Instalación de Placa de Memoria en Colliguay. Lugar del Campo de Concentración.

EN EL BOSQUE DE LA MEMORIA

By Guillermo Correa Camiroaga

Con una masiva actividad se completó un nuevo ciclo en la permanente lucha por el rescate de la memoria histórica popular de la V Región con la instalación de una Placa de Memoria que forma parte del proyecto “Memorias Ocultas de Colliguay”.

La placa fue instalada en el “Bosque de la Memoria”, un hermoso lugar acondicionado en medio de un pequeño bosque de boldos, que fue ideado y preparado para tal efecto por un grupo de habitantes del sector, agrupados en la comunidad ambientalista y ecologista “Ecolliguay”. La estructura de madera sobre el cual que se instaló él memorial es una obra de Wilfredo, un artesano local perteneciente a la comunidad. Un detalle a destacar en esta instalación es la presencia de un nido ubicado en medio de la base de piedras donde están empotrados los pilares de madera, símbolo que puede ser interpretado simbólicamente de distintas maneras por quienes reparen en él.

Por mi parte, lo interpreté como un nido protector que acoge y resguarda para las nuevas generaciones la semilla de la memoria histórica escrita en la placa, cuyo texto es el siguiente: “HACE 50 AÑOS LA MARINA DE CHILE TUVO SECUESTRADO A LOS PRESOS POLÍTICOS DE LA DICTADURA CIVIL MILITAR EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE COLLIGUAY, LLAMADO ‘ISLA RIESCO’ O ‘MELINKA’ U ‘OPERATIVO X’. FUNCIONÓ ENTRE OCTUBRE DE 1973 HASTA ABRIL DE 1974; CIENTOS DE OBREROS, ESTUDIANTES, ACADÉMICOS (CASI TODOS DE LA V REGIÓN) Y LOS MARINEROS ANTIGOLPISTAS SUFRIERON LOS HORRORES DE LA REPRESIÓN, EL HAMBRE Y LOS CASTIGOS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS APLICADOS A QUIENES SUFRIMOS LA TRAGEDIA DE SER CONSIDERADOS ENEMIGOS POR PENSAR DISTINTO”.

En este espacio de memoria ubicado en medio de árboles nativos, esta nueva placa quedó instalada al lado de la Enredadera de la Memoria, enredadera que fue colocada en las proximidades de dicho lugar en noviembre del 2017 y trasladada hasta el medio del pequeño bosque en diciembre del 2023. Frente a estos memoriales se ubica una banca de madera donde están grabadas imágenes de ramitas, hojas y semillas junto a una frase que dice “En el Bosque de la Memoria, habita la semilla del Nunca Más”. Este singular sitio de memoria continuará siendo acondicionado por las y los integrantes del Colectivo Ecolliguay, construyendo un sendero de piedrecillas y agregándosele una nueva banca, para que así, quienes lleguen a visitarlo, puedan descansar y reflexionar en medio de la naturaleza.

Decenas de personas acudieron hasta este alejado sector ubicado al interior de la comuna de Quilpué para participar de un emotivo acto artístico cultural, en donde estuvieron presentes ex prisioneros políticos del Campo de Concentración a cargo de la Armada de Chile, denominado por dicha institución como “Campo de Prisioneros Melinka, Isla Riesco u Operativo X”, denominaciones destinadas a confundir y desorientar a los familiares respecto del lugar donde se encontraban detenidos.

Durante el desarrollo de la actividad algunos compañeros entregaron sus testimonios relacionados con el Campo de Prisioneros de Colliguay, mientras, por otro lado, integrantes de distintas organizaciones sociales y de derechos humanos hicieron uso de la palabra para saludar y felicitar esta iniciativa de resistencia al olvido, entre ellos Lenco Franulic, presidente de los Usuarios PRAIS de Villa Alemana; Francia Jamett, encargada nacional de la Unidad de Cultura, Memoria y Derechos Humanos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; José Carvajal, integrante del Comité Chileno de Solidaridad con Palestina; Javiera Toledo, Alcaldesa de Villa Alemana; Eduardo Palma, ex preso político del Campo de Prisioneros de Puchuncavi; Gioconda Aguilera, a nombre de la Agrupación de ex Presas Políticas del Buen Pastor.

Cabe destacar la participación de un dúo de artistas, Carolina y Miguel, pertenecientes a la Comunidad Ecológica del sector de Colliguay, quienes presentaron una hermosa y potente obra musical, al estilo de una mini cantata, con música de su autoría y una lectura dramatizada de textos inspirados a partir de los testimonios recogidos en los libros “El Siniestro Barco Lebu” y “Memorias Ocultas de Colliguay”.

Estuvieron presentes en esta actividad un número significativo de quienes forman parte del Colectivo Proyecto Lebu-Colliguay, incluyendo en esta oportunidad a dos de sus integrantes que viven en el extranjero, como es el caso de Luis Madariaga y Gilberto Hernández.

Paola, junto a Luis y Gilberto, integrantes del Colectivo Proyecto Lebu Colliguay fueron los encargados de conducir dicho evento.

 Al dar inicio al acto, Paola Narváez expresó lo siguiente:

“Nos emociona profundamente el tener esta convocatoria impresionante. El Colectivo Proyecto Lebu-Colliguay, que nació hace muy pocos años, ha logrado crear una unidad de trabajo tan grande, que nos hemos hecho conocidos a nivel nacional e internacional. Esta fecha no es casualidad, nos íbamos a reunir el año pasado acá, pero la naturaleza no lo permitió y ahora nos van a acompañar en esta jornada Gilberto Hernández, el editor de nuestros libros, quien nos visita desde Inglaterra, país que lo acogió después que nuestra patria lo traicionara; también está con nosotros Luis Madariaga, diseñador de las portadas de los libros y de los afiches de nuestros proyectos, que viene desde tierras danesas. Todos quienes estamos acá en este día nos hemos reunido con el esfuerzo de nuestro propio trabajo y con el apoyo de importantes unidades. Quiero saludar a Francia Jamett, encargada nacional de la Unidad de Memoria del Ministerio de las Culturas, que ha tenido un rol importante en la gestión de estos proyectos (…) “

Por su parte, Luis Madariaga manifestó que “es impresionante ver a tanta gente acá. Nunca pensamos que podía ser así por las dificultades y la distancia que significa llegar a este lugar. Soy una de las personas que estuvo en el Campo de Concentración de Isla Riesco, junto a varios compañeros que están hoy día también presentes aquí. Es muy emocionante esto, pero sin duda es producto de la lucha que hemos estado dando todos y todas para que la memoria siga existiendo y que no se puede olvidar (…) Queremos agradecer a Ecolliguay, la organización que nos ha estado cooperando y ha estado muy cerca de nosotros y muchas de las cosas que tenemos acá fue gracias a ellos.”

Por último, Gilberto Hernández agregó “también quiero expresar mi felicidad y alegría de estar con ustedes, de encontrar caras conocidas, reconocernos después de 50 años que no nos habíamos visto en algunos casos y compartir este encuentro con todos ustedes (…) desde el extranjero, donde estamos viviendo, llevamos adelante también una lucha de resistencia contra el olvido, por el rescate de la memoria, por eso nos integramos. Es una tarea que no termina con esta actividad, sino que la seguiremos llevando adelante para dejar un legado para las nuevas generaciones…”

En parte del testimonio entregado por Guillermo Castillo, perteneciente a la Agrupación de Marinos Antigolpistas (AMA), manifestó:

“Lo que más quisiéramos nosotros, como marinos, es hacer un recordatorio que en diciembre del 73 nos trajeron hasta acá, a este lugar de reclusión sin saber dónde estábamos. Pasaron algunas semanas y empezaron a llegar los paquetes, las tarjetas de la Cruz Roja, hasta que un día, uno de nosotros dijo que si llegaban las tarjetas era porque nuestros familiares nos habían encontrado, al fin sabrían dónde estábamos, pero eso sin saber que nuestras familias aún pensaban que nosotros estábamos en Isla Riesco o en Melinka, islas que están en el sur de Chile. También para algunos era la primera vez que nos encontrábamos y convivíamos con los compañeros políticos acá en Isla Riesco y fue una experiencia inolvidable, porque gracias a ellos muchos de nosotros, los marinos, sin tener conocimiento acabado de la política chilena, gracias a los compañeros con quienes compartimos la prisión, pudimos desarrollarnos políticamente. Para nosotros vivir en Isla Riesco, a pesar de todo lo que significó la prisión, fue un gran momento de solidaridad que vivimos junto a todos los compañeros prisioneros (…)”

Andrés, a nombre del Colectivo Ecológico Ecolliguay, hizo uso de la palabra para expresar:

“Venía pensando que cada cosa tiene su propio tiempo, así como el bosque tiene su propio tiempo, la Enredadera también lo tuvo. Por muchos años permaneció en forma anónima incluso para nosotros que vivíamos acá, pues la mirábamos como una escultura. Muy poca gente se paraba a saber de qué se trataba. Hablo de tiempo y de sincronía también, porque mientras instalábamos un letrero de Ecolliguay, que somos gente que trabajamos acá viendo el cuidado del valle, la limpieza del valle y las quebradas, al instalar el letrero leímos la plaquita y nos dimos cuenta de qué se trataba la Enredadera, y justo en ese momento pasó una persona que estuvo detenida acá, que conversó con Carolina, pero al mismo tiempo nos dimos cuenta que el emplazamiento de la Enredadera no era muy adecuado y así se armó todo este cuento que finaliza hoy día con tanta gente, que la verdad me sorprende. Siento que de alguna manera es una victoria el que este emplazada en este bosque, que hemos ganado un lugar, la Enredadera tiene su propio lugar de una manera súper digna y eso es muy bonito. Felices del resultado, muchas gracias a ustedes y nosotros estamos orgullosos también de haber contribuido a este logro.”

Antonio Oyarzo, integrante del Colectivo Proyecto Lebu Colliguay, relató en forma muy resumida cómo se fue gestando y concretando esta iniciativa, expresando que “hubo dos compañeros de Isla Dawson que vivieron en el lugar, Claudio Mardones y Víctor Sotomayor, un compañero que estuvo en varios lugares de reclusión; y fue Víctor quien nos puso en contacto con Carolina, del Colectivo Ecologista de Colliguay, ese fue el primer contacto. De ahí nace el interés, como lo dijo Andrés, de hacer algo diferente. Subimos con Verónica y con Ricardo, otros integrantes de nuestro colectivo, para ponernos de acuerdo en trabajar juntos. Hoy esa idea, ese trabajo, es una realidad que vemos materializada en este sitio de memoria tan particular (…)” Por otra parte, refiriéndose al trabajo de construcción de las maquetas del barco Lebu y del Campo de Prisioneros de Colliguay manifestó que “respecto a las maquetas de nuestros proyectos nos encontramos con Mario Puelche, un gran artesano que escuchó nuestros relatos, nuestras historias y las llevó a la práctica, primero con el barco Lebu y luego con Colliguay (…) Este trabajo de rescatar la memoria lo venimos haciendo desde hace un montón de años y me alegra mucho que los compañeros del Colectivo de ex Presos Políticos estén acá, casi en un 90%, eso no es menor, lo mismo digo de las compañeras del Colectivo del Buen Pastor que hoy nos acompañan en este acto (…) esta es una tarea que va a seguir, hay cosas pendientes para acondicionar y hermosear más este lugar y esa será una tarea de todas y todos (…) Como un dato adicional, pero muy importante, les puedo decir que nos costó como tres años averiguar dónde estaba inscrita la propiedad del fundo de la familia Matte Larraín, propiedad que fue facilitada a la Armada para la construcción del Campo de Concentración de Colliguay, pero el esfuerzo dio sus frutos y finalmente logramos saber que el Conservador de Bienes Raíces de Limache la inscribió, ahí está inscrita”

Como parte final de esta ceremonia se procedió a destapar e inaugurar la nueva Placa de Memoria, la cual fue gestionada por el Colectivo Proyecto Lebu Colliguay y la Agrupación de Marineros Antigolpistas (AMA), integrándose junto a la Enredadera de la Memoria al espacio denominado “Bosque de la Memoria” del valle de Colliguay.

Guillermo Correa Camiroaga, Colliguay 28 enero 2024

Instalan placa en Bosque de la Memoria en Colliguay

 

DOMINGO 28 DE ENERO 2024. ALTOS DE COLLIGUAY.

INSTALAN PLACA RECORDATORIA DEL CAMPO DE CONCENTRACIÓN QUE LA ARMADA DE CHILE  INSTALÓ EN ESTE LUGAR. CEREMONIA REALIZADA AL FINAL DE LA CUESTA, EN EL BOSQUECILLO DE INGRESO AL VALLE.

ALREDEDOR DE 90 PERSONAS LLEGARON A ACTO, A PESAR DE LAS DIFICULTADES  PARA LLEGAR Y LA LLOVIZNA.

HABLA LUIS MADARIAGA, EX RESIDENTE DEL CAMPO

HABLA GILBERTO HERNÁNDEZ, TAMBIÉN EX PRISIONERO

LENKO FRANULIC, PRAIS

GUILLERMO CASTILLO A NOMBRE DE LOS MARINOS REBELDES QUE PASARON POR EL CAMPO

INTERVIENE FRANCIA JAMET, ENCARGADA NACIONAL DE LA UNIDAD DE MEMORIA, CULTURA Y DDHH DEL MINISTERIO DE LAS CULTURAS.

PARTICIPA ANDRÉS, ORIUNDO DE COLLIGUAY, PARTE DE LOS VECINOS QUE SE HAN COMPROMETIDO CON ESTA CAUSA

CAROLINA Y MIGUEL, MÚSICOS Y CANTORES DE COLLIGUAY, INTERPRETAN UN TEMA DE ALTA CALIDAD MUSICAL

JOSÉ CARVAJAL Y EL SALUDO DEL PUEBLO PALESTINO

JAVIERA TOLEDO, ALCALDESA DE VILLA ALEMANA

EDUARDO PALMA, GESTOR DEL PRIMER SITIO DE MEMORIA  EN LA REGIÓN (RITOQUE)

ANTONIO OYARZO COORDINADOR DEL PROYECTO LEBU Y CAMPO DE COLLIGUAY

LA PLACA

QUEDA INSTALADA

MUESTRAN IMÁGENES DEL DESARROLLO DEL PROYECTO

Mario Aguirre Montaldo

 

 

Suprema confirmó fallo y condenó a detectives (r) por homicidio de exmarino antigolpista y militante del MIR Ernesto Zúñiga en 1982

Suprema confirmó fallo y condenó a detectives (r) por homicidio de exmarino antigolpista y militante del MIR Ernesto Zúñiga en 1982

Exagentes Martiniano Arias Fernández, Manuel Tibaldo Flores Jorquera y José Hernán Huaiquimil Uribe fueron condenados a 5 años y un día de presidio, en calidad de autores de un delito de lesa humanidad.

 

Por El Ciudadano

Hace 3 horas

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH / Portada

La Corte Suprema rechazó los recursos de casación en la forma y en el fondo interpuestos en contra de la sentencia que condenó a 3 efectivos en retiro de la Policía de Investigaciones, en calidad de autores del delito consumado de homicidio simple de Ernesto Enrique Zúñiga Vergara (29 años, en la foto), cometido en enero de 1982, en la comuna de Pudahuel.

En fallo dividido (causa rol 104.326-2020), la Segunda Sala del máximo tribunal -integrada por los ministros Haroldo Brito, Manuel Antonio Valderrama, Jorge Dahm, Leopoldo Llanos y la ministra María Teresa Letelier- confirmó la sentencia impugnada, dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago, que condenó a Martiniano Arias Fernández, Manuel Tibaldo Flores Jorquera y José Hernán Huaiquimil Uribe a 5 años y un día de presidio, en calidad de autores de un delito de lesa humanidad.

Revisa el fallo completo AQUÍ

Los hechos

En la sentencia de primer grado, el ministro en visita extraordinaria Mario Carroza Espinosa dio por establecidos los siguientes hechos: 

«1.- Que, con fecha 18 de noviembre de 1981, a raíz de diversos asaltos a bancos y los homicidios de tres funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chile en atentado, la jefatura de esa institución ordena su investigación a un grupo operativo especial, entregándole la jefatura al comisario Martiniano Arias Fernández de la dotación de la Brigada Investigadora de Asaltos, B.I.A.;

2.- Que en virtud de este mandato, la Brigada realizó diversas averiguaciones, las cuales arrojaron la individualización de una de las personas presuntamente vinculada a los hechos investigados, esto es, al integrante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Ernesto Enrique Zúñiga Vergara, que en ese entonces respondía a los nombres políticos de ‘Carlos’ o ‘Esteban’, y se logra establecer en base a testimonios recopilados a otros detenidos, que en algún momento este debería concurrir a una casa ubicada en calle Teniente Cruz de la comuna de Pudahuel;

3.- Que al contar con esta información, el día 16 de enero de 1982, cerca del mediodía, se dispuso un operativo de vigilancia en las inmediaciones de la calle Teniente Cruz por Martiniano Arias Fernández, a la espera de la posible llegada de Ernesto Zúñiga Vergara, quien al acercarse al lugar percibe la presencia de los policías en el sector y decide abordar apresuradamente un microbús de la locomoción colectiva, una acción que lleva a los funcionarios policiales a seguirle con sus vehículos;

4.- Que en esa persecución, los agentes de la Brigada logran darle alcance en la intersección de las calles Teniente Cruz con José Joaquín Pérez, y desde uno de los vehículos desciende Martiniano Arias Fernández con dos de sus subalternos, Manuel Flores Jorquera y José Hernán Huaiquimil Uribe, con los cuales sube al vehículo en que viajaba Ernesto Zúñiga Vergara y el resto de los funcionarios policiales que les acompañaban lo rodean externamente;

5.- Que, ya en el vehículo, los funcionarios Martiniano Arias Fernández y Manuel Flores Jorquera se dirigieron de inmediato hasta los asientos posteriores en que se encontraba la víctima, quien al percatarse de la situación, habría procedido a extraer desde sus vestimentas un arma de fuego, respecto de la cual no ha sido posible establecer en autos que la haya utilizado, ya que antes es herido por los funcionarios policiales, quienes en un accionar desmesurado y en forma indiscriminada, utilizan sus armas de fuego para eliminarlo, tanto aquellos que suben al vehículo como los que se encontraban en el exterior, actuando evidentemente con el solo propósito de ejecutarle, ya que su cuerpo en la autopsia presentó al menos veinticuatro impactos de bala, circunstancia que sin lugar a dudas le ocasionó la muerte inmediata en el lugar».

Marino antigolpista

Ernesto Zúñiga Vergara formó parte del grupo conocido como los «marinos constitucionalistas» o «marinos antigolpistas», conformado por funcionarios de la Marina de Chile, principalmente de la tropa, que intentó organizarse para desbaratar el plan golpista que planeaban los oficiales de la Armada en 1973.

El grupo fue detectado por la inteligencia naval y desarticulado, siendo sus integrantes detenidos y brutalmente torturados a partir de agosto de ese año.

La situación de los marinos antigolpistas marcó las últimas semanas del gobierno de Allende. Las denuncias de las torturas causaron conmoción en el pueblo que ya empezó a presentir lo que iba a pasar.

Compartimos a continuación un testimonio sobre Ernesto Zúñiga Vergara, escrito por su compañero en la Marina, Jaime Salazar.

A 40 años de la ejecución de Ernesto Zúñiga Vergara

https://www.elciudadano.com/chile/suprema-confirmo-fallo-y-condeno-a-detectives-r-por-homicidio-de-exmarino-antigolpista-y-militante-del-mir-ernesto-zuniga-en-1982/01/08/

 

Corte Suprema condena a ex oficiales y miembros de la Armada por crimen de obrero textil de Tomé en 1973

Corte Suprema condena a ex oficiales y miembros de la Armada por crimen de obrero textil de Tomé en 1973

La Corte Suprema rechazó el recurso de casación interpuesto en contra de la sentencia que condenó a ex oficiales y miembros de la Armada por su responsabilidad en el delito consumado de homicidio del obrero textil Ricardo Antonio Barra Martínez, perpetrado el 28 de septiembre de 1973 al interior del Fuerte Borgoño en la Base Naval de Talcahuano.Por Darío Núñez

En fallo unánime (causa rol 132.141-2020), la Segunda Sala del máximo tribunal -integrada por los ministros Haroldo Brito, Jorge Dahm, Leopoldo Llanos, la ministra María Teresa Letelier y el abogado (i) Ricardo Abuauad- descartó error de derecho en la sentencia impugnada, dictada por la Corte de Apelaciones de Concepción, que confirmó la de primer grado que condenó al entonces teniente de la Armada Julio Humberto Salvador Alarcón Saavedra a la pena de 5 años y un día de presidio, en calidad de autor inductor del delito, y al entonces soldado conscripto Patricio Enrique Salamanca Marín a 3 años y un día de presidio, como autor material del crimen.

Por tanto, se resuelve que: “se rechazan los recursos de casación en el fondo interpuestos por las defensas de los sentenciados Salamanca Marín y Alarcón Saavedra, contra la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Concepción de veinticinco de agosto de dos mil veinte, la que por consiguiente, no es nula”, dictaminó la Suprema.

Te puede interesar: Corte Suprema condena a ex comandante en jefe Juan Emilio Cheyre y otros ocho ex miembros del Ejército por crímenes de Caravana de La Muerte en La Serena

En la causa, los también ex oficiales de la Armada Aníbal Octavio Aravena Miranda y Omar Antonio Dapick Bitterlich fueron condenados en primera instancia a solo 541 día de presidio como autores de apremios ilegítimos, y esa sentencia queda confirmada pues no presentaron ningún recurso posterior.

En la investigación judicial y fallo de primer grado, el ministro en visita Carlos Aldana Fuentes dio por establecido que el 27 de septiembre de 1973, alrededor de las 8:00 horas, personal de la Comisaría de Carabineros de Tomé, a cargo del mayor Juan Humberto Utreras Chávez, apoyado por personal de la Armada, realizó un operativo sobre la casa signada con el N° 10 en el cerro Miramar, con el objetivo de detener a personas denunciadas como extremistas de izquierda.

En el operativo se detuvo a cuatro personas, todas miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), residentes en Tomé. Los detenidos fueron los obreros textiles de la industria Paños FIAP Tomé, Héctor Manuel Lepe Moraga, de 29 años de edad, Tránsito del Carmen Cabrera Ortiz, de 28 años, Ricardo Antonio Barra Martínez, de 24 años, y el estudiante universitario Miguel Ángel Catalán Febrero, 24 años de edad.

Todos los detenidos fueron trasladados a la Comisaría de Tomé donde fueron interrogados y torturados. Mientras los detenidos se encontraban en los calabozos de la comisaría, también fueron interrogados -especialmente Barra Martínez- por oficiales de la Armada, con aplicación de torturas y rigor innecesario, como quemaduras con cigarrillos en el cuerpo, golpes de pie, puño y con objetos contundentes en el cuerpo y colgarlos de los pies para sumergirle la cabeza en un tambor con agua.

Entre algunos de los oficiales que realizaban estas prácticas se encontraban el entonces teniente Omar Antonio Dapick Bitterlich, quien dependía de Eduardo Silva Gordon (fallecido) y estos del capitán de Navío, director de la Escuela de Grumetes y jefe de plaza de Tomé -lugar que se encontraba en estado sitio-, Aníbal Octavio Aravena Miranda.

Al día siguiente (28 de septiembre de 1973), alrededor de las 11:00 horas, Carabineros de Tomé puso a disposición y entregó a los cuatro detenidos al jefe de plaza de Tomé, capitán de Navío Aníbal Octavio Aravena Miranda, los que fueron trasladados a la Fiscalía Naval de Talcahuano, custodiados por personal de la Armada, ingresando los detenidos al Fuerte Borgoño, a cargo del Destacamento de Infantería de Marina, Aldea.

En esas condiciones, Barra y los otros detenidos llegaron al Fuerte Borgoño donde fueron recibidos por personal de la DIM quienes les propinaron una brutal golpiza de bienvenida. Estando ya detenidos en el lugar denominado ‘La Ciudadela’, el teniente Julio Alarcón Saavedra le dio orden al soldado conscripto Patricio Salamanca Marín para que le diera una golpiza a Barra Martínez -quien se encontraba visiblemente torturado-. El individuo Salamanca procedió a golpearlo fuertemente, a raíz de lo cual Barra pierde el aliento y se desploma al suelo, perdiendo la vida.

La Armada informó que la causa del deceso había sido ‘Muerte súbita. Infarto cardiaco’, ocurrida a las 23:30 horas del día 28 de septiembre de 1973, registrándose así en el certificado de defunción del detenido y el cuerpo fue entregado posteriormente a los familiares, en urna sellada”.

Posteriormente, los otros tres detenidos fueron ingresados en la Cárcel de Tomé desde donde fueron sacados por miembros de la Armada el día 9 de octubre para ejecutarlos en Quebrada Honda, en la ruta entre Tomé y Penco.

‘Isla Riesco: Historias ocultas de Colliguay’

 

En ‘Isla Riesco: Historias ocultas de Colliguay’ nos adentramos en una de las caras poco conocidas de la Dictadura Cívico-Militar chilena de voz de sus propios protagonistas. Durante algunos meses en la alejada zona rural de la comuna de Quilpué, en la V Región, funcionó un centro de detención que en relato de quienes ahí estuvieron “era un típico campo de concentración nazi”. Este documental se enmarca en el trabajo de rescate de memoria histórica realizada por ex-presos políticos de este campo de concentración, donde junto al retablista y artesano porteño Mario ‘Puelche’ construyeron una maqueta a escala del campo, además de un libro que expone distintos relatos y vivencias de ex-presos políticos de Colliguay y un relato, tanto fotográfico como escrito, del comunicador Guillermo Correa. Con estos elementos, junto a este documental, se levantó una exposición itinerante llamada “Isla Riesco: Historias ocultas de Colliguay” que espera recorrer distintos territorios buscando fortalecer la memoria histórica contra la impunidad y el olvido.

Realización audiovisual: Miguel Moya Diez.

 

 

LA ENTREVISTA PRIVADA. Nelson Caucoto, confesiones de medio siglo en labor en DDHH

 

LA ENTREVISTA PRIVADA. Nelson Caucoto, confesiones de medio siglo en labor en DDHH

Su llegada en 1976 a la Vicaría de la Solidaridad, siendo un egresado de Derecho de la Universidad de Concepción. Entró “para servir en un momento que era peligroso, para apoyar a tanta gente que estaba afligida” y afirma que “nadie puede no conmoverse con el nivel de atrocidades que se cometían”. Confiesa que de todos estos años guarda secretos que resguardará. Sostiene que hoy “una noticia de derechos humanos no es noticia” en la prensa tradicional y que “el negacionismo es alimentado por los medios de comunicación”. Y sentencia: “Creo que se sabía más en dictadura en materia de derechos humanos, de lo que está pasando hoy”. El jurista opina que “Punta Peuco es el punto culminante de la gran desigualdad que existe en Chile en materia penitenciaria” y se muestra optimista frente al Plan Naciones de Búsqueda de detenidos desaparecidos: “Pienso que si se hacen bien las cosas, se pueden llegar a buenos resultados”.

 

Hugo Guzmán Rambaldi. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 1/12/2023. Conmueve escucharlo cuando habla de 47 años dedicado a casos de personas torturadas, arrojadas al mar, violadas, víctimas de terribles atrocidades, desaparecidas, fusiladas, detenidas ilegalmente.

Nelson Caucoto Pereira, abogado, 72 años, ha estado al frente de decenas de procesos por violaciones a los derechos y crímenes de lesa humanidad y califica de “conmovedores”, “espantosos”, “dramáticos”, “una cuestión inhumana”, los casos que le tocó conocer y litigar, producto de la acción represiva de agentes del Estado durante la dictadura.

“Hay pocos, pero existen secretos”, para resguardar a los familiares de las víctimas de tantos horrores, dice en entrevista con ElSiglo.cl.

No se había titulado de abogado y se acercó, primero, al Comité por la Paz en Concepción, con la idea de ayudar, pero finalmente terminó trabajando en la Vicaría de la Solidaridad en Santiago y no paró por casi ya medio siglo. Eran años de la más terrible represión: “Llegué ahí y me sentí muy albergado y eso contagia la mística interior y el miedo queda en segundo lugar”, asevera.

Nara de sus inicios: “Estudié derecho en la Universidad de Concepción, llegué el año 1969, era militante de la Democracia Cristiana y de ahí salté a la Izquierda Cristiana en 1971 y no me moví más, sigo siendo de la IC. Entré a una universidad donde el progresismo era notorio, con gran contenido político, la derecha no existía, el MIR era muy potente, y también la Unidad Popular, donde estaba el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Mapu, la IC”.

Abunda: “Vino el golpe de Estado, estaba en quinto año de la carrera de Derecho, y con un compañero de curso fuimos a ofrecernos al Comité por la Paz que se había abierto, pero nos dijeron que no había cupo, que estaba llena la planta. Nosotros les dijimos que íbamos ad honorem, pero nos agradecieron y nos dijeron que ya no se podía. Yo quedé con el bichito de cooperar, de ayudar en algo, y a través del contacto de una Asistente Social que trabajaba en el comité en Santiago, supe que se iba a formar la Vicaría de la Solidaridad, en enero del ’76, y ella me dijo que me presentara. Llegué, me presenté, y me pusieron en contacto con la abogada Fabiola Letelier. Diría que ella fue la que me abrió las puertas, fue la gran responsable de que yo haya ingresado a la Vicaría, me ayudó mucho, me cobijó, yo era un tipo de provincia, no conocía a nadie, y mi único interés era ayudar”.

¿Usted es originario de Iquique?

Soy natural de la pampa, al interior de Iquique, soy de la salitrera Alianza.

¿Y cuándo llegó a la Vicaría, ya estaba titulado de abogado?

No, yo había egresado, estaba haciendo la práctica en Santiago, pero no era abogado. Me recibí de abogado estando dentro de la Vicaría, en junio de 1976.

¿Qué lleva a un joven abogado, recién titulado, con opciones de que le vaya bien como abogado, a ese compromiso con víctimas de violaciones a los derechos humanos? Estamos hablando más que de tiempos difíciles, de tiempos peligrosos, terribles.

En la Universidad de Concepción era casi un eslogan el decir que uno tenía que devolver a la sociedad lo que la sociedad había hecho por uno. Le debo mucho a mis padres por el esfuerzo que hicieron, pero sabía que la sociedad en su conjunto aportaba para que los jóvenes universitarios se desarrollaran y la manera de devolver la mano a la sociedad era poniéndose al servicio de la gente. Ese mensaje era muy fuerte, siempre me marcó y siento que es parte de lo que se denomina como el bien común. A través de esa ayuda puedes trascender en una profesión, con tus obras, pero tienes que devolver lo que la sociedad hizo por ti, esa es la motivación para mi trabajo en derechos humanos y para servir en un momento que, como decías, era peligroso, pero uno era útil para apoyar a tanta gente que estaba afligida, que estaba siendo vulnerada en sus derechos, que era perseguida, que estaban ultimando y haciendo desaparecer. Frente a eso no podía quedar indiferente.

¿A usted le sorprendió el nivel de atrocidades que se cometían?

Por supuesto. Nadie puede no conmoverse con el nivel de atrocidades que se cometían, era espantoso, una cuestión inhumana. La cercanía con los familiares de las víctimas viene desde ahí, y uno se fue haciendo parte de esa gran familia. Se produjo un tema humano muy profundo.

¿En algún momento sintió miedo?

Mentiría se dijera que sentí miedo, no sentí miedo. Siempre me sentí muy estimulado porque la Vicaría era una institución de Iglesia y yo sabía que tenía un gran poder en Chile. Era otra Iglesia, comprometida, capaz de alzar la voz frente a la dictadura, y lo hizo, y me sentía protegido. Soy cristiano y siempre me he sentido protegido por una imagen de San Francisco de Asís que estaba a la entrada de la Vicaría, y donde decía “bienaventurados los que luchan por la justicia”. El interior de la Vicaría era pura fraternidad, solidaridad, fue una casa de acogida inmensa, para los funcionarios y para los familiares. Llegué ahí y me sentí muy albergado y eso contagia la mística interior y el miedo queda en segundo lugar.

Había un contraste. Porque como abogados tenían que ir a los Tribunales, ver a los jueves, a los gendarmes, meterse en el ambiente del Poder Judicial en plena dictadura.

Era complicado por la nula recepción que teníamos. Los Tribunales era un espacio cerrado, no teníamos ninguna llegada, ninguna amabilidad, y te vas acostumbrando a litigar a pérdida, todo lo que hacíamos era pérdida, no recuerdo un triunfo en esa época. Me negaban amparos, defendía a presos políticos sin logro alguno, hacíamos todo lo relacionado con violaciones a los derechos humanos y no recuerdo haber tenido algún éxito judicial. Era espantoso. Te acostumbrabas a saber que debías tener constancia, vivir bajo la lógica de que mañana será distinto, que alguna vez cambiará la situación, que no podía ser siempre así, que no podemos vivir así. Al final, claro, te percatas que las cosas no son eternas, los países cambian, los jueces cambian, las circunstancias cambian.

¿Y usted de que vivía? En esos años hubo abogados que ganaron mucho dinero. Pero usted, como otros, estaba dedicado a defender casos de derechos humanos, no a ganar dinero.

Antes de entrar a la Vicaría, llegué a la oficina de unos abogados, trabajé de secretario de esos abogados, atendía al público. Después llegué a la Vicaría y pagaban bien, y hay que entender que la Vicaría no habría existido como existió si no es por la solidaridad internacional, por eso es que este país tiene que cultivar la solidaridad internacional. Estaba el Consejo Mundial de Iglesias, la Comunidad Económica Europea, muchas instituciones. Era destacable que el abogado más importante de la Vicaría, ganaba casi lo mismo que el joven que era portero, no había gran diferencia en los sueldos.

¿En esos años hizo su vida, se casó, tuvo hijas, hijos?

Me casé, tuve cuatro hijos, seguí en la labor de derechos humanos, la vida transcurrió. De repente me sentí atrapado en el tema, pero atrapado con entusiasmo. Fuimos abriendo un camino incluso para decirles a los jóvenes que uno puedo vivir si trabaja en derechos humanos, se abren espacios, los derechos humanos están en todas partes, en todos lados, y lo miro como una tabla de salvación para la Humanidad. Si no somos capaces de convivir en un margen de convivencia consensuada entre todas las personas, la vida será imposible.

“No tiene sentido vivir en una democracia donde se violan los derechos humanos”

Es recurrente a ir al tema de derechos humanos en relación a la dictadura. ¿Hay que hacer un esfuerzo por instalar el tema ahora, que sea mejor asimilado por la sociedad chilena? Puede existir una tentación de dejarlo algo de lado ahora que estamos en una democracia formal.

Parto de la base de que la democracia, el sistema democrático, que es un sistema que hay que profundizar y ampliar en todos sus aspectos, se basa en un sustento moral que es el respeto, el reconocimiento, la promoción y la garantía de los derechos humanos. O sea, ése es el elemento moral que fortalece la democracia, es el elemento fundacional de la democracia. No tiene sentido vivir en una democracia donde se violan los derechos humanos todos los días, eso es anti ético, algo absolutamente contradictorio. El fundamento moral de la democracia son los derechos humanos.

Tienes razón en que hay que comenzar a profundizar en el tema y su actualidad. Hace unos días unos militares presos en Punta Peuco sacaron una declaración hablando de la responsabilidad de los altos mandos, que los responsables no son los subordinados, y dijeron algo muy destacable, y es que sus actuaciones fueron porque las instituciones los formaron así, en el amor a la Patria, descuidando el amor, el afecto, la cercanía que hay que tener por las personas. Se les educó diciendo que esa persona que estaba al frente era un enemigo y por tanto había que aniquilarlo. Tú no puedes, ahora, desarrollar el amor a la Patria sino desarrollas el amor a la gente que vive dentro de esa Patria. No se puede formar a la gente y menos de las instituciones armadas en función de ejecutar o violentar a enemigos, que es gente de la misma Patria. Los civiles no somos enemigos de los militares y los militares no tienen que ser enemigos nuestros. Ahí hay una clave, y es la falta de educación, en todas las instituciones, sobre derechos humanos. Claro que yo predico que los derechos humanos no sólo se deben enseñar o abordar sólo dentro de las Fuerzas Armadas o policiales, también en las universidades, en la educación básica y media, hasta en la educación pre-escolar. Así vas cambiando a la sociedad y vas a tener una democracia y una sociedad más amplia y más vivible.

¿Cuál ha sido el caso más difícil, más dramático, que le tocó abordar en materia de violaciones a los derechos humanos en estos casi cincuenta años?

Todos los casos son inmensamente conmovedores. Cómo no conmoverse con el caso de las víctimas de Paine, fue espantoso lo que pasó ahí. El caso de La Moneda, esa gente que se mantuvo leal junto al Presidente Salvador Allende, la actitud digna de Allende y sus colaboradores, la gente no entiende lo que fue estar dentro de La Moneda bombardeada, incendiada, llena de humo, atacada, estar ahí y mantenerse. Después a muchos los matan impunemente, desarmados. Cómo no me voy a conmover con el menor (Carlos) Fariña, un niño de 13 años que estuvo desaparecido más de 20 años y lo encontraron muerto en Américo Vespucio con San Pablo, que fue rociado con bencina y lo quemaron, cómo no va a ser espantoso. El caso de Lonquén, fue dramático, se gastó la mayor cantidad de prensa en ese caso y cuando lo terminamos, hace tres o cuatro años, no se publicó prácticamente nada, que se entregaron los cuerpos y se condenó a los sujetos responsables, que se trago alguna conformidad a esas familias. Cómo no conmoverse con las víctimas del Comando Conjunto, de la Dina, lo que sufrieron las víctimas en Londres 38, en Villa Grimaldi, en la casa de José Domingo Cañas. Lo que pasó con los campesinos de Liquiñe, el caso del asesinato de Víctor Jara, lo que ocurrió con José Tohá, Bautista Van Schouwen.

“Una noticia de derechos humanos no es noticia en los medios tradicionales”

Usted hace referencia a la información. ¿Cómo ve en la actualidad el papel de la prensa y los derechos humanos?

Creo que hoy no han cambiado los parámetros. Una noticia de derechos humanos no es noticia en los medios tradicionales. No es noticia en El Mercurio, La Tercera, La Segunda, en la televisión, muchas radios, no es noticia lo que ocurra en derechos humanos. Mira, en esto del negacionismo, el negacionismo es alimentado por los medios de comunicación. En agosto de este año, 54 agentes del Estado fueron condenados a cárcel, en un mes. ¿Eso no es noticia? En cualquier parte del mundo eso es noticia, aquí no. Los matinales de la televisión están para meterles miedo a las personas, que la gente no salga, que están asaltando en todas partes, que los portonazos, que los migrantes, es puro miedo lo que transmite la televisión casi todo el día. Pero esos noticias de derechos humanos, donde precisamente se condena a personas que cometieron delitos violentos, no sale. Por eso le encuentro razón al Presidente (Gabriel) Boric cuando dice que en los diarios salen puras noticias malas, que no están las noticias buenas. Si te niegas a publicar informaciones de este tipo, que con importantes para la sociedad, entras en una afectación. En la desinformación de los medios hay un alimento enorme para el negacionismo.

Afortunadamente existe esta prensa alternativa, digital, electrónica, que nos permite salir con informaciones sobre derecho humanos. Vivimos un mundo distinto con lo que publica la prensa tradicional y lo que publica la prensa alternativa. Esa prensa alternativa, por cierto, debiera tener el apoyo estatal, y el contrario, el Estado fortalece económicamente a la empresa privada, empresarial, que oculta tema como el de los derechos humanos. Hay que apoyar a los medios alternativos de distintas maneras.

Usted lleva 47 años dedicados al tema de derechos humanos, defendiendo a víctimas, buscando a los responsables y que sean procesados, es crítico respecto a temas en esta materia, sigue  bregando por aclarar hechos, ¿siente que el sistema lo quiere sacar a un lado, siente que es incómodo para la institucionalidad, que lo quieren marginar, que no le dan espacios?

Hay algo de eso, sin lugar a dudas. Uno se acostumbra. En ese sentido, esto no es distinto al tiempo de la dictadura. Mira, fíjate lo que te voy a decir. En tiempo de dictadura nos prodigábamos espacios en la prensa tradicional, empresarial. Salían noticias de lo que hacíamos en La Cuarta, en La Tercera, en Las Últimas Noticias, en El Mercurio. También en algunas radios y algunos canales de televisión. Porque te familiarizabas con los periodistas en la sala de prensa de Tribunales, por la vía del conocimiento público e incluso de un favor, salía algo de información, algo de lo que les informábamos a esos periodistas, y si no era por esa vía, nadie habría sabido nada de lo que pasaba en el tema de derechos humanos. Creo que se sabía más en dictadura en materia de derechos humanos, de lo que está pasando hoy, en los medios tradicionales.

Había periodistas dedicados a eso, sensibilizados con eso.

Claro, había periodistas que sabían perfectamente de qué se trataba lo de derechos humanos, los procesos, estaban al tanto e informaban. Eran personas avezadas en el tema, conocían lo que ocurría, y tenían un compromiso con la verdad. Eso era importante. Me parece que teníamos más prensa en los diarios tradicionales en la época de la dictadura que ahora. Y quiero insistir en el papel de los medios alternativos, incluso en dictadura, que siempre informaron todo lo de derechos humanos.

Plan de Búsqueda: “Si se hacen bien las cosas, se pueden llegar a buenos resultados”

¿Usted está de acuerdo en que hay que cerrar Punta Peuco como cárcel especial para violadores de derechos humanos?

La verdad que a estas alturas ni me he puesto a pensar. Siempre he dicho que Punta Peuco es el punto culminante de la gran desigualdad que existe en Chile en materia penitenciaria, es como un monumento a la desigualdad. Desde esa perspectiva, indudablemente que no me gusta Punta Peuco. Es cosa de ir a la Penitenciaría o a Santiago 1 y ver cómo viven los internos ahí, que han cometido delitos menos graves que esos militares, delitos menos repudiables que los cometidos por los que están en Punta Peuco, y hay que ver cómo viven los de Punta Peuco, llenos de privilegios que no tiene los que están en la Penitenciaría u otras cárceles.

¿Está optimista o reticente con el Plan Nacional de Búsqueda?

Soy por naturaleza optimista. Hay que valorar ese plan porque es serio, compromete a todo el Estado en una tarea tan noble como es encontrar a los desaparecidos, y eso hay que alimentarlo con optimismo. Hay formas de llegar a determinada información, la información sobre los detenidos desaparecidos está diseminada a lo largo y ancho del país. Hay mucha gente que tiene información y no la ha entregado. El Estado tiene que ir a los agentes que están presos, que están libres, y hacer esa búsqueda.

Las Fuerzas Armadas y Carabineros dicen que no hay más información.

No, no, no. Creo en un tema humano, y un tema humano es cuando la gente entra en una edad y avizora el final de sus días, está dispuesto a revelar secretos, a contar. Mira, los secretos familiares ¿cuándo se develan?, cuando la persona está en el lecho de muerte. Me parece que eso puede pasar con esa gente, que hay información que poseen y que la pueden entregar con el transcurso del tiempo. Quizá hay quienes quisieran terminar bien, en paz con su consciencia, no seguir haciéndole daño a los familiares de los desaparecidos y entregar cierta información. Creo en ese aspecto humano. Además están las pericias, las técnicas.

¿Entonces cree que de los más de mil detenidos desaparecidos hay posibilidades de saber qué ocurrió con ellas y con ellos?

De algunos, no creo que todos. Cómo vamos a saber qué pasó con la gente que tiraron al mar. El Ejército reconoció que había lanzado 200 personas al mar, cómo las vamos a encontrar. Pero puede haber noticias respecto de algunas personas. Tengo algo de optimismo, pienso que si se hacen bien las cosas, se pueden llegar a buenos resultados. Hay que aportar a eso.

«De los familiares destaco una cualidad. La lealtad».

¿Cuál en su percepción sobre las y los familiares de las víctimas, qué le deja la convivencia de todos estos años con ellas y ellos?

Tengo un tremendo cariño hacia ellos, de esos cariños profundos que se van alimentando con el paso de los años. De los familiares destaco una cualidad que me conmueve, y he estado pensando en eso este último tiempo. La lealtad. Hay gente que acompañé desde 1976 y les sigo acompañando hasta el día de hoy. No se cansaron de mi, siguieron conmigo, y eso es muy emocionante. Esos son sentimientos puros, sinceros, son cosas que uno va labrando a lo largo de la vida. Sin el movimiento de derechos humanos, sin los familiares de las víctimas, no habría existido todo el avance que hubo. En ellos descansa toda esta lucha por justicia. Descansa también todo el sentido que le he dado a mi profesión.

En todos estos años, con todo lo que le tocó conocer y litigar, ¿guarda secretos, guarda información que es mejor no contarla?

Sí. Hay algo que se debe guardar para no herir a los familiares de las víctimas. Uno es reservado. He tratado de cuidar que no aparezca por ningún lado una pista de algo que es mejor resguardar. Hay pocos, pero existen secretos.

 

Observaciones preliminares de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, Dra. Alice Jill Edwards, al concluir su visita a Chile

 

 

Observaciones preliminares de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, Dra. Alice Jill Edwards, al concluir su visita a Chile

(16 al 27 de octubre de 2023)

***

Vea abajo la versión en inglés

English version below

Tuve el placer de hacer una visita a Chile desde el 16 al 27 de octubre de 2023 como Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

Quiero expresar mi más profundo agradecimiento al Gobierno por su ejemplar cooperación con mi mandato durante la visita.

De acuerdo con la metodología del mandato puedo indicar que se me otorgó acceso completo a todos los lugares que buscaba inspeccionar. Estas visitas se hicieron sin previo aviso, incluso durante los fines de semana. Al menos una de las visitas tuvo lugar de noche.

Tuve el honor de reunirme con el Ministro de Relaciones Exteriores; la Ministra del Interior y Seguridad Pública; el Ministro de Justicia y Derechos Humanos; la Ministra de la Mujer y la Equidad de Género; el Presidente de la Corte Suprema, las Comisiones de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y Senadores; el Fiscal Nacional; el Defensor Nacional; el Director Nacional del Servicio Médico Legal; el General Subdirector de Carabineros de Chile y la General a cargo de Derechos Humanos; los miembros del Instituto Nacional de Derechos Humanos; los miembros del Comité para la Prevención de la Tortura (Sistema Nacional de Mecanismo de Prevención de Chile); miembros de la Defensoría de la Niñez y la Directora del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.

También me reuní con representantes del sistema de las Naciones Unidas. Quiero agradecer al Coordinador Residente de las Naciones Unidas, al Representante Regional para Sudamérica y al equipo de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos por su apoyo invaluable y además al equipo de las Naciones Unidas en el país por la asistencia que brindaron durante la visita. También quisiera agradecer la presencia y la ayuda del perito forense, Profesor Duarte Nuno Viera, quien me acompañó durante toda la visita.

Agradezco a todas las organizaciones no gubernamentales, a las personas defensoras de los derechos humanos, a las familias de las víctimas y sobrevivientes de violaciones a los derechos humanos y a los representantes de la sociedad civil que se reunieron conmigo y compartieron sus historias, experiencias y conocimientos.    Espero continuar el diálogo positivo con el Gobierno y otros actores relevantes sobre las recomendaciones que presentaré en el informe completo de la visita.

Objetivo de la visita   

El objetivo de la visita era evaluar los avances de Chile en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales de prohibir y prevenir la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes donde sea que ocurran y formular recomendaciones para los desafíos y proporcionar los recursos jurídicos y rehabilitación a víctimas y sobrevivientes.

Examiné los marcos legales e institucionales del país sobre la prohibición y prevención de la tortura; la investigación y el procesamiento de denuncias de tortura u otros malos tratos; las condiciones y los estándares de trato para las personas privadas de libertad en diversos entornos como cárceles, instituciones psiquiátricas, celdas de tribunales, comisarías (de Carabineros y de la Policía de Investigaciones) y centros de detención juvenil; y centros para el cuidado de niños en custodia no penal del Estado.

Al visitar los centros de privación de libertad, presté especial atención a las personas en mayor riesgo, incluidas las mujeres, los niños, niñas y adolescentes, la comunidad LGTBQI+, las comunidades indígenas, los extranjeros y las personas con discapacidad.

Los lugares y recintos que visité   

En la región de Valparaíso, visité dos comisarías de Carabineros de Chile, la Segunda Comisaria Central Valparaíso y la Comisaria de Carabineros N°1 de Viña del Mar; un hospital psiquiátrico, el Hospital del Salvador; y dos residencias para el cuidado de menores en custodia del Estado (Residencias Familiares de Administración Directa del Estado), la Residencia Valparaíso en Cerro Alegre (para niñas) y la Residencia Viña del Mar (para niños).

Visité tres cárceles en la región de La Araucanía, el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco, el Centro Penitenciario Femenino de Temuco y el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Angol. También visité el complejo policial de la Policía de Investigaciones (PDI) de Temuco y las celdas del Juzgado de Garantía de Temuco.

En la región de Tarapacá visité tres comisarías de Carabineros de Chile, la Primera Comisaria Central y la Cuarta Comisaria (Comisaria Cavancha) en Iquique, y la Tercera Comisaría de Alto Hospicio, y una unidad de la PDI en Iquique.

En Iquique también visité un centro de detención juvenil, el Centro de Internación Provisoria (CIP) y de Régimen Cerrado (CRC) y Semicerrado (CRS), el Hospital Regional Dr. Ernesto Torres Galdames, específicamente su Unidad Hospitalaria de Cuidados Intensivos Psiquiátricos y también el Complejo Penitenciario de Alto Hospicio.

Hasta ahora he visitado cuatro cárceles, cinco comisarías de Carabineros de Chile, dos unidades de la PDI, las celdas de un tribunal, dos hospitales psiquiátricos, un centro de detención juvenil y dos residencias para el cuidado de menores. La misión también visitó el servicio médico legal en Santiago y Temuco.

Al momento de redactar este informe la misión estaba haciendo las visitas en Santiago. La lista completa se incluirá en el informe final.

Contexto de la visita   

Mi visita coincidió con los aniversarios de dos momentos cruciales de la historia de Chile. El 11 de septiembre de 2023 se cumplieron cincuenta años del golpe militar. Durante la dictadura que siguió la tortura, las desapariciones forzadas y las ejecuciones sumarias se llevaron a cabo con un flagrante desprecio por el estado de derecho y por la vida y la dignidad inherentes al ser humano.

El período de Pinochet y los actos de tortura que se perpetraron dejaron profundos impactos en los cuerpos y en las mentes de todos los chilenos, a pesar de que actualmente muchos de ellos nacieron después de la dictadura y no tienen memoria viva de ello. Los efectos de la tortura a una escala tan amplia los sienten sus víctimas directas y sus familiares y también la sociedad en su conjunto, incluso a través de las generaciones.

La sombra del tortuoso régimen de Pinochet se mencionó durante la visita en muchas conversaciones con distintos interlocutores. Para muchos actúa como una señal de advertencia para continuar avanzando hacia adelante con la necesidad de estar siempre vigilantes.

Los dramáticos eventos que ocurrieron en Chile y en otros lugares de Sudamérica impulsaron el establecimiento de las sólidas reglas y mecanismos del sistema de las Naciones Unidas para prevenir y limitar el riesgo de la tortura y otros tratamientos inhumanos, incluido mi mandato como Relatora Especial, que durante casi cuarenta años les ha dado a las víctimas una vía de esperanza en la búsqueda de reparación y la obtención de justicia.

El segundo momento crucial fue el cuarto aniversario del 18 de octubre de 2019, donde la dura respuesta frente a las protestas (estallido social) provocó violaciones masivas a los derechos humanos. Miles de personas tuvieron que buscar tratamiento de emergencia en los hospitales y los informes indican que alrededor de 350 personas sufrieron lesiones oculares (mutilaciones e incluso ceguera). Los alegatos de violencia sexual, apremios ilegítimos y tortura siguen en investigación.

La arquitectura de los Derechos Humanos en Chile   

Chile ha realizado notables avances desde la era de Pinochet. Ha emprendido numerosas e importantes reformas jurídicas e institucionales para inculcar una cultura de derechos humanos en todo el país y en distintos sectores. Acá mencionamos algunas.

Chile es parte de los principales tratados sobre los derechos humanos, entre otros el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (consulte los artículos 7, 9, 10 y 4  11), la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura, la Convención Interamericana sobre los Derechos Humanos (artículo 5) y la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.

El activo papel de liderazgo conjunto de Chile en la Iniciativa de la Convención contra la Tortura es un modelo de cooperación internacional en materia de derechos humanos para prohibir y prevenir la tortura a escala nacional y mundial.

Felicito al Estado de Chile por la difusa arquitectura de derechos humanos que se ha construido, incluido el establecimiento de una Institución Nacional de Derechos Humanos de primera categoría1 y el Comité para la Prevención de la Tortura que sirve como mecanismo nacional de prevención en conformidad con el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura.

Otras instituciones como la Defensoría de la Niñez también desempeñan una función importante de supervisión y asesoramiento.

También quiero destacar el trabajo de las Comisiones de Derechos Humanos que operan tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados y el papel que desempeñan en mantener la prohibición y la prevención de la tortura en la agenda parlamentaria.

Más aún, destaco que se han establecido unidades de derechos humanos que operan dentro de los ministerios, departamentos y agencias del gobierno incluida la Fiscalía, la PDI, Carabineros y el sistema penitenciario (Gendarmería).

Una sociedad civil sin temor y con conocimientos puede hablar abiertamente y salir a las calles con regularidad. Este es una señal de desarrollo y madurez democrática.

Soy consciente del proceso de reforma constitucional en curso impulsado por el estallido social de 2019. Quiero aprovechar esta oportunidad para alentar a todos los chilenos a no transigir con los derechos humanos fundamentales.

La prohibición absoluta de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes son una obligación irrenunciable del Estado y su reconocimiento y aplicación debe estar por sobre la política.

Denuncias, investigaciones y enjuiciamientos por delitos de tortura y otros malos tratos 

Principios generales  

Se debe investigar cada acto de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. El deber del Estado de investigar y procesar los casos, lo cual comienza por promulgar legislaciones que establecen el derecho a presentar denuncias y concluye con el procesamiento, el juicio y la condena de los presuntos autores o el sobreseimiento del caso en base a un razonamiento judicial sólido; o la extradición del imputado para ser juzgado en otra jurisdicción.

1 https://ganhri.org/membership/

Las investigaciones y procesos efectivos reconocen el sufrimiento y entregan justicia y paz a las víctimas y las comunidades. El deber está estrechamente relacionado con el derecho de las víctimas y los sobrevivientes a interponer recursos y obtener reparaciones. Las investigaciones oportunas, imparciales y transparentes también ayudan a mejorar el comportamiento de los funcionarios y a desarrollar o restablecer la confianza en la administración de la justicia (A/HRC/52/30).

Observaciones generales  

La definición de la tortura en la Ley 20968 se ha actualizado de acuerdo con los comentarios del Comité contra la Tortura; sin embargo, la definición del delito de tortura aún no está alineado con el Artículo 1 de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura.

En particular, la lista cerrada de “fines” por los que el dolor o sufrimiento grave infligido por las autoridades del Estado se convierte en tortura en la Ley 20968 no cumplen con el Artículo 1 de la Convención que es intencionalmente abierta.

Esto ha dificultado el enjuiciamiento por tortura de los casos en los que se alega dolor o sufrimiento grave por lesiones sufridas durante los disturbios civiles de 2019.

Por otra parte, acojo con satisfacción la referencia explícita a la tortura sexual como delito en la legislación chilena, así como la clara lista de motivos discriminatorios.

Más aún, en la mayoría de los centros de detención que visité, el derecho a presentar denuncias de manera confidencial y sin temor a represalias no estaba bien garantizado. Los buzones de denuncias, por ejemplo, estaban ubicados en lugares evidentes en algunas instalaciones y a menudo bajo el escrutinio de cámaras de circuito cerrado de televisión (CCTV).

Los afiches sobre los derechos de las víctimas y de los detenidos se exhibían en distintos idiomas, incluido el mapudungun, el creole, español e inglés en todos los edificios administrativos y estaciones policiales que visité. No obstante, casi siempre estaban en la entrada de los edificios y, por lo tanto, fuera de la vista de las celdas donde los detenidos los pueden ver y verificar sus derechos mientras están detenidos.

Aliento al Gobierno a considerar la preparación de una representación pictórica de los derechos de quienes tienen dificultades para leer o que no saben leer o quienes no pueden leer en los idiomas mencionados anteriormente.

Reconozco los numerosos procesos que se han emprendido para abordar los abusos del pasado, incluida la Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura (Comisión Valech) y el programa “PRAIS”2, así como el reciente Plan Nacional de Búsqueda del Presidente Boric para determinar las circunstancias de los desaparecidos.

Sin embargo, me preocupa lo que se me ha informado sobre el lento avance de la justicia en las causas de tortura, tanto del pasado como las más recientes, donde solo una   https://cti2024.org/chile-in-focus/  pequeña parte de los imputados han sido procesados e incluso una cantidad menor ha sido condenada.

Entre los desafíos clave para una investigación eficaz que he identificado, y que también han reconocido las autoridades, se encuentra la necesidad de realizar una restructuración profunda al servicio médico legal, incluido el fortalecimiento de la especialización forense a profesionales calificados; hacer que las remuneraciones sean comparables a los de otras áreas de especialización médica para atraer y retener al personal; proporcionar capacitación teórica y práctica adecuada, incluida en lo que respecta al Manual para la Investigación y Documentación Eficaces de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (Protocolo de Estambul – edición de 2022) y el Protocolo de Minnesota sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilícitas (2016).

Sin embargo, quiero reconocer las inversiones del Gobierno en nueva infraestructura en Santiago que contará con la tecnología más reciente y que estará operativa en 2025.

Una tendencia preocupante que llamó mi atención en cuanto a alcanzar la justicia para las víctimas y sobrevivientes tiene que ver con penas que no guardan proporción con la gravedad del delito de tortura. Además, la ley chilena permite la reducción de la condena en base al paso de la “mitad de la prescripción” o “media prescripción”. En mi opinión, esto va en contra de la obligación inderogable de prohibir la tortura, ya que no debe haber plazos de prescripción aplicables a la tortura3.

Uso de la fuerza y armas menos letales  

  Principios generales  

La munición y los lanzadores que contienen varios proyectiles (en lugar de simples) no son seguros de utilizar. Debido a que son inadecuados, atacan objetivos de forma indiscriminada y arbitraria, y suponen un riesgo significativo para los transeúntes, a quienes las autoridades tienen el deber de cuidar. Esos proyectiles pueden provocar heridas graves, incluido a zonas sensibles del cuerpo como la cabeza o los ojos. También pueden provocar pánico y estampidas peligrosas (A/78/324).

   Observaciones generales 

Durante mi visita, escuché muchos relatos de personas heridas durante el estadillo social de 2019 provocado, entre otras cosas, por las municiones de proyectil múltiple utilizadas por las fuerzas del orden.

Se me informó que Carabineros de Chile ya no utiliza las armas cinéticas de 12 proyectiles de goma que se usaron durante el estallido social de 2019. Las armas antidisturbios disponibles ahora contienen tres proyectiles.

3 Comité contra la Tortura, Observación general N° 3, párrafo 38.

7  En mi último informe ante la Asamblea General (consulté A/78/324 Anexo 1), identifiqué una lista preliminar de elementos que son inherentemente crueles, inhumanos o degradantes y que, como tales, deben considerarse como prohibidos.

Varios proyectiles cinéticos aparecen en esa lista. Por lo tanto, hago un llamado al Gobierno a ir más allá y asegurarse de que las fuerzas policiales usen solamente armas de un solo tiro. Deben retirarse los perdigones u otras municiones de perdigones metálicos.

También me gustaría animar al Gobierno a que considere la posibilidad de unirse a la Alianza Global para el Comercio Libre de Tortura, un grupo cada vez mayor de Estados Miembros de las Naciones Unidas liderado por el Gobierno de Argentina, Mongolia y la Unión Europea.

Detención y garantías fundamentales en las primeras horas de detención 

   Principios generales  

El riesgo de tortura y de otros malos tratos es significativamente mayor durante la detención y las primeras horas de custodia policial. Para evitar la tortura durante este período de mayor riesgo, se deben implementar resguardos y poner en práctica. Los resguardos fundamentales son: la notificación de los derechos, la mantención de registros de detención adecuados, el acceso oportuno a un abogado, un examen médico independiente; el derecho a comunicarse con un familiar o tercero; CCTV; grabación de audio y video durante un interrogatorio y límites en los períodos de detención con supervisión judicial. En todo momento bajo custodia, las personas deben recibir un trato humano.

   Observaciones generales  

De esas salvaguardias, acojo con satisfacción que los registros de detención fueran adecuados; que los detenidos fueran informados de su derecho a un abogado o supieran que un abogado comparecería ante el tribunal; que en la mayoría de los lugares se informara a un familiar de la detención y del lugar de la detención; y que el período máximo de detención antes de comparecer ante un fiscal o un tribunal (juzgado de garantía) fuera de 24 horas (el fiscal debe ser informado de la detención en un plazo de 12 horas).

Sin embargo, me perturbó ver a los muchos detenidos que me suplicaban comida y agua directamente porque tenían hambre. Entre ellos había al menos una mujer embarazada y un menor de edad.

Deseo subrayar que el Estado es el garante de los derechos de las personas privadas de libertad. Esto incluye el suministro de agua, comida y ropa de cama para las pernoctaciones.

Investigaciones 

     Principios generales

La grabación en audio o video de los interrogatorios reduce el riesgo de entrevistas manipuladoras, confesiones forzadas o falsas, coacción, abusos y malos tratos; y, en última instancia, da lugar a mejores resultados judiciales y más eficaces (también porque hay menos impugnaciones de la información facilitada o de las pruebas confesionales); véanse los (Principios de Méndez) para la eficacia de las entrevistas en las investigaciones y la recopilación de información.

Observaciones generales 

Durante la visita me sorprendió saber que no existe la grabación de audio o video de las entrevistas con las personas imputadas, pues es una de las salvaguardias básicas contra la tortura y las confesiones forzadas.

Por otro lado, me complace saber que las pruebas confesionales por sí solas no bastan para proceder al procesamiento; y que los menores y las presuntas víctimas de violencia sexual son entrevistados en un lugar distinto de la comisaría, entre otras cosas, para evitar cualquier posible encuentro con el imputado.

Yo fomentaría la adopción de los Principios de Méndez en los procedimientos operativos estándar de las fuerzas de seguridad y estudiaría la introducción de la grabación de audio o video de los interrogatorios.  Condiciones y normas de trato en los recintos de privación de libertad (sistema penitenciario)

Principios generales  

Las normas generales tanto para los detenidos en prisión preventiva como para los condenados se encuentran en los tratados mencionados, complementados en particular por las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos (Reglas de Nelson Mandela, Rev. 2015).

Pueden ser necesarios enfoques diferenciados con respecto a las personas que pertenecen a determinados grupos y que están privadas de libertad, entre ellas las mujeres y las niñas (Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y Medidas No Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes (Reglas de Bangkok)), los niños, niñas y adolescentes (Comité de los Derechos del Niño, Observación General n.º 24 (2019) sobre los derechos del niño en el sistema de justicia de menores), los pueblos indígenas (Convenio n.º 169 de la OIT) y los grupos minoritarios y las personas de la comunidad LGBTQI+.

     Observaciones generales 

Se observó una variación de las normas entre las distintas instalaciones visitadas. Se me informó de los diferentes niveles de autonomía y discrecionalidad de la dirección de las cárceles en los distintos centros, incluso en relación con los gastos. Si bien un cierto margen de flexibilidad ayuda a abordar las diferentes características de las cárceles, los requisitos básicos deben ser uniformes para todos los detenidos, de conformidad con las normas internacionales.

El hacinamiento es uno de los principales problemas que observé en todos los centros públicos que visité. Todas las autoridades con las que me reuní coincidieron en identificar el sobre encarcelamiento (o automaticidad de la detención) como la causa principal, especialmente en relación con las personas en prisión preventiva. Las largas demoras en los procesos penales también contribuyen a ello.

Conocí a muchas personas imputadas que no tenían una orientación clara sobre sus procedimientos, y algunas indicaron que llevaban detenidas hasta tres años sin juicio.

Además, se necesitan inversiones importantes para rehabilitar y modernizar las infraestructuras antiguas. Las instalaciones nuevas o renovadas deben adaptarse a las diferentes condiciones climáticas del país y estar preparadas para el cambio climático; las instalaciones también deben estar en consonancia con los requisitos establecidos en la Opinión Consultiva de la Corte Interamericana OC-29/22 del 30 de mayo de 2022 sobre enfoques diferenciados con respecto a ciertos grupos de personas privadas de libertad.

Observé una falta de espacio exterior adecuado y dormitorios sobrepoblados, lo que considero un trato inhumano o degradante.

En una cárcel con habitaciones tipo galería, visité una habitación individual de unos diez por ocho metros cuadrados, en la que dormían setenta reclusos de todas las edades, con camarotes de cinco niveles y un solo inodoro. La persona que ocupaba el camarote superior tenía que escalar hasta arriba y sería incapaz de darse vuelta en la cama. Otras alas de la misma cárcel presentaban condiciones similares.

Esto está claramente por debajo de las normas internacionales sobre el espacio por persona y suma al trato inhumano o degradante.

Muchas áreas de las cárceles estaban monitoreadas por un sistema de CCTV. Sin embargo, incluso en aquellos lugares había puntos ciegos que aumentan el riesgo de tortura o malos tratos, o violencia entre los reclusos.

En cuanto a las condiciones de detención, observé lo siguiente:

– La gestión de los expedientes de los reclusos estaba implantada y se mantenía actualizada;

– Los reclusos fueron separados según las “reglas de Mandela” de las diferentes categorías de reclusos. Sin embargo, encontré poca diferenciación en las condiciones de las personas en prisión preventiva y los condenados. A pesar de que los beneficios del régimen de prisión preventiva pueden elevar los estándares para los condenados, no deben reducir los estándares para las personas no condenadas que deben gozar de la presunción de inocencia y ser tratadas en consecuencia;

– Se respetó la separación entre hombres y mujeres, y se realizaron diversos esfuerzos para tratar de acoger a las personas LGTBIQ+ con seguridad y dignidad;

– En general, la alimentación era aceptable, con comidas equilibradas y, ocasionalmente, con la presencia de un nutricionista;

– En algunos lugares, la iluminación y la ventilación eran problemáticas;  – Las instalaciones sanitarias necesitan mejoras significativas. Muchos lugares no disponían de agua caliente. En un centro las duchas estaban en el exterior. Por lo general, no hay suficientes inodoros ni duchas para la cantidad de reclusos. Muchos no funcionaban y necesitaban arreglos; – La limpieza general de los lugares se podría mejorar solo con un régimen de  limpieza adecuado y debida atención;

– Las visitas con los abogados y los familiares parecían adecuadas. Las personas extranjeras entrevistadas me plantearon que no podían contactar a sus familiares ni recibir visitas de ellos. Una solución sencilla que recomendaría es permitir las “visitas virtuales” (utilizando tecnología gratuita o de bajo costo).

En cuanto a la salud, observé que los exámenes médicos iniciales a los detenidos, que realizaban en su mayoría paramédicos, eran rudimentarios. El “Protocolo de Estambul” era desconocido para muchos y no se aplicaba.

En algunos casos, las reclusas se quejaron de la falta de atención médica ginecológica.

La misión a menudo observó una práctica de sobre medicación a los reclusos y el uso intensivo de fármacos psicotrópicos fuertes. En una cárcel de mujeres que visité, a más de tres cuartos de las reclusas se les administraban fármacos psicotrópicos o sedantes fuertes, especialmente en la noche.

En una instalación de justicia juvenil, se me informó que todos los niños recibían pastillas para dormir todas las noches. Las autoridades informaron altos niveles de autolesiones entre los niños. Me preocupa que la ley permita el aislamiento y el confinamiento de los niños por hasta siete días (Ley 20084). Esto infringe la regla 45.2 de Nelson Mandela.

En el momento de mi visita, me complació saber que todos los niños y jóvenes recluidos asistían a las clases impartidas en la cárcel.

No existe duda alguna de la que privación de libertad puede generar o exacerbar los trastornos de ansiedad u otros trastornos psiquiátricos. No obstante, quisiera recordarles que, de acuerdo con las normas internacionales, los medicamentos no se deben utilizar como medio de control para los reclusos. Se necesita con urgencia una revisión de los regímenes médicos en las cárceles.

Por último, con respecto a la rutina diaria y a las actividades, quisiera recordarles que la privación de libertad debe tener el fin fundamental de reformar a los reclusos y volver a adaptarlos a la sociedad.

La posibilidad de realizar distintos talleres y otras actividades existe en distintas instalaciones. Sin embargo, observé que existe un amplio margen para la mejora. No vi ninguna biblioteca y parecían haber muy pocas oportunidades de realizar trabajos productivos. Los reclusos, especialmente los jóvenes detenidos, repetían sus peticiones de contar con actividades para adquirir habilidades y aprender oficios que los alejen de la pobreza y de la vida delictual.

Las actividades culturales, incluidas aquellas relacionadas a las prácticas espirituales y religiosas podrían reforzarse.

También tuve la oportunidad de sentarme a conversar con detenidos mapuches. Escuché sus reivindicaciones sobre la necesidad de que la comunidad respete las costumbres indígenas. Insto al Gobierno a que garantice la consulta sustantiva con miembros del pueblo mapuche y otros pueblos indígenas actualmente detenidos y recientemente liberados sobre la revisión en curso del Reglamento Penitenciario nacional.

Por lo que respecta a las reclusas, deseo recordar que, según las normas internacionales (en particular, las “Reglas de Bangkok”), deben establecerse medidas para satisfacer las necesidades especiales de protección de las reclusas.

En un centro, me alarmó saber que las reclusas no condenadas estaban alojadas en condiciones manifiestamente inadecuadas. Por ejemplo, vi a una detenida enferma encerrada en su celda, que solo tenía un balde de gran tamaño, proporcionado por la administración penitenciaria, para hacer sus necesidades. Por la noche, a las quince detenidas recluidas en una habitación se les proporcionaban tres baldes que debían vaciar por la mañana. En el mismo módulo, para un total de veintitrés reclusas, había dos duchas y solo se podía usar una a la vez con agua caliente.

Quiero subrayar que el alojamiento de las reclusas deberá contar con las instalaciones y los materiales necesarios para satisfacer las necesidades específicas de higiene de las mujeres. Las condiciones mencionadas me parecieron inhumanas y degradantes. Cualquiera de estas condiciones debe investigarse y abordarse adecuadamente.

En relación con las mujeres embarazadas y con hijos menores de dos años, tomé nota de los esfuerzos por crear un entorno favorable a los niños a pesar de su detención. Animo al Gobierno a que acelere la revisión y aplicación de medidas alternativas de custodia para las mujeres embarazadas y las madres.

Conclusiones 

Al término de la visita, deseo reiterar mi agradecimiento al Gobierno de Chile por su ejemplar cooperación y su franqueza al compartir conmigo los avances positivos y los desafíos pendientes.

Todos los esfuerzos emprendidos en Chile han aumentado significativamente las normas de conducta profesional y reducido el uso de la tortura.

Espero sinceramente que mi visita y mis observaciones apoyen la acción de todos los chilenos hacia un Chile libre de tortura.

***

Preliminary observations of the United Nations Special Rapporteur on Torture and Other Cruel, Inhuman or Degrading Treatment or Punishment, Dr. Alice Jill Edwards, at the conclusion of her visit to Chile (16-27 October 2023) 

***

As the United Nations Special Rapporteur on torture and other cruel, inhuman or degrading treatment or punishment, I was pleased to visit Chile from 16 to 27 October 2023.   I wish to express my deepest gratitude to the Government for the exemplary cooperation extended to my mandate during the visit.    As per the methodology of the mandate, I can report that I was provided full access to all places I sought to inspect. These inspection visits occurred without prior announcement, including during weekends. At least one visit took place at night.     I had the honour to meet with the Minister of Foreign Affairs; the Minister of Interior and Public Security; the Minister of Justice and Human Rights; the Minister of Women and Gender; the President of the Supreme Court; the Human Rights Commissions of the Chamber of Deputies and the Senate; the National Public Prosecutor; the National Public Defender; the National Director of the Forensic Medical Service; the General Deputy Director of Carabineros de Chile and the General in charge of Human Rights; members of the National Human Rights Institute; members of the Committee for the Prevention of Torture (Chile’s National Preventive Mechanism); the Children’s Ombudsman; and the Director of the Museum of Memory and Human Rights.   I also met with representatives of the United Nations system. I wish to thank the United Nations Resident Coordinator, the Regional Representative for South America and the staff of the Office of the High Commissioner for Human Rights for their invaluable support; as well as the United Nations Country Team for the assistance provided during the visit. I would also like to acknowledge the presence and assistance of forensic expert, Professor Duarte Nuno Viera, who accompanied me throughout the visit.    I am grateful to all non-governmental organisations, human rights defenders, families of victims and survivors of human rights violations and civil society representatives who met with me and shared their testimonies, experiences, and knowledge.    I look forward to continuing the positive dialogue with the Government and other relevant stakeholders on the recommendations that I will formulate in the full report on the visit.    Purpose of the visit    The visit was intended to assess progress towards and make recommendations regarding challenges facing Chile in the implementation of their international obligations to prohibit and prevent torture and other cruel, inhuman or degrading treatment or 13  punishment, wherever and whenever they occur, and to provide legal remedies and rehabilitation for victims and survivors.    I examined national legal and institutional frameworks on the prohibition and prevention of torture; the investigation and prosecution of complaints of torture or other ill-treatment; the conditions and standards of treatment for persons deprived of their liberty in a range of settings, including in prisons, psychiatric institutions, the cells of court houses, police stations (Carabineros de Chile and Policia de Investigaciones), and juvenile justice facilities; the care of children in the non-criminal protective custody of the State.   When visiting places of deprivation of liberty, I paid particular attention to persons at heightened risk, including women, children and youth, LGBTIQ+, indigenous people, non-nationals and persons with disability.   Locations and places visited    In the Valparaiso region, I visited two police stations of Carabineros de Chile, namely the Segunda Comisaria Central Valparaiso and the Comisaria de Carabineros N°1 de Viña del Mar; one psychiatric hospital, the Hospital del Salvador; and two residential houses for the care of children under the custody of the State (Residencias Familiar de Administración Directa del Estado), the Residencia Valparaiso en Cerro Alegre (for girls), and the Residencia Viña del Mar (for boys).   In Araucanía region, I visited three prisons, namely the Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco, the Centro Penitenciario Femenino de Temuco and the Centro de Complimiento Penitenciario de Angol. I also visited the central police station of Policia de Investigaciones (PDI) of Temuco, the cells of the Juzgado de Garantias de Temuco.   In the Tarapacá region, I visited three police stations of Carabineros de Chile, namely the Primera Comisaria Central and the Cuarta Comisaria (Comisaria Cavancha) in Iquique, and the Tercera Comisaria in Alto Hospicio, as well as one PDI station in Iquique.    In Iquique, I also visited one juvenile detention centre, namely the Centro de Internacion Provisoria (CIP) y de Regimen Cerrado (CRC) y Semicerrado (CRS), the Regional Hospital Dr. Ernesto Torres Galdames, and more specifically their Psychiatric Intensive Care Unit, as well as the Complejo Penitenciario de Alto Hospicio.     Thus far, I visited four prisons, five police stations of Carabineros de Chile, two PDI stations, the cells of one courthouse, two psychiatric hospitals, one juvenile detention centre, and two houses for the care of children. The mission also visited the forensic medical service in Santiago and in Temuco.   At the time of writing, visits conducted by the mission in Santiago were underway. The full list will be provided in the final report.   Context of the visit   14   My visit coincided with the anniversaries of two significant turning points in Chilean history. On 11 September 2023 it was fifty years since the military coup. During the dictatorship which followed, torture, enforced disappearances and summary executions, were carried out with wanton disregard for the rule of law and the life and dignity of human beings.    The period of Pinochet and the torture that was perpetrated left deep imprints on the bodies and minds of all Chileans, even though many of them are now born since the dictatorship and have no living memory of it. The effects of torture on such a widespread scale are felt by its direct victims and their families, as well as by society as a whole, including inter-generationally.    The shadow of Pinochet’s torturous regime was mentioned during the visit in many conversations by many different interlocutors. For many it acts as a warning to keep progress going forward and the need to be ever vigilant.    The dramatic events in Chile, and elsewhere in South America, prompted the establishment of the robust system of United Nations’ rules and mechanisms to prevent and curtail the risk of torture and other inhuman treatment, including my mandate as Special Rapporteur, which for nearly forty years has given victims an avenue of hope to seek reparation and obtain justice.   The second significant turning point was the four-year anniversary of 18th of October 2019, in which the heavy-handed response to demonstrations (estallido social) caused massive human rights violations. Thousands of people had to seek emergency treatment in hospital, and reports indicate around 350 sustained eye injuries (mutilations and even blindness). Allegations of sexual violence, unlawful coercion and torture remain under investigation.   Human Rights architecture in Chile    Chile has made remarkable progress since the era of Pinochet. It has undertaken many important legal and institutional reforms to instil a human rights culture across the country and within different sectors. A few are mentioned here.    Chile is party to major human rights treaties, among others the International Covenant on Civil and Political Rights (see articles 7, 9, 10 and 11), the Convention against Torture and Other Cruel, Inhuman or Degrading Treatment or Punishment, the Optional Protocol to the Convention against Torture, the Inter-American Convention on Human Rights (article 5) and the Inter-American Convention to Prevent and Punish Torture.    Chile’s active joint-lead role in the Convention against Torture Initiative is a blueprint for international human rights cooperation in prohibiting and preventing torture nationally and globally.    I commend the State of Chile for the diffuse human rights architecture which has been constructed, including the establishment of a National Human Rights Institution 15  enjoying A status4, and the Committee for the Prevention of Torture which serves as the national preventive mechanism pursuant to the Optional Protocol to the Convention against Torture.    Other institutions such as the Children’s Ombudsman’s Office are also playing an important monitoring and advisory role.    I also wish to highlight the work of the Commissions of Human Rights operating in both the Senate and Chamber of Deputies and their role in keeping the prohibition and prevention of torture on the parliamentary agenda.    Furthermore, I note that human rights units are established and operating within government ministries, departments and agencies, including the Office of the Public Prosecutor, the PDI, the Carabineros, and the penitentiary system (Gendarmería).   An unafraid and knowledgeable civil society speaks openly and takes to the streets on regular basis. This is a sign of positive democratic development and maturity.   I am aware of the ongoing constitutional reform process prompted by the 2019 civil unrest. I wish to take this opportunity to encourage all Chileans not to compromise on fundamental human rights.   The absolute prohibition of torture and other cruel, inhuman or degrading treatment or punishment is a non-compromisable obligation on the State and its recognition and application must be above politics.   Complaints, investigations and prosecutions of the crime of torture and other ill-treatment   General principles   Every act of torture and other cruel, inhuman or degrading treatment or punishment must be investigated. The duty on the State to investigate and prosecute cases starts with enacting legislation establishing the right to complain and concludes with either the prosecution, final judgment and sentencing of alleged offenders, or the dismissal of the case based on sound judicial reasoning; or extradition of the accused to be tried in another jurisdiction.   Effective investigations and prosecutions acknowledge suffering and bring justice and peace to victims and communities. The duty is closely connected to the right of victims and survivors to remedy and reparation. Prompt, impartial and transparent investigations also help to improve officers’ behaviour and to build or restore confidence in the administration of justice (A/HRC/52/30).   General observations    4https://ganhri.org/membership/  16  The torture definition in Law 20968 has been updated following feedback from the Committee against Torture; however, the definition of the crime of torture is still not quite in alignment with Article 1 of the UN Convention against Torture.   In particular, the closed list of “purposes” for which severe pain or suffering inflicted by State authorities becomes torture in Law 20968 does not comply with Article 1 of the Convention, which is purposefully open-ended.   This definitional shortcoming has made prosecuting cases alleging severe pain or suffering from injuries sustained during the 2019 civil unrest as torture, difficult.   On the other hand, I welcome the explicit reference to sexual torture as a crime in Chilean law as well as the clear list of discriminatory grounds.  Furthermore, in most of the places of detention that I visited, the right to complain confidentially and without fear of reprisal was not well guaranteed. Complaint boxes, for instance, were evident in some places, however often under scrutiny of closed-circuit television (CCTV).   Posters about rights of victims and detainees were displayed in different languages, including Mapudungun, Creole, Spanish and English, in all administrative buildings and police stations that I visited. However, they were almost always only at the entrance of the buildings, and therefore out of sight from the cells or where detainees could view them and verify their rights while detained.   I encourage the Government to consider preparing a pictorial representation of the rights for those with reading difficulties or illiteracy or who do not read those main languages.   I acknowledge the many processes that have been undertaken to address past abuses, including the National Commission of Political Imprisonment and Torture (Valech Commission) and the “PRAIS” programme5; and President Boric’s recent programme, to determine the circumstances of the missing.  I am however concerned at the reported slow progress of justice for torture cases, from the past and the most recent ones, with only fractions of those accused having been prosecuted and even fewer sentenced.   Among the key challenges to efficient investigation that I identified, which have also been acknowledged by the authorities, is the need of profound restructuring of the medico-legal service, including strengthening the forensic specialization of qualified professionals; making remuneration packages comparable to those of other specialized medical areas to attract and retain staff; providing adequate, theoretical and practical training, including on the Manual on the Effective Investigation and Documentation of Torture and Other Cruel, Inhuman or Degrading Treatment or Punishment (the Istanbul Protocol – 2022 edition) and the Minnesota Protocol on the Investigation of Potentially Unlawful Death (2016).    5 https://cti2024.org/chile-in-focus/  17  Nevertheless, I wish to acknowledge the Government’s investments in a new medico-legal infrastructure in Santiago which shall be equipped with the latest technology and become operational in 2025.  One worrying trend that came to my attention in achieving justice for victims and survivors has been sentences that are not commensurate to the gravity of the offence of torture. In addition, Chilean law allows for the reduction in sentences based on the passage of “half the statute of limitation” or “half-prescription”. It is my view that this runs contrary to the non-derogable obligation to prohibit torture as there shall be no statutes of limitations applicable to torture6.   Use of force and less lethal weapons   General principles   Ammunition and launchers containing multiple (as opposed to single) projectiles are unsafe to deploy. Because they are inaccurate, they hit targets indiscriminatorily and arbitrarily, and pose a significant risk to bystanders, to whom authorities owe a duty of care. Such projectiles can cause significant injuries, including to sensitive parts of the body such as the head or eyes. They can also provoke panic and dangerous stampedes (A/78/324).    General observations  During my visit, I heard many accounts of individuals injured during the 2019 estallido social caused, inter alia, by multiple projectile ammunitions used by law enforcement.   I was informed that the Carabineros de Chile are no longer using kinetic 12 projectiles rubber shot weapons which were in use during the 2019 social unrest. Crowd control weapons now in stock contain three projectiles.   In my last report to the General Assembly (see A/78/324 Annex 1), I identified a preliminary list of items that are inherently cruel, inhuman or degrading and that, as such, should be considered to be prohibited.  Multiple kinetic projectiles feature on such list. I therefore call on the Government to go even further and ensure that law enforcement officers use only single shot weapons. Backshot or other metal pellets ammunition should be withdrawn.   I would also encourage the Government to consider joining the Global Alliance for Torture-Free Trade, a growing group of UN Member States being led by the Government of Argentina, Mongolia and the European Union.    Arrest and fundamental safeguards in first hours of detention  General principles    6 Committee against Torture, General Comment No. 3, paragraph 38.  18  The risk of torture and other ill-treatment is significantly greater during arrest and the first hours of police custody. To prevent torture during this heightened period of risk, safeguards must be put in place and implemented in practice. Key safeguards include: notification of rights; maintaining accurate detention records; prompt access to a lawyer; an independent medical examination; the right to communicate with a family member or third party; CCTV; audio and video recording of interrogation; and limits on periods of detention with judicial oversight. At all times in custody, people must be treated humanely.   General observations   Of those safeguards, I was satisfied that detention records were adequate; that detainees were informed of their right to a lawyer or knew that a lawyer would appear in court; that in most places a family member was informed of the arrest and location of the detention; and that the maximum period in custody before being brought before a prosecutor or court of law (juzgado de garantia) is 24 hours (the prosecutor is to be informed of the arrest within 12 hours).  However, I was disturbed by the many detainees who pleaded for food and water directly to me because they were hungry. This included at least one pregnant woman and a minor.   I wish to stress that the State is the guarantor of the rights of persons deprived of liberty. This includes the provision of water, food and bedding arrangements for overnight stays.   Investigations  General principles  Audio or video recording of interviews reduces the risk of manipulative interviewing, forced or false confessions, coercion, abuse and ill-treatment; and ultimately lead to improved and more efficient justice outcomes (also as there are less challenges to the information provided or confessional evidence) – see the Principles for effective interviewing for investigations and information gathering (the Mendez Principles).  General observations  During the visit, I was surprised to learn that there is no audio or video recording of interviews with accused persons, as it is one of the basic safeguards against torture and coerced confessions.   On the other hand, I was pleased to hear that confessional evidence alone is not enough to proceed to prosecution; and that minors and alleged victims of sexual violence are interviewed in a location other than the police station, inter alia, to avoid any possible encounter with the accused.   19  I would encourage the adoption of the Mendez Principles in the standard operating procedures of law enforcement and study the introduction of audio or video recording of interviews.  Conditions and standards of treatment in places of deprivation of liberty (penitentiary system)  General principles   General standards for both remand and convicted persons are found in the abovementioned treaties, supplemented particularly by the United Nations Standard Minimum Rules for the Treatment of Prisoners  (Nelson Mandela Rules, rev. 2015).   Differentiated approaches with respect to persons belonging to certain groups and who are deprived of their liberty may be required, not least women and girls (United Nations Rules for the Treatment of Women Prisoners and Non-custodial Measures for Women Offenders (the Bangkok Rules)), children and youth (Committee on the Rights of the Child, General Comment no. 24 (2019) on children’s rights in the child justice system), indigenous peoples (ILO Convention No. 169) and minority groups, and LGBTQI+ persons.    General observations  A variation in standards between the different facilities visited was observed. I was informed of the different levels of autonomy and discretion of prison management at individual sites, including in relation to expenditures. While a certain margin of flexibility helps address different prison characteristics, the basic requirements must be uniformly enjoyed by all detainees, pursuant to international standards.   Over-crowding is one of the major challenges I observed in all publicly run facilities that I visited. All authorities I met with agreed in identifying over-incarceration (or automaticity of detention) as the primary cause, particularly in relation to those held on remand. Lengthy delays in criminal proceedings also contribute to it.   I met many accused who had no clear guidance on their proceedings, some indicating they had been detained for up to three years without trial.   Furthermore, there is a need for significant investment in rehabilitation and modernization of old infrastructure. Any new or refurbished premises need to be adapted to the different climatic conditions of the country and be future-proofed against climate change; the facilities also should be in line with the requirements set in the Inter-American Court Advisory Opinion OC-29/22 of 30 May 2022 on differentiated approaches with respect to certain groups of persons deprived of liberty.  I observed a lack of adequate outdoor space and over-crowded dormitory rooms, which I consider to be inhuman or degrading treatment.   In one prison with galley style rooms, I visited one single room of about ten by eight square meters, sleeping seventy inmates of all ages with five levels of bunk beds 20  and only one toilet. The person occupying the top bunk had to climb up to the top and would be unable to roll over in bed. Other wings in the same prison were similar.  This is clearly below international standards of space per person and amounts to inhuman or degrading treatment.   Many prisons’ areas were monitored by CCTV. However, even in these places there were blind spots which raise the risk of torture or ill-treatment, or inter-prisoner violence.   Insofar as the conditions of detention are concerned, I observed the following:  – Prisoners’ files management was in place and kept updated;  – Prisoners were separated according to the “Mandela rules” of different categories of prisoners. However, I found little differentiation in conditions of those held on remand (prisión preventiva) and those sentenced. While the benefits of the remand regime can elevate standards for the convicted, they must not lower standards for the un-convicted persons who shall enjoy the presumption of innocence and be treated accordingly;  – Separation of men and women was respected, and various efforts were in place to try to accommodate LGTBIQ+ safely and in dignity;  – Food was generally acceptable with balanced meals, with occasionally a nutritionist on site;   – In some places, lighting and ventilation were problematic;  – Sanitary facilities are in need of significant improvement. In many places, there was no hot water. In one location, the showers were wholly outside. Usually there were not enough toilets or shower facilities for the number of prisoners. Many of these facilities were broken and in need of repair;  – General cleanliness of places could be improved with just a proper cleaning regime and attention;  – Visits with lawyers and families appeared adequate. Foreigners interviewed brought to my attention that they were not able to contact their families, nor receive family visits. A simple solution I would recommend is to allow “virtual visits” (using free or low subscription technology).    In relation to health, I found that initial medical examinations of detainees, mostly conducted by paramedics, were rudimentary. The “Istanbul Protocol” was unknown to many and not applied.   In some cases, female prisoners complained about the lack of gynecological medical care.   21  The mission often found a practice of over-medicating prisoners and the heavy use of strong psychotropic drugs. In a women’s prison I visited, over three-quarters of the prisoners were routinely given psychotropic drugs or strong sedatives, especially at night.   In one juvenile justice facility, it was reported to me that all boys were given sleeping tablets every evening. The authorities reported high levels of self-harm amongst the boys. I am concerned at the law permitting the isolation and confinement of children for up to seven days (Ley 20084). This is in breach of the Nelson Mandela rule 45.2.   At the time of my visit, I was pleased to learn that all the boys and young men held there, were attending the prison’s classes.  There is no doubt deprivation of liberty may generate or exacerbate anxiety and other psychiatric conditions. However, I wish to remind that, according to international standards, medication should not be used as a means to control prisoners. A review of the medical regimes in prisons is urgently needed.   Finally, in relation to the daily regime and activities, I wish to recall that deprivation of liberty shall have as an essential aim the reform and social re-adaptation of the prisoner.   The possibility to conduct different workshops and other activities exist in different facilities. However, I found that there is a large margin for improvement. I did not see any libraries and there appeared to be very few opportunities for productive work. Prisoners, especially young detainees, repeated demands for activities to acquire skills and vocations that would remove them from poverty and a life of crime.  Cultural activities, including in relation to religious and spiritual practices could be bolstered.   I also had the opportunity to sit and discuss with Mapuche detainees. I heard their demands regarding the need for the community to observe indigenous customs. I urge the Government to ensure substantive consultation with currently detained and recently released Mapuche and other indigenous peoples on the ongoing revision of the national Prison Regulation.  As far as female prisoners are concerned, I wish to remind that, according to international standards (in particular, the “Bangkok Rules”), measures to meet the special protection needs of female prisoners must be in place.   In one facility, I was alarmed to learn that un-convicted female prisoners were being accommodated in conditions which were grossly inadequate. For instance, I saw an ill detainee locked in her cell that only had a large bucket, provided by the prison administration, for toilet. At night, the fifteen detainees held in the one room, were provided with three buckets which they would have to empty in the morning. In the same module, for a total of twenty-three female prisoners, there were two showers, with only one providing hot water at a time.   I wish to stress that the accommodation of women prisoners shall have facilities and materials required to meet women’s specific hygiene needs. I found the above22  mentioned conditions to be inhumane and degrading. Any such conditions should be properly investigated and addressed.  In relation to pregnant women and women with children under two years of age, I took note of efforts to create a child friendly environment in spite of their detention. I would encourage the Government to accelerate the review and implementation of alternative custodial arrangements for pregnant women and mothers.   Conclusions  As the visit comes to an end, I wish to reiterate my thanks to the Government of Chile for their exemplary cooperation and their openness in sharing with me positive developments and remaining challenges.   All the efforts undertaken in Chile have significantly increased standards of professional conduct and reduced the use of torture.   It is my sincere hope that my visit and my observations will support the action of all Chileans towards a torture-free Chile.  ***

 

FACh reintegra simbólicamente a 19 funcionarios que se opusieron al golpe de Estado contra Allende

FACh reintegra simbólicamente a 19 funcionarios que se opusieron al golpe de Estado contra Allende

Por Felipe Reyes

Martes 24 octubre de 2023 | 09:52

Fuerza Aérea de Chile (FACh)

Un total de 19 funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) fueron reintegrados simbólicamente a institución. Se trata de 6 oficiales y 13 suboficiales que fueron desvinculados de la institución por no apoyar el golpe de Estado en contra del gobierno de Salvador Allende en 1973.

La Fuerza Aérea de Chile (FACh) reintegró de manera simbólica a 19 funcionarios que fueron desvinculados por no prestar apoyo al golpe de Estado de 1973.

En una ceremonia llevada a cabo en la Base Aérea Cerrillos, la institución reconoció a 6 oficiales y 13 suboficiales que se opusieron al régimen que puso fin al gobierno de Salvador Allende.

La instancia fue encabezada por el presidente Gabriel Boric y la ministra de Defensa, Maya Fernández. Además, estuvo presente el comandante en jefe de la FACh, Hugo Rodríguez, y otras autoridades del Alto Mando.

El timonel de la Fuerza Aérea mencionó a cada uno de los funcionarios y destacó su servicio a la institución. Luego, el jefe de la división de Recursos Humanos del Comando de Personal dio lectura al orden que dispuso su reintegro simbólico.

A través de su cuenta de X, el jefe de Estado aseguró que “la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado no se detiene en septiembre. La verdad, la justicia y el cuidado de la democracia son tareas que no se agotan”.

Asimismo, Boric indicó que este acto corresponde a un “hito de reparación que le hace bien a Chile y engrandece a la institución”.

Los 19 uniformados que se opusieron al golpe de Estado:

– Subteniente (F) Jorge Dixon Rojas.
– Subteniente (I) Oscar Navarro Valdivia.
– Subteniente (I) Pedro Pons Sierralta.
– Subteniente (I) José Grinblatt Derezunsky.
– Subteniente (T) Humberto Frías Bulo.
– Subteniente (F) Ricardo Navarro Valdivia.
– Sargento 1° Mario González Rifo.
– Cabo 1° Mario Antonio Cornejo Barahona.
– Cabo 1° Ivar Rojas Ravanal.
– Cabo 1° Sergio Lontano Trureo.
– Cabo 2° Luís Rodríguez Droguett.
– Cabo 2° Luís Zamora Ramírez.
– Cabo 2° Florencio Fredes Sánchez.
– Cabo 2° Víctor Adriazola Meza.
– Cabo 2° Luís Verdugo Salinas.
– Cabo 2° Héctor Rojas Bruz.
– Cabo 1° José Yaite Cataldo.
– Cabo 1° José Pérez Garcías.
– Cabo 1° Ramón Pérez Escobedo.

https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2023/10/24/fach-reintegra-simbolicamente-a-19-funcionarios-que-se-opusieron-al-golpe-de-estado-contra-allende.shtml

 

COLLIGUAY: TESTIMONIOS DE MEMORIA Y RESISTENCIA CONTRA EL OLVIDO

COLLIGUAY: TESTIMONIOS DE MEMORIA Y RESISTENCIA
CONTRA EL OLVIDO


El Colectivo Proyecto Lebu emprendió un nuevo trabajo de memoria y resistencia relacionado en
esta ocasión con el Campo de Prisioneros de la Armada de Chile en la localidad de Colliguay,
comuna de Quilpué, conocido como “Isla Riesco” y/o “Melinka”.
Distintas iniciativas se están llevando a cabo para materializar este nuevo proyecto que incluye la
recopilación de testimonios, materiales gráficos, audiovisuales, la elaboración de un libro y la
confección de una maqueta. Asimismo, se logró contactar a algunas compañeras y compañeros
residentes en dicha localidad rural quienes han propuesto la realización de un espacio de memoria
y reflexión, que han denominado “Bosque de la Memoria”, a un costado de donde se encuentra
instalada actualmente la Placa de la Enredadera de la Memoria, en una bifurcación del camino
hacia el valle de Colliguay.
Respecto a esta última iniciativa que forma parte de este trabajo de memoria y resistencia,
Andrés, uno de los compañeros de la localidad que está participando de este proyecto, relató que
“como vecino de la localidad pasé muchas veces por este camino y nunca me percaté de la
existencia de esta placa memoria. En cierta ocasión me detuve aquí al lado y al acercarme a la
placa recién pude darme cuenta de que se trataba. Y eso le pasa a la mayoría de quienes
transitan por acá”. Así nació la inquietud de poner en valor este memorial y con otro grupo de
personas comenzaron a pensar de qué manera podría llevarse a cabo esta idea, uniéndola al
contexto de preservación del medio ambiente y la naturaleza.


El día martes 26 de septiembre se realizó un encuentro en la Enredadera de la Memoria de
Colliguay, donde estuvieron presentes Andrés, Irma, Antonio y Jaime, para hacer un homenaje a
los compañeros que estuvieron prisioneros en el Campo de Isla Riesco, colocando claveles rojos en
los trozos metálicos que componen a manera de un rompecabezas la placa conmemorativa.
Al igual que el Proyecto Lebu, el Proyecto Colliguay muestra de manera concreta las características
civiles y militares de la dictadura encabezada por Pinochet. En el primer caso fueron los
empresarios de la Compañía Sudamericana de Vapores quienes facilitaron los barcos a la Marina
para que fueran utilizados como cárceles flotantes y en el caso de Colliguay o “Isla Riesco”, la
familia Matte-Larraín facilitó su fundo a la Armada para que instalará un campo de concentración.
También, en esta ocasión, se intercambiaron ideas relacionadas con la materialización del “Bosque
de la Memoria”, proponiéndose distintas alternativas para el traslado de la Enredadera y la
señalización más adecuada que permita a quienes transitan por allí percatarse de manera clara de
la existencia de este sitio de reflexión, memoria y resistencia contra el olvido. De igual manera, se
dio a conocer que la maqueta del campo de concentración, realizada por el artista popular Mario
Puelche, ya está finalizada y el libro está listo para ser enviado a la imprenta.
Luego de esta pequeña ceremonia e informal reunión nos dirigimos hasta el fundo y frente a la
puerta de entrada, que tiene unos llamativos carteles indicando que es una propiedad privada,
que se prohíbe el paso y se advierte de la presencia de rondines armados al interior del predio,
Antonio Oyarzo y Jaime Salazar, ex prisioneros políticos del Campo de Prisioneros Isla Riesco de
Colliguay, entregaron algunos testimonios que transcribo a continuación:7


Jaime:
“Me acuerdo que cuando llegué al campo, nos tiraron abajo del camión y al caer al piso noté que
había espigas de trigo cortadas, o algo parecido, me acordé porque en Cautín, donde mis
abuelos, caí al suelo y era lo mismo, habían espigas de trigo cortadas.”
Antonio:
“Claro, ahora me estoy recordando que había dos máquinas trilladoras grandes en el lugar, que
deben de haber sido del fundo.
Después de haber estado detenidos acá hemos vuelto en tres oportunidades. El año 2017, junto
a compañeros de la UPLA TV y la Comisión de Derechos Humanos de Quilpué, Viña del Mar y
Valparaíso, que fue cuando se inauguró la Enredadera de la Memoria. Después vinimos con el
Ministro Arancibia, en una visita judicial oficial. Esa vez fue diferente porque nos estaban
esperando los carabineros, el Ministro había entregado la orden respectiva y veníamos con
personal del Departamento de Derechos Humanos de la PDI. El mayordomo o encargado del
fundo nos abrió y más de 15 personas ingresamos, por lo menos unos 4 kilómetros más al
interior de esta puerta donde nos encontramos hoy, hasta el sitio donde estaba emplazado el
campo de prisioneros. Allí le entregamos nuestros testimonios y los fue cotejando con las
declaraciones judiciales, fotos y dibujos que traía en un libro grueso. Entonces ahora, esta
tercera vez, estamos a la entrada del fundo de la familia Matte-Larraín”.
Jaime:
“Yo llegué aquí en diciembre del 73 y estuve hasta abril del 74. Hay muchas historias de lo que
vivimos aquí. Conocí mucha gente. Fue doloroso, también hubo buenos momentos de
camaradería y solidaridad entre los compañeros.”
Antonio:
“Algunos venían desde la cárcel, venía gente desde el Lebu, venía gente de la Academia de
Guerra, del Silva Palma, de distintos lugares de prisión y tortura.”
Jaime:
“Me parece que también venía gente de la Base Aeronaval del Belloto. No estoy seguro de eso.”
Antonio:
“Aquí estuvimos en las peores condiciones, porque estuvimos 5 o 6 meses totalmente aislados de
nuestros parientes. La única comunicación con ellos era la famosa tarjeta de la Cruz Roja y si a
los Infantes de Marina se les ocurría censurar y no entregarla, la rompían y no había ni siquiera
esa comunicación. La tarjeta era del tamaño de unos 10 por 20 centímetros. Era como una
postal. La Cruz Roja estaba en la Avenida Uruguay en Valparaíso, nuestros parientes, amistades
o funcionarios de organismos internacionales. Allí tenían una lista con los nombres y lugares de
prisión y así podían saber quiénes estábamos acá en Colliguay. Si te encontraban en la lista te
permitían mandar esa tarjeta a través de ellos y llegaba en el camión de los militares, una vez a
la semana. También en ese camión nos traían los insumos que con esfuerzo nos mandaban
nuestros familiares, pan, fruta. Pero si los Infantes querían no subía el camión y las cosas se
pudrían abajo. Entonces a la otra semana nos traían el pan con hongo, con moho, pero nosotros
teníamos hambre acá, así es que los limpiábamos y los comíamos igual no más. Para nosotros
todo lo que nos mandaban era muy apreciado.”
Jaime:
“Si, recuerdo que era muy apreciado el té negro que nos mandaban, era una delicia para
nosotros. Lo preparábamos en unos tarritos ‘choqueros’. Eso lo disfrutábamos mucho, hacíamos
fuego, y se producía un momento muy especial cuando tomábamos el té.”
Se produce un silencio y ambos compañeros miran pensativos hacia el interior del fundo y después
de unos instantes Antonio dice “es complicado estar acá, no es fácil recordar, son muchas las
emociones que se agolpan, pero hay que seguir adelante”.


Antonio:
“Este campo se levantó con una brigada de compañeros que realizaron un trabajo forzado,
involuntario, de compañeros presos políticos que llegaron desde el buque Lebu. Ellos subieron el
11 de octubre del 73. Nosotros fuimos recibidos por ellos y ya estaban levantadas las mediaguas.
Jaime:
“Yo formé parte de los últimos prisioneros en este campo, fui uno de los últimos que salió de
este lugar y nos tocó desarmar el campo. Desarmamos las cabañas y sacamos todo el cerco de
alambre de púas. Tuvimos que sacar las grapas, los postes y conservar todo, guardarlo para
usarlo después en la habilitación del Campo de Concentración de Puchuncaví. Los compañeros
que se fueron antes del campo empezaron a montar Puchuncaví con los materiales que nosotros
íbamos sacando y mandando, porque cargábamos los camiones y los cosacos se los llevaban y
los entregaban en Puchuncaví. Como fuimos los últimos en salir de acá, al llegar a Puchuncaví
nos mandaron de nuevo a trabajar forzadamente y decidí trabajar con los electricistas, el
compañero Pulgar era como el líder de ese grupo. Después me mandaron a la cárcel pública de
Valparaíso”
Antonio:
“Aquí estuvo el helicóptero Puma, que fue el modelo de helicóptero utilizado por la Caravana de
la Muerte, con el Coronel Pedro Espinoza en esa ocasión. Él era el encargado de los presos
políticos a nivel nacional, era Jefe de la Oficina Nacional de Detenidos, vino con personal de la
Cruz Roja, y trabajadores sociales de la Armada de Chile. La visita era para darnos una larga
perorata, nos dijo que teníamos que tener un comportamiento diferente, que nos teníamos que
integrar a esta nueva sociedad chilena que se estaba forjando.“
Jaime:
“Habló que íbamos a tener instrucción, talleres, para insertarnos en el mundo laboral, que así
seríamos gente de bien.”
Antonio:
También hubo dos helicópteros chicos, de la Base Aeronaval de El Belloto, que vinieron a buscar
a dos compañeros que tenían apendicitis, estaban gravísimos, que eran el compañero Guillermo
Castillo Esquivel, el ‘pillin’, y el Mauricio Redolés casi con peritonitis. Aquí en la noche, cuando
llegaban compañeros nuevos, los ‘recibían’ con ráfagas de ametralladora. Hacían explotar
granadas y algunos compañeros quedaron heridos por las esquirlas, porque las tiraban cerca de
las cabañas. Y al día siguiente los Infantes decían ‘llegaron seis extremistas a buscarlos a
ustedes anoche y los dimos de baja a todos’, todo eso era para amedrentarnos. El día 31 de
diciembre fue un día emocionalmente duro, me recuerdo que adentro de las cabañas cantamos
La Internacional. El compañero tenía una radio a pilas.”
Jaime:
“Claro, tenía una radio chiquitita y ahí escuchaba Radio Moscú, los programas Escucha Chile y
Paz y Progreso. También escuchábamos las radios locales, las radios chilenas. A nosotros nos
enceraban a las seis de la tarde. En total había 36 cabañas, 12 cabañas por sector, era una forma
de ‘U’, con apertura hacia el norte. Cada cabaña era una mediagua donde había 12 literas, sin
ventanas.”
Antonio:
“Ahí en las cabañas nos mezclábamos con los compañeros marinos antigolpistas que estaban
presos, con profesores, con trabajadores sociales, con obreros, con intelectuales, con doctores,
abogados, campesinos. A pesar de todos los dolores fue una vivencia muy rica compartir con
esos compañeros. Si nos enfermábamos nos curábamos entre nosotros, hacíamos shows
artísticos los fines de semana, era una necesidad, había que vivir, había que sobrevivir.
Jaime:
“Me recuerdo que en uno de esos shows artísticos hicimos los ‘Titanes del Ring’ con Antonio.
Montamos una especie de ring con las colchonetas, nos poníamos a luchar y yo tenía que
levantar a Antonio y después dejarlo caer en la lona, pero eso estaba todo estudiado, era todo
un show, así también nos divertíamos.”
Antonio:
“Nuestros carceleros también se entretenían con estos shows que como decía era una manera de
sobrellevar nuestro encierro. Los Infantes de Marina trataban muy mal a los marinos
constitucionalistas, especialmente el teniente González y el cabo Soto Álvarez eran muy malditos
con ellos.”
Jaime:
“El teniente González, uno moreno chico, era oficial de mar, decía ‘aquí manda esto’, mostrando
el arma, el rifle M16, y lo tenemos nosotros no ustedes. En una oportunidad cuando llegamos,
disparó el M16 por encima de nosotros, descargó el cargador de 20 tiros. Y dijo ‘esto es lo que
manda y nosotros lo tenemos, ustedes no tienen nada’”
Antonio:
“Como ustedes ven, el valle queda para abajo y a nosotros se nos hizo común hablar del ‘el
camión de la caca’. ¿Qué era esto?, era que nosotros veíamos a lo lejos, hacia el valle, el polvo
que se levantaba y sabíamos que se acercaba un vehículo. El vehículo podía traer presos, podía
traer buenas noticias, pero también se llevaba a compañeros, para la tortura, para mandarlo a
otros lugares o para asesinarlos, entonces cuando venía el camión casi todos partíamos a las
letrinas, nos venía diarrea de puro susto.”
Jaime:
“Eran como veinte letrinas así en fila, hoyos en el suelo, como un baño romano, allí
aprovechábamos de conversar, discutir, mientras un montón de moscas daba vueltas
alrededor.”
Antonio:
“Hubo momentos muy duros. El ‘Fito Suárez’, Abelardo Suárez, un compañero suplementero de
Limache, un compañero enorme, digno, siempre hablamos de él, también estuvo en el Lebu, ese
compañero odiaba a los marinos y lo manifestaba. Él nunca cantó la canción nacional. Estando
acá arriba una vez más hizo lo mismo.”
Jaime:
“Lo sorprendió un marino, un cosaco que dijo ’el último de la fila esa no está cantando’, apareció
un Infante de Marina lo agarró y dijo ‘este no está cantando mi teniente’, entonces le dijeron
‘canta tal por cual’, textualmente ‘canta conchetunadre’, y el chico Suárez cantaba
‘conchetumadre’, entonces lo empezaron a apalear delante de todos nosotros, fue una situación
muy difícil, muy dura para todos. Todo esto es parte de la historia de muchos compañeros.”
Luego de este relato se produjo otro momento muy emotivo, donde el silencio y el pensamiento
de aquellos intensos y dolorosos momentos se reflejó en los rostros de ambos compañeros. Se les
consulta qué importancia tiene para ellos entregar estos testimonios.
Antonio:
“Este trabajo de denuncia es una necesidad que tenemos para aportar a la memoria histórica y
en esta memoria histórica todos aportamos, la gente que nos acompaña en nuestro trabajo, con
las entrevistas, las conversaciones, los audiovisuales, con el arte, en las propuestas teatrales
donde nosotros vamos contando la historia de lo vivido. Ahora, en cada lugar donde vamos
participando estamos ayudando a educar. Esta memoria histórica es un ejercicio de pedagógico
para todas las personas, no solo para las nuevas generaciones que participan de las actividades.
Y esta es una lucha permanente donde no vamos a descansar.”
Jaime:
“La memoria es parte de la vida, de nuestra vida y la de muchos. Vamos a morir con esa
memoria y nuestra tarea es entregarla a la gente que nos quiera escuchar.”
Se les plantea ahora que cuenten como era su vida antes de que fueran detenidos, en qué
estaban, dónde participaban, puesto que esa vivencia también es parte del rescate de esta
memoria y queda normalmente en el olvido, ya que en general se habla de lo que pasó con la
represión después del golpe, que sirve, además, para explicar las acciones emprendidas más
adelante, partiendo del hecho de haber sobrevivido como una acción no solo de sobrevivencia,
sino también de resistencia.
Antonio:
“Para caer detenido bastaba con identificarse con el proyecto de la Unidad Popular, no solo
haber sido un militante o un luchador social. Hay que entender que la represión llegó a todo
Chile. En mi caso particular yo era un activista social, dirigente poblacional, un estudiante
trabajador interesado en los temas culturales y educativos. Mi acción estaba orientada a
obtener una mejor calidad de vida para los pobladores en mi vecindario, integrado a las JAP y
todo eso. Entonces, por supuesto que teníamos enemigos y esos enemigos el día 11 actuaron
contra nosotros. A las 11 de la mañana del día 11 de septiembre del 73 fui detenido en Gómez
Carreño. Después vienen las mentiras oficiales, fuimos acusados de formar milicias privadas
para asaltar los cuarteles militares, condenados por ley de infracción de armas. Y qué armas, si
lo que teníamos era literatura, lo único que tenía era literatura en la casa. Nunca había
disparado un arma. Así siguió nuestra vida adelante con muchos dolores, quedas impedido
muchas veces de seguir trabajando en el país, tienes que hacer exilio forzado, vas dejando parte
de tu familia atrás, tienes que recomponerte como persona, en fin. Por eso agradecemos cuando
la gente nos escucha, nos lee, y trata de entendernos. No es un tema fácil.”
Jaime:
“Yo era miembro de la Armada, era marinero, no pertenecía a ningún partido político, pero si
tenía una alta conciencia de clase por parte de mi padre, Cuando fue elegido el presidente
Allende, en la unidad nuestra gritamos de alegría. Posteriormente me doy cuenta que la
oficialidad de la Armada estaba complotando contra el gobierno de Salvador Allende y yo decido
no estar de acuerdo con eso, porque sentía que el gobierno era un gobierno legítimo al que
había que proteger y defender. Trato de informarles a los políticos de aquel entonces del golpe
de Estado que se preparaba y fui detenido por la Marina antes del golpe de Estado y torturado,
también antes del golpe de Estado. Entonces, para el golpe de Estado yo ya estaba detenido,
prisionero de la Marina. Cuento corto, pronto llegué al campo de concentración aquí. En este
campo fue la primera vez que me empecé a relacionar con los políticos, aquí los conocí, dentro
del campo. Aprendí muchas cosas y cada vez que entendía mejor la realidad, me sentía más
comprometido con lo que había hecho.”
A medida que se ha ido desarrollando este Proyecto Colliguay han sucedido cosas inesperadas
muy interesante. Una de ellas fue haber conocido a una lugareña, habitante de las vecindades del
Campo de Concentración Isla Riesco, que en el año 73 tenía 9 años, pero recordaba perfectamente
lo que había sucedido acá arriba y esa memoria fue trasmitida oral y reservadamente dentro de su
familia- Incluyo a continuación parte del testimonio entregado por esta mujer.
“Me acuerdo que en tiempos de invierno aquí los caminos eran un barrial y los camiones que
subían a veces quedaban pegados, entonces llegaban los marinos, nosotros vivíamos al frente
de la laguna, por allá, en la noche llegaban, para que mi papá los fuera a sacar con los bueyes.
Los camiones venían con gente adentro (…) Mi tío, que vivía adentro del fundo, él les convidaba
agua, él estaba lejos eso sí, pero de la casa de mi tío se veía el campamento. Había un sendero
de caballos que llegaba hasta el tranque. Mi tío trabajaba dentro del fundo y en esa casa nació
mi mamá, era como inquilino (…) En ese tiempo hacían carbón allá y sembraban trigo en el
fundo (…) mis hijas también saben la historia, porque para nosotros fue impactante, sentíamos
los disparos en la noche (…) Toda la gente de acá estaba asustada, porque es gente humilde, de
campo, pero todos sabían que había prisioneros allá arriba, creo que algunos eran del Belloto
(…) a nosotros nos impresionó mucho un caballero que venía a visitar el campamento, venía casi
todos los años. Ahora hace tiempo que no lo hemos visto, se debe haber muerto a lo mejor. Se
venía en la micro, se bajaba en el paradero y caminaba hacia arriba hasta donde estaba el
campamento, traía una flor, se quedaba allá y al otro día volvía y tomaba la micro y se iba. Él
venía solo”.
El Proyecto Colliguay, de características similares a las del Proyecto Lebu, será un nuevo trocito del
rompecabezas de la memoria que, después de cincuenta años del golpe de Estado de 1973, sigue
construyéndose con el testimonio y la voluntad incansable de muchos compañeros y compañeras.
Es una tarea pedagógica popular permanente, un acto de resistencia al olvido.


Jaime, Antonio, Andrés, Irma
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 30 septiembre 2023

INTENSA RÉPLICA A PUBLICACIÓN DE OSCAR GUILLERMO GARRETÓN

 

INTENSA RÉPLICA A PUBLICACIÓN DE OSCAR GUILLERMO GARRETÓN

 05/10/2023  Editor  13 Comments

Compañeros, compañeras, amigas, amigos: Hace unas semanas La Tercera publicó un extracto de las “Memorias de Oscar Garretón” específicamente sobre el tema “sedición” y los marineros constitucionalistas.

Las nauseas que me produjo ese bodrio, me obligaron a escribir ese relato, lo hago de manera muy personal, aunque creo interpretar a muchos.

Como no tengo o no tenemos llegada directa a medios de difusión, les pediría hacer un despliegue al máximo para difundir este “intercambio entre Manuel y Ramiro”.

Sería apropiado adjuntar las “Memorias de Garretón” para que quienes lean el relato puedan situarlo en su contexto.

Agradecido.

Leo Luna

Octubre 2023-10-05

___________________________________________

DIARIO LA TERCERA

Pocas semanas antes del “11″, tres dirigentes políticos fuimos acusados de un intento de sedición en la Marina: el senador Carlos Altamirano, secretario general del PS; Miguel Enríquez, secretario general del MIR, y yo, diputado y secretario general del MAPU. Los tres, sindicados como cabeza del ala más dura o “ultra” de la izquierda.

Hay un hecho que ha marcado y determinado muchas encrucijadas de mi vida. Pero, aún más importante, ha quedado grabado en la historia del Golpe militar de 1973.

La acusación fue rodeada de una gran parafernalia, fueron detenidos suboficiales de tierra y de distintos barcos de guerra, mientras se nos acusaba de ser los cabecillas de un plan que pretendía tomar los barcos por la fuerza, asesinar a los oficiales y luego bombardear las poblaciones de oficiales en el sector Las Salinas de Viña del Mar, como señal para el inicio de una insurrección nacional destinada a instaurar una dictadura comunista.

Los marinos encarcelados sufrieron torturas que desataron una importante solidaridad popular con ellos. En tanto, entre la oficialidad de la Marina se producía un vuelco hacia posiciones golpistas alimentadas por la versión de que pretendíamos asesinarlos a ellos y a sus familias. Como consecuencia, el comandante en jefe, almirante Raúl Montero, hombre muy íntegro y marcado por la tradición constitucionalista de las Fuerzas Armadas, fue removido a manos de su segundo al mando, el almirante José Toribio Merino, claramente partidario del Golpe. El propio Merino transmitía que debió presionar fuertemente a Pinochet, que dudaba en sumarse.

Esa fue la magnitud política del caso, en momentos en que la crisis se había intensificado al extremo a mediados de 1973. Se hablaba abiertamente de Golpe de Estado, sea para promoverlo o denunciarlo. El desabastecimiento se agudizaba por la suma de errores económicos, el boicot premeditado de gremios opositores, el estado de movilización permanente y la acción del gobierno de Nixon para estrangular financieramente a Chile y apoyar la desestabilización interna. En ese cuadro, las Fuerzas Armadas se transformaron en foco central del debate y la acción política. Cuando las armas se convierten en opción generalizada, quienes las poseen pasan a ser codiciados.

Si ya antes las relaciones con las FF.AA. se habían hecho habituales a partir de la incorporación de altos oficiales al gobierno de la UP, en ese tiempo se desataron. Casi a diario se producían tan intensos como discretos contactos entre civiles y militares, y se denunciaban iniciativas golpistas.

Reunión con suboficiales

Fue en ese escenario que me llegó un mensaje del regional Valparaíso del MAPU, señalando que un grupo importante de suboficiales de Marina pedían contactarse conmigo, como diputado y jefe de partido de la Unidad Popular, para hacer llegar una grave y urgente información al Presidente Allende.

El encuentro se realizó en un departamento ubicado en la zona de Recreo, entre el Puerto y Viña del Mar.

Al llegar, ya estaba allí un grupo de unas 10 a 12 personas. Al saludarlos se fueron presentando como suboficiales de distintas armas y barcos de la Marina. Uno de ellos, que después supe era el sargento Juan Cárdenas, tomó la palabra. Me señaló que deseaban que le hiciera llegar al Presidente Allende la información de que en la Marina se preparaba el Golpe de Estado para el día 7 de agosto.

Para fundar dicha afirmación, procedieron a entregar, uno a uno, datos precisos de arengas de oficiales en distintos barcos a las que habían asistido, así como encuentros entre oficiales de la Armada y de otras ramas de las FF.AA., a los que marinos habían servido como mozos e informado a ellos. La información me pareció muy precisa y pormenorizada. Luego de hacerles diversas preguntas, les señalé que haría llegar el informe al Presidente.

Entonces ellos me plantearon que tenían un plan para frustrar el intento de Golpe: reducir y apresar a los oficiales, para luego proclamar su lealtad al gobierno y la necesidad de contar a futuro con una Marina leal a la Constitución y al pueblo.

En un rapto de sensatez poco común de esos tiempos, les manifesté que su plan me parecía “una locura” (consta en el expediente del proceso). Que, con eso, solo se precipitaría una situación de violencia a nivel nacional. Sin embargo, les reiteré que haría llegar sus antecedentes al Presidente, porque me parecían suficientemente graves y detallados.

Antes de retirarme les pregunté qué querían ellos, aparte de que no hubiera Golpe, y qué significaba eso de una Marina distinta. Varios opinaron. Pude constatar que solo algunos simpatizaban con la Unidad Popular; otros eran más bien constitucionalistas, pero todos muy marinos, con vocación de seguir siéndolo.

Hasta allí la reunión, de la cual existe información detallada en el expediente de la causa. Tuve acceso a ese expediente, y pude calibrar su debilidad cuando solicitaron mi extradición a Colombia, donde me había acogido a asilo político. Hasta conocer ese documento, siempre supuse que los marinos apresados “confesaron” que Altamirano, Enríquez y yo éramos los cabecillas. Tenía lógica. Habían sido torturados, nosotros estábamos libres, en la clandestinidad o exiliados. Me parecía comprensible que se defendieran de esa manera. Pero, al revisar ese documento, me resultó admirable que, en medio de apremios y tiempos de una dictadura descontrolada en sus odios, ellos fueran muy veraces respecto a esa cita, a pesar de los costos que debían pagar por su entereza.

Después de la reunión con ese grupo de marinos, informé al Presidente de ella, pero no tengo idea cuál fue la importancia que le dio. En ese período, seguramente recibía decenas de informaciones sobre el mismo tema.

Poco después, la Armada hizo estallar la noticia de que había sido detectado un intento de sedición, cuyos cabecillas éramos Carlos Altamirano, Miguel Enríquez y yo. Informaba que habían apresado a sediciosos dentro de la Marina. E informaba que el objetivo era matar a la oficialidad y bombardear las poblaciones de personal naval y sus familias en el sector de Las Salinas, para así dar inicio a una insurrección nacional que instaurara un régimen marxista en Chile.

Por cierto, en el clima que se vivía, esta fue una bomba. Más aún cuando se sindicaba como “cabecillas” a quienes aparecíamos liderando el sector “duro” de la Unidad Popular, más el MIR.

Solo a partir de eso me enteré de que los marinos también habían contactado a Carlos Altamirano y a Miguel Enríquez. Ninguno de los dos estuvo en la reunión en que yo participé, ni yo en las que ellos hubieran tenido.

El tema se puso candente. Poco después se hicieron públicas denuncias de torturas en instalaciones navales a los marinos apresados y eso desató movilizaciones en Santiago, Valparaíso y Concepción. Mientras, se preparaba la acusación para llevarnos a tribunales que, en el caso de Altamirano y mío, por ser parlamentarios, requería el desafuero previo.

La denuncia tenía fecha del Golpe

En mis reflexiones posteriores he pensado que, en primer lugar, los marinos involucrados se pueden haber equivocado en la fecha o la estrategia para enfrentar la sedición contra Allende, pero no al denunciar que se preparaba un Golpe por parte de la oficialidad. La propia Marina se ha ufanado siempre de ser ella y el almirante Merino, como su cabeza, los que precipitaron el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, a pocas semanas de distancia con la fecha señalada por los marinos y a diferencia de las vacilaciones de Pinochet, quien, muy al último y solo por presiones, habría aceptado sumarse. La reacción que propiciaban ante esto los marinos más tarde apresados puede haber provocado mi desacuerdo, como consta en el expediente de la causa y ratificó años después en Europa su cabeza visible, el sargento Cárdenas. Pero en el clima de legitimación de la violencia que entonces se vivía, sus propuestas no eran sino reactivas ante una amenaza tan real que se materializó apenas un mes después de lo que ellos preveían.

Asimismo, esta denuncia de “sedición” jugó un rol decisivo para deslizar a toda la oficialidad de la Marina hacia posiciones golpistas, que eran encabezadas por el almirante José Toribio Merino. Para los oficiales ya no se trataba, según las versiones entregadas por sus superiores, solo de la política nacional, sino que también del asesinato de ellos y de sus familias. El clima de odio y exasperación se hizo extremo.

Sin duda, este hecho explica que Altamirano, Enríquez y yo encabezáramos la lista de los “13 más buscados”, que apareció después del Golpe. También, que durante largo tiempo se esgrimió como prueba de los planes golpistas de Allende y la Unidad Popular. Fue, además, enseñado así por muchos años como parte de la historia de la Marina en la Escuela Naval y compilado en cuanto “libro blanco” imprimió la dictadura para justificar el Golpe. Y pesó en mí durante largos años como causa principal de mi prolongado exilio, de la cárcel que debí vivir a mi vuelta a Chile a fines de los años 80 y de permanentes reiteraciones posteriores de la “versión oficial”.

En agosto de 1973 los propios marinos apresados y luego torturados hicieron una declaración pública en la que reiteran la falsedad de esta versión. En relación con las acusaciones que se nos hicieron a Altamirano, Enríquez y a mí, su declaración coincide exactamente con el expediente del proceso por sedición con que se pidió mi extradición a Colombia y se me juzgó posteriormente en Chile.

Este juicio de sedición tuvo importancia decisiva en los caminos de mi vida al volver a Chile. No solo por la cárcel con que se inició, sino que también porque cuando la dejé, a fines de 1988, fue con libertad condicional y prohibición de ejercer cargos públicos o participar como candidato en elecciones de votación popular, porque la pena del delito que se me imputaba era “entre 20 años y muerte”. Por eso, no sin un dejo de ironía, siempre digo que el almirante Merino estuvo en el origen de mi carrera empresarial.

Me costó un largo proceso salir de las garras de la justicia naval de entonces. Fue el abogado Luis Arévalo quien me defendió abnegada y gratuitamente en ese caso. Yo estaba preso, sin ingresos, y mi familia sobrevivía difícilmente gracias a un trabajo modestamente remunerado de mi mujer.

Solo en 1993, 20 años después de los hechos, ante un recurso de queja nuestro, pudimos llegar a la Corte Suprema. Su fallo, por seis votos contra cero, determinó que yo no había participado en sedición alguna. Entre los seis votos a mi favor se incluía el del auditor general del Ejército, general Fernando Torres Silva, quien, para procesos provenientes de la justicia militar, se transformaba en integrante de la corte. Pero faltaba algo.

Treinta y tres años después

Este episodio histórico tuvo su cierre a comienzos de 2006, o sea, casi 33 años después. Ya se había producido el “nunca más” del Ejército encabezado por el general Juan Emilio Cheyre y la Fuerza Aérea había recibido como parte de su “familia” a Michelle Bachelet, hija del general Alberto Bachelet, muerto en cárceles de la dictadura. Sin embargo, la Marina parecía reacia a adoptar posturas similares.

De allí mi sorpresa cuando a fines de 2005 recibí una invitación del comandante en jefe de la Marina, Rodolfo Codina, para participar junto a un grupo de invitados de distintos ámbitos —parlamentarios, altos oficiales de otras ramas, empresarios— en un viaje del “Aquiles” al archipiélago de Juan Fernández. Lamentablemente, no pude viajar. Sin embargo, en enero de 2006 recibí una nueva invitación. Esta vez para recorrer en el “Aquiles” los mares de la X y XI Región del país. Consciente del significado del gesto hecho por la Marina, el viaje representó desde sus inicios una fuerte carga emocional para mí. Treinta y tres años después de los hechos que se me imputaron y 12 años después de que la Corte Suprema había fallado unánimemente que yo no había hecho sedición alguna, recibía esta señal.

Por si faltaran motivos de recuerdo, exactamente en los momentos de estar recién embarcados, próximos al zarpe, recibí un inesperado llamado telefónico de la Presidenta Bachelet. Me pedía que asumiera la presidencia de Fundación Chile, principal centro de alianza público-privada del país, dedicado a la innovación de alto impacto y el emprendimiento.

Llamó mi atención la presencia en el barco no solo del almirante Codina, comandante en jefe de la Armada, sino que también de un nutrido número de miembros del almirantazgo. El viaje fue un maravilloso recorrido por esos mares y costas de enorme belleza. Un tiempo magnífico y el clima que se creó entre los civiles y los marinos colaboraron al agrado en la travesía.

Todo esto era la antesala de la última noche. Me había extrañado que la invitación indicaba —con esa prolijidad típica de las FF.AA.— que debíamos llevar ropa informal gruesa, pero además… un terno oscuro de noche los hombres y un vestido elegante las mujeres. Me pareció extraño este componente del equipaje. Lo comenté con el vicealmirante Cristián Millar, que creo fue un importante gestor de la iniciativa, y él, sin entrar en detalles, me señaló que la tenida más formal era para la cena de gala la última noche embarcados.

Esa noche, el salón principal del “Aquiles” tenía varias mesas donde nos habían asignado a cada uno un puesto identificado por una tarjeta con nuestro nombre. Los oficiales, de uniforme de gala.

Mientras servían unos cócteles y poco antes de sentarnos a la mesa se me acercó el vicealmirante Millar para decirme al oído más o menos lo siguiente: “Óscar, en esta cena el almirante (Codina) va a decir unas palabras para agradecer que hayan aceptado nuestra invitación y estén presentes”. (Una pausa). “Ahora, quiero que estés atento a sus palabras, porque si bien no hay referencias personales, hay párrafos que tienen que ver contigo”. Hizo luego una nueva pausa y a continuación agregó: “Al final de la comida agradecerán las palabras del almirante cuatro invitados: el general director de Carabineros, el presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, el vicepresidente del Senado y la subsecretaria de Marina”. Y continuó Millar: “Ahora, no hay la menor obligación de que tú u otro invitado diga algo; te repito, ninguna obligación, pero si alguno desea decir algo después de esos saludos, el oficial a cargo del libreto ofrecerá los micrófonos por si alguien lo desea”.

Me quedó claro que venía algo importante y así ocurrió. En su discurso oficial, el almirante Codina habló del pasado que nos dividió, de la necesidad del reencuentro y fue especialmente emotivo.

Transcribo textualmente los párrafos pertinentes:

“No puedo terminar estas palabras sin hacer algunas reflexiones que hablan de sentimientos de reencuentro y unidad:

Nos acompañan hoy personalidades y ciudadanos de nuestro país que vivieron la dolorosa experiencia derivada de un pasado que nos dividió y enfrentó en forma irracional, dejando huellas de las cuales no podemos sentirnos orgullosos y que, de corazón, lamentamos. Por ello, estas palabras, que son con respeto y afecto, tienen como propósito explicitar que valoramos la grandeza y generosidad de haber concurrido a esta invitación y con ello habernos dado la oportunidad histórica de retomar una amistad cívica y emocional de la cual sí queremos enorgullecernos, en la convicción de que las relaciones humanas llevadas con sentido de trascendencia y sinceridad son el camino que hará grande a nuestro país y dará mejor oportunidad a todos los que somos parte de un proyecto donde el rencor no tiene cabida.

El habernos privilegiado con su presencia, de verdad, nos compromete, toda vez que el reencuentro y la unidad, cuando es resultado de la convicción profunda, de la importancia del espíritu republicano, solo otorga escenarios prósperos, pero, por sobre todo, nos permite mirar el futuro con optimismo para el mejor destino de nuestros hijos.

Por último, quiero reiterar que nuestra invitación fue y será sin ventajas, que nuestro objetivo tiene como eje central el conocernos y valorarnos más. Pero si somos chilenos de corazón bien puesto, queremos que esta invitación sea una apuesta a la proyección de vínculos y amistades que nos permitan con humildad y honestidad ponernos en el lugar del otro, porque solo así, comprendiendo en su exacta dimensión las tristezas y felicidades del que hoy miramos a los ojos, podremos reconstruir los nexos de una sociedad que jamás debió alcanzar distancias y conflictos que llevaron a interrumpir una capacidad de acuerdos y de entendimientos nacionales.

Estas palabras, en definitiva, pretenden ser la proyección del alma de una institución, como lo es la Armada de Chile, institución que ponemos a disposición de ustedes para alcanzar los objetivos que nuestras autoridades de gobierno nos han propuesto. Compartir el presente y asegurar un futuro mejor, haciéndonos cargo de nuestro pasado, es el camino que invitamos a navegar”.

Estas palabras y gestos, en medio de un viaje que por sí solo representaba una fuerte carga emocional para mí, me impactaron fuertemente. Mientras agradecían los cuatro invitados, cuyos discursos estaban contemplados en el acto, yo escribía en una servilleta de manera apurada las ideas que se me agolpaban.

Terminados los anteriores saludos, como había sido advertido, el oficial a cargo preguntó si algún otro invitado quería decir algunas palabras. Levanté la mano y me dirigí al podio en medio del salón, notando, con sensibilidad de guitarrista, que aumentaban los grados de atención (o tensión) entre los comensales y personal de servicio que nos atendía.

Obviamente, no llevaba discurso escrito, pero hay episodios que a uno se le quedan grabados como fotografías, y al desembarcar reproduje mis palabras, creo que textual o casi textualmente.

Partí señalando al almirante Codina que no me había pasado inadvertido el gesto que representó esa invitación y, más aún, que fuera en nombre de la Armada de Chile. Y luego hablé con una mezcla de sentimientos —orgullo, humildad, emoción—, indicando que me interesaba que todos tuvieran claro que hablaba sin la menor intención de cobrar cuenta alguna. “Entre otras cosas, porque soy un convencido de que la responsabilidad por lo ocurrido es compartida por vencedores y vencidos. Lo he dicho muchas veces, por más que me sienta más cómodo siendo parte de los entonces vencidos”, dije. A continuación, recordé que mi historia personal estuvo marcada por la Marina para bien y para mal. Para mal, los 14 años de exilio obedecieron a la acusación que me hizo la Armada, al igual que mi estada en la Cárcel de Valparaíso. Y expliqué que la Marina tuvo que ver con mis inicios en mi vocación empresarial. Luego dije que me he esforzado en estos años por tender puentes y, por eso, cuando veo que desde su lado también se tienden puentes, a mí eso me emociona mucho.

Mis palabras terminaron abruptamente, porque me fui emocionando y no pude evitar que se me quebrara la voz y se me llenaran los ojos de lágrimas. Cuando volvía a mi asiento, el almirante se levantó de su silla y me dio un fuerte abrazo en medio de las mesas, mientras la audiencia se ponía de pie a aplaudir. Debí abandonar el salón y paseé un largo rato por cubierta en medio de la noche austral para poder calmarme y volver a la cena.

Era el epílogo de una historia que duró 33 años y marcó la vida no solo mía, sino que también de mi mujer y mis hijas, así como de mis padres, ya fallecidos, que quizás recibieron el castigo peor, porque nosotros seguimos juntos en el exilio, pero ellos perdieron a su hijo y únicas nietas por largos años, y como viñamarinos, cuya clase alta siempre ha estado muy ligada a la Marina, sufrieron el ostracismo de muchas amistades que compraron todo el cuento de la “sedición” y cobraban en mis padres lo que no podían cobrarme a mí.

Los recuerdos me llevan a mis padres. Cuando volví, pude conocer de ellos su calvario, especialmente los primeros años. Sus incansables intentos por lograr mi regreso, siempre infructuosos; sus cartas airadas a los diarios cada vez que algún personero dictatorial o de la Marina me mencionaba asociado a la “sedición”, muchas de ellas no publicadas, pero todas archivadas meticulosamente. Estoy convencido de que solo el tesón y tozudez de mi padre por mi retorno explican que no haya muerto de su grave enfisema pulmonar antes de mi vuelta a Chile, como era el pronóstico de cuanto médico lo atendió. No puedo dejar de hacer un recuerdo de mi madre. Recuerdo que ya muy viejita, sobre los 90 años de edad, siguió con excitación el período de la agonía del almirante Merino, que coincidió con enfermedades del general Pinochet y el general Leigh, tres miembros de la Junta de Gobierno que encabezaron el Golpe de 1973. El día de los funerales de Merino fui a verla como hacía habitualmente y la encontré sentada en su cama, especialmente acicalada y de labios pintados, sosteniendo en su regazo una bandeja con un gran pisco sour y otras cosas de cóctel, luego de haber ordenado que le pusieran el televisor para no perderse detalle del funeral. Ese día el beso con que me recibió fue especialmente cálido. No es raro entre quienes han sufrido hambre y sed de justicia el goce por la desaparición de su verdugo.

Retomando este epílogo en el “Aquiles”, la misma noche de los episodios que he relatado, un eufórico vicealmirante se me acercó para decirme que todo había ido más allá de sus expectativas y me confesó que varios almirantes, recelosos de estos gestos del almirante Codina, se habían acercado a él para decirle que habían superado todas sus reticencias y que respaldaban plenamente su línea de acción en estas materias.

Poco después de finalizada esta navegación tan especial, se sucedieron los gestos de la Marina. El almirante Codina dio mucha importancia a los hechos en una entrevista radial y me llamó por teléfono para agradecerme personalmente que hubiera aceptado y respondido su invitación de esa manera. Se sucedieron varios otros gestos. Entre ellos, uno muy particular tiene que ver con las gorras de marino bordadas con la identificación del transporte “Aquiles” que todos recibimos al embarcarnos. Pues bien, días después del desembarco recibo un paquete con papel de regalo en mi oficina, enviado desde la Comandancia en Jefe. Era uno de esos gorros marineros del “Aquiles”, pero el significativo detalle era que, mientras antes todos habíamos recibido gorras sin mayor distintivo, esta traía bordados en la visera los laureles dorados propios de las gorras de almirante. Aún la tengo y la uso habitualmente en esos días junto al mar que me regalo todos los meses.

Quizás no falten quienes planteen que tanto dolor y persecuciones no se compensan con una invitación a navegar por pocos días y lean con distancia o desagrado los párrafos anteriores. La verdad, hace mucho tiempo pienso que dolores como los sufridos no tienen compensación posible. No hay medida capaz de contener una reparación a la altura del daño que nos hicimos como personas y como nación. Más bien mi reflexión es otra. Yo, en lo personal, y el país, en general, necesitamos y anhelamos cerrar capítulos, no seguir prisioneros de un pasado que cada vez más recuerdo como pesadilla. Hace años me cansé de odiar. No quiero seguir siendo un encadenado a la dictadura y su obra. He pensado que, en el caso de que hubiera sido muerto, posibilidad que sin duda existió, no me gustaría ver a mis hijas prisioneras a perpetuidad de mi muerte, sino que dedicadas a sus amores y pasiones, a imaginar, construir y vivir mundos mejores a los de entonces. Por eso, más que compensaciones, busco cerrar capítulos que desearía jamás se hubieran abierto, creando espacios y construyendo puentes donde antes solo había precipicios que separaban.

No faltan quienes me critican por tener algunos amigos, entre la variedad de los que la vida me ha regalado, que estuvieron con la dictadura y que hasta ejercieron cargos en ella. Tampoco faltan quienes ven con malos ojos entrar a clubes, casas o barcos donde se anidaba el golpismo en 1973. Lo entiendo, pero quisiera que conocieran también la lógica de alguien que lo pensó y llegó a una conclusión distinta. Yo siento un triunfo tener convertido en amigo a quien, para la fecha del Golpe, podría haber descorchado una botella de champagne ante el anuncio de que yo había sido muerto. Siento un triunfo ser invitado y recibido respetuosamente en lugares donde antes se respiraba el odio contra mí u otros como yo. Siento que este país es más amable, más deseable que aquel de 1973, y eso solo se logra con una voluntad compartida entre todos. Pero también, por las tragedias que arrastramos y nos dañan desde esos tiempos, y entiendo a quienes el dolor les impide hasta hoy desembarazarse de esa pesadilla.

___________________________________________

MEMORIAS DESMEMORIADAS

INTERCAMBIO ENTRE GARRETÓN Y RAMIRO (L.LUNA)

ENTRE UN IMPOSTOR  Y QUIEN DIO TODO POR SER UN COHERENTE REVOLUCIONARIO

Golpe de Estado Civil-Militar y la “sedición” de la Marinería Constitucionalista.

Hola Manuel (Oscar Guillermo). Te llamo de esta manera para intentar trasladarme a otros tiempos procurando de esta forma superar las náuseas que me produjo leer tu relato sobre aquel hecho histórico de los Marineros Constitucionalistas y el Golpe Civil-Militar.

Todos tenemos derecho a tener nuestras opiniones y puntos de vista, lo que no tenemos derecho es a torcer la historia, aunque tu actual círculo de preferidos siempre lo hicieran así.

Tu mirada torcida de la historia es la que me obliga salirte al paso, particularmente en torno al tema de la Marina, su rol protagónico en el golpe de estado civil- militar, y tu intento de limpiarle las manos manchadas de sangre a quiénes en nombre de esa institución, en democracia, fueron capaces de torturar cruelmente a sus propios soldados, presagiando lo que serían capaces de hacer una vez consumado el golpe.

En buena parte de tu escrito resaltas, lo que para los chilenos y para quien miró en profundidad la historia del golpe y para ti como Secretario General del MAPU, informado regularmente de lo que acontecía desde nuestro regional Valparaíso, era conocido por todos, como tú lo señalas:

“La propia Marina se ha ufanado siempre de ser ella y el almirante Merino, como su cabeza, los que precipitaron el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, a pocas semanas de distancia con la fecha señalada por los marinos”

Por ello me resulta repugnante tu intento de ligar el “vuelco” de la oficialidad de la armada hacia el plan golpista por la solidaridad popular con los marinos torturados cruelmente por sus oficiales, cuando dices:

“Los marinos encarcelados sufrieron torturas que desataron una importante solidaridad popular con ellos. En tanto, entre la oficialidad de la Marina se producía un vuelco hacia posiciones golpistas alimentadas por la versión de que pretendíamos asesinarlos a ellos y a sus familias.”

Pero vas allá cuando ligas la “sedición de la marinería” que vociferaba el mando institucional, con el apresamiento y derrocamiento del Comandante Raúl Montero, al decir: “Como consecuencia, el comandante en jefe, almirante Raúl Montero, hombre muy íntegro y marcado por la tradición constitucionalista de las Fuerzas Armadas, fue removido a manos de su segundo al mando, el almirante José Toribio Merino, claramente partidario del Golpe”.

Coincido, nunca existió un plan de la marinería, lo que sugirieron en esa reunión de la que fuimos parte, era producto de la desesperación de que habría un golpe, que sería cruel y sangriento. Y veían que los políticos de la época no reaccionábamos.

Te recordare que hasta el propio Departamento de Estado de EEUU, y el informe del Congreso Estadounidense sobre el golpe, señalan de la falsedad absoluta de lo denunciado en el denominado “Plan Z”, como el principal elemento que justificaba el golpe.

Pero tu tranquilidad debieras haberla tenido desde mucho antes, porque la marinería constitucionalista pese a las brutales torturas recibidas  -en democracia- nunca confesaron la existencia de tal plan y si me disculpas que sea, por un segundo, autoreferente, yo y Hernán tampoco “confesamos” la existencia de dicho plan pese a las brutales tortura, en mi caso de meses, las que años más tarde,  terminaron conmigo en el quirófano por las lesiones que los golpes habían producido en mi columna vertebral……Manuel, fue nuestro silencio el que te dio  la suerte años más tarde, cuando:

” En 1993, 20 años después de los hechos, ante un recurso de queja nuestro, pudimos llegar a la Corte Suprema. Su fallo, por seis votos contra cero, determinó que yo no había participado en sedición alguna. Entre los seis votos a mi favor se incluía el del auditor general del Ejército, general Fernando Torres Silva…”

Te felicito, pero te traigo a la memoria que la Marinería Constitucionalista espera justicia desde hace 50 anos y directamente, pese a una demanda que interpusieron hace más de 14 años, que aún no tienen justicia.  Hay muchas razones, pero las fundamentales, son que tu círculo de preferidos de la Armada, siguen fieles a su pacto de silencio, al encubrimiento de los autores de los crímenes.

Te doy un ejemplo muy concreto y para ti como ex-S.G.MAPU, 50 años después no podemos darle sepultura al cura Miguel Woodward, militante del MAPU por si lo habías olvidado, asesinado en la Esmeralda. Lo mismo ocurre con tus ex compañeros de partido Hernán Pacheco y Leopoldo Luna que después de medio siglo siguen sin justicia, verdad ni reparación.

¿No se te vino a la memoria antes de decir tu discurso en el “Aquiles” las dolorosas experiencias de tus ex compañeros y anotarlas en tu servilleta?

Manuel, porque olvidas un costado de la historia, aparentemente de forma ex profeso. Olvidas lo que todo el mundo conoce, que el glorioso gobierno del compañero Salvador Allende había sido “condenado a muerte” por Nixon desde el mismo día de su elección en 1970.

¿Porque lo “olvidas” Manuel?, será también para “lavar la cara“ a la Marina por sus estrechos vínculos con la inteligencia gringa y el rol conjunto para concretar el Golpe.. (¿?)

Olvidas que pretendieron impedir que fuese ratificado Allende en el Congreso Pleno, financiando, asesorando y armando un pelotón de ultraderechistas que asesinó al Comandante en Jefe del Ejercito René Schneider.

Es evidente que tu amnesia o memoria desmemoriada tiene relación directa con tu nueva vida y nuevos amigos. Por ello le das gracias a quien “dio vida“ a tu veta empresarial, (Merino). Yo diría que más bien, fue la forma que tu nuevo círculo de amigo te daba la bienvenida, como al “hijo prodigo”, con tanto aprecio y tan querido y respetado. (¿?)

Manuel, creo que el siguiente extracto de tus oportunistas memorias desmemoriadas es en profundidad y rigor la razón del recibimiento en el mundo golpista de ese entonces y especialmente de quienes lo ejecutaron cuando dices:

“Entre otras cosas, porque soy un convencido de que la responsabilidad por lo ocurrido es compartida por vencedores y vencidos. Lo he dicho muchas veces, por más que me sienta más cómodo siendo parte de los entonces vencidos” (¿?)

Manuel, al leer este texto y releerlo, me da una suerte de vergüenza y de asco recordar que compartí contigo algunas horas de mi vida. Esta frase te deja al desnudo, qué cobardía. Me dices y le dices a todos quienes fuimos víctimas del terrorismo de estado, “que somos corresponsables” de que nos torturaran, que nos violaran, que nos asesinaran, que nos hicieran desaparecer.

Sin embargo, hay otro dato que te doy a continuación y que lo olvidas teniendo absoluto conocimiento de ello. Olvidas Manuel que el 17 de marzo de 1973, en medio del caos promovido y financiado por la estación de la CIA en Chile, hubo una elección parlamentaria, quizás recuerdas que en esa fuiste elegido como honorable Diputado. (Quizás hoy cobras tu “pensión de exonerado”).

Olvidaste que en esa elección la Unidad Popular subió su votación del 36,63 % en Septiembre de 1970 y en marzo de 1973 al 43%. Pese a todo lo que acontecía en el país, el pueblo chileno le daba a Salvador Allende un 6,37 % de confianza adicional. ¿Porque lo olvidas Manuel?

Manuel, por si nunca lo supiste, ese mismo día, la estación de la CIA en Chile, comunicaba a sus jefes en EEUU, que el método aplicado, para “estrangular” a Allende no estaba dando resultado. Había que poner todas las fichas en el estamento militar.

Lo decía el jefe de la estación de la CIA en Santiago:

“Mientras el puesto en Santiago espera conferir a nuestro programa [militar] un ímpetu adicional (…) [o]tras centros de poder político (partidos, empresas, medios de comunicación…) desempeñarán un papel esencial a la hora de crear la atmósfera política que nos permitirá alcanzar los objetivos antes expuestos. Teniendo en cuenta los resultados electorales, el puesto opina que es imprescindible reavivar el clima de malestar político y dar pie a una crisis controlada para lograr que los militares consideren seriamente la posibilidad de una intervención.” 

“En un examen retrospectivo de las elecciones al Congreso llevado a cabo el 14 de marzo, el puesto santiaguino expuso una serie de planes concebidos para centrarse aún más en el programa militar”.

Manuel, ¿porque dejaste de lado todos estos datos fuera de tus memorias desmemoriadas?¿O lo has hecho a propósito, para no dejar en evidencia que sin los gringos, involucrados hasta el cuello, no habría sido fácil derrocar a Allende?.

Las elecciones de Marzo 73 que te eligieron, lo demostraban Manuel. Para los que habían vivido siempre en la zozobra, en la miseria, en el desprecio, en la discriminación, Allende había calado en su sangre, él encarnaba su única esperanza. Al haberte elegido como Diputado fuiste parte de esa esperanza, pero como se ve en tus memorias desmemoriadas, ello no fue parte esencial de tu vida. (¿?)

Para sacudirte de tu amnesia consciente, te mando de regalo, dos párrafos de documentos desclasificados por EEUU, en especifico por la estación de la CIA en Santiago. Con posterioridad a las elecciones de marzo de 1973:

“Pensamos que, en un futuro próximo, la base en Santiago debería hacer hincapié en las actividades [clandestinas] destinadas a ampliar los contactos, la información y la capacidad de que disponemos con el fin de suscitar una de las siguientes situaciones: “

“a)  Un consenso entre los dirigentes de las Fuerzas Armadas (tanto si permanecen en el Gob. Como si no) acerca de la necesidad de sublevarse contra el régimen. La base en Santiago opina que deberíamos tratar de inducir al mayor número posible de militares, sino a todos, a hacerse con el poder y desbancar al Gob. De Allende. (…)” 

Por ello, estas confesiones, aunque a ti no fue necesario torturarte, sellaron definitivamente el retorno a tu redil, cuando dices:

“Entre otras cosas, porque soy un convencido de que la responsabilidad por lo ocurrido es compartida por vencedores y vencidos.”

Y agregasLo he dicho muchas veces, por más que me sienta más cómodo siendo parte de los entonces vencidos”.

Cuánto lo lamento Manuel y si algo puedo aconsejarte por acá y más allá, porque nadie, de quienes te eligieron diputado en 1973 entenderá “tu lógica” y tú “conclusión distinta” como lo solicitas en tus memorias desmemoriadas, es mucho más probable que recibas de ellos unos cuantos escupitajos.

“Crucero en el Aquiles”

Manuel, con melancolía dices…“Lamentablemente, no pude viajar. Sin embargo, en enero de 2006 recibí una nueva invitación.”

Manuel no te pongas triste, porque pese a todo lo que he descrito anteriormente tenemos “vidas parecidas”. Yo también fui “invitado” a navegar por los mares de Chile. Incluso creo que podría superar tu rango, porque navegue en un buque de la armada y también en uno de propiedad de aquellos activos civiles golpistas de tu actual círculo de preferidos. También lo olvidaste.

Te supero Manuel, porque navegaste en un “vulgar” buque de transporte, el AQUILES, en cambio mi invitación se materializó nada más y nada menos que en el Destructor ORELLA.

Pero antes de contarte de este “crucero”, el primero fue en el barco MAIPO de la Sudamericana de Vapores (R.Claro), éramos unos 400 invitados, no me solicitaron llevar ropa de gala, tampoco que tendríamos una cena de gala, es más, la misma ropa con la que me capturaron, cubrió mi cuerpo durante más de un mes. Tampoco permitieron esos lujos a los invitados a embarcarse en el Lebu, ni tampoco a los invitados a la Esmeralda, buque escuela, ni más ni menos, de la marina chilena.

Navegamos hasta Pisagua, donde después de 6 días, el 18 de septiembre 1973, recibimos la primera ración de alimentos y agua en la Cárcel de Pisagua. Allí, durante el mes que permanecí, fui torturado, flagelado sistemáticamente por primera vez. Ahí di inicio a mi prueba de silencio, había llegado el momento de ser coherente Manuel y consecuente y leal con mis compañeros, compañeras y amigos.

Pero mi crucero en el destructor ORELLA, superó todas las expectativas. Unos 200 presos fuimos embarcados en Pisagua destino a Iquique. Allí fueron desembarcados todos, menos yo. Era un invitado especial. Privilegiado, estaba encerrado solo en un camarote y el buque volvió a Pisagua para embarcar a los quedaban en ese histórico lugar para luchadores encarcelados.

Mi viaje hasta Valparaíso no sería tan holgado en espacio como el tuyo. Unos 10 compañeros más serian introducidos al mismo camarote, sin camas, no habrían cabido, en un camarote de 2 mts. por 2 mts.

Así todo, hubo nuevos gestos de cariño y aprecio de parte de la Armada. Cada noche durante lo que duró el crucero de vuelta al puerto, un gentil oficial de la Armada se dio el trabajo de sacarme a cubierta, concretamente a la Popa, “para que tomara aire puro”, un lujo.

Las palabras de ese oficial así lo delataban…”respira profundo concha de tu madre… mira que quizás sea la última vez que puedas hacerlo…”,” si colaborai ahora te evitai lo que te espera en Valparaíso”, “si no colaborai…qué deci si te tiro al mar, los pescaos estarían felices”, “mejor no lo hago, quizás soy un guen nadador y te salvai, mejor te amarro de una pata a la popa y antes de que atraquemos al molo en Valparaíso, los pescados habrá hecho su trabajo”.

Manuel, mi crucero de ida y vuelta a Pisagua había terminado. Sin embargo, vendrían las peores 18 semanas de mi vida, aunque ahora me habían dado un ascenso, ingresaba a la Academia de Guerra Naval, para ser brutalmente torturado y sin contemplación alguna durante meses.

Termino aquí el relato de mi crucero, pero no puedo concluirlo sin apuntarte lo siguiente.

Pudiste vivir tu calmo exilio gracias a que sabias que “LOS MARINOS CONSTITUCIONALISTAS Y TUS EX COMPANEROS HERNAN PACHECO QUIROZ Y LEOPOLDO LUNA SOTO nunca “confesaron” que  había existido tal “sedición”. La única sedición que existió, fue la sedición de tus actuales amigos de la Armada …tus amigos de hoy y el Gobierno estadounidense.

HORACIO– 1981

(Sergio Mancilla Caro uno de los cuatro primeros combatientes internacionalistas “enviados” al Salvador y caído en combate en octubre de 1981)

Manuel. Puedo imaginarme que debido a tu memoria desmemoriada este nombre HORACIO tampoco forma parte de ella. Me lo puedo imaginar.

No hace muchos años, un amigo de Horacio en la juventud, en ese momento un alto ejecutivo de Pricewaterhouse Chile, que nunca fue militante de partido alguno y a quien le concediste una entrevista, intentó obtener tus puntos de vista, sobre Horacio y los hechos que lo condujeron a la muerte, para rescatar su historia como amigos y tú te negaste caballerosamente a hacer comentario alguno. (¿?)

Hoy lo entiendo, ya eras un empresario consumado y todos estos recuerdos que pudiesen salir al aire, podrían estropear tus planes y aún más, que algunos o todos los de tus nuevos círculos de amigos te volvieran a ver con desconfianza y te dieran la espalda.

Manuel ahí está la diferencia entre un IMPOSTOR y alguien que enebró su vida en pos de ser un revolucionario coherente. La diferencia está ahí Manuel, en que la memoria de estos últimos, está grabada en su “piel”, en su cuerpo y en su mente.

¿Donde alojaste tu memoria Manuel?. También olvidaste aquel jardín de la casa del Comandante Marcial (Salvador Cayetano Carpio, Comandante Guerrillero salvadoreño) en Nicaragua, cuando terminada la reunión y nos dirigíamos al vehículo que nos esperaba, me estrechaste en tus brazos “orgulloso”, con lagrimones en tus ojos, posiblemente de “cocodrilo”, por haber acordado con Marcial, la incorporación de “tu” primer contingente internacionalista a la lucha salvadoreña, del que formaba parte HORACIO. ¿También lo olvidaste?

HORACIO murió en combate en Octubre de 1981, te lo recuerdo Manuel. Sin embargo quiero traerte a tu memoria desmemoriada, una nota que salió de tu “puño y letra”, en esa carta que le enviaste desde Cuba a Viky, la esposa panameña de HORACIO a raíz de su caída en combate y que tú ni siquiera quisiste tomar en tus manos en la entrevista con el Ejecutivo de Pricewaterhouse..

Le decías a Viky… “Quizás alguien pudiera pensar que, al decidir que es necesario asumir la rebelión justa de los pueblos, nos volvemos insensibles. No es así, afortunadamente. Una cosa es saber lo que la consecuencia costará, pero otra muy distinta es que cada vez que afecta a una persona eso nos desgarra muy de adentro. Creo que esa es una cosa que diferencia a los revolucionarios de otros y que se transforma también en un valor muy importante para las luchas de hoy y de mañana, porque si el enemigo nos pudiera también destruir el corazón, al final no podríamos construir un futuro bello, aunque lo proclamáramos.”

Increíble Manuel que esta carta enviada por ti, en tu calidad de S.General del MAPU y en nombre de la Comisión Política a Viky el año 1982, te “quemara las manos” hace unos años atrás y no quisieras hacer comentario al respecto… “Creo que esa es una cosa que diferencia a los revolucionarios de otros”  Te comprendo Manuel aunque me produzca nauseas tu voltereta.

Quizás tus otrora enemigos, es decir tu actual círculo de preferidos, logro destruirte el corazón cuando le escribes a Viky …”porque si el enemigo nos pudiera también destruir el corazón, al final no podríamos construir un futuro bello, aunque lo proclamáramos.” Y años más tarde no quisieses ni siquiera tomar en tus manos esa fotocopia … “te quemaba tus manos”

Todo lo contrario a lo sucedido contigo Manuel, en mi caso y en el de la Marinería Constitucionalista, de Hernán, nuestros corazones no pudieron ser destruidos por tus anfitriones del “AQUILES”, por los torturadores, ellos siguen sonriendo a los avatares de la vida, solidarios, amantes de la sencillez, resilientes ante la lenta justicia, y tomándole la mano a todos aquellos y aquellas que quieran luchar por justicia, contra la discriminación, por la igualdad.

Jamás habrá reencuentro entre los chilenos a no ser que haya verdadera justicia y real reparación.

Te deseo éxito en tu nueva misión, de “constructor de puentes”, recuerda hacer bien los cálculos para no terminen como el puente de CAUCAU en Valdivia.

Quizás te sea útil lo que aprendí en mi terruño… “para que una herida cure, sane, debes rasparle toda la mugre, aunque duela. De lo contrario la cura será superficial y no lograra cerrar, sanar, JAMAS ¡!!!!!

Manuel, para terminar este último “intercambio” quiero aludir con mucha serenidad, pero con las mismas nauseas con que las inicie este relato cuando dices: “No faltan quienes me critican por tener algunos amigos, entre la variedad de los que la vida me ha regalado, que estuvieron con la dictadura y que hasta ejercieron cargos en ella. Tampoco faltan quienes ven con malos ojos entrar a clubes, casas o barcos donde se anidaba el golpismo en 1973.”

Agradezco que seas tan comprensivo con las víctimas cuando dices “Lo entiendo, pero quisiera que conocieran también la lógica de alguien que lo pensó y llegó a una conclusión distinta.” Pero tu lógica putrefacta Manuel queda nuevamente al desnudo, con tu actual estatus de empresario, por el hecho de que nunca fuiste torturado, que no tienes ningún familiar desaparecido, que ninguna de tus hijas fueron violadas en cámaras de tortura, y sin empatía alguna con las víctimas, es muy fácil el derrotero de tu lógica, aunque la misma lógica sea un revictimización para quienes lo vivimos. Gracias.

Manuel has retornado majestuosamente al redil de siempre, y esos espacios pasajeros de tu vida, como democratacristiano, como mapucista y como generador del Movimiento Lautaro no pasaron de tales, pasajes de tu vida, solo por ello puedes ser capaz de escribir lo siguiente:“Siento un triunfo ser invitado y recibido respetuosamente en lugares donde antes se respiraba el odio contra mí u otros como yo.”

Un consejo Manuel. Cuídate de que tus buenos amigos y benefactores actuales, no se enteren que fuiste DC cuando estaban en el poder, abandonaste a Gazmuri y su grupo cuando perdió el poder en el MAPU y te sentiste parte de la UP porque estaba en el poder, te hiciste Concertacionista, porque estaba en el poder, para terminar abandonando todo lo anterior y hacerte neoliberal. Y si Kast, el neofascista, gana, me puedo imaginar dónde estarás.

No haberlo sabido a su oportuno tiempo.

Para terminar, recuerdo cuando cantabas y una de tus rancheras preferidas decía en uno de sus versos “SEME ACABO LA FUERZA DE LA MANO IZQUIERDA” y un coro de quienes compartían la tertulia te decía “… “TREMENDA NOVEDAD…ctm”.

Manuel, solamente la verdad, la justicia y la reparación harán posible UNA SOCIEDAD MAS DIGNA Y PLENA PARA NUESTRO PUEBLO, MUY DIFERENTE EN TODO, A LA QUE TU DISFRUTAS CON TANTA SOBERBIA E IMPUNIDAD.

Por último Manuel, es posible que este no sea nuestro “último intercambio”.

Leopoldo Luna Soto (Ramiro)

Octubre 2023

http://www.ojoconellente.cl/?p=9258

 

 

error: Content is protected !!