NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 21º Juzgado Civil de Santiago CAUSA ROL : C-8168-2019
CARATULADO : ESTAY/CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO/FISCO DE CHILE
Relato extraído de la Sentencia Dictada por el Juez
Marcelo Alejandro Rojas Sepúlveda el 31 de julio 2024
https://www.pjud.cl/prensa-y-comunicaciones/noticias-del-poder-judicial/115260
Tomás de la Cruz Matus Poblete
Expone que, El año 1973 estaba destinado a ASMAR Talcahuano, en el Taller Nro. 38 de Combustión Interna. El 9 agosto de 1973, después de almorzar, don Tomás se dirigía a un buque en el que estaba trabajando en reparaciones, y a poco llegar, como a las 14,00 horas, lo fue a buscar un compañero del mismo taller y le dijo que el jefe de taller lo necesitaba en su oficina. Se dirigió a la oficina del jefe y una vez adentro, frente a él, éste le señala que quedaba detenido; al mismo tiempo aparece de detrás de la puerta de la oficina, un infante de marina armado y apuntándolo lo lleva a un vehículo que los esperaba afuera del taller. El vehículo los llevó al Fuerte Borgoño, repartición de los Infantes de Marina ubicado en la península de Tumbes, en Talcahuano. Al llegar a esta repartición, lo llevan a un sector donde había una especie de barraca donde se llevaban a cabo los interrogatorios, pero antes de entrar, le ordenan desnudarse completamente.
Una vez dentro, comienza a recibir golpes, los que eran dirigidos a
todo el cuerpo, pero principalmente al estómago y genitales. Había entre cuatro y seis infantes que realizaron la golpiza, después de la primera sesión de golpes lo toman entre tres o cuatro infantes y poniéndolo boca arriba lo sumergen en un recipiente con líquido para provocarle asfixia, lo que posteriormente supo llamaban “el submarino”. El sumergimiento era acompañado de golpes en la parte de su cuerpo que estaba fuera del recipiente, también lo sometieron a quemaduras provocadas por estos infantes, quemaduras de cigarros que se fumaban durante el proceso de tortura a que era sometido. Este tratamiento duró varias horas de la tarde de ese día 9 de agosto y era comandado por un oficial de apellido Koehler. Durante esa noche, no logró conciliar el sueño, ya que siempre había un infante encargado de despertarlo. Al día siguiente lo tuvieron al sol toda la mañana y por la tarde fue conducido a la Fiscalía Naval de la segunda Zona ante el Fiscal de apellido Jiménez.
Desde la Fiscalía Naval fue conducido en calidad de incomunicado al
gimnasio de la Base Naval de la Segunda Zona Naval, lugar donde estuvo detenido cerca de 10 días; posteriormente fue trasladado y recluido en el Cuartel Rodríguez de esa misma Zona y el 3 de septiembre fue trasladado a la cárcel pública de Concepción, donde permaneció recluido hasta el 26 de agosto de 1976, fecha en la que quedó con libertad provisional.
Durante el periodo en el que estuvo en libertad bajo fianza, estaba obligado a firmar semanalmente a la Fiscalía Naval de la Segunda Zona Naval hasta que salió la sentencia definitiva. Una vez dictada dicha sentencia y debido al estado de terror en que vivía y la amenaza latente para quienes eran considerados traidores a los altos mandos, es que decidió viajar a Suecia con la ayuda de Amnistía Internacional y solicitó asilo en este país, en marzo de 1977.
Precisa respecto a su representado, como ejemplo de las situaciones que le tocaron vivir estando en libertad bajo fianza y que le refuerzan la idea de salir al extranjero, que el abogado jefe del consultorio jurídico que funcionaba en la cárcel penquista, cuyo nombre cree recordar era Hugo González, le ofrece trabajo como chofer de taxibus para una máquina de su propiedad, para lo cual concurrió a sacar certificado de antecedentes para renovar licencia de conducir y en dicho documento aparece que por Ley de Seguridad Interior del Estado le estaba impedido acceder a la licencia de conducir. Dos años después de llegar a Suecia, se dirige al consulado chileno en Estocolmo para renovar su pasaporte y se lo renuevan con una salvedad, le dibujan la letra “L” en el documento, con lo cual no podía regresar a Chile. Pidió hablar con el cónsul chileno y no obtuvo respuesta, solo que obedecía a disposiciones provenientes de Chile, para el año 1984 recién aparece en uno de los listados de personas que podían reingresar a Chile, pero no es hasta el año 1990, una semana después del cambio de gobierno, que viaja a Chile a reencontrarse con sus familiares más cercanos, padres, hermanos y familiares por parte de su esposa.