realizaba en la Escuela y en el campo de entrenamiento de los Infantes de marina. Posteriormente nos llevaban a la cineteca de la Escuela para ver filmaciones norteamericanas de la guerra de Vietnam, así según ellos veríamos en “vivo y en directo” la efectividad y resultados de nuestro entrenamiento. A esas alturas no íbamos a discutir con ellos, quien había ganado la guerra en Vietnam.

En definitiva, la oficialidad de la Marina estuvo desde un principio por el Golpe Militar con todas las FF.AA. y mientras esa unidad no fuera conseguida, todo sería una locura. Por eso quizás se explique la crítica que hicieron en el caso de levantamientos antes de tiempo que se origino en el Ejército. Demás esta expresar que estaban dispuestos a utilizar toda la institución, con su material y personal para sus objetivos.

Con todo lo enunciado y la conmoción social y política del país, hacer algo en contra de los golpistas en esas condiciones era extremadamente peligroso y por tanto en la práctica un imposible a revertir.

2.3       Nuestra experiencia y desarrollo en el trabajo político en la Escuela Ingeniería Naval de las Salinas de Viña del Mar.

En principio debemos mencionar que nuestro trabajo político realizado en la Escuela Ingeniería Naval ubicada en el sector de las Salinas de Viña del Mar tiene relación con los años 1972-1973, pero no podemos dejar de mencionar que la tropa en la Escuela ingeniería el año 1971 tenia una organización incipiente y de carácter reivindicativo, solamente en el aspecto social, económico y profesional, pero posteriormente asumió el carácter de anti golpista, en principio se autodenominaron los “Rebeldes”, lo componían Sargentos, Cabos, Marineros y Operarios.

Se prepararon y empezaron a leer diarios pro-izquierdistas como el Puro Chile, El Clarín, y se analizaban y discutían las noticias. Esto causo bastante revuelo al tal punto que la oficialidad decidió prohibir la entrada a la Escuela del viejito suplementero, llamado cariñosamente por los compañeros de la época el “Mercuriero”.

Se logro establecer buenas relaciones y compromiso con bastante Gente de Mar, los que posteriormente en diferentes reparticiones de la Armada abrió y constituyo grupos antigolpistas. En este trabajo debemos destacar a dos compañeros al Sargento Segundo Mecánico Instructor Oscar Inostroza Moreno y al Operario Segundo de Abastecimiento Guillermo Vergara que trabajaba en el Departamento de Abastecimiento y por largos años fue encargado de la librería de la Escuela Ingeniería, lugar que utilizo para reuniones, almacenar y distribuir literatura política. Estos compañeros lograron establecer relaciones y un fuerte compromiso con alumnos de la escuela. También sintieron la necesidad de contactarse con partidos políticos, en principio lo hicieron con el Partido Socialista a nivel Regional de Valparaíso, pero posteriormente tomaron y siguieron en contacto con el MIR.

“De esos años todos recordaban al comandante de la Escuela Ingeniería de apellido Sazo. Este oficial golpista estaba cumpliendo a cabalidad su rol. En varias oportunidades les recordó que la oficialidad era la elegida para mandar a la tropa, por su educación y años de mando. También se recuerda que en una oportunidad y a propósito, de diferentes rayados que se hacían en los baños, el que causa conmoción es cuando alguien de los antigolpistas raya el siguiente texto en el pizarrón de las salas de clase de los oficiales:

“OFICIALES = REYES           TROPA = PERROS.”

La indignación de Sazo la exteriorizo en el patio de la Escuela haciendo una arenga de los valores patrios y luego dice: “a aquellos cobardes que se escudan en el anonimato, que rayan las paredes de los baños, que escriben en las salas, salgan al frente, den la cara si tienen pantalones bien puestos”.

Producto de lo anterior llegan a la Escuela funcionarios del departamento 50, son los de servicio de inteligencia, quienes someten a toda la Escuela a pruebas caligráficas con el fin de descubrir a los autores de los rayados, el resultado fue que nunca descubrieron a los culpables. Fracasaron, pero la Escuela de Ingeniería quedo en la mira de los servicios de inteligencia como una unidad que probablemente estaba siendo infiltrada políticamente. Sazo fue relevado del mando en 1973.” 17 En esa oportunidad se formo a toda la Escuela para informarle a todos los alumnos la decisión del mando.

El panorama no era muy auspicioso, pero, por cosas del servicio allí estábamos y el trabajo iniciado había que reforzarlo y ampliarlo. El contacto con el MIR que se había establecido en 1972 nos había ayudado y servido bastante. Nuestra misión era abrir un nuevo frente en la Escuela a nivel de Cabos y Sargentos. El acuerdo de voluntades comunes con el MIR era de recibir orientación y asesoramiento de parte de ellos en lo que necesitáramos para organizarnos al interior, recibir instrucción política fundamentalmente relacionada con literatura política y de conocer las políticas del partido relacionadas con las fuerzas armadas.

Análisis de situación nacional e internacional era el preámbulo en todas las reuniones que se fueron realizando con el militante de base del MIR.

Por nuestra parte entregaríamos al partido información que nos pareciera relevante, para ser transmitido a ellos u otras esferas políticas pertinentes Nuestro trabajo era absolutamente independiente y siempre tomamos nuestras propias decisiones para superar problemas coyunturales que se nos presentaron. Es válido recordar que nos negamos de lleno cuando se nos invito a reunirnos con dirigentes de nivel nacional del PS y del MIR. Nuestra respuesta fue que cada uno en su puesto tendría que hacer lo que le correspondiera, además no había ninguna garantía para nuestra seguridad, por lo tanto, nuestra respuesta fue NO.

Nuestro trabajo estaba claro y definido, asumimos temprano eso de que éramos obreros con uniforme, y el hecho de sentir respaldo político por lo que estábamos haciendo era un aliciente importante. Nuestro respaldo particular y central era la convicción de estar haciendo lo correcto, debíamos lograr entorpecer la conspiración, que se estaba gestando al amparo de la Institución por la mayoría de la oficialidad de la Armada en contra del Gobierno legalmente constituido.

Sus planes de violentar la constitución política del país, aprovechando el poder de las armas, con que el pueblo de Chile nos había dotado para otros fines muy distintos a los que se proponía la oficialidad en ese momento. Esa era nuestra mochila de conocimientos en ese momento, mas todo lo que había que aprender en el camino.

Por lo demás, teníamos muy claro de que el raciocinio de la oficialidad fundamentado en el caos político y el argumento de que ello podía crear una guerra civil no era efectivo. Como estaban las cosas, quienes tenían las armas iban a cometer un verdadero genocidio y en ese momento para nosotros estaba absolutamente claro, que la oficialidad era quien estaba dispuesta no solo a terminar con el Gobierno de Allende, sino que además a eliminar a todos quienes en ese momento apoyaban y a todos a quienes se opusieran a sus planes anticonstitucionales.

Llevábamos mucho tiempo intentando concretar el contacto con protagonistas de la Operación Cigarro nombre político con que se conocía la acción que la marinería había desarrollado el año 1961 en la Escuela. Esto se realizo en la práctica con el MIR, se nos entregaron los lugares y contraseñas a utilizar para identificarnos, así entonces entramos en contacto con ellos y empezamos a trabajar. Nuestra primera tarea consistía en enrolar Cabos y Sargentos, más adelante los mandos medios jugarían un rol importante en nuestro objetivo central de parar a los sediciosos en el momento que decidieran dar el Golpe Militar.

El desarrollo de esta tarea fue muy positivo, la ventaja era que teníamos acceso a la cámara de cabos y sabíamos que una gran mayoría estaba por defender el gobierno, eso se apreciaba en las discusiones diarias a la hora de almuerzo. En eso los nuestros inteligentemente ponían el tema y empezaba la discusión en Pro o en contra, o todos a favor. Había días, que no se escuchaban discusiones, sino que más bien los presentes asentían o calladamente escuchaban comentarios a favor de Allende.

Otra de las tareas en desarrollo, la constituyeron los discursos relámpagos, la idea central era conocer el estado de ánimo en los entrepuentes de la marinería. En nuestras intervenciones intentábamos de hacerles ver que nos querían utilizar para reprimir y matar a nuestros propios compatriotas, ¿cuantos de nosotros estábamos dispuestos a realizar esas matanzas? Nos arreglamos con nuestra imaginación e iniciativa. En el fondo nuestra tarea era ir colocando cuñas a la conciencia de cada uno, para así entorpecer y desacreditar el discurso de los oficiales.

Otra tarea consistió en introducir material de propaganda a la Escuela, para su distribución. Tarea normalmente desarrollada sin problemas. Para mejorar la forma de abrir la discusión política sin despertar sospechas, contactamos una librería que distribuía libros técnicos soviéticos, traducidos al castellano de electricidad y otros. Fue un éxito, en cuanto a calidad de los libros y su material. Por lo demás nos dio la posibilidad de mostrar algo diferente. A la fecha no teníamos otro referente que los libros norteamericanos. Contábamos con un equipo a cargo de su distribución.

Lo importante era no descuidar la seguridad. Sabíamos que el aparato de inteligencia se había desarrollado y de alguna manera por las maniobras de la oficialidad, sabíamos que debíamos cuidar de nosotros, no tener anotaciones en la hoja de vida con relación a reclamos por rancho o de otro estilo similar, esta regla era fundamental chequearla con todos los nuevos que se integraran a la organización En algún momento el aparato de inteligencia podía sin previo aviso detenerlos y poner en peligro la organización completa.

En general a la actividad a que fuimos sometidos fue muy intensa, en la medida que se fueron sucediendo más y más acontecimientos, paralelamente la tensión interna iba en aumento, muchos ejercicios, salidas a copar posiciones estratégicas en Viña del Mar, según la oficialidad era necesario para defenderlas del terrorismo. La verdad era, que serian nuestros puestos de combate para el día del Golpe Militar.

En un momento determinado, el MIR propuso que debiésemos coordinar el trabajo político de la Escuela. A la fecha había dos grupos trabajando en forma paralela y compartimentada, nosotros estuvimos de acuerdo, la situación política lo requería. Así entonces al poco tiempo estábamos en contacto. En esa oportunidad conocimos al encargado del trabajo político del otro grupo, estaba cursando segundo año de electricidad, su grado jerárquico y nombre José Jara Troncoso; Cabo Segundo, especialidad submarinista. Estudiaba Ingeniería en la católica en horario nocturno. Muy activo y legitimado en la Escuela.

Esta coordinación fue objetivamente un apoyo para conocer las dimensiones de lo que estábamos realizando, y de que poco a poco nos estábamos haciendo dueños de una situación que meses antes ni siquiera soñábamos. Las medidas de seguridad nunca las olvidamos.

Seguía siendo importante la de disimular nuestro trabajo, en toda nuestra actividad, nunca discutir lo que decía la oficialidad, en su estrategia de acercamiento con la tropa. Todo lo contrario, nuestra participación era hacerles sentir que estaríamos con ellos, debíamos hacerles presentes lo muy preocupado que estábamos por los sucesos nacionales. Les aplaudimos en su momento la iniciativa de tener en un edificio de la Escuela una sala, llena de artefactos de línea blanca, cocinas, refrigeradores, venta a precios módicos y cómodas cuotas mensuales era de verdad una forma de mostrarnos cuan preocupados estaban por ayudarnos, ellos, se sentían realizados. Lo chocante de esta situación era que la gente común y corriente tenía que hacer colas para comprar algún artículo de la línea blanca, mientras que nosotros los teníamos con gran facilidad.

En otros momentos pudimos conocer la disposición y compromiso que tuvieron otros marinos que sin conocer ni saber de nuestra organización nos tenían gran confianza, por la cercanía en ocupar puestos de guardia juntos entablamos una muy buena relación y lealtad. En una oportunidad en junio de 1973 ocurrió un incendio en el Crucero Prat. A propósito del incendio se envió un mensaje por radio a un oficial de la población naval, ubicada muy cerca de la Escuela Ingeniería. Por el apremio este oficial quiso pasar a la Escuela por un lugar que no era permitido. La situación era la ideal para conocer en la práctica la disposición de los miembros de la guardia ante esta situación, este tipo de oportunidades no eran frecuentes. El oficial fue interceptado oportunamente, chequeado y detenido. Posteriormente se dio aviso al Oficial de Guardia. Posteriormente se llamo a los que estaban de guardia en el sector y fueron felicitados por su desempeño. Nunca supo ese Oficial de Guardia que la situación la habíamos utilizado como un ejercicio para nuestros fines. Desde ese día nació un pacto de lealtad no escrito, en los participantes del ejercicio. Uno de ellos fue quien dio el aviso al MIR de nuestra detención el 11 de agosto de 1973 y con ello se salvaron vidas y materiales.

En julio de 1973 se realizo una reunión de coordinación con todos los que estábamos en contacto y comunicación con el Mir. Esta se realizo en Quillota, fuimos más o menos 12 marinos de civil los que asistimos al llamado. Allí nos dimos cuenta de que había gente nueva y era primera vez que nos veíamos. Los nuevos por alguna razón iban trasbordados a Talcahuano, entendemos que se les dio algunas instrucciones, pero, igualmente participaron en toda la reunión. Posteriormente nunca más supimos de ellos, con los años se ha sabido que uno de ellos reside en Francia. El objetivo del llamado consistía en hacer una evaluación más precisa de lo que se estaba haciendo y ver la forma de cómo acelerar y coordinar mejor el trabajo que se estaba realizando. Se informo de las diferentes tareas incluso el trabajo político que se desarrollaba a nivel del Ejército en Quillota en presencia del cabo enfermero Juan Fuentes Zamorano encargado del trabajo que se realizaba en la Escuela de Caballería del Ejercito de Quillota. El Cabo Juan Fuentes que pertenecía a la dotación del ejército deserto después del golpe, lo detuvieron en Santiago y en su traslado a Quillota es asesinado, hecho que sucedió en 1974.

También se informa del trabajo político que se estaba desarrollando con los Infantes de Marina. Salimos de allí súper conscientes de lo que se nos venia encima y mejor organizados. Teníamos comunicación directa con el encargado militar del partido para prever cualquier problema o necesidades de comunicación en clave.

No podemos dejar de mencionar que el 26 de julio fue asesinado en Santiago el comandante Araya. Edecán del presidente Allende. Un asesinato alevoso. Perdíamos un oficial leal al gobierno y seguramente por esto, fue elegido blanco de las balas de la extrema derecha.

Con el tiempo y leyendo el libro “La Conjura” de la Periodista Mónica González logramos rescatar lo siguiente: Por decisión del presidente de la República Sr. Salvador Allende, las investigaciones quedaron a cargo de la Policía de Investigaciones junto a los aparatos de inteligencia de las FF.AA.

En el caos reinante, Carabineros de Chile anunció la detención del responsable del asesinato, que resulto ser Luis Riquelme Bascuñán simpatizante socialista. Sus declaraciones habían sido obtenidas bajo tortura. Posteriormente se detuvo a Mario Rojas Zegers quien declara que había sido un grupo de Patria y Libertad. El resto del grupo se había entregado al fiscal naval Aldo Montaña.

En julio de 1984, Mónica González logra acceder al proceso archivado en la Justicia Naval. Allí encontró la confesión de Guillermo Claverie Barter, involucrado en el asesinato, que corroboraba las declaraciones de Mario Rojas Zegers. Lo sorprendente del fallo de la justicia Naval es que señalaba:“Que el grupo podría caracterizarle como un simple conjunto de jóvenes de mente convulsa”.

Los responsables del asesinato no estuvieron ni un día en la cárcel, la condena de tres años y medio para Claverie fue solucionada con un indulto presidencial. Con estos antecedentes Mónica González conversa con el Almirante Montero para que conociera que los asesinos del comandante Araya habían sido indultados. Emocionado por los recuerdos el Almirante expresa “Tuve la fortuna de tener a Arturo Araya como instructor a bordo del buque esmeralda, cuando fui designado su comandante. allí pude apreciar su calidad humana, su simpatía y clara inteligencia. Era un marino limpio y cristalino. Y como edecán siempre lucho para dar la imagen exacta que debe ser un oficial de la Marina; sin hacer concesiones ni tener destemplanzas. Fue designado edecán el mismo día que asumió el presidente Allende y veinticuatro horas antes que yo asumiera como comandante en jefe de la Armada. Habían asesinado al General Schneider sabía que íbamos a tener que combatir un temporal. Pero eso es precisamente el instante en que los hombres tienen que subir al puente y asumir sus responsabilidades”.

Posteriormente agrego: “Yo siempre he asumido mis responsabilidades. Amo la verdad y confió mucho en un juez infalible que es el tiempo. El cual siempre todo lo clarifica ¡Siempre! Tarda a veces, pero a todos nos llega la hora ¡Ya vera!

A los pocos días de estos sucesos fueron detenidos algunos de los nuestros, junto a otros suboficiales que no estaban en la organización, aunque se sabía que eran de izquierda. De los nuestros y que estaban organizados eran Cabo Segundo José Jara Troncoso; Cabo Primero Carlos Alvarado González; Marinero Primero Tomás Alonso Molinet; y Marinero Primero Nelson Córdova Pino.

La situación en principio fue complicada, estábamos sorprendidos, no sabíamos exactamente de que se trataba, de lo que estábamos seguros era que la oficialidad se había decidido de alguna manera echar andar un procedimiento que les permitiera neutralizar cualquier intento de organización que fuera en contra de sus planes, de todas maneras, fue un aviso de lo que venia. Estaba en juego la seguridad de la organización y debíamos actuar rápido y enterarnos exactamente que pasaba con los nuestros que estaban en el grupo de los detenidos.

No nos demoramos mucho y empezamos a comentar y agitar, que la situación para cualquiera de la tropa era bastante incierta, dependíamos de la buena o mala voluntad de los oficiales, se debía solidarizar con ellos, eran compañeros nuestros, rostros familiares, todos en general eran conocidos por toda la Escuela, algunos de ellos incluso eran instructores.

La respuesta fue que un grupo de suboficiales, se constituyeron como grupo en un Comité Social como lo llamaron. Su objetivo consistía en ir a visitar a los detenidos en horas de franco, nosotros nos integramos al grupo con uno de los nuestros, y la visita se realizo sin inconvenientes, estaban en libre plática. Entre los saludos de rigor durante la visita, pudimos recibir la información de los nuestros de lo que ocurría. Era solo un zarpazo de la oficialidad de la Escuela, cuyo objetivo era crear temor y desconfianza en la tropa. Las señales de nuestros compañeros eran claras, había que seguir trabajando su detención no ponía en peligro la organización. Esta agitación realizada al interior de la Escuela marcó un hito importante en nuestro trabajo político, el grupo de suboficiales del Comité Social pone de manifiesto que, pese a toda la campaña de la oficialidad, no habían logrado matar nuestra dignidad ni trasgredir parte de la valorización humana que es la solidaridad con sus pares. Ellos están en nuestra memoria como los héroes anónimos de esa jornada.

Nuestra respuesta a la detención de nuestros compañeros fue ir creando más organización, las señales de nuestros compañeros detenidos nos decía que sus vidas y las nuestras, dependían de ello. Ellos eran importantes en nuestra organización.

Desgraciadamente esta situación dio un giro negativo para nosotros y precisamente el 10 de agosto de 1973 estando en la guardia de cuatro a ocho el Cabo Primero Mariano Ramírez, fue informado por el Marinero Primero Luis Fernández Ahumada QEPD, de que el servicio de inteligencia estaba revisando los cajones de los detenidos. Todo muy raro, estaba de Cabo de Guardia y el servicio de inteligencia estaba dentro de la Escuela, definitivamente no habían pasado por la puerta principal, bueno dijo, que revisen lo que quieran, no encontraran nada. Estábamos seguros de que todo estaba en orden.

En otro turno de guardia, casi al amanecer, el Cabo Ramírez seguía pensando en esta sorpresiva visita de la inteligencia de la Armada y si ocurre que encuentran algo, ¿que hacemos?

Era una responsabilidad demasiado grande, la información ameritaba más atención, no se perdía nada con prevenir, la Seguridad estaba primera. En la madrugada del 11 de agosto se decidió hablar con uno de los muchachos de su guardia y le dijo que, si ocurría algo con él, antes de entregar la guardia, por favor, llamara a un número determinado de teléfono y dijera una contraseña. Lo notable fue que este marinero le respondió con un,“no se preocupe mi cabo”, “delo por hecho”. En la mañana de ese día y cuando se dio cuenta del arresto de varios de nosotros, el Marinero salió franco tranquilo y posteriormente estando ya fuera de la Escuela, llamo por teléfono. De esta manera salvamos material y vidas del partido y también de nuestra organización. Lamentablemente, será muy difícil darle las gracias a ese muchacho marinero. Recordamos y apreciamos en el tiempo su actitud, pues como él eran muchos los que generosamente estuvieron dispuestos a parar a la oficialidad en sus planes golpistas, pero este marinero en especial se merece nuestros agradecimientos de por vida.

Nuestra detención también seria una señal de alerta para los compañeros marinos que no habían sido detenidos y que permanecieron en servicio en la Escuela.

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Nuestra visión frente a los acontecimientos que se desarrollaron

 Como suboficiales y clases de la Armada fuimos fieles a nuestro juramento defender la Constitución Vigente de 1925 y al Gobierno legalmente constituido, representado en ese momento, por el presidente Sr. Salvador Allende Gossens.

En consecuencia, nuestro deber era organizarnos, denunciar y alertar a las autoridades Políticas y al presidente de la República, de la deliberación política y conspiración que se estaba gestando al amparo de la Institución por la mayoría de la oficialidad de la Armada en contra del Gobierno legalmente constituido.

Sus planes consistían en desconocer el respeto y acatamiento a la constitución política del país, abusando por el hecho de tener el poder de las armas, conque el pueblo de Chile los había dotado para otros fines muy distintos a los que se proponía la oficialidad en ese momento.

No queríamos ser cómplices de crimen tan alevoso y hoy nos sentimos, a la luz de la verdad y de la situación de miles de chilenos, que han sido violentados en sus derechos, de tantos desaparecidos, de tantos ejecutados, de tantos exiliados, de tanto terror masivo en esos diecisiete años de Dictadura Militar, haber hecho lo que nos correspondía.

Lo intentamos todo, en una situación política de Chile muy complicada, sin otro fin que evitar la desgracia y muerte de tanto compatriota, los costos personales de nuestra iniciativa fueron grande, pero nos queda la satisfacción de sentirnos limpios y con derecho a mirar de frente y a la cara, a las autoridades y al pueblo de Chile.

 

Por nuestra actitud y posición pagamos un alto precio, al haber elegido en ese momento el camino del irrestricto respeto a las leyes fundamentales de la Nación. El haber sido condenado por esta posición, no se condice con el hecho de que las autoridades de este país no reconozcan públicamente este hecho, como que tampoco se haya otorgado la justicia merecida.

Fuimos detenidos, torturados en forma antihumana al ser reconocidos como los traidores de la Institución, estigma que hasta hoy sostiene la oficialidad que fue simpatizante de la dictadura en la Armada. No podría ser de otra manera, el castigo para nosotros debía ser un aviso y por lo tanto una fuerte señal para amedrentar a la tropa. Los planes de fondo eran no dejar huellas sobre nuestra actitud ni actividad en la Institución y en ese aspecto han sido expertos.

En su afán de justificar la represión en contra nuestra y de legitimar su acción planearon vincularnos con dirigentes políticos de la época y acusarlos a ellos de infiltración en la Armada. Con ello quisieron, además, despojar a nuestro movimiento del carácter político de nuestras denuncias, es decir la tropa antigolpista no podía dejar señales ni antecedentes de que éramos capaces de pensar, de ser diferentes, era un precedente grave y no deseado para la oficialidad, especialmente para los mandos navales golpistas de la Institución en aquel tiempo.

El tiempo y el peso de la Historia, ha demostrado que son los protagonistas intelectuales de los planes del Golpe Militar y también en el tiempo se ha ido demostrando su inhumana participación, tanto en los hechos que nos vinculan, como con las atrocidades cometidas contra tanto ciudadano chileno a partir del 11 de septiembre. Sus consecuencias hasta hoy constituyen una herida abierta y el no reconocerla, la Armada, de ninguna manera ayuda a la reconciliación nacional.

El buque Escuela “La Esmeralda” símbolo de la Institución y de Chile, ha sentido  permanentemente y por años el repudio de

 

mucha gente en el ámbito mundial por haber sido un centro de tortura. Instalaciones como el Cuartel Silva Palma y la Academia de Guerra, el Sanatorio de Olmué diseñado especialmente para reposo y curación del personal afectado de Tuberculosis utilizado a partir del golpe militar como centro de detención y tortura, la mayor parte de los allí detenidos fueron llevados desde la Base Aeronaval del Belloto. El plan de centros de tortura es un ejemplo claro del mentado cariño de los oficiales por la institución, la verdad nunca les importo mucho, primero sus intereses y después la institución.

La confianza en las lealtades de las FF.AA. a la Constitución y las leyes, creemos que cegó en gran parte la capacidad de análisis de los políticos de la época, unos creyeron que era posible neutralizar los planes golpistas acudiendo al discurso de las tradiciones honorables de los militares, en otras palabras, legitimando así que históricamente habían sido respetuosos de la Constitución. Al respecto, nos preguntábamos ¿ignorancia o inocencia de la clase política de entonces? Otros llamaban a la tropa para que se opusieran a las arengas golpistas de la oficialidad. La verdad, es que la clase política nunca se dio cuenta que los únicos leales eran dos o tres Generales, y algunos Almirantes de la Armada como Daniel Arellano, Hugo Poblete Mery y el capitán René Durandot, la cabeza de los constitucionalistas era y fue el General Schneider, asesinado en plena vía publica antes de que Salvador Allende asumiera el cargo de Presidente de la República. Su muerte fue un aviso para todos aquellos militares que mantenían una posición de acatamiento y respeto a nuestra carta fundamental. Posteriormente fue el general Prat quien paga cara su osadía de mantener los criterios de su antecesor para finalmente morir asesinado en Buenos Aires, Argentina. Uno de sus asesinos era hermano del teniente Segundo de la Armada Arancibia quien era también, uno de los cabecillas de la oficialidad golpista de la época y parte de la oficialidad de la Escuela en 1973. Más tarde sería el Almirante Montero a quien le usurparon el cargo y fue detenido unas horas antes del Golpe Militar.

Hasta hoy las FF.AA., mantienen la postura de que no es Golpe Militar lo que ocurrió en ese entonces, sino que, un Pronunciamiento Militar, sobre todo, mantenían esa posición la oficialidad, los altos mandos en retiro, especialmente la Derecha Política de este país quienes justifican el Golpe, en el petitorio y clamor de los chilenos para que intervinieran y salvaran al país de las supuestas hordas comunistas y marxistas, cuestión organizada por ellos mismos. Que el gobierno no daba garantías, que todo era un caos, históricamente se comprobó, que ese caos fue organizado por ellos, ayudado con recursos económicos de la administración de Nixon presidente de los EE.UU. de la época.

Lo que definitivamente y que nos consta, es que las FF. AA. y fundamentalmente la Armada, actuaron desconociendo el Estado de Derecho y las Instituciones Democráticas de la época para, finalmente a sangre y fuego hacerse del poder del Estado Chileno. El hecho de que su acción la caractericen como Pronunciamiento Militar no sirve mucho a la hora de contar la cantidad de asesinatos, desaparecidos, fusilados y exiliados.

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PERIODO DE DETENCION Y CARCELARIO.

 Las detenciones de parte de la Armada en contra de la marinería se inicio en la repartición de Aeronaval de la Armada en el Belloto en junio del 1973, la segunda fue en la Escuela Ingeniería el 28 de Julio de 1973, en esa oportunidad no hubo incomunicación de los detenidos. El 5 de agosto de 1973 se inicia la detención y tortura de personal antigolpista en diferentes buques de la Escuadra, la última de las detenciones es el 11 de agosto de 1973 de otro grupo en la Escuela Ingeniería. Las detenciones con procesos se seguirán realizando hasta el año 1975.

“En ese periodo cae un grupo de Sargentos, Francisco Carter de especialidad Radarista, QEPD, Diomedes Victoriano de especialidad Radio Telegrafista y Juan Ostojic Zamora QEPD, también de especialidad Radio Telegrafista, detenidos un tiempo en el centro de tortura Cuartel Silva Palma, antes de su liberación fueron trasladados a la barcaza Morel que en ese tiempo cumplía las funciones de cárcel para los marinos, todos ellos pasaron por un Consejo de Guerra y su causa rol es A-792, al momento de ser liberados desde la Morel, dos ellos pudieron hacerlo y el Sargento Francisco Carter fue nuevamente detenido a la salida del centro de detención. Posteriormente con los años y en “democracia” volvieron a encontrarse para restañar heridas”.18

Solo queda agregar que el Sargento Francisco Carter fue conocido por algunos de nosotros, le conocíamos como el pirata Frank, educado, inteligente y de buen nivel intelectual, llamaba la atención sus conocimientos de la Armada a nivel social, las formas de relacionarse con el resto de sus compañeros y subalternos. Fue un buen educador en lo que se relaciona a la comprensión de nuestros problemas de la tropa, ayudo mucho a enseñar con relación a la comprensión de los escritos de la prensa de derecha.

 

Posteriormente no hay detenciones con procesos, pero, se elimina a mucho personal de la Armada por el solo hecho de tener algún familiar o conocido de izquierda.

Nuestra detención se realizo el 11 de agosto de 1973 e inmediatamente fuimos llevados en un camión de la Escuela Ingeniería, directamente al Cuartel Silva Palma que en esa época funcionaba como Centro de Detención para suboficiales y clases de la Armada, originalmente fue una Escuela para preparar al personal que desempeñaba funciones en el departamento de Ingeniería de la Armada, a bordo de buques o reparticiones en tierra. Los detenidos éramos el Cabo Primero Mariano Ramírez Ramirez; Marinero Primero Luis Fernández Ahumada; Operario Tercero Víctor Martínez Cangana; Operario Tercero Bernardino Fariña Bendel y Marinero Primero Alejandro Retamales Santander. Fuimos recibidos por la Guardia del Cuartel Silva Palma, registrados en la bitácora de la guardia y experimentamos el primer tratamiento como detenidos, nos quitaron todo lo que fuera cinturones, cordones de zapato etc. Posteriormente la mayoría de nosotros fue llevado a los calabozos de aislamiento que estaban en un túnel, uno de nosotros el Cabo Ramírez, por tener mayor graduación lo llevaron a un calabozo de aislamiento que estaba fuera del túnel. Un catre metálico y un par de frazadas fueron nuestros mudos acompañantes en esos calabozos.

Estuvimos cerca de cuatro a cinco días incomunicados, a ese momento ya sabíamos que no estábamos solos, mientras el personal dormía alguien de los detenidos de la Escuadra, desde su calabozo intentaba, aprovechando la noche para denunciar lo que había acontecido con su grupo en Talcahuano y otros lugares. Posteriormente lo conocimos como el Cabo Segundo Pedro Blaset

A través de una ventanilla del calabozo, el Cabo Ramírez quien no estaba incomunicado en el túnel pudo observar como nuestros compañeros que habían sido detenidos en julio, circulaban libremente realizando tareas de aseo. Además, se dejaba ver otro compañero que conocíamos, pero, era de otra repartición, de la Escuela de Operaciones, el Cabo Primero Miguel González.

Era la información que había por el momento. En definitiva, no solo se habían realizado detenciones, sino que también se había torturado para sacar información a los compañeros de la Escuadra, los detalles de la tortura lo fuimos conociendo posteriormente. En cuanto a la detención del compañero de la Escuela de Operaciones era un asunto nuevo.

Era extraño estar allí, pero, tranquilizaba el hecho de que nuestra detención seria un elemento a considerar por los compañeros que habían quedado en la Escuela. ¿Que pasaría con nosotros? No lo sabíamos, ¿que habían descubierto en los cajones? Pronto sabríamos que en uno de los cajones se había encontrado una lista de nombres, en la cual estaban los nuestros.

En un momento determinado y después de cinco días de incomunicación, uno a uno fuimos sacados para ser interrogados por el Capitán de Corbeta Samuel Ginsberg que era el fiscal encargado de hacer la investigación de nuestro caso.

El primero en salir a interrogatorio fue el Cabo Ramírez, seguramente por ser el más antiguo del grupo de los detenidos y ante las acusaciones de participar en reuniones políticas, respondió que por su carácter fue de estudio y no políticas. Éramos alumnos de la Escuela y el Reglamento de la Armada en ninguna de sus partes condenaba a quien se preocupaba de estudiar en conjunto con otros alumnos. El interrogatorio seguía y poco a poco se fue dando cuenta que tenían algo de información de la reunión de Quillota y otras actividades, es decir tenían información, no muy importante ni comprometedora, pero, que nos complicaría mucho si conseguían más información al respecto. Le mostraron una lista de nombres de sospechosos de la Escuela y si bien conocía a varios de ellos y de estar dispuestos y organizados para oponerse al Golpe se negó a reconocer a ninguno. Más preguntas, ahora estaban orientadas al nombre y descripción de un civil, suponían era nuestro contacto, militante de algún partido de izquierda, a pesar de que las respuestas no fueron muy convincentes, logro de alguna manera evadirse de lo que buscaban.

Estaba claro que el Fiscal algo de información tenia, pero, nada concreto. El futuro de los interrogatorios dependía de nosotros. Terminado el interrogatorio quedo en libre platica y la posibilidad de conversar con el resto de los compañeros que habían sido detenidos en julio estaba abierta. Lo primero que se hizo fue de analizar la información que de alguna manera tenía el Fiscal y dispusimos rápidamente que debiéramos informar a los compañeros que aún estaban incomunicados para que la identidad del civil la cambiáramos, cada uno debía dar una descripción que se le antojara, sin entregar más información. Lo veíamos como normal pues la oficialidad siempre estaba planteando que los terroristas de izquierda se disfrazaban, en fin, cualquier cosa que sirviera para no delatar su verdadera identidad era valido. Tampoco identificar a nadie de la famosa lista que andaba circulando, menos aún reconocer alguna relación con algunos de los compañeros detenidos de la Escuadra.

Algunos de los nuestros tenían contacto con compañeros de la Escuadra, además éramos testigo que gente de la Escuadra había enviado un mensajero para contactar a la gente de la Escuela. Si se descubría algún tipo de relación, el problema se iba agravar en forma exponencial.

Analizar la situación no nos costo mucho, el problema era como le íbamos a transferir esta información a los que estaban aún incomunicados. Siendo la mayoría electricistas se nos ocurrió que había que realizar un cortocircuito en el túnel donde estaban los detenidos. Los compañeros que habían sido detenidos en julio conocían de mejor manera el como hacerlo. Fue así entonces que logramos llegar a nuestros compañeros simulando estar solucionando un problema eléctrico, les entregamos subrepticiamente unos papeles escritos con las instrucciones, posteriormente supimos que los escritos se los comieron. Así entonces nos quedamos más tranquilos y esperando que todo transcurriera como lo habíamos pensado. Afortunadamente todo salió bien, los compañeros, se portaron a las alturas de las circunstancias en los interrogatorios. En ese momento podíamos decir que teníamos algún grado de ventaja con relación al equipo que estaba interrogando.

Lo que hicimos posteriormente fue buscar de común acuerdo a quien se iba hacer responsable de la caída del grupo, el Cabo Segundo José Jara asumió dicha responsabilidad. Con los años, conversando nos dimos cuenta de que fue injusto, la verdad es que José Jara hizo lo imposible pese a lo sorpresivo de su detención de no dejar evidencias de lo que estábamos haciendo y en eso había encargado a uno de los nuestros de limpiar el cajón donde se encontraron las evidencias, desgraciadamente eso no se cumplió, ni tampoco se informo de aquello. ¿El porque no se realizo? Eso desgraciadamente nunca lo sabremos.

Posteriormente, el servicio de inteligencia trajo a un par de marinos, para que entregaran su testimonio de que algunos de los nuestros habían hablado de política en la Escuela, se hicieron careos, pero estos no pudieron concluir en nada y tampoco tenían nada para acusarnos, solo sospechas.

Con relación a nuestra detención, el Servicio de Inteligencia realizo una investigación exhaustiva en la Escuela, para saber quienes éramos en el diario vivir de la Escuela. Nadie de la Escuela nos había visto en actitudes sospechosas o de algún trabajo político, nadie había escuchado nada, el espíritu de cuerpo de la tropa por nosotros nos había salvado y conociendo esto, nos dimos cuenta de que el trabajo político realizado había superado nuestras expectativas. Los compañeros que habían quedado en la Escuela habían hecho un buen trabajo al respecto.

Con los días y en libre plática pudimos apreciar y conocer de cerca de todas las atrocidades que había sufrido la tropa, incluidos Marineros, Cabos y un Sargento, detenidos en los diferentes buques de la Armada. La tortura contra ellos fue inhumana, aún se podía ver las marcas y moretones, en diferentes lugares del cuerpo. Con ello la oficialidad naval mostró su irracionalidad brutal al límite de la esquizofrenia, sin ninguna humanidad y usando el nombre de la Institución. Todo esto ocurrió en pleno Estado de Derecho, cabe decir, que ellos no solo y posteriormente traicionaron la Constitución, sino que también a la Institución, pues con su accionar debieron haber sido apartados, degradados y condenados. Algo curioso de estos hechos, es que en su oportunidad la Democracia Cristiana había planteado un Estatuto de Garantías, era la exigencia a Salvador Allende de respetar la plena vigencia del Estado de Derecho. Seguramente nosotros no estábamos incluidos en ese Estado. Era el comienzo de lo que venia.

La detención masiva de personal de tropa, la forma injusta y alevosa llevada a cabo, la tortura que muchos de nosotros habían sufrido, fundamentalmente el personal de tropa de la Escuadra, fueron hechos públicos que se fueron ventilando en los diarios de la época.

Nuestra opción de oponernos al golpe estaba tomando cuerpo. Familiares de algunos compañeros fueron levantando la voz por sus hijos y hermanos, el estupor de la sociedad chilena frente a la tortura, que se había realizado con los detenidos, fue lo que permitió de alguna manera que las familias fueran escuchadas por integrantes del Parlamento y que como resultado de ello, se formara el primer Comité de Solidaridad con los marinos torturados y en poco tiempo fueron muchas las organizaciones, personalidades, dirigentes sociales y políticos que abogaron por esclarecer la verdad en estos hechos e intentar nuestra libertad. Esas madres y hermanas fueron capaces, además, de avizorar y llamar a que la Armada, no debía participar en una aventura golpista, que aquello significaba perder el honor de la Institución.

Si uno mira estos hechos a la distancia, se da cuenta que esas mujeres, tenían toda la razón y además reafirmaron que nuestro movimiento no estuvo nunca en contra de la Institución. Pronto en septiembre, aparecen las primeras protestas públicas en contra de nuestra detención, actos en Concepción y Valparaíso, pero, nada de ello serviría. En un momento el clamor de los familiares hizo eco en el Gobierno y se iniciaron procesos a través del ministro de Defensa, pero, fueron tardíos y sin ninguna consecuencia positiva para nosotros. Allí quedaron 13 sumarios para la historia, instruidos y ordenados por el ministro de Defensa de la época Sr. Orlando Letelier. La pregunta de hoy es. ¿Que paso con esos sumarios?

Paralelamente a los acontecimientos que estábamos generando con nuestra detención, tuvimos un sin numero de abogados de diferentes partidos políticos que se dispusieron a defendernos. Gracias a ellos nos sentíamos de alguna manera protegidos.

En el entretanto un grupo de compañeros tomo la iniciativa de redactar una carta al presidente de la República, todos los que allí estábamos detenidos la firmamos. En ella denunciábamos claramente lo que nos ocurría. La carta fue leída públicamente el 9 de septiembre en el Estadio Chile de Santiago por el Senador de la época Sr. Carlos Altamirano ante miles de militantes y simpatizantes de izquierda. A continuación, nuestra carta histórica que había sido enviada al presidente Salvador Allende.19

“Nosotros los marineros de tropa, antigolpistas, les decimos a las autoridades, a los trabajadores de todo Chile y a nuestros familiares que ni las amenazas que nos hacen nuestros jefes de volver a flagelarnos, ni mil torturas más, nos impedirán decirle la verdad a nuestra clase, la clase obrera y a nuestros compañeros de tropa del Ejército, Fuerza Aérea y ciudadanía en general.

Los reaccionarios han utilizado todos los medios de convicción para mentirle al pueblo diciendo que nosotros los marinos, con los señores Altamirano, Garretón y Enríquez íbamos a bombardear las ciudades como Viña del Mar, Valparaíso y otras. Los hechos son diferentes. Nosotros esclareceremos estos hechos tan inmensamente distorsionados por la derecha reaccionaria junto a los oficiales y grupos golpistas de la Armada, que por fuera se ven limpios, blancos y por dentro están podridos.

Es falso que los señores Altamirano, Garretón y Enríquez nos dirigieran. Es distinto. Nosotros acudimos a distintas personalidades para dar cuenta del golpe de estado que preparaba la oficialidad golpista coludida con los reaccionarios de las otras ramas de las Fuerzas Armadas y partidos políticos

 

de la derecha. Nosotros los marinos antigolpistas de tropa buscamos por todos los medios comunicarles al pueblo y al gobierno de ese golpe de estado que planeaba la oficialidad golpista de la Armada.

Para nosotros era vital evitar esta gran masacre contra el pueblo, que estaba ya planificado con fecha definida entre el 8 y el 10 de agosto, por datos e informaciones concretas, sumando a estas las referencias de nuestros jefes para con nosotros la tropa, donde nos explicaban que por tales y cuales razones el gobierno marxista debió ser derrocado y limpiado el pueblo de dirigentes marxistas. El comandante Bilbao, Fiscal, le preguntó que cómo se iba a restituir la legalidad, cuando no iba a quedar después del golpe ningún líder de izquierda. También para nosotros dentro de ese plan la suerte era incierta. En el juicio mismo que se nos sigue podrán darse cuenta ustedes, la ciudadanía, de los tenebrosos planes que iba a ejecutar la oficialidad golpista en contra de la clase trabajadora, nuestra clase, porque somos marinos de tropa somos hijos del pueblo, por lo tanto, jamás haríamos fuego contra él. “! el odio de estos señores ha sido tan grande contra nosotros… ¿nuestro delito? Oponernos al golpe de estado en el que ellos fracasaron. ¡Por eso se nos ha flagelado y torturado criminalmente!

“Se nos ha ofrecido no flagelarnos más, inclusive dejarnos en libertad, con tal que nosotros cooperemos y digamos que los señores Altamirano, Garretón y Enríquez nos dirigían y nos habían ordenado bombardear Valparaíso, Viña del Mar, la Escuela Naval y otras cosas por el estilo.

Como negábamos, nos seguían golpeando colgados de una cruz, nos metían en un ataúd, nos hacían tomar las orinas de los verdugos, nos colgaban de los pies y nos sumergían en el agua, nos sumían en pozos de barro, nos aplicaban electricidad, nos tiraban agua caliente en el cuerpo y después fría y decenas de cosas más. En Valparaíso nos vendaron los ojos, en Talcahuano fue sin venda y la tortura estuvo a cargo en forma de hecho, por los señores Koeller, Capitán Bhuster, teniente Jiegor, Letelier, Luna, Alarcón, Tapia, Maldonado, Leetich.

En Talcahuano nos hacían hablar en grabadora lo que ellos querían. Nos pegaban culatazos por todos lados y nos decían que debíamos declarar lo mismo donde el Fiscal. El Fiscal nos consultó: ¿se sienten mal?, Si les han hecho algo, díganmelo”

… Llegábamos machucados, apenas si podíamos andar, otros no podían andar, otros con conmoción cerebral no podían venir a declarar.

“Nosotros le preguntamos a la ciudadanía si los señores Viaux, Souper, el comandante Sazo, de la Armada, que todavía se encuentra en servicio activo, ¿fueron torturados? Si defender el gobierno, la constitución, la legalidad y al pueblo es un delito, y al contrario derrocar al gobierno, atropellar las leyes y terminar con las vidas de seres humanos. ¿Es algo legal? Contesten los trabajadores”.

Firmaban la carta: Sargento Segundo Juan Cárdenas Cabo Segundo Alberto Salazar

Marinero Primero Ernesto Zúñiga S.

Marinero Primero Oscar Carvajal Cabo Segundo José Lagos A. Marinero primero David Valderrama O. Marinero Primero Claudio Espinoza T Marinero Primero José Velázquez A Marinero Primero Luis Rojo G. Marinero Primero Mario Mendoza J. Marinero Primero Roberto Fuentes F Cabo Segundo José Jara T. Cabo Primero Miguel González Marinero Primero Tomás Alonso Cabo Primero Pedro Lagos Cabo Segundo Juan Roldán B. Marinero Primero Jaime Salazar Cabo Segundo Pedro Blasset C. Cabo Segundo Sebastián Ibarra V. Marinero Primero Luis Ayala N. Marinero Primero Carlos Ortega O. Marinero Primero Rodolfo Claro C Cabo Segundo Teodosio Cifuentes R. Marinero Primero Carlos Alvarado A. Marinero Primero Juan Dotte B Cabo Primero Carlos Alvarado Cabo Primero Mariano Ramírez Marinero Primero Alejandro Retamales Marinero Primero Luis Fernández R. Operador Tercero Bernardino Fariña B. Operador Tercero Víctor Martínez C. Marinero Primero Nelson Córdoba Marinero Primero Orlando Veliz V.

Dos días después de leída nuestra carta en el Estadio Chile de Santiago ante una multitud se produjo lo inevitable. Desde muy temprano del 11 de septiembre se fue desarrollando la macabra iniciativa de la Armada, Ejército, Aviación, Carabineros e Investigaciones. La oficialidad había logrado su objetivo, el poder estaba en sus manos y después como es sabido, por largos diecisiete años. Las Fuerzas Armadas se habían transformado en una banda de delincuentes, que nadie imaginaba que pudo haber existido en Chile.

Para nosotros todo cambio a partir del fatídico día del Golpe Militar. Llegó un nuevo fiscal, por la información que teníamos, el anterior se había declarado incompetente. Existieron nuevos interrogatorios, amenazas y presiones sicológicas para hacernos hablar o aclarar parte de lo anteriormente declarado. Todo ello les permitió configurar acusaciones para encauzarnos y posteriormente condenarnos. Nuestro abogado defensor de la época fue nombrado por oficio por la Fiscalía Naval y fue el Sr. Eugenio Neira Alarcón (QEPD).

El tratamiento de interrogación fue acompañado de estigmas como“traidores de la institución” y con ello se nos daba la figura de ser los elementos mas peligrosos en cautiverio. Como consecuencia, el personal de Infantes de Marina encargado de nuestra custodia, actuaban en forma nerviosa y temerosa con nosotros.

Al siguiente día y desde muy temprano, estuvimos atentos a los acontecimientos que se aproximaban. En la formación de la mañana, se nos informo que las fuerzas armadas eran el nuevo Gobierno de Chile. Desde ese momento éramos prisioneros de guerra y por lo tanto el trato seria muy diferente, estábamos en presencia de lo que habíamos intentado de evitar, el Golpe Militar. En el correr del día vimos la salida del puerto del buque cubano Playa Larga perseguido posteriormente por el destructor Blanco. Fuimos testigos de los primeros detenidos que llegaron al edificio de la Academia de Guerra, donde funcionaba el Estado Mayor de la Armada, el que desde ese día se transformaría en un centro de tortura. Durante los días que permanecimos allí fuimos testigos

 

de la gran cantidad de hombres y mujeres que llegaban allí como prisioneros para ser torturados. Era un edificio vecino al Cuartel Silva Palma. En el entretanto a través de las radios, se escuchaban los Bando emitidos por los golpistas, para transmitir tranquilidad y anunciando, que pronto todo estaría normalizado en el país.

La táctica era convencer de que era necesario derrocar al Gobierno y para ello los métodos no importaban mucho, todos eran aplicables. Fueron muchos, había que asegurar el acatamiento y para sus posibles reveses inventaron temprano el plan Z, en el ámbito de la Armada, lo utilizaron en parte para asegurar un contingente que eran los jubilados de la época que fueron informados por la Armada que estaban en las listas de las víctimas del plan Zeta para matarlos, de este modo muchos jubilados de la Armada se incorporaron a la institución después del Golpe Militar para salvar sus vidas. Muchos de ellos los vimos en campamentos de prisioneros cumpliendo funciones en logística.

“La opinión publica conoció el Plan Z a través de una conferencia que llamo el ministro secretario general de la Presidencia coronel Pedro Ewing a pocos días del golpe militar. Según Ewing el plan Z en su primera etapa planificaba matar a todos los oficiales del Alto Mando y a miles de oficiales para el día de la celebración del ejército, el 19 de septiembre. Posteriormente la bandera sería cambiada, mantendría el color rojo y conservaría la estrella. La segunda parte del plan consistía en asesinar a Salvador Allende porque tenía prejuicios burgueses.

Según el general Gustavo Leigh el plan Z fue presentado a la Junta Militar por el Almirante Patricio Carvajal. En definitiva, el plan criminal se había incubado en la Armada. Años más tarde la Comisión Rettig llego a la siguiente conclusión: Coopero al ambiente de la venganza política. Se alimento así una justificación interna de matar o permitir por lo menos condenar la muerte del adversario, atribuyéndole iguales condiciones” 20

Al pasar los días, se fueron diluyendo las esperanzas, de que hubiera algún grado de resistencia frente a los golpistas. Sabíamos

 

de antemano que eso era imposible, pero, siempre uno tiende a pensar“seguro que falta algún elemento en nuestros análisis “y de allí nace la esperanza de que algo podía surgir”. Una noche muchos de nosotros creyeron como cierto, lo que transmitió una radio argentina, de que venia por el sur con parte del ejercito el General Carlos Prats. La pequeña radio que tenía uno de los nuestros, paso a ser un elemento clave en el cautiverio. También hubo algún grado de esperanzas, cuando una noche se produjo un intenso tiroteo en Valparaíso, después solo silencio, en nuestra jerga marinera a ese tipo de acciones le llamábamos “un saludo a la bandera” de los compañeros del Puerto.

A fines del mes de septiembre, fuimos notificados que seriamos trasladados a la Cárcel Pública de Valparaíso, el último grupo de marinos rumbo a la Cárcel fue la cuarta semana de octubre. El primero de octubre de 1973, estábamos formados ante los gendarmes para ser ingresados a la Cárcel, en ese momento cada uno de nosotros, estaba intentando adivinar un poco la suerte que nos esperaba en ese recinto lleno de gente, que de una u otra forma eran identificados como antisociales, cada uno con un terrible prontuario personal. La consigna nuestra desde el principio fue el de mantenernos unidos en las buenas o en las malas.

Se ejecuto nuestro ingreso y nos dejaron en una celda grande de la tercera galería, nos acomodamos como pudimos en el suelo para poder dormir, un infante de profesión músico nos intentaba de entretener con un par de palitos que tocaba continuamente.

Por la mañana, nos sacaron de allí y nos llevaron al Teatro de la Cárcel allí estaban el resto de los compañeros que habían sido trasladados a la Cárcel anteriormente. Allí nos acomodamos y empezaron los primeros movimientos solidarios para con nosotros, para conseguir no solo el lugar para dormir, sino que donde y como dormir. Allí y en esas gestiones conocimos al hermano Alberto Igartiburu un pastor evangélico que nos acompaño durante todo el periodo carcelario. Nos aislaron del resto de la población, nos querían tener a mano, para lo que en cualquier momento determinara el mando, en este caso La Armada. Sobrevivimos allí dignamente y para demostrar que estábamos vivos y que en nuestra conciencia estaban vivas las ideas de cambio, un par de compañeros tomo la iniciativa de hacer una pequeña huerta frente al teatro y a un costado de la cancha de futbol o el patio de visitas. En ese tiempo teníamos algún grado de contactos con los presos políticos que estaban en la tercera galería de la Cárcel.

En ese periodo fuimos visitados por nuestras familias, quienes debieron padecer de una serie de vejámenes por parte de los funcionarios carcelarios. Las mujeres no podían entrar con pantalones a la Cárcel, de esta situación surgió lo anecdótico, un inteligente inicio el negocio de arrendar faldas para quienes debían entrar a la Cárcel.

Un día de octubre los que integrábamos el proceso 3941 fuimos llamados a la guardia de la Cárcel, eran funcionarios de la Armada que venían a visitarnos para entregarnos la liquidación de nuestros sueldos adeudados. Un gran alivio para muchos pues los recursos se estaban haciendo bastantes escasos, sobre todo para los casados y con hijos.

Las sorpresas no terminaban, a fines de noviembre de 1973, nos sacaron de la Cárcel en camiones de la Infantería de Marina, hacinados, uno encima del otro, maniatados de pies y manos y además vendados. Nuestros familiares tardaron bastante en saber, donde estábamos y que había pasado con nosotros.

Así y después de pasearnos por la zona de Valparaíso dos o tres horas llegamos al famoso campo de prisioneros Isla Riesco de la Armada (18), construido seguramente antes del Golpe Militar, y con dineros de la Institución“tan bonito lugar no podía haber sido construido en tan poco tiempo”. La verdad, el campo era de gran parecido al que se puede apreciar en la película El Puente sobre el Río Kwai, en este caso los actores íbamos a ser nosotros. Torretas para vigilantes, ametralladoras, rostros pintados, desafiantes y en pie de guerra, era el inicio de nuestra estadía allí. Atrás quedo la pequeña huerta en la Cárcel con las plantas de tomates, porotos, perejil y el cilantro.

Estábamos en las garras particulares de la Armada, el trato sería de acuerdo con las recomendaciones del Mando de la Institución, hacinados en celdas, picaderos especiales para nosotros, siempre buscaron y tuvieron la sutileza de buscar un argumento para hacernos sentir su poder. Acusados de traficantes de drogas y que si estábamos aislados era porque fumábamos marihuana, eran los argumentos mas recurrentes y por supuesto en esta oportunidad no iba a ser diferente. Teníamos al frente, al vocero de turno, el teniente González un oficial de mar, infante de marina, muy mal agestado, era quien repetía una y otra vez lo mal que lo pasaríamos en sus manos, ahí estaba con una mirada siniestra y feliz, estaba dando la cara por la institución, estaba cumpliendo con su deber, le estaba dando curso a las instrucciones recibidas de sus jefes. Este es un ejemplo claro de la malversación del poder arbitraria en el nombre de una institución armada. La noticia importante era que a partir de ese momento éramos sus Prisioneros de Guerra, todos nos miramos, era curiosa la noticia. En la práctica esto significaba la utilización de tribunales militares o de hecho aplicar la ley de fuga, asesinando a quien sea.

En uno de esos picaderos especiales, haciéndonos correr sin zapatos por un terreno lleno de piedras, el Cabo Ramírez sufrió un corte importante en la parte interior de su pie izquierdo. El doctor Fischer, que sufría cautiverio junto a nosotros, sin ninguna anestesia ni medicamentos le cosió la herida con un hilo, satisfecho de la operación dijo “te has ganado diez puntos”.

Varios compañeros nuestros fueron torturados por negarse a comer.

Fuimos forzados a cavar un pozo profundo en búsqueda de agua, pese a las excavaciones nunca se logro llegar a ella. La ración de agua diaria era más o menos de medio litro de agua, para tomar y para asearnos. Los valientes infantes se sentían incómodos por tener que ir a buscar agua para los prisioneros así que había que conformarse con la ración que nos entregaban.

Intentando escribir esta memoria colectiva, no se puede dejar de pensar en las palabras del hoy flamante Senador de la República, ex Almirante de la Armada, Sr. Arancibia quien públicamente ante los medios ha dicho que “los traslados de los prisioneros eran fundamentalmente para que estuvieran cómodos y mejor atendidos, no existía otra razón” es parte de la gran mentira que sustentan hasta hoy. Tampoco olvidar lo que relató en una oportunidad por televisión. Dijo, que, ante el peligro, no podía dejar de dormir sin su metralleta al lado. Porqué no decir la verdad. El hombre estaba enfermo de miedo, esta vez tenía que asumir en primera línea. No era lo que había sucedido en 1931 en que los oficiales por conveniencia se fueron a encerrar a los camarotes, mientras la clase de suboficiales les solucionaba su parte económica y los alimentaba, llevándoles su comida al camarote.

Nuestra situación de a poco fue cambiando llego un momento en que fuimos integrados con el resto de los detenidos y empezamos a convivir con ellos, de alguna manera esta relación iba a ser valiosa para nuestro desarrollo social y político. Ayudaba también estar junto a ellos compartiendo la misma suerte. Fueron largos meses de vivir en condiciones bastante restringidas y deplorables, es una forma elegante de decirlo. La represión para los prisioneros era permanente a ella habría que recordar a compañeros como el Curco Suárez, al Gitano o al humilde italiano que permanentemente estaba apoyado en la pared de una caseta, nunca habló, ningún gesto, nunca supimos tampoco su nombre.

Nuestra única comunicación con el exterior era a través de una tarjeta pequeñita, donde en escasas 15 líneas cabían algunas letras, pero como era sometida a censura, a veces llegaban a nuestras manos más borrones que letras. Esta llegaba un día por semana en un camión que además traía alguna encomienda que enviaban nuestros familiares con mucho sacrificio, vía Cruz Roja. Los detenidos formados esperaban expectantes la llegada de este camión. Tema aparte fue el trato que la Cruz Roja de Valparaíso les daba a nuestros familiares, nunca fueron muy amables, más bien déspotas en el trato y en algunos casos se extralimitaron, se sentían también autoridad.

Para los cuatrocientos Prisioneros de Guerra, la detención fue poniéndose cada vez mas tensa en la medida en que nos acercábamos a las fechas navideñas, nosotros estábamos como acostumbrados por el hecho de que, mientras estabas en la Armada nunca tenias la seguridad de pasar estas fiestas importantes con tu familia, las guardias o navegaciones eran el mayor obstáculo. Para la gran mayoría de los detenidos civiles, era primera vez en su vida, que estarían fuera de la casa y lejos de la familia, súper comprensible de ver algunos lagrimones por ahí, sobre todo en la gente de más edad. Lo que no habían logrado nuestros guardianes, lo habían logrado las fiestas navideñas del año 1973. Siempre nos acordamos de un exempleado bancario de apellido Matte, siempre mirando al cielo, como pidiendo que lo liberaran pronto, era uno de los tanto supuestos guerrilleros allí detenidos, tenia como sesenta y cuatro años, pero había varios de su edad y quizás más.

Al poco tiempo, a iniciativa de algunos detenidos, se empezó a desarrollar y notar una cierta actividad cultural que fue permitida por los infantes de marina, que ya llevaban tiempo en Colliguay y de a poco les gusto la idea como diversión, tanto así, que autorizaron este tipo de actos. Había mucha gente que estudiaba arte, arquitectura, así que todo resulto ser una actividad de nivel que se esperaba todas las semanas. También los torneos de ajedrez, donde destacaba uno de los nuestros el Cabo Primero Carlos Alvarado, los de Dama y la Brisca. Había otras actividades, en eso un día nos dimos cuenta de que, en la guardia de fin de semana de los infantes, había uno, que se acercaba a predicar, era evangélico, nadie se acercaba. Entonces se nos ocurrió, que una forma de romper el cerco y tener posibilidad de enviar unos zapatos arreglados para nuestros niños, era convertirse en religioso, lo pensamos y lo hicimos. Uno de nosotros empezó dialogar con este infante y al poco tiempo los zapatos estuvieron en casa, además se pudo hacer una mejor comunicación con la casa. Este valiente soldado, fue por un tiempo nuestro contacto secreto con el exterior.

Una noche hubo una gran balacera, al principio pensamos, otra vez nos quieren amedrentar. La balacera seguía y cada vez más intensa, algo pasa nos dijimos, nos quedamos despiertos y alertas hasta el amanecer. En la mañana, después de la formación habitual, nos informaron, que en la noche habían sorprendido a un grupo armado que había venido a liberarnos y que estaban todos muertos. Tiempo después algunos compañeros contaron haber leído en la prensa, que el grupo de liberadores eran solo unos adolecentes que salieron a acampar y en la noche su instructor se extravió y tomaron un camino equivocado que conducía al campo de prisioneros. Esa equivocación fue fatal para ellos, el instructor y varios de ellos fueron muertos por los infantes de marina que custodiaban el campo, hubo muchos otros heridos a bala

En un mes marzo-abril nos trasladaron a todos los del proceso 3941 a firmar nuestras condenas en primera instancia, en el Cuartel Silva Palma, que en ese momento era un centro de tortura a plena maquina. Nos ubicaron en una sala espaciosa, era tarde. Tendidos en el suelo había un sinnúmero de compañeros que estaban o venían saliendo de las aplicaciones de tortura y otros esperando que se les llamara, había rastros de mucha sangre.

En medio de aquello nos tendimos y nos dispusimos pasar la noche más terrible vivida en cautiverio. En esas condiciones poco se podía dormir, fue un constante peregrinaje de compañeros que se llevaban o traían de los interrogatorios. El lugar, durante esa noche, se transformo en algo tétrico, quejidos, gritos, el escenario no era recomendable para ningún ser humano. Una vez firmada la sentencia en la Fiscalía Naval nos llevaron de regreso a Colliguay, íbamos impactados e impotentes ante tanta miseria humana. Más repelente se hace el recuerdo, cuando nos informaron que el jefe del centro de tortura era un oficial con grado de teniente Primero de apellido Rebolledo especialidad Diacono de la Armada, también prisioneros de la época lo vieron en el Lebu, se había incorporado al servicio después del Golpe, hacia misa con una metralleta y una pistola Astra.

Con la firma de la sentencia en primera instancia nos dimos cuenta de que a los detenidos desde el 11 de agosto del proceso 3941 se le había cambiado la fecha de la detención, aparecía como 24 de agosto de 1973, según eso habíamos estado cerca de 14 días secuestrados. Los que habían sido detenidos el 28 de julio de 1973 mantenían la fecha de detención.

De regreso a Colliguay nos enteramos de que andaba el rumor de un traslado. Se sabía que algo estaba pasando desde hace un tiempo, habían sacado algunos de los detenidos y se corría como rumor cierto, que estaban haciendo algo, en algún lugar donde íbamos a ser trasladados.

A fines de abril de 1974 fuimos conducidos en grupos al campamento que se estaba construyendo en Puchuncaví. Allí llegamos, para realizar trabajos forzados y adecuar el futuro campo de prisioneros. Instalación con alambres de púas, alrededor del campo de prisioneros, torretas, loza de cemento en los comedores y el alumbrado y otros.

Parte del lugar había sido ocupado anteriormente como campamento de veraneo para obreros, se habían construido varios en todo el país como centros de recreación para trabajadores/as en el gobierno de Allende.

Fuimos testigos de apaleos, formula y método para ablandar a los detenidos que allí llegaban desde otros lugares de detención.

Permanecimos allí hasta aproximadamente mayo-junio del 1974. Nos trasladaron nuevamente a la Cárcel Pública de Valparaíso. Había otros planes para Puchuncaví con otros Prisioneros de Guerra que vendrían de otras latitudes del país.

Una vez en la Cárcel, nos dejaron junto con todos los prisioneros de la época y juntos seguimos sufriendo la represión carcelaria. Fue un periodo fuerte de muchos allanamientos y hacinamientos. En principio de 12 a 14 detenidos por celda, castigos de aislamiento conviviendo con ratones. En ese tiempo se torturaba en forma selectiva y sin apremios, muchos prisioneros políticos de la época sufrieron la peor de las experiencias en ese periodo. Uno de los presos políticos después de muchas veces llevarlo al Cuartel Silva Palma y de no poder, pese a la tortura, sacarle información. Detuvieron a su esposa y su hijo pequeño y cuando nuevamente se negó a entregar información, lo amenazaron con violar a su esposa en su presencia y la de su hijo, allí entonces todo cambió para él.

El acontecimiento de ese periodo fue la brusca llegada de un centenar de Marineros, Cabos y Sargentos acusados de homosexuales, era curioso ver la cantidad de homosexuales que existían en la Armada, lo notable, es que solo se trataba de personal de tropa porque ningún oficial estaba incluido. Una anécdota que se recuerda y que alguien contó, es que, en la fila de familiares de la población penal, los familiares de los acusados de homosexualidad comentaban, “mi hijo no esta aquí ni por ladrón ni por político”.

Otro acontecimiento fue la llegada del cantante Julio Iglesias a la cárcel, invitado por el comité cultural de los presos comunes. Iglesias era parte de los artistas que de una u otra forma servían para producir cortinas de humo para esconder las violaciones a los DDHH de la Dictadura Militar. En esa oportunidad quiso actuar allí y estando ya en el escenario, se dio cuenta que había algo raro en el publico, había un sector que solo lo miraba, un par de minutos le basto para darse cuenta de que eran presos políticos, se puso a conversar con el publico del penal y les pidió que lo perdonaran, pero no iba a cantar porque estaba enfermo de la garganta. Se bajo del escenario y se retiro, seguramente hasta hoy recuerda, que los presos políticos existían en Chile

Otro grupo de la Armada llegaría a la cárcel, estos venían acusados de traficantes de Cocaína y pertenecían al buque transporte Montt. Por los comentarios de los detenidos se supo que había sido el FBI quien había descubierto un tráfico de coca entre Chile y Estados Unidos y que seguramente estaba implicada la CIA en su detención.

Mientras estos acontecimientos se sucedían y corría el mes de octubre nos llego la noticia de Miguel Henríquez, eso fue fatal para muchos de nosotros, el máximo líder del MIR caía en combate en Santiago frente a un grupo de fuerzas represoras. Con ello se cerraba un capitulo importante tanto para el MIR como para la Resistencia en Chile.

Las incursiones a la Cárcel de los infantes de marina traducidos en allanamientos y golpes, era para amedrentarnos y quitarnos nuestras pertenencias y artesanías, hechas con mucho sacrificio para aportar y mitigar las necesidades económicas de nuestras familias. Los robos y golpes propinados por “los valientes soldados” eran para evitar cualquier desmán o resistencia que se nos ocurriera. Los robos de nuestras pertenencias, era el botín ofrecido por la oficialidad a sus subordinados. Hicieron allanamientos especiales enlas fiestas de navidad con los robos correspondientes.

Eso no era todo, en cuanto a la represión. Mientras estuvimos detenidos, nuestras familias sufrieron las consecuencias de la represión en carne propia. En el caso del Cabo Primero Mariano Ramírez y aproximadamente en marzo o abril de 1974, a medianoche, personal destacado en la repartición de la base aeronaval El Belloto, allanó su casa, y en su búsqueda, destruyeron gran parte del inmobiliario, amenazando a su esposa que se encontraba con dos hijos pequeños, el mayor de cuatro años y una hija menor de un año y medio. Esta última falleció en el exilio a la edad de diecisiete años. La actitud de su esposa y de varios vecinos, todos marinos en servicio, de la Población Wilson, encendieron las luces de sus viviendas para conocer lo que estaba ocurriendo, esto sirvió para evitar mas daños y consecuencias para su familia. El que dirigió el allanamiento fue el teniente 2° Jaime Urgandarin Romero actualmente procesado junto a otros oficiales y suboficiales de la Armada por la muerte y asesinato el periodista Jaime Aldoney Vargas.

Varias familias de los integrantes de nuestro proceso sufrieron este tipo de represión y amedrentamientos, otro de ellos fue muy dramático, porque utilizaron helicópteros para detener una compañera que asustada decidió huir por los cerros de Valparaíso con cuatro pequeños hijos, afortunadamente logro escapar, nos referimos a la Sra. Teresa, esposa del ex Cabo Primero Carlos Alvarado González, actualmente residente en Inglaterra.

En septiembre de 1975 fuimos notificados de la sentencia en segunda instancia y a su vez definitiva para cada uno de los integrantes del proceso 3941, que, en primera instancia, se nos había acusados de incumplimientos de deberes militares, conspiración. En la sentencia de segunda instancia se re-tipifico el delito con el cargo de Sedición o Motín. Para José Jara cinco años y el resto tres años para cada uno.

Condenas accesorias para nosotros fue “inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos e inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena”. Firma y certifica Octavio Bolelli Luna Capitán de Corbeta. Secretario.

A fines de 1975, estando en la Cárcel Publica de Valparaíso, recibimos la visita del Embajador de Noruega en Chile de la época, Sr. Froden Nilsen, quien claramente nos informa que su país estaba en disposición de acogernos, los beneficiados seriamos cuatro compañeros del proceso 3941. José Jara, Miguel González Luis Fernández y Mariano Ramírez. No teníamos alternativa, decidimos responder afirmativamente a la oferta.

El ofrecimiento del Embajador de Noruega nos sorprendió bastante, porque en esa época muchos familiares de los presos corrían de embajada en embajada para conseguir o tener una posibilidad cierta de visa, era una situación triste y compleja. Posteriormente y llegando a Noruega nos dimos cuenta, que quien había hecho los tramites y logrado que Noruega se interesara por nuestro caso, era nuestro contacto del MIR en Chile. Al que desfiguramos y le pusimos diferentes nombres en nuestras declaraciones. Desde aquí nuestro agradecimiento al militante del MIR de aquella época Félix Vidal.

Las informaciones de ese momento eran claras, en Chile no duraríamos demasiado en libertad. El tiempo nos dio la razón, Ernesto Zúñiga Marinero Primero de la Armada es asesinado en Santiago por Investigaciones y Alberto Salazar Briceño Cabo Primero de la Armada es asesinado en Concepción con su compañera, eran miembros del comité de DDHH de Concepción dirigido por el Arzobispado.

Una vez conocida nuestra respuesta por parte de la Embajada de Noruega se iniciaron los tramites para acogernos al Decreto 504 que permitía cambiar la condena por la de extrañamiento, así entonces, en abril de 1976 fuimos trasladados a la cárcel de Capuchinos en Santiago, lugar destinado para los presos políticos que debían salir del país, la documentación final se estaba tramitando a través del FASIC, la respuesta llegó pronto, estaríamos en Noruega el primero de mayo. En ese momento no sabíamos lo que estaban tramando los agentes represores. Mientras esperábamos la fecha, fuimos conociendo a los que allí estaban detenidos. Los compañeros de la FACH del proceso Bachelet y otros, entre ellos al suboficial Constanzo. Compañeros de Temuco y de tantos otros lugares.

El cinco de mayo de 1976, nos trasladaron fuertemente custodiados al Aeropuerto, se dieron el lujo de utilizar cerca de trescientos efectivos para asegurarse que salíamos del país. La orden era embarcarse en el avión, no pudimos ver ni menos despedirnos de nuestras madres y familiares, el dolor llego hasta los huesos. En algunos casos, nunca mas las vimos, una visita obligada al cementerio cuando retornamos, con muchas flores y en silencio, fue nuestro último póstumo saludo y agradecimiento por habernos parido.

La razón del cambio de fecha fue la detención y secuestro de la compañera de un compañero nuestro, para obstaculizar nuestra salida del país. Sabían que en Noruega nos estaban esperando todas las organizaciones sindicales y otras de ese país, seriamos el centro noticioso en el día de los trabajadores. Su hija en ese entonces tenia cerca de tres años y debió viajar con nosotros sola, sin su madre y sin tener mucha relación con su padre a quien solo, lo había visto unas cuantas veces en la Cárcel. Nuestras compañeras que viajaban con nosotros se la ingeniaban para entretenerla y finalmente fue la compañera Flor Calisto quien asumió el papel de mamá y en un momento que estaba más familiarizada estando ya en Noruega se fue acercando poco a poco a Miguel su Papá. Después de varios meses la compañera llego finalmente a Noruega. Este caso es del compañero Miguel González ex Cabo Primero de la Marina, su esposa Juanita y su hija Valentina.

Posteriormente salieron en libertad y rumbo a diferentes países el resto de nuestros compañeros de proceso, Nelson Córdova, Víctor Martínez, José Retamales, Bernardino Fariña a USA, Tomas Alonso a Austria, Carlos Alvarado a Inglaterra.

Escribir esta memoria ha sido necesario, para revitalizar lo sucedido, no para dar vuelta la página, sino para refrescar hechos que por su naturaleza no pueden dejar de ser actuales. Aunque cada recuerdo duele profundamente, no podemos hoy día dejar de contar nuestras vivencias, no solo para nuestra generación, sino que también para los que vienen, sentimos que es historia de nuestro país.

Queremos que nuestros cercanos y descendientes, comprendan lo mejor posible el marco de lo sucedido, alrededor del Golpe de 1973. Que conozcan de nuestras decisiones y la explicación de las razones por las que fuimos arrestados. Seguro esto ayudara, para que nuestros familiares y cercanos tiendan a entender de mejor manera la convulsión de sus vidas y las nuestras a partir de septiembre de 1973.

Queremos, además, dejar constancia del carácter abierto de nuestra memoria, no determinado por nosotros, en la medida que todavía existe confusión acerca del papel que jugo la Armada en el Golpe Militar de 1973. Este capitulo de la historia aún no esta cerrado.

Hay temas que a esta fecha están siendo investigados para determinar la verdad de los acontecimientos.

Los crímenes, robos, arrestos, procesos sin juicio, las torturas y asesinatos aún se mantienen impunes. La memoria es también una fuente de información para las autoridades judiciales chilenas que investigan los abusos de los que usufructuaron del poder dentro de nuestra institución.

La única manera de crear condiciones para que ese abuso de poder que se vivió bajo la dictadura no se repita y que el honor que todo soldado siente por la institución es que la Armada condene a los oficiales golpistas de aquella época públicamente y se sume a la búsqueda de justicia que nuestras autoridades están empeñadas en hacer con aquellos que efectuaron dichos crímenes.

Hoy, como en septiembre de 1973 La Armada es garantista de la constitución de la República y de la voluntad del pueblo. Hoy tiene la oportunidad histórica, así como lo hicieron nuestros héroes de la patria, tropa y oficialidad, de ser un ejemplo para las generaciones que vienen de su carácter constitucionalista y antigolpista. Esto se ha mostrado como lo correcto, hay que dar un paso al frente y reconocerlo, dando a conocer al interior de la Armada el verdadero papel que nosotros jugamos por la institución y el país.

5

CONCLUSIÓN

 

Con los marinos antigolpistas se desarrollaron todas las formas posibles para utilizarnos como justificación para dar el Golpe de Estado. Necesitaban encajar su plan Z con nosotros y para ello la tortura fue el cruel mecanismo que utilizaron. Con ello se nos atribuyeron todas las perversidades inimaginables que la oficialidad si tenía, en su plan Cochayuyo.

En la practica esto fue una monstruosidad, moral y jurídica y precisamente por denunciar el Golpe Militar, sin embargo, los que prepararon y organizaron la insurrección, hasta hoy día a nivel institucional, se les levantan monumentos, como el del líder golpista de la Armada el Almirante Merino, a estas alturas y en democracia nos preguntamos ¿Cual es el argumento de la institución para legitimar a un personaje que conspiró abiertamente contra el comandante en jefe de la Armada? Por decir lo menos, es impresentable hacer monumento a quien utilizo su rango para orientar a la oficialidad de la institución para alzarse en contra de un Gobierno legalmente constituido.

Para que mencionar lo que ocurrió con los derechos y garantías adquiridos de la tropa con relación a sus sueldos durante el periodo del Almirante Merino, en nombre de la reconstrucción del país despojo de un porcentaje de sueldo a la tropa, tanto a los activos y retirados, además se quito el beneficio de la perseguidora.

El Almirante Sr. Raúl Montero, un oficial digno de imitar, en una de sus entrevistas decía: Que el confiaba en el tiempo y en el tiempo como juez “el cual siempre lo clarifica ¡Siempre ¡Tarda a veces, pero a todos nos llega la hora ¡Ya verán! “Creemos a la luz de toda la producción de tanto libro sobre los hechos de 1973, se esta cumpliendo la proyección de nuestro excomandante en jefe de la Armada.

Hace poco más de un año que Jorge Magasich A, historiador radicado en Bélgica, después de cerca de diez años de investigación logro escribir un libro llamado “Los que dijeron No” donde muestra claramente nuestra posición y actitud en los hechos en que nos vimos envueltos para defender el Gobierno de Allende. (19) Por otro lado muestra en detalles los preparativos golpistas de la oficialidad de la Armada. De este li bro quisimos rescatar lo que se refiere a la “Democratización Indispensable” por el hecho de que allí esta la pregunta aún vigente y fundamental a la autoridad civil de este país, dice lo siguiente:

“El inicio de la transición a la democracia en 1990 plantea la cuestión del rol de las fuerzas armadas en una sociedad democrática. ¿Cómo transformar, en efecto las instituciones que en 1973 fueron copadas por la fracción golpista e instauraron una dictadura que consideraba “enemigo” a buena parte de la ciudadanía, en instituciones democráticas?

 Es posible que, al menos, parte de la respuesta a esa pregunta fundamental se encuentre en las reflexiones de los que dijeron “No” en 1973. Los marinos antigolpistas formularon, en efecto, esbozos de un programa de democratización, también sugerida por el capitán legalista Gerardo Hiriart; “transformar la Marina en algo dedicado a la ciencia, a la ingeniería, a la hidráulica marítima.

 El bosquejo de proyecto de una Marina democrática, menos militarizada y más dedicada al desarrollo puede desglosarse en cuatro temas, que corresponden a los objetivos del movimiento por el desarrollo de los derechos humanos: Verdad, Justicia, Reparación y Democratización.” 22

Integrantes del proceso 3941 y protagonistas de esta memoria colectiva son los siguientes:

Marinero Primero Alonso Molinet Tomas Segundo

Cabo Primero Ramírez Ramírez Lautaro Mariano Cabo Segundo Jara Troncoso José

Marinero Primero Retamales Santander José Alejandro

Cabo Primero Alvarado González Carlos

Marinero Primero Fernández Ahumada Luis Arturo QEPD

Marinero Primero Córdova Pino Nelson

Operario Tercero Martínez Cangana Abelardo Víctor

Cabo Primero González González Miguel

Operario Tercero Fariña Bendel Bernardino Segundo

 

 

 

CITAS BIBLIOGRAFICAS

1  El compañero abogado Emilio Contardo Hogtert, falleció el 27 de agosto de 2009.

2  Moulian, Tomás. De la política letrada a la política La crisis de la politi ca en el Chile actual y el“lavinismo”. Santiago, Lom ediciones, 2004, p. 12-13.

  • 3  Garcés, Mario y otros: Memoria para un nuevo siglo. Chile miradas a la segunda mitad del siglo XX. Santiago, Lom Ediciones, 2000, p. 37 y 45.
  • 4  Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Dirosa Barcelona
  • 5  Monica Chile La Conjura Los mil y un días del Golpe. Ediciones B grupo Zeta. Santiago de Chile.
  • 6 Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Dirosa Barcelona
  • 7  Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Dirosa Barcelona 1974
  • 8  Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Dirosa Barcelona
  • 9  Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Dirosa Barcelona 1974
  • 10  Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Dirosa Barcelona
  • 11  Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Dirosa Barcelon
  • 12  Ignacio Gayango. Chile El Largo Camino al Golpe. Editorial Diros
  • 13  Mónica González. Chile La Conjura Los mil y un días del

14  Información facilitada por el Operario 2º Abastecimiento Guillermo

 

Vergara.

  • 15  Resumen de la Revolución de la Escuadra realizada por Félix
  • 16  Mario Valdés Urrutia Profesor de Historia de Chile del Departamento de Ciencias Históricas y Sociales de la Universidad de Concepción.
  • 17  Información facilitada por el Operario Segundo de Abastecimiento Guillermo
  • 18  Información facilitada por el exsargento Radio Telegrafista Diomedes Victoriano el 15 de septiembre del 2008
  • 19  Carta escrita por la Marinería Anti-Golpista detenida en el Cuartel Silva Palma de la Armada, dirigida al presidente Salvador Allende. Leída públicamente en el Estadio Chile de Santiago por el ex Senador de la República Carlos Altamirano.
  • 20  Información del cronista Hernán Millas en su libro“La Familia Militar” paginas 23-27.
  • 21  Ana María Sanhueza periodista, publica en el diario “Siete-7” de fecha 17 de enero del 2003 un articulo intitulado “Isla Riesco. El secreto mejor guardado por la Armada”. Luis Cerpa ex funcionario del Departamento de Control de Aduanas en Valparaíso, da conocer su testimonio al respecto. Cerpa fue detenido y torturado en deferentes centros a cargo de la Armada.
  • 22  Jorge Magasich Doctor en Historia por la Universidad Libre de Bruselas. Profesor de Historia de América Latina en el Institut des Hautes des Communications Sociales.
  • 23  Libro “Los que dijeron No”Volumen II pagina. 404 democratización

 

ANEXO I

 LA REVOLUCIÓN DE LA ESCUADRA

Resumen efectuado por Félix Vidal

 

En septiembre de 1931, preside el país una Junta de Gobierno integrada por Pedro Opazo Letelier, Juan Esteban Paredes y Manuel Trucco. Junta en el cual también participan uniformados, además de un Contraalmirante como interventor del conflicto en La Armada, que tiene interés en nuestra memoria.

Este gobierno es llevado al poder por las fuerzas armadas como la repuesta a la inestabilidad política del periodo. Pronunciamientos castrenses entre 1925 y 1931: el golpe militar de septiembre de 1924, el golpe militar de enero de 1925, el breve retorno al poder de Arturo Alessandri Palma, la caída de Alessandri y el ascenso de Ibáñez, el derrocamiento de Ibáñez ocasionado por un pronunciamiento de jóvenes militares, el efímero Gobierno de Juan Esteban Montero, los cien días de Carlos Dávila. La instauración de la Junta Opazo Letelier, Montero y Trucco lleva al país también una profunda crisis económica. Que no solo afectó a los trabajadores chilenos sino también a los uniformados de tropa de las fuerzas armadas chilenas.

La junta de gobierno promulga medidas anticrisis, entre las cuales figuraban la reducción en un treinta por ciento de los sueldos del sector público y de un diez por ciento a los de las Fuerzas Armadas. En ese contexto se produce el llamado por algunos Motín de los marineros, por otros, La rebelión de la marina y también conocido como La Revolución de la Escuadra.

La rebelión de los tripulantes de la escuadra de la Armada de Chile es también una reacción ante la arrogancia de la oficialidad antidemocrática de las FF.AA. de dar golpes de estado, intimidar civiles, derrocar gobiernos elegidos y originar dictaduras castrenses. Esta vez era la Marinería de las naves de guerra quienes tomaban la palabra. El primero de septiembre de 1931 cinco mil hombres ocupando veintitrés buques de guerra desembarcaron a los oficiales y el mando de suboficiales se llevaron la Armada al puerto de Coquimbo. El resto de la Escuadra anclada en el Puerto Militar de Talcahuano se pliega posteriormente a los amotinados.

Tanto la Marinería en rebelión del grueso de la escuadra de Valparaíso como la tripulación ubicada en Talcahuano declaran que sus intenciones no son solo la reivindicación salarial de la tropa de las FF.AA. sino también asumen el papel de representantes de todo el pueblo chileno presentando además de reivindicaciones salariales, medidas económicas y políticas en favor de los trabajadores. En los bandos emitidos leemos lo siguiente:

  • 1  Calcular un tiempo prudencial para suspender el pago de la Deuda Externa, bajo el punto exclusivo que dentro de ese plazo se restablezca el orden financiero interno del país.
  • 2  Subdividir las tierras productoras persiguiendo el fin de que haya el mayor número de productores y propietarios nacionales (Reforma Agraria).
  • 3  Que las Cajas de Crédito, las Agencias Fiscales, la Mutual de la Armada y del Ejercito, reúnan entre todas unas capitales de trescientos millones de pesos o más, para invertirlos en industrias productivas en las cuales se de trabajo al mayor numero de obreros sin ocupación. Se pueden indicar entre otras, la construcción de casas para obreros y la ampliación de fábricas.
  • 4  Para evitar la importación innecesaria de artículos extranjeros, hacer un llamado patriótico a todos los millonarios chilenos para que suministren, en carácter de préstamo, los fondos que puedan al Gobierno, para que éste organice industrias y proporcione así trabajo a los obreros desocupados
  • 5  Gravar con un mayor impuesto los terrenos no cultivados, en proporción al número de hectáreas.
  • 6  Hacer regresar al país los capitales que han sido sacados estos últimos tiempos, para hacerlos trabajar en Chile”.

La tripulación de los buques ubicados en Talcahuano se suma a las exigencias de los de la Escuadra ubicada en ese momento en la bahía de Coquimbo. Formulando las siguientes exigencias:

  • 1  Castigo inmediato y confiscación de sus bienes a quienes llevaron a la bancarrota al país.
  • 2  División de la
  • 3  Solidaridad de las
  • 4  La enorme deuda que gravita sobre el país debe ser cancelada por todos los chilenos. Por consiguiente, los millonarios chilenos aportaran un tanto de sus riquezas. El Parlamento distara una ley sobre el particular.
  • 5 bCerrar por el termino de cinco años las Escuelas Navales y Militares y demás escuelas que son
  • 6 b Derecho de asociación de las Fuerzas Armadas en
  • 7  Reincorporación al servicio de obreros del Arsenal, de los que fueron
  • 8  Que el personal provisorio vuelva a gozar de los mismos beneficios que tenia el personal de Planta.
  • 9  Considerando que este movimiento representa las aspiraciones del proletariado en general, los simpatizantes apelan al elevado criterio de los jefes y la superior consideración del país para que en ningún caso se tomen represalias.”

La federación Obrera de Chile, bajo la conducción de Elías Lafferte decreta huelga general en apoyo a la revelación de los marinos. En este cuadro de cosas es posible de caracterizar ese movimiento emprendido por la marinería como una situación revolucionaria que se plantea la toma del poder, a través de las armas. Además de constituirse como una alternativa real de conducción o restablecimiento de un gobierno.

Para efectos de nuestra memoria, la inspiración que por supuesto estos acontecimientos generan en nosotros los marinos antigolpistas de 1973 es significativa pero diferente. Dos momentos son necesarios de enunciar como diferentes. Uno, que los marinos antigolpistas no nos planteamos de llegar al poder a través de las armas y dos, que ya existía un gobierno democrático en el poder apoyado por la gran mayoría de los trabajadores chilenos.

La Junta de Gobierno de 1931 comprende que se enfrenta a un movimiento social de vastas proporciones. La respuesta no es la negociación.

El Gobierno envió a Coquimbo al Almirante Von Schroeder para iniciar los parlamentos con los amotinados. La gestión solo conduce a agudizar la situación en la búsqueda de establecer una correlación de fuerzas favorable a la oficialidad y a la Junta. A tal grado que el ministro de relaciones exteriores en forma no oficial, solicita de la fuerza de fuego de la Escuadra Norteamericana para enfrentar los amotinados de la escuadra chilena.

La situación política no indicaba una situación madura de desenlazar un movimiento político mayoritario producto de la toma de la escuadra. La corta experiencia histórica de los partidos denominados representantes de los trabajadores y sus organizaciones no condujeron a un apoyo masivo del pueblo chileno a los rebeldes de La Escuadra.

 

A pesar de las debilidades de la Junta de Gobierno de 1931, esta logra unificar el resto de las FF.AA., aislar la tripulación de Talcahuano y enfrentarse sólo a los rebeldes de la marinería de La Escuadra. Naturalmente surge la división de los protagonistas de la insurrección, el aislamiento político y social que al final conduce a la capitulación de la tripulación rebelde.

Lo importante para nuestra memoria, es la gran muestra de conciencia política y social de la tropa de La Armada ante los abusos de la oficialidad del uso de las armas en fines políticos. Un ejemplo del compromiso social ante el pueblo y los trabajadores que luchan por un mundo mejor para el pueblo y por defender conquistas logradas en la historia. La reducción salarial hecha por La Junta de 1973 es solo posible establecerla masivamente a través una dictadura.

Con nuestra memoria queremos marcar la Revolución de la Escuadra del 1931 como parte de la memoria nuestra, de los marinos antigolpistas de 1973 que también luchamos por un mundo mejor para los trabajadores chilenos defendiendo conquistas logradas en la historia. Memoria que es la memoria de La Armada de Chile.

Queremos también remarcar el carácter servil de sectores de la oficialidad que conduce a las instituciones del estado como la de La Armada al uso en servicio de la discriminación y defensa de privilegios y no sirvientes de la República de Chile.

ANEXO II

 Derecho a voto oficialidad de las FF. AA.

Resumen realizado por Mariano Ramírez

 

A consecuencia de la crisis monárquica española en 1808 y el vacio de poder que con ello se produjo en Chile del Imperio Hispánico, la autoridad gubernamental tuvo que llamar al pueblo para definir la vía institucional a seguir en el país es esa coyuntura.

Posteriormente en el desarrollo del proceso independista y en el periodo de los ensayos políticos el derecho ciudadano a intervenir o participar en la vida política nacional experimentó diversas alternativas.

En el tema que nos convoca, los militares tuvieron siempre el derecho de participar en las elecciones, desde el inicio por la lucha de la independencia hasta los años 80 pero, este derecho estaba circunscrito solo para los oficiales. Hubo un pequeño cambio en la época en que Ramón Freire Serrano fue director Supremo en 1823, se estableció que los militares tenían derecho a voto desde el grado de sargento hacia arriba. En 1826 a propósito de una convocatoria a un congreso, el decreto de convocatoria permitía votar solo a quienes tenían el grado de alférez hacia arriba.

El 28 de agosto de 1828 el vicepresidente de la República Francisco Aníbal Pinto sanciona una nueva constitución. La cámara de diputados aprobó un reglamento de elecciones y en la parte que comprendía a los suspendidos de la ciudadanía y con respecto a las FF. AA. aparece lo siguiente; “los soldados, cabos i sargentos del ejercito permanente, los aprendices de arte i los peones gañanes”. No podía ser más clara la intención de la clase política en orden a que solo ejercieran el derecho a voto o sufragio quienes cumplían con los requisitos de edad y renta, fuesen civiles o militares, excluyendo entre estos últimos a quienes no pertenecían a la jerarquía de oficiales.

El 25 de mayo de 1833 Don José Joaquín Prieto presidente promulgaba una nueva Constitución y e 2 de diciembre de ese mismo año la cámara de diputados aprobaba una nueva ley de elecciones, donde se establecía que no podían ser calificados como electores “los soldados, cabos i sargentos del ejercito permanente, los jornaleros i los peones gañanes”. La idea principal en esta materia era mantenida, eran solo los oficiales quienes tenían derecho a voto.

Una nueva ley de elecciones en julio de 1868 empezó a discutirse en la Cámara de Diputados. A propósito del articulo 2º en su inciso 7º que no podían ser inscritos como electores“las clases i soldados del ejercito permanente i de la marina i los oficiales i clases y soldados de los cuerpos de policías”.

El autor del inciso era el diputado por la Serena José Victorino Lastarria quien además era el autor del proyecto a la reforma de la ley de elecciones. Uno de sus argumentos en el debate e invocando a la Constitución “que ha declarado que la fuerza permanente es esencialmente obediente, que no tiene derecho a deliberar (articulo 157); y trajo a colación el espíritu de la ley fundamental “que es el no conceder el derecho a voto a sufragio, sino a los que tienen bastante inteligencia ¿ I que inteligencia ni que interés público? puede suponerse en los que por su condición no solamente son esencialmente obedientes, sino que por las leyes de su organización tienen que vivir como un cadáver”. Al terminar su intervención comparaba el grado de independencia entre los empleados civiles y los militares, dijo; “el último de los plumarios de una oficina puede tener más independencia para ejercer su derecho a sufragio que un soldado del ejercito, o que un oficial de policía; un pobre individuo de esta clase no puede levantar los ojos de modo que desagrade a su jefe, sin que lo hagan dar una paliza o sin que lo fusilen, si es preciso para mantener la disciplina militar, un militar es un cadáver, un policía es un siervo de su Intendente o Gobernador.

Quienes no estaban por aprobar el inciso como el Diputado por Copiapó Manuel Antonio Matta pensaba que, a su juicio, los individuos del ejercito y de la marina no debían considerarse fuerza pública, sino “personas que teniendo las condiciones requeridas por la leí tienen derecho de que si se les reconozca su voto”.

El ministro de hacienda Reyes pensaba que el proyecto en cuestión no podía suprimir ningún derecho, como la igualdad ante la ley, la inviolabilidad de la propiedad, el derecho de petición, todo establecido en el capitulo 5º de la Constitución, tampoco “arrebatar” el derecho de “sufragio”. Agrego, “no se puede negar el derecho electoral establecido a favor de los ciudadanos que reúnen ciertos requisitos y que no tengan alguna de las inhabilidades enumeradas en la leí”.

El Diputado por Vi chunquen Olea planteo que la fuerza pública es obediente “en lo que respecta a su oficio; pero, de esto no se sigue que no pueda tener opinión ni pueda deliberar en cualquiera de otros asuntos. La Constitución al decir que la fuerza pública es esencialmente obediente, que ningún cuerpo armado puede deliberar, no ha querido decir de ninguna manera lo que cree el Diputado Lastarria (que los soldados y oficiales de policía no pueden seguir sino el pensar de sus jefes y que no tienen la inteligencia ni el interés que la Constitución exige para tener derecho a voto), porque eso es un absurdo, como lo es el calificativo de cadáver que da a los individuos del ejercito i de la policía”. Luego se pregunta:”

¿Qué sería de nosotros si fuéramos guardados por cadáveres? Los individuos del ejercito no tienen deliberación en lo relativo a su oficio; en lo demás pueden obrar tan libremente como nosotros”. En consecuencia, dado que la Constitución no prohibía el voto a la fuerza armada, Olea pedía la supresión del inciso en cuestión.

El Diputado por Linares Vicente López, siguió la línea de Olea y manifestó que “La dependencia existe y existirá siempre, sin que podamos evitarla porque es una condición del orden social. Esa dependencia existe en el Poder Ejecutivo entre otros, donde el presidente “nombra y renueva a su antojo” a los Ministros de Estado, estos a los Intendentes, los Intendentes a los Gobernadores.

¿Seria justo que negásemos el derecho a sufragio a los Intendentes, Gobernadores” Más adelante se preguntó “¡las clases y soldados del ejercito por el hecho de ser tales se despojan del carácter de ciudadanos? No ¿quienes son ellos? El Diputado de la Serena ha dicho que no tienen voluntad propia, que no pueden deliberar y que por las leyes de su organización tienen que vivir como un cadáver. No estoy de acuerdo, las clases i soldados del ejercito son los guardianes de nuestras instituciones, los defensores de la patria, los más eficaces sostenedores del honor nacional i si son obedientes esa obediencia no pasa mas allá de lo que prescriben las leyes que reglamentan el servicio militar. Agregaba luego que, si los soldados arriesgaban su vida durante la carrera de las armas, tenían el valor para negarse a las eventuales exigencias indebidas de un jefe que tratara de empujarlos a votar en determinado sentido, por lo tanto “la dependencia del servicio militar no debe arredrarnos a quitarle el derecho de sufragio”. En suma, concluyo pidiendo la supresión del inciso 7º en discusión.

Hasta aquí algunas de las principales argumentaciones del autor del inciso y algunas de quienes se opusieron de este aspecto central de la ley electoral.

El 29 de septiembre la Cámara aprobó por 42 contra 9 el precepto que ordenaba no inscribir en los registros electorales a “las clases i soldados del ejercito permanente i de la marina”. Asimismo, por 36 contra 14 se desecho la proposición de no inscribir como electores a “los oficiales de los cuerpos de policía”. Finalmente se aprobó no permitir se inscribieran como electores- por 41 votos contra 9 “las clases i soldados de los cuerpos de policía”.

En definitiva, no serían electores “las clases i soldados del ejercito permanente i de la marina, i las clases i soldados de los cuerpos de policía” Cumplidos los demás tramites en el Parlamento, la nueva ley de inscripciones electorales fue promulgada el 6 de agosto de 1869. La idea esbozada a comienzos del siglo XIX se mantenía, solo votaban quienes tenían ciertas condiciones culturales y económicas en la sociedad, incluyéndose en esta idea fuerza a la jerarquía de oficiales de las FF. AA. y de la policía y excluyendo a clases y soldados del ejército, marina y policía.

La liberación y laicización de la sociedad chilena en la segunda mitad del siglo no introdujo cambios en la situación que abordamos. Recién al finalizar la dictadura militar en los años 80 del siglo actual se introdujeron cambios en la legislación superando las exclusiones que en materia de derecho a voto afectaron por largo tiempo a clase y soldados de las FF.AA.

ANEXO III

 Archivo Fotográfico

Índice

Palabras preliminares y agradecimientos                              7

Prólogo                                                                       13

  • 1  Introducción 23
  • 2  Situación en la Armada período 1970-1973 23
    • 2.1  Situación política de Chile en 1973 y los sucesos al interior de la                     Armada                     12
  • 2.2  Los planes de la oficialidad antes del golpe militar
  • 2.3  Nuestra experiencia y desarrollo en el trabajo político en la Escuela de Ingeniería Naval de Las Salinas de Viña del Mar
  • 3  Nuestra visión frente a los acontecimientos que se desarrollaron
  • 4  Período de detención y carcelario
  • 5  Conclusión 28

Anexo I

La revolución de la escuadra                                       

Anexo II

Derecho a voto oficialidad de las FF.AA. (14)

Anexo III

Archivo Fotográfico     

 

Esta edición de Memoria Colectiva de los Marinos

Anti Golpistas Escuela de Ingeniería de la Armada de Chile 1973

Proceso 3941

de Mariano Ramírez

Se terminó de imprimir en El tallercito digital,

en diciembre de 2010.

Pasaje Pablo Neruda, Be Comunidad El Poeta, Galaxia de Tomé. alairelibro@gmail.com

http://alairelibro.blogspot.com/ Edición de 200 ejemplares.

AL AIRE LIBRO

Editores

Darwin Rodríguez & Claudio Ramírez

COMITE EDITORIAL

Darwin Rodríguez Claudio Ramírez Egor Mardones Patricio Guerrero

 

 

Índice

Palabras preliminares y agradecimientos                              7

Prólogo                                                                       13

  • Introducción 23
  • Situación en la Armada período 1970-1973 23
    • Situación política de Chile en 1973 y

los sucesos al interior de la Armada                     12

  • Los planes de la oficialidad antes

del golpe militar                                               12

  • Nuestra experiencia y desarrollo en el trabajo político en la Escuela de Ingeniería Naval de Las Salinas de

Viña del Mar                                                    12

  • Nuestra visión frente a los acontecimientos que se desarrollaron 23
  • Período de detención y carcelario 25
  • Conclusión 28

Anexo I

La revolución de la escuadra                                        32

Anexo II

Derecho a voto oficialidad de las FF.AA. (14)                   34

Anexo III

Archivo Fotográfico                                                   36

 

Esta edición de Memoria Colectiva de los Marinos

Anti Golpistas Escuela de Ingeniería de la Armada de Chile 1973

Proceso 3941

de Mariano Ramírez

Se terminó de imprimir en El tallercito digital,

en diciembre de 2010.

Pasaje Pablo Neruda, Be Comunidad El Poeta, Galaxia de Tomé. alairelibro@gmail.com

http://alairelibro.blogspot.com/ Edición de 200 ejemplares.

AL AIRE LIBRO

Editores

Darwin Rodríguez & Claudio Ramírez

 

COMITE EDITORIAL

Darwin Rodríguez Claudio Ramírez Egor Mardones Patricio Guerrero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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