Bajo el nombre “El libro Interminable, para que nunca perdamos la memoria”, la publicación busca hacer frente a aquellos discursos que proponen dar vuelta la página respecto a los hechos históricos vividos durante la dictadura chilena. Y desde este 11 de septiembre puede ser consultado en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y en www.ellibrointerminable.cl
La publicación, lanzada recientemente por el Museo, recorre los 17 años de dictadura en 28 capítulos que hablan sobre la quema de libros, el exilio, la censura en la prensa, la resistencia de los movimientos de mujeres, la artesanía carcelaria y tantos otros tópicos de nuestra historia reciente.
Este libro circular busca visibilizar las violaciones a los derechos humanos cometidos entre 1973 y 1990 por la dictadura de Augusto Pinochet. Además de hacer un llamado a no dar vuelta la página, de manera de enfrentarnos siempre a nuestra historia, evitando que esta se repita.
Francisco Estévez, director ejecutivo del Museo de la Memoria, comentó que “al dar vuelta cada una de sus páginas, siempre nos enfrentamos a nuestra propia historia como país. Son diversos los relatos que van dando cuenta de aquellos hechos que no debemos olvidar”.
La abogada del caso, Karinna Fernández, en
conversación con El Desconcierto explicó que “justamente su legitimidad
para hacerse parte en el recurso, surge de su calidad de ex prisioneros y
prisioneras políticas de la primera zona naval”.
a semana pasada se interpuso un recurso de protección por parte de Luis
Mariano Rendón, contra el Ministerio de Defensa y la Armada de Chile, por la
persistencia de la estatua que homenajea al ex miembro de la junta militar,
José Toribio Merino, en el Museo Naval de Valparaíso.
Este lunes, pasadas las 11 de la mañana, ex presos y presas políticas de la
primera zona naval, que fueron víctimas de tortura por funcionarios de la
Armada de Chile durante la dictadura, se hicieron parte del recurso ,firmando
el patrocinio del caso en la Corte de Apelaciones.
La abogada del caso, Karinna Fernández, en conversación con El
Desconcierto, explicó que “justamente, su legitimidad para hacerse
parte en el recurso, surge de su calidad de ex prisioneros y
prisioneras políticas de la primera zona naval”.
“El hecho de que exista una estatua de quien ordenó su represión,
los lesiona en su integridad personal. Estas personas son víctimas de
torturas, específicamente, de la Armada de Chile. Todos fueron secuestrados por
funcionarios de esa institución y llevados a recintos en la V región. Ese es el
origen de la lesión a uno de sus derechos constitucionales que permite dar
origen al recurso”, agregó la jurista.
Además, Fernández destacó que “este es un recurso que se hace contra
autoridades estatales, tanto al Ministerio de Defensa como la Armada de Chile,
en años en que uno espera que ya debiera haber una evolución en
términos de derechos humanos”.
“Lo que buscamos con esta acción es justamente que se comprenda por parte
de las autoridades judiciales y especialmente de las autoridades estatales, lo
que significa la reparación a las víctimas de la dictadura y
que no se pueden homenajear a los responsables de delitos de lesa humanidad,
que son de carácter permanente”, concluyó la abogada.
“Desmonumentar la
dictadura”
El vocero del grupo de ex prisioneras y prisioneros políticos, Nelson
Cabrera, explicó a El Desconcierto que “hace seis años,
a través de la agrupación Cine Forum, iniciamos lo que llamamos desmonumentar
la dictadura y monumentar la memoria. Esto va desde pedir la remoción de la
estatua de Merino, hasta cambiar la Constitución del 80′”.
“Para nosotros es un agravio, porque él es el que inició el golpe, es un
asesino que se conectó con los civiles para conspirar contra el gobierno de
Allende. Además, donde está ubicada la estatua, el Museo Naval, fue un
centro de torturas y acopio de presos. Eso no aparece en registros”,
agregó Cabrera.
En ese sentido, el ex prisionero también detalló que “para esta
acción, vinimos ocho personas. De los cuales hay dos marinos
constitucionalistas y antigolpistas presos en agosto del 73′. También gente que
estuvo detenida en La Esmeralda, más otros que fueron parte de la resistencia y
menores detenidos reconocidos por la Ley Valech”.
Finalmente, concluyó que la no remoción de la estatua de Merino “es una
agravio porque si todos estos tipos que propiciaron el golpe estuvieran vivos,
estarían presos por delitos de lesa humanidad, por secuestro y
tortura”.
Sergio Grez conversó con Paula Campos y Claudio Medrano en Radio Universidad de Chile sobre la labor de Ciudadanos por la Memoria.
En este diálogo se abordaron temas como:
– carácter de la transición chilena como marco explicativo general de la porfiada persistencia de múltiples signos de glorificación de la dictadura chilena y de violadores de Derechos Humanos.
– complicidad de personajes del mundo “progresista” en la mantención de estos homenajes oprobiosos.
– la formación y trayectoria de Ciudadanos por la Memoria
– victorias obtenidas en la campaña por la erradicación de estos signos de glorificación: cambios de nombres de la Avenida 11 de septiembre (Providencia) y Almirante Gotuzzo (Santiago) por Avenida Nueva Providencia y Amanda Labarca, respectivamente.
– tareas en curso de Ciudadanos por la Memoria: estatua a Merino en Valparaíso, calles y plazoleta en homenaje a uniformados golpistas en comuna de Macul, villa “Presidente Pinochet” en comuna El Bosque, etc. Acceso al audio:
Museo de la Memoria prepara retransmisión del Golpe de Estado de 1973
By El Clarín de Chile Septiembre 09, 2019
Con la campaña Sintoniza con la Memoria el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos transmitirá en tiempo real el minuto a minuto del golpe de Estado en Chile, tal como se escuchó hace 46 años.
La radio fue el
único medio de comunicación en registrar las primeras señales del golpe de
Estado del 11 de septiembre de 1973, entregando información que tiempo después
se convertiría en parte importante del patrimonio político y cultural del país.
Y este 11 de
septiembre, cuando se conmemoran 46 años del golpe de Estado en Chile, miles de
personas podrán volver a escuchar de manera cronológica los sucesos ocurridos
el día que marcó nuestra historia, a través de archivos radiales de la época
que son parte de las colecciones del Museo de la Memoria y los Derechos
Humanos.
La campaña,
desarrollada junto a la agencia Wolf BCPP y lanzada por primera vez en
septiembre de 2018, logró llegar a cerca de 4 millones de personas en el marco
de los 45 años del golpe de Estado en Chile, recibiendo importantes galardones,
entre los que destacan el León de bronce del Festival Internacional Cannes Lion
2019, en la categoría Innovación en Radio y Audio; y Grand Prix y Oro en
categoría Radio, Media, Branded Content y mejor uso de audios en el Festival de
Publicidad Achap 2018.
La
transmisión podrá ser escuchada en tiempo real en el Museo de la Memoria, a
través de Facebook Live (Museo de la Memoria Chile) y en www.sintonizaconlamemoria.cl .
En el día de hoy, 1° de septiembre de 2019 falleció nuestro camarada Ramón Luciano González Larenas en el Aeropuerto de Santiago al regreso de un viaje que había realizado a Suecia. Nuestras condolencias a su familia por tan trágica pérdida. Ramón fue detenido torturado y condenado por sus principios fieles a la Constitución en defender la Carta Magna y al Gobierno legítimamente constituído. A fines de 1973, la Armada, a través del Comandante en jefe de la Primera Zona Naval Contralmirante Daniel Arellano Mac Leod da a conocer la nómina de los detenidos, reos y procesados en Valparaíso y Talcahuano, entre ellos Ramón Luciano González Larenas, Operario Tercero, ASMAR Talcahuano. Adios camarada. Con tu muerte navega parte de nuestra historia. “Marineros Constitucionalistas de Chile”.
El recuerdo de los desaparecidos
y desaparecidas, es un deber moral. Por Enrique Villanueva. Militar en retiro
30 agosto 2019
“¡¡Ni perdón ni olvido, justicia!!” una
consigna valida y pertinente, que ha recorrido el mundo entero y que resume el compromiso
de no olvidar nunca a los compañeros y compañeras que cayeron en las manos del
terrorismo de estado, luchando por un país distinto, inclusivo y mas
igualitario. Por ello, es un deber moral exigir la verdad de lo que pasó
con ellos y es un compromiso para con sus familiares y cercanos, de quienes
reconocemos en cada uno de ellos y ellas, el esfuerzo y el sacrificio que
hicieron para oponerse y resistir a la dictadura.
Los que fueron asesinados, asesinadas, desaparecidos y desaparecidas, fueron jóvenes
que pusieron en riesgo sus vidas por el amor a su pueblo, es algo necesario de
recordar, a quienes han caído en la amnesia colectiva. Ellos y ellas fueron
hechos desaparecer en un país, que en esos años, era un territorio ocupado
militarmente, donde no había estado de derecho y diezmado por la represión
política.
Inmoral resulta escuchar entonces, a quienes por distintos medios
pretenden ignorar esa realidad, argumentando que la democracia se conquistó
solo por la gracia de acuerdos políticos entre cuatro paredes y con la propia
dictadura. Por el contrario, la democracia que vivimos hoy costó mucho y
también sangre de patriotas. Costó muchas lágrimas y sufrimientos de las
madres, las esposas, las hijas de los héroes conocidos o ignorados que ofrendaron
sus generosas vidas en aras de nuestra libertad.
Cuarenta y seis años después del 11 de septiembre de 1973, es pertinente rendir
un homenaje a las mujeres y a los familiares de nuestros compatriotas
asesinados, asesinadas, desaparecidos y desaparecidas, un reconocimiento a los
cientos de mujeres que día a día y por muchos años esperaron largamente el
retorno de un hijo (a), de un esposo (a) desaparecido (a). Es necesario, porque
el olvido y la impunidad olvida o relativiza y a veces naturaliza,
el dolor y el drama que vivieron cada una de las esposas, esposos, hijos,
hijas, quienes llegaban a las puertas de los centros de detención,
cuarteles militares, a veces recorriendo largas horas de camino, para recibir
como respuesta una burla o un “no está aquí”, sin mas argumentos.
Se suma a esto, la esperanza perdida, que el tiempo esfumó, por las promesas
incumplidas durante los gobiernos post dictadura, los que hasta hoy han sido
incapaces de exigir la verdad escondida en la distorsionada memoria de torturadores
o mandos militares de la época, cómplices civiles y militares. Más aún, se le
agrega a ello, la indolencia de los gobiernos de los últimos treinta años, para
con los sobrevivientes de la dictadura, ex presos políticos, los que enfrentan
situaciones de marginalidad y pobreza, con pensiones de hambre y sin que se
cumpla el mínimo requisito exigido por el mandato de Naciones Unidas, de una
reparación justa por los daños morales y físicos causados.
Por todo esto, olvidar o dejar que la historia pase por nuestro lado, no es
opción para construir un país sano, el derecho a la verdad, a la
justicia, a la reparación, van de la mano para construir un país inclusivo, más
igualitario y para cambiar una sistema económico y social que se construyó por medio
de la violencia. Una sociedad en la que los derechos humanos no tienen otra
consideración más, que como una estrategia discursiva, como un derecho
subjetivo, que no se traduce en normas ni obligaciones y que vulnera los
derechos ciudadanos en todos los ámbitos de la vida diaria.
Por el contrario, el derecho objetivo ha dictado normas, como la ley de
amnistía y ha permitido que se mantenga el pacto de silencio, que favorece
hasta el día de hoy, a militar y civil comprometidos con crímenes de lesa
humanidad y que algunos de ellos nunca fueron juzgados. Lo obrado, el
haber juzgado y encarcelado a una parte mínima de los perores asesinos
militares, autores y cómplices de los crímenes más bárbaros que en este país se
cometieron en toda su historia, no fue ni es suficiente, porque al cabo del
tiempo dejan sin resolver el problema mayor y más importante para la sociedad
en su conjunto, el ocultamiento de la verdad y de las consecuencias de la
represión que ellos llevaron a cabo, dejando la puerta abierta para su repetición
en el tiempo.
Una consecuencia directa de la ambigüedad para tratar el tema de las
violaciones a los derechos humanos, lo que excede el ámbito puramente e
judicial es la reaparición y con relativa fuerza, de quienes se declaran de
manera abierta u oculta seguidores del “dictador y de su obra”. Defendiendo una
institucionalidad dictatorial que es contraria, en su esencia, al Estado de
derecho, a las elecciones libres, a la libertad de opinión y participación
política, los que determinan la democracia moderna.
Ha pasado el tiempo
y el olvido ha nublado la visión del pasado, vivimos exigidos por la
contingencia de un sistema que nos lleva día a día a la miseria,
económica, política y moral, exigiéndonos mirar hacia delante y dejar atrás lo
vivido. Pero las justas reivindicaciones exigidas por los chilenos y chilenas
consientes continúan y continuaran siendo enarboladas hoy y mañana: Que las
FFAA entreguen la información que permita, a los familiares de detenidos
desaparecidos, conocer el paradero de los restos de sus seres queridos. Que se
degrade a los militares involucrados en crímenes de lesa humanidad. Que se
repare el daño causado a los miles de chilenos y chilenas que fueron
víctimas de la represión y del terrorismo de estado. Que se reconozca y
dignifique la actitud de los militares que se opusieron al golpe de estado de
1973 y su papel ejemplarizador, para las nuevas generaciones de Oficiales y
Suboficiales. Que se reconozca oficialmente a los hombres y mujeres que
murieron luchando en contra de la dictadura.
Todo esto es
necesario porque el derecho a la verdad, que afecta principalmente a las
víctimas de las violaciones a los derechos humanos, cometidas bajo la
dictadura, se fundamenta en el respeto de la dignidad de la persona humana, que
no sólo ha sufrido la vejación y vulneración de su dignidad. Sino que, además,
por el transcurso del tiempo, la distorsión de los hechos producida por la
propaganda oficialista, la falta de justicia oportuna y la paulatina
desaparición de los actores, han generado un ambiente de impunidad cuyo efecto
principal es una nueva vulneración de la dignidad de las víctimas, para quienes
una reparación eficaz del daño causado, es parte del reconocimiento de la
verdad de los hechos acaecidos.
Pocas
veces he repudiado a los que se cambian de bando político o se desencantan de
la política. Siempre puede haber razones para evolucionar o rebobinar, pero
creo que para todo en la vida hay que tener estilo y oportunidad.
Oscar
Guillermo Garretón ciertamente debió haber abandonado el Partido Socialista
apenas regresó a Chile después de su exilio, pero era hora de sacarle dividendo
a su diáspora y prefirió seguir militando en la colectividad de Allende hasta
hace pocos días. Ya camino a sus 80 años debe asumir que le será difícil
obtener algún cargo público, además de que se sospecha ha acaudalado una más
que suficiente fortuna, por lo que no debe necesitar de nuevos cargos
políticos. Salvo la posibilidad de que se le asigne alguna embajada, medalla
que en Chile constituye una de las últimas charreteras civiles del llamado
“servicio público”.
Aunque lo
divisé en mis tiempos de universitario como uno de los más vociferantes
izquierdistas, recién lo llegué a conocer en La Habana, donde se había
instalado con camas y petacas como exiliado. Mal que mal, fue reconocido por la
Dictadura Militar como uno de los más peligrosos enemigos y justo entonces el
privilegio de ser acogido solidariamente por Fidel Castro. El había fundado el
MAPU, partido vanguardista que se escindiera de la Democracia Cristiana para
pasar a formar parte rápidamente del gobierno de la Unidad Popular. Dicho sea
de paso, esta entidad a poco andar se escindió y don Oscar Guillermo Garretón
se puso a la cabeza de la fracción más rebelde o termocéfala, a la que le
desagradaba, por supuesto, la revolución burguesa “con vino y empanadas”
propiciada por el extinto Presidente. Por lo mismo, fue uno de los hombres más
buscados por la Dictadura y su rostro apareció junto al de Carlos Altamirano y
otros dirigentes izquierdistas en las portadas de El Mercurio, matutino que
entonces propiciaba rabiosamente estas cacerías políticas.
Ya antes
de volver al país, su conducta era muy cuestionada por las organizaciones
disidentes de la Dictadura. Precisamente en Buenos Aires, a donde se trasladó,
se le observó sacudiéndose de todo vestigio izquierdista , como de su innegable
responsabilidad de haber animado, al igual que otros dirigentes, a no pocos
jóvenes a retornar clandestinamente al país, muchos de los cuales fatalmente
perdieron sus vidas, fueron encarcelados y torturados. Para posteriormente ser
sepultados por la indiferencia de sus mentores apoltronados en el poder.
Ya a esta
altura, el propósito de Garretón era mutarse en empresario. Lo que consiguió a
lo largo de muchos años de obsecuencia ante el poder patronal, y pese a ser
arrestado por largos meses en la Cárcel de Valparaíso, procesado por su
presunta conspiración con otros dirigentes políticos y personal de la Armada en
plena Unidad Popular. Una típica manifestación del “infantilismo
revolucionario” que le cobró un alto precio a la solvencia democrática de
Allende y le diera “argumentos” a la asonada militar de septiembre de 1973. En
este presidio es que volví a verlo y ser acogido por la hospitalidad de los
presos más antiguos como él, pero allí no alcancé a darme cuenta de cuánto
habrían cambiado sus convicciones. La rutina allí era la de comer, respirar y
pelear con los abogados para que nos excarcelaran lo antes posible.
Seguramente
este transformismo ideológico de Garretón estuvo acicateado por su relación
sentimental con una destacada periodista de derecha y vinculada al diario de
Agustín Edwards. A través de las columnas que este periódico y La Tercera le
publican constantemente hemos podido comprobar su realineamiento político,
coincidente con que nunca en todo este tiempo fuera visto en las tupidas
manifestaciones callejeras, en la Villa Grimaldi y otros centros que honran la
memoria de los combatientes que cayeron o fueron sometidos a tantos tormentos.
Finalmente,
después de librarse del prescrito juicio por sedición siguió el camino de otros
mapus y ex socialistas que se encumbraron en los cargos públicos y, más
temprano que tarde, terminaron asesorando e intentando sus primeros negocios de
la mano de aquellos poderosos empresarios que los recibieron como verdaderos
hijos pródigos.
Nombres abundan, en realidad, entre los desertores,
pero el caso de don Oscar Guillermo debe ser uno de los más repugnantes por su
soberbia en extender su militancia en el socialismo y recién renunciar ahora
con publicidad, bombos y platillos mercuriales y televisivos.
Por
tercera vez, tuve la oportunidad de estar con él en el directorio de una
editorial de derecha, de la cual alcancé a formar parte en la promesa de que se
trataría de un esfuerzo ecuménico y tolerante. Pero este esfuerzo editorial se
hizo humo en muy poco tiempo, pero lo importante es que allí, ante mi estupor y
el de otras personas, oí a Garretón asegurar que las Fuerzas Armadas eran la
columna vertebral de la historia republicana de Chile. Eso me convenció de no
continuar en la Editorial y nunca más volví a ver al ex cabecilla del Mapu y
ahora ex socialista. Salvo observarlo años atrás en una Ceremonia en el Salón
de Honor de la Universidad Católica de Chile del brazo, ciertamente, de su nueva
pareja.
En un
excelente libro de Mónica Echeverría se detalla la trayectoria de este tipo de
jacobinos del pasado devenidos en prósperos empresarios y asesores. Nombres
abundan, en realidad, entre los desertores, pero el caso de don Oscar Guillermo
debe ser uno de los más repugnantes por su soberbia en extender su militancia
en el socialismo y recién renunciar ahora con publicidad, bombos y platillos
mercuriales y televisivos. Muchos se fueron calladitos de los diferentes
partidos, seguramente en mérito de un mínimo pudor y respeto por el pasado que
abrazaron. Como es el caso del mismo senador Carlos Altamirano Orrego, que sin
renunciar al PS, tuvo el buen gusto de rechazar cargos y distinciones de parte
de los gobiernos de la Concertación. En mérito, como se dice de una abierta y
descarnada autocrítica.
Crisis en el Partido Socialista y otros referentes existen desde siempre y no descubrimos razón alguna para que recién ahora don Oscar Guillermo Garretón pueda fundar su desafección con el socialismo criollo. Producto de la misma confusión del PS, es que todavía existen en esta colectividad otros guarecidos oportunistas que podrían ser expulsados ejemplarmente de sus filas, si es que este partido quisiera limpiarse realmente y servir a la transparencia. Porque si de impunidades se habla, lo primero es reconocer la que favorece a tantos personajes que todavía pululan por los cargos públicos y reciben nuevos nombramientos en el extranjero, después de su enorme responsabilidad en el quiebre institucional, político y moral de nuestro país. Cuyas funestas consecuencias se extienden hasta hoy, con tan larga y desnaturalizada posdictadura.
Merkel
recuerda a “patriotas” que intentaron matar a Hitler
“Hay
momentos en que la desobediencia es obligatoria”, dijo la canciller, en un acto
que marcó el debut público de la nueva ministra de Defensa, Annegret
Kramp-Karrenbauer.
La
canciller de Alemania, Angela Merkel, rindió un homenaje este sábado
(20.07.2019) a los miembros de la conjura militar que el 20 de julio de 1944,
hace exactos 75 años, intentaron asesinar a Adolf Hitler. La autoridad germana calificó
como “patriotas” a quienes organizaron el atentado, a los que ensalzó por
haber actuado movidos por la “obligación a desobedecer” a la dictadura
nazi.
“Hay
momentos en que la desobediencia es obligatoria”, apuntó Merkel durante la
ceremonia, realizada ante 400 nuevos reclutas del Ejército alemán, ensalzando
la figura del coronel Claus Schenk von Stauffenberg, autor material del fallido
atentado (consistente en la instalación de una bomba en una sala de reuniones de
la Guarida del Lobo, uno de los cuarteles militares
de Hitler) y rostro más visible de la conjura, conocida como “Operación
Valkiria”.
La
canciller llamó a “cuidar su memoria para que las lecciones de la historia
no se desvanezcan” y recordó que el “derecho a la resistencia” en
defensa del orden democrático está contemplado en la Constitución alemana,
redactada cinco años después de la Capitulación del Tercer Reich, que se rindió
ante los aliados en mayo de 1945.
Figura controvertida
En
la ceremonia también participó la nueva ministra de Defensa de Alemania,
Annegret Kramp-Karrenbauer, quien asumió esa cartera en reemplazo de Ursula von
der Leyen, quien asumirá en noviembre al frente de la Comisión Europea.
Kramp-Karrenbauer destacó que quienes participaron del intento de asesinato
“fueron soldados modelos que se levantaron contra la tiranía”.
Stauffenberg es considerado un héroe de la oposición a Hitler surgida en la cúpula militar, mientras que los hermanos Sophie y Hans Scholl, dos estudiantes miembros del grupo Die Weisse Rose -La Rosa Blanca-, guillotinados en 1943, simbolizan la resistencia social. La figura de Stauffenberg genera controversia, pues algunos lo tachan de traidor, mientras otros sostienen que los conjurados no actuaron movidos por el horror ante la monstruosidad del nazismo, sino frustrados ante el discurrir de una guerra que veían perdida.
HÉROES FAMOSOS Y ANÓNIMOS: QUIENES RESISTIERON A HITLER
Exposición revive la historia de Michel Nash, el
conscripto que se rebeló en dictadura
Michel
Nash, mi hermano. Ese es el nombre de la
exposición que, hasta el 26 de julio se presentará en la Municipalidad de
Recoleta. La muestra comprende diversas imágenes que dan cuenta de la vida del
militante comunista que, siendo conscripto, se opuso a la violencia ejercida
por los militares.
Abril Becerra
Lunes 1 de julio 2019 18:23 hrs.
La vista fija. Despeinado y con
una sonrisa leve, contenida. Así luce Michel Nash en una de las imágenes
incluidas en la exposición que, recientemente, inauguró la Municipalidad de
Recoleta en su honor y que podrá visitarse hasta el 26 de julio en el primer
piso del municipio.
Se trata de la muestra Michel Nash, mi hermano, que
nació a partir de un trabajo en conjunto entre la familia Nash-Sáez, la
Asociación de Fotógrafos Independientes de Santiago (AFI) y el Colectivo
Memorial de Recoleta.
La exposición surgió en el marco
de la conmemoración del aniversario número 65 del joven militante comunista,
quien, al momento del Golpe de Estado, se desempeñaba como conscripto. En ese
contexto, Nash se habría negado a dispararle a sus compañeros militantes, por
lo que fue dado de baja y llevado hasta el campo de prisioneros de Pisagua.
Entonces, tenía 19 años.
Paula Moraga, directora de la
Corporación Cultural de Recoleta, indicó que la muestra responde a la necesidad
de generar una línea de trabajo respecto del rescate de la memoria.
“Para nosotros su figura es fundamental, entrañable. Primero, porque Michel Nash fue un joven de esta comuna y, hasta hoy, su ejemplo nos enseña un camino a seguir: el de la verdad y la justicia respecto de haberse rebelado en contra de la autoridad a pesar de sus pocos años”, dijo.
Las imágenes presentes en la
exposición fueron seleccionadas por las fotógrafas de AFI, Marcela Araya y
Marucela Ramírez. Ambas abordaron el archivo fotográfico de la familia Nash-
Sáez para descubrir la vida íntima del joven comunista: a través de ese
ejercicio conocieron a una persona que iba más allá del mito de su muerte.
Desde ahí, ambas decidieron
plantear, en la muestra, una línea curatorial basada en la vida de Nash.
“Quisimos orientar la exposición
para celebrar su vida, el tiempo que lo pudimos tener con nosotros”, sostuvo
Marucela Ramírez.
Además, la fotógrafa agregó
que la exposición cruza diversos hechos que permiten contextualizar la vida de
Nash.
“La muestra narra todos los acontecimientos políticos, tanto en Chile como en el lado árabe, porque su familia es descendiente de sirios. Entonces, están todos los hitos que lo marcaron, desde que nació hasta 1973”.
Por su parte, Marcela Araya
indicó que las fotografías debieron ser restauradas para su presentación.
“El archivo fotográfico era
enorme porque, a diferencia de muchas familias, tenían mucho material, desde
que era bebé, hasta los 18-19 años, cuando parte al Ejército. Entonces, ahí
empezamos a seleccionar fotos, ver qué era lo más importante e intentar también
hacer una línea de tiempo para mostrar las diferentes etapas de su vida”.
“Ahí había fotos en diferentes
estados. Entonces, hicimos la restauración, eliminando un poco las manchas que
había. Fue un trabajo bien de chino, punto por punto, arreglando la foto para
que estuvieran de la mejor calidad posible”, comentó.
El caso
Michel Nash nació en 1954 y vivió
gran parte de su adolescencia en la zona de Santos Dumont en Recoleta. Ingresó
al Partido Comunista a muy temprana edad, influenciado por su padre, quien
también era militante. Cuando cumplió 18 años fue llamado a presentarse al
Servicio Militar en el Regimiento Granaderos N°2 de Iquique.
Al momento del Golpe de Estado se
negó a participar en los allanamientos en la zona. Inmediatamente fue
trasladado, junto a otros detenidos, a Pisagua. Posteriormente, el 29 de
septiembre de 1973 fue ejecutado junto a otros cinco prisioneros.
Luego de años de búsqueda de
justicia, en 2016, el ex brigadier Alfonso Videla fue condenado a siete años de
presidio efectivo por su muerte. No obstante, su cuerpo del joven aún está
desaparecido.
Leila Nash, su hermana, se ha encargado de conservar su memoria.
La Mesa de Cultura, Memoria y Derechos Humanos de la Región de Valparaíso, creada en 2014, está integrada por organizaciones de la Sociedad Civil ( principalmente de sobrevivientes y familiares de víctimas de la dictadura cívico militar) e instituciones ligadas a la gestión de espacios y sitios de memoria, cuyo objetivo es focalizar la transmisión de memoria histórica y contribuir a la no repetición de los atroces sucesos vividos generando una cultura basada en el irrestricto respeto a los derechos humanos. Para el «Nunca Más» la identificación, señalamiento y. resignificación de los espacios y sitios de memoria constituyen un soporte indispensable para que las comunidades y especialmente las nuevas generaciones se apropien de estos espacios mediante acciones culturales y de arte.
La Mesa de Cultura, Memoria y Derechos Humanos de la Región de Valparaíso, creada en 2014, está integrada por organizaciones de la Sociedad Civil ( principalmente de sobrevivientes y familiares de víctimas de la dictadura cívico militar) e instituciones ligadas a la gestión de espacios y sitios de memoria, cuyo objetivo es focalizar la transmisión de memoria histórica y contribuir a la no repetición de los atroces sucesos vividos generando una cultura basada en el irrestricto respeto a los derechos humanos. Para el «Nunca Más» la identificación, señalamiento y. resignificación de los espacios y sitios de memoria constituyen un soporte indispensable para que las comunidades y especialmente las nuevas generaciones se apropien de estos espacios mediante acciones culturales y de arte.
Organizaciones que componen la Mesa Regional de Cultura, Memoria y Derechos humanos – Valparaíso:
Agrupación de exPresas y exPresos Políticos V Región (AexPP V Región) – aexpp_v@yahoo.es