Ricardo Tobar Toledo

Testimonio del marinero constitucionalista Ricardo Tobar Toledo

 Mi desazón, tristeza y decepción de las autoridades que no escucharon las denuncias que habíamos hecho, me produjo un profundo dolor no por mi, sino por lo que le pasaría en primer lugar a mi familia y a la ciudadanía en general, que con el correr del día, se iba confirmando todo aquello que sucedería con las personas que pensaban diferente. Que solo había uno de los dirigentes que nos había escuchado y creído de lo que pasaría,  Miguel Enríquez, secretario general del Mir, y todo ese movimiento, que en los días de agosto marchaba por Valparaíso para que  dejaran en libertad a quienes habían detenido y denunciando las flagelaciones a que estaban siendo sometidos.

El caos era general en Quintero, nosotros encerrados en casa de Bravo, quemando cuanto documento y libro comprometedor encontrábamos, Nelson tenía mucha literatura afín, escritos, etc. Parlamentábamos para saber que hacer y resolvimos salir, separadamente, en los momentos que se podía, a ver cual era la mejor salida de Quintero, dándonos cuenta que TODOS los accesos estaban cubiertos por militares pintarrajeadas  sus caras, eran de la base aérea de la fach, nos quedamos en la casa a lo que fuera, no existía miedo, teníamos alguna esperanza, de que con lo que cada uno tenía como argumento probatorio de nuestra ausencia, pero sabíamos además que no era una coincidencia el estar juntos.

Pasado tres días del fatídico 11, el viernes 14 a las 21.00 pm, la ciudad se llenó del ruido de disparos, a diestra y siniestra, gritos de ¡¡“no se muevan, alto o mueren, tírense al suelo, ahí cayó uno, mata a ese otro, etc”!!, nada de eso vimos, ni siquiera nos asomábamos a la ventana. Al día siguiente Nelson salió a comprar pan,  y a su regreso nos dice “el señor de la panadería dice que habían matado a 5 personas que estaban esperando movilización y que para él era el último día que vendería pan y otras cosas que tenía”, fue el primer conocimiento de personas asesinadas, en la tarde de esa jornada, 15 de septiembre, veíamos pasar camiones repletos de personas, ¿hacia donde iban?  Ni idea. Pero en esa tarde , todas las casas estaban siendo tapadas sus ventans con frazadas, esto era realizado por militares y curiosamente, la casa de Nelson pasó por alto, cosa que nos dimos cuenta y lo comentamos, fue el día en que nos abrazamos pero sin alarmar  a la esposa de Nelson, Angela,  y sus dos pequeños hijos.

La siguiente jornada, el 16 de septiembre a las 19.00 hrs, estando sentados esperando no se qué, (cada uno de nosotros esperábamos alguna arremetida, Nelson de esa ciudad, además, alumno del liceo de esa localidad, de alguna manera algo sabrían de él como integrante del movimiento revolucionario) por lo que  sabíamos que nos andarían buscando de la armada y tarde o temprano llegarían a nosotros, hasta que un fuerte ruido en la puerta y el perro que dejó de ladrar después de un balazo, habían matado al perro, entraron a la casa 6 militares a punta de fusil ametralladora M16, con su bayoneta calada (puesta en el cañón) apuntándonos y sacándonos al patio en donde nos pararon con las manos en alto contra el muro, nos pusieron, a Angela y sus dos pequeños, uno en brazos y el otro de la mano, yo, José y Nelson, mientras registraban la casa rompiendo lo que encontraban a su paso, pero encontraron el uniforme de Nelson y José además de un afiche detrás de una puerta, del Che Guevara. Mientras afuera, algunos de esos militares que se quedaron custodiándonos, nos golpeaban con las culatas de esas armas, querían saber que hacíamos, pero en esos momentos aparecen los que habían entrado a registrar, preguntando de quienes eran los uniformes de la marina que estaban ahí, a lo cual mis amigos contestaron que era de ellos, por supuesto a culatazos me preguntaron que quien era yo, a lo que les di mi grado y procedencia diciendo que también era de la armada pero que estaba con licencia médica, que lo demostrara me dijeron, a lo que saqué el documento que acreditaba tal condición y nunca más vi ese papel.

Al paso de minutos, los niños se pusieron a llorar, Nelson había sido “clavado”   con un yatagán, y dio un grito terrible, esto hizo que Nelson lanzara un alarido de dolor y esto asustó a los niños que empezaran a llorar, pero el oficial (Tte. de aviación Almarza) le dijo a uno de ellos que lo hiciera callar,  y éste le lanzó un culatazo sin contar que yo lo miraba a lo cual me lancé sobre el niño para protegerlo y la reacción del militar fue invertir el arma y retirarlo de inmediato pero había puesto mis manos para aguantar el golpe lo que al retirar el arma tajea mi dedo pulgar y al apoyarse en mi mano también la palma, sangro bastante, al pararme veo también sangrar a Nelson de su costado izquierdo, fueron momentos en que solo quería desaparecer. Luego nos trasladaron en un camión, pero no sin antes pasar por distintos lugares en que sacaban a personas y las “tiraban sobre nuestro”, creo que se llenó el camión de personas, todos nos bajamos del camión vendados los ojos ( lo hicieron cuando nos sacaron de la casa), nos llevaron al interior de esa base de la fach, nos sacaron la venda y empezó el interrogatorio en forma separada, mientras interrogaban a mis compañeros a una persona militar que ahí estaba, le pregunte como se llamaba el oficial que me había llevado a esa oficina y me contestó , “”Tte. De aviación Almarza”  asi supe el nombre de ese oficial de cara negra al carbón con pintura de guerra que había hecho el allanamiento en casa de mi amigo. A las dos de la mañana nos trasladan a la repartición de origen, la Escuela de Armamentos de las Salinas,  nos recibe la guardia que en esos momentos estaba y llaman al Comandante quien vivía al lado de la Escuela.  Ordenan a que nos lleven al segundo piso, lugar de las salas de clases y mi primer sobresalto fue escuchar golpes y gritos de mujer, la estaban torturando, fue entonces que por detrás nuestro nos toman y con algunas patadas, nos tiran al suelo, nos amarran y nos ponen capuchas, ahí empieza lo que es sentir golpes, de toda clase, patadas, culatazos, el teléfono (golpes de mano en las orejas), combos, etc. En la madrugada o quizás en la mañana temprano soy conducido a la cancha de futbol, (conocía la escuela de memoria, estuve bastantes años ahí) y sabía donde pisaba, veía mis zapatos y el suelo,  estaba oscuro, en esa cancha a un costado existía un paredón de barro con paja, donde  los oficiales practicaban tiro de pistola, me pararon delante de ella y me informaron que me fusilarían, pero me dieron a elegir, que diera los nombre de todos los miembros de la escuela que estaban involucrados, sin que dijera que era Bravo u Ojeda, contesté de inmediato “solo somos los tres, nadie mas está en esto”, y me llegaban patadas y combos de quienes me sostenían de cada brazo; las preguntas se sucedían y me preguntaban si conocía a fulano o sutano a lo que les contestaba que si, y no me podía negar, ya que sabrían igual si era cierto o no, ya que a muchos si los conocía, habían estado en la escuela y con muchos fuimos seleccionados deportivos por lo tanto no les mentí, pero tampoco dije algún nombre que no había salido en alguna lista, a los golpe, mis gritos debieron escucharse en toda la región, sabía por el maestro de artes marciales que el grito, da fuerza y mitiga dolores de golpes, lo use en todos los interrogatorios que me hicieron con golpes, “cagaste” fue lo que me dijeron, hoy mueres como traidor a la patria, te fusilaremos y ahí al frente está el mar y te comerán los pescados, en realidad,  lo que sentí en ese momento fue un hilo frio correr por mi espalda, pensé en mi familia, en mis  amigos, en todo el mundo, estaba aterrado, pero fueron muy pocos segundos, porque sentí el tirón en mis brazos y dije “solo no me voy”  “cada weon que me tiene sujeto se irá conmigo”, sentí la preparación de las armas, la voz de ese oficial que no supe quien era, estaba encapuchado, el tirón que realicé y la ráfaga que suena con eco aterrador por el silencio que había y que llega a mis oídos, sin dolor, sin angustia, sin conciencia, solo recuerdo que me levantan del pelo y me tiran sobre una silla y me sacan la capucha, detrás de un escritorio estaba el Capitán Cárdenas, él era jefe de estudios de la escuela, haciéndome mil preguntas, que además me dice, “Tobar, acaso se cayó que está sangrando”,ese capitán había sido nombrado fiscal pero se declaró incompetente;  habían pasado más o menos cinco o seis horas, hasta ese momento no me había dado cuenta, mi espalda sangraba bastante, luego de ese momento de interrogatorio, alguien me dice por detrás, nuevamente estoy encapuchado, “desde la cancha te trajeron a patadas y un marino te clavó un yatagán a cada lado de tu espalda”, claro, en ese momento me llevaban al policlínico que existía en las salinas y me cocieron a ambos lados, bajo el omoplatos, asi nada mas, y lo hizo un enfermero estando yo, sentado en la camioneta, en la parte de atrás, creo que a Nelson  también lo llevaron, no estoy muy seguro, estaba muy adolorido, que dicho sea de paso, nunca nos pusieron juntos, si dormí algo, no lo se, solo recuerdo que estuve en el paredón.

Esa tarde, 18 de septiembre, 18.00 hrs. Nos trasladan en un bus de la Armada, encapuchados, (como si no conociéramos el lugar de llegada) hasta el cuartel Silva Palma, la cárcel para uniformados de la armada, hasta antes del 11 de septiembre, ese lugar cumplía la función de  mantener detenidos a los marinos que cumplían castigos de arresto con mas de 30 días, porque con menos, se hacía en las reparticiones de origen. Llegados ahí, nos lanzan como sacos de papa sobre un camastro, a mi me lanzan sobre la cama de J. Salazar, el cual me reconoce, pero otros, recuerdo, que no nos conocíamos, gritaron , cuidado con esos, no vayan a ser sapos, pero de inmediato , Salazar, Zuñiga, y Espinoza, que nos reconoce, les dice, hay que ayudarlos, son los de la escuela de armamentos. Sumamos algo asi como ochenta o más, que a la postre fuimos 88 los que estuvimos presos. Muchos por falta de meritos fueron puestos en libertad ( alrededor de 200 mas o menos sumábamos  en total, según los procesos).

El interrogatorio que me tocó, sin describir la tortura propinada, se basó, en acusarme que era un infiltrado del MIR, (me lo decían por el poster que encontró la fach en quintero del Che Guevara)  pero este movimiento nació el año 1965, y empecé mi carrera militar el 1964, que era cómplice del plan Z, que hasta esos momentos nos acusaban que nosotros lo habíamos planeado, que estaba en la marina para preparar guerrilleros, que queríamos matar a los oficiales, que nos tomaríamos los buques para bombardear Valparaíso, Viña del Mar y casa de los oficiales y un sinfín de falsas acusaciones, que a cada una de sus preguntas, me negaba rotundamente, en cada pregunta los golpes de diferentes formas caían sobre mi, provocando dolores intensos y por cada negativa que daba, ellos me decían que me condenarían a muerte porque estábamos en tiempo de guerra, que matarían a mi familia si no cooperaba ( a mis padres ya le habían informado que había sido fusilado cuando ellos me buscaban), estas y otras interrogaciones las realizaban en la fiscalía naval,  y ahí además usaban las torturas psicológicas, como las descritas ya que cuando nos trasladaban desde el Silva Palma a la fiscalía, me llevaban encadenado, lo hacían entre los pantalones, y me decían lo que se les ocurriera con tal que les dijera quienes mas estaban involucrados, a cada interrogatorio nos llevaban separadamente y a cada uno le preguntaban por el otro. Estuve en el cuartel hasta el día que me hicieron Consejo de Guerra (caratulado A-14) el 24 de octubre de 1973, en donde me acusaron de Deserción Calificada en tiempo de Guerra, ¿Cuál guerra?, nada pudieron probar, pruebas en mi contra fueron los registros de las calificaciones anuales, que no eran las originales, sino según se lee en el expediente, copias fieles de los originales, no dejaron que mi abogado probara dichos antecedentes, pedían para mi, cinco años y un día, quedando finalmente en tres años y un día de cárcel, al igual que a José Ojeda , a  Nelson Bravo, porque estaba con su decreto de retiro aprobado, lo dejaron  en libertad desde ese día, recuerdo que todos quienes conocíamos a Nelson, le pedimos que saliera del país de inmediato, lo que su padre hizo con él, llevarlo hacia Argentina, (1978 regresó, era patriota y con el llamado de Pinochet se la creyó, y fue detenido en concepción, esa es otra historia).

El paso por Silva Palma, de dos y medio meses, se hizo largo, lleno de incertidumbres, a pesar de haber sido condenado a tres años y un día, la tortura psicológica continuaba, había personal que se encargaba de ello, sin embargo el apoyo recibido por mis compañeros fue un tremendo alivio, al igual lo hacía cuando hablaba a compañeros más jóvenes que yo, mutuamente nos la arreglábamos para darnos ánimo y mucha solidaridad. Vimos llegar a muchas y muchos detenidos que iban a ser interrogados, los encerraban en una especie de celdas no mas de metro y medio, permanecían paradas/os, y a veces debí llevar algún alimento, mandado por nuestros custodios, pudimos cruzar solo algunas silabas, no nos dejaban hablar, solo señas cuando poníamos algún cigarrillo y un fosforo y un pedazo de raspador en su interior, el plátano era perfecto para eso.

La llegada a la cárcel fue llegar a un mundo totalmente desconocido, encontrarse con cientos de personas que habían pasado lo mismo  que me tocó soportar, torturados de diferentes formas, personas que habían sido encarceladas en buques mercantes, en la esmeralda, en centros de torturas que se habían habilitado para los efectos, jóvenes estudiantes, personeros del congreso nacional, gentes comunes que por el solo hecho de pensar diferente habían sido detenidos y castigados con las mas atroces de las torturas, sin diferencias de edades, ancianos, hombres de negocios, etc. Todos separados de los presos por delitos comunes, nos hicieron ocupar el tercer piso de la cárcel, tercera galería, y desde la segunda a la primera eran solo reos por delitos comunes, aunque el patio (cancha) era un espacio común al que accedíamos con algunos temores de encontrarnos con estos reos que se nos decía eran peligrosos, sin embargo aprendimos a sobrellevar esos peligros sin hacer nada mas que entender sus motivos y ganarnos su confianza para asi obtener el respeto que aisladamente a veces, ellos nos faltaban, éramos todos para todos en caso de algún problema.

Relacionarme con los demás presos políticos fue extraordinario, todos de diferentes  pensamientos y posiciones sociales, que sin hacer distingos fueron enormes aportes,  pasó lo mismo con mis compañeros que estaban separados de los civiles, en una especie de teatro que existía en la cárcel, al costado de una mini cancha que existía,  el reencuentro fue muy emotivo, algunos lloramos, nos abrazamos y contábamos nuestras experiencias pasadas las que fueron originadas por los mismos compañeros de armas, encargados de tenernos detenidos y que en algunos casos, hasta nos interrogaban. La solidaridad estaba a flor de esas pieles que ya estaban casi aclimatadas en esa cárcel. El compañerismo con algunos de ellos ya se había plasmado cuando aún éramos uniformados, con los demás, que conocí ahí, empezaron a florecer nuevas y ricas amistades ya que cada uno ponía de lo suyo para que asi sucediera. Cada uno de nosotros puso de si para consolidar el compromiso adquirido en defensa del país cuando denunciábamos que las ffaa darían un golpe militar, ¿Quiénes fueron desleales con el gobierno que había sido elegido por el pueblo? Cada uno de ellos, los golpistas, se ufanaba de haber “limpiado a las ffaa de traidores”, sin embargo sabíamos que eso era lo contrario, que nuestro proceder fue apegado a las normas dictadas en las leyes, que respetábamos la constitución que regía en esos momentos, leyes y normas que nos habían enseñado cuando ingresábamos a las filas de la institución. Nunca se nos dijo que nos enseñaban para propiciar un golpe de estado, en ningún reglamento sale eso y ellos contravinieron dicho mandato de la ley.

Aun en el año 1973, noviembre y diciembre, fuimos trasladados en camiones, encapuchados y amarrados cual saco de papas, hasta Colliguay ( hasta el momento en que se nos trasladaba, no sabíamos nuestro destino), un campo de prisioneros de guerra y presos políticos, algunos de mis compañeros habían sido sacados con antelación  de la cárcel con ese destino, habían ido a construir dicho campo, levantando alambradas y medias aguas como celdas de encierro. Le pusieron varios nombres, Operación X, Isla Melinka ó Isla Riesco, esto con el fin de desorientar a familiares que preguntaban por nosotros. El panorama que vimos al quitarnos la capucha fue desolador, alambres de púa alrededor, cerros inhóspitos, suelo gredoso y seco, el sol quemando con furia, y una voz que daba miedo al escucharla, Tte.2° González, el encargado de ese campo primero fue el sargento infante de marina Aguayo, el que con un grupo de marineros detenidos, construyeron ese campo, luego como encargado fue el Tte.2° (OM) González para quedar posteriormente el sub oficial (IM) Arancibia, que decía…” que ahí se haría lo que él mandase, que no estábamos de vacaciones, que tendríamos un régimen más que militar y si obedecíamos nadie saldría lastimado” ¿? Empecé a imaginar lo peor.

Nuevamente al conocer nuevas personas, también de diferentes partes, diferentes oficios, estudiantes, congresistas, alcaldes, regidores, trabajadores, obreros, etc, etc. Siendo cada uno de ellos un padre , un hermano, un amigo, un profesor, que ponía su voluntad para atender a los que llegábamos a ese campo prestando todas sus capacidades para hacernos sentir bien.

Los talentos afloraron, los deportes se sucedían, como también las amenazas por parte de quienes nos vigilaban, la tortura psicológica la aplicaban en todo momento, nos hacían cantar la canción nacional con aquella estrofa que los golpistas impusieron agregar, la debíamos cantar en la mañana y al ocultarse el sol por la tarde, nos hicieron cavar un pozo en suelo gredoso para tener agua, porque nos entregaban un vaso para beber y este pozo serviría para obtener algo más, sin embargo era agua llena de lodo, y servía para sumergir a alguno por razones de antojo ó castigo.

Por momentos el miedo se hacía sentir, sobre todo cuando me sacaron de ese campo, me amarran y me ponen una capucha, en realidad fue un grupo de los que estábamos ahí, nos embarcan en un camión y sentimos los mismos saltos que daba el camión por aquellos cerros sin caminos, el tiempo parecía no pasar, que después de mucho tiempo, la suavidad se sentía y hasta el olor a mar llegaba a mi nariz, nada veíamos, y al fin llegamos a destino, un bosque a la derecha y a la izquierda unas casas tipo A, alguien grito cuando le fue sacada la capucha…“son las casas de veraneo que construyó el compañero Allende para los trabajadores…estamos en Ritoque”, lo hicieron callar, nos sacan las amarras y nos ordenan seguir a quien oficiaba de jefe…” deben sacar esos materiales que vienen en ese camión..” era madera y mucho alambre de púa, clavos, y herramientas, era para cercar dicho campamento de veraneo el cual luego de algunos días se convirtió en campo de prisioneros políticos, después de la descarga de dicho material, retornamos a Colliguay, habíamos salido a eso de las 10.00 hrs a.m. y nuestra llegada fue a las 19.00 hrs, no participamos en alambrar dicho lugar.

Cada episodio vivido fue una situación de incertidumbre, no se sabía nada de nuestra situación, se vivía el día, sin saber que pasaría, ya que  algunas noche se escuchaban disparos y que luego nos decían que eran terroristas que trataban de atacar ese campamento ¿?. Nunca escuchamos o vimos personas que no fueran uniformados.

Pasadas todas las experiencias relatadas, dejando el regreso a la cárcel de lado, siempre anhelé pertenecer a las ffaa. sobre todo en la marina de guerra, sin embargo pensando en una institución democrática, en la que se eligieran los mejores para ser quienes dirigieran o dirijan las ffaa, que cada persona demuestr hasta donde podría llegar, escalara hasta lo mas alto, con sus capacidades y talentos, y no en forma vertical como hoy se hace, deben ser los mejores y para eso debería existir una sola escuela y que desde ahí se graduaran aquellos que asi lo demuestren.

El pasado reciente a demostrado como se han comportado los oficiales, no tan solo con el personal existente dentro de las filas, sino con una ciudadanía que sufrió con el golpe de estado; tienen como consigna haber nacido con la patria, pero han dejado al personal subalterno en despoblado, por ser de clase media hacia abajo, la oficialidad nace de los apellidos o porque alguno es descendiente de algún personaje de la historia de este país o simplemente con apellidos que heredan de ingleses, franceses, alemanes, etc. y que tienen las condiciones para pagar altos aranceles para poder pertenecer a dicha élite. Yo solo quería ser marino, pero en la Armada no hay democracia y por eso se dio el golpe cívico militar.

Ricardo Tobar Toledo

Cabo 2º  (Mec Elect.)  (C.F.)

Contigente 1964 (Avanzado)

 

Juan Manuel Segovia Arrué

Marinero 1° Artillero  
Dotación: Destructor Blanco Encalada
Detenido el 6 de agosto de 1973 en el Puerto de Valparaíso
Condenado a 3 años y 1 día por la Causa 3926/73

El marinero 1°, Artillero y constitucionalista, Juan Manuel Segovia Arrue fue arrestado el 6 de agosto de 1973 a bordo del destructor Blanco Encalada surto en Valparaíso. Purgó más de tres años de cárcel por defender la Constitución , las leyes y respetar a la autoridad legítimamente constituída.

 

Ficha antigua del marinero Arrue. Registro, marinero J. Salazar

Jaime Salazar Jeldres

Datos de Identificación

1.-Nombres: Jaime Ricardo

    Apellidos: Salazar Jeldres

2.- Fecha de Nacimiento: 05 de Mayo 1952

3.- Estado Civil: casado con Ellen Salazar

4.- Grado: Marinero 1°

Especialidad: Mecánico artillero

Unidad a la que pertenecía al momento de su detención: CL 04, Crucero Latorre

5.- Nombre del Comandante de la Unidad a la que pertenecía: Carlos Fanta Nuñez. QEPD

6.- Nombre del Jefe del Dpto. En el cual prestaba sus servicios: Teniente Jaime Postius Aedo

7.- Fecha,  Lugar y Hora app. de detención: Lunes 6 de agosto alrrededor de las 5-6 pm, en nuestra unidad Crucero Latorre

8.- Causas y Cargos de la detención: Causa 3926, condenado por Sedición o Motin , condenado a 8 años de prisión . anmistiado el año “78 despues de 4 años 8 meses y 15 dias de prision

9.- Características y Entorno de la Detención: a traves de los altavoces se nos llamó a presentarnos a nuestro oficial de división, el cabo de guardia empezó a buscarnos por el buque. En el camarote del teniente Postius se nos concentró a: Juan Dote Bravo, Luis Ayala , David Valderrama Opazo, Rodolfo Claros Cordova, Sebastian Ibarra y a Mi

10.- Quien participa en la detención( Nombres y Grado): Teniente  Postius y sargento (bt) Vera entre otros

11.-I dentificación del Lugar y del personal del Interrogatorio: se nos llevó al cuartel Silva palma, en mi caso fui incomunicado . El dia Viernes 10 fui trasladado  en avión junto a : Juan Cárdenas, Pedro Lagos, Alberto Salazar, Ernesto Zuñiga, Oscar Carvajal  y otros al  Fuerte Borgoño. Repartición perteneciente al Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada, ubicado en la Península de Tumbes, Talcahuano. ( en donde fuimos torturados)

12.- Tiempo de incomunicación:  desde el 6 de Agosto hasta fines del mismo mes,

13.- A qué presidios y Campos de Concentración fué trasladado:

6-10 de Agosto cuartel Silva Palma ;

10 -18  de Agosto  Base Naval de Talcahuano, cuartel Borgoño, gimnasio de la      Base, Fiscalia Naval, Escuela de Grumetes

22 de Ocubre- 14 de Diciembre 1973  Cárcel Pública de Valparaíso (teatro del penal)

14 de Diciembre 1973 a fines de abril 1974 campos de concentraciones de Colliguay y Puchuncaví

Abril del 74 a  Octubre de 1976 cárcel de Valparaíso, tercera galeria (diferentes celdas)

Octubre 1976 al 20 de Abril de 1978 Penitenciaria de Santiago (calle 2 y 5)

14.- En qué recinto de detención lo sorprende el Golpe de Estado: Cuartel Silva Palma de Valparaiso

15.- Se extendió la represión a algún familiar?: Si , a mi hermana Erika fue visitada varias veces por Investigaciones. Los cuales se identificaron como tales

16.- Con quién compartió celda y/ o cabaña?:

         Con la gran mayoria , en el Silva palma estuve en la celda grande con más de 20 compañeros y luego en las celdas pequeñas con 9, luego  en la cárcel de Valparaiso estuvimo cerca de 40 compañeros compartiendo el teatro del penal , en los campos de concentraciones en diferentes cabañas con diferentes camaradas, por lo tanto de los marineros que pasaron por Valparaíso es mas fácil decir con quienes no compartí celda, son 4  López, Cordero, Jaramillo y Ramón Gonzales , con todos los demas en algun momento compartimos las mismas paredes

Antecedentes Procesales

17.- Fotocopias y/o  Documentos que acrediten fechas de Detención,

Ver proceso 3926 de la Fiscalía Naval. Actualmente lo tiene el Juez Jaime Arancibia, Ministro en Visita de nuestra querella por torturas.

18.- Nr°s de Proceso, Tiempos y Causas de las Condenas y Fiscalías que llevaron los casos y fecha en que queda en Libertad.

Las causas, condenas y fiscalías ya se indicaron más arriba. Quedé en libertad el 20 de Abril de 1978 .

19.- Caracteristicas y fecha de la Libertad (Condicional, Bajo Fianza, Conmutación de la Pena Por Extraňamiento, etc).

Fui anmistiado en Abril de 1978

20.- País y fecha  al cual salió Exiliado ó con pena de Extraňamiento.

Salí  hacia California EEUU, a fines de Mayo de 1978 al exilio

 

 

Marineros Constitucionalistas presos en la Penitenciaría de Santiago. De pié, de Izq. a Der.: Pedro Blaset, Jaime Salazar, Hugo Maldonado, Pedro Lagos, Juan Cárdenas. De rodillas, Izq. a Der.: Sergio Fuentes, Ernesto Zúñiga, Juan Roldán.

Carta del marinero Jaime Salazar, dirigida a sus padres. Escrita el 18 de agosto en el Cuartel Silva Palma.

Queridos padres,

Encontrándome en una situación bastante difícil, me dirijo a ustedes para ponerlos en conocimiento de mi situación. Por tener ideas afines con muchos compañeros de la tripulación que bajo presiones, amenazas, fomento del caos y golpismo por parte de un gran sector de oficiales, vimos la necesidad de reunirnos para intercambiar ideas, para evitar un golpe de Estado y una guerra civil. Actualmente me encuentro arrestado junto a un grupo de compañeros que apoyaron nuestras ideas.

Hemos sido torturados, ultrajados y maltratados de hecho, continuamente, tanto física como mentalmente, que nuestras vidas peligran y no tenemos seguridad de ellas. Quisiera, si es necesario, ver a mi padre, a Margarita, a Benjamín y a Claus para que comprueben, de hecho, mi estado. Si es necesario, pido la intervención de un abogado civil, el cual lo pueden conseguir por medio del alcalde Palestro y muéstrenle esta carta y que en lo posible el mismo alcalde envíe una persona de confianza para que vea mi estado. Saludos a todos.

(Publicada en Punto Final el 11 de septiembre 1973, día del golpe)

77 días en el Silva Palma

Por Jaime Salazar

 Madrugada del Martes 11 de Septiembre, 1973,   Cuartel (cárcel) Almirante Silva Palma, Valparaíso, Chile.

“Esculapio… esculapio… esculapio”,  repetía  en forma ininterrumpida la radio a pilas  que un marinero manipulaba. Esto nos despertó – en la celda grande (dormitorio) del cuartel – antes de la cotidiana diana.  “¡Chucha; algo esta pasando!”, dijo un cabo artillero. “¡Dale mas volumen!”, gritó un marinero llevándose una mano a su oreja como una antena.  “Las radios de Valparaíso están fuera del aire”, dijo otra voz desde no se donde. Alguien encendió la luz y apresuradamente nos levantamos de nuestras literas. “Es una clave radial de los golpistas¡  espetó alguien.

El ruido de las literas y de los cuerpos deslizándose; levantándonos todos a la vez, produjo un efecto zafarrancho. Sobre todo cuando los del tercer y segundo  nivel se lanzaron al piso para vestirse. “Parece que llegó la hora”, me dice Ernesto Zúñiga brincando al piso desde la cama contigua y esquivando a los compañeros que bajaban por su lado. Mirándome con preocupación y con los ojos bien abiertos, Zúñiga se ponía la camisa.

Al encender mas receptores, logramos sintonizar estaciones de Santiago. Se amenazaba con uso de la fuerza si no se acataban las ordenes de los militares golpistas. “¡Cresta!  Se esta produciendo un alzamiento militar” (lo que estaba ocurriendo nos daba la razón en nuestras denuncias, pero al mismo tiempo sería nuestra desgracia y tal vez la pena de muerte). La situación elevo mi adrenalina, mis sentidos se agudizaron al máximo debía prepararme para acción.

El cuartel disponía de tres celdas colectivas una de ellas la grande con 7 literas triple  y las otras pequeñas de tres  literas triples cada una. En cada  una dellas  había marineros de nuestro grupo;  alrededor de 30 mas o menos repartidos en las tres celdas. Un mes antes cuando se inicio la represión de la armada contra los marineros anti golpistas de nuestro grupo, las celdas estaban saturadas de prisioneros, con gente pernoctando en los pisos, pasillos, incluso dos prisioneros por cama!

Todo esto dramatizaba la situación que estábamos viviendo allí en el Cuartel Silva Palma, cárcel naval de la Armada de Chile en Valparaíso, lugar con una vista  panorámica del puerto. Estaba compuesto por una parte de construcción solida hormigón armado y/o mampostería  en su frontis y construcción de madera en la parte de atrás en donde estaban las instalaciones del personal de planta , comedores y otras dependencias  todo ello rodeado de unos cuidados jardines dispuestos en terrazas que nosotros mismos manteníamos. Todo esto sobre un cerro a unos 30 metros de altura sobre la bahía de Valparaíso.

El cuartel Silva Palma llamado de orden y seguridad, era el lugar donde la armada mantenía detenidos a todo el personal que cometía faltas a la disciplina.  Ahora era  usado para mantener bajo arresto a gran cantidad  de marineros que nos oponíamos a un golpe de estado que nuestros propios oficiales propiciaban.

Los marineros anti golpistas habíamos descubierto que la oficialidad de la armada, coludidos con personalidades de derecha planificaban un golpe de estado y para ello realizaban preparativos. Descubrimos reuniones conspirativas, sabotajes a la infraestructura del Estado, falta de respeto a la autoridad de gobierno, discursos  golpistas  Etc. Nosotros, como personal subalterno no podíamos seguir el conducto regular para denunciar esta situación, ello habría sido ingenuo ya que la mayoría de oficiales estaban en la conjura. Por lo tanto acudimos a informar a las autoridades de gobierno, ministros, senadores y políticos que nos merecían confianza.

La armada de Chile inicio la represión muchos meses antes en contra de su propio personal, aquellos que no estábamos por un golpe de estado,  mientras los oficiales planificaban e implementaban el golpe de estado lo cual hoy esta documentado con las declaraciones de los mismos golpistas y documentos desclasificados del congreso de los EEUU.  Y por supuesto los testimonios de muchos conciudadanos.

En el mes de Junio fue detenido el cabo Julio Gajardo en la base aeronaval del Belloto, Quilpué, posteriormente el 28 de Julio empezó la represión en la escuela de ingeniería de Viña del Mar y el 6 de agosto se inicio la represión en los buques de la escuadra y la base naval de Talcahuano. Yo fui  detenido  junto a una  gran cantidad de sargentos, cabos y marineros que habíamos denunciado a la oficialidad de la armada por  estar complotando contra el gobierno y el orden constitucional de la república. Nos habíamos reunido con algunos políticos susceptibles a nuestros reclamos, mientras que los oficiales golpistas se reunían con políticos que querían romper el orden constitucional de nuestra república.  Había sido arrestado un mes antes en el caso conocido por “sedición o motín” contra Juan Cárdenas y otros. En mi caso, sin ver a un juez o fiscal, sin orden de arresto,  fui detenido el 6 de agosto desde mi unidad: el Crucero Latorre junto a Luis Ayala 21 , Juan Dotte 21, Rodolfo Claros 20, Sebastián Ibarra 22 y David Valderrama 21  de las divisiones antiaéreas. Además  fueron detenidos los cabos Pedro Blaset 23 y José Lagos 25, ambos electricistas del departamento de maquinas. Durante 5 días fui mantenido  incomunicado, pensando que mis camaradas podrían estar bien.  Solo vi al soldado que me llevaba la comida o que me llevaba al baño .

La brumosa noche del 10 de Agosto de 1973 fue testigo de nuestros traslados “toma todas tus cosas que te vas “ ordeno el soldado IM.  mientras manipulaba su fusil  hacia mi pecho,  fui sacado del cuartel ahora sin vendas en mis ojos por lo que pude mirar mi entorno, una construcción de madera de la cual salí al fresco de la noche. Luego de unos pasos una escalera de concreto o piedras hacia abajo, un túnel oscuro, una terraza y la  cónica luz del alumbrado publico, otra escalera hacia la calle en donde había un camión celular, rodeado de marineros armados con fusiles de reglamento steyr.  Fui  introducido en un camión celular en donde ya tenían a mis camaradas Pedro Lagos 29 , Alberto Salazar 27, Ernesto Zúñiga  21 y Juan Cárdenas 38. Con todos ellos nos reunimos en Santiago con el Senador Carlos Altamirano y Miguel Enríquez líder del Mir. para  denunciar a la oficialidad golpista de la Armada que en forma descarada a veces implementaba los preparativos de un Golpe de Estado.  Además, en el camión habían  otras personas como mi contingente Oscar Carvajal y un operario de apellido Cisternas.  Durante todo el operativo de traslado fuimos custodiados por personal armado, desde el aeródromo del Belloto. Fuimos llevado vía aérea hasta Concepción en donde fuimos recibidos por un destacamento de soldados de la infantería de marina a cargo del capitán Luis Koehler. Fuimos trasladados en un camión amontonados, como sacos, todo esto bajo el abuso y maltrato de los soldados.  Esa misma noche fuimos torturados por la infantería de marina y su capitán Luis Koehler en el fuerte Borgoño de Talcahuano.

Esa noche fue una de las noches mas terribles, además solo se nos permitió dormir unos pocos minutos siempre rodeados y hostigados por soldados .

El día  Sábado 11 de agosto fuimos llevados antes el fiscal el cual uso todas las informaciones grabada en el tormento para ser usada como elemento de prueba. Este tipejo jamás reparo en nuestra condición física. Algunos no podíamos caminar , con nuestras caras hinchadas y moradas y los ojos rojos. Mi contingente Oscar Carvajal con sus oídos reventados casi no podía oír, Juan Cárdenas con su hombro fuera de lugar, Pedro Lagos con su cara irreconocible, su boca parecía una “rosa roja ardiente” todo para luego permanecer  incomunicados por semanas mas allá de los plazos legales y violando nuestros derechos constitucionales y humanos.

*En Talcahuano, nos interrogaron sin venda y estuvieron a cargo en forma de hecho, los Señores Koehler, el capitán Bunster, los tenientes Jaeger, Letelier, Luna, Alarcón, Tapia, Maldonado y Letich. Nos hacían decir lo que ellos querían en grabadora y pegándonos culatazos por todos lados y nos decían: “Tienen que hablar lo mismo donde el fiscal”. Y el fiscal nos preguntaba “Se siente mal, si les han hecho algo, díganme”. Llegábamos machucados. Apenas si podíamos hablar, otros no podían andar, otros con conmoción cerebral no podían venir a declarar. *(extracto  de carta al presidente Allende de la cual fui coautor).

En  la base naval de Talcahuano desde el 6 al 17 de Agosto de 1973 estuvimos sometidos al arbitrio de la infantería de marina (IM)  la cual nos tuvo  en diferentes lugares de detención e incomunicación. El Lunes 13 de Agosto en la noche nos tomaron a todos y a golpes y empujones nos llevaron al molo 500 y nos embarcaron en el transbordador  Meteoro  con rumbo a la Isla Quiriquina allí nos tuvieron unos días en la enfermería.  Estuvimos tan custodiados que hasta cuando íbamos al toilette teníamos a un grumete que nos apuntaba con su fusil. “quieres que cage de miedo, no lo conseguirás ya que cuando me apuntan me pongo estítico, por lo tanto apunta pa’otro lado” le dije al custodio, este me contesto  “mi teniente me dijo que no le quitáramos los ojos de encima”… huevon, la enfermería esta rodeada de guardias, y además estamos en una isla”. “Déjame cagar tranquilo y cierra la puerta huevón”  le respondí. Ya no me importaba que me volvieran a patear. El viernes en la tarde custodiados por gran cantidad de soldados armados se nos saco de la isla y se nos  embarco en el destructor Orella.  Al subir por las redes a bordo fue impactante para mi ver cuando un tripulante del destructor, Raul, se abalanzó sobre Alberto Salazar, su hermano, estrechándose en un gran abrazo, ante la mirada atónita de oficiales y tripulación. Allí se dispuso algunas literas  para nosotros pero cada cierto  tiempo alguien nos gritaba  “!! tirémoslos al agua!! tirémoslos al agua!!” despertándonos a cada rato. Llegamos a Valparaíso en la mañana del  Sábado 18 de Agosto directo a la oficina del Fiscal Villegas quien nos mantuvo la incomunicación por algunas semanas mas.

Yo y mis camaradas éramos contrarios a un golpe de estado y por ende defensores del orden constitucional.  Además me sentía identificado con un gobierno que lo veía como mío. Aunque este no era perfecto, representaba las aspiraciones de mi familia y de mi pueblo. Además no importando el gobierno de turno, habíamos jurado por la legalidad constitucional de la república. Yo había jurado el 21 de Mayo del 1969 en la Escuela de Grumetes de la Armada de Chile.

En los últimos días de Septiembre y cuando todos habíamos salido de las incomunicaciones, es decir estábamos en libre platica, el sargento Juan Cárdenas propuso redactar algunas cartas en las que participe como coautor.  Un compañero con buena letra fue nuestro escribiente.  Enviamos misivas al Cardenal, al Presidente Allende y otras personalidades de la vida política de nuestro país;  fue una carta en que todos los que allí estábamos plasmamos ideas.

El día martes 11 de Septiembre al  salir de las celdas y subir por las escaleras de piedra con rumbo al patio y los comedores, lo cual hicimos con precaución y ansias, pudimos ver desde nuestra ubicación en altura algunos eventos en el puerto. Una mirada nos bastó para darnos cuenta de lo que pasaba: destacamentos de marineros con vestimentas de combate (mezclillas, fornitura,  cascos y fusil), barricadas con marinos armados  en la avenida Altamirano, alrededor de la aduana y en calles principales. Vimos que la escuadra que se suponía debía estar en las operaciones Unitas con los norteamericanos estaba de regreso en la bahía.  Algunas unidades maniobraban sus cañones amenazantemente en dirección de los cerros de Valparaíso.  Helicópteros  navales hacían vuelos rasantes sobre algunos grupos de personas  y con sus altoparlantes repetían que regresaran a sus casas y que se respetarían los derechos de los trabajadores.

Al mismo tiempo un destacamento  de cosacos armados con fusiles HK se apostó en el  cuartel. También un pequeño destacamento de BT . (buzos tácticos) a cargo del teniente  Gaete, a los cuales Ernesto, Rodolfo y yo conocíamos pues habíamos tomados los exámenes para ser buzos tácticos a fines del año anterior. Observamos como el transporte Maipo,  barco de la Compañía Sudamericana de Vapores, atracaba en el molo de abrigo delante del crucero Latorre y de la Esmeralda.  Al principio no entendimos esto por ser inusual, pero días después fuimos testigos de como estos barcos se usaron como siniestras prisiones flotantes. Con gran desilusión pude percatarme que obviamente se estaba consolidando un golpe de estado y la oficialidad de la armada al igual que en otros momentos de nuestra historia republicana arrastraba la institución no en defensa de los legítimos intereses de la nación sino de los intereses económicos de la derecha chilena.   Tenia claro que si el golpe resultaba exitoso,  la situación para los que estaban conmigo se tornaría fatal, según nos habían sugerido algunos oficiales y soldados de la infantería de marina del cuartel.

La formación rutinaria de las 8 am en el patio principal del recinto fue muy tensa para mi y los demás acusados de sedición. Sentía un gran nerviosismo. Éramos unos 30 (otros 14 ya estaban en la cárcel publica de Valparaíso, además de un numero indeterminado de compañeros que vivían similar situación en el puerto de Talcahuano.) Esa mañana soleada, con una vista panorámica del puerto vimos el drama que se vivía en Valparaíso y el resto de nuestro Chile. Abel Osorio (oficial de Mar) secundado por los suboficiales  Carvajal y León llamó a la calma y planteo que estaban esperando instrucciones del alto mando, que por lo tanto como marinos debíamos seguir nuestra rutina. Y realizar las tareas  habituales .

Posteriormente  esa mañana mientras realizábamos nuestras tareas de limpieza y trabajos de mantención  seguimos escuchando la única frecuencia clara que captábamos… Radio Magallanes, a nuestro presidente y sus últimas palabras. Me impresiono mucho su determinación en aquel momento definitivamente dramático, su temple, su claridad, su valentía, y su gran liderazgo. En el aire se respiraba una inmensa amargura, pensaba en mi familia y su gran dolor, ellos eran partidarios del gobierno popular y que ahora perderían al presidente y tal vez su hijo.

 

A la hora del rancho (almuerzo) en que siempre se participaba con chistes risotadas y una gran algarabía, ese día fue  completamente diferente, hasta el “mexicano” Ernesto Zúñiga  que siempre nos hacia reír no dijo nada.  Comimos en total silencio, solo algunos escuetos suspiros. Creo que cada cual pensaba en sus familias o amigos. Nadie hablo, nadie dijo nada,  y lo recuerdo muy bien pues Nelson Córdova y yo éramos los rancheros en esa ocasión.

Aquella misma tarde la realidad nos golpeó de frente. Vimos camiones cargados de  prisioneros con rumbo al  molo de abrigo los cuales eran bajados a gritos y golpes. Vimos prisioneros tirados en el concreto como sacos y luego introducidos a patadas y culatazos al transporte Maipo o a la Esmeralda.  Prisioneros empezaron a llegar a nuestro cuartel, otros llevados a la Academia de Guerra Naval, edificio contiguo y conectado al lugar en que estábamos. Todos fuimos testigo de como el teniente Benavides  portando una carabina M1 escoltaba  prisioneros  desde la academia de Guerra naval, edificio contiguo,  hasta nuestro cuartel.  Este tipejo arrogante hacia gala de su poder y maquiavelismo, golpeando a mujeres y hombres mayores.

Fue un día lleno de un dramatismo y la angustia de no saber lo que ocurría en el resto del país ni con nuestros seres queridos ya que los golpistas controlaban todos los medios.  En la medida que transcurría el día, nuestros carceleros sufrían una transformación.  Nos empezaron a tratar con crueldad. La idea de fusilamiento rondaba en la boca de los cosacos, algunos de los cuales gritaban “se siente olor a pólvora” aduciendo que los fusilamientos llegarían pronto.

Aquella tarde vimos como el transporte cubano Playa Larga levantó anclas y sigilosamente se hizo a la mar pasando muy cerca del crucero Prat.  Luego se escuchó un cañonazo disparado desde una de las unidades de la armada.  El sonido retumbo en toda la bahía. Al poco tiempo aparecieron helicópteros que empezaron a sobrevolar la bahía y  hacer hostigamiento sobre el mercante cubano, comandado por Thales Godoy.

El destructor chileno  Blanco Encalada al mando del comandante Julio inicio la persecución del transporte cubano. Se produjo una escaramuza en alta mar fuera de las 12 millas.  Se realizaron disparos que no impidieron que los cubanos siguieran su curso hacia la libertad. Tiempo después sabríamos que el Playa Larga había atracado en el Callao Perú, con daños pero sin bajas.

Aquella tarde antes del encierro habló el carcelero Sargento  IM. Sanhueza.  En una alocución llena de odio planteó que se había ofrecido voluntario para interrogar a los upelientos (partidarios de la coalición de Allende Unidad Popular), y que el se haría cargo de hacernos la vida difícil. Además hacia gala de que tenia la “mano pesada”.  El día anterior, este vil personaje nos trataba de “hijos míos”.

Dentro de las celdas platicamos sobre nuestras opciones. Era la noche mas larga que recordamos. Según las informaciones, seriamos fusilados. En una de las celdas pequeñas el compañero  (hermano) Córdova leyó algunos pasajes de su biblia referente a hacerse invisible y luego dio su  bendición  a sus camaradas ante la posible ejecución. Otros desarmaron partes de las literas para proporcionarse partes metálicas para ser usados en la defensa. En la celda grande donde yo estaba, pensábamos que si esa noche se abría la celda a deshora, atacaríamos con las piedras, fierros y algunos cuchillos que teníamos a mano y trataríamos de revertir la situación. Aunque las posibilidades eran pocas,  haríamos difícil el trabajo de los cosacos. En esa misma idea el marinero Juancho (Fernández) planteo que debíamos dormir vestidos “por si las moscas” y además  debíamos  poner nuestro nombre en papelitos dentro de la ropa interior y calcetines ya que seria mas fácil que se nos identificara en el caso que se nos fusilara. Muchos así lo hicimos.  Escribí mi nombre en unos cuatro pequeños papelitos y los repartí en mi camisa, uno en cada pie y el otro en mi calzoncillo Después nos dimos un gran abrazo de despedida lo cual fue muy emocionante para los que allí estábamos.  Acto seguido  Ernesto Zúñiga planteó que debíamos morir con las botas puestas a lo que se replico que debíamos ensayar algunas consignas antes de morir como “Que viva el presidente Allende”, “Abajo los traidores” y  “Que viva Chile”.

Esa noche fue la mas largas que tenga memoria. Pensé mucho en mi familia y las palabras de mi padre de que en la historia de los trabajadores el sacrificio de algunos abonaría el camino de los que vendrán y de que si me llega la hora de morir estaré en el lado correcto de la historia, junto a mis camaradas, junto a los míos.

Ernesto dormía en la cama continua; platicamos hasta muy tarde, repitiendo varias veces que debíamos morir dignamente. Algunos se quedaron guardando la puerta. Recuerdo que “Juancho” y otros hicieron la primera guardia. Desperté muchas veces con sobresaltos para escuchar la voz amigable de un camarada “tranquilo Jimmy …no pasa nada”.  Aunque nada pasó esa noche, el rumor perduraría durante los 9 meses posteriores  en que la infantería de marina fue nuestro carcelero .

Al día siguiente en la formación de las ocho de la mañana, se nos catalogó de prisioneros de guerra.  Fue en ese momento que alguien menciono a la docena de compañeros que una semana antes habían sido enviados a la cárcel del puerto y de los cuales no sabíamos su situación.

El efecto inmediato del drama que vivíamos se acentuó con la desparición de todos nuestros abogados, ya que empezaron a ser perseguidos, se nos despojó de todos los diarios, revistas y libros  que teníamos.

Los días posteriores nos mostró una Armada de Chile que se ensaño con su propio pueblo. El Cuartel Silva Palma se transformó en un antro del dolor, el mal trato se generalizó.  Se habilitaron celdas pequeñas para incomunicación en el techo del edificio, a la vez, la Academia de Guerra Naval; un edificio contiguo, empezó a ser usada como cámara de torturas.  Por problemas de capacidad (creo) se trasladaban prisioneros entre los dos edificios. Es por ello que muchas veces vimos a oficiales como el teniente Benavides hacer esta tarea, hombres o mujeres con sus manos en la nuca bajando por las escaleras y dicho oficial golpeándolos con sus pies o con una carabina Garant M1.  Como fue el caso del suboficial electrónico Treviño de la escuela de telecomunicaciones, el  venia con su uniforme desgarrado de los símbolos y grados , el teniente venia detrás de él insultándolo y golpeándolo hasta introducirlo en una de las celdas del techo del cuartel.

Creo que al segundo o tercer día se nos ordenó sacar mesas, sillas y algunos utensilios desdel comedor de marineros  lo cual nos tocó a Nelson Córdova y yo, ya que éramos los rancheros; teníamos que servir el rancho o comida.  Al rato fueron traídas un grupo de mujeres prisioneras las que fueron encerradas en el comedor.  En la tarde tuvimos que regresar los utensilios al comedor y al hacerlo logre entablar un dialogo con las compañeras (luego de romper el hielo), les dije que nosotros también estábamos prisioneros y que éramos los marineros anti golpistas. Ellas me dijeron que venían de la Esmeralda , donde habían sido torturadas y algunas de ellas violadas.  Además habían escuchado que a nosotros se nos había fusilado en la mañana del 11 septiembre.

El día Viernes 14 de Septiembre en la tarde se empezaron a oír disparos por lo que se nos ordenó que nos dirigiéramos a nuestras celdas o dormitorios mientras nuestros carceleros corrían con sus HKs a tomar posiciones detrás de los muros donde se parapetaron.  Los disparos se intensificaron para luego transformarse en un tremendo traqueteo de armas automáticas. Escuchábamos los diálogos de los cosacos que se gritaban unos a otro “disparen hacia allá abajo”, “en el techo de los arsenales”, luego sentíamos que se disparaba en dirección de nuestra posición. Ellos estaban en el techo de nuestra celda.  Algunos de nosotros nos preparamos mentalmente para un rescate que pensamos que venia ya que la noche anterior escuchamos en una radio argentina que el general Prat venia desde el sur con unos regimientos leales lo que causó una gran algarabía y un uuurrraaa por el general constitucionalista .

De pronto vimos que algunos compañeros se encaramaron como gatos para mirar por un agujero que había entre unos bloques de cristal, cuando el cabo Ramírez espeto “Bájense de allí huevones! Una bala puede atravesar fácilmente los bloques de vidrios!!”. Queríamos ver la llegada de los compañeros..

En esta situación, los marineros anti golpistas constitucionalistas estuvimos hasta el 22 de Octubre. En mi caso, desde el 6 de agosto. Fueron 77 días  que marcaran mi vida por siempre. Posteriormente se nos trasladó a la cárcel publica de Valparaíso en donde se nos condenó en primera instancia a penas altísimas en un proceso lleno de irregularidades. El juez naval pedia mas de 20 años de cárcel para Juan Cárdenas, 15 años para los que nos reunimos con el Senador Altamirano y 10 para el grueso de mis camaradas . La corte a la larga reduciría las penas pero en los años posteriores, seguiríamos un camino de cárceles y campos de concentraciones por cinco años mientras nuestro querido país se sumía en una larga noche de terror que duraría 17 años.

El año 78, estando en la penitenciaria de Santiago, luego de pasar por diferentes lugares de reclusión, se produjo la amnistía por lo cual los últimos 8 marinos, el sargento de maquinas Juan Cárdenas, cabo radiotelegrafista Pedro Lagos, cabo artillero Alberto Salazar, cabo artillero Juan Roldan , cabo electricista Pedro Blaset, marinero artillero  Sergio Fuentes, marinero mecánico artillero Jaime Salazar y marinero mecánico artillero Ernesto Zúñiga, obtuvimos la libertad tras 4 años 8 meses 15 días  de cárcel (1976 días).  A los pocos días de la amnistía la mayoría de mis camaradas tuvieron que abandonar el país. En el Chile de 1978 había que tener cojones para quedarse en el país, con una dictadura sangrienta, que no nos quería para nada.

Los  que se quedaron lo hicieron a riesgo de sus vidas como Alberto Salazar y Ernesto Zúñiga, ejemplares y queridos camaradas que ofrendaron sus vidas en la lucha contra la dictadura. Los demás fueron hostigados por las fuerzas represivas. Luis Rojo fue detenido por la CNI en Viña del Mar tras lo cual busco refugio en Australia, Carlos García también fue detenido y enviado a prisión por mas de 10 años. En mi caso, luego de un mes salí a California aprovechando la visa que Jimmy Carter me proporcionó para radicarme en California en donde he permanecido hasta ahora, construido mi vida y una hermosa familia junto a mi compañera-esposa norteamericana por 38 años que con amor y sabiduría ha sabido apoyarme en los traumas y resaltar las virtudes de mi experiencia.

Jaime Salazar

Ex-marinero  mecánico artillero – U4631

En Oakland California

 

Alberto Salazar Briceño Q.E.P.D

Sale en libertad el año 1978, un año más tarde sería ejecutado

Placa recordatoria en Concepción
Claveles en honor al cabo Alberto Salazar 2017. Fotos donadas por la Agrupación de Marineros Antigolpistas de Chile.

El atentado

A las 22,15 horas del 23 de Junio de 1979, Alberto Salazar Briceño “fue ejecutado, producto del estallido de una bomba en el centro de la ciudad de Concepción, por agentes del Estado”, tal como lo afirma el Informe Rettig en su Volumen II, pags. 372 y 433.
El hecho criminal en contra de Alberto Salazar Briceño, fue presentado por la prensa de aquella época, como un lamentable accidente de manipulación. La versión oficial ampliamente difundida, se indica que “los extremistas” intentaban colocar una bomba en el local donde funcionaba Radio Nacional cuando ésta les estalló. Como consecuencia de este atentado se comunicó a la opinión pública de la detención de 10 personas que la CNI acusó de formar parte del grupo que planificó la operación.
Organismos defensores de los DDHH informaron que:
“Desmiente la versión oficial lo determinado en el proceso judicial iniciado a raíz de estos hechos. El día 11 de junio de 1980, fueron absueltos todos los involucrados al no acreditarles delito alguno.”
Alberto Salazar fue sometido a seguimientos, acoso y amenazas previas a los dos atentados que sufrió, el segundo con resultado de muerte por homicidio como lo definió el juez Luis Rodríguez Salvo.

Mientras tanto la investigación de las muertes permitió concluir judicialmente que ellas revestían las características de delitos de homicidios, sin existir eso sí antecedentes que permitiesen culpar a personas determinadas. Y fueron definidos como “casos con convicción
por muertes por explosión”. En mención a dichas conclusiones la Comisión Rettig adquirió la convicción de que Alberto Salazar e Iris Vega fueron ejecutados, en violación a sus derechos humanos y, atendiendo a su militancia y a la falsedad de lo señalado en el comunicado oficial, le atribuye sus muertes a agentes del estado.” (Archivos Vicaría de la Solidaridad  Concepción)
Por su parte, el ministro de la Corte de Apelaciones de Concepción, Luis Rodríguez Salvo, culminó su investigación sobreseyendo temporalmente la causa y determinando que la muerte de las dos víctimas mediante la acción de un artefacto explosivo “reviste las características de un homicidio,” sin embargo, no encontró antecedentes suficientes para inculpar a determinada persona como autor, cómplice o encubridor.

En ese contexto se puede afirmar que la situación en que muere Alberto Salazar Briceño, quien había permanecido cerca de cinco años preso bajo la Dictadura, en su condición de cabo segundo del destructor Blanco Encalada, es el resultado de un atentado terrorista que ocurre en Concepción el 23 de junio de 1979.

El hecho criminal en contra de Alberto Salazar, es presentado por la prensa oficialista de aquella época, como un lamentable accidente de manipulación. La versión oficial ampliamente difundida, se indica que “los extremistas” intentaban colocar una bomba en el local donde funcionaba Radio Nacional cuando ésta les estalló. Como consecuencia de este atentado se comunicó a la opinión pública de la detención de 10 personas que la CNI acusó de formar parte del grupo que planificó la operación.

Los organismos defensores de los DDHH expresan que se: “Desmiente la versión oficial por lo determinado en el proceso judicial iniciado a raíz de estos hechos. El día 11 de junio de 1980, fueron absueltos todos los involucrados al no acreditarles delito alguno.”
Mientras tanto la investigación de las muertes permitió concluir judicialmente que ellas revestían las características de delitos de homicidios, sin existir eso sí antecedentes que permitiesen culpar a personas determinadas. Y fueron definidos como “casos con convicción
por muertes por explosión”. En mención a dichas conclusiones la Comisión Rettig adquirió la convicción de que Alberto Salazar e Iris Vega “fueron ejecutados, en violación a sus derechos humanos y, atendiendo a su militancia y a la falsedad de lo señalado en el comunicado oficial, y le atribuye sus muertes a agentes del estado.”
(Archivos Vicaría de la Solidaridad  Concepción)
Por su parte, el ministro de la Corte de Apelaciones de Concepción, Luis Rodríguez Salvo, culminó su investigación sobreseyendo temporalmente la causa y determinando que la muerte de las dos víctimas mediante la acción de un artefacto explosivo “reviste las características de un homicidio,” sin embargo, no encontró antecedentes suficientes para inculpar a determinada persona como autor, cómplice o encubridor.

Las motivaciones

Hay varios aspectos que permiten afirmar que este atentado fue un acto criminal planificado por mentes frías y pervertidas para generar un impacto político más allá del asesinato de Alberto Salazar e Iris.

La utilización de explosivo para destruir los cuerpos, generar ruido e impacto; dejar los restos por horas en muros y alrededores para provocar miedo, pánico y terror.

Lugar: vereda sur a la altura del 774, de calle Maipú de Concepción, frente a las oficinas del desaparecido Diario Color.

Juez:        Ministro Carlos Aldana Fuentes, Ministro especial para los casos de violaciones a los Derechos Humanos de la Corte de Apelaciones de Concepción.

Investigador:     Inspector Juan Luis Fonseca funcionario de la Brigada de Derechos Humanos de la PDI de Concepción.

Abogado:              Señora Patricia Parra

Alberto Salazar es detenido en el Blanco Encalada el lunes 6 de Agosto de 1973 (Sin embargo en documento del proceso 3926-73 firmado por Enrique Campusano Palacio capitán de Fragata de Justicia Auditor Naval, Jorge Paredes Wetzer Vicealmirante, Juez Naval y Rafael Yussef Sotomayor Teniente 1º. JF, Secretario Subrogante, establecen que Alberto Salazar Briceño fue detenido el 8 de agosto de 1973) y enviado al Silva Palma junto a Juan Roldan; de noche son subidos a la Academia de Guerra. Luego de cinco días de continuos interrogatorios y sesiones de tortura, el viernes 10 de Agosto de 1973 son llevados a la base naval de El Belloto, en Quilpué desde donde son llevados maniatados a Carriel Sur de Concepción junto a Juan Cárdenas; Pedro Lagos; Alberto Eugenio Salazar Briceño; Jaime Salazar; Ernesto Zúñiga y Oscar Carvajal para ser sometidos a torturas en el cuartel Borgoño

Cabo Constitucionalista Alberto Salazar Briceño Q.E.P.D. Ejecutado junto a Iris vega Bizama  el 23 de junio 1979 a las 22:15 horas en la ciudad de Concepción.

Antonio Ruiz Uribe Q.E.P.D.

Extracto de Entrevista 

Jorge Magasich Airola

Antonio Ruiz y René Rojas

Realizada en Santiago, en casa de Antonio Ruiz, el 18-07-01

Durante la entrevista concertada con Antonio Ruiz llega de visita a su casa René Rojas Trincado. Gracias a esta feliz coincidencia, ambos responden a las preguntas en la segunda parte de la entrevista.

Antonio Ruiz. Cabo segundo en 1973. Ingresa a la Armada en 1965, con 16 años. Hace un año en la Escuela de grumetes, lo embarcan dos años y luego haces dos años de especialidad y subespecialidad. En 1968 egresa titulado en mecánica, especialista en control de fuego. Sirve hasta fines de 1971 en el destructor Riveros y luego en el crucero Prat. Participa en la reunión de organización del grupo en el restaurante Los Pingüinos. Sobrecargado de trabajo, no asiste a más reuniones. Se mantiene informado a través de contactos individuales. Es detenido en el crucero Prat la noche del 7 de agosto, torturado en el fuerte Borgoño. Hace tres años de cárcel. Se queda en Chile con graves problemas de salud. Con ayuda de la Vicaría de la Solidaridad consigue restablecerse, trabajar y, al mismo tiempo, terminar las humanidades. Consigue cursar dos años de universidad.

En el momento dar esta entrevista, Antonio Ruiz sufre de una enfermedad que le impide hablar fluidamente. Agradecemos vivamente el esfuerzo que realizó para grabar su testimonio.

René Rojas. Marinero primero en 1973. Hizo su servicio militar en la Infantería de Marina en los regimientos Miller en Viña del Mar (fuerte Vergara) y el Cochrane en Punta Arenas. Luego entra a la Marina a la Escuela de ingeniería naval. Luego es trasferido al destructor Williams (que en 1971 parte a Inglaterra para ser modernizado) y luego al crucero O’Higgins. Hasta hoy no le interesa la política y nunca asistió a ninguna reunión. En agosto 1973 después de escuchar una exaltada arenga de un oficial llamando a los marinos a participar en el golpe de Estado pregunta “¿y qué pasa si uno no está de acuerdo?” Eso le constará una “doble ración” de torturas en el fuerte Borgoño y 13 meses de cárcel y otros firmando. Se queda en Chile donde, como ex preso político, le es difícil reinsertarse.

Antonio Ruiz

–Describamos ahora tu situación ¿Cuándo y a que edad entras a la marina?

Yo ingresé a la Armada el año 65, en febrero. Y venía de un extracto humilde-medio donde toda mi familia era esencialmente demócrata cristiana. Con esa formación cívica ingresé a la Armada y ya me olvidé en la Armada de todo el acontecer cívico político que hay en ese entonces el año 65.

–Cuándo dice ingresar a la Armada ¿Qué escuela de la Armada hiciste?

Escuela de grumetes.

–¿Con qué especialidad?

Después  voy a estudiar… es un año, me acuerdo bien, que ese año 65 salimos experimentalmente todos en un año, porque habitualmente se hacen dos años. Salimos al servicio de la Armada y al segundo año de estar embarcado se va a cursar especialidad, siempre y cuando, amerite, [tenga mérito] en la lista que estaba, la lista uno. Fui… ingresar a la Escuela de especialidades de la Armada en las Salinas, (Escuela de operaciones y en ese entonces Escuela de telecomunicaciones) a estudiar un año control de fuego, mecánico electrónico con mención en control de fuego tipo inglés. Y ahí nos enviaban, al segundo año, a la Escuela de armamentos a estudiar en la subespecialidad “control de fuego”, nos especializaban en ese entonces, mecánicos electrónicos, con primer año, y en segundo año, en armamentos, se derivaban a la especialidad técnica que teníamos. En control de fuego, yo soy una suerte, en esta complejidad de dar en el blanco, es terriblemente complejo porque el buque se mueve a causa del balance y afectado por el viento. Yo ya sé que cursé esa especialidad egresando en los años 65 en la Escuela de grumetes, 66 embarcado, 67 y 68 egresé de mecánico con mención en control de fuego tipo inglés.

–¿Qué edad tenía entonces?

En ese entonces habían transcurrido cuatro años, ingresé de 17… 21 años. Ingresé a la Marino de 16 años, me pilló el tiempo, 17 años tenía entonces. Era una cosa curiosa porque el 3, que está de aniversario la Escuela de grumetes, el 3 de julio, y el 4 era mi cumpleaños, así que me puede venir celebrando mi cumpleaños número 17.

–¿Cuándo es la primera vez que escucha hablar o qué motivó finalmente su adhesión a la organización de los marinos?

Muchas cosas motivaron. Una de las cosas siempre… dada la efervescencia socio política que había en ese entonces (no nos olvidemos que estamos marcados por la influencia del año 70 cuando salió el doctor Salvador Allende como Presidente) vivíamos expectantes y en esa oportunidad que salió el doctor Allende, incluso vitoreábamos, siendo yo de formación demócrata cristiana, pero veía con mucho cariño, que se avecinaba una cosa buena para nosotros, porque el doctor Allende, una de las primeras cosas, fue el subir todos los sueldos de las ffaa  y… perdona, aquí tu pregunta…

–Si, ¿Qué motivó tu adhesión? Pero sigamos, el tema que desarrollases está interesante ¿Qué ocurrió en los navíos el 4 de septiembre?

Yo me acuerdo que andaba en el destructor Riveros, porque soy [control de fuego de] tipo inglés, (mi especialidad) el año 70. Nosotros tenemos en los comedores habitualmente televisores, de esa época. Estaban pendientes todos expectantes. Y nos quedamos los que podían, nos quedamos hasta última hora a ver el resultado. Y en mi buque, por lo menos, se vitoreaba.

¿En qué puerto estaban?

En Valparaíso. En ese tiempo. En el destructor Riveros. Y vitoreábamos porque no oía ningún oficial y no teníamos miedo de los suboficiales que habían. Era todo algarabía, todo. Incluso algunos ¡Hurras! y ¡Vivas! al Presidente Allende.

–¿Algún oficial reaccionó?

Tarde vivnieron a reaccionar, porque en ese entonces estaban preocupados en sus cámaras, reunidos en sus cámaras. Y nosotros nos desbordamos en la cámara del comedor, porque habitualmente estaba el televisor. No “salimos a la calle” dentro del buque, nos expresamos en el comedor. No exteriorizamos nada más.

– Volvamos a la pregunta anterior ¿Cuándo tomaste la decisión de adherir al movimiento que organizaban los marinos constitucionalistas?

El tema es … se podía decir que me interioricé de una escuela única que daba para mucho. Escuela única unificada, como se llama… la enu. Había el tema de la nacionalización del cobre. Fueron tantas cosas que me hicieron adherir a este movimiento que se venía espontáneamente… yo me acuerdo que yo disfrutaba mucho cuando en el parque… en Valparaíso, como se llamaba, la Plaza del Pueblo, el Parque Italia, que iban y venían una cantidad de artistas y disfrutaba mucho con eso, con Daniel Viglietti, con la Nueva Trova porque todo me llenaba de regocijo. Y nosotros veíamos que había contingente de paisano, (vestido de) muchos de ellos estaban ahí, disfrutando de la música. Y en general de la cultura. Porque en ese entonces había mucho efervescencia en lo cultural, obras teatrales, musicales, y nosotros nos fuimos integrando y eso hizo mayor sensibilidad en nosotros. Nosotros no fuimos una pieza más de ese engranaje, de la uña de la gran bestia que es la Armada. Nosotros nos sensibilizamos con esas cosas. Y con los temas de la enu por ejemplo, con la nacionalización del cobre y muchas otras cosas más. Veíamos con muy buenos ojos, incluso participando de las jap, porque se sabíamos que el problema del desabastecimiento que se producía en ese entonces era superfluo o llevado por los grandes… el desabastecimiento producido. Sabíamos fehacientemente nosotros quienes lo tenían y como apareció después de la semana del golpe, todas las mercaderías. Tantas cosas. Ya tomó forma a fines del 72, tanto en las escuelas como en la misma escuadra, porque son dos movimientos que surgen paralelos que se juntan, convergen.

– Eso es interesante ¿Por qué dos movimientos?

Porque uno nace de la Escuela de ingeniería, principalmente con la Escuela de operaciones hoy día. Y eso está substanciado en la causa rol 3941. Separamos los movimientos. Pero fueron acusados en última  instancia, igual que nosotros, por sedición y motín en le grado de frustración, como autores. Y por otro lado la escuadra, donde configuramos 55 marinos y seis civiles implicados. De toda la escuadra, tanto de Valparaíso como de Talcahuano, primera y segunda zona naval, y podría decir que confluimos. Pasamos campos de concentración, presidio y a todos nos torturaron. Esa es la causa común.

–Antes de llegar a eso describamos los movimientos ¿En qué momento sitúa su primera reunión, su primer contacto para adherir al movimiento?

El primer contacto… habían esporádicamente muchos contactos, por eso te digo que a fines del 72 o mediados del 72 ya habían, hablemos de “instigadores” al movimiento, que me captaban para ir a reuniones. Y la primera que asistí fue en el restauran de Los Pingüinos, tu debes saber.

–¿En la Plaza Echauren

Claro. No me acuerdo que fecha.

–Pero esa reunión en Los Pingüinos fue más tarde, fue el 73

Si, si.

–¿Esa fue su primera reunión?

Si, fehacientemente.

–¿Cuántos eran en esa reunión?

Eramos alrededor de 50 o más. No me acuerdo el número; pero una mesa la conformamos. Era una sala grande. Me atrevería a decir unos 50 al menos.

– ¿Qué se debatió además de los contactos políticos? ¿Cuál fue el temario? ¿Quién hizo uso de la palabra?

Yo la verdad es que tengo nebuloso en eso. Me acuerdo perfectamente de eso que me cayó mal. Pero fue el tenor de los contactos y me acuerdo algo que se planteó en esa reunión: ya se planteaba dar un pequeño golpe podríamos decir y surgieron algunas idea de encerrar a los oficiales y tomarnos la escuadra. Pero no se habló de matar oficiales ni de bombardear Valparaíso, como se… Pienso que a través de los apremios físicos lo dijimos en alguna oportunidad, algunos compañeros, pero netamente era dar aviso a los contactos que se hacían y esencialmente, tomarnos la escuadra y encerrar a los oficiales.

– ¿Y después?

Esto sería con concomitancia del resto de las ffaa y dando cuenta al Presidente en el fondo. Y después no sabíamos que hacer. Estábamos…

– ¿En qué momento escuchaste por primera vez una arenga golpista?

Eso comenzó a principios del 72 en reuniones divisionales que teníamos con el oficial a cargo. Primero se tocó muy sutilmente el tema de la enu y ya posteriormente fue la jap y a comienzos del 73, abiertamente se llamaba a la insurrección.

–¿Te recuerdas en qué términos se hacía y quién lo hacía?

Teníamos un oficial de división, pero eran invitados a esas reuniones divisionales otros oficiales. No me acuerdo el nombre del oficial, pero el oficial que teníamos a cargo de nuestra división era oficial de mar, (oficial de mar significa que de la Escuela de grumetes a la Escuela naval) en estos momentos no me acuerdo el oficial, era electrónico y se hablaba en ese entonces de la inteligencia también. Pero ese, me recuerdo, que a principio del 73 nos hablaba que teníamos “el deber y el derecho” argumentando la frase que sale en el escudo nacional “por la razón o la fuerza”, ese argumento… más fuerte pero… nada de eso…

–Los dirigentes comunistas y socialistas con que te contactaste ¿Qué respondían respecto a las aspiraciones de los marinos?

Teníamos muchas inquietudes, pero nunca las vaciamos completamente. Porque yo por los menos me cuidaba. Que no iba a ser imprudente en la que iba a decir, salvo que en una oportunidades me dieran confianza como militantes. No tuve el placer de conocer un dirigente connotado. Y me cuidaba mucho en mis expresiones, si me preguntaban de la enu, daba mi opinión. Me cuidaba mucho de no ser insurrecto. Porque me podían acusar. Tenía mucho cuidado. Y lo que me libró, a pesar que mi contingente Teodosio (contingente del mismo año) me invitaba muchas veces. Yo me recuerdo que estaba el crucero Prat, en la toldilla fue la última invitación que me dijo. Pero yo en ese tiempo no podía porque estábamos en reparaciones. En Talcahuano habían chocado los buques y se habían incendiado y eso significaba…

–¿Qué buques? 

El Cochrane con el Prat. Pasaron muchas anomalías en ese entonces. Me figura que no era tan providencial, los choques…

–¿Por qué?

En el 72 estábamos haciendo maniobras afuera de Valparaíso –20 millas– y chocan dos [aviones] Hawker Hunter, se salvaron los dos pilotos por supuesto. Uno se salvó. Y hay choques de buques, me recuerdo, el año 73 en febrero parece que fue el choque. Y de ahí nos fuimos a Talcahuano en reparaciones. Me imagino que querían… no sé con que intenciones. Eso iba gravándose al erario nacional. Pero pasaban cosas curiosas, porque el oficial que iba a cargo de la cic, que es la Central de Informaciones de Combate, que es el cerebro del buque, de guardia en esa noche, en esa madrugada, en vez de ser castigado o sumariado se le premió con la búsqueda del almirante Latorre en Suecia. Lo va a buscar.[1]

–¿Participaste en famoso bandejazo? Yo sé que hubo uno en el almirante Latorre…Pero ¿en otros movimientos de ese tipo?

No tuve la oportunidad, porque yo hasta el egreso a fines el 68. El 69 en comienzos me fui al destructor Riveros y ahí, un buque chico de una dotación de 250 personas, es más estrecha la convivencia. Me explico: se sabe todo. En cambio cuando llegué a fines de los 71, al destructor [crucero] Prat, ahí había una tripulación de más o menos mil. Con el jefe de estado mayor de la escuadra.

– ¿Supiste de reuniones conspirativas de los oficiales, o fuiste testigo de algo?

No, pero se sabía directamente por las reuniones divisionales.

– Explica: Reuniones divisionales para un no marino, ¿Qué es los que es?

Las reuniones divisionales: cada unidad o buque tiene divisiones internas, los de cubierta, armamentos estábamos conformados en el cl Prat. Teníamos 5 divisiones de armamento: una en proa, que era la primera, otra en toldilla a la cual pertenecía yo, la segunda, y tercera y cuarta era en antiaéreo por los lados, por los costados, babor y estribor, y la quinta división era conformada por infantes de marinas que tenían las ametralladoras punto 20mm. Esas son las divisiones internas que decíamos, en armamento.

–Perdón, ¿y la gente que está abajo, en la máquina?

También tenían divisiones. Te hablo de armamentos. Y cada oficial estaba a cargo de una división.

–¿Qué ocurría en las reuniones divisionales?

Sabíamos fehacientemente que a partir del año 72 a mediados del 72 ya marcadamente los oficiales hacían arengas golpistas. Incluso muy sutilmente, como te decía antes, partió de la enu, jap y a partir del 73, abiertamente, por que tenían el “deber y la obligación” argumentando eso.

–¿Te recuerdas del contenido de las frases que pronunciaron?

Me acuerdo que daban el emblema nacional, por decir una cosa, la frase que dice “por la razón o la fuerza”. Argumentos no tenían, al punto que nosotros sí teníamos el argumento. Pero hasta ahora no hay una conciencia acabada de eso. En ese entonces menos la teníamos. Surgió del movimiento espontaneo, como te quería decir, por una conciencia de clases, si podemos decir. Empezó por la cosa reivindicativa que nosotros aspirábamos a tener igualdad en lo social, en las clases. Pero posteriormente ya nos embarcamos en este movimiento.

–Un detalle que olvidé de la reunión de Los Pingüinos: ¿A que hora fue y cuánto tiempo duró?

En la tarde, como a las 7. Duraría más o menos como dos horas.

[casete 1, lado 2]

– La reunión del Los Pingüinos ¿Quién la convocó? ¿quién tomó la iniciativa de realizarla?

No me acuerdo, pero a través de… sé que uno que invitaba, que convocaba frecuentemente era Teodosio Cifuentes. Pero yo no me recuerdo haber sido invitado por él, me parece que fue Miguel González.

– El 29 de junio, el Tanquetazo, ¿Ocurrió algo en la unidad en que estabas?

Con mucho estupor recibimos la noticia de los acontecimientos que estaban siguiendo por radio pero… hay creciente preocupación de los compañeros del movimiento propiamente tal, porque yo estaba a esa fecha –no te olvides tu– que preocupado haciendo las 8 horas hasta las doce de la noche y los compañeros posiblemente tuvieron la oportunidad de conversarlo más detenidamente. Recuerdo que yo en mi caso recibí las noticias por la radio y dado que no me dejaban salir, estaba en mi pega preocupado, quizá los compañeros tomaron alguna determinación, no lo sé.

– ¿Te enteraste de los contactos con dirigentes políticos, la reunión con Miguel Enríquez, Altamirano y Garretón?

La verdad que no. Porque estaba imbuido como te digo, de mayo. Después me vine a enterar.

–Pasemos ahora al arresto ¿Cuándo te arrestaron?

El día… el la noche… tengo la duda, del 7 o del 8 de agosto. Yo me recuerdo que estaba en mi trabajo, yo trabajaba en la central de artillería donde están las computadoras, teníamos una salita como esta, interpretando planos.

–¿A bordo?

Si, si, del cl Prat. Y teníamos un oficial a cargo y nosotros sabíamos que ya habían partido las detenciones practicadas el 5 de agosto, en Valparaíso. Así que se nos hacía así. Pero cuando me llegan a buscar acompañado por un oficial de inteligencia y cosaco además (infante de marina). Y me dicen el oficial a cargo que estaba: “vamos a hacer una comisión de servicios”, me ordena. Yo le pregunto (me pareció extraño a esa hora, como las ocho y media o nueve después de la cena) “déjeme ir a buscar una parka o chaquetón”. “–No, así no más”. Cruzando el portalón que es el que comunica a los buques de tierra, porque estábamos en dique seco, me pareció extraño una line que estaba de los cosacos.

–¿Una qué?

Una line, de esas camionetas. Y me pareció extraña porque hay que salir documentado. Me subieron a una camioneta y el oficial infante de marina se sentó atrás conmigo y el oficial y el chofer iban sentados adelante. Y se me ocurre preguntar adonde me llevan a hacer la comisión de servicios. “No se haga problemas”. Hasta ahí fueron los tratos y enfilamos, saliendo del apostadero naval hay un camino hacia la península de Tumbes que queda en Talcahuano. Y nos fuimos al fuerte Borgoño. Me hicieron bajar, todo esto con buenos tratos, y me traicionaban las piernas, ya a mitad camino cuando enfilamos, tomamos rumbo al fuerte Borgoño, yo sabía lo que me esperaba. Y tratando de darme ánimo, que no me temblaran las piernas ni me temblara la voz, pregunté: “¿Qué clase de comisión de servicios?” No me hicieron caso. Nos bajamos y ahí en el fuerte Borgoño nos estaba esperando un pelotón de infantes de marina. Y hasta ahí recuerdo los buenos tratos. Me entregaron a la guardia y se dejan caer como perros hacia mi persona. Me hicieron desnudar y haciéndome interrogatorio de tiempo de guerra: “nombre, grado, serie” y me hacían repetir innumerables veces estando yo… y con culatazos y golpes.

Se integra a la reunión René Rojas Trincado

– Llega, por buena suerte, a esta reunión René Rojas Trincado. Vamos a hacerle preguntas a los dos… Sigamos con el momento de la detención ¿Te recuerdas del oficial que estaba a cargo de la patrulla?

Era un oficial infante de marina pero era de dotación del cl Prat, me acuerdo. Rojas a lo mejor lo conoce.

–¿Y quién estaba a cargo del Fuerte Borgoño? ¿Quién lo comandaba?

Rojas. Estaba a cargo Luis Kohler Herrera. Él es el jefe directo de todo lo que se hizo ahí. Es un capitán de corbeta. Era en ese tiempo capitán de corbeta.

– ¿Pero no era él el que comandaba el Fuerte Borgoño?

Rojas. No era él el que comandaba el Fuerte Borgoño, si no que era parte del regimiento.

–¿Y quién era el comandante?

Rojas. Yo ahí no me recuerdo, realmente no recuerdo. Y después de ahí sale a relucir los que más dieron [torturaron], fueron el teniente Boetsch, un teniente segundo, y un teniente primero Alarcón, le decían “pata de cacho”.

–Alarcón ¿Te acuerdas de su nombre?

Rojas. No, no me acuerdo el nombre.

– ¿Y el primero?

Rojas. Boetsch, tampoco. Porqué yo los recuerdo a ellos, porque resulta que antes de ser náutico yo fui infante, infante de marina. Y justamente el que fue instructor del contingente ese era el teniente Boetsch, el fue un instructor de nosotros, fue instructor de una sección. No fue directo mío pero yo lo veía en el Miller, en el regimiento Miller de Viña. Ahí yo estuve, después me fui transbordado a Punta Arenas y en Punta Arenas tuve la ocasión de conocer a Luis Kohler Herrera y al teniente Alarcón. En ese tiempo era teniente Luis Kohler Herrera. Después del 73 era capitán de corbeta ya. Había ascendido. Ahora, yo cuando me torturó, me torturaron a mi yo le decía “mi capitán, si yo no tengo idea, no tengo idea de nada de los que Ud. me está diciendo.” Me preguntaban por “Marx y Lenin” y yo juraba, les decía que no los conocía, porque jamás había participado en una reunión política y no me interesaba mayormente la política, hasta el día de hoy. Pero lamentablemente me dijo ahí “como sabís que soy capitán…” por las de tu madre. Y yo le dije “si yo también fui infante y Ud. fue instructor mío”. Ah y ¿Dónde estuviste tu? En el Miller y en el Cochrane en Punta Arenas. Y ahí dijo “ración doble porque este sabe lo que le va a pasar; está estrenado para eso”. Y ahí comenzó la tortura sistemática, tanto de palabra, puñetes, submarino y una serie de cosas que… Incluso llegaron a ofrecerme que si quería irme a un país del exterior, ellos mismos se encargaban de asilarme, pero yo sabía que era mentira. Todo eso era falso, tan falso como que nos estaban acusando que éramos… por lo menos a mi me decía que yo era del mir. Jamás yo había participado en una reunión y jamás había hablado de política dentro del buque, menos en un buque.

– ¿Es cierto que nunca estuviste en una reunión?

Rojas. Jamás nunca tuve una participación en ningún tipo de participación, ya sea política ni con compañeros míos de armas, a no ser que en las instrucciones divisionales que se hacían dentro del buque… y en una oportunidad

–¿ En cuál buque estabas?

Rojas. O’Higgins. El cl O’Higgins. Yo era dotación del Williams, íbamos a buscar al Williams a Escocia. Y ahí el oficial de división mío, que era un teniente segundo, Charles de Gouler[2] nos hacía las arengas golpistas. Y en un momento dado, yo no sé si ahí quedé marcado, le pregunté “Bueno, ¿Y el que no quiere irse al golpe?”. El que no quería plegarse al golpe, ellos me dijeron “bueno, tiene que plegarse de todas maneras”. “¿Y el que no?”. “El que no sencillamente se va por el portalón”. “Pero yo me imagino que así tan abiertamente no creo”. “Se va con un par de tiros en la espalda”. Esa fue la respuesta que me dio el oficial de división mío en ese minuto.

– ¿Como dice que se llamaba?

Rojas. Charles de Gouler.

–¿Qué decía en sus arengas exactamente?

Rojas. Bueno, al tiempo que corremos ahora… Nos decían que los upelientos… hablaban en contra del “gobierno marxista” que era Allende, que por eso estábamos lo que estábamos pasando, que no había mercaderías, no había ningún tipo de cosas y que se estaban saliendo ya de la constitución. Más realmente no podría decirle, que otro tipo de tema

–¿Dijo que la Armada tenía que intervenir?

Rojas. Dentro de sus arengas pienso yo que sí. Porque ya han pasado tantos años que eso ya no… como eran cosas que no me gustaban, no participaba yo en ese tipo de cosas. Pero si en las instrucciones de divisiones, que fue la única que tuve yo, dicho sea de paso, porque hacía un mes que había llegado transbordado a ese buque. No conocía mucho el ambiente dentro.

–¿Te recuerdas cuando fue, la fecha?

Rojas. La instrucción divisional tiene que haber sido como en 4 o 5 de agosto.

–¿Después del Tanquetazo

Rojas. Si, fue después porque en esos días hubo un allanamiento general dentro del buque. A todos nos allanaron en el buque.

– ¿El buque estaba en Talcahuano?

Rojas. Estaba en Talcahuano, estaba en reparaciones. Y además de eso que nunca salió a flote tampoco.

–¿ El O’Higgins?

Rojas. El O’Higgins, claro. Después de ahí ya… inclusive, ese mismo oficial, después cuando caí detenido, tiene que haber sido del 10, el 12 de agosto, él fue a orden y seguridad donde estaba detenido y él me ofreció la ayuda. Decía que no podía creerlo que yo estaba metido en la que estaba, porque él como oficial y oficial de división mío directo me podía defender. A esa altura uno ya consideraba que era un traidor; después que te pegan, después que te pegan, te vienen a ofrecer ayuda, eso es más que nada yo pienso que…

– Cuando te dijeron “doble ración, este sabe lo que le espera”, en la instrucción de los infantes de marina ¿hay algo de eso?

Rojas. Si. El campo de prisioneros.

–¿En qué consiste esa instrucción?

Rojas. Más o menos, más o menos, la instrucción del infante cuando a uno le hacen el campo de prisioneros a uno lo tratan en la misma forma que… por supuesto que no llega a ese tipo de gravedad, de torturarlo, pegarle tanto, o sea meterlo al agua; eso sí, hacerle picadero, ejercicios sobre medida, ya cuando uno ya no aguanta más ya. Los cosacos, los infantes, la mejor preparación que tienen es en cuanto a estado físico y resistencia física también. No porque uno vaya a hacer el servicio militar deja de pasar eso, lo pasa igual, y tienen el mismo tipo de instrucción de un comando.

–Sigamos con la detención de Antonio Ruiz; llegamos al fuerte Borgoño, te golpea la patrulla ¿Y entonces?

Ruiz. Y de ahí nos pasan simulando un tratamiento de guerra porque es cierto que, nos pasan a la ciudadela, como la nombraban ellos, que es donde simulando una calle, mediaguas [habitación de planchas de madera] casamatas, y ahí hacían un centro de antidisturbios y anti ¿Cómo le llamaban? Entonces fuimos de conejillos de India para esos tratamientos que les daban ellos, que mejor que nosotros, pero no tuvieron ninguna contemplación, porque ahí mismo nos practicaron las torturas y yo me recuerdo que la noche del 6 o del 7…

Rojas. Del 7

Ruiz. A eso de la madrugada, serían… perdí la noción del tiempo, pero yo me atreví a interpelar al oficial que estaba en esos momentos a cargo de las torturas. Porque eran tantas las amenazas de muerte que nos hacían, nos metían en un tambor de 200 litros, inmersos con excrementos, con orina y barro y nos golpeaban en la boca del estómago antes de meternos al tambor, que era prácticamente insoportable. Y le dije entonces: ¡Mátame concha de tu madre! Lo increpé y lo desarmé porque no supo que hacer. Algunos instantes pasaron y en vista que seguían las torturas, seguían metiéndome al… querían ver si yo había estado en Los Pingüinos, que si conocía a este, me desvanecí fingiendo, porque a esa altura no estaban preparados psicológicamente para las torturas. Y me dijo el oficial que estaba a cargo de los cosacos “déjenlo ahí, déjenlo ahí, tráiganle una frazada”. Yo me reía para mis adentros; me traicionaba solo porque temblaba de frío, no sé si de frío o de miedo. Quizá riéndome de mis torturadores. Pero logré descansar me acuerdo por media hora. Y ahí aparece en escena Rojas Trincado, que yo lo conocí precisamente esa noche. El se puede encontrar más de los entretelones.

–¿Qué te preguntaban?

Ruiz. Me preguntaban si conocía… primero por la reunión de Los Pingüinos y innumerables cosas, si formaba una célula y si íbamos a matar oficiales, íbamos a bombardear Valparaíso, y contactos principalmente. Si conocía a Cordero, Rojas Trincado, ni me acuerdo ya.

–¿Y luego? ¿Después donde te llevaron? ¿Qué ocurrió?

Ruiz. De ahí pasamos… corrígeme tu Rojas Trincado, a la mañana siguiente, o en la tarde o al medio día…

Rojas. En la mañana, en la mañana nos llevaron a tomar desayuno. En el circim

–¿El circim?

Rojas. Centro de instrucción reclutas del cuerpo de infantería de marina. Eso queda en Talcahuano. Y de ahí nos dieron café con leche y un pan y después nos pusieron detrás de una edificación a tomar un poco el sol porque estaba como que se escondía y no se escondía el sol creo, era bien frío. Y nosotros estábamos ahí en pura manga de camisa y con pantalón, estábamos vestidos ya, por supuesto. De ahí no comenzaron a llevar de a dos a la Fiscalía Naval. Yo doy fe de lo que le pasó a Antonio porque yo lo vi cuando llegó al lado mío. Inclusive el venía fumándose un cigarro y me dio la cola a mi, me dio un par de chupadas, y por eso se fue de chalchazo él también, por haberme convidado a mi del cigarro. Por haber compartido un cigarro en ese momento de angustia que uno estaba. A mí ya me habían hecho el “tratamiento” ya. Yo estaba en espera de los acontecimientos porque yo pensaba por un momento dado que a mi me iban a matar. Esa es la realidad. No me habían sacado ninguna cosa, me hablaban si yo pertenecía a alguna célula, si tenía gente conocida en el mir, y siempre lo dije y hasta ahora lo voy a decir yo: no tuve nunca participación alguna en ningún tipo de reunión. A la vista está que me preguntaban por Marx y Lenín y yo decía “no los conocía”. Era lo primero, lo primero que a uno. Más adelante, cuando me haga la entrevista respectiva a mi, vamos a ir paso por paso lo que aconteció en esa fecha. Es importante para mi aunque me caga un poco la psiquis pero… en todo caso hay que decir la verdad. Si yo dije la verdad en ese minuto porqué no puede decirla ahora. Ahora no me están apremiando, ninguna cosa.

– ¿Ustedes siguieron en Talcahuano o los llevaron a Valparaíso en algún momento?

Rojas. Yo estuve en Talcahuano. En Talcahuano yo caí el 7 de agosto, con fecha 8 de agosto pasé a la Fiscalía Naval. Quedé en libre plática. Nunca quedé incomunicado y con fecha primero de septiembre nos llamaron a retiro; nos llevaron la hoja de servicio para que firmáramos el retiro. Yo fui uno de los que insistí que no teníamos que firmar el finiquito. Y de ahí pasamos a la cárcel pública de Talcahuano. De ahí de Talcahuano, no estaba el sistema de seguridad (en la cárcel de Talcahuano me refiero) no estaba el sistema de seguridad para poder darle una seguridad nosotros y una seguridad a ellos mismos, me refiero a la gendarmería. Y ahí nos trasladaron a la cárcel pública de Concepción. De ahí no salí hasta creo que fue noviembre del 73 que me llevaron posteriormente a declarar por otros amigos, un amigo mío que estaba dentro de la Armada pero no tenía idea que podía estar metido en política. Pero ahí después me devolvieron a Concepción, estuve dos días afuera, al segundo día regresé a la cárcel de Concepción. Después ya no salí más hasta que me dieron la libertad. Fue él 8 de octubre del 74, a las siete y media de la noche salí libre. Libre entre comillas porque salí asustado de tantas cosas que nos habían dicho, nos contaban las mismas visitas de lo que estaba sucediendo afuera. Que en la realidad era efectivo. Después de ahí ya traté de hacer mi vida normal pero lamentablemente no fue así porque… pega entrada me pedían antecedentes, estaba con antecedentes. Me costó mucho insertarme en la sociedad. Además de eso nunca me quise ir, porque si yo nada hice, porqué tenía que… o sea en el momento mismo pensaba que si nada hice porque tenía que irme. Así que aquí estuve esperando lo que aconteciera pero… hasta el día de hoy no…

–¿Cómo fue el juicio? ¿Tuviste contacto con algún abogado?

Rojas. Bueno, claro que tuve contacto con abogado pero fue, pienso… fue más o menos como el dos o el tres de septiembre. Que fue Pedro Enríquez, un abogado de Concepción. Lamentablemente, el 11, el 12, el 13, llegó de nuevo al lado de nosotros pero no llegó como abogado si no que llegó como un preso. Lo tomaron preso en Concepción. Por el solo hecho de habernos defendido a nosotros. Después de ahí tuve contacto con un abogado que mi familia la puso, una abogada de Concepción. Y de ella no supe nunca más, no sé quien me defendió… o sea a la larga yo supe quien me defendió que fue un abogado era de Pro Paz de Valparaíso que era el señor Barraza. Pero él nunca habló conmigo y yo prácticamente antes que saliera la sentencia definitiva, ahí yo conversé con el señor Barraza y me dijo que lamentablemente ya no se podía hacer ninguna cosa, ni probar la inocencia mía, ninguna cosa. Porque nunca había conversado conmigo, además de eso lo que interesaba en el minuto era tratar de sacarnos de la cárcel y defendernos [de manera] que le diera el menos tiempo posible. Ahora si uno se quería ir era cosa de uno.

– ¿En tu caso las torturas se prolongaron cuando tiempo?

Rojas. En el caso mío fue ese día, nada más. Fue ese día el “tratamiento” que me hicieron a mí, después ya nunca más me volvieron a tocar. Hasta que, bueno, dicho sea de paso, yo estuve esa noche del 7 al 8 de agosto del 73, que esa fue la noche inolvidable, que pienso yo que nunca voy a olvidar el “tratamiento”, las tácticas, la técnica que usaron y el que me pegó, porque puedo decir, doy fe que solamente uno me tocó. Uno me pegó. El otro era el oficial “bueno” que era el Boetsch, que ese nunca me tocó tampoco. Pero el que a mi me tocó fue el teniente Alarcón, alias el “pata de cacho”. Kohler no me tocó, el solamente dio la orden que me dieran “ración doble” porque y sabía ya lo que iba a pasar, porque ya había pasado un campo de prisioneros anteriormente, pero en ejercicio, en ejercicio, nunca habíamos pasado en forma real.

– ¿En tu caso las torturas se prolongaron cuando tiempo?

Ruiz. Por la noche, caímos como a las 9 de la noche del día 7 de agosto del año 73 y puedo decir que casi toda la noche pasé con torturas, salvo que me di licencia, me desvanecí, pero siguieron las torturas hasta la madrugada. Y en ese encuentro recuerdo que me sacaron tapado con una frazada y ahí me recuerdo que me topé, ¿cómo a que hora sería eso?

Rojas. Tiene que haber sido como a las 4 de la mañana.

Ruiz. Tres de la mañana.

Rojas. A eso de las 6. A esa hora fue.

Ruiz. Y cuenta la anécdota de que por el cigarrito.

Rojas. Lo del cigarrito, o sea yo se lo dije anteriormente. Pero el llegó. Yo estoy en la casamata, adentro de la casamata, ya estaba vestido yo. Y yo lo único que quería era azotar la cabeza contra un pilar que tuviera punta cosa de romperme la frente. Romperme la frente cosa que me llevaran al hospital. Lo único que yo quería era que me llevaran al hospital porque me dolían las costillas. Pero en ese momento viene llegando Antonio Ruiz Uribe y viene fumando un cigarro.

Ruiz. Que me lo había pasado un cosaco; arriesgando que lo pillaran. Miró para todos lados y me dio la cortita. (una mitadita de cigarro). Porque me vio cagado en ese momento, se le ablandó el corazón.

Rojas. Y en ese momento llega al lado mío en la casamata, en la otra esquina. La casamata era, más o menos, de metro y medio por metro y medio. Si no eran tan grandes. Y el alto… uno tenía que andar más o menos encogido. Y él llega y me dice… Yo le pido la “cola”, yo le pido que me dé la cortita. Me da la corta. Y resulta que por haberme dado a mí la corta le pegan a él, un par de charchasos o no sé en el momento mismo, pero es que ya estábamos tan machucados que uno prácticamente –como estaba entumido– uno prácticamente pedía que la pegaran un par de charchasos para desentumecerlo un poco. Por que en la realidad de las cosas el “tratamiento” comenzó –y yo pienso que para todos fue lo mismo– apenas llegando al fuerte Borgoño. ¿Cierto? Llegando a las casamatas nos hacían desnudar al tiro. Y todo el “tratamiento” era desnudos, completamente desnudos. ¿Ya? Y ahí en la oscuridad ¿cierto? Te aparecen un par de gallos con muchos camuflados ¿cierto? Y dándote golpes con guantes y los guantes están mojados por supuesto, pienso –ahora, con el tiempo– que los guantes mojados no dejan huellas, no dejan huellas de los machucones. Y lo primero que hacen es preguntarte que a que célula perteneces y toda eso cuestión, y de repente un desubicado me dice,  “habla de Marx y Lenín” y yo le digo “si yo no los conozco”; “hábleme de Marx y Lenín”, “yo no los conozco, no los conozco” yo lo único que decía es “no tengo idea de que me están hablando”. Me preguntan por esos gallos y digo “no los conozco”, en mi ignorancia, de participación política nunca la había tenido, como decía anteriormente, y siempre lo voy a repetir lo mismo. Y ahí comenzaron aparecer unos nombres que era Aravena, Arestey y Domínguez, que fue los que yo inculpé. Porque yo digo honradamente, he conversado con ellos después, nunca antes los había conocido. Parece que todo eso fue un montaje para inculparlos a ellos. Porque lo que tengo entendido es que uno de ellos era universitario y tenían más estudios que nosotros mismos. O sea, más que nada eran intelectuales. Nosotros no. Además era tan “cabrito”.

–¿Cuántos años?

Rojas. Yo tenía 24 años. Y recién salido des cascarón prácticamente. Yo lo único que me interesaba era viajar. Por yo venía de la Escuela de ingeniería, yo hacía un mes que había llegado a ese buque. Y en un mes no voy a estar tan en conocimiento de un “plan subversivo”, porque como se ventila todo interiormente, el “Ancla 2”, el servicio de inteligencia naval que hay dentro, el contrainteligencia también, pero lamentablemente…

Ruiz. El “Ancla 51”.

Rojas. …lamentablemente ahí pagamos justos por pecadores. A la vista está que después me condenaron a un año tres meses, y eso fue con pena remitida. Porque estuve un año y tres meses adentro. Creo que me condenaron a dos años. El resto lo hice firmando. Y aquí me tienen. Pero en todo caso, el famoso cigarrito valió dos zumbas. Dos zumbas para dos personas.

Ahora, en relación a los cosacos, los infantes, digamos los de… como se les podría decir… cabo, sargento, suboficial, ellos lo único que hacían era sostener, sostenerlo a uno, y los que pegaban eran todos oficiales. Todos oficiales. Ahora todos podrán decir, ¿Cómo en ese momento vas a reconocer una persona? Bueno, yo los conocía personalmente ¿Cierto? Y además de eso que ellos, en el parche, o sea, todos llevan al lado derecho o al lado izquierdo, ya no lo recuerdo, el nombre, o sea el apellido solamente ¿Cierto? Estos caballeros tenían con tela adhesiva tenían tapado. Ahora, el Kohler pensó seguramente ¿Cómo sabe que yo soy capitán? Y él me hace la pregunta: ¿Cómo sabe que yo soy capitán? Yo fui infante. El error mío fue haber reconocido haber sido infante. Fui infante de marina, fui un conscripto claro, hice mi servicio militar, puta, con todas mis ilusiones, ¿Cierto? Con todas mis ilusiones hice mi servicio militar en la Infantería de Marina, que estoy orgulloso de haber prestado servicio en ella, pese a todo lo que pasó ¿Cierto? Y después de haber sido un servidor en la Armada, como simple marinero que era. Había cursado máquinas en la Escuela de ingeniería el año 72 y estaba haciendo carrera y eso era, porque me gustaba: me gustaba, me gustaba el uniforme, me gustaba lo que yo hacía en la forma profesional. Por eso mismo, por ende, no quise seguir en la infantería porque ahí era una vida de perros, porque son perros, lamentablemente, ellos cometieron la estupidez de haberme torturado y perdí la fe. Les perdí la fe. Ahora, ellos me hicieron hacer un juramento en el cual tenía que defender la Constitución y el Presidente… ¿Entonces en qué quedamos? Siendo infante, hago el juramento a la bandera, y después los mismos infantes tratan de desdecir lo que ellos mismos me enseñaron. Que no lo practicaron. Yo le digo en forma verbal todo esto, porque en la realidad no capto la idea. Si me hacen hacer un juramento como infante, después me cambio a náutico, y los mismos cosacos tratan de meterme en medio embrollo que no es Constitución ¿Entonces qué? Yo pienso que ahí a uno deberían adoctrinarlo, pasarle el código de justicia militar y además del código de justicia militar, enseñarle un poquito más de lo que es la Constitución.

– ¿A cuántos años te condenaron?

Ruiz. A tres años y un día. Claro, me quedaron debiendo 20 días, porque mi libertad se practicó a partir de la fecha 26 de septiembre, en circunstancias que yo había caído el 8 de agosto, el 7 de agosto del 73. Me condenaron a tres años y un día con el cargo de “autor por sedición o motín” en frustrado.  Lo más importante, al ingresar de la Escuela de grumetes a la edad de 15 años (o 16) sufrimos un gran cambio dentro de la poca formación cívica que teníamos a esa altura –a los 15 años. Enrolarnos en una institución castrense como la Armada, hay un cambio brutal si se quiere llamar, y seguir una disciplina estricta de corte vertical, nos cambió la vida pero nos adaptamos a eso siguiendo como corresponde la disciplina militar. Eso es un cambio substancial que nosotros sufrimos. Y el segundo golpe, que nos golpeó, es cuando caímos presos, conocimos otra realidad, nos apartamos de las filas de la Armada para pasar a las cárceles públicas en ese entonces. Ese fue un gran cambio en nuestras vidas. Y el tercer cambio, una vez cumplida la pena, porque todos cumplimos penas, en el caso de los tres años, y en el caso de los cinco años fueron conmutadas por la pena del extrañamiento. Ese es el tercer cambio, que nos golpeó porque tu sabes que en el exilio, aunque sean bien tratados, están desarraigados del amor popular que todos llevamos en el corazón. Y, los que nos quedamos acá, sufrimos. Yo por ejemplo sufría de ¿Cómo se llama eso? Paranoia. Y caí en una depresión a los pocos meses, encontrándome trabajando en Chile; me sentía perseguido. El doctor Almeida me acuerdo que me trató, siendo psicólogo o psiquiatra, no me acuerdo. Visité a la Vicaría de la solidaridad, en ese entonces, el año 77, en enero fue parece, nos trató por seis meses. Caí en una depresión maníaco depresiva que se llama y me introvertí, me cerré como ostra podría ser, pero no perdí el trabajo, porque sabía que era una buena terapia trabajar. Y entonces pasamos a otro estado de efervescencia, porque tu sabes que la depresión baja la animi [inaudible] a cero y sube un [inaudible] positiva, que viene siendo la efervescencia. Y ahí me fue bien. Me recordaba de todo. Me vi bien en los años (yo estaba terminando en el Luis Campino, un vespertino que en ese entonces estaba en [inaudible] con la Alameda); me iba bien, me sacaba buenas notas en cuarto medio, porque yo estaba terminando. Y fui presidente del centro de alumnos, me iba bien en mi trabajo, comencé a ganar plata y al próximo año ingreso a la universidad, me va bien en la prueba de aptitud, todo bien, con pequeñas “overchut” [recaídas] que podríamos decir, hasta que estaba en la normalidad. Presuntamente, yo fui favorecido, de la mano de Dios podría ser, porque de ahí para adelante me fue bien, tuve buenas pegas, gané mucha plata con el cambio del dólar a 39 pesos, me compré un auto, salí… viajé al Sur, hasta la décima región, fui vendedor viajero. Y me iba bien en la universidad, alcancé a estar dos años. Y aquí me tiene.

[1] Debe haber confusión de accidentes porque al Latorre lo van a buscar a Suecia en 1971.

[2] La ortografía es aproximada.

MATERIA               : SOLICITUD DE PERPETUA MEMORIA

PROCEDIMIENTO: VOLUNTARIO

SOLICITANTE       : ANTONIO CALIXTO RUIZ URIBE

I. : 4.740.668-4

INFORMACION PARA PERPETUA MEMORIA. SOLICITUD DE QUE SE RECIBA.

EN LO PRINCIPAL  : Información para perpetua memoria

PRIMER OTROSI    : Acompaña documentos

SEGUNDO OTROSI: Se tenga presente

J. L. CIVIL.

Antonio Calixto Ruiz Uribe, trabajador independiente, domiciliado en Diagonal Paraguay 445, Departamento A, comuna de Santiago; a US con respeto digo:

Solicito que se admita la información para perpetua memoria, de los testigos siguientes:

1º   Rene Alejandro Rojas Trincado: RUT 6.175.070-3, trabajador independiente.

2º   Víctor Alamiro López Zambrano: RUT 6.289.315-K, de profesión Ingeniero en comunicaciones.

Los testigos declararan sobre los siguientes hechos:

1.- De cómo es efectivo y le consta que en marzo de 1965 ingreso a la Escuela de Grumetes, de Isla Quiriquina, comuna de Talcahuano, como Aprendiz a Marinero, y con fecha 1º de enero de 1966 egreso con el grado de Grumete de la Armada de Chile, iniciándose la relación contractual con esta Institución de la Defensa Nacional

2.- De cómo es efectivo que entre 1966 y el 28 de septiembre de 1973, era miembro de la Armada de Chile, en calidad de Cabo 2º Mecánico Electrónico con mención en Control de Fuego.

3.- Que como es efectivo que como a mediados de julio de 1973, me encontraba prestando servicios en el Crucero Prat que se encontraba en Talcahuano, dotación a la que pertenecía.   Dentro de esta unidad, el Servicio de Inteligencia Naval (SIN) estaba operando para detectar a quienes no estaban de acuerdo con el Golpe de Estado, todos aquellos que simpatizaran con el Gobierno de la Unidad Popular, estaban siendo objeto de observaciones.

4.- De cómo es efectivo que, con anterioridad al Golpe de Estado, había un clima de persecución política al interior de la Armada Nacional.   Como consecuencia de este clima, un grupo de Suboficiales de la Armada Nacional fueron detenidos por el Servicio de Inteligencia Naval –SIN-, acusados de incumplimiento de deberes militares.

5.- De cómo es efectivo que el día 6 de agosto de 1973 en la formación de dotación general del Crucero Prat, el Comandante de esta unidad –Capitán de Navío Maurice Poisson- dio a conocer que se habían practicado algunas detenciones de marinos en Valparaíso.

6.- De cómo es efectivo que el jueves 8 de agosto del mismo año, como a las 21 horas, en circunstancias que me disponía a terminar el turno hasta las 24 horas en la Central de Artillería del Crucero Prat, el oficial a cargo de esta Central, -Teniente 2º Telecomunícate de Inteligencia Naval- me dijo que lo acompañara a una comisión de servicio.  Ya afuera de la Central, nos acompaño un Sub Teniente Infante de Marina de dotación del crucero, me hicieron subir a un Econoline de la Base Naval, donde nos esperaba un chofer del Centro de Abastecimiento y enfilamos los cuatro rumbo al Fuerte Borgoño.   Allí me entregaron a la Guardia, donde me aguardaba un batallón de Infantes de Marina en tenida de combate con sus rostros pintarrajeados, me hicieron desnudar a punta de golpes de bayoneta y culatazos, puntapiés, rodillazos y de puño.  Se practicaba  un interrogatorio por ese batallón de Infantes de Marina, dándome realmente un tratamiento de prisionero de guerra.

7.- De cómo es efectivo que, en el mismo Fuerte Borgoño fui conducido desnudo a punta de golpes ya descritos, a la Ciudadela donde practicaban los Infantes de Marina sus antidisturbios.   Allí fui victima de crueles torturas y vejámenes: me sumergían desnudo en tambor con excrementos y orinas; apagaban sus cigarrillos encendidos en mi cuerpo, me golpeaban en tórax, estomago, espalda y nalgas con guantes mojados hasta el punto que perdía el sentido -me desmayaba-, y así continuaron durante toda esa noche hasta la mañana del día siguiente.   Las torturas y vejámenes tenían por objeto incriminarme e inculpar a compañeros de supuestos hechos delictivos.

8.- De cómo es efectivo que la acusación que se nos formulo originalmente, consistía en incumplimiento de deberes militares.   El día 28 de septiembre se cambio esta acusación y me declararon reo por sedición y motín en el grado de frustración.

9.- De cómo es efectivo que en el transcurso del proceso fui dado de baja en forma temporal, y que de conformidad a las disposiciones reglamentarias que rigen a la Armada Nacional, fui dado de baja definitivamente en octubre de 1976 y condenado a tres años de presidio.

POR TANTO; Y de acuerdo con lo dispuesto en los Artículos 909 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.

Ruego a US. a admitir la información para perpetua memoria indicada, y oportunamente aprobarla y ordenar se me de copia de ella.

PRIMER OTROSI; Ruego a US. se sirva tener por acompañado los siguientes documentos:

1.- Fotocopia simple de C.I. de los testigos señalados en lo principal.

2.- Fotocopia de la Relación de los Servicios prestados en la Armada nacional, por el Cabo 2º (R) Antonio Calixto Ruiz Uribe.

El primero de derecha a izquierda, Antonio Ruiz Uribe en la cárcel de Valparaíso

Entrevista al cabo Antonio Ruiz Uribe el 13 de septiembre de 1998 (Q.E.P.D.) en el diario La Tercera de la Hora. Página 18 del suplemento “Reportajes”.

ANTONIO RUIZ, PRESIDENTE DEL PERSONAL EXONERADO DE LA MARINA:

“FUIMOS LOS PRIMEROS TORTURADOS EN LA ARMADA”

  •              Eramos 68 personas las que formamos parte de eso que se llamó un infiltración en la Armada. También nos llamaron ‘constitucionalistas’, porque fuimos los primeros en advertir que se gestaba un golpe. Caimos presos el 5 de agosto en Valparaíso y el 8 en Talcahuano. La gente de la Armada, que era simpatizante del gobierno de entonces, estaba siendo seguida por el servicio de inteligencia. Nosotros fuimos pioneros en ser torturados por la Armada.

Habíamos estado presos en la península de Tumbes (destacamento Borgoño, en Talcahuano) desde el 8 de agosto, pero ya estábamos en la cárcel de Concepción. Quedábamos 21, todos suboficiales. El 11 despertamos con los tiros. Los disparos nos despertaron antes de las seis. Era una paradoja, porque nosotros, que habíamos anunciado el golpe y nadie nos había creído, ya estábamospresos.

A eso de las ocho de la mañana llegó un *coronel de carabineros, del que no puedo recordar su nombre, y empezamos a transfigurarnos. Tuve una vivencia atroz, porque vi la muerte cerquita. Los carabineros relevaron a los gendarmes, que habían sido muy solidarios con nosotros.

Alrededor de las ocho y media nos reunieron en el patio y el coronel nos dió el ‘tratamiento’ que correspondía. Allanaron las celdas y pensamos lo peor cuando nos dijo que él se hacía cargo del presidio y que ‘ustedes van a pagar, pus cabritos’.                                                                                   “Nos hicieron el show del fusilamiento: de espaldas, con las manos levantadas y apoyadas en la pared. No nos vendaron, pero no podíamos ni mirar para el lado. Recuerdo que había un silencio sepulcral y ahí me vino la cercanía de la muerte, su cara. Empecé a ver toda mi vida pasar rápidamente delante de mis ojos. Sólo esperaba el golpe final que no llegó nunca. No sé por qué extraña razón no lo hicieron.

“Creíamos que fueron unos 15 minutos, pero pudo haber sido mucho menos. Lo que sí puedo asegurar es que fueron interminables. Después busqué un mecanismo de autodefensa, y me quedé dormido un par de horas. Así conseguí no seguir viviendo ese espectáculo”.

         *De acuerdo al testimonio de Carlos García se trataría del  Director regional de Prisiones, capitàn Rodolfo  Schmidling.

Tarjeta de la Cruz Roja. Comunicación de familiares con el detenido.
Cárcel de Valparaíso
Comunicación desde Inglaterra con el prisionero Antonio Ruiz Uribe

Rene Rojas Trincado

Extracto de Entrevista.

Por Jorge Magasich Airola

Antonio Ruiz y René Rojas

Realizada en Santiago, en casa de Antonio Ruiz, el 18-07-01

Durante la entrevista concertada con Antonio Ruiz llega de visita a su casa René Rojas Trincado. Gracias a esta feliz coincidencia, ambos responden a las preguntas en la segunda parte de la entrevista.

Antonio Ruiz. Cabo segundo en 1973. Ingresa a la Armada en 1965, con 16 años. Hace un año en la Escuela de grumetes, lo embarcan dos años y luego haces dos años de especialidad y subespecialidad. En 1968 egresa titulado en mecánica, especialista en control de fuego. Sirve hasta fines de 1971 en el destructor Riveros y luego en el crucero Prat. Participa en la reunión de organización del grupo en el restaurante Los Pingüinos. Sobrecargado de trabajo, no asiste a más reuniones. Se mantiene informado a través de contactos individuales. Es detenido en el crucero Prat la noche del 7 de agosto, torturado en el fuerte Borgoño. Hace tres años de cárcel. Se queda en Chile con graves problemas de salud. Con ayuda de la Vicaría de la Solidaridad consigue restablecerse, trabajar y, al mismo tiempo, terminar las humanidades. Consigue cursar dos años de universidad.

En el momento dar esta entrevista, Antonio Ruiz sufre de una enfermedad que le impide hablar fluidamente. Agradecemos vivamente el esfuerzo que realizó para grabar su testimonio.

René Rojas. Marinero primero en 1973. Hizo su servicio militar en la Infantería de Marina en los regimientos Miller en Viña del Mar (fuerte Vergara) y el Cochrane en Punta Arenas. Luego entra a la Marina a la Escuela de ingeniería naval. Luego es trasferido al destructor Williams (que en 1971 parte a Inglaterra para ser modernizado) y luego al crucero O’Higgins. Hasta hoy no le interesa la política y nunca asistió a ninguna reunión. En agosto 1973 después de escuchar una exaltada arenga de un oficial llamando a los marinos a participar en el golpe de Estado pregunta “¿y qué pasa si uno no está de acuerdo?” Eso le constará una “doble ración” de torturas en el fuerte Borgoño y 13 meses de cárcel y otros firmando. Se queda en Chile donde, como ex preso político, le es difícil reinsertarse.

Se integra a la reunión René Rojas Trincado

– Llega, por buena suerte, a esta reunión René Rojas Trincado. Vamos a hacerle preguntas a los dos… Sigamos con el momento de la detención ¿Te recuerdas del oficial que estaba a cargo de la patrulla?

Era un oficial infante de marina pero era de dotación del cl Prat, me acuerdo. Rojas a lo mejor lo conoce.

–¿Y quién estaba a cargo del Fuerte Borgoño? ¿Quién lo comandaba?

Rojas. Estaba a cargo Luis Kohler Herrera. Él es el jefe directo de todo lo que se hizo ahí. Es un capitán de corbeta. Era en ese tiempo capitán de corbeta.

– ¿Pero no era él el que comandaba el Fuerte Borgoño?

Rojas. No era él el que comandaba el Fuerte Borgoño, si no que era parte del regimiento.

–¿Y quién era el comandante?

Rojas. Yo ahí no me recuerdo, realmente no recuerdo. Y después de ahí sale a relucir los que más dieron [torturaron], fueron el teniente Boetsch, un teniente segundo, y un teniente primero Alarcón, le decían “pata de cacho”.

–Alarcón ¿Te acuerdas de su nombre?

Rojas. No, no me acuerdo el nombre.

– ¿Y el primero?

Rojas. Boetsch, tampoco. Porqué yo los recuerdo a ellos, porque resulta que antes de ser náutico yo fui infante, infante de marina. Y justamente el que fue instructor del contingente ese era el teniente Boetsch, el fue un instructor de nosotros, fue instructor de una sección. No fue directo mío pero yo lo veía en el Miller, en el regimiento Miller de Viña. Ahí yo estuve, después me fui transbordado a Punta Arenas y en Punta Arenas tuve la ocasión de conocer a Luis Kohler Herrera y al teniente Alarcón. En ese tiempo era teniente Luis Kohler Herrera. Después del 73 era capitán de corbeta ya. Había ascendido. Ahora, yo cuando me torturó, me torturaron a mi yo le decía “mi capitán, si yo no tengo idea, no tengo idea de nada de los que Ud. me está diciendo.” Me preguntaban por “Marx y Lenin” y yo juraba, les decía que no los conocía, porque jamás había participado en una reunión política y no me interesaba mayormente la política, hasta el día de hoy. Pero lamentablemente me dijo ahí “como sabís que soy capitán…” por las de tu madre. Y yo le dije “si yo también fui infante y Ud. fue instructor mío”. Ah y ¿Dónde estuviste tu? En el Miller y en el Cochrane en Punta Arenas. Y ahí dijo “ración doble porque este sabe lo que le va a pasar; está estrenado para eso”. Y ahí comenzó la tortura sistemática, tanto de palabra, puñetes, submarino y una serie de cosas que… Incluso llegaron a ofrecerme que si quería irme a un país del exterior, ellos mismos se encargaban de asilarme, pero yo sabía que era mentira. Todo eso era falso, tan falso como que nos estaban acusando que éramos… por lo menos a mi me decía que yo era del mir. Jamás yo había participado en una reunión y jamás había hablado de política dentro del buque, menos en un buque.

– ¿Es cierto que nunca estuviste en una reunión?

Rojas. Jamás nunca tuve una participación en ningún tipo de participación, ya sea política ni con compañeros míos de armas, a no ser que en las instrucciones divisionales que se hacían dentro del buque… y en una oportunidad

–¿ En cuál buque estabas?

Rojas. O’Higgins. El cl O’Higgins. Yo era dotación del Williams, íbamos a buscar al Williams a Escocia. Y ahí el oficial de división mío, que era un teniente segundo, Charles de Gouler[2] nos hacía las arengas golpistas. Y en un momento dado, yo no sé si ahí quedé marcado, le pregunté “Bueno, ¿Y el que no quiere irse al golpe?”. El que no quería plegarse al golpe, ellos me dijeron “bueno, tiene que plegarse de todas maneras”. “¿Y el que no?”. “El que no sencillamente se va por el portalón”. “Pero yo me imagino que así tan abiertamente no creo”. “Se va con un par de tiros en la espalda”. Esa fue la respuesta que me dio el oficial de división mío en ese minuto.

– ¿Como dice que se llamaba?

Rojas. Charles de Gouler.

–¿Qué decía en sus arengas exactamente?

Rojas. Bueno, al tiempo que corremos ahora… Nos decían que los upelientos… hablaban en contra del “gobierno marxista” que era Allende, que por eso estábamos lo que estábamos pasando, que no había mercaderías, no había ningún tipo de cosas y que se estaban saliendo ya de la constitución. Más realmente no podría decirle, que otro tipo de tema

–¿Dijo que la Armada tenía que intervenir?

Rojas. Dentro de sus arengas pienso yo que sí. Porque ya han pasado tantos años que eso ya no… como eran cosas que no me gustaban, no participaba yo en ese tipo de cosas. Pero si en las instrucciones de divisiones, que fue la única que tuve yo, dicho sea de paso, porque hacía un mes que había llegado transbordado a ese buque. No conocía mucho el ambiente dentro.

–¿Te recuerdas cuando fue, la fecha?

Rojas. La instrucción divisional tiene que haber sido como en 4 o 5 de agosto.

–¿Después del Tanquetazo

Rojas. Si, fue después porque en esos días hubo un allanamiento general dentro del buque. A todos nos allanaron en el buque.

– ¿El buque estaba en Talcahuano?

Rojas. Estaba en Talcahuano, estaba en reparaciones. Y además de eso que nunca salió a flote tampoco.

–¿ El O’Higgins?

Rojas. El O’Higgins, claro. Después de ahí ya… inclusive, ese mismo oficial, después cuando caí detenido, tiene que haber sido del 10, el 12 de agosto, él fue a orden y seguridad donde estaba detenido y él me ofreció la ayuda. Decía que no podía creerlo que yo estaba metido en la que estaba, porque él como oficial y oficial de división mío directo me podía defender. A esa altura uno ya consideraba que era un traidor; después que te pegan, después que te pegan, te vienen a ofrecer ayuda, eso es más que nada yo pienso que…

– Cuando te dijeron “doble ración, este sabe lo que le espera”, en la instrucción de los infantes de marina ¿hay algo de eso?

Rojas. Si. El campo de prisioneros.

–¿En qué consiste esa instrucción?

Rojas. Más o menos, más o menos, la instrucción del infante cuando a uno le hacen el campo de prisioneros a uno lo tratan en la misma forma que… por supuesto que no llega a ese tipo de gravedad, de torturarlo, pegarle tanto, o sea meterlo al agua; eso sí, hacerle picadero, ejercicios sobre medida, ya cuando uno ya no aguanta más ya. Los cosacos, los infantes, la mejor preparación que tienen es en cuanto a estado físico y resistencia física también. No porque uno vaya a hacer el servicio militar deja de pasar eso, lo pasa igual, y tienen el mismo tipo de instrucción de un comando.

–Sigamos con la detención de Antonio Ruiz; llegamos al fuerte Borgoño, te golpea la patrulla ¿Y entonces?

Ruiz. Y de ahí nos pasan simulando un tratamiento de guerra porque es cierto que, nos pasan a la ciudadela, como la nombraban ellos, que es donde simulando una calle, mediaguas [habitación de planchas de madera] casamatas, y ahí hacían un centro de antidisturbios y anti ¿Cómo le llamaban? Entonces fuimos de conejillos de India para esos tratamientos que les daban ellos, que mejor que nosotros, pero no tuvieron ninguna contemplación, porque ahí mismo nos practicaron las torturas y yo me recuerdo que la noche del 6 o del 7…

Rojas. Del 7

Ruiz. A eso de la madrugada, serían… perdí la noción del tiempo, pero yo me atreví a interpelar al oficial que estaba en esos momentos a cargo de las torturas. Porque eran tantas las amenazas de muerte que nos hacían, nos metían en un tambor de 200 litros, inmersos con excrementos, con orina y barro y nos golpeaban en la boca del estómago antes de meternos al tambor, que era prácticamente insoportable. Y le dije entonces: ¡Mátame concha de tu madre! Lo increpé y lo desarmé porque no supo que hacer. Algunos instantes pasaron y en vista que seguían las torturas, seguían metiéndome al… querían ver si yo había estado en Los Pingüinos, que si conocía a este, me desvanecí fingiendo, porque a esa altura no estaban preparados psicológicamente para las torturas. Y me dijo el oficial que estaba a cargo de los cosacos “déjenlo ahí, déjenlo ahí, tráiganle una frazada”. Yo me reía para mis adentros; me traicionaba solo porque temblaba de frío, no sé si de frío o de miedo. Quizá riéndome de mis torturadores. Pero logré descansar me acuerdo por media hora. Y ahí aparece en escena Rojas Trincado, que yo lo conocí precisamente esa noche. El se puede encontrar más de los entretelones.

–¿Qué te preguntaban?

Ruiz. Me preguntaban si conocía… primero por la reunión de Los Pingüinos y innumerables cosas, si formaba una célula y si íbamos a matar oficiales, íbamos a bombardear Valparaíso, y contactos principalmente. Si conocía a Cordero, Rojas Trincado, ni me acuerdo ya.

–¿Y luego? ¿Después donde te llevaron? ¿Qué ocurrió?

Ruiz. De ahí pasamos… corrígeme tu Rojas Trincado, a la mañana siguiente, o en la tarde o al medio día…

Rojas. En la mañana, en la mañana nos llevaron a tomar desayuno. En el circim

–¿El circim?

Rojas. Centro de instrucción reclutas del cuerpo de infantería de marina. Eso queda en Talcahuano. Y de ahí nos dieron café con leche y un pan y después nos pusieron detrás de una edificación a tomar un poco el sol porque estaba como que se escondía y no se escondía el sol creo, era bien frío. Y nosotros estábamos ahí en pura manga de camisa y con pantalón, estábamos vestidos ya, por supuesto. De ahí no comenzaron a llevar de a dos a la Fiscalía Naval. Yo doy fe de lo que le pasó a Antonio porque yo lo vi cuando llegó al lado mío. Inclusive el venía fumándose un cigarro y me dio la cola a mi, me dio un par de chupadas, y por eso se fue de chalchazo él también, por haberme convidado a mi del cigarro. Por haber compartido un cigarro en ese momento de angustia que uno estaba. A mí ya me habían hecho el “tratamiento” ya. Yo estaba en espera de los acontecimientos porque yo pensaba por un momento dado que a mi me iban a matar. Esa es la realidad. No me habían sacado ninguna cosa, me hablaban si yo pertenecía a alguna célula, si tenía gente conocida en el mir, y siempre lo dije y hasta ahora lo voy a decir yo: no tuve nunca participación alguna en ningún tipo de reunión. A la vista está que me preguntaban por Marx y Lenín y yo decía “no los conocía”. Era lo primero, lo primero que a uno. Más adelante, cuando me haga la entrevista respectiva a mi, vamos a ir paso por paso lo que aconteció en esa fecha. Es importante para mi aunque me caga un poco la psiquis pero… en todo caso hay que decir la verdad. Si yo dije la verdad en ese minuto porqué no puede decirla ahora. Ahora no me están apremiando, ninguna cosa.

– ¿Ustedes siguieron en Talcahuano o los llevaron a Valparaíso en algún momento?

Rojas. Yo estuve en Talcahuano. En Talcahuano yo caí el 7 de agosto, con fecha 8 de agosto pasé a la Fiscalía Naval. Quedé en libre plática. Nunca quedé incomunicado y con fecha primero de septiembre nos llamaron a retiro; nos llevaron la hoja de servicio para que firmáramos el retiro. Yo fui uno de los que insistí que no teníamos que firmar el finiquito. Y de ahí pasamos a la cárcel pública de Talcahuano. De ahí de Talcahuano, no estaba el sistema de seguridad (en la cárcel de Talcahuano me refiero) no estaba el sistema de seguridad para poder darle una seguridad nosotros y una seguridad a ellos mismos, me refiero a la gendarmería. Y ahí nos trasladaron a la cárcel pública de Concepción. De ahí no salí hasta creo que fue noviembre del 73 que me llevaron posteriormente a declarar por otros amigos, un amigo mío que estaba dentro de la Armada pero no tenía idea que podía estar metido en política. Pero ahí después me devolvieron a Concepción, estuve dos días afuera, al segundo día regresé a la cárcel de Concepción. Después ya no salí más hasta que me dieron la libertad. Fue él 8 de octubre del 74, a las siete y media de la noche salí libre. Libre entre comillas porque salí asustado de tantas cosas que nos habían dicho, nos contaban las mismas visitas de lo que estaba sucediendo afuera. Que en la realidad era efectivo. Después de ahí ya traté de hacer mi vida normal pero lamentablemente no fue así porque… pega entrada me pedían antecedentes, estaba con antecedentes. Me costó mucho insertarme en la sociedad. Además de eso nunca me quise ir, porque si yo nada hice, porqué tenía que… o sea en el momento mismo pensaba que si nada hice porque tenía que irme. Así que aquí estuve esperando lo que aconteciera pero… hasta el día de hoy no…

–¿Cómo fue el juicio? ¿Tuviste contacto con algún abogado?

Rojas. Bueno, claro que tuve contacto con abogado pero fue, pienso… fue más o menos como el dos o el tres de septiembre. Que fue Pedro Enríquez, un abogado de Concepción. Lamentablemente, el 11, el 12, el 13, llegó de nuevo al lado de nosotros pero no llegó como abogado si no que llegó como un preso. Lo tomaron preso en Concepción. Por el solo hecho de habernos defendido a nosotros. Después de ahí tuve contacto con un abogado que mi familia la puso, una abogada de Concepción. Y de ella no supe nunca más, no sé quien me defendió… o sea a la larga yo supe quien me defendió que fue un abogado era de Pro Paz de Valparaíso que era el señor Barraza. Pero él nunca habló conmigo y yo prácticamente antes que saliera la sentencia definitiva, ahí yo conversé con el señor Barraza y me dijo que lamentablemente ya no se podía hacer ninguna cosa, ni probar la inocencia mía, ninguna cosa. Porque nunca había conversado conmigo, además de eso lo que interesaba en el minuto era tratar de sacarnos de la cárcel y defendernos [de manera] que le diera el menos tiempo posible. Ahora si uno se quería ir era cosa de uno.

– ¿En tu caso las torturas se prolongaron cuando tiempo?

Rojas. En el caso mío fue ese día, nada más. Fue ese día el “tratamiento” que me hicieron a mí, después ya nunca más me volvieron a tocar. Hasta que, bueno, dicho sea de paso, yo estuve esa noche del 7 al 8 de agosto del 73, que esa fue la noche inolvidable, que pienso yo que nunca voy a olvidar el “tratamiento”, las tácticas, la técnica que usaron y el que me pegó, porque puedo decir, doy fe que solamente uno me tocó. Uno me pegó. El otro era el oficial “bueno” que era el Boetsch, que ese nunca me tocó tampoco. Pero el que a mi me tocó fue el teniente Alarcón, alias el “pata de cacho”. Kohler no me tocó, el solamente dio la orden que me dieran “ración doble” porque y sabía ya lo que iba a pasar, porque ya había pasado un campo de prisioneros anteriormente, pero en ejercicio, en ejercicio, nunca habíamos pasado en forma real.

– ¿En tu caso las torturas se prolongaron cuando tiempo?

Ruiz. Por la noche, caímos como a las 9 de la noche del día 7 de agosto del año 73 y puedo decir que casi toda la noche pasé con torturas, salvo que me di licencia, me desvanecí, pero siguieron las torturas hasta la madrugada. Y en ese encuentro recuerdo que me sacaron tapado con una frazada y ahí me recuerdo que me topé, ¿cómo a que hora sería eso?

Rojas. Tiene que haber sido como a las 4 de la mañana.

Ruiz. Tres de la mañana.

Rojas. A eso de las 6. A esa hora fue.

Ruiz. Y cuenta la anécdota de que por el cigarrito.

Rojas. Lo del cigarrito, o sea yo se lo dije anteriormente. Pero el llegó. Yo estoy en la casamata, adentro de la casamata, ya estaba vestido yo. Y yo lo único que quería era azotar la cabeza contra un pilar que tuviera punta cosa de romperme la frente. Romperme la frente cosa que me llevaran al hospital. Lo único que yo quería era que me llevaran al hospital porque me dolían las costillas. Pero en ese momento viene llegando Antonio Ruiz Uribe y viene fumando un cigarro.

Ruiz. Que me lo había pasado un cosaco; arriesgando que lo pillaran. Miró para todos lados y me dio la cortita. (una mitadita de cigarro). Porque me vio cagado en ese momento, se le ablandó el corazón.

Rojas. Y en ese momento llega al lado mío en la casamata, en la otra esquina. La casamata era, más o menos, de metro y medio por metro y medio. Si no eran tan grandes. Y el alto… uno tenía que andar más o menos encogido. Y él llega y me dice… Yo le pido la “cola”, yo le pido que me dé la cortita. Me da la corta. Y resulta que por haberme dado a mí la corta le pegan a él, un par de charchasos o no sé en el momento mismo, pero es que ya estábamos tan machucados que uno prácticamente –como estaba entumido– uno prácticamente pedía que la pegaran un par de charchasos para desentumecerlo un poco. Por que en la realidad de las cosas el “tratamiento” comenzó –y yo pienso que para todos fue lo mismo– apenas llegando al fuerte Borgoño. ¿Cierto? Llegando a las casamatas nos hacían desnudar al tiro. Y todo el “tratamiento” era desnudos, completamente desnudos. ¿Ya? Y ahí en la oscuridad ¿cierto? Te aparecen un par de gallos con muchos camuflados ¿cierto? Y dándote golpes con guantes y los guantes están mojados por supuesto, pienso –ahora, con el tiempo– que los guantes mojados no dejan huellas, no dejan huellas de los machucones. Y lo primero que hacen es preguntarte que a que célula perteneces y toda eso cuestión, y de repente un desubicado me dice,  “habla de Marx y Lenín” y yo le digo “si yo no los conozco”; “hábleme de Marx y Lenín”, “yo no los conozco, no los conozco” yo lo único que decía es “no tengo idea de que me están hablando”. Me preguntan por esos gallos y digo “no los conozco”, en mi ignorancia, de participación política nunca la había tenido, como decía anteriormente, y siempre lo voy a repetir lo mismo. Y ahí comenzaron aparecer unos nombres que era Aravena, Arestey y Domínguez, que fue los que yo inculpé. Porque yo digo honradamente, he conversado con ellos después, nunca antes los había conocido. Parece que todo eso fue un montaje para inculparlos a ellos. Porque lo que tengo entendido es que uno de ellos era universitario y tenían más estudios que nosotros mismos. O sea, más que nada eran intelectuales. Nosotros no. Además era tan “cabrito”.

–¿Cuántos años?

Rojas. Yo tenía 24 años. Y recién salido des cascarón prácticamente. Yo lo único que me interesaba era viajar. Por yo venía de la Escuela de ingeniería, yo hacía un mes que había llegado a ese buque. Y en un mes no voy a estar tan en conocimiento de un “plan subversivo”, porque como se ventila todo interiormente, el “Ancla 2”, el servicio de inteligencia naval que hay dentro, el contrainteligencia también, pero lamentablemente…

Ruiz. El “Ancla 51”.

Rojas. …lamentablemente ahí pagamos justos por pecadores. A la vista está que después me condenaron a un año tres meses, y eso fue con pena remitida. Porque estuve un año y tres meses adentro. Creo que me condenaron a dos años. El resto lo hice firmando. Y aquí me tienen. Pero en todo caso, el famoso cigarrito valió dos zumbas. Dos zumbas para dos personas.

Ahora, en relación a los cosacos, los infantes, digamos los de… como se les podría decir… cabo, sargento, suboficial, ellos lo único que hacían era sostener, sostenerlo a uno, y los que pegaban eran todos oficiales. Todos oficiales. Ahora todos podrán decir, ¿Cómo en ese momento vas a reconocer una persona? Bueno, yo los conocía personalmente ¿Cierto? Y además de eso que ellos, en el parche, o sea, todos llevan al lado derecho o al lado izquierdo, ya no lo recuerdo, el nombre, o sea el apellido solamente ¿Cierto? Estos caballeros tenían con tela adhesiva tenían tapado. Ahora, el Kohler pensó seguramente ¿Cómo sabe que yo soy capitán? Y él me hace la pregunta: ¿Cómo sabe que yo soy capitán? Yo fui infante. El error mío fue haber reconocido haber sido infante. Fui infante de marina, fui un conscripto claro, hice mi servicio militar, puta, con todas mis ilusiones, ¿Cierto? Con todas mis ilusiones hice mi servicio militar en la Infantería de Marina, que estoy orgulloso de haber prestado servicio en ella, pese a todo lo que pasó ¿Cierto? Y después de haber sido un servidor en la Armada, como simple marinero que era. Había cursado máquinas en la Escuela de ingeniería el año 72 y estaba haciendo carrera y eso era, porque me gustaba: me gustaba, me gustaba el uniforme, me gustaba lo que yo hacía en la forma profesional. Por eso mismo, por ende, no quise seguir en la infantería porque ahí era una vida de perros, porque son perros, lamentablemente, ellos cometieron la estupidez de haberme torturado y perdí la fe. Les perdí la fe. Ahora, ellos me hicieron hacer un juramento en el cual tenía que defender la Constitución y el Presidente… ¿Entonces en qué quedamos? Siendo infante, hago el juramento a la bandera, y después los mismos infantes tratan de desdecir lo que ellos mismos me enseñaron. Que no lo practicaron. Yo le digo en forma verbal todo esto, porque en la realidad no capto la idea. Si me hacen hacer un juramento como infante, después me cambio a náutico, y los mismos cosacos tratan de meterme en medio embrollo que no es Constitución ¿Entonces qué? Yo pienso que ahí a uno deberían adoctrinarlo, pasarle el código de justicia militar y además del código de justicia militar, enseñarle un poquito más de lo que es la Constitución.

– ¿A cuántos años te condenaron?

Ruiz. A tres años y un día. Claro, me quedaron debiendo 20 días, porque mi libertad se practicó a partir de la fecha 26 de septiembre, en circunstancias que yo había caído el 8 de agosto, el 7 de agosto del 73. Me condenaron a tres años y un día con el cargo de “autor por sedición o motín” en frustrado.  Lo más importante, al ingresar de la Escuela de grumetes a la edad de 15 años (o 16) sufrimos un gran cambio dentro de la poca formación cívica que teníamos a esa altura –a los 15 años. Enrolarnos en una institución castrense como la Armada, hay un cambio brutal si se quiere llamar, y seguir una disciplina estricta de corte vertical, nos cambió la vida pero nos adaptamos a eso siguiendo como corresponde la disciplina militar. Eso es un cambio substancial que nosotros sufrimos. Y el segundo golpe, que nos golpeó, es cuando caímos presos, conocimos otra realidad, nos apartamos de las filas de la Armada para pasar a las cárceles públicas en ese entonces. Ese fue un gran cambio en nuestras vidas. Y el tercer cambio, una vez cumplida la pena, porque todos cumplimos penas, en el caso de los tres años, y en el caso de los cinco años fueron conmutadas por la pena del extrañamiento. Ese es el tercer cambio, que nos golpeó porque tu sabes que en el exilio, aunque sean bien tratados, están desarraigados del amor popular que todos llevamos en el corazón. Y, los que nos quedamos acá, sufrimos. Yo por ejemplo sufría de ¿Cómo se llama eso? Paranoia. Y caí en una depresión a los pocos meses, encontrándome trabajando en Chile; me sentía perseguido. El doctor Almeida me acuerdo que me trató, siendo psicólogo o psiquiatra, no me acuerdo. Visité a la Vicaría de la solidaridad, en ese entonces, el año 77, en enero fue parece, nos trató por seis meses. Caí en una depresión maníaco depresiva que se llama y me introvertí, me cerré como ostra podría ser, pero no perdí el trabajo, porque sabía que era una buena terapia trabajar. Y entonces pasamos a otro estado de efervescencia, porque tu sabes que la depresión baja la animi [inaudible] a cero y sube un [inaudible] positiva, que viene siendo la efervescencia. Y ahí me fue bien. Me recordaba de todo. Me vi bien en los años (yo estaba terminando en el Luis Campino, un vespertino que en ese entonces estaba en [inaudible] con la Alameda); me iba bien, me sacaba buenas notas en cuarto medio, porque yo estaba terminando. Y fui presidente del centro de alumnos, me iba bien en mi trabajo, comencé a ganar plata y al próximo año ingreso a la universidad, me va bien en la prueba de aptitud, todo bien, con pequeñas “overchut” [recaídas] que podríamos decir, hasta que estaba en la normalidad. Presuntamente, yo fui favorecido, de la mano de Dios podría ser, porque de ahí para adelante me fue bien, tuve buenas pegas, gané mucha plata con el cambio del dólar a 39 pesos, me compré un auto, salí… viajé al Sur, hasta la décima región, fui vendedor viajero. Y me iba bien en la universidad, alcancé a estar dos años. Y aquí me tiene.

 

[1] Debe haber confusión de accidentes porque al Latorre lo van a buscar a Suecia en 1971.

[2] La ortografía es aproximada.

Edgardo Rodríguez Meza

Testimonio del marinero del crucero Prat Edgardo Rodríguez quien desertara junto al marinero Patricio Barroilhet en 1973.

En el tiempo de cuando ustedes fueron torturados en el fuerte Borgoño
en el mes de agosto 1973, yo vivía en el Cerro Barón de Valparaíso arrendando una pieza con el marinero Martinez de la Division Eco. Era uno medio coloradito de cara, en una casa vecina se podia escuchar una radio que informaba sobre lo que les habia ocurrido a ustedes. Se escuchaban llantos de mujeres y lamentos desesperados. Martinez supo en el Prat que ustedes habian sido torturados y luego conducidos a la isla Quiriquina en el Meteoro y que la gente de abordo no podia contener las lágrimas al ver el estado desastroso de ustedes, todos golpeados, fracturados. Ellos, sargentos, suboficiales, marineros conmocionados terriblemente les brindaron ayuda y consuelo. No se si esto estará cerca de la verdad, pero lo de la radio yo lo escuché como al medio día.
El día 11 de septiembre de 1973 un hermano de Barroilhet me llevó la noticia de que los milicos estaban atacando la Moneda en Santiago. Con él nos fuimos a donde un amigo de él que vivia en unos bloques de departamento en el Cerro Barón. Era un detective que necesitaba esconderse pronto, porque lo iban a detener por ser de izquieda también. De él nunca más supe de su paradero.
Desde el cerro Barón se veian las calles de Valparaíso vacías de civiles, solo personal militar y marinos. En el aire habia presencia de helicopteros.Toda la gente recibió la orden de que se quedaran en sus casas. En la compañia chilena de tabacos se produjo un enfrentamiento entre una familia de 7 varones armados con los marinos y que se habían tomado la fábrica, y que eran del mir y todos fueron acribillados. Esto es lo que se habia practicado en la Escuela de Ingenieria Naval de las Salinas cuando hacíamos práctica de antidisturbio con uso de bombas lacrimógenas para desalojar edificios.
Con otro hermano de Barroilhet, Jorge, estuvimos en una casa del Cerro Barón en la parte alta mirando hacia el mar. Al anochecer de ese dia unas personas nos pasaron un catalejo de unos 30 cm de largo y nos pusimos a observar el Crucero Prat que estaba acoderado al molo de abrigo. Habían dos buques mercantes con ilumunación en cubierta. Se veian marinos con cascos y fusiles controlando el ingreso a bordo de prisioneros civiles.Al oscurecer nos llamó la atención un barco mercante que hacía abandono de la bahía. Cuando había avanzado unos 500 mts cayeron por delante de su proa tres disparos del Crucero Prat como advertencia para que volvieran al puerto. Este obedeció. A la cuadra de Quintero se hallaba el destructor Blanco Encalada. Éste, recibió la orden de cortarle el paso a un buque mercante durante la noche y con señales de luces le ordenó que volviera hacia Valparaíso. Este barco era el Playa Larga,un buque cubano que iba lleno de gente de izquierda huyendo del pais. El comandante ordenó hundirlo luego que este se negara a obedecer la orden de regresar.
El Playa Larga respondio con una negativa diciendo que seguirían adelante -patria o muerte, venceremos-. El comandante ordenó hundirlo pero el Segundo comandante se negó a cumplir la orden y al mismo tiempo dió la orden de detenerlo y que fuera encerrado en su camarote, lo que se cumpió sin problema por parte de los sualternos que se hallaban en el puente de mando, éste siguio con rumbo al puerto del Cayao, en Perú con daño en su proa que le infirió el destructor con un tiro de cañón.
Al dia siguiente estuvimos con Jorge en la casa de una persona que había sido detenida y que a bordo de uno de los mercantes se lanzó al vacío desde la cubierta a la bodega. Recuerdo que su apellido era Sanguinetti.y habia sido horriblemente torturado. Una joven me mostró un revolver, pero no me lo quizo pasar cuando se lo pedí para usarlo..
Ante la gravedad de la situación en una casa frente al mar en lo alto del cerro Baron con varias personas nos preparamos con piedras grandes y palos para defendernos por si se dejaban caer los golpistas.Alguien dio una alarma y escapamos como mejor alternativa. De alguna forma logré llegar a mi pieza en Baron. Me preparé con ropa y zapatos puestos para dormirme, debajo de mi cabecera coloqué un cuchillo de monte de unos 20 cm por si tuviera que defenderme, ya que durante toda la noche se sentian balaceras por todos lados. Realmente aquello era una guerra y puedo decirlo con mucha certeza que he estado de verdad en medio de una guerra. Alrededor de las 7 de la tarde del dia siguiente se produjo un intenso tiroteo en la avenida Argentina. Había una comisaria que estaba siendo atacada por un grupo de miristas,Yo miraba desde el Cerro las Cañas. En el cerro el Litre la casa de los Barroileth fue allanada y todo fue destruido.A esta casa nunca más volvimos.
Habian personas que se iban a dormir en los arboles de los cerros muy bien amarrados en sus ganchos.Tuve un amigo al que no volvi a ver nunca más.

MI ODISEA DE VALPARAISO.
Tuve que escapar del puerto, porque era en donde más se me conocía, a Penco, mi ciudad natal, a las 7 de la mañana del 1 de Noviembre el dia de Todos los Santos tome el tren a Santiago, porque por carretera se decia que habia mucho control. Llegué a Santiago y con un hermano me puse a buscar a otro hermano al que no pudimos hallar. A las 9 de la mañana del dia siguiente tome el tren ordinario con rumbo a Concepción. Llegue a Chiguayante alrededor de las once de la noche. Durante la parada subieron varios detectives a inpeccionar a los pasajeros.Todo esto sucedia en toque de queda,uno revisó mi maleta.y me pidio que me levantara la ropa para revisar mi guata y ver si tenia golpes o heridas. Llegamos a la estación de Concepcion. Nos hacen bajar en orden y en fila. Un militar dijo: “los de Talcahuano en esta fila, los de Lota, acá, los de Tomé en esta fila”. Nos hicieron subir en esos buses colorados de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado, y yo con varias personas partimos hacia Tomé. En el camino, me bajé en el cementerio de Penco.
De ahí a la casa de mis viejos caminando con toque de queda. Llegué y subí la escalera, toco la puerta despacio mi madre pregunta -quien es, le dije “yo”, “pero quién es yo” , “soy yo, el Edgardo”. La pobre habre la puerta y me abraza con mucha fuerza y llora con un gran sentimiento de alivio y alegria al verme sano y salvo.
A los dias siguientes en vista de que llegaban los carabineros a preguntar por el marino desertor decidí irme a donde unos parientes en el sur. Después de un tiempo empecé a acercarme a Valparaíso a ver si encontraba a algún conocido y nada.
Escondido en las sombras de la avenida P.Montt observaba.
Para irme de Valparaíso, Martínez me prestó el dinero para el pasaje y me dijo: “socito va a tener que irse de acá, porque en el buque lo andan buscando para detenerlo y le van apretar la goma, y que a bordo del Prat habían hecho circular una lista con siete nombres de los cabecillas para ser detenidos”.Yo figuraba en la lista. Martínez siguió en la marina y pudo estudiar cuatro años de Ingenieria Electrica en la Universidad Católica de Valparaíso.
No pude terminar mi cuarto año de enseñanza media en el liceo vespertino Ruben Castro de Valparaiso.
Mi deseo era estudiar Ingenieria Electrónica en la misma Universidad Católica.
Asi y todo asumí mi destino y nunca pude realizar mi sueño de tener una carrera universitaria.Trabajé en varios oficios: en excavaciones para agua potable, alcantarillado, peoneta en la CCU de Providencia en Santiago. en la construcción como jornal siempre ganando un sueldo mínimo, otros trabajos eventuales sin prevision social,vendedor ambulante de loza que compraba en Fanaloza, aprendi soldadura eléctrica, arco manual.
El abogado Raúl Guarda Villauta tomó la defensa de Patricio Barroileth.Cuando yo le pedí que me representara en la fiscalia por el delito de deserción me dijo que sus honorarios serían 50 mil pesos si tomaba mi caso. De dónde yo podría sacar tanto dinero para pagarle.
Después del golpe de Estado, en Penco pararon todas las industrias: Fanaloza, la Crav, Cosaf. No habia trabajo. La gente de Penco aún recuerda que por la abundancia de jureles pudimos sobrevivir a la crisis.
Actualmente recibo una pensión de vejez en una Afp de 134 mil pesos mensuales. En febrero 2018, cumplí 69 años, con una diabetes melitus 2. Me mantengo con metformina, que es más seguro como medicamento. Cuando hago algún trabajo me canso; siento una fatiga en mi torax. Felizmente mi hija de 29 años me ha dado una inmensa alegría con mis dos nietos, uno de 12 años que tiene problemas de retardo para aprender a leer y una niña de 7 años la cual es muy inteligente y aprende muy rápido. En el colegio la están reforzando y paso a segundo año y pide tareas para la casa.
Mi hijo Patricio Enrique estudia en el Instituto Santo Tomas Construccion Civil. Le gusta trabajar al milimetro las maderas de melamina.Yo tengo mis harramientas para los trabajos de soldadura. Nunca me pude hacer de una soldadora de corriente continua para soldaduras especiales; acero inoxidable. ect.
Estoy esperando que me llegue mi pensión de Exonerado Politico para equipar a mi descendencia (hijo y nieto) con buenas máquinas para este oficio que es muy bonito.
En el mes de Octubre de 1973 Martínez me dijo que el generador diesel auxiliar de popa habia sido inundado en el Prat por alguien que habia abierto las valvulas de achique. En el libro -la infiltracion en la Armada 1973- me acusan de que yo junto a Barroilhet destruimos el cable maestro que recibía la corriente eléctrica trifásica de 440 voltios desde Asmar de Talcahuano para energizar al Crucero Prat estando en el dique seco.
A bordo ocurrían muchas cosas anormales, no se hacia un buen aseo a los comedores. En las reuniones de división se nos proponía tomarnos el gobierno de la UP. Esto de los golpes de estado era la moda en Latinoamerica. Recuerdo que en la division Sur, en el entrepuente los marinos sostenian discusiones con su oficial a cargo por este motivo.
Nosotros conformabamos una celula interconectada con otras a bordo del Crucero Prat. Eran los marineros Jose Maldonado(QEPD), Bernardo Carvajal , Castillo, Patricio Cordero, Patricio Barroileth (QEPD) , caboTeodocio Cifuentes, el sargento Juan Cárdenas Villablanca. Con todos ellos nos reuníamos en la CRA – taller de control de reparaciones y averias-. También asistía un joven marinero del cual nunca supe su nombre. Era rubio, como de pelo ondulado. Ahora recuerdo, era de la Escuela de Telecomunicaciones.
Martínez me dijo que en la madrugada del 11 de Sept. a bordo del Prat tocaron diana a las 4 am , desayuno y luego formacion general a las 5 am. Una vez en cubierta el comandante Maurice Poisson Eastman (el mismo segundo apellido del dueño del diario El Mercurio, tienen que haber sido familiares por el lado materno) habló de la situacion del país del caos en que se hallaba y que iban a remover el gobierno mediante un golpe de estado, que el personal que no estubiera de acuerdo en participar diera un paso al frente. Fueron muchos los que lo hicieron y fueron detenidos.
Alguien me dijo que en el molo habian dos barcazas con muchos marineros detenidos con la cabeza pelada al rape. En el Estadio de Playa Ancha habían muchos prisioneros tendidos en la cancha todos boca abajo. Con máquina eléctrica los pelaban con una pasada desde la frente a la nuca. A otros civiles les hicieron una cruz en la cabeza con pintura verde para identificarlos en caso de que escaparan???
Patricio Barroilhet fue detenido el 4 de Sept por 3 detectives. Con sus hermanos quisimos hablar con un abogado, no pudimos ubicarlo porque fue detenido. Salio en el diario La Estrella me parece en un fotografia con una maleta llena de billetes azules con la acusación de que se la habia robado y se preparaba para escapar del país.
En fin, desde la cárcel pública Patricio Barrroilhet me mandó un mensaje con una amiga de ambos en un papelito pequeño, diciéndome que me mantuviera alejado de la situación y que no me dejara apresar, me dijo – el que nada hace nada teme-. Esto me dio una tranquilidad, porque me dió a entender que lo que habiamos estado haciendo como marinos antigolpistas habia sido lo correcto. Nuestro accionar fue sobre la base de que participar en contra del gobierno del pueblo representado en la persona buena del Presidente Salvador Allende Gossen era en extremo inmoral.Solo nos atuvimos a lo que decían nuestras conciencias cuando supimos lo del plan Yakarta. Habiamos aprendido una buena moral en nuestra Alma Mater-la Escuela de Grumetes Alejandro Navarrete Cisterna de la Isla Quiriquina en el puerto de Talcahuano

Sentencia Condenatoria 1

Sentencia Condenatoria 2

EDGARDO ENRIQUE RODRIGUEZ MEZA
Marinero primero Afecto Electricista
Serie naval U-3749
Departamento electrico- Division ECO
CRUCERO CL-03- PRAT
Año DE 1973
ARMADA DE CHILE.

Penco , 13 de Marzo 2008
Estimado compañero Bernardo Carvajal

Recordado compañero de armas.
Soy chester Rodriguez , tu contingente de la División Eco en el Crucero Prat en 1973. Te acuerdas de mi?.

Sabes hace tiempo quería escribirte para saludarte y hacer algunos recuerdos, pero nunca me decidía, porque no sabía como empezar después de tanto tiempo sin vernos y especialmente porque no tuvimos el mismo destino que nos deparaba el futuro, porque corrimos distinta suerte, luego que nos separamos en junio de 1973 en Talcahuano junto con el pato Barroilhet .
Sabes, tengo internet desde hace algunos meses y he aprendido a comunicarme mediante esta forma. El pato me ha ayudado mucho , él es mi profe, claro que con muchos tirones de orejas.
Con él me he mantenido siempre en contacto y he podido estar al tanto de lo que hacen los compañeros en su importane esfuerzo por ser reivindicados ante la historia por la valentía con que se enfrentaron a los verdugos que mas tarde masacró a una gran parte de los chilenos.
Bueno no es de eso de lo que quería hablar sino simplemente saludarte y recordar algunas cosas que permitieron que nos hiciéramos amigos por tan poco tiempo cuando éramos -lolos-, y que junto con el choro Maldonado hacíamos el trío. Me acuerdo cuando en las maniobras en altamar nos colocabamos los tres detras de las baterías de seis pulgadas cuando estos hacían pruebas de tiro, también me acuerdo de la ausencia de uno de tus dedos de la mano derecha me parece. Tu eras un poquito robusto igual que el choro .Yo era mas delgado. Actualmente estoy guaton, como mucho pan porque es lo que mas puedo comprar por lo barato que es -pan frío a 400 pesos-. También recuerdo cuando nos juntabamos para debatir del momento político que se vivía en ese entonces y que con todo ello nos sentíamos identificados.Recuerdo que en una oportunidad cuando estábamos en Iquique habíamos estado durante la noche por ahí tratando de pasarlo bien sin un cobre en los bolsillos como era de costumbre, y ya hacia el amanecer del puerto y dirigiéndonos al buque después de pasarlo tranquilamente en el barrio bohemio de Iquique sin poder tomar un solo trago y sapeando pa’ dentro en las boites y ver como bailaban los cabos y sargentos que eran los que sí podían pasarlo bien porque ellos si tenian money y nosotros andabamos a patadas con los piojos, recuerdo que contigo. Cordero, el choro Maldonado me parece que el pillín también y unos dos compañeros más nos tomamos de los hombros en línea osea uno al lado del otro y bajamos hacia el centro de la ciudad cantando unas canciones de protesta del Quilapayun tales como: “no nos moverán” , “la batea” , “venceremos” y otras cuyas letras nos inspiraban y nos hacian sentirnos muy unidos, alguien del grupo sacó la pipa de la paz y cada uno le mando una pitiadita y con ésto nos sentimos mas unidos que nunca y como avisorando el ignominioso futuro que nos deparaba el destino. Esa es la única oportunidad en que he tenido un pito en mis manos, Fue algo muy simbólico. En esos tiempos no se conocia de estas cosas como ahora. En fin, por eso es que nos sentíamos compatibles, compartíamos los mismos sentimientos, las mismas ideas, los mismos anhelos, éramos como hermanos. Fue una hermosa época como cuando íbamos al Pedagogico de la U. de Chile en Playa Ancha a recibir conocimientos de parte del profesor Patricio Cerda, un joven ex sacerdote jesuita que tenia barba. Me acuerdo que nos reuniamos los días sabados por la tarde . Nos sentíamos tan llenos de esperanzas. Éramos tan jóvenes y con tantos anhelos, que sabíamos hacia donde queríamos ir .Nos hallábamos tan bien encaminados. Así éramos en nuestra juventud .Que te parece? .Sabes son las 4 con 18 minutos de la mañana y ahora si que me he sentido inspirado para escribirte este humilde texto. No es gran cosa, pero el sentimiento es profundo y para mí ya es de gran valor haber podido escribirte después de haberme alejado de ustedes aquel penúltimo viernes de junio de 1973 junto con pato Barroilhet y tomar diferentes destinos y que en la práctica igualmente nos jodió para el resto de nuestras vidas. Solo te pido que me disculpes o me perdones por no haber estado al lado de ustedes en los momentos en que estaban sufriendo la embatida de los opresores de los seres dignos y puros como fueron todos ustedes en esa época.Recibe mis más sinceros respetos .Siempre los he recordado con un gran cariño, aprecio y mucha congoja por lo que tuvieron que pasar uds.Yo también aporté con un granito de sufrimiento al verme en la necesidad de tener que andar siempre huyendo, cambiando de direccion, trabajando en cosas humildes para mantenerme ocupado y para ganarme el sustento diario. Mucho tiempo sin trabajo, viendo como mis anhelos se vieron truncados de pronto tan violentamente, y llevando por dentro la inextinguible pena de haber perdido el contacto con mis amigos de juventud sin tener la esperanza de poder saber de ellos y por tanto tiempo. Pero ahora parece que lo estoy logrando. Que Dios me ayude. Deseo que ustedes también sean benditos por él, y además se puedan reencontrar con el pasado que tanto los unió como una pequeña familia de verdaderos valientes.
Bernardo, me despido de tí deseandote lo mejor. Lo mismo que para tus compañeros que en todo lo que se propongan el éxito les corone.
Te deseo buena salud y que tengas mucho ánimo.Sigue siendo fuerte y fortalece a tus compañeros y que Dios permita que haya unidad entre ustedes porque es seguro que la van a necesitar mucho. Que no se pierdan esta gran oportunidad que les presenta la vida, para reivindicarse como constitucionalistas apegados al Derecho y además para que tengan algo valioso que dejarles a sus descendientes y obtener una herencia en la historia de Chile .
Que dios te bendiga y te siga protegiendo.
Atte te saluda .

Edgardo Rodriguez Meza. -El chester.
Ex division Eco
Cl. 03 . Crucero Cap .Prat
1973
Pd: El apodo me lo colocó Maldonado en la Escuela de Ingenieria Naval debido a la lectura de los libros tecnicos de electricidad del autor               C .L .Dawes.
Hasta pronto.

José Maldonado Alvear

El marinero 1° Electricista José Maldonado es detenido el 8 de agosto de 1973 en la Base Naval de Talcahuano a bordo del crucero CL Capitán Prat que se encontraba en dique seco y al que se le efectuaban  reparaciones producto de un incendio producido a bordo. Maldonado pertenecía al equipo de electricistas que llevaban a cabo las reparaciones de tendidos de cable. Es detenido y conducido al fuerte Borgoño sometiéndolo a torturas. Se le somete a proceso en la causa Rol N° 3926 de la escuadra y es condenado a tres años de presidio, condena que cumplió en diferentes cárceles y campos de concentración. Después de su liberación abandona el país y obtiene asilo en Francia donde fallece al lado de su familia en marzo de 2006. Su hermano Hugo, también involucrado en este proceso, se encarga de transportar y esparcir sus cenizas en el Rio Aconcagua, Chile.

El poema Cenizas, escrito por Patricio Cordero en honor póstumo a su colega del Prat, al ser comunicado de su fallecimiento.

CENIZAS

Patricio Cordero

Por esas aguas navegará
parte de nuestra historia,
se depositará en el fondo del mar,
y de vez en cuando,
las olas
nos traerán un recuerdo.

Estas palabras están inspiradas por la información
que me ha llegado en relación a la ceremonia que se
realizó el primer viernes de diciembre en Chile, donde
parte de las cenizas de José Maldonado (fallecido en
Francia) fueron esparcidas en el Rio Aconcagua
.

Patricio Cordero

 

 

 

 

 

 

 

 

Víctor López Zambrano

Datos de Identificación

1.-Nombres: Victor Alamiro

    Apellidos: López Zambrano

2.- Fecha de Nacimiento: 07 de abril de 1953

3.- Estado Civil: Divorciado

4.- Grado: Marinero 1°

Especialidad: Mecánico Electrónico:

Unidad a la que pertenecía al momento de su detención: CL 03, Crucero Liviano Arturo Prat.

5.- Nombre del Comandante de la Unidad a la que pertenecía: Maurice Poisson. QEPD

6.- Nombre del Jefe del Dpto. En el cual prestaba sus servicios: Teniente 2° Santiago Lorca González

7.- Fecha,  Lugar y Hora app. de detención: Crucero Prat. Fui detenido a los pocos minutos de entregar la guardia de 20.00 a 00.00 hrs.

8.- Causas y Cargos de la detención: Causa 3926, condenado por Sedición o Motin a tres años y un día de prisión efectiva.

9.- Características y Entorno de la Detención:  Fui conminado a acompañar a un oficial a una comisión de servicios fuera de la base naval de Talcahuano. Fui detenido junto con el Marinero 1° MC. ELN., Carlos García Herrera.

10.- Quien participa en la detención( Nombres y Grado): Teniente 2° Santiago Lorca Gonzalez, junto con un oficial de infantería de Marina del cual desconozco su nombre.

11.-Identificación del Lugar y del personal del Interrogatorio:

Fuerte Borgoño. Repartición perteneciente al Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada, ubicado en la Península de Tumbes, Talcahuano. El día 7 de agosto yo estaba de electrónico de guardia del Crucero Prat y me relevaron como un cuarto para las 12 de la noche de ese día. En ese mismo momento llegó el Tte. Lorca y me dio la orden que lo acompañara para ir a buscar unos equipos a la Puerta de Los Leones, en la Base Naval de Talcahuano. Desde mi punto de vista, del momento que recibo la orden de acompañar al Tte. Lorca yo me encuentro en calidad de inculpado, sospechoso o al menos, sujeto de una investigación. Luego de recibir la orden, le dije al oficial que iría al entrepuente a buscar mi chaquetón. Lo que me sorprendió es que el oficial no me dejó sólo y me acompañó hasta el entrepuente. Cuando llegamos allí, encontré a Carlos García que se estaba vistiendo porque también le habían dado la misma orden. Estimo que salimos del buque pasadas las 00.00, por tanto, ya estábamos en el día 8 de agosto. Desde el Crucero Prat nos llevaron directamente, a ambos en el mismo vehículo, hasta un recinto militar desconocido, que posteriormente supimos que se llamaba Fuerte Borgoño, en el cual pasamos toda esa noche en una interminable sesión de torturas, lo que está descrito en mi declaración. Fui golpedo por un grupo de infantes de marina y luego desnudado, y a continuación fui objeto de diferentes torturas consistentes en ser sumergido de cabeza en un tambor lleno de excrementos y desechos, mas golpes de piés y puňos y también con objetos como varillas mojadas y guantes mientras estaba encapuchado, todas torturas inferidas por personal que se encontraba en ese lugar, permaneciendo 5 días incomunicado. Fui acusado por “incumplimiento de deberes militares” y luego del 11 de Septiembre de 1973 se cambió la figura por “sedición o motín frustrado”.

12.- Tiempo de incomunicación: Además  estuve cerca de dos días en la base de los torreones que sostenían la puerta de Los Leones, a la entrada de la Base Naval de Talcahuano. La Marina destruyó esas dos torres.

13.- A qué presidios y Campos de Concentración fué trasladado:

1° de septiembre de 1973, Cárcel de Pública de Concepción. Diciembre de 1973, Cárcel Pública de Valparaíso. A principios de 1976 hospitalizado y preso en el Sanatorio de Peñablanca debido a una tuberculosis.

14.- En qué recinto de detención lo sorprende el Golpe de Estado: Cárcel Pública de Concepción.

15.- Se extendió la represión a algún familiar?: No

16.- Con quién compartió celda?: Adjunto listado de Marinos antigolpístas

Antecedentes Procesales

17.- Fotocopias y/o  Documentos que acrediten fechas de Detención,

Ver proceso 3926 de la Fiscalía Naval. Actualmente lo tiene el Juez Jaime Arancibia, Ministro en Visita de nuestra querella por torturas.

18.- Caracteristicas y fecha de la Libertad (Condicional, Bajo Fianza, Conmutación de la Pena Por Extraňamiento, etc).

Fui dejado en libertad bajo fianza en septiembre de 1973. Con firma mensual en la Ficalía Naval de Valparaíso.

19.- País y fecha  al cual salió Exiliado ó con pena de Extraňamiento.

Salí hacia Noruega en diciembre de 1976.

1.2.4. Víctor Alamiro López Zambrano 

Reconocido en el Informe Valech con el N° 13521. 

En 1973 Marinero Primero mecánico electrónico, subespecialidad radares de  superficie. 

Fue detenido el siete de agosto de 1973, en Crucero Prats, donde estaba  destinado, que se encontraba en reparaciones es ASMAR, Talcahuano.  A las 24.00 horas, llegó teniente electrónico de Inteligencia Naval, Santiago  Lorca Valenzuela, su jefe directo en la División Electrónica del Crucero Prats, quien  le señaló que debían salir en comisión de servicios a la Base Naval. Le preguntó “a  esta hora”, a lo que le repitió que sí, porque habían llegado unos repuestos para el  radar que estaban reparando. Cuando caminaban a estribor, se unió un Subteniente  de Infantería de Marina. Lo trasladan en un furgón color gris de la Armada hasta el 

Fuerte Borgoño. En el vehículo iba también su compañero de tareas, Carlos García. Lo condujeron al Fuerte Borgoño, ubicado en la península de Tumbes. Una  vez que llegaron preguntó dónde estaban, pero lo hicieron callar y le ordenaron  bajar. Alrededor del vehículo había un escuadrón de unos 12 soldados Infantes de  Marina, con tenida de combate y rostros pintados. Recibió una golpiza con pies y  fusiles, largo rato, que le provocaron vómitos. Llevaron a su presencia a Carlos García Herrera, de su misma división, al que arrastraban por la deplorable condición  en la que estaba. 

Lo llevaron a la presencia de su jefe, Teniente Santiago Lorca y el capitán  Kholer, para ser interrogado. Les señaló que un grupo de oficiales del buque les  hablaba de realizar un golpe de Estado en contra del gobierno, con lo cual él no  estaba de acuerdo, ya que la formación entregada en la Escuela se contradecía con  esos planteamientos.  

Lorca señaló que él sabía más, por lo que fue enviado a una nueva sesión de  tortura. Fue obligado a desnudarse a punta de golpes de botas, culatazos de fusil y  bayonetas, también amenazado de muerte, y maniatado con cordeles. Le hicieron  repetir innumerables veces su nombre, grado, número de serie, especialidad y razón  de estar ahí, acompañado de golpes y culatazos. Lo hicieron correr en un campo de  entrenamiento para infantes de marina, donde además le pegaban sin tregua  cuando caía producto del dolor y el frío, lo golpeaban con más dureza para que se  levantara. Se interrumpían sólo para preguntarle por reuniones con “políticos”. 

También fue obligado a introducirse en un foso o zanja lleva de barro, donde debía  hundirse y permanecer por un tiempo prolongado, lo que le produjo hipotermia,  hasta que lo llevaron a vestirse.  

 Ya en la madrugada del 8 de octubre, aproximadamente a las 02.30 horas,  fue llevado a una mediagua, en la que tenían un tambor de unos 200 litros, lleno de  barro, excremento y orina. El Teniente Alarcón y Tapia lo interrogaban. Le pegaban  con guantes mojados en el plexo y el estómago y lo sumergían en el tambor,  ayudados por dos infantes de marina, de la tropa. Lo mantenían sumergido de 20 a  40 segundos. Continuaron con este método hasta la mañana del día 8, era 

alternados con golpes de guantes y varillas mojadas, golpes dirigidos en contra de  sus genitales y correazos. Uno de los tenientes lo golpeaba con una varilla al parecer  de mimbre mojado en su aparato genital, incluyendo testículos y le propinaban  correazos en las nalgas desnudad, bajo amenazas de no detenerse y de improperios  soeces de connotación sexual. De madrugada se desmayó, perdiendo el  conocimiento. 

El recinto de detención y torturas estaba compuesto por mediaguas sin piso (entinglado), sin ventanas, vidrios, puertas o radier, el piso era de tierra. No tenía  instalaciones sanitarias, dos soldados infantes de marina los vigilaba de día y noche,  las celdas eran 10 casamatas de la ciudadela y los sitios de torturas estaban en las  mismas casamatas. Había oficinas administrativas 

Estuvo 73 horas sin dormir e impedido de realizar funciones fisiológicas para  orinar durante 12 horas y defecar, unas 20. Sin comida 18 horas. El Comandante del Fuerte Borgoño a la época era Capitán de Fragata Infante  de Marina Bunster, el Segundo Comandante el Capitán de Corbeta Jaeger,  responsable de las torturas. En línea jerárquica seguían Luis Kholer Herrera, quien  lo torturó y el Capitán de Corbeta Infante de Marina Acuña, que también lo torturó. Puede dar fe de 25 compañeros suyos que fueron detenidos y torturados en  el recinto: Aurelio Aravena, Juan Arestey, Guillermo Castillo, Mario Patricio Cordero,  Maximiliano Domínguez, Oscar Estay, Carlos García, Carlos González, Ramón  González, Humberto Lagos, Silverio Lagos, Luis Jaramillo, Víctor López, Daniel  Marinado, Tomás Matus, Juan Montecinos, Samuel Mora, Manuel Ramos, Víctor  Reiman, René Rojas, Jaime Badallares, Carlos Vásquez, Sergio Villar, Henry Gómez.  Tres pasaron a la cárcel de Talcahuano, el resto a la cárcel de Concepción el 1° de  septiembre e implicados en la causa 3962 por incumplimiento de deberes militares. El 8 de agosto fue llevado a interrogatorio ante el Capitán Kholer, el Capitán Acuña y el Teniente Santiago Lorca, quien lo interrogó por otros compañeros del  Crucero Prats, a quienes él conocía. 

Fue conducido a declarar ante un Fiscal ad-hoc, con 15 o 20 compañeros,  amenazados de muerte y torturas. Los conduce y vigila Kholer, quien además los 

amenaza y algunos soldados infantes de marina con metralletas y tenidas de  combate. Como a las 15.000 horas de 15 de agosto los llevan desde el Fuerte  Borgoño a la Fiscalía Naval en la Base Naval de Talcahuano. Declaran uno a uno  previa amenaza del Capitán Kholer, si no declaraban lo mismo que habían reconocido  bajo torturas y apremios, serían nuevamente torturados. En la sala de declaración  un oficial infante de Marina de la dotación del Fuerte Borgoño estaba presente, y le  corregía lo que iba declarando, para que quedara escrito de la manera que el oficial  quería. Como a las 18.30 horas los llevan de vuelta al Fuerte Borgoño, esa noche no  pudieron dormir por miedo a ser nuevamente torturados. Los detenidos estaban en  celdas separadas, vigilados por infantes de marina  

Al día siguiente nuevamente son llevados a ratificar sus declaraciones a la Fiscalía Naval, además les realizan careos entre ellos y otros detenidos.  Permanecieron cinco días incomunicados, Víctor estuvo días en un torreón  que estaba a la entrada de la Base Naval, de 1 metro por 1 metro, sin abrigo. Otra  noche estuvo en el Gimnasio Naval y dos noches en unas cabañas de concentración  del Club de deportes Naval.  

Tras la incomunicación, estuvo 23 días detenido con otros marinos en el Cuartel Rodríguez en la Base Naval. El Fiscal Naval Víctor Villegas los procesó por  incumplimiento de deberes militares y el 14 de agosto sometidos a proceso en la  causa 3926 y dados de baja. Fueron enviados a la Cárcel Pública de Concepción. En  este recinto vivió el golpe de Estado. Ese día los marinos fueron llamados por la  dirección de Gendarmería, para comunicarles que las circunstancias habían  cambiado, por lo que nada les podían asegurar respecto de sus vidas, es más, Víctor  fue encerrado en la misma celda de los dirigentes sindicales que posteriormente  serían fusilados, lo que le desencadenó mucha angustia y depresión, por haber  quedado expuesto a la más absoluta indefensión. Sus abogados también habían  caído presos por motivos políticos.  

Tras el golpe de Estado, sin nuevos antecedentes le cambian los cargos y  pasa de estar procesado por incumplimiento de deberes militares a sedición o motín 

frustrado, el 28 de septiembre de 1973. La nueva figura penal era mucho más  gravosa y su defensa casi imposible.  Por razones de carácter procesal, Víctor fue trasladado a la Cárcel Pública de  Valparaíso, junto a otros marinos de la causa 3.926, donde sufrió maltratos y  castigos tanto de Gendarmería como de la marina por los permanentes  allanamientos a los que eran sometidos, en los que les destruían incluso sus  alimentos de sustento diario. El año 1975 se le diagnosticó Tuberculosis pulmonar,  por lo que tuvo que ser internado en el Sanatorio de Peñablanca. El año 1976 fue  dejado en libertad, luego de haber sido condenado a tres años de cárcel, los que  cumplió en su totalidad. Por razones de seguridad personal, a raíz de los  permanentes hostigamientos de la DINA, Dirección de Inteligencia Nacional, debió  abandonar el país, exiliándose en Noruega. Regresó a Chile en el año 1990

Silverio Lagos Muñoz

 

Datos de Identificación

1.-Nombres: Silverio

Apellidos: Lagos Muñoz

2.- Fecha de Nacimiento: 9 de septiembre de 1951

3.- Estado Civil: Soltero

4.- Grado, Especialidad y Unidad a la que pertenecía al momento de su detención: Marinero 1ro Mecánico Electrónico, Crucero O´Higgins

5.- Nombre del Comandante de la Unidad a la que pertenecía: Sergio Botto Morales

6.- Nombre del Jefe del Dpto. En el cual prestaba sus servicios: Tte 1ro de apellido Sepúlveda alias el  Pakarati

7.- Fecha,  Lugar y Hora app. de detención: El 8 de Agosto, En la enfermería del Crucero O´Higgins

8.- Causas y Cargos de la detención: Causa 3926 por Sedición o Motín.

9.- Caracteristicas y Entorno de la Detención: (Violenta, Armada, secreta, ante testigos, etc ) :

Fui sacado de la enfermería con fusil en el pecho, llevado en una camioneta Van al fuerte Borgoño. La guardia del buque fue testigo, en ella estaba Rafael Jímenez coterráneo de Chillán. Ya en el  fuerte me dejaron sólo en la camioneta al rato me gritaron bájate! Al bajar me dierón de patadas y combo hasta quedar tendido por una patada en la columna me dejaron descansar y llevado ante el capitán de corveta Luis Köhler . Me preguntó si yo había estado en las Huigeras en una reunión me negué me dijo que me mataría me dijo “abre la boca Hueon” puso su fusil en mi boca sentí con mi lengua el metal helado, ahí pensé será cuento corto una muerte rápida. No disparó y gritó “ Esté Hueón ha estado en Cuba” hay que darle otro tratamiento me pidió que me desnudara fui llevado a un tambor con agua pestilente después de unas sumergidas reconoci que había estado allí con unos dirigentes del Mir.

Al momento de haber reconocido que yo había estado en la reunión en una casa en las Higueras, me dejaron ponerme mi ropa, mojado me vestí y me llevaron a la oficina que estaba a la entrada del cuartel, al lado derecho habian unas piezas creo que tres y es ahi donde iban sorteando a los detenidos esa noche. Me hicieron esperar un rato en un escritorio estaban sentada seis personas. Capitan Köhler, el teniente infante de marina de apellido Cáceres con el cual habiamos navegado en el crucero de la Esmeralda en 1970 cuando era subteniente recien egresado de la Escuela Naval, también estaba el teniente primero Santiago Lorca Gonzalez quien fuera el encargado del curso de electrónica en la escuela de operaciones.y el jefe de los buzos tácticos que no tenía ninguna participación activa, el solo miraba no asi el capitan Vergara que era el que ataba por decir los nudos de las declaraciones que habian sido sacada en base a torturas.

Mientras esperaba, escuche al Mro. 1° electricista, Jóse Maldonado gritar;  “ porque soy Marxista me persiguen ” al sacarlo de la sala este sangraba de su rostro, después supe que el Tte.  Cáceres le había pasado por la cara un palo, algo asi como una astilla.

Al ser ingrezado a esta improvisada oficina, pedían los nombres de todos lo que habían estado en la reunión de las Huigueras, que relación teníamos. Los que asistimos allí éramos unm grupo muy mezclado, yo solo ubicaba a Mario Cordero y a José Maldonado, que fueron los que me invitaron a la reunión. Los que nos tenían detenidos, trataban de hacerlo todo rápido ya que eran las dos de la mañana y tenían muchos por detener y esperaban las horas de la mañana para detener a un Empleado Civil de Asmar que era estudiante de la universidad de Concepción de apellido Jaramillo. Vi como lo trajeron a puras patadas y nos gritaban a nosotros; “ Sigan cantando Hueones que ya desarticulamos sus celulas ” Este joven lo llevaron para la pista de obstáculos alli para ser pasado por los maltratos.

Durante el interrogatorio el teniente Cáceres tomó una taza, la llenó mas de la mitad con polvo de nescafé, un poco de agua y me obligó a beber, me agarró del pelo echandome la cabeza hacia atrás obligandome a tomar el cafe… terminé vomitando.

Una vez que me habián ubicado dentro de este enorme rompecabezas que era esta gente “que sea habián sublevado dentro de la marina”,  me pasaron a la próxima pieza donde habían muchos marinos tendidos boca abajo, ahí estaban Carlos Garcias, Victor López, Antonio Ruiz, Mario Cordero, José Maldonado, Bernardo Carvajal, entre los que recuerdo.

Algo anecdótico fue que por el frio de Agosto todos tiritabamos y como el piso era de madera se movía toda la pieza con un sonido de terror. Pensé cuando entré, que estaban horrorizados de miedo, era mas bien el frío del invierno. La tortura para nosotros fue una sorpresa, no estabamos preparados aunque ya habiamos visto fotos de las torturas que fueron victima los Tupamaros en Uruguay, pero en la practica la realidad era más salvaje.

En Fiscalía:

Fuimos llevado a fiscalía en una camioneta a mi me tocó en el grupo que tenía relación con nuestra emblemática reunión. Eramos cuatro con un infante armado, íbamos en la parte de atrás de un vehículo.

Al llegar a la fiscalía nos bajaron y nos obligaron entrar en la fiscalía a vuelta de carnero fueron alrededor de seis metros en que dabamos una y otra vuelta de carnero …Era parte de su humillación, era el camino a lo que se venía para Chile. Estabamos abandonados sin justicia.

El interrogatario del fiscal si se le puede llamar asi, ya que las respuestas eran rechazadas y daba lo mismo lo que uno dijera, ellos la acomodaban dentro del esquema de sus planes golpistas. Si las respuestas no eran de su gusto, me amenazaba con enviarme al Fuerte Borgoño con la amenaza de que “ahí me iban a resfrescar la memoria”. Puesto que no deseaba volver allí le dije …”ponga lo que Ud. quiera y le firmo, ya que no me cree” .Nunca acepté que pusiera que ibamos a matar oficiales esto era la falacia de parte de la Marina.

Despues de las declaraciones en fiscalía, fuimos incomunicados por 12 días.

10.- Quien participa en la detención( Nombres y Grado): El teniente 1ro. de Mar de apellido Kelly

11.-Identificación del Lugar y del personal del Interrogatorio: Fuerte Borgoño.  Me recuerdo solo de  Luis Köhler por que él continuó interrogando y amarrando a uno y otros en los interrogatorios.

12.- Tiempo de incomunicación: 10dias

13.- A qué presidios y Campos de Concentración fué trasladado: (fechas  aproximadas) : En fuerte Borgoño una noche después de declarar en la fiscalía estuve incomunicado en el Cuartel Rodríguez, para de ahí ser llevado ala cárcel de Chacabuco 70 en Concepción.

14.- En qué recinto de detención lo sorprende el Golpe de Estado:En la cárcel de Concepción

15.- Se extendió la represión a algún familiar?: ( Motivos): Mi hermano Miguel Lagos que era Ex marino él se había retirado en 1972

16.- Con quién compartió celda? Nombres: Con Mario Cordero, Victór López , Carlos García. Guillermo Castillo, Erasmo Aravena, Uribaldo Arestey, Jaime Balladares

17.- Nr°s de Proceso, Tiempos y Causas de las Condenas y Fiscalías que llevaron los casos y fecha en que queda en Libertad. Adjunto copia. Quede en libertad condicional el 16 de Agosto de 1976

18.- País y fecha  al cual salió Exiliado ó con pena de Extraňamiento. Sali a Suecia el 12 de junio de 1977

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