El Ciudadano revela lista de 300 expulsados por la dictadura en la Universidad de Chile de Valparaíso en 1974

El Ciudadano revela lista de 300 expulsados por la dictadura en la Universidad de Chile de Valparaíso en 1974

El Ciudadano tuvo acceso a la lista de más de 300 trabajadores, profesores y alumnos de la Universidad de Chile, de la sede de Valparaíso, que fueron víctimas de la represión de la dictadura de Augusto Pinochet, al ser expulsados en 1974 de esta casa de estudios.

Por Leonardo Buitrago

Hace 4 días

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Chile / Portada

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Una de las consecuencias inmediatas del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 fue la ocupación, reorganización e intervención universitaria, que incluyó la expulsión de miles de funcionarios, profesores y estudiantes.

La dictadura de Pinochet emprendió como una de sus principales tareas el  “saneamiento” de la Universidad de Chile, una política de “depuración” y “disciplinamiento”, cuyo fin era establecer los límites de lo permitido o no en la casa de estudio.

Los argumentos utilizados por el régimen se basaron en “la necesidad de ordenar y restructurar las actividades académicas, administrativas y estudiantiles, dentro de las Universidades, a fin de impedir de que se repitan las prácticas y hechos atentatorios al cumplimiento de los fines de toda Universidad”.

Augusto Pinochet nombró aCésar Ruiz Danyau rector de la Universidad de Chile en 1973.

Para ejecutar las acciones de represión, Augusto Pinochet nombró a César Ruiz Danyau rector de la Universidad de Chile.

Este militar ejerció durante el gobierno de Salvador Allende como Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea y también fue nombrado ministro de Obras Públicas y Transportes, un cargo en el que duró apenas 9 días, tras presentar su renuncia por ser incapaz de solucionar el paro patronal y de camioneros de 1972.

El presidente Allende le indicó que si renunciaba al Ministerio debía renunciar también a la Comandancia en jefe,  por lo que decidió renunciar a ambos cargos.

Al servicio de la dictadura, el 8 de octubre de 1973 Ruiz Danyau promulgó el decreto Nº 8.731,  mediante el cual se establecieron las normas para la realización de los sumarios administrativos, que sirvieron como herramienta para llevar a cabo la depuración, justificada  en “la existencia de problemas de convivencia dentro de la Comunidad Universitaria derivados del sectarismo político, de la prédica del odio y la violencia y de la propia situación política que imperaba en el resto del país”.

En dicho decreto se estableció que “los problemas de convivencia, el no cumplimiento de las funciones para las que se fue contratado, el adoctrinamiento político y la actitud proselitista” serían motivo de sanciones para el personal.

El objetivo era, según la autoridad universitaria, “la necesidad de ordenar y restructurar las actividades académicas, administrativas y estudiantiles, dentro de las Universidades, a fin de impedir de que se repitan las prácticas y hechos atentatorios al cumplimiento de los fines de toda Universidad”.

De hecho, en la mayoría de los sumarios en que se expulsaba a los académicos, se establecían como motivo de la sanción:

 “La necesidad de garantizar una armónica convivencia universitaria que permita el libre e íntegro desarrollo de las distintas funciones universitarias a nivel académico, no académico y estudiantil”, y “El imperativo de lograr una docencia objetiva y pluralista ; evitar el uso de la función universitaria con fines proselitistas y sectarios ; exigir el cumplimiento efectivo de los planes y programas propios de la función universitaria ; e imponer el cabal cumplimiento de las obligaciones y deberes que conlleva la calidad funcionaria de la Universidad de Chile”.

“El problema era que no se definía claramente qué era la armónica convivencia, con lo cual se dio espacio a que las diferencias personales o egos profesionales terminaran en sumarios administrativos Por lo demás, no todo el adoctrinamiento político o proselitismo fue castigado, sino solamente el que provenía de la izquierda, dejando así al estudiantado libremente expuesto al proselitismo de los valores nacionalistas que emanaba desde el régimen, explicó la licenciada en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Javiera Errázuriz Tagle, en su libro “Intervención y Depuración en la Universidad de Chile, 1973-1976. Un cambio radical en el concepto de universidad ”.

Cristina Orrego renuncia a la Junta Directiva de la UPLA tras conocerse su participación como informante en la dictadura

La investigadora indicó que la política de represión de la dictadura, a través de la “depuración” en la Universidad de Chile, dejó como consecuencias “no sólo la expulsión de miles de académicos, funcionarios y estudiantes, sino también la imposición de severos límites y controles a la vida universitaria, junto con un ambiente de temor y desconfianza”, que fracturaron profundamente a la comunidad de la casa de estudios.

Expulsión de 300 funcionarios en Valparaíso

En junio de 1974, César Ruiz Danyau, firmó el decreto 2.765 con el que expulsó a más de 300 funcionarios de la Universidad de Chile, de la sede de Valparaíso.

El histórico documento, al que tuvo acceso El Ciudadano, muestra los nombres de los 302 hombres y mujeres, a los que de una  forma abrupta se les informó que dejaban de formar parte de las filas de la universidad o no se les había renovado el contrato por “motivos de interés universitario”.

El grueso de los expulsados pertenecían a las facultades de Arte y Tecnología, Ciencias Sociales y Educación y Letras.

Lo más lamentable de esta medida represiva fue que los nombres de los integrantes de las listas de los expulsados no fueron producto únicamente de las labores de inteligencia del régimen de Pinochet.

Las listas también fueron realizadas por profesores y alumnos simpatizantes del golpe militar que no tuvieron escrúpulos a la hora delatar a sus propios compañeros.

Lo más grave es que muchos de estos delatores no han sido desenmascarados públicamente y entre los que han sido identificados, algunos de ellos han hecho carrera y siguen incrustados en las universidades y centros de estudios encargados de formar a los jóvenes  del país.

El caso más reciente es el de Cristina Orrego Salow, quien el pasado 23 de octubre se vio forzada a renunciar a la Junta Directiva de la Universidad de Playa Ancha (UPLA).

11 ex alumnos y alumnas que formaron parte de la carrera de Pedagogía en Filosofía en el Instituto Pedagógico de Valparaíso de la Universidad de Chile, durante el golpe militar, denunciaron a Orrego de ser informante, en complicidad con la Armada de Chile. La entonces estudiante ayudaba a decidir qué compañeros/as podían continuar en la carrera.

La confección de estas lista negras que recopilaban nombres de estudiantes y profesores simpatizantes de la Unidad Popular dieron como resultado la expulsión, secuestro, tortura y prisión política de una importante parte de la comunidad estudiantil y académica de esa sede del Pedagógico. El mismo tipo de práctica que se repitió a lo largo de la mayoría de los centros de educación superior del país durante la dictadura.

Sexto capítulo del ciclo “La República Democrática”: los roles de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad que deberían consagrarse en la nueva Constitución

por El Mostrador 17 noviembre, 2020

https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/11/17/sexto-capitulo-del-ciclo-la-republica-democratica-los-roles-de-las-fuerzas-armadas-y-de-orden-y-seguridad-que-deberian-consagrarse-en-la-nueva-constitucion/

El Mostrador ha organizado –con el apoyo de la Facultad de Derecho de la U. de Chile y con el auspicio de Aguas Andinas– este ciclo de conversaciones sobre cuestiones constitucionales relevantes, con el objetivo principal de debatir con pluralismo y profundidad asuntos que estarán sobre la mesa durante el proceso constituyente que se ha iniciado el 25 de octubre, con el convencimiento de que solo el diálogo permitirá generar los puntos de encuentro que necesita la sociedad chilena. En este sexto capítulo del ciclo, dedicado a las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y de Orden y Seguridad, fueron panelistas los especialistas Marisol Peña (U Católica), Francisco Zúñiga (U Chile) y Claudio Fuentes (U Diego Portales), quienes expusieron y dialogaron sobre muchas temáticas, tales como: funciones y atribuciones de las policías y de las FF.AA.; Estados de Excepción Constitucionales; Derechos Humanos; jefatura superior y control civil de las Fuerzas Armadas; normas o reglas sobre Uso de la Fuerza de las policías y de las FF.AA.; combate del crimen organizado, y conceptos de Seguridad Pública y Orden Público, así como de Seguridad Nacional.

A 102 años de la insurrección de los marinos de Kiel.

La insurrección de los marinos de Kiel; punto de partida de la Revolución alemana (1918)

   Durante las últimas semanas de la Primera Guerra Mundial, cuando la derrota alemana es una certeza y el Imperio se encuentra en una situación próxima al derrumbe, el mando naval ordena el zarpe de la Flota imperial para librar una última batalla “por el honor” contra la flota inglesa. Y ello, sin el acuerdo de su Gobierno. Es casi un golpe de Estado y la gota que desborda el vaso. La negativa de las tripulaciones a participar en ese duelo sin sentido, cuyo saldo sería de miles de muertes horribles, provoca la más importante insurreción de los marinos de la historia y marca el comienzo de la Revolución alemana.

La movilización militar de 1914 es precedida por un importante debate sobre los objetivos y el sentido de la guerra. En Alemania, el Partido Socialdemócrata – el más importante del país -, rompe con las fuertes tradiciones antimilitaristas del socialismo y vota los créditos de guerra. La toma de posición no es unánime, pero incluso la minoría opuesta a la movilización se somete a la disciplina partidaria. Sin embargo, contra las previsiones optimistas del Estado Mayor, la guerra no es corta y su prolongación amenaza las conquistas sociales. Mientras el nivel de vida de los obreros retrocede medio siglo, se impone la censura y la represión policial. Cada vez resulta más claro que el objetivo de la guerra no es terminar con la autocracia zarista (argumento utilizado por los dirigentes socialdemócratas para justificarla) y que el Alto mando actúa conforme  a un plan de enexiones y de represión de las minorías nacionales.

   En 1916, la minoría socialdemócrata opuesta a la guerra, compuesta de 33 diputados rompe la disciplina al votar contra la renovación del estado de sitio y lanza un llamado criticando la violación de las libertades públicas. La dirección responde expulsándolos. En enero de 1917, la escisión se consuma: unos 170.000 militantes continúan en el Partido Socialdemócrata que apoya la guerra, mientras que unos 120.000 adhieren al nuevo Partido Socialdemócrata Independiente.

   El año 1917 comienza con un invierno particularmente frío y con la dura noticia de la caída de 240.000 soldados en Verdún. En el frente millones de hombres movilizados viven y mueren en sórdidas trincheras, mientras que en las ciudades las provisiones se congelan. La agravación de las penurias contrasta con la insultante opulencia de los especuladores enriquecidos con el mercado negro. Pero lo más grave es que no se percibe el fin de la guerra; ningún gobernante puede ofrecer otra cosa que su prolongación indefinida, con su séquito de muertes y privaciones. Algo se sabe de soldados franceses que, por miles, habían arrojados sus armas y partido lejos del frente.

   Las revoluciones rusas de febrero y octubre de 1917 alteran este paisaje desolador. El fin de la guerra aparece posible de dos maneras diferentes. La caída del Zar y la virtual puesta fuera de combate de una de las naciones enemigas podrían aproximar en algo la lejana victoria militar. Por otra parte, la victoria de la Revolución y su llamado a todos los países beligerantes a hacer la paz “sin anexiones ni indemnizaciones”, indica que la paz es posible a condición de deshacerse de los regímenes guerreros. El ejemplo de divisiones rusas que desobedecen a los decadentes mandos zaristas y forman soviets de soldados, trasciende las fronteras.

   En abril de 1917, los socialdemócratas independientes convocan a huelgas en Hamburgo, Bremen, Nüremberg, Leipzig y unos días más tarde en Berlín. Allí, una asamblea de unos 10.000 obreros adopta una resolución que combina demandas inmediatas- aumento de las raciones alimenticias y de carbón-, con un verdadero programa político el gobierno debe emitir una declaración en favor de la paz sin anexiones¸suspender la censura y poner fin al estado de sitio¸abolir la ley sobre la movilización de la mano de obra; poner en libertad a los presos políticos e introducir el sufragio universal. Este programa será escuchado por los marinos de la Flota imperial.

La gestación del movimiento en la Flota imperial.

   En junio de 1916, el Estado Mayor moviliza a la Escuadra para romper el bloqueo marítimo y permitir el vital comercio con los estados neutrales. Unos 250 navíos alemanes e ingleses se enfrentan en una colosal y mortífera batalla frente a la península danesa de Jutlandia. Nada cambia. La Royal Navy pierde seis cruceros, ocho destructores y alrededor de 6.000 marinos. La Flota imperial, por su parte, pierde seis cruceros, cinco destructores y 2500 marinos. Pese a la ligera ventaja alemana, la supremacía naval inglesa y el bloqueo continúan. Alemania intenta romperlo utilizando submarinos y desde entonces su flota permanece inmovilizada en los puertos del Báltico.

   En estos puertos viven acantonados miles de marinos cuya inactividad se interrumpe, de vez en cuando, con ejercicios disciplinarios a menudo percibidos como absurdos. Muchos de ellos son obreros metalúrgicos con experiencia en luchas sociales, y no es extraño que lean discretamente periódicos opuestos a la guerra. Desde 1915 se registran intentos de organizar comités en los buques. En 1917 se forma una organización de marinos, en concomitancia con la ola de huelgas alemanas y la revolución rusa de febrero. Se sabe de un grupo que se reúne cerca de la caldera del pañol de municiones del acorazado Friedrich der Grosse, donde los marinos Willy Sachse y Max Reichpietsch, ambos de 22 años, leen a Marx, Bebel y el programa de Erfurt*. Los cinco años de servicios de este último están cargados de pequeñas sanciones, todas perdonadas por su excelente comportamiento en la batalla.

   Este grupo, con base en el puerto de Wilhelmshaven, establece comunicaciones regulares con marinos de otros navíos, entre otros Albin Köbis y Johann Beckers del Prinz Regent Luitpold, intereresados en contrarrestar la propaganda pangermanista de los oficiales.  La organización de una red es facilitada por la instauración, en junio de 1917, de comisiones encargadas de las bodegas a bordo, con representación de las tripulaciones. La participación en estas comisiones les permite estructurar una organización clandestina y compartimentada en varias naves. La efervescencia social y el deseo de terminar la guerra son tales que en pocas semanas Max Reichpietsch cree que la organización está en condiciones de lanzar una acción por la paz en la mayoría de los navíos. Sabe, no obstante, que una acción limitada a la Marina puede quedar aislada.

   *El programa de Erfurt, redactado por Karl Kautsky en 1981, confirma la adhesión de los socialistas alemanes a las tesis marxistas. Proclama que solo una sociedad socialista donde los medios de producción sean propiedad social será fuente de un bienestar creciente y de un perfeccionamiento armonioso y universal. Propone el sufragio universal; la autonomía administrativa de las provincias y la elección de los funcionarios; el sevicio militar para todos y la substitución de los ejércitos por milicias; libertad de expresión, de reunión y de asociación; igualdad entre el hombre y la mujer en derecho público y privado; separación de la Iglesia del Estado; escuela laica, obligatoria y enseñanza gratuita; gratuidad de la justicia y elección de los jueces; abolición de la pena de muerte; gratuidad de la medicina; impuesto progresivo sobre los  ingresos y la fotuna; abolición de los impuestos indirectos: jornada de trabajo de 8 horas, reposo semanal y protección de los menores; seguro obrero a cargo del Estado, controlado por los obreros.

Resuelto a conectar su grupo con otras fuerzas sociales, el líder marino aprovecha un permiso en junio para viajar a Berlín y ponerse en contacto con parlamentarios del Partido Socialdemócrata Independiente. Es recibido por Luise Zietz en el local del Partido y por los diputados Haase, Vogtherr y Dittmann en el propio Reichtag (parlamento). El diálogo es revelador de la incomprensión entre dos mundos diferentes. El inhabitual visitante hace exclamar a Luise Zietz: “Nos debería dar vergüenza; están más avanzados que nosotros”. Los parlamentarios socialistas no logran comprender ni las aspiraciones de los marinos ni los riegos que asumen. El dirigente de los círculos clandestinos de la Marina imperial es recibido como cualquier líder social interesado en formar círculos del Partido.

   El diputado Wilhelm Dittmann se disculpa de no poder proporcionarles gratuitamente los folletos con su discurso contra el estado de sitio, ya que esta situación no había sido prevista por el tesorero. Formar círculos en las naves-piensa-  no sería de gran utilidad, pues los estatutos del Partido eximen a los militares del pago de la cuota y la adhesión sería simbólica. La mejor solución –aconseja- es que se integren a los círculos existentes en los puertos. Acto seguido, el diputado entrega a Reichpietsch formularios de adhesión. Finalmente los dirigentes le informan de la próxima Conferencia Socialista Internacional en Estocolmo y convienen que un movimiento por la paz en la flota  reforzaría las posiciones de los socialistas independientes y de los partidos de la paz. Max Reichpietsch, ávido de acción, retiene esto último.

   De retorno a su puerto, Max informa a los marinos que los diputados están convencidos del rol decisivo de una huelga general en la flota. La organización dirigida por un comité llamado Flottenzentrale cuenta entonces con unos 5.000 marinos. El objetivo es organizar un movimiento, cuya forma nunca llegó a ser clara, para proporcionar argumentos a los delegados de los socialistas independientes a la conferencia de Estocolmo. Si de ahí no sale nada, los marinos resuelven proponer a los soldados la consigna: “Adelante, rompamos las cadenas, como lo han hecho los rusos”.

   Los marinos, conscientes de su fuerza, organizan una huelga de hambre en el Prinz-Regent-Luitpold y salidas masivas sin permiso del Pillau. Cuando estas acciones se repiten el 1 y 2 de agosto de 1917 en el Prinz-Regent-Luitpold , el Mando está al corriente de prácticamente todo. Los dirigentes habían actuado con escasa prudencia. Unos doscientos marinos son arrestados. Poco después, varias cortes marciales condenan a prisión a 77 marinos y nueve a muerte. Finalmente, solo dos, Max Reichpietsch y Alwin Köbis son ejecutados el 5 de septiembre. Willy Sachse escapa esa vez al pelotón de fusilamiento, pero no en 1944 cuando será ejecutado por complicidad en el atentado contra Hitler. Sin embargo, el trágico destino de los dirigentes no detiene el descontento, pues en poco tiempo los comités de marinos vuelven a activarse.

   Mientras tanto, el ejmplo de la Revolución rusa se expande por Europa central. Una ola de huelgas y manifestaciones antibelicistas comienza en Viena, prosigue en Budapest y en los territorios checos y culmina con la revuelta de la flota austrohúngara del mar Adriático, tripulada por un mosaico de nacionalidades. Los marinos croatas, húngaros, servios y eslovenos, están hastiados del mal trato, de la carencia de zapatos y jabón, y sobre todo están hartos de la guerra.

   El 1 de febrero de 1918, los oficiales del crucero blindado Sankt Georg son sorprendidos por la irrupción de marinos liderados por Franz Rasch, un reservista vinculado a la socialdemocracia. Los amotinados hieren de un tiro al oficial de guardia, abren la armería, confinan a los oficiales en sus camarotes y alzan la bandera roja. Lo mismo ocurre en el crucero blindado Kaiser Karl VI, en dos cruceros ligeros, en unas dos docenas de destructores y navíos pequeños anclados en el golfo de Cattaro (hoy Kotor) en Montenegro, y en el viejo navío artillado Kronprinz Erzherzog Rudolf, que toma posiciones en la boca del golfo. La dirección del movimiento es asumida por el subteniente de 25 años Anton Sesan, destinado a la estación aeronaval de Kumbor. Aparentemente su objetivo se limita a efectuar una acción por la paz.

   Las guarniciones costeras evacuan las ciudades y toman posiciones contra las naves sublevadas. Desde tierra abren fuego contra el Kronprinz Erzherzog Rudolf y matan a dos marinos. La revuelta resiste durante 48 horas. El crucero ligero Novara, tripulado por oficiales, consigue penetrar en el golfo y se aproxima una Escuadra de tres navíos. Mientras tanto, en tierra, toman posición 24 compañías de infantería. Anton Sesan habría intentado, sin éxito, conseguir apoyo aéreo. El Kaiser Karl VI reemplaza la bandera roja por la blanca. Franz Rasch y otros tres líderes de la revuelta son detenidos en las montañas próximas al Adriático y fusilados contra el muro de un cementerio. Anton Sesan consigue escapar a Roma. La intervención del Partido Socialdemócrata Austríaco, sumada al miedo de nuevas revueltas, contiene la represión contra los otros marinos.



https://de.wikipedia.org/wiki/SMS_Kaiser_Karl_VI.

   En Alemania, después del fracaso de la ofensiva de primavera organizada por el general Erich Ludendorff, el Estado Mayor comprende que la guerra está perdida. En agosto de 1918, el Káiser, el emperador de Austria y los jefes militares, resuelven buscar un momento favorable para pedir la paz antes que la dramática situación militar sea conocida por el enemigo y por los propios alemanes. En septiembre, los frentes austriacos y búlgaros están al borde del derrumbe. Los jefes militares advierten que la continuación de la guerra es imposible. El emperador designa entonces Canciller al príncipe liberal Max de Bade, con instrucciones de preparar un gobierno amplio para negociar un armisticio.

   El flamante canciller invita a los dirigentes del Partido Socialdemócrata a formar parte de un gobierno encargado de negociar la paz y evitar la revolución social como en Rusia. Los dirigentes Socialdemócratas Ebert, Scheidemann y Noske aceptan solo cuando les revelan la desastrosa situación militar. El nuevo secretario de Estado de Asuntos Extranjeros, almirante Paul Van Hintze, insiste en efectuar una revolución desde arriba, que aun podría evitar la de abajo. Una de las primeras medidas es poner en libertad al dirigente socialista independiente Karl Liebknecht, arrestado desde 1916 por su oposición a la guerra.

   El nuevo gobierno pone fin al poder dictatorial ejercido por el alto mando. Ahora el canciller depende del Reichstag, así como la desición de hacer la guerra y firmar la paz. La parlamentización del régimen choca con la virulenta oposición de las Ligas pangermánicas de extrema derecha que denuncian el parlamentarismo y la democracia como un “veneno judío”. El Alto mando rompe su solidaridad con el nuevo gobierno: el general Ludendorff renuncia, le endosa la derrota y se instala en Suecia. Allí cultiva la leyenda del ejército jamás vencido pero “apuñalado por la espalda”, que será recuperada más tarde por el nazismo.

   El 20 de octubre, el nuevo gobierno dispone la suspensión de la guerra submarina para crear un ambiente propicio al armisticio. El mando naval la aplica, pero insólitamente se declara en “libertad de acción”. La expresión encierra un desacato. Para muchos oficiales navales, avergonzados por la escasa participación de la Flota imperial en la guerra, asumir el armisticio con los buques anclados en los puertos constituye una verdadera ignominia. A escondidas del gobierno, el mando naval trama un último combate contra la flota inglesa que, creen, les permitirá salvar el honor. El plan consiste en atacar los puertos ingleses con destructores, para atraer los buques de la Royal Navy a zonas minadas donde estarían los submarinos alemanes. En esa situación altamente desfavorable les presentarían combate los 28 buques de la Flota imperial de alta mar. Los preparativos y los graves aperitivos de adiós de los oficiales en un ambiente wagneriano son visibles en los puertos.

   Cuatro días después, el almirante Reinhardt von Scheer da orden de zarpar para librar una última batalla “por el honor”. más allá de ser demente, la orden resiste y enfrenta la política de apaciguamiento del nuevo gobierno. El historiador H. Winkler concluye que esta desición contiene en realidad un proyecto de golpe de Estado. La batalla y el eventual golpe serán detenidos por las tripulaciones de los buques.

   Consternados ante la inminencia de una muerte absurda, los marinos se manifiestan a bordo. Alrededor de mil hombres son arrestados y desembarcados, mientras zarpan cinco navíos de Wilhelmshaven con destino a Kiel. Los marinos se inquietan por la suerte de los prisioneros. El recuerdo de las recientes ejecuciones está aun latente. En Kiel solicitan el apoyo de los obreros: el 1 de noviembre, la casa de los sindicatos está atiborrada de marinos que deciden manifestarse al día siguiente. Como la policía responde acordonando el local sindical, la reunión se realiza en la plaza. El marino Karl Artelt, condenado a 5 meses en 1917, propone organizar grandes manifestaciones en la calle. La idea es adoptada por el cículo de marinos, que hace circular hojas manuscritas llamando a proseguir las manifestaciones. De inmediato son terminantemente prohibidas. El 3 de Noviembre, una patrulla dispara contra los manifestantes, con un saldo de 29 heridos y 9 muertos. Esta víctimas colman la medida y provocan la movilización de toda la guarnición de Kiel.

   Durante la noche, los navíos se transforman en un verdadero hervidero social. A bordo de un torpedero, Karl Arlet propone elegir el primer consejo de marinos que va a inaugurar la revolución alemana. Los delegados, en representación de 20.000 hombres, se reúnen con el almirante Wilhelm Souchon, quien totalmente superado por los acontecimientos acepta todas las reivindicaciones: supresión del saludo militar obligatorio, aumento de los permisos, servicio más corto y liberación de los detenidos. No obstante, ese programa mínimo ya no satisface a los marinos que aspiran a construir una sociedad sin guerras.

   Los consejos toman el control de la flota. Antes del anochecer, varios oficiales son arrestados y toda la guarnición se organiza en consejos de soldados. La bandera roja flamea en los navíos. El 6 de noviembre, los marinos reunidos en la casa de los sindicados eligen un “consejo de soldados”, mientras los obreros hacen lo mismo en las industrias. El ejemplo se propaga como gota de aceite.

Postal anónima. “El planeta pertenece a los que tienen coraje”! “Libertad Kiel”,” Revolución”

https://de.wikipedia.org/wiki/Kieler_Matrosenaufstand#/media/Datei:Revolutionspostkarte,_anonym,_1918.JPG

   La revuelta de los marinos de Kiel constituye el punto de partida de la ola revolucionaria de 1918. El 7 de noviembre, en Wilhelmshaven, obreros y marinos eligen un consejo. En Bremen, los manifestantes abren las puertas de la prisión y se eligen consejos en las fábricas. El 6, en Hamburgo, unos 40.000 manifestantes proclaman la revocación del comandante de Plaza y la toma del poder por obreros y soldados. Un grupo de marinos armados ocupa la imprenta del diario Hamburger Echo y publica Die Rote Fahne, (Bandera Roja)  “diario de los obreros y soldados de Hamburgo”.

   El movimiento de consejos se expande por toda Alemania, precipitando así la caída del imperio. El Káiser  sale de Berlín el 29 de octubre hacia la ciudad belga de Spa, sede del mando militar. Allí abdica el 9 de noviembre, poniendo fin al segundo Reich. el 11 del mismo mes, el canciller Max de Bade firma el armisticio y renuncia entregando el poder a los ministros del Partido Socialdemócrata. A ellos les corresponderá administrar la derrota militar y sofocar la revolución social.

Manifestación de los marinos en Wilhelmshaven el 6 de noviembre de 1918.

https://www.dhm.de/lemo/bestand/objekt/ju001335

El nuevo gobierno proclama la República. Friedrich Ebert será, al mismo tiempo, canciller del Reich y presidente de los consejos de obreros y soldados. En conformidad con los términos del armisticio, los 74 navíos de la Flota imperial zarpan de los puertos alemanes a mediados de noviembre de 1918 y son internados en el puerto inglés de Scapa Flow. Esta partida abrupta corresponde, en buena parte, a la desición de los mandos ingleses y alemanes de disminuir el poder de los “marinos rojos” privándolos de los navíos. El mando alemán, aun a bordo, decide sabotear la flota en Scapa Flow, en junio de 1919, para no cederla a Inglaterra.

   De aquí en adelante, el destino de los consejos de marinos se confunde con el de la Revolución Alemana. La dualidad de poder entre, por una parte, los órganos de la nueva República y, por otra, los consejos, culmina en una cabeza única. Gracias a su doble función, Friedrich Ebert consigue imponer la primera y terminar con los segundos.

   Como epílogo, digamos que el nuevo Estado, desprovisto de tropas regulares, pues los soldados regulares no aceptarían tirar contra manifestantes, recurre a los “cuerpos francos de cazadores voluntarios”. Se trata de una nueva fuerza de unos 4.000 hombres bien armados, bien remunerados, seleccionados por su aversión al “bolchevismo”, e instruidos para combates callejeros, organizada por un general en su unidad. Estos grupos serán utilizados para aplastar a los consejos.

   La revuelta de los marinos en Kiel es la má importante del siglo, tanto por el número de navíos involucrados  – cerca de 70 – por la cantidad de marinos que participan – unos 20.000 – , y por el contenido de las reivindicaciones. El rápido paso de reivindicaciones gremiales a políticas se explica tal vez por la posición de los marinos en la máquina de guerra. Para ellos las injusticias en materia de alimentos, salidas, saludos, como el enrolamiento obligatorio y la muerte probable en alguna batalla, forman parte de la vida cotidiana. Viven en un mundo donde mejorar la comida y las vestimentas y obtener una sociedad sin guerras, son parte de las demandas inmediatas.

   Los marinos infringen la prohibición de organizarse porque sus vidas, y sus probables muertes, dependen de la guerra y la paz. Sin embargo, como en Rusia y en Brasil, el paso a la acción constituye el arma última, Solo actúan cuando la muerte como carne de cañón resulta inminente y la revuelta tiene perspectivas de evitarla.

   Por supuesto, que no consiguen la anhelada sociedad que descartaría estructuralmente las guerras y habrían tenido sin duda una profunda depresión si hubiesen podido ver el futuro. No obstante, los consejos de marinos fueron unas de las fuerzas sociales mejor organizadas durante la Revolución Alemana de 1918-1919, un movimiento que puso fin al añejo Imperio y obtuvo la República, junto con el reconocimiento de los derechos sociales. Estas conquistas fundamentales perdurarán, pese a los 12 años de nazismo.

Basado en el magistral trabajo del historiador francés Pierre Broué, Révolution en Allemagne (1917-1923) y la Histoire de l’Allemagne XIX-XX siècles de Heinrich Winkler.

Extracto del Tomo I, “Los que dijeron No”, Páginas : 79-86.

Autor : Jorge Magasich A.

https://youtu.be/R8f2xASENOA

El levantamiento de la marinería en Kiel.

Chile: triunfo histórico para un cambio de raíz.

Pablo Jofré Leal | Lunes 26 de octubre 2020 19:17 hrs.

Apenas una hora y minutos después del cierre de las mesas electorales en el país, el presidente chileno Sebastián Piñera, acompañado de su mayoritaria plana de ministros se presentó ante los medios de información, con la imagen más lúgubre que ha tenido la derecha en los últimos años.

La derrota se dibujaba en los rostros de los miembros de este gobierno presidido por el multimillonario chileno, que desde el 18 de octubre del año 2019 a la fecha, viene cuesta abajo en la rodada, a una velocidad que hace imparable, no sólo la caída en sus índices de popularidad, sino que la desconfianza en su gobierno, aquellos que lo rodean, su sostén político y económico y que ha contagiado además, al resto de la casta política. El 78,91% del apruebo, con una participación cercana al 50,88% con 7.558.261 votos – en un universo electoral de 14.855.719 chilenos y chilenas – es una cifra que los marca a fuego. Un número brutal, para la marcha de este gobierno y que signa lo que queda de su período presidencial. Creo que el gobierno de Sebastián Piñera ha llegado a su término político, agoniza y su desenlace será doloroso, ya que desde este lunes 26 de octubre, sólo podrá dedicar su acción a llevar adelante el proceso constitucional.

Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, tres de las comunas más ricas y opulentas de la capital chilena, donde vive la elite política y económica del país fueron los únicos lugares donde el rechazo obtuvo una votación considerable. Este hecho, es la expresión territorial de la desigualdad, el ejemplo indesmentible de la absoluta desconexión entre la casta política y económica del país con el porcentaje mayoritario de la población. Allí, en esos guetos, viven los dueños del país, los que aún creen que hay que conservar esta esclavitud moderna que representa el modelo político y económico neoliberal. Igual situación es posible distinguirla en las principales ciudades del país, donde las elites viven en un país irreal, donde son los privilegiados y los que reciben ese PIB vergonzoso que la diferencia del resto del país. Un Chile donde el 1% de la población se lleva el 26,7% del PIB, según señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el 66,5% reúne sólo el 2,1% de este producto. Esas comunas son la expresión más brutal de una minoría que rechaza ver a la mayoría, que la desprecia, que la esconde como la basura bajo la alfombra. Una minoría que a sangre y fuego defenderá sus privilegios.

Piñera administra un gobierno sacudido por cifras, que le gritan en la cara, que el país debe cambiar estructuralmente, en forma medular, que este Chile no puede seguir siendo el que es sin que reviente en mil pedazos y termine encendido de norte a sur y de cordillera a mar. La escasa confianza en su administración de un gobierno derechista, amigo de los gobiernos más golpistas y desestabilizadores del continente, sometido a los designios de Washington. Un gobierno enemigo de los procesos progresistas de los pueblos hermanos latinoamericanos. Un gobierno amigo de los dueños de la salud, de la educación, del comercio mayorista, de los que administran nuestros fondos de pensiones. Una administración preocupada de acrecentar las utilidades de bancos y financieras, de las instituciones de salud privada, del incremento del lucro de la educación superior privada. Muy preocupado del incrementar patrimonios y no de buscar caminos de equidad social.

Un gobierno sacudido, además, en el plano sanitario, económico, con cientos de miles de desempleados, con una fuerte represión social, con una campaña del terror por parte de la derecha que llamó, mayoritariamente, al rechazo de este plebiscito. Un gobierno que constató, que parte importante del pueblo chileno le dice con esta histórica votación, que incluso debería pensar seriamente en renunciar, como un eje reivindicativo que las organizaciones sociales, los movimientos y el pueblo en general debe tomar como línea de trabajo. Es un hito histórico, evidentemente, ya que por primera vez en desde el lejano año 1833 la Constitución será redactada por una convención elegida a través del voto popular. Una constitución con verdaderas raíces sociales.

Las preguntas de este plebiscito fueron dos: ¿Quiere usted una Nueva Constitución? Con dos alternativas: Apruebo o Rechazo. La segunda pregunta fue ¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución? Las alternativas eran: Mediante una “convención mixta Constitucional” es decir una asamblea conformada en un 50% por constituyentes elegidos directamente y 50% por miembros del actual Congreso. La otra alternativa de esta segunda pregunta fue si el mecanismo debía ser una “convención constitucional” que es una asamblea conformada por 100% de constituyentes elegidos.

Alternativa que significa una fuerte derrota a la partidocracia chilena tanto de izquierda, centro como derecha.  Frente al triunfo de la opción apruebo y que el mecanismo de llevar a cabo la elaboración de la nueva constitución sea mediante una convención constitucional, con el 100% d ellos constituyentes elegidos por votación directa, se realizarán el 11 de abril de 2021. Esto,  conjuntamente con las elecciones municipales y de gobernadores regionales bajo sufragio universal con el sistema electoral que rige la elección de la Cámara de Diputados. El mecanismo de convención constitucional tendrá un plazo de trabajo, determinado en 9 meses, que será el tiempo para que presente una propuesta de constitución. Hay que tener presente que esta Convención constitucional, en su trabajo, deberá aprobar los diferentes aspectos del contenido de la carta fundamental, por al menos dos tercios de sus integrantes lo que obliga entonces a la búsqueda de acuerdos.

Otra posibilidad de fracaso para tener una nueva constitución, además de la falta de acuerdos es que el nuevo texto sea rechazado en el plebiscito ratificatorio o de salida que se realizará al finalizar este proceso con voto obligatorio (a diferencia del plebiscito que fue con voto voluntario). Un evento, que por los propios plazos de la elaboración del texto constitucional no tiene fecha definida para el año 2022 y que depende de factores tales como: No se haga ni en enero ni en febrero. Tampoco antes de 60 días de una elección. Ni dos meses después de una elección.

En caso de que se apruebe la propuesta, Chile tendrá una nueva Constitución y el texto que data de 1980 será derogado. En caso de que se rechace, seguirá vigente la actual constitución pinochetista. Requerimos como el agua para el sediento de dar paso a nuevos protagonistas, donde estén abiertos los canales de participación para aquellos que se lo ganaron en la lucha sostenida, diaria, heroica, que cuando hablemos de representación ella se consiga con la necesaria cercanía hacia aquellos mundos que han estado invisibilizados: movimientos y organizaciones sociales, culturales, pobladores, grupos feministas, pueblos originarios, entre otros.

Esta es una oportunidad histórica para entrar de lleno en la exigencia social (con un pueblo movilizado) de otro eje con el cual exhorta la población:  una asamblea constituyente, frente a un gobierno que pierde legitimidad y que con este plebiscito ha recibido un mazazo del cual va a ser difícil recuperarse. Un plebiscito que aumentó la participación ciudadana, que ha dado una señal muy potente para la legitimidad de los cambios necesarios; con un triunfo indesmentible de la opción del apruebo y el mecanismo determinado, que será la convención constitucional paritaria. Y hablo de pueblo movilizado porque la única manera de obligar a que los cambios se lleven a cabo es con la presión de la población, de otro modo la ceguera, la sordera y la mudez seguirán siendo características de este gobierno y de aquellos que vengan en el futuro.

Uno de los resultados visibles de este proceso plebiscitario es la tremenda caída en la votación histórica de la derecha, que mayoritariamente se inclinó por la defensa del rechazo, en especial la UDI que ve mermada las posibilidades de aquel que elija su representante y candidato presidencial. Es tal la desorientación en el sector derechista, que ya están apelando a que este mundo comience a salir de sus trincheras, entender que ya nada es lo mismo y que al menos, en el plano de la elección de constituyentes logren poner algunos de sus nombres en la elección del día 11 de abril del año 2021.

En esta postura, que algunos llaman pragmática, pero que en mi caso denomino “oportunista” se ubica el sempiterno pre candidato presidencial de la UDI (partido ultraderechista) Joaquín Lavín quien habla de “una nueva etapa que hay que mirar con optimismo.” Un personaje que hace un llamado a la paz y a salir de las trincheras derechistas, que habla de construir una nueva constitución pero…no desde cero, que es hablar de no enterrar la constitución de Pinochet. Un demagogo, que habla de “crear un gobierno de convivencia nacional, que no sea de derecha ni izquierda, donde se imponga el consenso, que elija a los mejores constituyentes”.

Resulta evidente, que los resultados del plebiscito de este 25 de octubre nos demuestran que debemos dar un salto cualitativo, que deje atrás los resabios pinochetistas. Esto, con la claridad que la derecha va a apelar a todo de tipo de maniobras, que suele usar cuando ve que el control se le escapa de las manos: uso de los medios de información gráficos, radiales, televisivos, redes sociales. El poder financiero, el poder militar que incluso le haga avanzar por la posibilidad que sus mentes más termocéfalas piensen incluso en un autogolpe. No hay peligro mayor que una fiera herida.

Hay que estar muy atento a las maniobras de la derecha que hará del gatopardismo su estrategia prioritaria, tratando sibilinamente de presentarse como un sector que incluso tuvo a representantes derechistas por el apruebo, como muestra de esa mentalidad de cambio que dicen poseer. Es el comienzo del reacomodo que la casta política transversalmente – aquella que firmó el famoso pacto del 15 de noviembre del año 2019 para apagar el fuego social – está fraguando para no ser arrastrada por el carro de la historia, aquel que pasará por encima de todo aquel que no crea que Chile cambió.

Para aquellos que seguirán viendo este plebiscito y sus efectos como una votación más, parte de los crónicos espectáculo electorales en Chile, donde se jugaba al cambio de administrador peor se mantenía igual ese 1% de una elite dueña del país, creo que deben hacerse una urgente introspección. Analizar con mayor profundidad lo que ha pasado en este país sudamericano. Un país donde se exige un cambio medular de la relación de la ciudadanía con la política.  Un requerimiento acompañado de transformaciones cardinales, no sólo en el mencionado campo político, sino que avanzar en el paso de una democracia representativa a una democracia participativa.

Requerimos un país donde haya una transformación cultural, económica, que de satisfacción global a nuestras necesidades. Donde exista un cambio a fondo en ese estado subsidiario que se impuso en Chile, desde que se plasmó la constitución del año 1980. Donde la salud no puede seguir siendo una mercancía segregadora y la educación un negocio para el enriquecimiento de mercachifles. Donde el fin de nuestro ciclo laboral signifique un descanso merecido, con una justa retribución frente a décadas de trabajo y no la indignidad de ver a nuestros adultos mayores sometidos a jubilaciones misérrimas mientras los que administran nuestros fondos previsionales se enriquecen hasta la indecencia.

Tal como lo sostuvo mi entrevistado, el político chileno y candidato presidencial Daniel Jadue en segundopaso.es  “el Plebiscito es el evento político más importante de los últimos 30 años” y ello implica, no sólo romper con esta democracia de consensos que se impuso en Chile tras el fin de la dictadura, sino también borrar todo resabio dictatorial donde la constitución del 80 es el símbolo de aquello que hay que enterrar en el basurero de la historia y cuyo primer impulso se ha dado este 25 de octubre del año 2020.

Corte confirma fallo que ordena al Fisco indemnizar a marinos constitucionalistas torturados en unidades de la Armada en 1973

Por El Ciudadano.com Chile

El marinero Luis Ayala recibiendo el arma de manos de su madre en 1969, Escuela de Grumetes.
Cabo José Lagos Améstica detenido a bordo del crucero “Latorre”

Corte confirma fallo que ordena al Fisco indemnizar a marinos constitucionalistas torturados en unidades de la Armada en 1973

José Antonio Lagos Améstica y Luis Alberto Ayala Herrera fueron detenidos en agosto de 1973 y sometidos a torturas en diversas unidades navales.

En fallo dividido, la Novena Sala del tribunal de alzada –integrada por los ministros Paola Plaza, Guillermo de la Barra y la abogada (i) Carolina Coppo– confirmó la sentencia impugnada, dictada por el 18° Juzgado Civil de Santiago, que acogió la demanda tras establecer que los ex marinos fueron víctimas de un crimen de lesa humanidad. 

«Que, por consiguiente, el contexto en que estos ilícitos fueron cometidos, con la intervención de agentes del Estado, durante un período de extrema anormalidad institucional, en el que sus ejecutores representaban al gobierno de la época y se desenvolvían amparados bajo un manto de impunidad, trae aparejada la imposibilidad de declarar la prescripción del ejercicio de la acción civil indemnizatoria nacida de los injustos que se han tenido por acreditados», sostiene el fallo. 

La resolución agrega que, por otro lado, «la existencia del daño moral debe ser probada por quien alegue haberlo sufrido, toda vez que no existen daños morales evidentes ni aun respecto de víctimas directas; cuestión distinta es que atendidas las características del hecho generador del daño, la prueba resulte más fácil. Dicho en otros términos, siempre es necesario establecer la efectividad de ese dolor o sufrimiento ocasionado por el hecho ilícito». 

«Que, en la especie, está acreditada la conducta ilícita en la que se hace sustentar el perjuicio moral alegado, y al haber sido sometidos los demandantes a una experiencia traumática, en razón de la existencia de una política represiva desplegada por las autoridades del gobierno de la época, es posible inferir un daño psicológico proveniente de esa situación, como apunta la prueba rendida en la causa, al verse enfrentados a amenazas vitales que aparecen previsibles ante los sucesos de que fueron víctimas, en un período histórico particularmente convulsionado», puntualiza el documento. 

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«Por estas consideraciones y lo dispuesto en el artículo 186 del Código de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia de treinta y uno de agosto de dos mil diecinueve, dictada por el 18° Juzgado Civil de esta ciudad en la causa C-9815-2018, con declaración que la suma ordenada pagar a cada actor, ascendente a $50.000.000 (cincuenta millones de pesos), por concepto de daño moral, se reajustará de acuerdo a la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor desde la fecha de la sentencia de primera instancia hasta el día de su pago efectivo, más intereses desde que el deudor se constituya en mora», concluye el dictamen, detallando que la decisión fue adoptada «con el voto en contra de la abogada Coppo».

Ver fallo en primera instancia AQUÍ

Ver fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago AQUÍ

Circunstancias Especiales

Documental de Hector Salgado/Marianne Teleki.

https://youtu.be/yzPUqqKkOo4

El cuartel Borgoño en la Base Naval de Talcahuano se transformó en un centro de experimentación de la tortura cruel, las cuales fueron comandadas por el capitán infante de marina Luis Kohler. Los primeros en recibir en carne propia el experimento de la brutalidad fueron sus compañeros de armas, la marinería que intentaba oponerse al golpe de Estado en agosto de 1973. Después de ocurrido el golpe, se institucionalizaría este método inquisitorio para con el resto de los compatriotas.

Fallece Luis Guillermo Vergara Díaz

Guillermo Vergara, tercero de Izquierda a derecha. Foto en presidio junto a marineros antigolpistas Penitenciaría de Santiago

En el día 4 de Septiembre de 2020 se despedide de la vida, nuestro camarada Luis Guillermo Vergara Díaz. Vivió sus años de exilio en Suecia después de haber sido condenado por la causa que se siguió en contra de la marinería costitucionaslista que se opusiera y denunciara el golpe de Estado en 1973. Guillermo fué detenido cuando se desempeñaba como funcionario en la Escuela de Ingeniería Naval y condenado por la causa Rol N° 3926/1973 donde purgó años de presidio en diferentes centros de reclusión y campos de concentración. Fallece en Chile de acuerdo a sus deseos. Que en paz descanses desean tus camaradas.

° Marineros Constitucionalistas de Chile”

La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Capítulo Octavo

https://youtu.be/r1CIIUfxSMk

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Capítulo Séptimo

https://youtu.be/-Jp8gLE20wY
https://youtu.be/3FJUCHOlkG4

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Capítulo Sexto.

https://youtu.be/-Jp8gLE20wY

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Capítulo Quinto.

https://youtu.be/Xrs4aNJX9xQ

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Capítulo Cuarto.

https://youtu.be/xWx6n2AD4KQ

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Tercer Capítulo

https://youtu.be/al1KSUknuPk

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. 2° Capítulo

https://youtu.be/iPa25i3OuWM

“La Historia Oculta de la Ciudadanía en Chile” narrada por el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Primer Capítulo.

https://youtu.be/-8fEiEXCmfM

Los Militares y el Proceso Constituyente

Cierre del tercer capítulo del ciclo de reflexión sobre “Los Militares y el Proceso Cosnstituyente” realizado por “El Ciudadano” con el grupo de estudios cívico.militares “Pelantaro” PRONTO con la presencia de la Doctora en historia Catherine Valenzuela, el Capitán de ejército Rafael Harvey y Roberto Saez, periodista y Magister en ciencias militares

https://youtu.be/JHepsRD54h0
https://grupopelantaro.cl/
https://www.youtube.com/watch?v=f_cBNHQOfUY
https://www.youtube.com/watch?v=QRLmoRIbbbw

Corte de Apelaciones eleva condenas contra tres ex PDI que acribillaron a ex marino y militante del MIR en 1982

Según destacó el abogado querellante, Pablo Fuenzalida, esta resolución “sin duda viene a hacer justicia con los familiares de Ernesto Zúñiga 38 años después de cometido el crimen, ya que el fallo de primera instancia permitía cumplir en libertad las penas a los autores ya que habían sido condenados sólo en calidad de cómplices”.

La Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago aumentó las penas de tres miembros en retiro de la PDI por el homicidio del ex marino constitucionalista y uno de los jefes militares del Movimiento de Izquierda de Revolucionario, MIR, Ernesto Enrique Zúñiga Vergara, ocurrido el 16 de enero de 1982, en la comuna de Pudahuel.

La Sala, integrada por las ministras Adelita Inés Ravanales, Jenny Book y Verónica Cecilia Sabaj, de forma unánime, reconsideró la participación de Martiniano Arias Fernández, Manuel Flores Jorquera y José Hernán Huaiquimil Uribe, desde cómplices a autores del homicidio simple, aumentándoles las penas de 3 años a 5 años y un día de presidio mayor en su grado mínimo.

Cabe destacar que el tribunal de alzada desechó la media prescripción de la acción penal considerando que esta institución es inaplicable a los crímenes de lesa humanidad.

Para el abogado querellante, Pablo Fuenzalida, del Estudio Jurídico Caucoto Abogados, esta resolución “sin duda viene a hacer justicia con los familiares de Ernesto Zúñiga 38 años después de cometido el crimen, ya que el fallo de primera instancia permitía cumplir en libertad las penas a los autores ya que habían sido condenados sólo en calidad de cómplices”.

Ernesto Zúñiga tenía 29 años, cuando fue interceptado por los tres miembros de la PDI ya indicados, el 16 de enero de 1982. Este crimen se produce con ocasión de la operación retorno del MIR a principios de los ’80.

Según se establece en la investigación, Zúñiga, al percatarse de la presencia de efectivos de investigaciones cuando transitaba por la calle Teniente Cruz, en la comuna de Pudahuel, se sube a un bus del transporte público donde finalmente fue asesinado. Su autopsia arrojó que recibió al menos 24 impactos de bala.

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