“Sin memoria no hay futuro”: Homenaje a los marineros que participaron en la Rebelión de la Escuadra el año 1931

“Sin memoria no hay futuro”: Homenaje a los marineros que participaron en la Rebelión de la Escuadra el año 1931

El Clarín De Chile  18 Junio, 2023

Se trató de un conversatorio que contó con la presencia de Luis Bork abogado; Gonzalo Ojeda académico de la Universidad de Valparaíso; Tito Tricot doctorado en Sociología y Julio Gajardo, marino de AMA, sociólogo.

La Agrupación de Marinos Anti golpistas- Constitucionalistas (AMA),  conmemoró la gesta realizada por la marinería el año 1931, denominada “La Rebelión de la Escuadra”. La actividad se realizó en el Centro Cultural Ex Cárcel Pública de Valparaíso, a comienzos del presente mes de junio.

Se trató de un conversatorio que contó con la presencia de Luis Bork abogado; Gonzalo Ojeda académico de la Universidad de Valparaíso; Tito Tricot doctorado en Sociología y Julio Gajardo, marino de AMA, sociólogo.

Cada uno de los panelistas entregó su visión de los hechos, teniendo presente la recopilación y narrativa realizada por Patricio Mans, publicada el año 1972; en el contexto histórico de crisis económica, política y social en que se encontraba el país, ligado a la gran depresión generada en EE.UU el año 1929, y la crisis económica que provocó además en Chile, el descubrimiento del salitre sintético en Alemania.

Tales situaciones hicieron que el gobierno de Juan Esteban Montero, decretara ajustes económicos a costa de los ingresos de los trabajadores del sector público y de las FF.AA., rebajando sus salarios. Esta medida fue el detonante que determinó que los marineros, Sub-oficiales, clases y marinería se organizaran para protestar por la medida dictada en contra de los ya exiguos ingresos, mermados por la crisis económica.

La toma de los buques de la escuadra en Valparaíso, y el zarpe al norte, a  Coquimbo de una parte importante de las naves, con respuesta coordinada en el puerto de Talcahuano provocó un impacto a nivel nacional, tanto por el hecho generado por la “rebelión”, “alzamiento”, como por la proclama dada a conocer que exponía las causas por las que los marinos realizaban tales acciones, haciendo un llamado a la unidad de los trabajadores en torno a no aceptar que el peso de la crisis, cayera una vez mas sobre sus espaldas y la de sus familias.

Entre negociaciones con el Estado Mayor de la marinería, y enfrentamientos aeronavales, de los primeros a nivel mundial en la bahía de Coquimbo, se sucedieron las acciones a partir de agosto de ese año, las que concluyeron al deponer la marinería su movimiento de rebeldía, frente al atropello del gobierno de turno, logrando que esta se revirtiera.

Los costos que debieron pagar los dirigentes del movimiento, fueron la cárcel e inclusive los cabecillas condenados a la pena de muerte. Con el golpe de Estado de Marmaduque Grove, el año 1932, todos los marinos condenados fueron dejados en libertad, inclusive los que debían enfrentar el paredón.

Entre los panelistas existió plena coincidencia  respecto del ostracismo en que las clases dominantes cubrieron estos hechos, en particular las FF.AA., ya que estas acciones implicaron el rompimiento con uno de sus principios fundamentales, como es “la verticalidad del mando, consagrado en la obediencia ciega a las órdenes de los superiores jerárquicos, lealtad absoluta”.

Sin embargo, se recordó como un grupo importante de oficiales de la marina, de menor graduación le envió una carta firmada a José Toribio Merino, antes del golpe, tratándolo de Comandante en Jefe de la Armada, a pesar de que dicho cargo lo ostentaba el Almirante Raúl Montero Cornejo, instándolo a dar un golpe de Estado, según ellos en contra del gobierno marxista, ideología que por formación en la escuela naval, habían aprendido que debían rechazar y combatir.

Y para culminar con la falacia de la verticalidad del mando, Toribio Merino le envió una carta tipo al Almirante Montero, para que firmara su renuncia al cargo de Comandante en Jefe de la Armada, una vez que se consumó el derrocamiento del Presidente constitucional Salvador Allende G, documento que se negó a firmar, debiendo por lo tanto asumir usurpando el cargo, para ser integrante de la Junta Militar.

“Sin memoria no hay futuro”: Homenaje a los marineros que participaron en la Rebelión de la Escuadra el año 1931

 

NECO

Nelson Cabrera – más conocido como Neco en su círculo de amigos. (CINEFORUM Valparaíso). Q.E.P.D: Dibujo Luis Jorquera Silva

Perros ladran hacia la neblina

Perros ladran hacia la neblina

el eco quiebra láminas de silencio que flotan en el aire

desde antes que se dibujaran

grises

esos hombres de botas embarradas

cargando un par de fusiles

un machete y la angarilla

aparecidos de la derrota

dejando su propia sangre que dibuja

estrellas en el camino.

Se hunden

al abismo de su alma

mientras los ladridos cesan

cuando brilla el espacio

nada más que con el ideal

que nunca muere.

Fénix

 

Fénix.

 Tarde por medio  visitaba a mi tía en su caserón. Mi casa apenas tenía un patio reducido, pavimentado donde no podía jugar sin que mamá me regañara ya sea porque tiraba arena que traía subrepticiamente en una lata vacía o me dedicaba a hacer experimentos con fósforos. Por eso había conseguido ser admitido donde tía Nancy quien soportaba que hiciera hoyos en el fondo su jardín o correteara por el amplio patio trasero con una carretilla de albañil. Sólo me prohibía atormentar el gato de mi prima, gato que me exasperaba por su molicie.

 La casona, antigua con un largo corredor a todo su ancho ubicada en la avenida, lucía la fachada descascarada y esa especie de invernadero que era la galería que contaba con   muchas ventanas pequeñas desde donde me  gustaba mirar el pasto que crecía avasallador en el jardín a la sombra de un soberbio jacarandá; más allá en el patio unas palomas y otros pájaros  picoteaban el suelo debajo de guindos y manzanos de tronco torcido. El corredor de la galería, cubierto de cristales, dejaba  entrar el sol hasta el medio día dando calor agradable al embaldosado de un tono blanco marfileño ornado con grecas granates que ya mostraban unas cuantas peladuras y algunas trizaduras producidas por el desgaste natural de sus muchas décadas. En un rincón de la galería descansaba una mesita de madera oscura donde se sostenía el macetero que derramaba verdes ramas hasta el piso, finos tentáculos  de la planta del dólar  –   según decía mi tía –  para que no faltara dinero en su casa . Arrimado a la pared el infaltable sillón de mimbre con su cojín de tejido a palillos donde mi tía había combinado los restos de lana de variados colores, donde se apoltronaba el gato.

 

 Una mañana de domingo, en el rincón del macetero descubrí un pequeño gorrión. Parecía un niño recién nacido por el color rosado y el movimiento de sus extremidades. Observé un rato a ese ser tan extraño e indefenso que contaba con dos bolsitas oscuras en el lugar de los ojos, desnudo aún sin emplumar. Pájaro que seguramente cayó desde su nido en el árbol a través de un ventanuco. El pequeño pataleaba pretendiendo esconderse tras una pata de la mesa. Sin duda había caído a través de una ventanilla de la galería hacía poco rato, de otra manera Toto, el gato angora de mi prima Matilde – mujer soltera para siempre que vivió su celibato con mi tía – ya hubiese dado cuenta del intruso.

 Tomé con cuidado la avecilla y la metí subrepticiamente en un bolsillo de mi chaqueta para llevármelo a casa.  Fue un secuestro silencioso. No avisé a nadie de mi hallazgo para evitar cualquier complicación o comentarios que entorpecieran la operación.  Me despedí apresuradamente de mi tía cuidando que no se enterara de la sustracción del ave, aprovechando el momento cuando  tía Nancy se encontraba dentro de la cocina  batallando con unas cacerolas . Corrí las cinco cuadras que distaban hasta mi casa llevando en el bolsillo a quien – pensaba – sería mi mascota.

 

Ya en mi cuarto, puse la avecilla en una caja de zapatos. Le amontoné un colchoncillo de paja mientras procuraba alambre para confeccionarle una jaula. Me dolieron los dedos batallando con el alambre y el alicate. A pesar del esfuerzo no quedó muy presentable mi construcción, de modo que finalmente la transformé en una rueda como la que había observado en la Mecánica Popular “ Para ejercitar a sus hamsters”.

 Alimentaba al pajarillo con unas pinzas para las cejas provenientes del tocador de mamá. Remojaba migas de pan en leche  y las introducía en el pico, aunque la avecita se negaba a cooperar con entusiasmo a mis intenciones nutricionales.

 Pregunté a papá qué comían las crías del gorrión. En su sillón leyendo un diario de grandes páginas, distraídamente me dijo “bichos”. – ¿ Qué bichos, papá ?- Papá a veces llegaba malhumorado desde el trabajo así que había que hacer gala de cierto tacto para insistir con mi pregunta. – ¡ Bueno ! Gusanos, moscas, zancudos, lombrices, arañas….qué se yo.-

 

Al día siguiente, antes de ir al colegio, abrí la tapa para mirar mi mascota. Se movió asustado con sus alitas abiertas donde aparecían unos cañocillos que más tarde habrían de ser su plumaje.

 De regreso a casa desde la escuela , levanté algunas champas del pasto que crecía en la orilla de la vereda para recolectar algunas lombrices de tierra.

 

 Pensé llamarlo “Fénix”,”Cóndor”, Ícaro o algo así. Algún renombre famoso según había oído, apropiado para un eximio ente volador.

Al abrir la tapa de la caja, encontré a Fénix moribundo. Boqueaba aceleradamente con las alitas abiertas y no tuvo fuerzas para huir hacia la esquina de su caja albergue,  esquina de la caja donde se acurrucaba debido al susto que demostraba cuando yo le destapaba su guarida de forma imprevista. -¡  Mamá ! – Grité a mi madre que se aprestaba a servirme el almuerzo – voy a la casa de mi tía Nancy y vuelvo de inmediato.-  – No, mi amigo, usted se va a tomar la sopa y se va a comer el segundo plato antes de salir donde la Nancy. Allá va a ir a estudiar y no a jugar con tierra…..-

 Me atraganté pensando en el gorrioncillo estertoroso, y sentí arcadas. Fénix moriría si no lo  retornaba rápidamente a su nido original en el árbol de mi tía.

 

-¿ Qué traes en esa caja, niño ? – Pregunta la tía, barruntando que yo escondía algo con mi actitud azorada al momento de  abrirme la puerta de calle. A pesar de su miopía no logré esconderle la caja de zapatos debajo de uno de mis cuadernos. Le inventé un cuento lleno de incoherencias mostrándole a Fénix, que ahora tumbado de espaldas hacía un patético pataleo: Le expliqué a la tía que había hallado al pobre pajarito enfermo en el suelo, que lo quise cuidar…Ahora le pedía permiso a ella para intentar subirlo hasta un nido de su jacarandá con la esperanza que sanara. – ¿ Y para qué te lo llevaste ? ¿ Porqué no me avisaste ? –  Me hizo más preguntas que hacían cada vez más enredadas e inverosímiles mis respuestas. En el corredor, mi prima Matilde dejó el libro que leía y se levantó del sillón para darme un sermón. Me dijo que yo era un muchacho cruel. Cómo se me ocurría hacer sufrir a ese pajarito de Dios encerrándolo en una caja. La alargada cara de la prima demostró que podía ser aún más fea a causa del enojo.

Cuando el pájaro dejó de respirar bajo la mirada inquisidora de las mujeres  y mi espanto, la tormenta arreció. – ¿ Qué dirías tú, niño salvaje, si alguien te encerrara y te dejara morir ? ¿ Por qué no lo dejaste en el jardín para que la pájara lo recuperara ? Si la avecita estaba enferma hubiese muerto en su elemento. Tranquila. No vapuleada por un bárbaro inhumano…..-

 Lo recuerdo hoy. Recuerdo de mi niñez, hoy que estoy aquí sentado en el suelo de frías baldosas que sólo las imagino parecidas a las de la galería de mi tía allá en su casa, ya que la venda, ese trapo sucio que me ataron los militares en mis ojos no me permite ver. Seguramente son baldosas blancas con grecas granate.  Prisionero en una galería del Palacio de la Risa. Encajonado a merced de bárbaros inhumanos.

 

 

L.J.S. MMXXII.

Luis Reginaldo Jorquera Silva

Cabo 2° Luis Reginaldo Jorquera Silva

Cabo 2° Mecánico Electrónico de Aviación Naval.  Base Aeronaval El Belloto.

Es detenido la primeraq vez el 16 agosto 1973 13:00 hrs. Base  Av.Naval El Belloto.

La segunda el 15 de octubre de 1973. en löa Población CCU, Limache.

Acusado de fabricación de explosivos, agitador de izquierda dentro de la armada   Ocultamiento de armas.

Detenido por el Tte. 1ro.Jaime Urdangarín, Cabo Mc. Av.Lucardi más 2 hombres armados.

Es detenido en el Centro de Recreativo Armada de Olmué, Par 5.

El 11 de septiembre del año 1973 la Armada toma el control de la zona de Limache y Quillota bajo el mando del jefe de plaza Cap. Fragata Av. Nav. Sergio Mendoza Rojas. Al mando del Centro Recreativo de la Armada de Olmué estaba el Tte. Arancibia, apodado “El Colorín”, sujeto cruel y asesino.

Cuando fui detenido, fui transportado por una patrulla IM directo a ese sitio de detención y tortura, ubicado en Av. Eastman 1689 entre Limache y Olmué.

Llegamos a las barreras vigiladas por un pelotón de cosacos cerca de las 21 hrs, y aunque el Sgto. a cargo de mi detención, un hombre bajo de gran bigote negro, me trató sin violencia, la llegada fue diferente.

Un tipo delgado con tenida de combate, la cara pintada de negro ordenó que me tiraran al suelo y me cacharan por armas. Recibí varias patadas en la espalda y un par de culatazos en brazos y costillas.

Me vendaron la vista y fui conducido a una pequeña pieza a oscuras, con ventanas tapiadas.

Por ese centro pasaron entre otros Pedro Arellano C., su padre y algunos muchachos que cuidaban su radioemisora Radio Victoria de Limache, bombardeada el 11 en la madrugada, obreros de la fábrica Parma, hombres y mujeres de partidos de izquierda…

Despues de una semana de incomunicación es recluido en la Comisaría carabineros Limache. Cuartel de Investigaciones Limache.

Academia de Guerra Naval Valparaíso. Cuartel Silva Palma. Cárcel Limache.

La represiíon se extendió a cuñados exonerados de planta Purina de Limache.

En la Academia de Guerra se encuentra con con Guillermo Moraga                          electrónico aviador.

Queda en libertad de la Academia de Guerra Naval el 23 de Diciembre 1973.

Libertad sin explicación. Vuelvo a ser detenido en 1985 (2 ds.) 1986 (un fin de  semana )

Helicóptero Bell Ranger Naval N° 14

Dibujo: Luis Jorquera

El 14 de sept 73, mi Cro.” Rabito” me avisa que me andan buscando los cosacos. Que Jaime , mi vecino había muerto por torturas en El Belloto y fue arrojado al mar en el helicóptero Bell Ranger Naval N° 14.

Testimonio: Cabo Mc. Electrónico, Luis Jorquera. Belloto

Jaime Aldoney y Carlos Vargas

Los Detenidos Desaparecidos de la fábrica CCU Limache

El 12 de septiembre de 1973, un día después del golpe de Estado dado por las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile contra el Gobierno legítimamente constituido, un fuerte contingente de marinos preparados para una guerra inexistente asaltaron la fábrica, y se llevaron a cientos de trabajadores inermes a reductos de tortura y exterminio.

Por Wari

Publicado en

1973ChileMemoria / Chile / Entrevistas / Justicia y DD.HH / Reportajes & Investigación

Por Andrés Figueroa Cornejo

Tras 30 años de mantenerse clausurada la fábrica original de la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) en la ciudad de Limache, V Región, el domingo 28 de mayo, en el marco del Día del Patrimonio Nacional, fue abierta al público general. A diferencia de lo que muchos pensaban, masiva resultó la visita a las diversas dependencias de la industria cervecera donde fueron expuestas sus reparticiones, máquinas e imágenes de época. Buena cantidad de personas ni siquiera alcanzó a entrar a la empresa debido a la cantidad de asistentes.

Sin embargo, la apertura de la fábrica de la CCU no fue un puro tour de fin de semana, sino que se transformó en una ventana de tiempo hacia la memoria profunda de los trabajadores que allí se desempeñaron. De hecho, hace prácticamente 50 años, la CCU fue propiedad social y sus obreros estuvieron al mando de la producción, durante los años del Gobierno popular de Salvador Allende. Y el 12 de septiembre de 1973, un día después del golpe de Estado dado por las Fuerzas Armadas y Carabineros contra el Gobierno legítimamente constituido, un fuerte contingente de marinos preparados para una guerra inexistente asaltaron la fábrica, se llevaron a cientos de trabajadores inermes a reductos de tortura y exterminio. De esa brutal represión, dos trabajadores de la CCU, Jaime Aldoney y Carlos Vargas, hasta la fecha se mantienen en la condición de Detenidos Desaparecidos de la dictadura cívico-militar. ¿No es hora de un reconocimiento explícito contra esta infamia? ¿No merecen Jaime y Carlos, al menos, una placa honorable y decorosa que los rememore, y que esté ubicada en la misma fábrica que mañana se convertirá en un museo de la CCU?

Limache no duerme

En la actualidad, muchos habitantes de Limache luchan para que se erija un Memorial de los Derechos Humanos en la comuna. El concejal de la municipalidad de Limache, Joel González, indicó que, «Limache se construye demoliendo sitios de memoria, olvidando, invisibilizando. Sin embargo, nuestra comuna supo de vecinos detenidos, torturados y asesinados durante la dictadura. Los crímenes de lesa humanidad y la defensa de los derechos humanos nunca pueden ser relativizados por interpretaciones antojadizas o mezquindades políticas, porque una comunidad que no reconoce su pasado colectivo está imposibilitada de dar certezas de no volver a repetir los horrores cometidos. Con la misma consistencia con la que hemos denunciado la presencia de un ex funcionario de la Central Nacional de Informaciones (CNI, policía política de la dictadura) en el Municipio de Limache, seguiremos insistiendo en que nuestra comuna se construya un Memorial por las víctimas de la dictadura y por el Nunca Más a la vulneración de los derechos humanos en nuestro amado valle y en nuestro país».

La memoria indeleble

La señora Gioconda Aguilera Altamirano es limachina de nacimiento y vivió en la Población de la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) durante el Gobierno de la Unidad Popular. Fue prisionera política de la dictadura cívico-militar entre el 22 de octubre de 1973 hasta el 22 de octubre de 1974, en el Buque Cárcel Lebu de la Academia de Guerra y en la cárcel de mujeres Buen Pastor. Hoy es presidenta de las ex presas políticas del penal de mujeres del Buen Pastor de Valparaíso, así como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Limache.

La Comisión surgió en el contexto del estallido social de octubre de 2019. «Yo salí del país en 1976 y retorné en el 2010. Cuando llegué a Limache después de tanto tiempo, aquí no se hablaba de nada. La gente me miraba como si estuviera loca cuando le explicaba que yo había estado presa», relata Gioconda, «Los habitantes de Limache aún tenían miedo el 2010. Recién ahora las organizaciones, paulatinamente, están comenzando a levantarse».

Gioconda es militante socialista y conoció a Jaime Aldoney Vargas y Carlos Vargas Arancibia, ambos trabajadores de la CCU de la fábrica histórica de Limache y Detenidos Desaparecidos por la dictadura. Jaime Aldoney al momento de su detención fungía de interventor de la empresa por parte del Gobierno, mientras que Carlos Vargas era miembro del Frente de Trabajadores Revolucionarios (FTR) del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), electricista y responsable sindical de su agrupación política.

«Carlos Vargas fue detenido el 29 de mayo de 1975», narra Gioconda y agrega que, «hace poco le hicimos una conmemoración en el metro de Limache. Él tenía 36 años cuando fue arrestado por agentes de la dictadura y lo llevaron a la Escuela de Caballería de Quillota. A él lo estaban siguiendo hace tiempo. El último compañero que lo vio con vida se percató de que estaba en muy mal estado en la Escuela de Caballería del Ejército, un lugar de detención, tortura y exterminio de entonces».

La señora Gioconda contó que Carlos Vargas era casado y tenía dos hijos, «y cuando su esposa comenzó a buscarlo, los militares le dijeron que él se había ido a la Argentina con otra mujer. Pero su hijo mayor nunca creyó esa historia y lo siguió buscando. Pero nunca lo encontró. Años después se quitó la vida».

–¿Usted conoció personalmente a Carlos?

«Sí. En ese tiempo, mi padre era dirigente sindical y vocero de la CCU y Carlos llegaba en moto a la compañía. Era un hombre muy inteligente y reservado, y por eso le decían ‘El Mudo’. Después que Carlos fue hecho desaparecer, su madre iba todos los días a las puertas de la CCU. Entonces tocaban un pito para que salieran y entraran los obreros. Su mamá lo esperó hasta que falleció por edad y enfermedad.»

–¿Y conoció a Jaime Aldoney?

«Él era constructor civil, estudiante de periodismo de la Universidad de Chile; fue regidor de la zona e interventor nacional de la CCU. A Jaime lo detuvieron al día siguiente del golpe de Estado, el 12 de septiembre de 1973, junto a todos los dirigentes y trabajadores que estaban en la fábrica, esperando qué hacer. Y de pronto, los marinos rodearon el edificio desde atrás. Iban pintados para la guerra. Ese día sacaron camionadas de compañeros desde la CCU y los transportaron a la base aeronaval de Belloto. En ese sitio los uniformados obligaron a los detenidos a cavar unas zanjas para que se metieran allí. De esa manera no podían verse desde fuera de la base. La gente que buscaba a sus familiares se ubicaron en las rejas del recinto militar, pero no lograban ver a su gente.

Los dirigentes y obreros, la verdad, no creyeron que el golpe de Estado sería tan feroz. Pensaban que ‘el que nada hace, nada teme’. Pero la juventud les dijimos que había que irse lo antes posible.»

–Usted era muy joven en esas fechas…

«Tenía 19 años. Y con los demás jóvenes nos fuimos caminando hacia los cerros, en dirección a Peñablanca

–¿Y por qué?

«Porque cuando ocurrió el Tancazo, el intento de golpe de Estado del 29 de junio de 1973, los jóvenes de la Unidad Popular estábamos reunidos en la Casa de la Juventud de Limache, y fue la primera vez que nos torturaron los miembros del Ejército. Por tanto, el 12 de septiembre ya sabíamos qué iba a sucedernos. Es más, la radio La Victoria de Limache fue bombardeada. Sin embargo, nuestros mayores consideraron que exageramos, y eso que después de la tortura, ya en la casa, estuve dos días en cama sin poder moverme de dolor.»

–¿Qué papel jugó Jaime Aldoney como interventor del Gobierno en la CCU?

«Era el administrador general de la fábrica, o sea, estamos hablando de una industria que pertenecía al área social y que estaba bajo control de los propios trabajadores. Cuando se estableció el área social, la CCU no se detuvo más porque era urgente aumentar la producción. Se laboraba día y noche en distintos turnos. Había casi 500 trabajadores.

Jaime Aldoney fue visto con vida la última vez el 13 de septiembre de 1973, en la base de Belloto. Él se encontraba junto a los demás detenidos en las zanjas. Los militares los sacaban de allí para torturarlos en otra dependencia y luego los volvían a meter en las zanjas. A Jaime se lo llevaron para torturarlo y jamás volvió.

En alguna ocasión, el hermano de Jaime me dijo que él estaba seguro de que los soldados lo lanzaron al mar. Pero no se sabe porqué no existe el cuerpo.

Ahora, el 28 de mayo recién pasado, cuando abrieron la fábrica de la CCU en el Día del Patrimonio Nacional para que el público la visitara, yo me puse a discutir con un señor que aseguró que Aldoney estaba muerto, a lo que le respondí, ‘si está muerto, ¿dónde se encuentra su cuerpo?’. Se quedó callado.

Ese día que abrieron la fábrica, los encargados se ocuparon de contar la historia oficial de la CCU, no más. No se refirieron a los trabajadores, a cuando ellos estuvieron al mando de la producción, ni al golpe de Estado y la represión. Fuimos las mujeres quienes le explicamos a la gente esa parte que quieren borrar de la memoria.»

Por Andrés Figueroa Cornejo

Entrevista publicada originalmente el 11 de junio de 2023 en Politika

Careo histórico en Valparaíso con el Torturador de la Armada Pedro Benavides Monzoni!!!

Careo histórico en Valparaíso

Mario Aguirre Montaldo

En el cuarto piso de los Tribunales de Justicia de Valparaíso se llevó a cabo un careo entre el marino constitucionalista Pedro Blaset Castro con el oficial de la Armada y torturador del año 73, Pedro Benavides Monzoni, en el marco de la demanda que interpuso de oficio el juez Arancibia tras el testimonio de Leopoldo Luna en una audiencia anterior.

El juez que sustancia la causa se atrevió a vincular el proceso Luna – Pacheco con la marinería rebelde y por primera vez cita, interroga y carea a un oficial de la armada que torturó a sus propios soldados desde antes del golpe militar, lo que le confiere un carácter único a este hecho.

Se señaló que el oficial ha tropezado con una buena cantidad de contradicciones en sus diferentes declaraciones y careos. Sorpresivamente esta vez el Ministro se hizo acompañar por una jueza que, se presume, posee a su cargo otras causas análogas. Se estima que el juez ya se ha hecho una convicción de que este sujeto actuó como torturador, dirigió procesos de allanamiento domiciliario y realizó otras actividades represivas.

La sensación de Pedro Blaset tras esta gestión judicial también fue positiva.

Informaremos del devenir de este proceso que cobra ribetes muy trascendentes.

Mario Aguirre Montaldo, Valparaíso 01 junio 2023

ENTREVISTA A LEOPOLDO LUNA, EX PRISIONERO POLÍTICO, QUIEN TAMBIÉN FUE TORTURADO POR EL OFICIAL DE LA ARMADA PEDRO BENAVIDES MONZONI.

Fórum Noticias Valparaíso

 

En la puerta de la Corte de Apelaciones de Valparaíso -mientras se producía el careo entre el marino constitucionalista Pedro Blaset Castro y su torturador, el teniente (en agosto del 73) Pedro Benavides Monzoni- el ex preso político Leopoldo Luna entregó el siguiente testimonio, explicando el por qué se logró llevar a efecto hoy, 01 de junio 2023, este histórico careo:

“Pedro Benavides Monzoni fue quien me captura y quien me tortura, junto a Hernán Pacheco, que es el otro compañero que nos tocó partir del día 12 de septiembre. Ahora, este individuo, para nosotros no podía ser llevado al tribunal porque el Juez me dice que esto tiene solamente vigencia a partir del 11 de septiembre para adelante. Pero hay un hecho, por eso está aquí en el careo, es porque Hernán Pacheco denuncia que el día 13, a él lo capturan el día 12 en la noche, el día 13 lo presentan delante de 8 marineros que estaban ahí detenidos en el Cuartel Silva Palma, lo presentan como uno de los miembros de la reunión con Garretón el año 73, en estado (calamitoso, ndr), había estado en 12 horas de tortura y lo tenían ahí, y por eso (Pedro Benavides, ndr) ahora está sentado aquí en el banquillo de los acusados, porque él no solo estaba ligado a nuestras torturas, a nuestras capturas, sino también a las torturas de los marinos (constitucionalistas, ndr) en tiempos de democracia. Entre el 6 y el 8 de agosto del 73 capturan a los marineros y durante todo el mes de agosto, lo que queda de agosto, los torturaron. Hay archivos importantes en la prensa donde ellos relatan en detalle y quiénes fueron los autores de sus torturas, antes del 73 (del 11 septiembre del 73, ndr.). Por eso es que, ahora, Pedro Benavides Manzoni está sentado aquí en el banquillo de los acusados, porque su rol de torturador va mucho más allá que la mera tortura de Hernán Pacheco y de Leopoldo Luna. Torturó a los marinos (constitucionalistas, ndr) y pareciera ser el jefe de un círculo bastante amplio de marineros que eran un equipo de torturadores, que fue a Pisagua, bueno, que se dedicó a eso en todos los centros de tortura de la Marina. Ese es más menos el tema central de lo que hoy día está en discusión aquí arriba, por parte del Juez Cancino.”

Fórum Noticias, Valparaíso 01 junio 2023

En el mes de Junio 1973 la oficialidad golpista comienza con las detenciones y el uso de reparticiones navales en contra del personal de la Armada leal a la Constitución y al Gobierno

Las primera detenciones el 15 de junio, en El Belloto

Las detenciones de Jorquera y Gajardo son claramente políticas y constituyen sin duda un paso osado por parte de quienes preparan el golpe. Casi no tienen sustento jurídico, pues la acusación no presenta nada que pueda asemejarse a una prueba. El propio fiscal de la causa C-3879 contra Gajardo se ve incómodo, hasta el punto de que le dice en privado: “Yo no tengo ninguna razón para tenerte detenido, no hay pruebas, no hay evidencias, no hay nada”, pero le explica que ha recibido una orden superior de que no vuelva a la base de EL Belloto.…”

Los cabos Julio Gajardo y Luis Jorquera, conocidos en la base aéronaval como defensores del gobierno y opositores al golpe, son los primeros militares conocidos apartados de sus funciones a causa de sus ideas.

Desde principios de año, Luis Jorquera había sido alejado de los aviones y encargado de la biblioteca. Poco antes de su detención, escucha rumores de que hay en la base un cabo electricista, de bigotes, miembro del MIR, lo cual corresponde a su propia descripción. Piensa que es posible que lo hayan seguido, pues su mujer es sobrina de un senador socialista (Silva Ulloa) y tiene cierta amistad y es vecino de Jaime Aldoney, el interventor de la Compañía cervecera de la región. (Jaime Aldoney está detenido desaparecido. Estuvo detenido en la base de El Belloto)

En la primera quincena de junio de 1973, el cabo Jorquera es sorpresivamente convocado a comparecer ante el almirante Rivera Calderón, la máxima autoridad de la aviación naval.( El almirante Hernán Rivera Calderón será agregado militar en Argentina en 1975, cuando la DINA monta la “Operación Colombo”. El mismo almirante será ministro de salud y en 1985 dará la orden de interceptar y quemar los 15 mil ejemplares del libro de Gabriel García Márquez Miguel Littin clandestino en Chile.) Cuando ingresa a su despacho se encuentra ante un “auditorio de oficiales”. El almirante asistido por Víctor Tapia Cerezo, le ordena permanecer de pie y lanza la acusación: “Por este teléfono verde [del plan Albatros] me llegó información de que usted en su casa se dedica a fabricar bombas y explosivos”. Sorprendido, Jorquera le pide que se presente el acusador, pero el almirante se niega. El cabo le pide entonces que vayan inmediatamente a su casa, pero continúa la discusión. Finalmente el comandante dice que esto lo van a dejar hasta ahí, ordenando además que lo retiren del trabajo de bibliotecario y lo vuevan a afectar a aviones. ([E] Jorquera, 2003). No obstante la calma aparente será muy breve.

El viernes 15 de junio llega a Santiago la marcha de una parte de los trabajadores de la mina de cobre El Teniente, en huelga contra el Gobierno, y se teme un golpe de Estado ese día. En un clima tenso los defensores del Gobierno rodean el palacio de La Moneda para protegerlo. De un local del Partido Nacional disparan contra los manifestantes y resulta muerto el estudiante brasileño Milton da Silva. Esa mañana en El Belloto, los cabos Gajardo y Straube amarran los aviones en previsión de un temporal. Durante la faena, Straube pregunta a Gajardo cómo ve la situación. Gajardo recuerda haber respondido más o menos así:

“si aquí hay un enfrentamiento no tendríamos por qué nosotros, entre nosotros, agarrarnos a tiros; yo creo que el comandante debiera convocar a una reunión y decir: ‘los que están por el gobierno se van, los que están en contra y los que quieren apoyar con nosotros el golpe de estado se quedan y después veremos y nos veremos en otras circunstancias’. Pero agarrarnos a balazos dentro de la base, por tomar el control sería un poco ir contra las normas mínimas de convivencia humana”.

Esta versión es confirmada, meses más tarde, bajo dictadura, por la abogada defensora de Gajardo, Lidia Hogtert, a quien volveremos a encontrar defendiendo a marinos. Esta indica que Straude había alertado a Gajardo de una reunión de oficiales que podría tomar medidas contra la gente de izquierda. Gajardo conoce la existencia de una lista negra y tiene conciencia de un posible enfrentamiento entre militares partidarios y opuestos al golpe..

“Ante todas estas noticias, Julio Gajardo manifestó al cabo Straube que los oficiales debían evitar conflictos internos, que era conveniente eliminar algunas injusticias en el trato, y que, como medida de evitar un enfrentamiento que pudiera producir indisciplina y desorden, debería de buscarse una manera de parlamentar entre oficiales y el personal, y que una medida tendiente a suavizar la situación podría ser la entrega del mando a una junta de suboficiales, con lo cual se evitaría derramamiento de sangre y habría una mejor disciplina fundada en la solidaridad y la amistad.” ( Causa 3879 [R] .

Después de la conversación entre Straube y Gajardo, este último es convocado hacia las 13 horas por el capitán Maldonado, quién la acusación: “Vino el cabo Straube y me dijo que usted no respondía de lo que pasara aquí con la base si yo no le entregaba el mando de la base”.

Julio Gajardo responde que si quisiera tomar el control no procedería así. Se enfrascan en una nueva discusión política. En un clima tenso, el oficial llama al comandante de la base, contralmirante Ernesto Hüber von Appen, comandante de la aviación naval. (Ernesto Hüber vo Appen ha sido procesado por la desaparición de Jaime Aldoney, quién fue visto por última vez, detenido, en la base que estaba bajo su mando ). Entre ambos lo interrogan y discuten hasta las 19 horas. Gajardo y los oficiales hablan francamente, y se llegan a decir de todo: “Si me hubieran podido matar me matan ahí” comenta el cabo. Lo dejan de plantón frente a la sala de armas y finalmente le comunican que han resuelto hacer una investigación más profunda y que parte arrestado al cuartel Silva Palma. Allí estará incomunicado siete días.

Ese viernes 15 de junio se produce el primer arresto por razones políticas. La detención de Julio Gajardo tiene su origen – o más bien su pretexto – en uno de los abundantes debates.                                                                                             Detienen también a Luis Jorquera y un colega que protesta porque lo estaban arrestando, pero Gajardo será el único procesado. Cuando éste comprende que va a ser arrestado, consigue entregar a su mujer documentos y fotografías de oficiales golpistas para que los destruya, pero olvida el manuscrito con la declaración de pricipios del movimiento que está en su chaquetón.

Al llegar al cuartel Silva Palma, Gajardo coloca el delicado documento en una maleta donde lleva libros y ropa. Pero, casi de inmediato, le retiran los cordones de los zapatos, junto con otros objetos personales, y se llevan la maleta. la situación es gravísima. A la primera detención de un miembro del grupo de marinos, sus captores están a punto de dar con la prueba que confirma la existencia de un movimiento masivo. Sin embargo, durante los interrogatorios en la fiscalía nadie menciona el documento, y tampoco lo hacen cuando lo carean con el acusador.

Finalmente, el día que lo ponen en libertad provisional le entregan sus pertenencias, incluyendo la maleta, encuentra el mauscrito intacto. “Yo doy gracias a Dios”, dice Julio Gajardo, ya que sus captores tuvieron en sus manos, sin saberlo, la prueba que buscaban, y la devolvieron. Aunque tal vez la maleta cayó en manos solidarias, que “no vieron” el documento.

El mismo 15 de junio, se presenta un oficial a la casa de Luis Jorquera, donde está con licencia médica, ordenándole que lo siga de urgencia, sin tomar el tiempo de vestir de uniforme. Llegado a la base, se entera de la detención de Julio Gajardo. Inmediatamente lo dejan en un cuarto donde hay otro “detenido”, un tal Pizarro, que en realidad intenta sonsacarle informaciones. Poco después lo llevan ante el comandante, quien inquiere bruscamente: “Lo mandé buscar porque quiero saber si Ud. está de acuerdo con Julio Gajardo o no”. Luis Jorquera pregunta a propósito de qué. El comandante replica que debería saberlo y, después de una discusíon, formula el cargo: querer que el segundo comandante entregara el cargo a un suboficial. Jorquera responde que no apoya nada así y que le extraña que Gajardo lo haya dicho. le comunican que está citado por el fiscal naval, al día siguiente.

El fiscal lo interroga inmediatamente por las “reuniones”. Socarronamente, Joquera le responde que asisten cabos y sargentos, acompañados de sus señoras…”¡quiero que me hable de las reuniones políticas!” replica. “No tengo idea” responde el cabo. Después de los interrogatorios, Jorquera volverá un corto tiempo a la base. Días después lo envían al cuartel Silva Palma a esperar el retiro, que será cursado el 16 de agosto. Durante su arresto verá llegar a los detenidos de la Escuadra. ([E] Jorquera, 2003).

Las detenciones de Jorquera y Gajardo son claramente políticas y constituyen sin duda un paso osado por parte de quienes preparan el golpe. Casi no tienen sustento jurídico, pues la acusación no presenta nada que pueda asemejarse a una prueba. El propio fiscal de la causa C-3879 contra Gajardo se ve incómodo, hasta el punto de que le dice en privado: “Yo no tengo ninguna razón para tenerte detenido, no hay pruebas, no hay evidencias, no hay nada”, pero le explica que ha recibido una orden superior de que no vuelva a la base de EL Belloto.

El abogado Emilio Contardo asume la defensa de Gajardo y obtiene rápidamente su libertad incondicional. “En efecto para juzgarlo por “sedición y motín”, como quiere la Marina, se requiere el acuerdo de la autoridad política: el Presidente de la República, el ministro del Interior o el intendente de la zona. A falta de ellas no pueden mantenerlo detenido. La situación cambiará en el mes de agosto, cuando el intendente firma el requerimiento de la Armada contra los marinos de la Escuadra. ([E] Gajardo, 2003).

Extracto del Libro, Los que dijeron “NO”, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo I, 375 – 376

Extracto del Libro, Los que dijeron “NO”, Editorial LOM, del Historiador Jorge Magasich Tomo I, 348 – 349

Cabo. 2° Mecánico Electrónico Aviación Naval. Julio Gajardo Neira
Cabo 2° Mecánico Electrónico Aviación Naval. Luis Jorquera Silva. Foto: Escuela Electrónica 1967

Base Aeronaval El Belloto

Armada de Chile, Quilpué.

El 11 de Septiembre de 1973, la Armada de Chile dio inicio al Golpe Militar en conjunto con las otras ramas de las FF.AA. Carabineros e Investigaciones.

La foto muestra la ubicación de diversas instalaciones en esa época.

1.- Dormitorios y Casino del personal de Aviación Naval, que compartieron con tropa  de Infantería de Marina.

2.- Dormitorios y Casino de Sub-Oficiales.

3.- Dormitorios, Casino y Pérgola de Oficiales.

4.- Hoyo con barro, agua sucia y ramas de espino donde se torturaba y arrojaba prisioneros, a cargo del Cap. Patricio Villalobos Lobos, quien denominaba al sitio “Viet-Nam Chico”.

5.- Sala de Guardia .

6.- Guardia de portalón.

7.-Sala de instrucción, adaptada para encerrar prisioneros quienes dormían sentados.

8.- Instalaciones del Comandante de Aviación Naval.

9.- Oficina Informaciones aéreas ( OICA ) convertida en sala de torturas.

10.- Centro Metereológico de la Armada.

11.- Sitio cubierto de ripio donde mantenían a prisioneros al sol y el frío nocturno, sin camisas decúbito abdominal con manos en la nuca, donde eran torturados por Villalobos y su patrulla, quienes ostentaban un escapulario de la “Virgen del Carmen” bendecida por el capellán naval ( Opus ) Rodríguez para ese oficio.

12.- Sitio para orinar sobre un busto del Ché.

 

error: Content is protected !!